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Bolivia y Perú al rescate del Lago Titicaca
Con una profundidad máxima de 284 metros, se calcula que su volumen de almacenamiento llega a los 900 Km3. Para dar una idea de lo que significa este volumen, se estima que con esta cantidad de agua se podrían llenar 360 millones de piscinas olímpicas o bien 900 billones de botellas de agua de 1 litro.
“El lago Titicaca, un condominio indivisible compartido entre Perú y Bolivia, es el lago más alto y navegable del mundo, ubicado a 3,809 msnm, con una superficie de 8,400.0 km2; 170 km de largo, un ancho máximo de 70 km y una profundidad máxima de 272 m. La superficie de su cuenca es de 56,182 km2 y forma parte de la gran cuenca endorreica del Sistema Titicaca, Desaguadero, Poopó y Salar de Coipasa (TDPS), con una superficie total de 143.000 km2.”
La preservación y utilización de estos colosos de agua dulce depende tanto de la cantidad de agua que disponen como de su calidad.
En cuanto a su cantidad, las autoridades de ambos gobiernos saben de los efectos del cambio climático y de la influencia de los años Niño en las sequías que suceden en el altiplano. El monitoreo continuo y los esfuerzos humanos y financieros de las instituciones públicas como el SENAMHI de Bolivia permite saber que, por ejemplo, en noviembre de 2024, se alcanzó el mínimo valor histórico en los niveles del lago.

En Perú, las autoridades informaron que el año 2024 estuvo marcado por una situación de déficit hídrico. “Los niveles de agua y caudales predominaron entre “debajo de lo normal” a muy debajo a lo normal”, afectando principalmente a los departamentos de Puno, Loreto y Piura. En Puno, los ríos Ilave, Ramis y Coata presentaron déficits persistentes con anomalías negativas de hasta -73%, -72% y – 77% en enero, y valores similares en septiembre y octubre. Esto impactó al Lago Titicaca, que reportó una anomalía de -1.49 m respecto a su promedio histórico. Este déficit hídrico afectó el turismo y la producción de totorales, entre otros impactos a la población.” (Memoria Anual del Ministerio del Ambiente de Perú).
En cuanto a su calidad, los gobiernos también saben de la presión que ejercen las actividades urbanas y productivas, como la industria, minería, agricultura, ganadería y acuicultura, mayor y más visible en las bahías de Cohana, en Bolivia y de Puno, en Perú, “en donde se nota un franco deterioro del ecosistema y de sus recursos hidrobiológicos.” El siguiente video muestra visualmente lo que se ha escrito en estas páginas.
En estudios realizados desde el año 2017 para identificar las acciones a realizar en el periodo 2020 - 2024, la Autoridad Nacional del Agua del Perú determinó que en el ámbito peruano de la cuenca del lago Titicaca se identificaron 172 vertimientos de aguas residuales como fuentes de contaminación de la calidad ambiental. De estos, se destacan cinco tipos: domésticos (14), industriales (13), municipales (117), actividad minera (22), pasivos mineros (03) y vertimientos de piscinas de aguas termales (03).
El vertimiento de aguas residuales municipales representa la principal fuente de contaminación del lago, y también debido a que las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) colapsan frecuentemente por la sobrecarga orgánica e hidráulica (SUNASS, 2015).
Ver esta situación en el siguiente video:


