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¿La norma hace muy difícil garantizar una atención adecuada y oportuna a las violencias

Estos dineros se han usado para la atención de la emergencia sanitaria en contratación de personal del área salud, compra de insumos para el área de la salud, adecuación de hospitales y/o centros de salud, compra de medicamentos, compra de pruebas para la detección de la COVID-19 y fortalecimiento de estrategias para la recepción de denuncias y atención en salud mental. Todo ello es más que necesario para la contención de la pandemia. Sin embargo, se queda corto a la hora de entender las problemáticas que una emergencia como la ocasionada por la pandemia genera en las mujeres.

La pandemia no solo es una crisis de salud, también es una crisis de los cuidados, económica, relacional y de convivencia, que conlleva a una mayor vulnerabilidad de las mujeres frente a las violencias de género, evidenciada en las cifras presentadas anteriormente. La pandemia significa un nivel de deterioro superior inclusive al que ya se había empezado a nombrar como “crisis civilizatoria”, entendida como crisis estructural del proyecto capitalista, colonial y patriarcal.

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¿La norma hace muy difícil garantizar una atención adecuada y oportuna a las violencias?

Con la declaración del estado de emergencia sanitaria por parte del gobierno nacional, los derechos de las mujeres, entre ellos el derecho a una vida libre de violencias, pasaron a segundo plano. La totalidad de municipios del departamento de Antioquia citan casos de violencia de género o violencia intrafamiliar y refieren campañas de prevención o habilitación de canales de denuncia. Ambas estrategias parecen haberse quedado cortas en el escenario de la pandemia (e inclusive en contextos no pandémicos), por las condiciones que atraviesan las mujeres en el entramado de una situación de vulneración y/o de violencia.

Las campañas de prevención no han tenido un impacto significativo en la gran mayoría de casos, tampoco los canales de denuncia mitigaron el riesgo. Líneas de atención como el 123 y el 155 no lograron atender casos de algunas mujeres por su alta demanda. Los tiempos de respuesta promedio oscilaban entre una hora y treinta minutos51, conllevando a la no espera por la atención.

En algunos municipios habilitaron líneas de atención por WhatsApp, para favorecer la comunicación y el conocimiento de hechos de violencias. Otros, por el contrario, no contaron con rutas que se adaptaran a los cambios generados por el confinamiento, o la población no recibió información sobre las mismas, lo que limitó aún más el acceso para mujeres de corregimientos y veredas apartadas, a lo que se sumaron las dificultades de conectividad y acceso a redes en diferentes territorios.

En medio de este panorama, resultan claras las dificultades para una atención adecuada y oportuna. Una de las mujeres entrevistadas se refirió a ello de la siguiente manera:

…ninguna atiende de manera eficaz, por eso lo decía ahorita, se chutan la pelota, porque es que la responsabilidad del caso no sé si es que les parece muy complicado, si es que la ley se los está poniendo muy difícil, que para ellos usted va a la policía y se lo chuta [deriva la responsabilidad] al hospital, el hospital te manda para la inspección, a veces ninguno quiere ser el primero que inicie en el proceso y si lo inician se queda iniciado52 .

La ley, la norma, ¿se los pone muy difícil?, interroga la mujer del testimonio y parece que ningún actor institucional quiere ser el primero en activar la ruta, es la valoración que logra hacerse la entrevistada ante una supuesta falta de asunción de responsabilidad por parte de las entidades receptoras de los casos. Con frecuencia, las mujeres refieren

51 Grupo focal con lideresas, Norte de Antioquia, realizado el 12 de agosto del 2021. 52 Entrevista, Bajo Cauca, 2021

no haber encontrado una respuesta efectiva, tampoco el acompañamiento por parte de la institucionalidad, dificultad que se acentuó durante la pandemia, haciendo crítica la situación.

En algunos lugares se interrumpió la prestación del servicio por parte de entidades de orden municipal, como inspecciones de policía, Policía de Infancia y Adolescencia y Fiscalía. A esto se suma que las Mesas de Erradicación de Violencias dejaron de sesionar y las Comisarías de Familia, aunque seguían atendiendo, no tenían todo el personal ni condiciones para hacer frente a la situación. Una de las mujeres entrevistadas manifestó lo siguiente:

La comisaría, aunque prestaba atención, estaba depurando atenciones atrasadas, aun cuando cuenta con ruta de atención a mujeres víctimas de la violencia53 .

