Cumanana IX - ESP

DICIEMBRE 2021

NÚMERO 9

Cumanana BOLETÍN VIRTUAL DE CULTURA PERUANA PARA EL ÁFRICA MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES

ABDULRAZAK GURNAH Premio Nobel de Literatura

MEMORIA DESDE EGIPTO Un recuento desde la Embajada más antigua del Perú en el África

RECETA Sabores peruanos de influencia africana

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ABDULRAZAK GURNAH PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2021 ROMINA BIELICH ESPECIALISTA EN TEMAS DE ÁFRICA “Pensé que era una broma” fue la respuesta del reciente ganador del Premio Nobel de Literatura, Abdulrazak Gurnah, al enterarse de su galardón. Denominado uno de los mejores exponentes vivos de la literatura africana, creció en el archipiélago de Zanzíbar en la costa de la actual Tanzania durante la década de los 70, y jamás creyó que podría ser escritor.

“Nunca se me ocurrió”, dijo en una entrevista recogida por distintos medios. Querer ser escritor “no era algo que pudieras decir cuando eras pequeño”. Así que esperó convertirse en “algo útil, como un ingeniero”.

Pero el destino, que rara vez es lo que uno espera, llegó en 1964. Gurnah cumplía 18 años y al ser de origen árabe, se vió obligado a huir hacia Inglaterra durante la revolución que derrocó al sistema de explotación de africanos que se ejercía bajo la autoridad de una minoría árabe. Enfrentando la soledad propia del que migra por sí solo, a los 20 años comenzó a escribir sobre su hogar en entradas diarias que se hicieron más largas con el pasar de los meses, y que luego se convirtieron en historias con protagonistas distintos a él. Su primera novela, Memory of Departure, que describe la historia de un joven en busca de la protección de un tío próspero que reside en Nairobi después de huir de un levantamiento fallido en su hogar, fue finalizada mientras escribía su disertación de Doctorado. Tras pasar un par de años como maestro en la Universidad Bayero (BUK) de Nigeria durante la década de los 80, regresó a Inglaterra, donde se convirtió en profesor de literatura inglesa y

poscolonial en la Universidad de Kent en Canterbury, enseñando las obras de escritores como Soyinka, Ngũgĩ wa Thiong’o y Salman Rushdie hasta el día en que se jubiló.

Su obra A pesar de no haber residido en Zanzíbar desde su juventud, la nación permanece en él como una fuente de inspiración.

Así, señaló en una entrevista para Alex Marshall y Alexandra Alter del New York Times, que su tierra natal continúa enraizada en su imaginación, incluso al procurar ubicar sus relatos en escenarios distintos. “No es necesario estar allí para escribir sobre un lugar”, dijo. “Está en la fibra de todo lo que eres” En ese sentido, un aspecto muy preciado para el autor es el swahili, su lengua materna. Sin perjuicio de la cual optó por el inglés como lengua literaria, viendo su prosa frecuentemente modulada por notas de swahili, árabe y alemán, producto de la gran presencia de estas lenguas a lo largo de su vida. Una notable parte de su inspiración provino de aspectos culturales que vivió desde la infancia, como las imágenes y las historias del Corán, y la poesía árabe y persa, especialmente Las mil y una noches. Los cuales defendió en las oportunidades en las que se vió rechazando las solicitudes de los editores, quienes buscaban poner en cursiva o anglicanizar las referencias y frases en swahili y árabe que empleó en sus libros. Según Gurnah, de cierta forma el mundo de la editorial británica, y tal vez incluso el norteamericano , busca mostrar claramente al extranjero como distinto.

“Quieren que pongas palabras en cursivas o incluso que pongas un glosario. Y creo que no no no no”. Siguiendo su postura, explicó en una entrevista concedida a Andrea Aguilar, y posteriormente publicada en El País, que para él “la lectura y la escritura van juntas” ya que son un ingrediente tan primordial para los escritores como las experiencias vividas.

Entonces, cuando llegó el momento de empezar a escribir, la cuestión del idioma “no se me pasó por la cabeza, lo hice en el mismo en el que leía”.

