Cumanana XI - ESP

FEBRERO 2022

Cumanana

NÚMERO 11

BOLETÍN VIRTUAL DE CULTURA PERUANA PARA EL ÁFRICA MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES

EL NEGOCIO DE LA ABOLICIÓN Política, guerra y libertad

LA LLEGADA A ZAMBIA

RECETA

La primera Misión peruana en el África subsahariana

Sabores peruanos con influencia africana

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EL NEGOCIO DE LA ABOLICIÓN POLÍTICA, GUERRA Y LIBERTAD NEWTON MORI JULCA IN VEST IGAD O R Nada hacía presagiar la abolición de la esclavitud en el Perú.

A inicios del siglo XIX, el comercio de esclavos ya se encontraba cuestionado a nivel internacional, siendo Inglaterra el imperio que más empeño puso en su erradicación, a pesar de haber participado durante siglos en ese negocio. ¿Por qué ese cambio? Las razones no fueron humanitarias, sino económicas.

En Inglaterra nació la revolución industrial con la invención del telar mecánico y luego a través de la fabricación de máquinas para la agricultura, es decir, máquinas que fabricaban otras máquinas que aceleraban la producción.

Inglaterra se convirtió en la fábrica del mundo y necesitaba vender sus productos y para ello, se requería que la gente ganara salarios, tuviera dinero para poder comprar y obviamente la esclavitud no era una economía adecuada para sus negocios.

Inglaterra movilizó a su poderosa armada para bloquear, atacar y liberar a los esclavos transportados en los barcos negreros. En el plano político impulsaba acuerdos para acabar con la trata y aunque no se produjo una guerra entre imperios para la abolición de la esclavitud, la situación era bastante tensa entre los imperios europeos produciéndose la disminución en el comercio esclavista.

El 23 de setiembre de 1817 se firmó en Madrid, España un Tratado entre la corona española y el imperio británico para eliminar el comercio esclavista, de esta manera, al puerto del Callao llegó la fragata Rita con el último cargamento oficial de esclavos procedentes del África, a partir del puerto de Santander en España, el 18 de marzo de 1818.

Si seguimos con atención la información de los diarios de la época, en especial el diario El Comercio, encontramos que la vida cotidiana en la ciudad de Lima y de otras ciudades del Perú no se veía alterada por discusiones o debates sobre la abolición. La información se centra en conflictos interétnicos, entre la llamada gente de “sociedad” que se queja de la proliferación de vendedores ambulantes y la falta de respeto por parte de las denominadas clases bajas.

Hay informaciones de abusos contra esclavos, avisos sobre esclavos fugados y recompensas; la presencia de la plebe con sus fiestas, costumbres y festividades van configurando el rostro popular de la ciudad de Lima, que a los ojos de los viajeros y cronistas de la época era calificada de una ciudad negra, casi como las ciudades de Salvador de Bahía en Brasil y La Habana en Cuba.

Los afrodescendientes habían penetrado todos los niveles de la sociedad limeña, debido a su cercanía como parte de la servidumbre y por el ejercicio de algunas profesiones como la de profesores de baile y música, no vaya a pensarse afro, sino occidental. Había quejas constantes y hasta cierto pánico, porque la sociedad estaba a merced de “esta gente baja” como señalan muchas cartas y artículos de opinión, pues, el aprovisionamiento de agua y leña estaban a cargo de afrodescendientes, al igual que la venta ambulatoria y, por supuesto, el servicio doméstico.

A diferencia de otros lugares de América, en el Perú no hubo un contexto ideológico que sustente la abolición decretada por Ramón Castilla, no hubo una guerra civil entre el capitalismo emergente y la esclavitud retardataria del desarrollo, como sucedió pocos años después en Estados Unidos con la guerra de Secesión (1861 y 1865), nada de eso; laabolición se dio en medio de una guerra civil desatada por acusaciones de corrupción en el proceso de reconocimiento de la deuda pública generada por las guerras de independencia, situación que se denominó Consolidación de la Deuda Interna.

El pago de esta deuda era el reconocimiento que hacía el Estado a toda persona o Institución por haber contribuido a la causa de la emancipación, desde cosechas hasta dinero, pasando por inmuebles o servicios. Este proceso se inició en 1850, recibiendo 2028 personas los vales de consolidación, pero solo 126 individuos acumularon 2/3 del valor de la deuda consolidada. En primer lugar, se encontraban los herederos de Simón Bolívar y, aparte de ellos, los beneficiarios fueron comerciantes, hacendados, rentistas y funcionarios públicos.