Las comisarías y sus equipos de trabajo cumplen un papel de suma importancia en la ruta de atención a violencias. En junio de 2020, la Comisión Legal de la Mujer del Senado realizó una audiencia pública con el fin de conocer el desempeño de las comisarías y la capacitación de funcionarios y funcionarias para la atención de casos54 .

En el año en curso se aprobó la Ley 2126 de 2021 que reforma las comisarías, ley que es necesario conocer, apropiar y difundir, en tanto tiene como una de sus funciones “Brindar atención especializada conforme a los principios rectores de la presente ley y demás parámetros constitucionales y convencionales en materia de derechos humanos y erradicación de las violencias en el contexto familiar, en especial las violencias por

53 Ibid. 54 COLOMBIA. SENADO DE LA REPÚBLICA. Las mujeres asumen el impacto más alto de la pandemia, el de las violencias y el socioeconómico. 2020. [En Línea]. Disponible en: https://www.senado.gov.co/index. php/prensa/lista-de-noticias/1333-las-mujeres-asumen-el-impacto-mas-alto-de-la-pandemia-el-de-las-violencias-y-el-socioeconomico

razones de género y la violencia contra niños, niñas y adolescentes, y personas adultas mayores”55. Además, rige su actuación bajo los principios de acción sin daño.

Otro factor que afecta el acceso a una adecuada atención, y por lo tanto a los procesos de denuncia, está relacionado con una alta rotación de funcionarias y funcionarios públicos e insuficiente formación género-sensitiva. Una de las quejas recurrentes en el tema de atención a víctimas es la falta de idoneidad de funcionarias y funcionarios, lo que acentúa su desconexión con la realidad de las mujeres afectadas por violencias.

Así mismo, se suma la poca articulación por parte del personal de las entidades estatales que operan las rutas. Pareciera que el adecuado y oportuno funcionamiento de las mismas dependiera más de las voluntades de los gobernantes de turno que de las orientaciones procedentes de una clara normativa nacional.

La posibilidad de nombrar los obstáculos de las mujeres para acceder a la atención y a la restitución de sus derechos como violencia institucional, no estaría desconociendo que el orden social se legitima y reproduce a partir de las mismas instituciones que funda para su control.

55 COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 2126 de 2021. 4 de agosto de 2021. [En línea]. Disponible en: https://dapre.presidencia.gov.co/normativa/normativa/LEY%202126%20DEL%204%20DE%20AGOSTO%20DE%202021.pdf

Tejiendo experiencias y significados desde y para las mujeres en el confinamiento obligatorio por la COVID- 19

Otra situación recurrente que se presentó en el tiempo de confinamiento fueron las afectaciones a la salud mental, que generaron un incremento en la demanda de atención, desbordando la capacidad de los municipios para ofrecer atención adecuada y oportuna.

A diversas estrategias creadas para ofrecer atención, se sumó la contratación en varios municipios de personal de salud que incluyó profesionales para la atención psicosocial de la población. No obstante, en los grupos focales las mujeres manifestaron sentirse desprotegidas por lo precario de la atención e hicieron alusión a estar ante una situación donde opera la expresión popular “sálvese quien pueda”56, para manifestar cómo se sentían en materia de atención a la salud mental en su municipio.

Las mujeres afrontaron situaciones difíciles, el confinamiento y cuarentena significó una mayor precarización de sus condiciones materiales de vida, recarga de las tareas domésticas y de cuidado, mayor riesgo y situaciones de violencias. Sin duda, la pandemia y las medidas de confinamiento obligatorio afectaron a toda la población. Sin embargo, para las familias de escasos recursos la situación fue peor y dentro de ellas para las mujeres. Sumado a la ya muy difícil situación económica, muchas mujeres enfrentaron otras situaciones que afectaron su salud mental. Así lo narró una de las mujeres entrevistadas: …es que no me aguanto a este hombre todo el día diciéndome que no estoy bien arreglada, en un encierro de estos bien horrible y psicológicamente fue muy duro para todas, y tener también ahí a un hombre todo el día poniendo más problema, a mí me parece que ese encierro fue muy duro57 .

