EL GRITO SUBLIME _Alboraia_Teruel

Ediciones

El Grito Sublime

2022

Un proyecto expositivo comisariado por Martíllopis, Elia Torrecilla e Irene Covaleda

El Grito Sublime Un proyecto expositivo comisariado por Martíllopis, Elia Torrecilla e Irene Covaleda

Artistas participantes: Almudena Millán Álvaro Salcedo Galbán Andrea Casanova Arianne Garrido Arze Colectivo Raíz Cristina M Lizama Elena Martínez Eneko de Blas Fan Jiang Felicia Puerta Irene López Hernández Isabel Martí Karina Vagradova Javier Chapa Invitados: Alicia Piquer Sancho Claudia García de Mateos David Pérez Encarna Dolz Maribel Domènech Diseño y maquetación: arze.design © de los textos: Los autores © de las imágenes: Los propietarios © de la presente edición: LAPASSA

Luis Utrillas María Miguel Bueno Mateo Méndez Merche Pereira Meritxell Simó Miguel Molina Alarcón Miriam Inza Nano Pia Pepe Romero Santi Gómez Silvia Ariño Sofía Díaz Tania Ansio Tham Casany Vicente Carrión

Nieves Alberola Crespo Pepe Romero Pep Sales Gabarda Vicent F. Zuriaga Senent

Fotografías de los trabajos: Tham Casany, Vicent Salvador y Vicente Carrión.

2022 LAPASSA Ediciones ISBN: 978-84-09-41189-4

Colaboran:

El Grito Sublime Alboraia 2021

Notas sobre El Grito Sublime La exposición como pausa, encuentro y reflejo Si hablamos de El Grito ¿Quién no lo relaciona a Munch? En una mirada global, El grito como proyecto, se inicia desde la intención de reflexionar sobre la obra de Munch aunque desde una perspectiva social, política y cultural muy actuales. En la primera exposición que se celebró bajo este título gigante, se planteaba la necesidad de poner sobre la mesa temas como la despoblación, los intereses políticos que hacen que la subsistencia en los entornos rurales sea sinónimo de lucha incesante y casi agónica. Además, este planteamiento nos lleva a intentar analizar otras ideas que giran en torno a esta cuestión como son las conductas de consumo y las diferencias sociales que ello causa. Para plantear un paisaje, una vista del panorama (artístico en este caso) hemos echado la vista atrás para poder observar el presente y gritar como hoy lo haría Munch.

Aunque la obra de la que partimos para elaborar un vasto discurso artístico, la obra de Munch, se pintó en 1893, podemos seguir considerándola un símbolo de la angustia existencial del hombre moderno. La pintura presenta a un hombre con una mueca de terror que ha generado un eco en la historia del arte. Estamos en medio de un atardecer, en una conocida colina de Oslo donde los habitantes de la ciudad solían salir a pasear. En la placa que se encuentra en el marco de la obra que Munch dejó intencionadamente expresa el rugir de la naturaleza que sintió: Iba por la calle con dos amigos cuando el sol se puso. De repente, el cielo se tornó rojo sangre y percibí un estremecimiento de tristeza.

Un dolor desgarrador en el pecho (...) Lenguas de fuego como sangre cubrían el fiordo negro y azulado y la ciudad. Mis amigos siguieron andando y yo me quedé allí, temblando de miedo. Y oí que un grito interminable atravesaba la naturaleza.

Estamos ante una experiencia que se ha traducido en el retrato de angustia del hombre de hoy, aterrado por multitud de razones que quizás en la actualidad, podrían guardar una relación con las estructuras de comunicación, de rendimiento o productividad y de amplias plataformas que más que nada lo que hacen es, influir(nos) para que todos estemos predispuestos a cumplir con las expectativas que un rápido sistema de producción nos impone. El ser humano se auto promociona, se explota, y se desnuda ante una gran cámara (como si de un gran hermano se tratase) y dedica un amplio número de horas a perfilarse ante un público virtual capacitado (porque autorizamos para ello) en juzgar, premiar o castigar(nos).

Si se me permite hablar en estos términos, explicaría que el grito, y me refiero a las cuatro exposiciones que hemos realizado en diferentes salas y con distintos artistas abordando cada tema con una mirada crítica y, siempre que ha sido posible, desde varios ángulos, es una protesta. Una protesta soñada por los que formamos parte de este y otros proyectos futro de la contingencia. La práctica artística crea un conglomerado con el que se puedan establecer diálogos en la práctica artística que esperamos no se queden en algo puntual o, en el peor de los casos, inservible… si no que esta conciencia efímera pueda transcender y derivar en nuevas propuestas y en terceras o cuartas reflexiones sobre el tiempo, el lugar, el entorno y las formas en que habitamos los espacios.

Las diferentes propuestas expositivas que se han podido llevar a cabo en torno a la idea del grito ponen de manifiesto la necesidad de revisar el entorno y el valor de reescribir, revisar y revivir otra historia, la historia mirada por mujeres, jóvenes, artistas consagrados, profesores y profesionales del mundo de la creatividad. La sala de exposiciones consuma un proceso para

mostrar las obras que cada uno propone junto con una frase que acompaña y completa la instalación, el lienzo la fotografía…etc.

El arte es, desde mi punto de vista, una forma de vivir arriesgada en la que el discurso de los proyectos debe cuidarse. En el mundo del arte nunca se llega a un lugar concreto, el camino es el descubrimiento de miles de matices que construyen la identidad del artista.

Contextualizar e interrelacionar diferentes manifestaciones artísticas es más complejo cuanto más dispares, múltiples e interdisciplinares son.

En este caso debemos atender las diferencias desde un punto de vista que multiplica los sentidos y la capacidad de integrarlos e interpretarlos. Se ha intentado llevar a cabo un montaje para no aislar las piezas, es decir, con la intención de que todas las miradas dejen de percibir un discurso cerrado en una pared y desmontar la idea preconcebida de que hay un discurso con principio y final. El proyecto El Grito se autorretrata como una experiencia multisensorial y colectiva. La transversalidad a la que venimos haciendo referencia, nos ha permitido darle un sentido muy amplio a la obra de Edvard Munch.

Si El Grito ha supuesto, en su concepción y en su puesta en marcha, un ejercicio para los artistas que participan en el proyecto, también hemos pretendido que lo sea para el visitante, para el aficionado al arte que visite la sala. Y es que, si la colectiva se contempla como diferentes compartimentos estancos, es decir, se ancla la mirada en cada una de las piezas con su propio mensaje, se perderán muchísimos matices y lo esencial del discurso. Hemos apostado por desarrollar proyectos que interpelan al uso del espacio y que abordan las relaciones existentes entre ámbitos cuyos límites resultan cada día más difíciles de precisar pero que, consideramos, el resultado muestra una gran comprensión y respeto por la ideología de sostenibilidad y de constante revisión que intentamos difundir.

El poder trabajar y desarrollar ideas es la mejor motivación y considero como comisaria de El Grito Sublime que, el proyecto ha estado lleno de un compromiso que da lugar al presente catálogo.

— Irene Covaleda Comisaria de El Grito Sublime

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Así empezó todo Quizá fue por Whatsapp o tal vez en la barra de un bar, solo retengo en mi mente un sí enorme de las comisarias. Las conocí en la Universitat Politècnica de València; a Elia en sus paseos por pentagramas borrados intentando recorrer el bulevar del doctorado, y a Irene porque me la presentó Elia. Fue una grata experiencia que se materializó en la exposición que desde el cuarto oscuro de un búnker en tiempos de catástrofe llamamos Sin título, no había mucha luz que nos alumbrase.

De esa experiencia nació El Grito, en clara alusión a Munch, y aunque se lo propuse a las dos, fue Irene quien, enrabietada por los vacíos de su pueblo (Teruel), se apuntó de inmediato a rellenarlo. Elia, atiborrada de papeles sin color, los dejó de lado y se apuntó a la fiesta, quería ser parte de la siguiente ronda y las dos, Irene e Elia, tomando conmigo un café en la terraza de la plaza el Carme de València (esta vez sí lo recuerdo) me ayudaron a redactar lo que sería la carta de invitación para los artistas de la próxima colectiva, El Grito Sublime, y decía así: “Irene Covaleda, Elia Torrecilla y yo mismo os enviamos esta propuesta artística por si es de vuestro interés. Nos gustaría que participarais en esta exposición colectiva que se va a realizar en la Casa de Cultura de Alboraia y en la Facultad de Bellas Artes de Teruel.

Llevamos varios años trabajando con un concepto artístico, El Grito, en referencia a Munch y a partir de él vamos desarrollando diferentes relatos. En esta nueva aventura partimos de El monje frente al mar de Friedrich. Queremos explorar lo sublime; esa sensación del hombre frente a la inmensidad de la Naturaleza. No se busca una réplica de Friedrich, sino que a partir de repensarlo propongáis vuestro trabajo.

Un trabajo completamente libre y en cualquier dirección o disciplina. Otro elemento que hemos añadido es que lo veáis desde

el punto de vista de ser mujer y me explico: Cuando empecé Bellas artes era un aspirante a artista, era blanco, occidental y hombre, cuando acabe la carrera me sentía un poco más mujer, sin más. Y eso me daba otras perspectivas artísticas que antes desconocía. Dada la invisibilidad de estas, las mujeres, en el arte y en tantas otras materias, el título de vuestra propuesta será la frase de alguna filósofa o artista mujer que vosotros elijáis . Ahora mi pregunta es: ¿Cómo reaccionaria el monje de Friedrich si fuera mujer? ¿Cómo vislumbraría la Naturaleza y por ende el espacio exterior? Esta ha de ser nuestra metodología, sentirnos Mujer frente a la Naturaleza y al mundo.

Nota: Para no caer de nuevo en el binomio hombre-mujer, pues no son contradictorios. A partir de ahora cuando hablemos de sentirse Mujer, lo haremos como un concepto fluido, estaremos expresando a todos aquellos otros géneros en contraposición a la concepción binaria propia y predominante del mundo en masculino que conocemos. Para las mujeres artistas, apuntar sólo un detalle. También las mujeres han asumido roles y tics propios del hombre y lo que se pretende es que los destapéis y gritéis como Mujeres, sin más ataduras.

Además, en estas exposiciones queremos poner el valor en lo colectivo, en el Nosotros, frente al ego artístico que tanto nos caracteriza. Por lo que en la muestra se buscará la suma de vuestras propuestas más que la valoración individual de las piezas, que también.”

Esta carta se envió por email a los artistas a mediados de julio de 2021. La respuesta de muchos de ellas fue de entusiasmo, algunos no contestaron, pero el elenco conseguido tuvo y tiene un alto nivel de interés como podréis descubrir en este catálogo.

— Martíllopis Comisario de El Grito Sublime

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1 Esta propuesta quiere dar un paso más para visi-

bilizar la invisibilidad histórica de la mujer, que es en “ver” a través de ellas, sentirnos “mujeres” por un momento al menos, ser esa mujer que escogíamos su pensamiento y se convertía obra desde su mirada. Esto se diferencia a realizar homenajes a una mujer, que es siempre desde fuera. La propuesta de esta exposición itinerante es hacer una obra desde ella/s misma/s. Yo veo en esto la originalidad comisarial de esta exposición, que nos habéis invitado a percibir por un momento “desde” ellas y no “sobre” ellas. Y una cosa más, ellas se han convertido para mi en “activadoras creativas” en la obra que hemos hecho, sus palabras se han encarnado en arte. Por

eso en el tercer párrafo hablaría de esto, que se lanzó una invitación a convertirnos mujeres artistas todas (sea hombres o mujeres) y las que ya lo son, por las que fueron invisibilizadas, se visibilizan con ellas, de mujer a mujer. Esto es lo que más me llamó la atención de la propuesta inicial, no solo “homenajear”, sino sentirnos ellas “dando a luz” una obra. La verdad que es muy interesante esta idea comisarial.

Personalmente sentirse embarazado creativamente de ideas y haber dado luz en esta exposición.

— Miguel Molina Alarcón

Conversaciones por Whatsapp, 17/10/2021.

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Elia Torrecilla interpretada por Pepe Romero Hola, buenas tardes, mi nombre es Elia Torrecilla y estoy encantada de estar aquí con todas vosotras. Antes de nada, quisiera dar las gracias a Joan Lluis Llopis por invitarme a formar parte de este maravilloso proyecto, y de esta necesaria exposición donde se revela la importancia de la mujer en el arte, y la invisibilidad a la que ha sido sometida.

Mi nombre es Elia Torrecilla. Soy mujer. Mido 1,68. Soy de Vigo, aunque nací en las Palmas de Gran Canaria el 6 de noviembre de 1984. Soy una de las comisarias de la exposición El grito Sublime que hoy inauguramos y actualmente imparto docencia en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel, Universidad de Zaragoza. Me dedico a la investigación artística, práctica y teórica, aunque a veces me gustaría ser una cajita de música, como María Zambrano: “una caja de música inédita, de mi música, de la música de mis pasos, mis acciones…”

En 2019 Joan Lluis Llopis me preguntó: ¿qué te llevarías a una isla desierta? Maquillaje, respondí. Esa pregunta se transformaría en exposición, y mi respuesta, en una acción repetida: maquillarme, desmaquillarme, maquillarme, desmaquillarme, maquillarme, desmaquillarme.

O lo que es lo mismo: aparecer, desaparecer, aparecer, desaparecer, aparecer, desaparecer.

Maruja Mallo dijo en una ocasión: Si hablas de maquillaje, yo creo que la raza que más se ha maquillado han sido los faraones, porque son unos maquillajes ya desorbitados pero que plastifican la cara. Porque un semblante maquillado y otro que no está maquillado, el que está desmaquillado parece que está desteñido, porque el maquillaje dibuja, acentúa las facciones, las recrea.

Maruja Mallo llegó a convertirse en una máscara. Maruja Mallo parecía haber salido de sus propios cuadros. Crearse a una misma. Auto-visibilizarse cuando la invisibilidad acecha.

Mi nombre es Elia Torrecilla. En ocasiones busco aprender la transparencia, practicar la inmovilidad, la inexistencia. Aprender a ser una sombra y a mirar a los hombres como si fueran piedras. Robert Walser me acompaña, porque ambos nos hemos convertido en un interior.

Ambos paseamos como por un interior. Todo lo exterior se vuelve sueño, lo hasta entonces comprendido, incomprensible. Yo ya no soy yo, soy otro, y precisamente por eso otra vez yo.

A la dulce luz del amor, reconocí o creí deber reconocer que quizá el yo interior sea el único que en verdad existe.