La deuda reconocida ascendía a 24 millones de pesos, casi cinco veces el presupuesto de 1850. No pasó mucho tiempo cuando el escándalo estalló por la falsificación y adulteración de documentos, ante lo cual en 1854 las fuerzas revolucionarias de Ramón Castilla —de carácter liberal—, buscaban derrocar al denominado “gobierno corrupto” de José Rufino Echenique. El 18 de noviembre de 1854 el presidente Echenique buscando atraer el apoyo de los esclavos, decreta la abolición de la esclavitud anunciando la necesidad de asegurar el triunfo de las instituciones y delorden social, por lo cual todo esclavo doméstico o de haciendaque se presentase al servicio del ejército obtendría la libertad, la cual se extendería a su mujer legitima. El servicio era de dosaños como mínimo, además de la indemnización para el amo.

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Para contrarrestar esta disposición, desde Huancayo el tres de diciembre de 1854, Castilla hizo conocer un decreto que ordenaba la abolición de la esclavitud en el Perú, que según decía ya estaba prevista una vez terminada la guerra y hace hincapié en que “serían indignos de la libertad únicamente los esclavos o siervos que tomen las armas y sostengan la tiranía del ex presidente José Rufino Echenique, que hace la guerra a la libertad de los pueblos”, asegura igualmente un justo precio para los amos y a los patrones de los siervos libertos y no pone por condición enrolarse en su ejército, lo cual fue un golpe estratégico frente a la propuesta de Echenique.

Triunfante Castilla el cinco de enero de 1855 en la batalla de la Palma en Lima, nombró ese mismo año una Comisión que determinó que la mitad de la deuda de la consolidación era cuestionable, pero ante la posibilidad de otra guerra civil se cumplió con el pago, como se haría también con los propietarios de los esclavos, lo cual en la práctica no fue una abolición, sino la compra por parte del Estado de los esclavos a sus propietarios. El decreto del tres de diciembre fue complementado con otro del 23 de enero de 1855 que permitía disponer del trabajo de los esclavos hasta terminar las cosechas y estipulaba la expulsión de los no productivos.

Se encomendó un reglamento del trabajo rural a los hacendados y la junta preparó el decreto publicado el siete de abril de 1855, que según denuncias de la época,configuraron un régimen laboral peor que el abolido.

El nueve de marzo de 1855 se dictó el decreto que reglamentaba la indemnización a los propietarios, estableciéndose el pago de 300 pesos sin distinción de edad ni sexo. El 16 de marzo de 1855, se nombra en Chorrillos las comisiones que se encargarían de repartir las papeletas de libertad a los esclavos. Entre 1854 y 1860 se “manumitieron” 25 505 esclavos, cifra que excedió las cuentas iniciales, ya que según Ricardo Palma —en un artículo publicado en 1899—, el cálculo de Castilla del número de esclavos que tendría que manumitir era: De los nacidos antes de 1821. ...................... 4000 De los nacidos de 1821-1839.........................6000 De los nacidos de 1839-1854......................... 7000 Total 17 000 Según el mismo autor los gastos que demandaría la abolición se podrían cubrir con el gasto fiscal pero no se contó con la falsificación de partidas bautismales y que se elaborarían expedientes con esclavos muertos, estimándose en 9500 “la cifra de estos resucitados”, terminándose de pagar los vales hacia 1872, durante el gobierno de Balta. En este caso, la primera beneficiaria fue la iglesia como principal poseedora de esclavos y ante la protesta, por el proceso fraudulento de reconocimiento de la deuda, no se hizo nada. El Estado

Caricatura del presidente Ramón Castilla como redentor de indígenas y esclavos negros.

(C) Williez, 1855

indemnizó a los amo por un monto de 7 651 500 pesos, cometiéndose un fraude de más de dos millones de pesos.

A modo de ejemplo, en el entorno de Castilla se encontraba Domingo Elías —un rico hacendado de la zona de Ica— como su ministro de Hacienda, quien importó, pese a las leyes de prohibición, esclavos de la zona del Chocó colombiano, comprándolos a bajo precio, para hacerlos pasar como suyos y cobrarle al Estado la “pérdida” de su fuerza de trabajo. A este personaje nuevamente lo encontraremos en la “contratación” de culíes chinos para sus haciendas, en otro de los procesos de tráfico humano hacia nuestros territorios.

En esta parte de la historia se unen dos factores relacionados al pago de deudas públicas: la generada por la independencia y por la manumisión. Los montos eran cuantiosos y solo pudieron afrontarse por la riqueza generada por el guano de las islas. Sin embargo, el pago de estas deudas tenía como fin específico transferir fondos públicos al sector privado para capitalizarlo.