Autor de una decena de novelas, Gurnah ha

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tocado a menudo los temas del exilio, la identidad y la pertenencia en su obra, aspectos claramente entrelazados con el viaje de vida que atravesó como migrante. Entre ellas están Camino de Peregrinos, Memoria de la Partida y Dottie, que narran de formas distintas la experiencia de los inmigrantes en el Reino Unido; Precario silencio, que sigue la historia de un joven se enrumba desde Zanzíbar hacia Inglaterra, en donde encuentra el amor y se convierte en maestro; Paraíso, preseleccionada para el Premio Booker en 1994, que relata la exuberancia natural del África Central, la hostilidad tribal y la multiculturalidad de la región de los grandes lagos en años previos a la primera guerra mundial a través de ojos de Yusuf, un niño que recorrerá ese trayecto junto a su “tío”, un rico mercader al que fue entregado a cambio de una deuda impagable; y su más reciente obra, Afterlives, que explora los efectos generacionales del colonialismo alemán en Tanzania y la fragmentación del colectivo social que le siguió.

El galardón El pasado 7 de noviembre, Gurnah fue laureado con el Premio Nobel de Literatura, por “su discernimiento inflexible y compasivo de los efectos del colonialismo y el destino del refugiado en el abismo entre culturas y continentes”.

El hecho de que se haya convertido en el primer escritor afrodescendiente en recibir el premio desde que en 1993 le fuese otorgado a la novelista norteamericana Toni Morrison, generó en algunos miembros de la comunidad literaria la opinión de que la elección del escritor tanzano se debió en cierta medida a la intención de “saldar una deuda pendiente” con los candidatos y autores de origen no occidental o caucásico. Debiéndose añadir que es el primer exponente africano en recibir el premio en más de una década, siendo precedido por la novelista británicazimbabuense Doris Lessing en 2007, los sudafricanos John Maxwell Coetzee en 2003 y Nadine Gordimer en 1991, el egipcio Naguib Mahfouz en 1988 y el nigeriano Wole Soyinka en 1986.

Respecto a dicha controversia, Anders Olsson, miembro de la Academia Sueca, dijo en una conferencia de prensa acaecida a inicios de noviembre que Gurnah “es reconocido como uno de los escritores poscoloniales más destacados del mundo”. Que incursionó “sistemáticamente y con gran compasión en los efectos del colonialismo en África Oriental y sus efectos en la vida de las personas desarraigadas y emigrantes”. Por su parte, Gurnah señaló en una entrevista que a pesar de que existe la percepción de un “fenómeno africano” al encontrarse este año a numerosos autores africanos en las listas de ganadores de importantes galardones literarios, “no es que mundialmente se haya decidido que hay que galardonar a africanos, es la escritura la que se lo merecía”. Comprende a la vez que por las características de su profesión, los periodistas busquen crear generalidades y agrupar“pero lo que esto hace es disminuir el logro de cada uno de los escritores premiados”, dijo.

Empero, pese a ser reconocido como “uno de los mejores escritores vivos de África” según el escritor Giles Foden, los relatos de Gurnah no han logrado la magnitud de recepción comercial de la que han gozado algunos galardonados anteriores.

Lola Shoneyin, Directora del Ake Arts and Book Festival en Nigeria, comentó su esperanza de que este galardón logre cautivar a un público más numeroso en el continente africano, donde la producción de Gurnah no es muy conocida.

Asimismo, contó que esperaba que su ficción histórica alcanzase a inspirar a las nuevas generaciones a una reflexión mucho más profunda respecto a la amplia historia de sus naciones.

Ya que “si no vemos de manera más activa y deliberada lo que sucedió en el pasado, ¿cómo podemos forjarnos un futuro exitoso en el continente?”

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MEMORIA DESDE EGIPTO UN RECUENTO DESDE LA EMBAJADA MÁS ANTIGUA DEL PERÚ EN EL ÁFRICA INTRODUCCIÓN DEL EMB. CARLOS ZAPATA LÓPEZ DIRECTOR GENERAL DE ÁFRICA, MEDIO ORIENTE Y PAÍSES DEL GOLFO Con el fin de año, la Dirección General de África, Medio Oriente y Países del Golfo, que se encuentra a mi cargo, inicia un momento de reflexión. Durante los últimos días de 2021, evaluamos las actividades que hemos desarrollado, y los nuevos proyectos que están por venir. Considero, asimismo, que podemos dar un paso más atrás para rememorar la genésis de nuestra presencia en el África. Así, en este y los siguientes números del boletín Cumanana, podrán apreciar estampas de los primeros momentos de las embajadas peruanas en suelo africano.