Mi nombre es Elia Torrecilla, y además de cajita de música, máscara, y sombra, quiero ser espejo. Que todas fuéramos espejos: Superficies reflectantes. Cóncavos, convexos. Múltiples, comunicantes. Que toda esta exposición sea un gran espejo. Una infinita placa sensible que visibiliza: a ellas, que somos nosotras.

Virginia Woolf me pregunta:“¿Cuál es el verdadero yo, el que está en el mes de enero, sobre la acera, o el que en junio de inclina sobre la balaustrada del balcón? ¿Estoy aquí o allí? - y prosigue: O acaso el verdadero yo no es ni uno ni otro, no está aquí ni allá, sino que es algo tan mutable y errante que solo cuando se deja ir, libremente y sin trabas, y da libre curso a sus deseos, solo entonces, somos nosotros mismos…”

Mi nombre es Elia Torrecilla, y me gustaría que esta inauguración se convirtiera en una fiesta de máscaras y disfraces, de cajitas de música alegre, de espejos andantes y en movimiento.

Que se reflejen las sombras, que se iluminen, que hagamos audibles las voces ocultas. ¡Que se haga la luz!

Gracias!

— Elia Torrecilla Comisaria de El Grito Sublime

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La Era de las Mujeres “Los grandes males de los pueblos vienen, menos de las injusticias que persiguen, que de las que toleran, y sobre todo de las que ignoran.” - Concepción Arenal1 Celia Amorós es bastante expresiva a la hora de hablar del androcentrismo. Cuando la filósofa valenciana describe lo que ha acertado en llamar el «ciclo del olfato»2, aquel en el que las mujeres en su emancipación feminista ya han logrado ponerse el traje de lo humano (conseguir este traje constituye el «ciclo del hambre»), estas mismas mujeres se dan cuenta de que dicho traje desprende un olor rancio. Amorós lo denomina un «tufillo», concretamente. Es el tufillo de lo masculino.

Como ahora sabemos, lo propiamente masculino ha usurpado durante siglos la categoría de lo humano, lo que ha llevado a identificar las conductas y valores masculinas (aquellas que definen dicho género y que los varones se guardaban en exclusividad) con lo propiamente humano, que desde hace apenas unas décadas se encuentra por redefinir. Las preguntas sobre lo que compone un genérico humano, liberado de ese sistema de valores oculto, tan recientemente desvelado, y del sujeto varón, blanco y occidental como epíteto del saber, acompañan y alimentan al debate feminista desde entonces.

Es un lugar común, si enunciamos desde una exposición de arte que parte de frases dichas por mujeres creadoras, hablar de uno de los textos fundadores de una teoría e historia del arte feministas, el famosísimo ¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres? (1971), de Linda Nochlin. Pero peor sería pasarlo por alto, ignorando las perspicaces reflexiones que nos aporta para pensar el androcentrismo, por miedo a repetirnos. Por ello, intentaremos usarlo como un apoyo para pensar, sin intención de reproducir lo que en él ya está dicho.

Nochlin comienza su texto asegurando que nos encontramos en un momento en el que todas las disciplinas académicas e intelectuales están aumentando su conciencia sobre sí mismas.

Ocasión óptima, dice, para adquirir una visión más adecuada y precisa de la realidad, o más exactamente, de las situaciones históricas. Para esta tarea es necesario replantearnos (confrontar) las mismas bases intelectuales e ideológicas de estas disciplinas, puesto que ha sido patente su «arrogancia conceptual» e «ingenuidad metahistórica». La dominación de la subjetividad del hombre blanco es una distorsión intelectual, plagada de prejuicios e insuficiencias, que el feminismo y otras revoluciones deben atacar directamente.

Dicha subjetividad se expresa en el enfoque de una cuestión o materia, que Nochlin ejemplifica con la célebre pregunta que da título a su texto, la cual va desarticulando para señalar los diferentes trasfondos que la conforman y sus consabidas respuestas. De este modo somos conscientes de que dentro del planteamiento del problema hay ya una solución implícita, de igual manera que en una ecuación el valor de x está fijado de antemano. Si nos preguntamos por qué no han existido grandes artistas mujeres, hay un supuesto tras la misma que nos dice «no han existido grandes artistas mujeres porque las mujeres son incapaces de llegar a la grandeza»3, o bien «en el arte de las mujeres existe un tipo diferente de “grandeza” que el que existe en el arte de los hombres».

Estos diferentes y hasta contradictorios supuestos tras la pregunta (como dice Celia Amorós: el poder es paranoico), le permiten concluir que la pregunta es una tergiversación plagada de falsos conceptos. Os remitimos al texto original para que leáis cómo los combate brillantemente, y cumplir así con nuestra promesa inicial de no recrearnos excesivamente en repetir lo que ya está dicho. Tener la suerte de contar, por fin, con una tradición propia feminista, incluye

el placer de poder nombrar a las maestras, reconocer sus aportaciones y difundir sus obras para arraigar su predominio, enorgulleciéndonos de nuestra genealogía e impidiendo que caiga en el olvido.

Para nuestro texto, sin embargo, es importante que tengamos en cuenta que, si queremos entender la hegemonía masculina, este recorrido a través del conocimiento establecido y su relación con el poder es completamente insoslayable. Hablamos de un conocimiento, por tanto, que no funciona solo como teoría, sino que tiene unas prácticas y estructuras asociadas, así como capacidad de hacer y deshacer, de regir nuestras vidas. A través del análisis del mismo, conseguiremos revelar «la subestructura enteramente romántica, elitista, de glorificación individual y elaboradora de monografías en la que se basa la profesión de la historia del arte»4, extensible al resto.

No es tarea fácil. Desde luego, quien te narra el mundo tiene un principio de credibilidad

sostenido por todo un conjunto de procesos validadores, de los más oficiales y reconocidos a los más asumidos e inconscientes. Pero, sobre todo, quien define el mundo tiene el poder de transformarlo en objeto, y como Amorós defiende, no hay alternativa posible al poder de la definición. Por ello, esta filósofa nos anima a ejercer este poder, a poner en discurso y a hacer análisis, aun a sabiendas de que nos encontraremos con resistencias atávicas. Es un método que, con perspectiva feminista, logra desvelar la parcialidad del saber masculino a través de comprender el contexto social, político e institucional en el que ese conocimiento y esa historia fueron escritos. Es la única forma, considero, de hacer un verdadero ataque feminista al statu quo.

El feminismo no puede conformarse con revalorizar simbólicamente e incluso económicamente aquellas tareas y obligaciones que le han sido tradicionalmente impuestas a las mujeres, como a veces se ha sugerido. Tiene que ir a por el todo, a reconstruir el pensamiento,

la sociedad, los afectos, el reconocimiento… Y, para ello, tiene que dotarse de herramientas y discursos interpretativos para reconocer el fraude y la falta de veracidad en los prejuicios patriarcales (en su no-pensamiento, como dice Amorós) a la par que señala otros mundos posibles (alcanzables a través de la agenda feminista). Nuestras autoras coinciden en que para llegar al fondo del asunto no podemos quedarnos en una crítica al desprecio sistemático de las obras y creaciones realizadas por mujeres y otros sujetos no hegemónicos, recuperando para ello todos los referentes que creamos necesarios. Lo más importante es señalar que este desprecio, ostensible desde una perspectiva feminista, es equivalente a lo natural para el saber patriarcal, lo que nos hace enfocarnos, de nuevo, en combatir la apropiación ilegítima por parte de lo masculino de lo humano, circunstancia que lo confunde todo. Apropiación, tiene que remarcarse, por la cual expulsaron a todos los demás de dicha identidad y la corrompieron de paso en ese mismo acto.

Podemos afirmarlo: el feminismo es transversal e influye en todos los campos del saber. No constituye una unidad autónoma que piensa sobre sí misma, estrategia discursiva empleada para marginalizarlo y relegarlo. Al igual que en la Conferencia de Pekín de 1995 se concluyó (tautológicamente, como indicaron algunas) que «Los derechos de las mujeres son derechos humanos», no podemos considerar las experiencias de las mujeres y la perspectiva de género como un aparte, son núcleo de todo conocimiento que quiera ser estimado como tal.

De hecho, si a la hora de lograr participar en el mundo (con sus techos de cristal y otras dificultades, además de la imposibilidad absoluta para todavía muchísimas mujeres) nos hemos dado cuenta de que queremos cambiarlo (no nos gusta cómo está), tenemos todavía que lograr que esa incomodidad sea escuchada y reconocida. Creo que el llamado «problema de visibilidad» que acompaña a las mujeres en las sociedades patriarcales no es exclusivamente visual: quien no está presente tampoco enuncia,

no habla, y, por lo tanto, no se le escucha. Casi podríamos decir que es al contrario: porque no se les escucha no se ve a las mujeres, ya que estar, han estado siempre ahí.

Y es que la usurpación masculina de lo humano, en consecuencia del saber y la palabra, es una forma de agenciarse la violencia de la interpretación, como nos dice Amorós. Nuestra filósofa afirma que solo se re-conocen los intérpretes, y que la mujer, en nuestras sociedades patriarcales, desde luego no lo es: su palabra no tiene apenas poder constituyente. Podemos observarlo en las grandes resistencias a su promoción a trabajos como el sacerdocio, la judicatura, las magistraturas, el alto periodismo, las cátedras, la representación parlamentaria,

etc. Pero es que, además de no poder ser sujeto que interpreta, en las sociedades patriarcales ella misma tampoco es interpretada. La violencia que se ejerce sobre ella es el absoluto inmovilismo de los axiomas, la negación de la posibilidad de cambio y, en definitiva, la asunción de que la componen unas características monolíticas e invariables (esenciales y eternas). Lo captó con absoluta pregnancia la eximia Emilia Pardo Bazán en su texto La mujer española (1890): «Para el español [para el varón], por más liberal y avanzado que sea, no vacilo en decirlo, el ideal femenino no está en el porvenir, ni aun en el presente, sino en el pasado».5 Sin embargo, bien lo sabemos, las mujeres tenemos mucho que decir, y si por algo hemos

luchado, es por lograr cambios en nuestras vidas - por conseguir un destino propio, más allá del destino relativo al que nos veíamos abocadas-. Queremos redefinir el mundo y expurgarlo de una masculinidad opresiva y tramposa, tarea para la que necesitamos indefectiblemente del feminismo. Esta ingente tarea me permite llegar a la exposición de arte que anunciábamos al principio, de la mano de las mujeres que interpretan y que son interpretadas, así como al final de este texto.

La exposición, titulada El Grito Sublime, partió de una estrategia muy concreta: poner en relieve la palabra de creadoras e intelectuales mujeres. Se propuso a diversas y diversos artistas que partieran de una frase dicha por una mujer para crear sus obras, pero sin caer en un esencialismo de lo femenino (no queríamos encontrar a la mujer en lo que decían), sino expresando la importancia de tener referentes mujeres, de leerlas, citarlas, invitarlas a hablar, etc. Estas reflexiones y experiencias de mujeres diferentes, que habitaron distintas épocas, países y realidades, se colocaron ocupando toda una pared de la sala, encabezando la exposición. La diversidad de preocupaciones y temáticas son el vivo ejemplo de la complejidad humana que encierran, y nuestra interpretación de las mismas estableció un diálogo vivo, intertextual e intergeneracional entre la pared y las piezas.

Esta reconocida estrategia para combatir el androcentrismo, poner en relieve a autoras y sus obras, nos obliga, después de todo lo expresado, a querer llevarla un poquito más allá.

Tal vez a forzarla demasiado, pero no puedo renunciar, en plena excitación discursiva, a exponerla. Si, como bien sabemos, no podemos

esperar a que los varones reconozcan la justicia de nuestras ideas, cambien su forma de pensar y actuar y nos den la mitad de todo, los principios que guían esta exposición deberían trascenderla y cumplirse en todos los ámbitos de nuestras vidas. Esto nos llevaría a leer y nombrar solamente a mujeres, o, expresado de otra forma, a no volver a citar un solo varón hasta lograr la igualdad informal, con excepción de los varones feministas (autores como John Stuart Mill han hecho tanto bien a la lucha como sus equivalentes femeninas). Sin pretender satisfacernos secretamente en nuestra resolución mientras es ignorada por el resto de la sociedad, el objetivo último no podría ser otro que lograr una sociedad más feminista. Por eso, con la intención no de crear un universo paralelo, sino de transformar éste, ahora me dirijo específicamente a las comisarias y el comisario de la exposición: ¿para cuándo la siguiente, centrada exclusivamente en ideas feministas para cambiar el mundo?

— Silvia Ariño Gurrea Artista invitada

1 Concepción Arenal, La mujer de su casa, Madrid, Gras y Compañía editores, 1883, pág. 10 2 Celia Amorós, La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias… para las luchas de las mujeres, Madrid, Ediciones Cátedra, 2005, págs. 43 y ss.

3 Linda Nochlin, «¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?», en Crítica Feminista en la Teoría e Historia del Arte, ed. por Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz (México: Conaculta, 2001), págs. 18 y ss.

4 Ídem, pág. 24.

5 Emilia Pardo Bazán, La mujer española y otros escritos, Madrid, Ediciones Cátedra, 2018, pág. 87.

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Género Digital “Algo está cambiando en los premios y reconocimientos, pero llegar a las cúpulas de poder es cuestión de mucho trabajo y tiempo.” - María José Magaña, presidenta de MAV (Mujeres en las Artes Visuales) Las diferentes estrategias de discriminación por cuestiones de género que hemos soportado a lo largo de la historia y en concreto en la historia del arte se han visto incrementadas con el uso de las tecnologías digitales.

La difusión, comercialización y el marketing que envuelve al mundo del arte se rodea de perfiles visibles (e invisibles) con un alto grado de discriminación, sobre todo hacia la mujer.

Según el sitio web Visually, investigadores han descubierto que el contenido visual es procesado de forma diferente que el texto.

En realidad, las imágenes tienen la capacidad de comunicar más información de una forma más efectiva. De hecho, el contenido visual es procesado 60.000 veces más rápido que el texto y genera alrededor de 94% más visualizaciones. Además, nuestro cerebro retiene el 80% de lo que vemos y únicamente el 20% de lo que leemos y el 10% de lo que escuchamos.

El contenido visual es una de las herramientas más poderosas dentro de una estrategia de marketing ya que tiene un efecto mayor en la mente de las personas.

Tras retener datos en nuestro cerebro, levantemos la cabeza, miremos a nuestro alrededor y analicemos las imágenes que vemos.