56 Entrevistas Occidente antioqueño, realizada en julio de 2021. 57 Entrevista lideresa, Norte de Antioquia, realizada en agosto de 2021.

No estar bien arreglada, según el testimonio anterior, fue un reproche realizado por un hombre que “todo el día ponía más problema”. Más problema del que ya significaba el encierro y al que se le sumaba tener que estar arreglada, generando una presión psicológica que no pasa desapercibida al analizar algunos alcances del confinamiento. En Antioquia, los subsidios que se entregaron por parte del gobierno nacional, al parecer, no tuvieron enfoque diferencial ni de género. Si bien muchas mujeres recibieron subsidios, lo hicieron por pertenecer a programas, proyectos o estrategias previas a la pandemia o por inscribirse a ellos en el marco de la misma, anotando en ello la dificultad de muchas para acceder a la inscripción debido a falta de información o precarias condiciones tecnológicas para lograr el registro y beneficio ofrecido. Es decir, cientos de mujeres de las zonas urbanas más marginales y de las veredas más alejadas quedaron por fuera de cualquier beneficio otorgado por los gobiernos locales y nacional, poniendo en evidencia la precarización del Estado colombiano para atender emergencias nacionales como la ocasionada por la pandemia de la COVID-19.

Una de las mujeres entrevistadas se refirió así a la situación:

Esta situación de cuarentena ha sido difícil (…) económicamente he estado muy preocupada, el hijo que vive conmigo trabajaba vendiendo dulces y ahora no ha podido salir, una hija, que no vive aquí, estaba trabajando, había empezado cuando la cuarentena y le cancelaron el contrato, todo eso psicológicamente es pesado, me afecta mucho, y operada no puedo salir a realizar el reciclaje (…) una señora vino y me dijo que como yo estaba necesitada pusiera un trapo rojo que significaba que necesitaba alimentos, entonces hice eso, y otra gente también empezó a hacer eso. Pensé que de verdad era una ayuda, que sí me iban a dar alimentos, y como el alcalde hizo recolección de mercados, según decían en la televisión, pero no llegó nada58 .

58 Entrevista a mujer en el Valle de Aburrá, realizada en junio de 2020.

Aunque los gobiernos locales y nacional acopiaron y entregaron ayudas, muchas familias no lograron acceder a ellas y quedaron abandonadas a sus funcionamientos. Se propone el término “funcionamiento” en el sentido propuesto por Amartya Sen, quien hace referencia a “las diversas cosas que una persona puede valorar hacer o ser”59. En la cuarentena se puso en juego el funcionamiento de vecinas, vecinos y ONG, que decidieron ser solidarios y hacer gestiones para aportar a su bienestar y al de otras personas.

Así se refirió a esta actitud una de las entrevistadas: “La gente es solidaria, los que me conocen llegan, que vea vecina le traje una bolsa de leche… También la ayuda de ONG que trabajan con nosotras fue de gran ayuda. Y entonces así reunía y compartía con vecinas que tampoco tenían”60 .

A la par que crecía la capacidad de resistencia y la solidaridad, también se profundizaron valoraciones ciudadanas de incredulidad en el Estado:

Si ahora volvieran a sacar el trapo rojo61, ya no lo sacaría, porque no creo en esas ayudas. El desconsuelo y la rabia enferman, hace que uno pierde la fe en el gobierno, en los grandes líderes. No se sabe cómo es que reparten los recursos, las ayudas. Uno parece pidiendo limosna, poner el trapo rojo es como pedir limosna y que los grandes se burlen, no atienden a las necesidades, eso da desesperanza (…) Al gobierno yo le diría que mire a las personas realmente necesitadas y repartan los recursos, que no hablen tanto, sino que atiendan a las personas que lo necesitan62 .

59 SEN, Amartya, Op. cit. 60 Entrevista a mujer en el Valle de Aburrá, realizada en junio de 2020. 61 Fue una estrategia que surgió durante la cuarentena como indicador de que las familias estaban confinadas en sus casas sin comida. Fue un SOS para poder acceder a los alimentos. 62 Entrevista a mujer en el Valle de Aburrá, realizada en junio de 2020.