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Cuento

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Enseñando en ELExtranjero

“Ser profesor de ELE cuando se es hablante nativo tiene una ventaja, no tan obvia, la oportunidad de ser portavoz de una cultura hispanohablante”.

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Daniel Felipe Rojas Arroyo

Egresado Lic. en Lenguas Modernas con Énfasis en Inglés y Francés

La profundización en ELE (Español Lengua Extranjera) suele ser una de los más llamativas para los estudiantes de la Licenciatura en Lenguas Modernas, sobre todo por las oportunidades laborales y académicas que esta posibilita, pero ¿cuáles son los retos de un docente de lenguas en el extranjero? Actualmente, estoy trabajando como profesor asistente de ELE en Francia y tuve la ocasión de ser asignado a dos instituciones muy diversas y con poblaciones variadas en términos de cultura y nivel de lengua. Al comienzo, como es normal, había muchas incertidumbres y, aunque esta no es mi primera experiencia profesional, salir del país para ejercer como docente supuso una alta cantidad de estrés, adaptación, burocracia y mucha paciencia.

Para empezar, el mayor reto fue instalarme en un sistema educativo completamente diferente al de Colombia. Así como entender que la educación, y todo lo que ella comprende: temáticas, grupos, niveles, ejercicios, acompañamiento, evaluación, entre otras, se conciben desde perspectivas completamente diferentes. Por ejemplo, entender que la evaluación tiene momentos educativos nuevos y que está más enfocada hacia lo cualitativo que hacia lo cuantitativo. Dejar de califi car de 1 a 10 y comenzar a califi car con puntos verdes o rojos, respectivamente, te obliga a reconfi gurar tu comprensión de los procesos de enseñanza y aprendizaje, y te propone una nueva visión del estudiante y de tus prácticas pedagógicas. Para esto, la clave es la adaptación.

Sí, es verdad que ser profesor de ELE cuando se es hablante nativo tiene una ventaja, no tan obvia, la oportunidad de ser portavoz de una cultura hispanohablante. Una cultura que conoces de piso a techo, una cultura que llevas en la sangre y de la que, normalmente, estás siempre muy orgulloso. Por eso, decidí enfocar mis clases de lengua en el componente intercultural y pude darme cuenta rápidamente de los cambios que hay en el ambiente de clase con un profesor que parece venir de un mundo completamente diferente, que está al otro lado del océano, donde no hay estaciones y se habla español.

El interés de los estudiantes franceses por una cultura que parece tan exótica brotó rápidamente, aún hoy me hacen constantemente muchas preguntas e, incluso, me han invitado a participar en otras asignaturas. Esto se debe a que la relación estudiante – profesor se siente más cercana de lo normal y la confi anza se desarrolla rápidamente, pero en algún punto comencé a experimentar una problemática a la que los colombianos en el exterior enfrentamos comúnmente. Ya saben de qué hablo, ¿no?

Al preguntarle a mis estudiantes qué sabían de Colombia, las primeras respuestas sin dudar fueron: droga, Pablo Escobar, narcos, pobreza, y no podía faltar “plata o plomo”. Esto, lejos de ser una molestia, me hizo refl exionar sobre mi responsabilidad como docente. Yo quería que mis clases fueran un espacio que invitara a la refl exión y que proveyera a los estudiantes con pistas que les animaran a descubrir mi cultura más allá de lo que los medios han decidido mostrar. Es así como ser un docente en el extranjero dejó de ser meramente un ejercicio académico y laboral para convertirse en uno donde se brinde a los estudiantes espacios de pensamiento crítico y ruptura de esquemas.

Hoy más que nunca estoy seguro de que las lenguas son un vector de transformación, que tienen el poder

“Las lenguas son un vector de transformación, que tienen el poder de romper estigmas y de crear nuevos conocimientos.” de romper estigmas y de crear nuevos conocimientos. Ahora mis estudiantes saben que los colombianos de la actualidad estamos luchando contra viento y marea para resistir ante la violencia unidos en comunidad. Saben que Medellín ya no es la ciudad más peligrosa el mundo, y están interesados en ir.

También saben que en Colombia hay muchas frutas, y ahora las quieren probar. Y, saben que en Colombia hay muchos lugares naturales, entonces hablan de ellos.

No hay, entonces, nada más satisfactorio que ver que mis estudiantes están esforzándose por entender la vida más allá de las series de Netfl ix. Además, esta nueva apertura de espíritu, que espero que sigan desarrollando, les permitirá ser más pacientes, más amables, más comprensivos y mejores ciudadanos. Al fi n y al cabo, el éxito de ser docente de lenguas no puede radicar en que los estudiantes alcancen un nivel de profi ciencia, sino que está en tener estudiantes que se interesen por nuevas formas de entender la vida.

Invito a mis colegas y futuros colegas docentes a no esperar a salir al extranjero para usar las lenguas para el cambio. Recordemos que el salón de clases es una pequeña ventana al mundo, no olvidemos que la inter y la multiculturalidad nos permitirán siempre un mejor mañana.

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