Dependiendo de lo conscientes que seamos en temas relacionados con tecnologías de gé-

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nero reaccionaremos de manera diferente a lo que veamos. ¿Nos damos cuenta de lo que en realidad estamos viendo o son imágenes sin más? ¿Existe discriminación por género en lo que estamos viendo? ¿Analizamos todo lo que vemos o simplemente dejamos que nos influyan? En definitiva: ¿qué vemos?

La capacidad que tienen las imágenes para comunicar es muy elevada, tanto a nivel físico como en digital. Las nuevas tecnologías están produciendo cambios acelerados en el ámbito social, cultural, económico y educativo. Nunca tantas personas habían accedido a las innovaciones tecnológicas en tan poco tiempo. Pero además de oportunidades, esta es una sociedad de barreras: no solo crea nuevas brechas entre colectivos sociales, sino que mantiene las anteriores, aunque articuladas de forma diferente. De hecho, para adecuar el capital humano a los requerimientos de la Sociedad de la Información y del Conocimiento, y fomentar una verdadera inclusión digital, es necesario reducir la brecha digital. Las Tec-

nologías de la Información y Comunicación son herramientas que pueden representar oportunidades para generar beneficios en la sociedad. No obstante, la brecha digital en el acceso, uso y apropiación social de estas tecnologías deriva en la exclusión de ciertos grupos de personas en la Sociedad de la Información y el Conocimiento.

La discriminación que sufre la mujer en el mundo del arte se ve acrecentada si cabe cuando nos trasladamos al mundo digital. Los prototipos de discriminación de género se esconden detrás de perfiles falsos con el fin de creerse más protegidos para emitirlos. Pero no solamente encontramos estas aberraciones en los perfiles falsos, también hay individuos(as) que se atreven a dar la cara.

Pero, a pesar de todo esto, ¿hemos conseguido algo con las luchas por la igualdad en el arte? María José Magaña, presidenta de MAV (Mujeres en las Artes Visuales), reconoce que “algo está cambiando en los premios y re-

conocimientos, pero llegar a las cúpulas de poder es cuestión de mucho trabajo y tiempo”. Y hablando de premios, el pasado mes de marzo, la asociación de mujeres artistas “Blanco, Negro y Magenta” entregó sus premios anuales 2020-2021 donde se reconocía al Col·legi Major Rector Peset (Universitat de València) y al Centro de Estudios de Género de la UNED, por su labor de buenas prácticas en el ámbito del arte y el feminismo. Algo, aunque poco, hemos avanzado.

Para avanzar todavía más no tenemos que cerrar los ojos frente al machismo. Hay representaciones artísticas, tanto físicas como virtuales, que denigran e infravaloran a la mujer y que a veces nos pasan desapercibidas. Es necesario ser consciente de ese machismo por minúsculo que sea y trabajar en torno a la igualdad.

Tenemos que convertirnos en militantes por la igualdad, lo cual, claro está, solo será creíble si somos capaces de hacerlo en cualquier ámbito de nuestra vida –el trabajo, la pareja, la familia, las amistades–, y de ahí, al mundo del arte. ¿Y qué hay de los hombres en este terreno?

“En este siglo, los hombres deberíamos pues hacer lo que no hemos hecho a lo largo de la historia, es decir, iniciar un proceso que suponga la renuncia a nuestra posición de comodidad. Ello implica superar un modelo de masculinidad hegemónica que nos educa para el poder, la violencia y el dominio. Que nos convierte, aunque en muchas ocasiones no seamos conscientes, en depredadores del otro y, sobre todo, de la otra. Un modelo que también genera costes para nosotros mismos, en cuanto que supone renunciar a la dimen-

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sión más humana de nuestro ser, que no es otra que la que nos reconcilia con nuestra vulnerabilidad.” - Salazar, Octavio. Feminismo: Qué papel tenemos los hombres en esta era.

Revista GQ (España), 4/03/2021.

Por otro lado, las redes sociales echan chispas cada vez que se menciona el fenómeno popularizado como mansplaining. (Explicar sin tener en cuenta el hecho que la persona que está recibiendo la explicación sabe más sobre el tema que la persona que lo está explicando. Este comportamiento suele darse de forma habitual por parte de un varón hacia una mujer. Lily Rothman, Wikipedia) La escritora Rebecca Solnit lo describe como “la intersección entre la arrogancia y la ineptitud en la que una parte de este género se atasca”. Precisamente fue ella quien inspiró este término a partir de una anécdota que cuenta en su libro Men explain to me. Según las investigaciones del filólogo Kieran Snyder, de la Universidad de Pensilvania: los hombres interrumpen tres veces más a una mujer que a otro hombre, más aún si ocupa un puesto directivo.

Si trasladamos estos hechos al terreno digital y en concreto a las redes sociales, nos daremos cuenta de que poco ha cambiado el sentido de lo hechos. La desigualdad sigue expandiéndose por las redes y hay pocas personas que realmente se escandalicen por ello. Nos hemos acostumbrado a escuchar que existen perfiles o cuentas con contenido extremadamente machista y nuestra reacción la mayoría de las veces es silenciarlo, no hacer nada o simplemente comentarlo en nuestros círculos.

La verdad es que es difícil dar con la reacción correcta frente a este tipo de hechos, pero lo cierto es que el silencio, la mayoría de las veces, nos hace cómplices.

Si aunamos lo digital con lo artístico veremos que nada ha cambiado respecto a lo que estábamos viendo. Los perfiles artísticos son un

reflejo más de lo que es la sociedad, y lo que estamos viviendo, aunque nos pese, es machista. Nos consideremos unas y unos luchadores por la igualdad, pero tenemos que ser conscientes de que hemos tenido una educación machista. Y si nos acercamos a cualquier facultad o escuela de arte veremos como este tipo de educación continua su rumbo. Puede que en algunos casos no sea tan exagerado como a finales del siglo pasado, pero si rascamos un poquito veremos semillas de modelos educativos heteropatriarcales, rancios y pasados de moda. Por poner algún ejemplo, en 1876 se adoptó en España la decisión de que la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid admitiera por primera vez a mujeres como alumnas. Hoy, en 2021, en muchas de nuestras Facultades de Bellas Artes las mujeres superan el 70% del total. Y pese a esta presencia femenina en las aulas, el número de mujeres que participaron en ARCO solamente rozaron el 30 %.

Seamos conscientes de que faltan herramientas para acabar con todo el conjunto de patrones machistas que nos rodea. Y aun así sería lógico animar a cualquier persona a que siga escribiendo sobre igualdad, subversión y cambio, siga reivindicando, y siga otorgando espacios de reflexión dentro y fuera de la Red, y se generen espacios conectados para el trabajo conjunto, y si también lo deseamos, espacios propios para automimarse y autocuidarse. Rompamos los cerrojos y ayudemos a quitar los velos que nos impiden ser críticas y críticos, para que escribamos, pintemos, dibujemos, diseñemos, averigüemos, exploremos, y naveguemos entre la pluralidad de identidades y vivencias, y así, creemos y soñemos con mundos alternativos y diversos que les permitan escapar de los hilos que teje el Iceberg Digital Machista.

— Pep Sales Gabarda Artista invitado

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No eres como el resto de chicas que conozco “He entendido cómo funciona el mercado. No basta con ser puntual y todo eso. Hay que contar con los nombres adecuados, y si no, hay que crearlos. ¿O acaso te crees que un jefe de redacción sabe distinguir la simple bondad de una imagen?” - La chica de la Leica. Biografía de Gerda Taro (2017) Helena Janeczek.

Como mujer me encuentro ante el sublime abismo que supone para mí no ser un hombre.

Inciso: Este texto es una reflexión personal desde mi socialización etiquetada como mujer desde nacimiento. Por ese motivo, no pretende ser una descripción, aproximación ni mucho menos aclaración de lo que supone ser mujer biológica, psicológica ni socialmente.

No me atrevo ni quiero hacerlo porque, al respecto, solo tengo dudas y una misoginia interiorizada que me rebota y que trabajo para identificar y contrastar. Son muchos años escuchando que no era como el resto de chicas y pensando que eso era un cumplido.

Ser mujer para mí, que siempre me han dicho que lo soy, ha sido (y por mucho que me duela sigue siendo) restricción: ser mujer es lo que no puedo hacer por ser mujer. También obligación: ser mujer es lo que debería ser por ser mujer.

Claudia, mira como llevas las rodillas y la ropa, qué brutica eres.

Creo que tenía unos 10 años cuando otra niña y yo cruzamos los meñiques muy serias mientras prometíamos en voz alta nunca maquillarnos, llevar tacones o vestir de rosa. Me gustaba presumir de cicatrices en las piernas, jugar a fútbol y revolcarme por el suelo. Entré en el juego de los bandos, ese de tú no eres como el resto de chicas, llevaba ese pin con orgullo porque para mí ser chica era todo eso que me obligaban a ser y yo no era. Yo no quería saber

quién estaba por quién intercambiando notitas, yo no me pasaba el patio jugando a la comba o haciendo pulseras, yo no quería salir por la puerta del colegio con exactamente el mismo peinado que llevaba a las 8 de la mañana. Pero yo era una chica, eso me decía la falda del uniforme que llevaba encima de unos pantalones cortos para que no se me viera nada cuando daba volteretas, hacía el pino o jugaba a fútbol. Además, la mayoría de los chicos no tenían ningún problema con que yo estuviera por ahí porque era buena defensa y chutaba fuerte, no como el resto de chicas. Me gané un puesto y una categoría por ser una niña que hacía cosas de niño. Años después trato de mirar mi vida con un prisma de perspectiva de género y me duele verme pensando que yo no era como el resto de niñas. ¿Qué me habrían dicho cada una de ellas si les hubiera preguntado qué querían hacer y no hacían por miedo? ¿Qué tantas cosas yo no hice porque en mi categoría de no ser como el resto de niñas suponía ser una más?

“No puede ser—saltó el Mochuelo ofendido, como si hubiera afrentado a su madre—. La Mica no puede oler nunca mal. Ni cuando se muera. (…). La Mica puede morir en olor de santidad; es muy buena—añadió.” - El camino (2008) Miguel Delibes Poco después, o mucho, no lo recuerdo, nos hicimos mayores y los cuerpos cambiaron. No puedes jugar en la liga de fútbol masculina.

Cambia de deporte o consigue gente para un equipo femenino. Las reglas del juego cambiaron, algunos amigos me hablaban distinto, algunas amigas no me hablaban porque el chico que les gustaba me hacía demasiado caso. Yo estaba entre los dos bandos y tenía que elegir si quería ser una chica o un chicote. Pero antes de que pudiera decidir siquiera, el resto decidió por mí: tenía demasiado cuerpo de mujer como para ser hombre. A partir de ahora, si me reía con un chico era porque quería algo, si me acercaba a los chicos estos pasaban a perfor-

mar una masculinidad exagerada, si tenía un amigo era porque nos gustábamos y en algún momento pasaría algo. No te hemos avisado porque hemos quedado sólo los tíos y habría sido raro, ¿no?

Y justo cuando ya creía conocer las nuevas normas y ya jugaba con ellas con cierta tranquilidad, en un punto intermedio entre no traicionar lo que quería hacer y no hacer de más para no ser el tema de conversación del día, nos volvimos a hacer mayores. Todo se volvió más agresivo, más complejo, el campo de juego era mucho más grande y había mucha más gente jugando. ¿Sabe tu novio que te has ido a comer con un amigo? ¿No le parece mal?

Los chicos hacían chistes de fregonas, cocinas y siempre había una aclaración final de que iba por el resto, no por mí. Eso y que era una broma, claro.

Lo que debería ser y lo que no se entremezclan en un conjunto de normas sociales que frenan muchos impulsos internos, todo se vuelve

una constante duda: ¿lo hago porque quiero o porque se me ha inculcado como mujer lo que debería hacer? Ah, que también habéis ido al cine tu amigo y tú. ¿Y qué dice Javi de eso? Además, la situación en mi casa no me ayuda precisamente a saber encajar en este juego dual. Mi casa es una burbuja social, los estereotipos de género no se cumplen al uso, mis referentes son un padre que se encarga de la casa y una madre que lleva el tema económico. Nos compramos ropa ancha para que nos venga a todos y nos la cogemos todo el tiempo. Mi madre le da vuelta y media a cualquier hombre que haya intentado torearla por ser mujer. El día de mi comunión lloré porque no podía saltar en los hinchables con el vestido y mi padre me puso su equipaje de fútbol con un nudo para que no se me cayera.

Al final, llegué a una especie de acuerdo conmigo misma: asumiría las consecuencias sociales de hacer lo que quisiera, fuera socialmente concebido como femenino o masculino. Estaba muy cansada de hacer o dejar de hacer por

ser mujer, para mí era una categoría que sólo suponía restricciones que coaccionaban mi yo interno. Rechacé que el ser mujer u hombre fuera algo más que genética y hormonas, negué el género.

Sin embargo, esto no es tan fácil. Mi nombre y mi cuerpo condicionan la manera en la que soy tratada, la forma en la que los demás socializan conmigo. No puedes usar ese baño, es el de hombres. Da igual que no haya nadie usándolo, es el de hombres. ¿Qué cambiaría si la gente me concibiera como hombre? ¿Hay alguna forma de que no me conciban como hombre o mujer, que ese filtro no modifique la interacción hacia mi persona?

“Pienso en estos días de Sibila y en cómo los museos dicen mucho sobre nuestras clasificaciones del mundo, pero también sobre quién ha tenido el poder de la mirada. Es decir, quién ha sido mirado o quién ha podido mirar, acotar lo mirado, registrarlo, significarlo.” - El entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital (2017) Remedios Zafra Ya estudiando Bellas Artes una compañera hizo el comentario de que no habíamos visto ni una sola artista en el temario de Historia del Arte Moderno. Nadie lo dice, pero sé que muchos piensan que bueno, que claro, que sería porque en esos años las mujeres no habían podido llegar a producir creaciones tan buenas como para poder estar ahora en los libros.

Entonces conocí la historia de la maleta mexicana. Gerda Taro y su pareja Endre Ernö Friedmann fueron unos reconocidos fotógrafos y reporteros de guerra que pasaron a la historia bajo un pseudónimo común: Robert Capa. Tras morir arrollada por un tanque durante la Guerra Civil Española, él continuó usando ese nombre, hasta el punto en el que el nombre de Gerda desapareció de los artículos y posteriores libros, como si Robert sólo fuese Endre Ernö. Siete décadas más tarde se encontraron unas cajas llenas de negativos que, tras ser clasificados, ayudaron a reconstruir la historia y reconocer la existencia, trabajo y calidad de Gerda, poniendo en duda la atribución directa de muchas fotografías a Endre Ernö.