En la edición de diciembre, reproducimos la misiva del Embajador Augusto Morelli Pando, a través de la cual informa sobre la ceremonia de presentación de sus cartas credenciales al presidente de la República Árabe Unida, Abdel Gamal Nasser, en octubre de 1963.

Los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial brindaron una oportunidad especial a los países árabes: los grandes poderes occidentales habían perdido influencia en estos territorios, y la planificación de la política exterior de éstos estaba aun adecuándose a los nuevos escenarios. En ese contexto, Nasser encontró la ocasión de aprovechar el creciente nacionalismo de sus compatriotas para impulsar el “neutralismo positivo”; esto es, mantener un buen relacionamiento con las potencias aclarando, no obstante, que no retomarían los espacios conquistados por los árabes, y en particular por los egipcios.

A esto se agregó una posición también nacionalista desde Siria, país que buscaba fortalecer su posición en el escenario internacional ante la constante presión que

sufría para adoptar una posición en el contexto de la Guerra Fría, haciéndose incluso necesario solicitar el apoyo militar egipcio. En esas circunstancias, el gobierno sirio, en pleno, se trasladó a El Cairo planteando a Nasser una unión bajo el liderazgo egipcio, naciendo así la República Árabe Unida, el 31 de enero de 1958.

Tres años después, el Perú abriría su embajada en la República Árabe Unida, la primera misión de nuestro país en el África y en el mundo árabe, con al ánimo de avanzar en los intereses comunes – en ese momento, relativos a los beneficios de la reforma agraria – y en el potencial comercial entre ambas naciones.

No queda más sino, que dar lectura al detallado informe del Embajador Morelli, y remontarnos a una época de grandes cambios y anhelos en el escenario internacional.

Embajador Augusto Morelli Pando en la presentación de sus cartas credenciales ante el Presidente Nasser (C) Familia Morelli

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Legation du Pérou

El Cairo, 9 de octubre de 1963.

No. 5-44-A/ 12.

Presentación credenciales Señor Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores, Lima. Señor Ministro: Tengo el agrado de informar a usted, de acuerdo con mi cablegrama de 7 del presente, que en esa misma fecha hice entrega de mis Cartas Credenciales al Presidente de la República Árabe Unida, señor Abdel Gamal Nasser.

Debo anotar que durante dos días consecutivos el Jefe del Estado recibió las credenciales de cinco Embajadores y del suscrito.

La ceremonia se realizó en el Palacio de Koubebeh.

Después de los honores militares correspondientes, procedí a dar lectura a las palabras cuyo texto acompaño y que según lo establecido por el protocolo de este país debían limitarse a un breve saludo. Contestó el Presidente Nasser en los términos de cordialidad que podrá usted apreciar por el respectivo recorte de prensa anexo. Me invitó luego el Presidente a pasar a su Despacho. La entrevista, a la que también asistió el ViceMinistro de Relaciones Exteriores, señor Sabri, duró cerca de cuarenta minutos y durante ella juzgué oportuno, visto el interés del Primer Mandatario, hacer una corta exposición sobre la obra de transformación social y económica en que se halla actualmente empeñado nuestro Gobierno.

El señor Nasser deseó conocer los alcances de nuestra reforma agraria. Me fué grato poder informarlo con precisión, amparándome en el Mensaje del Presidente Belaunde, en el discurso que pronunciara usted, Señor Ministro, en la Asamblea de las Naciones Unidas, y en el texto de la ley remitida al Parlamento. A su vez el leader de la RAU mencionó la reforma producida en Egipto y me anunció que ordenaría una amplia documentación - que por lo demás he recibido hoy - sobre ese y otros temas centrales de su Administración. Me sugirió visitar el campo a fin de poder verificar la tarea cumplida por el Estado en ese sentido.