¿Qué se está haciendo?
Ver esta situación en el siguiente video:
Las autoridades ambientales de ambos países crearon la ALT (Autoridad Binacional Autónoma del Sistema Hídrico del Lago Titicaca, Río Desaguadero, Lago Poopó, Salar de Coipasa) y definieron medidas de mitigación a realizar en la Bahía interior de Puno, la Bahía de Cohana, los ríos Ramis, Cohata y Katari.
La ALT “en convenio con Universidades y otras entidades ejecuta proyectos piloto para la descontaminación de los puntos eutrofizados en las zonas anteriormente mencionadas, con el objetivo principal de contar con métodos o sistemas de descontaminación adecuados para las zonas de estudio y así replicarlos en las zonas con eutrofización en el lago Titicaca.”
El Proyecto PTAR Titicaca
Este proyecto, de gran importancia para sanear el Lago Titicaca, comenzó en el año 2019, pero no ha dejado de tener algunos problemas en su ejecución.
Algunos de los componentes clave incluían:
Instalación de colectores: Más de 54 kilómetros de tuberías principales de desagüe en ciudades como Puno, Juliaca, Ilave y Ayaviri.
Construcción de plantas de tratamiento: Se han planificado seis nuevas plantas y la mejora de otras cuatro existentes.
Operación y mantenimiento: Se han implementado sistemas para garantizar el cumplimiento de normas ambientales y la eficiencia en el tratamiento de aguas.
El proyecto es parte de una Asociación Público-Privada (APP), lo que permite una gestión conjunta entre el gobierno y el sector privado para garantizar su sostenibilidad.
A pesar del notable esfuerzo de las autoridades de ambos países, el proyecto no se ha desarrollado y por lo tanto, el lago sigue contaminado. Esta es la historia del proyecto hasta el año 2024.
En 2019, el proyecto fue adjudicado al consorcio Fypasa Construcciones S.A. de C.V. y Operadora de Ecosistemas S.A. de C.V., con una inversión estimada de S/ 863 millones y un plazo de concesión de 30 años.
El proyecto contemplaba la construcción de nuevas plantas en las localidades de Puno, Juliaca, Ilave, Ayaviri, Juli y Moho, así como la operación y mantenimiento de plantas existentes en Azángaro, Yunguyo, Huancané y Lampa.
En 2022, la Contraloría General de la República del Perú reportó un avance físico del 17.77% en las obras del componente 1, cuando se esperaba un 88.91%, evidenciando un retraso significativo.
En 2023, el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) inició el proceso de resolución del contrato de concesión debido a graves incumplimientos contractuales por parte de la concesionaria OPETI, incluyendo la paralización de obras desde diciembre de 2022.
En 2024 (Diciembre), de acuerdo con las proyecciones del Ministerio de Vivienda Construcción y Saneamiento el proyecto en algunos casos recién podría reiniciarse en el 2027 en el mejor de los casos.
Desde 2023, el proceso ha retornado a su etapa inicial, es decir en algunos casos se iniciará una especie de estudios complementarios.
En 2025 (Enero), el MVCS firmó convenios con las municipalidades de Melgar, El Collao, Chucuito, Puno, San Román y Moho para desarrollar los estudios técnicos. Sin embargo, los avances son lentos: en el caso de Puno, el expediente técnico estará listo recién en abril de 2027. La PTAR Moho, por su parte, prevé su viabilidad recién en marzo de 2025. Este retraso genera incertidumbre sobre el impacto ambiental que la región enfrentará mientras las aguas residuales continúan contaminando el lago y sus alrededores.
Conclusión

Los gobiernos de Perú y Bolivia han hecho ingentes esfuerzos por hacer avanzar el proyecto PTAR Titicaca, pero causas fuera de su alcance no han permitido el buen suceso del mismo.
Es claro que el mayor peso financiero de este proyecto consiste en la ejecución de obras de Alcantarillado, conducción y tratamiento de aguas residuales.
Sin embargo, como puede verse en los videos, la población local también está interesada en solucionar el problema de contaminación y por tanto son actores importantes.
La opción de alianza público-privada es importante por cuanto al final de las obras, los beneficios también serán recibidos por empresas privadas dedicadas a la agricultura y al turismo.

El proyecto contemplaba la construcción de nuevas plantas en las localidades de Puno, Juliaca, Ilave, Ayaviri, Juli y Moho, así como la operación y mantenimiento de plantas existentes en Azángaro, Yunguyo, Huancané y Lampa.
En 2022, la Contraloría General de la República del Perú reportó un avance físico del 17.77% en las obras del componente 1, cuando se esperaba un 88.91%, evidenciando un retraso significativo.