Como ésta, otras tantas historias. ¿Quién quiere ser mujer? ¿Por qué querríamos ser mujeres? ¿Qué es ser mujer?

Rechacé escribir este texto tras meses dándole vueltas, tras hablar con muchas mujeres a las que admiro y que me recomendaron no realizar un escrito académico sobre algo tan complejo como qué es ser mujer, qué es crear desde la perspectiva de ser mujer.

Me hago la pregunta de qué me hace ser mujer muy a menudo, pero cada vez que creo encontrar una solución con la que me siento cómoda conozco personas que me ayudan a comprender lo limitada que se queda dicha definición. No es sólo algo físico, no es sólo la forma de socializar, no es sólo un sesgo cultural, no es sólo el prisma subjetivo y colectivo desde

el cual te relacionas y que condiciona el cómo se relacionan contigo. Claudia, tienes que ser más fina, que pareces un chico.

Llego a la última parte de este texto con la idea de que cada palabra que he escrito podría ser cuestionada por miles de personas que son mujeres; por miles de personas que no lo son pero dicen saber claramente lo que es ser una mujer, porque ellos no lo son así que debe ser lo contrario a ellos; por miles de personas a las que le han dicho que no lo son y ellas saben que sí.

Una persona me dijo que ser mujer es lo que no es ser hombre. La otredad. Ser lo otro es lo que no es ser lo uno. Creo que se le atribuye un poder a lo uno y se le arrebata a lo otro con esta definición que no estoy dispuesta a asumir. De nuevo, me encuentro ante la idea de restricción y obligación.

Si ser mujer es no ser hombre, ¿qué soy? ¿Quiero ser mujer? ¿Soy mujer sin quererlo?

“Con la descripción de las nubes / debería darme mucha prisa, / en una milésima de segundo / dejan de ser ésas y empiezan a ser otras. / Es propio de ellas / no repetirse nunca en formas, matices, posturas y orden.”

Nubes – Wislawa Szymborska — Claudia García de Mateos Sanchis Artista invitada

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La gente que mira mi pintura dice que le hace feliz, como cuando despiertas por la mañana ¿Y la felicidad es el objetivo, verdad?

— Agnes Martin

Javier Chapa (Valencia, 1957) Al acabar el bachillerato duda entre hacerse aviador o estudiar Bellas Artes y, aunque sin un objetivo profesional concreto, finalmente se decide por esto último. Tras sus estudios en la Escuela Superior de BBAA de San Carlos (1974-1979) y decepcionado con la enseñanza académica recibida (no por académica, sino por mediocre) decide cambiar de aires y obtiene una Beca Fulbright para continuar sus estudios en Nueva York, donde descubre que lo que quiere es dedicarse a la pintura. Desde entonces no ha dejado de pintar. Su obra se ha expuesto en diversos países de Europa, América del Norte, América del Sur y Asia (en África casi, pero la Bienal del Cairo para la que fue seleccionado por el Ministerio de Asuntos Exteriores no se celebró debido al conflicto del Golfo de 1990). Desde 1996 trabaja también como profesor de técnicas pictóricas en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia. En la actualidad sigue pintando con pasión (cree que lo hace mejor que nunca), pero ya no tiene ilusión por exponer.

28 No hay statement, a mi pintura no le conviene que yo hable de ella. Si acaso, concretar que se trata de un díptico sin título, pintado en 2018 con pintura acrílica sobre tela y formado por dos piezas de 146 x 146 cm.

Mi cuerpo es la cicatriz de mi mente.

— Yoko Ono

Tham Casany Sus comienzos artísticos en 2006 empezaron con la fotografía. En 2013, comenzó sus estudios en la Facultad de Bellas Artes, dónde se graduó y dónde actualmente estudia un Máster en Producción Artística. Desde 2016 su obra gira en torno a la fragilidad de los vínculos, en un despertar casi inconsciente de las inseguridades, miedos y heridas que viven en nosotros.

Independientemente de la técnica utilizada, en sus creaciones encontramos un denominador común, las relaciones personalesen la era postmoderna. Encarna los principios de una toma de conciencia de todo lo que nos pasa hoy en día, el estrés al que nos tiene sometidos la era de la inmediatez y las enfermedades físicas y psíquicas generadas a consecuencia de este ritmo frenético de vida.

31 Asomarme al mundo me causa ansiedad. Esa idea de abismo, de inmensidad, me hace sentir insignificante y pequeña. Hay una cosa que está sujeta de consideración y relevancia en esta exposición. Crecí rodeada de hombres, asomarme al mundo en mi condición de mujer no me causa ansiedad. Me causa ansiedad asomarme al mundo en mi condición de humana. La fotografía expuesta es una sabana de hospital de mis últimos ingresos. Habla de la ansiedad, del miedo y del dolor real que somatiza el cuerpo.

Este estado y esta circunstancia ha hecho nacer esta obra, podría extenderme en mi condición de mujer para este caso concreto, hay estudios en los que se confirma que la depresión es más frecuente en mujeres debido a causas hormonales y, además, a condiciones individuales y sociales de género. Pero no voy a entrar en ello, nunca he sentido fuerte esta condición femenina, aunque soy consciente que esta condición de genero está y está latente. La pieza hace referencia a estas dolencias, y la sábana que de ella cuelga es la metáfora perfecta para entender la dificultad, a veces, de desprenderse de ellas. La frase que podría definir como me siento al asomarme a este abismo en todas mis condiciones, es la forma en que me afecta (físicamente y psicológicamente) asomarme al mundo. La manera en que mi cuerpo reacciona a todas las adversidades, se debe a, cómo mi mente las percibe.

Una niña triste en el espejo me mira prudente y no quiere hablar. Hay un monstruo gris en la cocina. Que lo rompe todo. Que no para de gritar.

— Rozalén

Nano Pia (Bétera, 1969) Es un artista visual que crea sus obras desde su ciudad natal, graduado en Bellas Artes con mención especial, en la Facultat de Belles Arts Sant Carles de la Universitat Politècnica de València. Desde muy temprana edad, su obra se ha visto influenciada por la Gráfica, la magia de la Pintura y la tridimensionalidad de la Escultura. Conceptualmente, este artista trabaja desde y en situaciones que le entusiasman, sobre temáticas y contextos variados. Su obra plantea cuestiones acerca de las relaciones del ser humano consigo mismo, con la sociedad y su entorno natural. En la actualidad, desarrolla su labor como artista visual.

Ha participado en diferentes exposiciones individuales y colectivas a Nivel Nacional e Internacional. Ha sido Semifinalista en Artbox NewYork 2018, dando el salto Internacional con su representación por parte de Artifact Gallery Manhatan New York en su programa Art UpClose y su participación en las Ferias Scope (Miami) Los Angeles Art Show, Architectural Digets Desing Show (New York), Artexpo (New York), y Monaco Yacht Show.

32 Por desgracia, siempre son las personas más vulnerables las que se llevan la peor parte de las consecuencias, lo podemos comprobar en nuestro día a día, en las noticias, en la calle, en las instituciones, en los colegios... A nuestro entender creemos que es un problema que esta enraizado en nuestra sociedad, pero con una buena educación, se podría paliar, a la vez que a todas nos iría mejor si empezáramos a pensar un poquito más en las demás.Si escuchamos bien la letra de dicha canción, tiene todas los componentes de la naturaleza de un paisaje, con lo bello y lo siniestro que contempla. Y que más libre que el paisaje como metáfora para representarla con una narrativa influenciada por Cy Twomly; espejos (reflejos), prado verde (calma), flor marchita (muerte), un árbol que no crece (inocencia perdida), las manos agrietadas (grietas en la tierra), arrugas en la piel (el paso del tiempo), jilguero (libertad)... Con esta ultima palabra queremos dar ese grito que se nos pide y tan necesario para que todas podamos vivir con tranquilidad, igualdad y vivas.

NI UNA MÁS.

El “poyewvn” es el amor, y es la base para poder entendernos, comprendernos, escucharnos.

— Elisa Loncón

Andrea Casanova Licenciada en Artes Visuales de la Universidad Finis Terrae en Santiago de Chile, y Magíster en Producción Artística en la Universidad Politécnica de Valencia, cuenta con múltiples exposiciones individuales y colectivas a nivel internacional. Ha obtenido numerosos reconocimientos, destacando el Primer Premio Concurso de Pintura in situ, Los Vilos, Chile (2015); el Primer Premio Concurso de Pintura in situ, Lo Prado.

(2014); y el Primer Premio Concurso Nacional de Pintura, Valdivia, Chile (2010 y 2006).

35 Reflexiono sobre la huella que deja el modelo neoliberal en la sociedad contemporánea. En mis obras se percibe una poética contemplativa, donde se relaciona la materialidad con los símbolos. Este modelo económico nos ha llevado a la revuelta del 2019. Gracias a esto, Chile está experimentando cambios profundos, como la redacción de una constitución que reemplazará la impuesta en dictadura. En estas piezas uso la imagen del cuervo como alegoría al ser humano, para mí, es un observador de su época. Su graznido es el grito del pueblo que lucha por justicia y democracia. Siguiendo las palabras de la presidenta de la convención constitucional. Los Chilenos tenemos que ser capaces de abrazar lo negro, lo indígena, lo femenino, lo mapuche, lo diferente.

“Chile es machista, racista y clasista, lamentablemente. Pero existe otra cara: la de los chilenos que luchan.” - Elisa Loncón

El fin del juego es jugar — Mónica Cavallé

Almudena Millán Pintora y performer. Licenciada en Bellas Artes y Máster en Producción Artística por la Universidad Politécnica de Valencia. Como performer ha participado en festivales y encuentros de arte de acción como Acción!Mad, I Semana de la Performance (Madrid), Month of Performance Arte (Berlín), Out of Mind (Zaragoza) y otros celebrados en Valencia, I Jornada de Arte de Acción o Fills d’Acción. Su trabajo pictórico se ha mostrado en diversas exposiciones y premios tanto a nivel nacional como internacional.

En la actualidad dirige la Escuela de Creación Artística. Aguarroya, un espacio para niñxs, enfocado en la experimentación y la creatividad de diferentes procesos artísticos. También es miembro de la asociación Art D’.

36 “La Nellie, una yola de crucero, se inclinó hacia su ancla sin la menor agitación de las velas y quedó en reposo. (…) El aire estaba oscuro sobre Gravesend, e incluso más allá aparecía condensado en una lúgrube penumbra, cerniéndose inmóvil… Así arranca El Corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad. La calma como antesala del descenso al horror. No es difícil imaginar cualquiera de las pinturas de Almudena Millán viajando a través de La Nellie: entre el paisaje nublado y el más íntimo pedazo de piel desnuda, entre la más cálida flor y la enorme herida infecta. A medio camino de la figuración y sin trabajar totalmente en la abstracción, bajo la técnica exquisita de la artista asoma la universal tensión entre opuestos. Lo nuevo y lo viejo, a veces vivo, a veces muerto, a veces dulce, a veces amargo, suave y duro, a veces orgánico, o como una roca… Almudena Millán desvela.

La fragilidad es expuesta frente al espectador, hierática como un icono religioso, y en un ejercicio de alquimia es transformada en la mayor virtud de la naturaleza y, por extensión, del ser humano”. — Anónimo.

Liebre en el erial.

— Carmen Martín Gaite

Silvia Ariño (Zaragoza, 1995) Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Zaragoza, con un máster en Producción Artística por la Universitat Politècnica de València y actualmente está realizando su doctorado en esta misma Universidad. Entre sus actividades destacan la dirección de un taller de escritura creativa en Teruel, otro de lectura filosófica en Valencia y sus colaboraciones puntuales con el Diario de Teruel escribiendo relatos y acompañándolos con fotografías.

Además, ha participado en congresos y exposiciones artísticas nacionales e internacionales, como la reciente I Muestra Internacional de Mujeres en el Arte Contemporáneo (2020) de PMAC en el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza. En el 2019 comisarió junto a Ana Orcal la muestra de artistas emergentes titulada Ciudad desheredada, que tuvo lugar en la FCSH de Teruel entre el 19 de noviembre y el 5 de diciembre, y el 18 de septiembre de 2021 también organizaron juntas la I Jornada de arte, ecología y extrarradio en Teruel. Ariño compagina estos trabajos en gestión cultural con un trabajo a media jornada en comunicación y gestión cultural en el Teatro Círculo de Valencia.

39 Esta instalación audiovisual tiene un carácter dual y está inspirada por la escritora Carmen Martín Gaite y la filósofa Celia Amorós, a quienes les he dedicado un vídeo a cada una. En uno de ellos una voz nos recita los conectores de oposición en castellano mientras se superpone una narración que reflexiona sobre cómo se construye el pensamiento. En el otro, observamos siluetas de liebres que aparecen y desaparecen, jugando con el espectador al modo del «escondite inglés», hasta que finalmente nos alcanzan sin que supiéramos que estábamos siendo perseguidos. De este modo, reflexionamos sobre cómo se construyen las ideas sobre otras ideas, sirviéndoles estas tanto de continuación y apoyo como de ruptura y contrapeso. Para pensar, partimos tanto de acuerdos como de desacuerdos con los demás, lo que nos lleva a realizar diversas construcciones (de carácter inestable) para reflejar esta idea.

Paralelamente, creemos estar persiguiendo a la sorpresa, pero nuestra caza es inútil, la misma solo aguarda a quien no la espera. Mientras nada pasa (o pasa todo) podemos necesitar de un refugio en la playa y de una amiga a quien escribir.

El problema comienza cuando, tras identificar a la cigarra con la pereza, acabamos olvidando cómo son las cigarras de verdad.

— Marta Tafalla

Álvaro Salcedo Galbán (Huesca, 1997). Graduado en Bellas Artes y Máster en Producción Artística. Vive su infancia en un entorno rural, conociendo en primera instancia las relaciones con los seres y ecosistemas próximos y resilientes. Su práctica artística reflexiona sobre la antirelación entre lo humano y la naturaleza a través de la instalación, la performance o la poética objetual. En sus últimos trabajos plantea la necesidad de construir nuevas estéticas para activismos ecoanimalistas que sean más eficaces en la compresión y decodificación del supremacismo humano.

Actualmente encamina teoría y práctica hacia proyectos en los que interaccionen lo neorrural, el ecofeminismo, el pensamiento en común y la labor colectiva.