Se refirió enseguida a los aspectos comerciales de nuestras relaciones. Me permití afirmar que el intercambio era en realidad hasta ahora restringido,

pero que confiaba que en el futuro el contacto directo y personal entre dirigentes o responsables de esas actividades en los dos países cooperaría a la obtención de resultados positivos. Expresé mi propósito de estudiar el desarrollo de la producción algodonera de la RAU y su actual sistema de comercialización a base de cooperativas. El Presidente me ofreció del mismo modo el apoyo de las autoridades competentes. Otros asuntos, como el de nuestras vinculaciones culturales y el de una más frecuente y adecuada difusión de informaciones sobre el Perú en la RAU merecieron también la deferente atención del Presidente.

Me confirmó finalmente que la Misión egipcia en Lima se organizaría con dos Secretarios que deben partir dentro de un mes y que el Embajador sería nombrado probablemente a fin de año.

Puedo asegurarle, señor Ministro, que gracias a la franca acogida del Presidente Nasser la conversación pudo apartarse de la rigidez protocolar que suele caracterizar estas entrevistas. El señor Nasser no sólo persuade y atrae por su clara inteligencia. Promueve un sentimiento de simpatía. Hay en su personalidad una cierta mezcla de firmeza y bondad que al comienzo se puede decir que sorprende pues no coincide con la imagen tan difundida de los retratos oficiales. La expresión de su rostro ofrece la serenidad quizás propia de los caracteres verdaderamente decididos y enérgicos. Su afabilidad se halla muy lejos de la untuosa cortesía oriental de antiguo corte. Evidentemente representa y encarna en él mismo el ideal de un hombre nuevo en estas tierras egipcias de la sumisión y el fatalismo.

Por último dí a conocer al Jefe de la RAU cuáles eran los objetivos esenciales de la política internacional peruana y los móviles concretos de nuestra diplomacia, dentro de los nuevos cauces fijados por el pensamiento político del Presidente Belaunde.

Dentro de pocos días, Señor Ministro, alentado por esta primera entrevista con el Jefe del Estado, daré comienzo a las visitas que debo realizar a los principales dirigentes políticos del Régimen, autoridades y altos funcionarios.

Procuraré por todos los medios a mi alcance que estos contactos sean efectivos para el eficaz desempeño de las funciones que acabo de asumir oficialmente ante el Gobierno de la República Arabe Unida.

Dios guarde a usted,

Augusto Morelli Pando.

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RECETA: MORUSA DE PALLARES CON ASADO DE RES La morusa es el nombre que se da al puré de pallares iqueño. Es muy posible que la palabra sea una contribución negra. El investigador Fernando Romero considera que el término podría derivar de inmolowa o morowa, vocablos de la lengua kikongo, que se usan para nombrar a un vegetal rastrero, como la planta de los pallares.

Por su parte, la influencia morisca se encuentra representada en el asado ya que fueron los moros y moriscos llegados desde España quienes trajeron las diferentes técnicas de conservación de alimentos que hasta hoy aplicamos, como el escabeche, los guisos, asados y estofados.

INGREDIENTES MORUSA 600 gr pallares 1/2 cebolla 100 gr tocino de cerdo 1/2 cucharita romero 600 ml agua 4 cdas aceite de oliva Sal al gusto

ASADO DE RES 750 gr carne de res 1 cda ají panca 1 cda ají amarillo 1 tomate finamente picado 1 cebolla finamente picada 1 cda ajo molido 1/2 taza pasta de tomate Sal, pimienta, orégano y comino

PREPARACIÓN MORUSA Remojar los pallares una noche antes, pelarlos y llevarlos a cocción con el romero, la media cebolla y el tocino de cerdo.

Remover bien los pallares hasta que se deshagan, añadir la sal y el aceite de oliva. Reservar ASADO Dorar la carne salpimentada y reservar. En la sartén, sofreír la cebolla picada y añadir ají amarillo, ají panca, ajo molido, pasta de tomate, tomate picado, sal, pimienta, comino y orégano. Dejar cocer por 10 minutos removiendo.

Agregar la carne y una taza de agua. Dejar cocer la carne hasta que esté suave y servir sobre la morusa (puré de pallares) acompañado con arroz y sarza criolla.