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DON PEDRO BOJORGE, UN VERDADERO GUARDIÁN DEL AGUA
Félix Pedro Bojorge Aguinara es un productor de 60 años, originario de la comunidad El Rodeo, Terrabona, una comunidad rural de Nicaragua. Humilde, sonriente y con un liderazgo nato, es el presidente del Comité de Agua Potable y Saneamiento (CAPS) de su comunidad. Su inspiradora historia es conocida por todos: él ha liderado de forma participativa y transparente, desde la primera excavación de un pozo comunal hasta el actual sistema.
Pero no solo eso. Don Pedro es el responsable de que el actual pozo, que bombea agua a tres comunidades rurales, funcione a la perfección y sea el más arborizado de todo el municipio. “Lo que pasa es que, cuando se hizo el pozo, la dueña era una viejita a la que yo convencí que nos diera el permiso. Cuando ella fallece, yo le compré el terreno que está arriba del pozo, que eran cuatro manzanas (3.4 hectáreas) y dejé que el bosque se regenerara solo porque sin bosque, no hay agua”, cuenta Pedro.
Los árboles nativos ya se encuentran jóvenes, generando un microclima y sirviendo como refugio para las especies silvestres. Como se encuentra a pocos metros del pozo, para sorpresa y alegría de Pedro y sus vecinos, brotó un manantial cerca del pozo, fortaleciendo la fuente y haciéndola más sostenible. Pero no siempre fue así.
Los inicios
Las primeras familias que habitaron la comunidad de El Rodeo sufrieron por la falta de agua. Las lámparas de mano y los candiles del caserío permanecían encendidos hasta la 1 o 2 de la madrugada, hora en que las personas terminaban de recoger en pequeñas pichingas el agua para su consumo. Era finales de la década del 80.
Félix Pedro Bojorge, era un joven entonces, pero hoy a sus 60 años, recuerda con toda claridad como a inicios de los años 90, encontró un manantial donde cavaron un pozo para abastecer a tres comunidades: El Rodeo, Los Orcones y El Quiamol. “El problema era esa acarreada, porque había que hacerlo en bestia (equinos), pero gracias a Dios había agua en abundancia, eso sí, no era potable”, dice.
Años más tarde hubo dos intentos de construcción de pozos artesianos, pero fueron
Si quiere apoyar a otros proyectos de agua y saneamiento, favor visitar https:// www.elporvenir.org/ donate fallidos porque los técnicos que llegaban no encontraban la fuente. Don Pedro decidió organizar a la comunidad y recolectar 10 mil córdobas (U$300), para pagarle a tres diferentes bejuqueros que identificaran dónde se encontraba la mejor fuente y los tres coincidieron con el mismo punto.
Los bejuqueros son personas que, por medio de la sabiduría ancestral y utilizando solo una vara logran identificar las fuentes de agua. Aunque muchos son exceptivos, Pedro afirma que son los mejores.
“Después trajeron un hombre que usaba una cosa en la cabeza, yo pensé, este hombre es bien preparado, no le dijimos nada de los bejuqueros. Le pusimos la trampa (ríe), escondimos la estaca para ver qué pasaba y va a creer, llegó al mismo punto y dijo aquí hay agua, allí donde los bejuqueros nos habían llevado. Allí nos instalaron una bomba de mano, pero solo funcionaba para la gente de cerca”, relata.

Agua para todos
Luego de esa experiencia, la comunidad conoció a El Porvenir. “Nos dijeron lo que íbamos a hacer nosotros: teníamos que dar posada y comida al que hiciera la pila, zanjear, meter los tubos. Todos trabajamos, todos estuvimos de acuerdo. Discutimos el precio del agua para pagar la luz, el bombeo e ir recogiendo un fondo. Yo no soy estudiado, nunca estuve en la escuela, yo aprendí así nomás un poquito de letras, pero más o menos calculaba…y quedó en 200 córdobas al mes”, dice Pedro.
Por primera vez las familias tuvieron agua limpia y segura hasta sus casas. En el caso de El Rodeo hay 35 beneficiarios, todos pagan su recibo en tiempo y forma y si consumen más de la cuenta, asumen el incremento como corresponde. Gracias a eso, el CAPS cuenta con un fondo lo suficientemente robusto, para responder en caso que la bomba requiera mantenimiento o cambio.
“Los muchachos de El Porvenir hicieron una medida del pozo. Estuvo una máquina prendida todo el día y la noche, y lo que gastó lo repuso en 25 minutos, porque todo eso lo medían ellos. Y ahora, pues nos sentimos alegres y agradecidos porque tener el agua en la casa es lo mejor. Nosotros la cuidamos y hacemos las pruebas para ver si es buena. Hemos aprendido mucho, mucho con ellos”, finaliza.
En el Rodeo, ya nadie tiene que desvelarse hasta la 1 o 2 de la madrugada para tener agua por el trabajo y dedicación de personas como Don Pedro.