40 Nuestra actitud hacia los animales no humanos se ve reflejada en cada uno de los elementos que conforman actualmente lo humano.

Todes somos conocedores de las consecuencias éticas y ecológicas que hay detrás de las industrias agroganaderas, pesqueras, peleteras, petrolíferas o mineras y que cada une de nosotres construimos a través de nuestras decisiones cotidianas. No obstante, como esta relación se encuentra prácticamente en nuestro ADN civilizatorio, conviene incidir también en otros factores perceptivos y ontológicos que nos ayuden, no solo a comprender cuál es nuestra actitud hacia los no humanos, sino por qué está legitimada ¿Cómo los sentimos? o ¿Cómo los pensamos? Algunas de las claves de estas preguntas pueden hallarse en lo que Marta Tafalla denomina -la instrumentalización estética de otros animales- que nos advierte de que la apreciación que normalmente tenemos hacia ellos no es mas que para satisfacer nuestras propias sensorialidades, perdiéndonos así la oportunidad de comprender su propio valor identitario. Así ocurre con las fábulas, historias protagonizadas por otros animales para la expresión ideas humanas. ¿No son trabajadoras las cigarras? ¿Son sucios los cerdos? ¿No son las tortugas astutas? Vale… pero entonces ¿Cómo son realmente? Procedamos a una revisión de nuestro salón de lecturas.

La imposibilidad de reunir las imágenes y los fragmentos de mundo digital que producimos en nuestros días conectados habla de una nueva cultura excedentaria en lo visual.

— Remedios Zafra

Arianne Garrido (Valencia, 1999) Cursa el Máster en Producción Artística en la UPV. Su interés principal radica en la práctica artística experimental, entendiendo su producción como el resultado de acontecimientos indefinibles que provocan la aparición de ambigüedades inesperadas. Busca la intervención del azar como una forma de colaboración con lo desconocido, abordando temas relacionados con las formas de vida aceleradas, la conectividad digital y las nuevas pautas sociales y comunicativas, como la hiperconectividad, el excesivo flujo digital y la obturación visual.Su obra ha sido seleccionada y expuesta en diversas exposiciones colectivas como Proyectar(se), en el Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM), Toledo; Comunicación/ Incomunicación. El cartel como mapa y territorio ilustrado de las contradicciones humanas, en el MuVIM, València; o DIS>PLAY, Sobre el paradigma digital en Pictórica Bellas Artes, Almansa, Albacete.

43 Las acciones gestuales que componen esta pieza están dirigidas por las 32 personas que han participado de forma online a través de videollamadas y vídeos. Primero anuncié el proyecto en Instagram, invitando a la gente a participar en la creación de una pintura colaborativa.

Aquellas personas que decidieron participar podían tanto citarse conmigo a través de una videollamada o grabar un video en el que, de forma libre, realizaban distintos movimientos, siendo mi tarea seguir esas acciones y materializarlas en líneas negras, tomando de referencia una de sus manos. Al ser un proceso difícil de imaginar, decidí realizar un audiovisual, que acompaña a la pieza para dejar constancia de su realización, ayudando a su comprensión. La tela blanca comienza a cubrirse con líneas continuas negras, que representan el movimiento singular de cada persona que ha decidido contribuir al desarrollo de la pieza. La interconexión entre cada movimiento individual crea una especie de maraña que, de forma metafórica, podría reflejar nuestro contexto, caracterizado por el exceso de movimientos y conexiones que establecemos en Internet día a día.

La mujer camina en su evolución, adquiere personalidad día por día, anda y se esfuerza, aborda de frente los problemas, da la cara a la vida.

— María Zambrano

Merche Pereira Artista visual interdisciplinar, nacida en Thonon, Francia, aunque ha vivido y se ha formado en Valencia. Grado en Bellas Artes por la Facultat de Belles Arts de Sant Carles en València en la Universitat Politècnica de València (2021).

Su formación inicial, graduada en diseño de moda por la Escola d’Art i Superior de Disseny de València (1990) y su trayectoria profesional, le aportan seguridad a la hora de trabajar los diferentes materiales. Todo este bagaje le ha servido para crear piezas de manera interdisciplinar, dando importancia a la materia y a su significado. En su recorrido artístico, ha formado parte del colectivo Laboratori del Paisatge en Reus, Tarragona (2011-2016), exponiendo en colectivo en diferentes salas como La Grey en Tarragona, el Museu de Reus o la Sala Àmbits en Cambrils. Fue seleccionada por la Galería Pinyol de Reus para el 22º Premi TELAX (2014).

Actualmente sigue una línea de investigación desde el concepto de cartografía interior y naturaleza, jugando con lo orgánico y lo inorgánico, lo físico y lo virtual, lo efímero, las sombras proyectadas y el arte sonoro, introduciendo elementos de la naturaleza y siguiendo todo un proceso introspectivo a la hora de crear.

44 Me encuentro trabajando sobre el cardo por su poética, al ser esta una planta que crece en los márgenes de todo, siempre denostada y menospreciada, considerada como maleza e invasora, ruda pero delicada, resiliente y a su vez frágil, efímera. Cotidianeidad, cartografías mentales y recorrido articulan la obra. Un recorrido interior e introspectivo, un largo camino a menudo espinoso y largo, como el que se ve obligada a recorrer la mujer para conseguir abrirse un hueco en la sociedad. Las diferentes capas de significado que componen la obra aluden pues, inexorablemente a la mujer y utiliza la poética del cardo como metáfora que alude a ella por lo resiliente, lo bello, lo delicado y lo femenino, pero que al igual que el cardo, es resistente y a su vez frágil, teniéndose que adaptar a todo tipo de situaciones, creciendo en los márgenes, desarrollándose siempre a la sombra, relegada casi siempre a un segundo plano. El acto de introspección a la hora de crear forma parte activa de todo el proceso, reflexionando sobre el tiempo y el espacio, la fragilidad, la feminidad y la naturaleza.

Entre los mundos de la racionalidad y el mito […] La tierra que se interpone entre ambos es ese inexplicable lugar que todas reconocemos en cuanto llegamos a él, pero sus matices se nos escapan y cambian de forma cuando tratamos de inmovilizarlos, a no ser que usemos la poesía, la música, la danza o un cuento.

— Clarissa Pinkola Estés

Irene López Hernández Grado en Bellas Artes (Premio Titulados con Mejor Expediente, curso 2018-2019) y Máster en Producción Artística por la UPV. El trabajo de esta joven artista (1997) se diversifica entre pintura e ilustración, conectadas por una voluntad narrativa subyacente en toda su obra.

Experimenta, en su faceta pictórica, con la materialidad y la inclusión de elementos dúctiles como telas, papel o cartón buscando aportar tridimensionalidad y alterar los límites del cuadro. Obras inspiradas en formas y texturas orgánicas, donde los relieves, el medio y las huellas del proceso, más allá de la representación, pretenden participar del significado.

47 La propuesta artística recoge una búsqueda visual en torno a una visión incompleta del paisaje, centrada en la representación de barreras entre nosotros y la naturaleza. Ya sea una pared de niebla, realizada aprovechando la transparencia y volumen de las telas o un paisaje que descubrimos agujereando piezas de cartón en las que ha sido ocultado e impiden que lo veamos totalmente. Se trata de un proceso creativo de experimentación con la inclusión de elementos extrapictóricos para generar volúmenes que desdibujan los límites del soporte, en busca de un aspecto orgánico y difuso. Mientras que, en una aproximación al enfoque romántico, donde el paisaje velado se asocia lo inaprensible y en una proyección de inquietudes individuales, el objetivo a representar no es el planteamiento de ninguna duda en concreto, sino el límite entre la interioridad individual y la exterioridad natural. Un límite que se deja entrever en el paisaje representado, en busca de respuestas, de un reflejo de nosotros mismos en lo contemplado.

Your sweat is salty.

— Björk

Sofía Díaz Artista formada en danza clásica y contemporánea con experiencia en interpretación y audiovisual. Su obra se vertebra en torno al movimiento, la videocreación, la pintura y la poesía. Con especial interés por el arte de acción y la performance, así como la integración del cuerpo como medio expresivo. Abordando temas autobiográficos en una clave estética que equilibra el naturalismo con la impresión abstracta. Una obra que pondera lo emocional por encima de los lenguajes, con especial preocupación por la pureza de los materiales y la sensorialidad de las texturas.

48 El acercamiento a lo sublime se nutre de la inmensidad inabarcable del amor, esa sensación de que algo que escapa de tu entendimiento se expande dentro de ti. La sal que recorre nuestro cuerpo es la misma que invade el mar.

Es el sabor protagonista de nuestras lágrimas y del sudor, es algo tan puro como un te quiero.

La experiencia sublime emerge como una ola a través de la unión entre las personas, del cariño, lo tierno y el abrazo de los sentimientos más puros. Estamos conectados desde lo más profundo de nuestra composición, hijos de una tierra que nos abruma en un oleaje constante de sensaciones. Esta obra pretende hacer un grito subterráneo, dulce y tierno, que nos recuerde la importancia del acercamiento a lo subliminal mediante la honestidad, despojados de todo embellecimiento artificial. Un grito que marca una intención, pero no impone nada, es libre de cualquier pretensión de superioridad. Se trata pues de un grito susurrado al oído, a alguien que quieres, alguien que aprecia el contacto de la piel y valora el regalo de los sentidos.

Un niño inteligente y sensible, debido al exceso de su persistencia, recolecta un vacío existencial e inherente, fruto de la desesperanza tras la exploración de la vida y el valor del mismo.

— Sanmao “Echo Chen”

Fan Jiang (Zhejiang, China, 1998) Artista multidisciplinar que emplea la pintura, la instalación y el video como principales medios de expresión artístico. Se interesa por los temas esencialmente humanos, íntimamente ligados a la vida cotidiana. Recién graduado en el grado de Bellas Artes de la Universidad de Zaragoza (Campus de Teruel), en donde empezó a desarrollar su vida artística. Bebe principalmente de dos fuentes culturales, la occidental (de la formación) y la oriental (cultura de origen).

51 Plácidas manos envuelven la vista inocente, ante una escena pornográfica de la realidad.

Esa inquietud, incomodidad, queda olvidada ante la dulzura de la ilusión, de la realidad borrosa, intensa, [Real El metal besa el suelo avisando su reposo, una moneda desconocida, con caras idénticas e inversas. ¿Cuál es la cara que nos muestra?¿Reverso, anverso? El mundo en sí es un enorme gato de Schrödinger, real e iluso de manera simultánea. No somos capaces de acariciar el mundo de no ser por una fina capa de ilusión.

La ilusión crea formas, texturas, expectativas, hace de la realidad una seducción ineludible.

Al descubrir esta capa se engendra una imagen cegadora, violenta, pornográfica; hasta en algunos casos: defraudante.

Sacaba ceros en mates, los polinomios, pero luego saqué un 10.

— María Forqué “VirgenMaría”

Meritxell Simó Nacida en Torrent, Meritxell es una joven artista cuyas facultades creativas se han ido desarrollando en relación directa con el mundo del teatro y la escena; además de sus propias inquietudes plásticas y estéticas muy ligadas a la música y a las tecnologías de su infancia y adolescencia. Conocedora de la performance desde hace no más de 5 años, ha redirigido su producción artística hacia este campo referenciada siempre por los movimientos Dadaísta, Neodadaísta (Fluxus) y ; en relación con su tradición teatral; el teatro del absurdo. En cuanto a la parte conceptual de su obra, trata temas autobiográficos, por lo general, siempre desde los filtros de lo absurdo, lo escatológico, el dolor y la risa ,mediante su cuerpo, y en varias ocasiones haciendo uso de los medios audiovisuales en forma de video-performance-instalación.

52 Sentada en un pupitre, y con la pierna encima de este, empiezo a tatuarme con una aguja y sin tinta un párrafo que he elegido de un libro de primaria. A medida que voy avanzando con el texto, la sangre empieza a brotar en forma de las letras que me he tatuado dando así la posibilidad de leerlas. La pieza termina cuando termino el texto y escribo el punto. Me levanto, dejo el libro abierto sobre el pupitre y me voy. Es considerado Lo Sublime como aquello que la Naturaleza (como ente conocedor, superior e incontrolable) nos otorga en forma de experiencias místicas; que nosotros como seres doblegados a ella; necesitamos recibir con la finalidad de encontrar la dirección hacia donde redirigir nuestra existencia contínuamente y fuera de razón alguna. Así pues, esta obra toma al ser humano como “alumno” de la naturaleza. Alumno que, muy atento, toma apuntes de todo el conocimiento que esta le otorga.

La manera de tomar apuntes, además, lleva consigo una carga conceptual que relaciona el dolor y la autolesión como actos alejados de la razón y que, en cierto modo, funcionan como sumisión a dicho ente sabio y todopoderoso.

Todas las formas de gobierno se basan en la violencia y, por lo tanto son equivocas, peligrosas e innecesarias.

— Emma Goldman

Mateo Méndez (Lugo, 2001). Artista multidisciplinar, estudiante de Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia. Desarrollo mi obra principalmente en el ámbito pictórico, ilustración surrealista en acuarela, también instalaciones y obras escultóricas con plástico fundido, estas últimas a veces fusionadas con las mencionadas ilustraciones. Por otra parte también me desarrollo como músico y compositor con el grupo de Dream Post Punk “Santa Companha”.

55 Se trata de una instalación que se adapta al espacio arquitectónico, en este caso dos paredes, la esquina que las une y el techo. Sobre este contexto vertical, se sitúan una serie de planos también arquitectónicos colocados de manera que se adaptan a la forma implícita del soporte que es en este caso estas paredes y techo. Sobre estos planos se han escrito una serie de palabras y frases aleatorias, estas únicamente siguen el valor estético y sonoro que bajo los ojos del autor es el adecuado para ser incluidas en la obra. Aparte de los planos intervenidos con esta poesía aleatoria sobre la pared derecha también se sitúa una pieza escultórica de metal y plástico fundido. También aparece una obra pictórica realizada por el autor con anterioridad en acuarela sobre papel.

La obra no busca un sentido concreto ni en sí misma ni en las sensaciones que pueden llegar a sentir los espectadores al apreciar esta.

Es un ejercicio de aleatoriedad y burla frente a la intensidad emocional y crítica social que se busca en gran parte del arte contemporáneo.

No parece que quepa, hoy en día, otra poesía que la que diga el hambre. Y el terror. La desolación y la extrañeza. Que lo diga para que nos reconozcamos en ello. En comunidad. Con las cosas. En las cosas. Cosas también nosotros. La identidad colgándonos del hombro como una chaqueta raída.

