
2 minute read
¿Uso masivo de la tecnología o apropiación tecnológica aplicada a la educación?
oy en día, la pandemia rompió toda reticencia al uso de la tecnología aplicada a la educación. Pero es claro que quienes debieron echar mano de esta herramienta, lo hicieron como un medio de remediar una situación de emergencia, o sea, no fue necesariamente por gusto ni se hizo con todos los elementos para hacerlo bien: cada quien hizo lo que Dios le dio a entender.
Cierto es que se debe reconocer la labor y la creatividad de las y los docentes, así como de directivos de instituciones educativas de todos los niveles, y que de sus esfuerzos incluso surgieron proyectos muy interesantes.
Advertisement
Sin embargo, sinceramente habría que preguntarse si en verdad podemos afirmar que durante la pandemia hubo una migración a la educación en línea, o bien, ya usando términos hallados en la literatura especializada, la pregunta sería si solamente estuvimos ante un fenómeno masivo de uso de la tecnología, pero no de apropiación tecnológica aplicada a la educación.
En efecto, una cosa es el uso y otra muy diferente la apropiación. Es por eso que en este artículo subyace la invitación a que transitemos del simple uso para salir de la urgencia a una verdadera apropiación tecnológica.
Para explicar mejor esta diferencia entre los dos términos, se debe decir que la apropiación es un concepto mucho más complejo y abarcador, pues la apropiación implica, en principio, una elección consciente y hasta crítica de una herramienta tecnológica específica, según el contexto donde se pretende aplicar.
La visión crítica tiene que ver con la consciencia de que la tecnología no puede ser vista como la panacea que resolverá nuestros problemas, pues cambia de manera constante y cíclica.
Al respecto, basta recordar que ahora usamos WhatsApp, pero antes fue Messenger, y acaso en el futuro WhatsApp perderá vigencia.
Así que partir de una visión crítica es reconocer que lo importante no es el uso de la tecnología, propiamente hablando, sino el análisis tecno-pedagógico en torno a su uso, atendiendo al contexto donde se pretende aplicar. Sin esa base pedagógica, es imposible llegar a un nivel de apropiación tecnológica. En otras palabras, una de las principales diferencias entre el simple uso y la apropiación, es que para llegar a la apropiación, esta debe ser significativa, pues toma en cuenta el entorno donde se da la práctica, así como las bases pedagógicas que explican y sustentan su empleo.
Por poner un ejemplo, el hecho de que un maestro simplemente traslade el contenido de su clase presencial para montarla, tal cual, en Google Classroom, no significa que este maestro ya cuente con un aula virtual o que ya haya migrado a la educación en línea exitosamente.
Ahora, cerca del tercer año de pandemia, justo ese es el reto: lograr que lo hecho hasta hoy pueda adquirir la categoría de al menos, educación a distancia o educación en línea, partiendo ya no solamente del uso de emergencia de la tecnología educativa, sino de una apropiación significativa.