La medida no era nueva ya que en muchos países europeos la deuda pública junto con la explotación de las colonias, conforman los mecanismos de la acumulación originaria de capital que permite a la burguesía la inversión económica para la conformación de industrias. En nuestro caso se fundaron algunos bancos, se instalaron algunas fábricas pequeñas y se modernizó la agricultura en la costa mediante obras hidráulicas e importación de maquinarias para la explotación de algodón ante la coyuntura de la guerra civil norteamericana (1861-1865) y la caña de azúcar por la revolución cubana (1868), privilegiándose los puertos, es decir la costa. El grueso del dinero no fue destinado a la industrialización sino a la especulación financiera con el gobierno ya que quedaba demostrado que prestarle dinero era un negocio más provechoso que invertir en industrias. ¿Y los esclavos recibieron algún tipo de indemnización o incentivo? Nada, absolutamente nada pues se asumió que con la libertad les bastaba. * Extracto de Los Afrodescendientes del Perú, Historia, aportes y participación en el desarrollo del País, Newton Mori Julca, Ministerio de Educación, 201

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LA LLEGADA A ZAMBIA LA PRIMERA MISIÓN PERUANA EN EL ÁFRICA SUBSAHARIANA INT RODUCCIÓ N DEL EMB. JAIME CACHO- SOUSA VELÁZQUEZ DIRE CTOR GENERAL DE ÁFRICA, MEDIO ORIENTE Y PAÍSES DEL GOLFO Doy inicio a mis funciones como Director General de África, Medio Oriente y Países del Golfo con la firme intención de continuar la tarea que iniciaron quienes me antecedieron en el cargo, fortaleciendo la presencia del Perú en el África, mediante acciones que permitan dar a conocer el importante legado de ese continente en la cultura e historia de nuestro país. Además de destacar el reconocimiento del aporte cultural de la comunidad afroperuana. A partir de esto, confío en que podremos facilitar el acercamiento, implementando la cooperación y el intercambio, con miras al desarrollo y bienestar común.

La presente edición del Boletín Cultural Cumanana nos lleva a conocer la apertura de la Embajada del Perú en Zambia, en 1975, la primera que se abrió en el África subsahariana. Como podrá apreciarse en el informe del Encargado de Negocios en Lusaka, el Perú observaba -y hasta la fecha reconoce- el importante rol de esta región del mundo para el desarrollo de su política exterior. Resulta interesante también analizar las circunstancias en las que se estableció la Misión peruana, una época marcada por las luchas por la independencia de las naciones africanas y por la búsqueda de una voz independiente en el escenario internacional.

Por motivos de espacio, se ha visto por conveniente recoger solamente algunas ideas del informe original, a partir de las cuales se evidencia el interés compartido en encontrar áreas de desarrollo comunes, y en el potencial que reconoce el Perú a reafirmar su presencia en espacios clave, desde los cuales pudiera extender su acercamiento a otras naciones. Sigamos, pues, el relato del Embajador César Espejo, entonces Encargado de Negocios, como el primer diplomático peruano acreditado en el África Subsahariana.

EMBAJADA DEL PERÚ Lusaka, 26 de mayo de 1971 Señor Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores Con mi oficio No. 1, de 24 de abril último, me fue grato comunicar a su Superior Despacho que había pedido al señor Ministro de Relaciones Exteriores de Zambia, señor Elijah Mudenda, fecha y hora para mi primera visita de estilo.

Fui recibido el 19 de los corrientes en forma muy cordial habiendo sido sus primeras palabras de disculpa por no

haberme concedido la entrevista con anterioridad debido a que sus viajes oficiales a Botswana, Malawi, Rwanda y Burundi le había tenido alejado del país.

En la ocasión que comento, hice presente al Ministro zambiano el saludo de nuestro Gobierno y los votos por la prosperidad y felicidad de su país. Manifesté que no era el simple hecho de que Zambia y el Perú fueran grandes exportadores de cobre e integrantes de la CIPEC lo que había motivado la apertura de la primera representación diplomática en el África no-árabe sino que existían razones más profundas. La política nacionalista de hondo raigambre humanista del Presidente K. Kaunda, los esfuerzos que hace Zambia para lograr su independencia económica, su vocación por la igualdad de los hombres y los pueblos, su valiente lucha contra la discriminación y segregación racial habían constituido los factores primordiales para que el Perú tomara la determinación de establecer relaciones diplomáticas directas con Zambia.

Dije también que nuestro gobierno estaba dispuesto a ofrecer su cooperación no solo a un nivel bilateral sino también en un plano multilateral y en el seno de los organismos internacionales en provecho mutuo. Mi presencia en Lusaka era la expresión tangible de esos deseos. (…)

El Ministro Mudenda al contestar mis palabras hizo una amplia y ordenada exposición de la política interna y externa de su Gobierno habiendo manifestado previamente que todavía estaba vívido en él y en el Presidente Kaunda la calurosa y amable recepción que se le hiciera, a su paso a Santiago, en el aeropuerto de Lima, calificándola de la más afectiva que se le tributara en ese viaje.

