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¿LA DESALINIZACIÓN DEL AGUA DE MAR ES UNA OPCIÓN PARA ABASTECER DE AGUA A POBLACIONES EN AMÉRICA LATINA?
Desalinizar el agua de mar en América Latina se ha vuelto cada vez más necesario y estratégico debido a múltiples factores hídricos, sociales, económicos y climáticos.
A continuación te explico las razones clave:
1. Escasez de agua dulce en zonas áridas y costeras
Regiones como el norte de Chile, Perú, México y el noreste de Brasil enfrentan estrés hídrico severo. En estas zonas, el agua subterránea es limitada o está sobreexplotada, y las lluvias son escasas. La desalinización permite aprovechar una fuente abundante (el océano) en lugares donde otras fuentes han colapsado.
2. Crecimiento urbano y demanda industrial
Ciudades costeras (ej. Lima, Antofagasta, La Paz BCS) han crecido rápidamente, elevando la demanda de agua. Industrias como la minería, el turismo y las zonas francas consumen grandes volúmenes y requieren abastecimiento confiable.
3. Cambio climático y reducción de glaciares
El retroceso de glaciares andinos y la variabilidad climática han afectado las fuentes tradicionales. La sequía prolongada en el norte de México, Chile y Centroamérica ha acelerado la búsqueda de soluciones no convencionales.
4. Potencial de integración con energías renovables
América Latina tiene gran potencial solar y eólico, lo que puede reducir el costo energético de la desalinización. Proyectos como Chile (Atacama) ya evalúan usar energía solar para plantas desalinizadoras.
5. Reducción de conflictos por agua
En algunas regiones, desalinizar puede aliviar conflictos por el uso del agua dulce entre sectores agrícola, urbano e industrial. También fortalece la seguridad hídrica sin depender exclusivamente de fuentes interiores.
Ejemplos en marcha
Chile: más de 20 plantas desalinizadoras, sobre todo en minería del cobre (ej. planta en Tocopilla y Mejillones).
México: desalinización en Baja California Sur y Sonora. Perú: planta desalinizadora en Santa María del Mar (Lima), en expansión.