— Chantal Maillard

Cristina M Lizama Artista conceptual transdisciplinar. Su discurso artístico estudia temáticas como el hábitat, los límites, el tiempo, la ausencia y las emociones.

Su objetivo es atravesar el pensamiento colectivo desde reflexiones contextuales que parten desde lo íntimo. Para ello, su práctica artística se construye desde un lenguaje de poética visual.

Graduada en Bellas Artes, continua su formación artística en el Máster de Producción Artística de la UPV, especializándose en la rama de arte y pensamiento. Está en continua búsqueda de nuevas formas de re-pensar el espacio y las relaciones identitarias limítrofes a lo otro.

56 Esta pieza se construye en base al mito griego de Deméter. Mediante el uso del mito, la pieza toma como objetivo analizar el pensamiento dual occidental, que halla sus raíces en pensamientos arcaicos, como es el caso de la cultura clásica griega. Siendo la espiga el símbolo que representa a esta diosa, Deméter se representa como ejemplo de la buena madre, fértil y cuidadora, atributos impuestos al término “mujer”.

Las espigas, halladas en las lindes de un campo ya cosechado, pertenecen a los límites Los puntos. Las fronteras. Los paralelos, pero no los meridianos. Es el trazo de lo ya dibujado.

Las guías de un cuaderno. Con esta pieza se busca marcar este pensamiento dual (hombre y mujer) que se torna estéril y finalmente genera un pasillo que posibilita su transición, dando voz a la experimentación y a la realidad de las identidades no binarias. Al espigar se desdibujan los márgenes y la escritura se escurre y fluye, de igual forma el pensamiento toma los huecos y se moldea en busca de otros relatos que incluyan cada pequeña rareza.

De niña, me daba mucho miedo cuando en la mesa del comedor mi padre no dejaba de alardear, se jactaba una y otra vez de sus logros. Y cuanto más grande pretendía volver su figura, más insignificantes nos sentíamos sus hijos. Mi fantasía era: lo agarrábamos con mis hermanos, lo poníamos sobre la mesa, lo troceábamos y lo devorábamos.

— Louise Bourgeois

Luis Utrillas (Teruel, 1997) Luis Utrillas es un artista graduado en la Universidad de Zaragoza que se interesa por el mundo artístico desde una edad muy temprana y realiza el Máster en Producción artística en la UPV. Como artista siempre ha sentido la necesidad de explorar los distintos signos de la cotidianeidad en referencia a su realidad. Interesado por el límite entre la abstracción conceptual y la figuración realiza estudios de diferentes objetos para otorgarles un valor distinto al que originalmente tienen y generar discursos e ideas provocadoras. En sus trabajos más recientes se reflejan las relaciones existentes entre el individuo y el mundo que le rodea. Su principal medio de expresión es la pintura y la instalación utilizadas desde una perspectiva conceptual que hace guiños a una realidad objetual.

59 “Piel fría” es una pieza que parte de la perspectiva colectiva del ser humano y de la figura de la mujer en la sociedad. Compuesta por dos objetos principales, una escalera y un corset, se genera un lenguaje visual que ofrece al espectador las pistas para interpretar los objetos más allá de lo que son. Basándonos en la sensación de opresión y liberación que describe la artista Louise Bourgeois en la frase citada se hace un símil con estos dos elementos y su sensación. Por un lado nos encontramos con un corset que hace alusión a ese hermetismo constante al que la figura de la mujer se ha visto sometida hasta nuestros días. Y por otro lado, podemos apreciar una escalera que hace referencia a esa posible liberación de la anterior asfixia encorsetada. Por esta razón los dos objetos, significativamente opuestos, se juntan en “Pieles frías” para generar un espacio que invita a la reflexión.

El mayor peligro que nos depara el futuro es la apatía.

— Jane Goodall

Karina Vagradova (Moscú, Rusia), artista plástica, licenciada en Bellas Artes por la facultad de BBAA de San Carlos de la Universidad Politécnica de Valencia, Máster en producción artística por la UPV. Trabaja en pintura, fotografía, gráfica e instalación. A lo largo de su trayectoria artística obtiene diversos premios y distinciones, participa en más de un centenar de exposiciones colectivas e individuales, bienales y ferias de arte tanto en España como en el extranjero. Aparte de la labor artística, realiza gestión y coordinación cultural.

Es coordinadora de proyectos artísticos como Russafa se enrolla. Cuentos en los muros 2021 (Ayuntamiento de Valencia); el festival ¡A les Balconades!, intervenciones artísticas en los espacios públicos de Russafa 2017; ha formado parte del proyecto europeo In&Out 2019 (programa Erasmus Plus de la Unión Europea). Su obra se encuentra en numerosas colecciones particulares de España y del extranjero y también en: Colegio de España de París, Francia; Academia de Bellas Artes de Palermo, Italia; Cheng Shiu University’s Art Center, Taiwán; Universidad Autónoma de Sinaloa, México, 10 sucursales de la CCM en Valencia; Colección CCM; Colección CAM; Colección Ibercaja; Ayuntamiento de Sagunto; Ayuntamiento de Cuenca, Ayuntamiento de Burjassot, fondos de la UPV.

60 Viajamos constantemente, estar de viaje ya es una rutina. De camino, nos olvidamos a menudo de la importancia de esta parte de nuestras vidas, tomándola como un paréntesis, un sinsentido, una pérdida de tiempo. Nos centramos en la meta, en el final de viaje. By the way pretende llamar la atención sobre los paisajes vistos desde un coche durante el viaje, imágenes de paso, que no se consideran de interés y suelen pasar desapercibidas. En estos fragmentos fugaces, borrosos, inciertos, encuentro una belleza sobrecogedora. Los paisajes retratados no tienen nombre ni ubicación. Anónimos, habitan un perfecto no lugar. Quedan reducidos a un continuo fluir allí afuera, como un ruido de fondo que al cabo de un rato dejamos de percibir. Al instante se pierden para siempre. ¿Qué vemos a lo largo del camino? Sobre todo, árboles, muchos árboles, bosques de árboles…

Cumplen con su función protectora de caminos. No les damos mayor importancia. Pero en este proyecto, los árboles son mis símbolos del viaje. Cambiarán de nuevo las formas de viajar, los medios de transporte, cambiará el paisaje y nosotros mismos. ¿Quedarán los árboles para protegernos?

Lo precario es un modo de percepción, en el que “sentipensar o veroír” se fusionan como el arte y la poesía. Lo que es y lo que no es, un estado potencial… “lo precario”, como ella misma lo denomina, son actos transformadores entre el arte y la vida, lo ancestral y la vanguardia.

— Cecilia Vicuña

Felicia Puerta (Murcia, 1967) Doctora en Bellas Artes, desde 1992 compagina la actividad docente e investigadora en el Dpto. de Dibujo de la UPV, con la actividad profesional. Su perfil académico se ha centrado en torno al análisis de las formas y la expresión gráfica. Profesionalmente su actividad creativa se enfoca hacia la producción pictórica, desde los inicios desarrolla su obra dentro del lenguaje de la abstracción; experimenta paralelamente con las técnicas gráficas, muy dedicada al “Libro de artista”, especialidad que desarrolla también junto a Edit&Co. Ha realizado muestras individuales y colectivas a lo largo de tres décadas en instituciones públicas y galerías de arte de Valencia y Murcia entre las individuales destacan las realizadas en el Palau de la Música y la Sala Manuela Ballester en Valencia; así como la última muestra realizada en el Museo del Ruso de Alarcón. También se destacan muestras individuales internacionales, como la del MAC de Santiago de Chile o L´Atelier 340 Muzeum, en Bruselas. Miembro del comité científico de la revista Sonda, ha publicado libros sobre metodologías del análisis del arte y sistemas de representación, Aprendizaje-Servicio y varias publicaciones monográficas con textos e imágenes sobre su obra. Ha participado en mesas redondas, impartido conferencias y seminarios, así como participado en jurados en convocatorias públicas de carácter académico y profesional.

63 RECREACIÓN. El foco de investigación sigue siendo en abstracción la forma, variaciones compositivas mediante largos, y meditados procesos de preparación, atención y repetición, es en su propia fisicidad donde recae la fuerza, intensidad y emoción. La reducción formal o cromática, el sacrificio y renuncia a recursos externos a la obra son un ideal que se persigue, un reto que hace de la obra un experimento que pone en juego la agudeza creativa al buscar soluciones diferentes, con la continua repetición de los mismos elementos básicos gráficos, es un antiguo compromiso ético-estético: expresar lo máximo con lo mínimo. “MUY MATE” es la serie a la que pertenecen estas obras. Mate es una característica de la forma en superficie, un acabado textural. Es un aspecto de la pintura moderna en un cierto período de tiempo; La obra mate, adelanta, acerca, y presenta el objeto artístico de un modo totalmente directo al espectador, expresando la cruda verdad de los materiales de la pintura: pigmento + agua, sobre tela, sólo un poco de cola, el aglutinante suficiente para fijar el color al soporte, pero cuidando que no haya excedente alguno de resinas innecesarias que mediatizan la pureza del color, o plastifiquen las gamas tonales evidenciando una posible industrialización de los pigmentos, u ocultación de la propia tela como soporte expresivo.

Su muerte nos separa. Mi muerte no nos reunirá. Así es; ya es demasiado bello que nuestras vidas hayan podido juntarse durante tanto tiempo.

— Simone de Beauvoir

Isabel Martí (1960, Albalat dels Sorells, Valencia) Artista amateur y componente del equipo Made in Martíllopis. Ha realizado varios talleres de pintura con Rafael Calduch en la Universitat Politécnica de València. Ha sido miembro externo del grupo de happening LAPASSSA. Lleva haciendo exposiciones individuales y colectivas desde 2012.

Su primer trabajo se pudo mostrar en el taller multicultural MCP, Manuel Cerdá Pérez. Trabaja la pintura a partir de tierras y pigmentos. Estos y sus devaneos provocados por las aguadas múltiples son el rizoma de su proyecto. Un proyecto intimista, donde el cromatismo y las texturas se unen para formar un solo cuerpo, una luz, una mirada.

64 La pintura de Isabel Martí nace del trabajo constante y silencioso. En su recorrido artístico parece desvelar preguntas sin respuestas concretas. ¿Por dónde camina el mundo del arte? Se pregunta Isabel Martí, ella sigue sus pasos día a día sin llegar a aclarar donde para aquel. Se levanta, realiza sus trabajos y siempre pone el empeño en lo que su corazón le dicta, muchas de las veces, por pequeños senderos imprevisibles incluso para sí. Sus resultados no dejan duda, su obra la delata, el trabajo constante le permite soñar. El azul celeste, tal vez sublime, lleno de esperanza y de vida contrasta con la realidad diaria de consumo y autoexplotación.

Isabel Martí, con sus tintas y pigmentos recrea ese otro mundo, un mundo posible lleno de empatía, de feminismo, de “nosotros”.

— Martíllopis.

El movimiento socialista no fue en sus comienzos una cruzada contra el hombre, como algunos suponen, iniciada por determinadas mujeres ávidas de singularizarse. Fue si, al igual que ahora, una demostración colectiva de disconformidad con su rebajamiento personal ante el Código Civil de todos los Estados políticos del mundo.

— Maria Cambrils

Alicia Piquer Sancho (Rafelbunyol, 1967). Periodista. Ha desenvolupat la seua trajectòria professional en organismes culturas i organitzacions humanitàries. En l’actualitat treballa al gabinet de comunicació de l’Agència de Seguretat i resposta a les Emergències a més de ser regidora d’Igualtat i Cultura en l’Ajuntament de Rafelbunyol.

66 El feminismo ha sido el movimiento más transformador del siglo XX. Los derechos reconocidos en la actualidad son fruto de las luchas y reivindicaciones de muchas mujeres que han protagonizado esas conquistas. Maria Cambrils fue una de esas mujeres que hace casi 100 años escribió un ensayo sobre el feminismo socialista o el socialismo feminista donde trata de un feminismo de clase comprometido con la época de la España del primer tercio del siglo XX. Se adelantó no sólo a sus coetáneas sino a muchas mujeres que décadas después, y en un movimiento internacional, defenderían la igualdad de derechos, la eliminación de las discriminaciones y la desaparición de los roles.

Nació en el Cabanyal, fue autodidacta, se enfrentó a la misoginia obrera, defendió el sufragio universal y casi nadie se acordaba de ella hasta que en 2015 la Universitat de Valencia publicó una monografía titulada María Cambrils, el despertar del feminismo socialista, en la que se recoge su biografía, su libro Feminismo Socialista y más de un centenar de artículos publicados entre 1924 y 1933.

¡Qué cosa más extraña es el conocimiento! Cuando se ha adquirido, se aferra a la mente como el liquen a la roca. A veces deseaba sacudirme todas las ideas y todos los sentimientos; pero aprendí que solo había un modo de superar la sensación de dolor, y era la muerte… un estado que temía, aunque no lo comprendía.

— Mary Shelley

David Pérez Mary Wollstonecraft Shelley (1797-1851) fue hija única de un matrimonio de pensadores progresistas que la introdujo en los ambientes intelectuales británicos del momento. Con catorce años, huye a Francia con el poeta Percy Bysshe Shelley con quien contrae matrimonio tras el suicidio de la primera esposa de este. Vinculada al círculo de poetas románticos próximos a lord Byron, a los veintiún años publica su primera novela, Frankenstein o el moderno Prometeo (1818). Asimismo, es autora de El último hombre (1826), extensa novela que recoge el fin de la civilización en el siglo XXI. El texto, de inquietantes resonancias, plantea el distópico acabar humano debido a una mortal pandemia que, cerniéndose sobre nuestra especie, transforma en pocos años el sueño humano en señuelo de un olvido. Por contra, David Pérez no ha huido a Francia con ningún poeta ni ha publicado novela alguna. Mientras los virus lo permitan es catedrático de Claves del discurso artístico contemporáneo en la Universitat Politècnica de València. Se sabe que estudió Filosofía e Historia del Arte y que ha comisariado exposiciones, escrito artículos y publicado una decena de ensayos. Estos, dada su inclinación hacia determinadas derivas anartístico-conceptuales, parecen hablar sobre arte, aunque probablemente no lo hagan.