Recordó también la presencia y la actuación de usted, señor Ministro, en la Conferencia de los países no Alineados realizada el año pasado en Lusaka, hecho que contribuyó a una mayor universalización del pensamiento de los países del tercer mundo. (…)

Otro problema que confronta Zambia es el de las guerrillas de liberación nacional de Mozambique y Angola que reclaman y obtienen el apoyo moral y material de este país y de Tanzania.

En esta lucha lejana y poco sensacional se está jugando el colonialismo portugués aferrado a sus posesiones africanas de gran potencial minero, como es el caso de Angola.

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Finalmente, el señor Mudenda añadió “que en el África existe un país pobre, olvidado, pero de gran potencial económico (minerales, especialmente cobre) Botswana, que se halla rodeado de países hostiles: Sud África, Rhodesia y el fideicomiso de South West Africa, separada artificialmente de Zambia por el llamado ‘Caprivi Strip’ y por otra prolongación también artificial de Rhodesia. Esta nación, a juicio del Ministro Mudenda, merece mayor atención de la comunidad internacional y por eso Zambia vería con mucha simpatía y apreciaría debidamente si el Perú extendiera la jurisdicción de la Embajada en Lusaka a Gaberones (Botswana), prestando así a ese país la ayuda moral que requiere en su lucha por su supervivencia”.

Personalmente, estoy convencido, señor Ministro, en la conveniencia que tendría para el Perú establecer relaciones diplomáticas con Botswana y Tanzania, ya que se ganaría el reconocimiento de estos países, que en un momento dado, podría apoyar ciertos aspectos de nuestra política internacional, vale decir el de las 200 millas. (…)

Imagen de archivo del Embajador César Espejo Romero (C) Ministerio de Relaciones Exteriores

Se dice que la tercera parte de Mozambique está en manos de los rebeldes y según expresiones del señor Mudenda es cuestión de tiempo la independencia de estas colonias portuguesas. En cambio, añadió, la situación de Rhodesia y África del Sur, por el momento, está perdida a la causa de los países progresistas del África.

El Ministro de Zambia dijo también que su Gobierno tenía el propósito de enviar una misión a Latinoamérica para hacer conocer en forma directa los problemas derivados del dominio de una minoría blanca en ciertas naciones del África. “El nacionalismo africano tiene puntos coincidentes con los nacionalismos latinoamericanos y por eso pienso que en esta parte del mundo puede tener mayor eco la política de los países que luchan contra el neocolonialismo”.

“La mediterraneidad de Zambia y ciertas circunstancias histórico-geográficas hacen difícil la existencia misma del país.

Está rodeada por Angola y Mozambique, últimas colonias de Portugal, y por dos naciones segregacionistas: Rhodesia y Sud África. Los ferrocarriles de acceso de Lobitos (Angola) y Beira (Mozambique) están controlados por Portugal y Rhodesia, países que crean permanentes problemas de abastecimiento de alimentos y manufacturas indispensables para la población de Zambia. El transporte del cobre se ve afectado por estas circunstancias”. (…)

El Perú podría ser el primer país que se hace presente tangiblemente en el África negra de habla inglesa y podría aprovechar de las consecuentes ventajas que se derivan de este hecho.

Mucho agradeceré a usted, señor Ministro, hacerme conocer su decisión sobre este particular a la brevedad posible, a fin de que, teniendo en cuenta las circunstancias tan particulares que imperan en esta parte del África, pueda adoptar, con la oportunidad debida, las medidas que sean necesarias.

Dios guarde a usted,

César Espejo Romero Encargado de Negocios a.i.

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RECETA: BIENMESABE

Este postre, de origen morisco, arribó al Perú durante la etapa virreinal, y es conocido, entre otros, como “dulce de convento”, pues era preparado por las religiosas, particularmente a partir del siglo XIX. Debido a ser esta una tradición ligada a los claustros, el dulce fue conocido en toda América.

INGREDIENTES 1 kg de camote 1 kg de azúcar 1 taza de leche 9 yemas de huevo 1/4 de taza de vino dulce 2 cucharaditas de esencia de vainilla 3 clavos de olor 3 ramas de canela

PREPARACIÓN En una olla llena de agua, cubrir el camote pelado y sancochar junto con la canela y el clavo de olor hasta que quede bien cocido.

Retirar de la olla y prensar hasta que tenga la contextura de un puré. Agregar el azúcar y la leche. Cocinar la mezcla a fuego medio por alrededor de 20 minutos.

Retirar la olla del fuego y agregar las yemas de huevo batidas, el vino dulce y la esencia de vainilla. Mezclar todo muy bien.

Revisar que se integren bien todos los ingredientes y el postre quedará listo para servir.

Decorar con canela en polvo o nueces picadas.