67 El fragmento seleccionado, perteneciente al Capítulo VI del Libro II, se halla extraído del diálogo que el científico Victor Frankenstein mantiene con el ser que ha compuesto cuando este le relata cómo, gracias al descubrimiento y aprendizaje del habla, comienza a pensar sobre su existencia y naturaleza fronterizas. Si la palabra suscita nuestro nacernos, ya que nos dota de mundo y de conciencia, ese mismo sabernos discurso conlleva asumir el vivir como hecho ético, un hecho que, precisamente, la criatura elaborada con despojos humanos reclama a su hacedor en tanto que compromiso que este contrae en su propio acto. Descubrirse texto de conciencia y singularidad y reconocerse extranjero, se solapa con el deseo de ser aceptado por una comunidad humana —tan próxima y lejana— que violentamente le rechaza. Mediante una compleja estructura narrativa situada al margen de los reduccionistas y conocidos tópicos cinematográficos, Mary Shelley plantea una doble reflexión que, asumiendo su deuda con la sublimidad de los entornos naturales evocados, se centra en el sentido de la otredad y en la implícita responsabilidad moral de la tecnociencia y del saber, una responsabilidad que incide en el conocimiento de lo ético y, por ello, en un decir y hacer políticos.

Teníamos dos opciones : estar calladas y morir o hablar y morir, y decidimos hablar.

— Malala Yousafzai

Encarna Dolz Técnica de Cultura. Máster en Gestión Cultural de la Universidad de Valencia. Se dedica a hacer posible manifestaciones culturales. Vivo rodeada de artistas y creadores de todas las disciplinas, que alimentan su motivación por gestionar las diferentes exhibiciones artísticas y su carácter polifacético. En la base también se considera artista y considera la cultura como eje central de la sociedad. Las mujeres tenemos miedos de muchas cosas, pero somos valientes, y si se sentimos maltratadas o oprimidas, no callamos, gritamos, aunque las consecuencias sean peores por eso Malala Yousafzai dijo en Valencia: “Teníamos dos opciones: estar calladas y morir, o hablar y morir. Y decidimos hablar”. Así, nuestras palabras, nuestros gritos se quedan grabados, por siempre. Es una actitud de revolución, de cambio...

68 La pronunció en marzo de 2014, en la ciudad española de Valencia, en la entrega de los Premios Convivencia “Teníamos dos opciones, estar calladas y morir o hablar y morir, y decidimos hablar”, dijo Malala, quien entonces descubrió que “la voz tiene poder, la gente escucha cuando hablamos; no se trata de combatir el terrorismo con la violencia sino con las palabras”.

A los catorces años [1919], uno de mis pasatiempos predilectos fue gritar desaforadamente, y cuando ya no podía más, reírme despacio al comienzo e ir en aumento hasta que las carcajadas resonaran en toda la cuadra.

— Norah Lange

Miguel Molina-Alarcón (Los Teatinos, Cuenca, 1960). Profesor del Dpto. de Escultura de la Universitat Politècnica de València desde 1986. Como artista e investigador ha trabajado el campo interdisciplinar de la escultura, la fotografía, arte público, performance y arte sonoro. Es investigador responsable del grupo de investigación Laboratorio de Creaciones Intermedia (LCI) de la UPV, y dirigido varios proyectos I+D de recuperación de los antecedentes del arte sonoro y del arte de acción nacional e internacional

69 Gritamos o reímos, lloramos o nos alegramos, anteponemos sentimientos pero ¿es posible expresar emociones contrarias a la vez? Norah nos invita a este “grito sublime” unido a la carcajada. Muy difícil nos resulta aplicar esta paradoja de reír a carcajadas desde un malestar. Atrapados por el fatalismo de la dualidad enfrentada, de querer ser optimistas acabamos siendo pesimistas, muy bien podría ser una terapia de liberación de nuestras propias trampas anímicas y también frente a la de los otros. En este sentido, Ramón Gómez de la Serna decía que no hubiera habido guerras si nos hubiéramos reído de la ira de los dirigentes que condujeron a ella, el humorismo es para él “el hermano desdichado de lo sublime” y por extensión “el hermano incrédulo que lo echa todo a perder”.

Para Norah, ese hermano de lo sublime no es desdichado, sino convive dentro de cada uno en su mismo desacuerdo y hermandad desde la diferencia. Y nada mejor que llevar a la práctica esta invitación de Norah extrayendo de su acción unas instrucciones para Gritarreírnos»: 1 Grita desaforadamente en esta sala de exposiciones o en cualquier otro espacio. 2 Cuando no puedas más, te ríes despacio, apenas perceptible. 3 Ir riéndote en aumento hasta que las carcajadas resuenen en toda la sala o en cualquier espacio que hayas elegido.

Tick tock – tick tack no more bodies digitally altered Tick tock – tick tack my body is not news – my brains are Tick tock – tick tack no more excuses – may I have my body back?

— Nieves Alberola Crespo

Nieves Alberola Crespo Profesora Titular de Literatura Norteamericana en la Universitat Jaume I de Castellón. Entre sus publicaciones destacan La Escuela de Nueva York (2000), Voces Proféticas (2003), ¿Nimiedades para la eternidad? (2006) y Susan Glaspell y los Provincetown Players (2017). En el campo de la cultura audiovisual, ha investigado y escrito sobre la filmografía de Luc Besson, Luis García Berlanga, Andy Warhol y las series televisivas norteamericanas. Conservadora del Museo de Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni de Vilafamés (Castellón) desde el año 2016, ha comisariado el proyecto expositivo CV-13 En ruta en la Sala 30 del MACVAC. Ha editado diversos números de las revistas Asparkía. Investigació feminista y Dossiers feministes.

70 Como en El monje frente al mar de Friedrich, los versos son una denuncia sobre cómo los cuerpos de las mujeres son moldeados y construidos de forma digital para deleitar la mirada masculina. Tras ser modificados mediante técnicas como el Photoshop, aparecen en portadas de revistas, así como en anuncios publicitarios en detrimento de lo que realmente importa: su intelecto, su cerebro. Es un grito que lanzan las mujeres para reivindicar que se les devuelvan sus cuerpos y habitar en sintonía con la Naturaleza que les rodea. La Naturaleza las acepta tal y como son sin necesidad de maquillaje, sin que el tamaño de sus senos, caderas, piernas o brazos sean modificados digitalmente – no more bodies digitally altered –; sus cuerpos no son, no deben ser noticia – my body is not news –, mientras que sus pensamientos e ideas sí deben serlo – my brains are –; ellas gritan “no more excuses” y piden con una simple pregunta – en la que se omite el signo de interrogación – que se les devuelva el poder sobre sus propios cuerpos – may I have my body back – pues ellas son sujeto de su propia historia.

No hay cosa más libre que el entendimiento humano; ¿pues lo que Dios no violenta por qué yo he de violentarlo?

— Sor Juana Inés de la Cruz

Vicent F. Zuriaga Senent Doctor en Historia del Arte (Universitat de València, 2004). En su experiencia profesional docente ha sido ha sido profesor de Historia del Arte en la Universitat Jaume I de Castelló (1999-2011) y profesor de Historia del Arte de VIU, Universidad Internacional Valenciana (20102015). Desde septiembre de 2015 es de Historia del Arte en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir. Es conservador del MACVAC, Museo de Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni de Vilafamés (Castellón) desde el año 2016. Como investigador cuenta con dos sexenios de investigación reconocidos por la ANECA. Las líneas de investigación que hasta el momento ha desarrollado se han concretado en libros, capítulos de libros y artículos en el ámbito de la iconografía e iconología religiosa, el arte en la orden de la Merced, la instrumentación del arte como didáctica, devoción y cultura visual y fílmica. La literatura emblemática, la iconografía virreinal novohispana y el patrimonio artístico valenciano. En la actualidad pertenece al Grupo de Investigación Iconológica IHA de la Universitat Jaume I de Castellón, y al grupo de investigación Humanidades Digitales de la Universidad Católica de Valencia. Ha comisariado exposiciones promovidas por el Consorcio Valenciano de Museos, la Diputación de Castellón y el MACVAC

71 Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana (San Miguel Nepantla, Tepetlixpa; 12 de noviembre de 1648-Ciudad de México, 17 de abril de 1695), más conocida como sor Juana Inés de la Cruz fue una religiosa jerónima y escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español. La obra dramática y poética de sor Juana va de lo religioso a lo profano. Los versos de Sor Juana Inés de la Cruz, prólogo de sus “Romances filosóficos y amorosos” son una reflexión sobre la libertad, cada vez más amenazada, que nos une a Friedrich y a su Monje frente al mar. En sus poemas de Sor Juana Inés de la Cruz nos regala una reflexión sobre la libertad del creador de una obra artística y su relación libérrima con el lector o espectador, con una postmodernidad y actualidad que sorprende en una escritora del siglo XVII.

El Grito Sublime Teruel 2021

Información sobre El paseo de las Lambrijas Como artistas, configuramos a lo largo del tiempo una estructura conceptual basada en nuestra experiencia e intereses estéticos, éticos y políticos. En el caso al que nos referimos, “caminar a gatas o reptar” tiene un significado obvio y además nos ofrece la oportunidad de percibir otros puntos de vista ya que desde el suelo o desde el asfalto, los objetos y el paisaje muestran otras perspectivas. Reptar es intimar con un espacio mediante el movimiento y la escatología o es simplemente, realizar un entrenamiento deportivo, todo dependerá del espectador que interprete la acción. Reptar también es transitar un espacio que al ser cultura es también propósito o intención y es aquí donde resuenan todos los ecos, desde los más obvios hasta aquellos que señalan lo simbólico.

Nos tiramos al suelo y recorremos un lugar que contiene unos objetos creados para su contemplación. ¿Cuál es el punto de vista idóneo para percibirlos e iniciar un posible diálogo?

Somos animales bípedos, orgullosos, y nos irrita agachar la vista y la cabeza a no ser que estemos ausentes, ensimismados en nuestros pensamientos. Nos disgusta todavía más andar a cuatro patas, y por supuesto reptar nos hace sentir como gusanos.

Y aquí empieza todo. Me siento como un gusano incapaz de caminar con mis dos piernas y me angustio al considerar diferentes posibilidades. ¿Qué tipo de gusano soy? ¿Soy una lombriz cuyo destino es acabar en un anzuelo para que cualquier individuo me utilice, o soy la oruga que

fabricará un ligero capullo que también reportará beneficios mercantiles? ¿Soy una pequeña y tímida larva, o una larga escolopendra llena de patas? Da igual, estas preguntas que tanto me angustian sobre la identidad, son irrelevantes para el resto del mundo, pero hay algo que subrayo directamente y es ese arrastrarse como única posibilidad de movimiento.

Y como en toda producción artística, invocamos con esta acción, nombres propios y obras que horadaron nuestro ser, creando las oquedades que acogen nuestras íntimas epifanías.

Desde Kafka y Julio González hasta el más rotundo y sencillo haiku, se planea una historia que también es otra. Pensamos de inmediato en la degradación del ser humano o en una reivindicación por la que se alude a una natu-

raleza inclusiva en la que todos los seres vivos contienen un material genético similar, pero el espacio de los significados es tan amplio que podemos incluir otro texto, uno más próximo a la descripción biográfica de unos hechos.

Veamos. En este caso, una mujer, artista visual y profesora, atribulada por numerosos problemas que debe solucionar en esa fecha, el día en el que ha programado una mediación junto a un amigo que es también artista y docente, y con el que iniciará la inauguración de la muestra de la que es comisaria, y que se celebra el día en el que también debe impartir dos largas clases de diseño y en el que debe gestionar importantes cuestiones académicas por lo que debe reunirse con los directores de su departamento y de la facultad. Esa mujer exhausta, cuando llega por fín, al momento de iniciar el recorrido

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a través de la sala de exposiciones para comunicar sus contenidos dialogando con su invitado, sin previo aviso, se tira al suelo y comienza a reptar encabezando una visita guiada en la que ya no verbaliza. Todo lo resuelve a través del lenguaje corporal.

Por otro lado, su acompañante y amigo ya tiene pensado desde donde abordar la exposición: Ecología, binomio naturaleza - crianza, género y representación política.

Pero su acompañante, previamente, le ha contado la perplejidad que ha sentido al ver en los tres últimos días, cada vez que entraba en su estudio, a una cucaracha muerta en el recogedor de la basura, junto a la escoba. Ha sido todo un detalle por parte de esos tres insectos ir a morir a ese recogedor para que su cadáver sea lanzado directamente al cubo, y ese detalle ha convertido, todo el asco que le provocaban, en una cierta simpatía y también en una especie de obsesión por un un hecho en el que no puede dejar de pensar y al que considera inescrutable.

Cuando llega el momento en el que debe hablar de los artistas y la obra expuesta junto a su amiga, presa de un impulso instintivo, se tira también al suelo acompasando su cuerpo con el de la de la profesora y juntos, inician un recorrido por la sala en el que reptan en absoluto silencio, y están tan concentrados, que ni siquiera se dan cuenta de la sincronización de sus movimientos. Reptan ajustando paralelamente sus cuerpos en un movimiento idéntico hasta llegar a un cartel en donde se expone las frases escritas por las mujeres, que constituyen el nudo de la muestra. Se levantan los dos al mismo tiempo y comienzan a leer en voz alta.

El público sorprendido por el comportamiento de quien debía explicarles, les ha seguido, observando atentamente la serpenteante coreografía, y al escuchar sus voces, se van uniendo a la lectura de las frases hasta que todo el espacio se llena de un emocionante ritmo sonoro.

Se llena de ritmo, de adverbios, de absurdo y también de sentido y de magia.

— Pepe Romero Artista invitado

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Teruel Sublime Una propuesta invisible El Grito Sublime se inauguró el pasado jueves día 14 de octubre en la sala de Bellas Artes y sala de Vicerrectorado de la Universidad de Zaragoza sede en Teruel.

de prototipos e iconos creados por nuestra sociedad no nos permiten mirar más allá de nuestros marcos. Este es quizá el tema principal de esta exposición.

En esta exposición a los artistas se les invitó a Gritar a partir de una frase escrita o dicha por mujer a fin de visibilizar la invisibilidad histórica de esta, y como punto de partida para crear o mejor, de “ver” a través de ellas, y así, sentirse, sentirnos “mujeres”, reforzando además, algunos conceptos que dan luminosidad a la diferente, a la otra, a la mujer, mujeres filosofas, escritoras, diseñadoras… artistas todas.

Propuestas de la diferente, de la mujer otra, de su olvido histórico, se reúnen en estas salas de la mano de los artistas. Eneko de Blas y su investigación sobre aquellas mujeres olvidadas en la república española de 1931 y machacadas tras la Guerra Civil; Tania Ansio reivindicando los trajes coloreados de la mujer afgana con sus enormes y estilizados plásticos donde se visualiza la diversidad en contraposición al negro absoluto impuesto por el nuevo gobierno ultra religioso y patriarcal; una máquina de coser vuelta del revés, inservible, que no puede producir pero

La visibilidad, aquello que vemos, que observamos al caminar, nuestras reflexiones, llenas

si expresar belleza y sensibilidad, un trabajo de Isabel Martí en clara referencia a aquellas costureras que en 1912, en Massachusetts, se levantaron en protesta reclamando Pan y Rosas aludiendo a la igualdad social y política.

La joven Miriam Inza y el catedrático Miguel Molina Alarcón nos interpelan con un: ¿ME VES? Pregunta la una, y el otro, basándose en una idea de María Laffitte, nos observa. Una obra que cuando la vemos, nos mira, una tautología de miradas que nos invita a componer otras nuevas, aquellas que realmente vemos o no vemos por inadvertido.

El colectivo Raíz, nos aporta las trasparencias de nuestra memoria, de nuestros pueblos olvidados que, lejos del ruido transitorio de las grandes ciudades, reclaman un nuevo y dife-

rente espacio para crear hogar; un hogar que demanda compartir con el otro la artista María Miguel Bueno para buscar el nosotros; un hogar tejido con las agujas de lana y que termina encerrada en sí misma, llevando la casa a cuestas, parece decir Santi Gómez; a la vez, Elena Martínez presenta su propuesta punzada a punzada en un lienzo crudo, describiendo los caminos sinuosos y de lucha por conservar la ciudad, autoconsumida, cual Saturno, por la insaciable capacidad destructora del consumo capitalista; una destrucción que a veces se encuentra anidada en nuestro interior.

Tham Casany, retomando al Titán Prometeo, y en clara referencia a la exigencia, a la necesidad de conseguir el mayor y más alto rendimiento, auto mutila su propio cuerpo envuelto en sábanas blancas recién salidas de hospital…Y

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llegados a este punto, uno, cualquiera de nosotros, puede preguntarse, ¿quién soy? Irene Covaleda nos responde con una imagen diluida, desvanecida, que va perdiendo su propio Yo con el paso de los días; Elia Torrecilla, a través de un espejo, conforma su propio Yo con lo otro, con el entorno que le rodea, un espacio imaginario reflejado en éste, donde el paisaje adquiere otra dimensión y el Yo se confunde y se envuelve con el hábitat. Un paisaje, que al igual de la mujer fotografiada por Vicente Carrión, se encierra en ella misma, donde la plenitud de su goce, su desnudez de prejuicios eleva los pensamientos hacia lo sublime.

Sublime y a la vez confusa es la propuesta de Irene López Hernández, un paisaje que reniega de sí mismo, una pintura donde no hay pintura, un lienzo, que se despega del lienzo, muchas preguntas por resolver. Preguntas y respuestas que uno encuentra en el camino, un camino descrito por Merche Pereira realizado con numerosos cardos blancos y presentados en línea, reescribiendo a Richard Long. Profundizar en la belleza y en la metáfora, pintarlos de blanco puro, como aquello que se espera de la mujer, enmarañada entre las sombras para colmar la insaciable sed patriarcal, quedando

las diferentes, las otras, las mujeres, siempre en el lugar de atrás, Invisibles.

La exposición El Grito Sublime no nos deja impasibles, nos invita a rehacer otro recorrido, a repensar quienes somos, nuestras costumbres, nuestros prototipos, a reflexionar incluso sobre nuestra especie, una variedad más, que al igual que las otras, y al mismo nivel, arrastrándose a ras de suelo como lambrijas, Pepe Romero y Elia Torrecilla materializan en su performance Transespecie. De la misma manera, puestos en pie, volver a leer, releer, mirar aquello que durante tanto tiempo hemos dado por sentado y que la mayoría de las veces deja al otro, a la otra, en la nada.

No, no vas a encontrar soluciones, por contra, un gran silencio como el que invade al monje frente al mar de Friedrich, o a la mujer del espacio expositivo, sola frente al mar de letras escritas por mujeres. Sola, ha de tomar la decisión, la respuesta o el camino que, tras la reflexión, que tras las preguntas que esta exposición sugiera, ella, ellas quieran.

— Martíllopis Comisario de El Grito Sublime

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Con una clara conciencia, permanezco en el exilio, con la esperanza de que un día los tres ideales en los que yo creo se hagan realidad: justicia, libertad y república.

— Zenobia Camprubí

Eneko de Blas Eneko de Blas nace en Zaragoza en 1999. Crece rodeado de influencias mayoritariamente cie tíficas y muestra predilección por las ciencias biológicas, siendo las artes plásticas un campo de interés que no se traslada más allá del ámbito lúdico. En 2018 comienza el Grado en Bellas Artes de la Universidad de Zaragoza, donde comienza interesándose por la escultura y la instalación, decantándose más adelante por las ramas de la ilustración y el diseño gráfico. Durante los 3 años cursados en el grado, participa en la exposición colectiva Mail Me Art, Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Zaragoza, Teruel (2021), en Especies de Espacios: Reconstruyendo Puntos Vacíos, Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Zaragoza, Teruel (2021),en Trash Art, Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Zaragoza, Teruel (2020) y en el Mil Art Festival, Teruel (2019).

83 Como creativo decido anteponer la estética de la creación a la posible línea discursiva que en esta pueda inscribirse. El uso corrector del color, el equilibrio en la composición y una correcta ejecución de la metodología prima sobre cualquiera de las líneas de trabajo de mi obra. Los temas que mi obra abarca son múltiples, y entre ellos se encuentran la cotidianidad, la propia identidad y las experiencias mundanas, todos ellos tratados desde una perspectiva y universal.

Mi obra se enmarca dentro de las disciplinas del diseño, la ilustración y la fotografía. todas ellas se coordinan, haciendo uso en ocasiones del collage, para dar lugar a un trabajo multidisciplinar que sabe responder a las necesidades de la propuesta inicial que se plantea.

Tratar a las mujeres como creadoras, no sólo como mujeres creadoras.

— Nerea García

Elena Martínez Elena Martínez Millán nace en Cetina (Zaragoza) en 1998. Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Zaragoza (Promoción 2016-2020). Participó en el programa SICUE siendo su destino la Facultad de Bellas Artes de Málaga (2018- 2019).

Ha realizado Prácticas externas en el Museo provincial de Teruel (2020). Actualmente está realizando el Máster de Investigación en Arte y Creación por la Universidad Complutense de Madrid. Además, ha participado en varias exposiciones colectivas “Yo y el otro” (Teruel, 2020) y “La España vaciada, Premios ARTZ” (Teruel, 2020). Por otro lado, ha comisariado “(Yours and Ours) Identity” (Teruel, 2020). Ha sido premiada en el concurso de arte público lanzado por Circular Society Labs de la Universidad de Zaragoza “Mail me Art” en el que obtuvo el 3º Premio su obra titulada Archivo 2020.

84 El proyecto muestra la eterna y destructiva renovación de las ciudades contemporáneas.

Cómo funciona una ciudad a partir de la destrucción de edificios históricos por la creciente idea del capitalismo y la devoción hacia lo nuevo y lo útil. Al igual que el ser humano busca una juventud imperecedera en su propio cuerpo lo lleva al entorno en el que habita, destruyendo edificios, calles… para construir. La pieza en si es un mapa, un conjunto de palabras que muestran la función de una ciudad de forma generalizada. La ciudad en sí no es ninguna ciudad en concreto ya que podrían ser muchas, es una ciudad total, engloba todos aquellos aspectos de las ciudades de una forma general representando así a todas y a ninguna. El objetivo es revelar el genoma de una ciudad, su formación y construcción según como se rige en la edad contemporánea y concretamente en el siglo XXI, mostrando el problema de la excesiva renovación y el rechazo histórico que sufren las ciudades y el problema de la gentrificación con la construcción excesiva de hoteles y viviendas focalizadas en el turismo.

Lo importante es lo que pasa, lo que somos y hacemos hoy.

— Holga Méndez Fernández

María Miguel Bueno De diciembre, nace en Aranda de Duero (2001).

Vive y estudia en Pontevedra. Cursa el Grado en Bellas Artes por la Universidad de Zaragoza.

Su práctica artística plantea un acercamiento a la realidad en la que se inscribe, desde su cuestionamiento y hacia su reflexión. Aborda temáticas como la identidad, el hogar y las deconstrucciones sociales. Se manifiesta a través de poéticas objetuales, instalaciones y performances. Destacan su selección y participación en el proyecto ConArte en el Camino: ‘Bellas artes para la transmisión de los valores universales del Camino’ (2021) y su primer premio en el concurso Mail Me Sustainability Art (2021).

87 La pieza grita desde una proyección de una alternativa al individualismo que fomenta la sociedad ególatra en la que nos inscribimos, plantea un proyecto real de vida común desde el ahora.

Desde el interés por la ausencia de límites existentes entre las ruinas de las casas de algunos municipios y la vía pública y hacia la reconstrucción de suelo privado a partir de suelo público remitiendo a los cuidados. Los cimientos de la casa, del hogar, como sustento, base y punto de partida para la construcción de una vida común. Entre mi casa y la tuya. La nuestra.

Sin darme cuenta, pensaba en cosas que me parecía que entendía y que no acababa de entender… o aprendía cosas que apenas empezaba a saber.

— Mercè Rodoreda

Irene López Hernández Grado en Bellas Artes (Premio Titulados con Mejor Expediente, curso 2018-2019) y Máster en Producción Artística por la UPV. El trabajo de esta joven artista (1997) se diversifica entre pintura e ilustración, conectadas por una voluntad narrativa subyacente en toda su obra.

Experimenta, en su faceta pictórica, con la materialidad y la inclusión de elementos dúctiles como telas, papel o cartón buscando aportar tridimensionalidad y alterar los límites del cuadro. Obras inspiradas en formas y texturas orgánicas, donde los relieves, el medio y las huellas del proceso, más allá de la representación, pretenden participar del significado.

88 La propuesta se inspira en un paisaje que se configura como un vacío, como un cielo blanco nublado o como un paisaje que desaparece tras un manto de niebla. En la pieza, esta nubosidad se abstrae en una superposición de estratos de tela sobre el soporte, en una voluntad de crear volumen y aportarle organicidad aprovechando la ductilidad de los materiales, en un acercamiento al objeto de inspiración.

Una aproximación al paisaje y a su percepción romántica, en la que se convierte en ilustración de lo desconocido o lo inaprensible gracias a lo que no se ve, a lo que se presenta difuso o incompleto. El paisaje se convierte en un autorretrato en el que se proyectan inquietudes individuales, de dudas sin respuesta. La cuestión en este caso es el límite que se deja entrever sutilmente en esta representación del interior a través del exterior. Un límite en el que se mezclan realidad y subjetividad.

Vuestros silencios no os protegerán.

— Audre Lorde

Colectivo Raíz Jugatx Astorkia y Sara Rodríguez, graduadas en Arte en la UPV/EHU en 2017, forman juntas el Colectivo Raíz desde 2019. En cuanto se dan cuenta de que los intereses personales de cada una coinciden con los de la otra en ciertos aspectos formales y conceptuales, empiezan a trabajar en diferentes proyectos que han estado desarrollando estos últimos años. Han participado individualmente en diferentes exposiciones colectivas como Gazte Klik Klak en Gasteiz (2020), Hilarria en Gasteiz (2019), Indeble en Casa das Campas de Pontevedra (2018) o en el II certamen de Creación Joven Loyola Artistas Emergentes de Sevilla (2020). Como Colectivo Raíz, han ganado el 3. Premio en el II concurso Mail me Sustainability Art de la Universidad de Zaragoza (2021).

91 Poco tienen en común las fotos de dos hogares en diferentes lugares. Excepto porque son las mismas fotos: las mismas fachadas, las mismas ventanas, la misma sensación de calidez. Las fotos nos permiten viajar y estar en dos lugares al mismo tiempo, pero también nos permiten estar en dos tiempos en el mismo lugar. Cuando nos sentimos en hogar da igual qué paredes sean. Nos gusta pensar que hemos estado en los mismos sitios, que antes de conocernos estuvimos alguna vez en el mismo lugar, o que tus padres y los míos, que nunca se conocieron, tuvieron alguna vez un mismo hogar, y que sacaron la misma foto. Quién sabe, a veces ocurren cosas extrañas, coincidencias, conexiones invisibles, en dos tiempos el mismo lugar, dos lugares al mismo tiempo. Y si tiras del hilo quizá nuestros hogares tienen más en común de lo que creíamos. Si lo piensas, todas las raíces van a la misma tierra.

Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que sea la libertad nuestra propia sustancia.

— Simone de Beauvoir

Merche Pereira Artista visual interdisciplinar, nacida en Thonon, Francia, aunque ha vivido y se ha formado en Valencia. Grado en Bellas Artes por la Facultat de Belles Arts de Sant Carles en València en la Universitat Politècnica de València (2021).

Su formación inicial, graduada en diseño de moda por la Escola d’Art i Superior de Disseny de València (1990) y su trayectoria profesional, le aportan seguridad a la hora de trabajar los diferentes materiales. Todo este bagaje le ha servido para crear piezas de manera interdisciplinar, dando importancia a la materia y a su significado. En su recorrido artístico, ha formado parte del colectivo Laboratori del Paisatge en Reus, Tarragona (2011-2016), exponiendo en colectivo en diferentes salas como La Grey en Tarragona, el Museu de Reus o la Sala Àmbits en Cambrils. Fue seleccionada por la Galería Pinyol de Reus para el 22º Premi TELAX (2014).

Actualmente sigue una línea de investigación desde el concepto de cartografía interior y naturaleza, jugando con lo orgánico y lo inorgánico, lo físico y lo virtual, lo efímero, las sombras proyectadas y el arte sonoro, introduciendo elementos de la naturaleza y siguiendo todo un proceso introspectivo a la hora de crear.

92 En una sociedad llena de convencionalismos y de cánones impuestos a la mujer, ésta se ve obligada a recorrer un largo camino para conseguir abrirse hueco, un camino a menudo espinoso y largo, como el que he querido representar en esta instalación. Esta obra representa a todas esas mujeres que luchan día a día por emerger desde la invisibilidad, erguidas y con dignidad, dejando atrás las sombras a las que la sociedad patriarcal las quiere relegar.

Los cardos, como metáfora de la mujer, aluden a ella por lo resiliente, lo bello, lo delicado y lo femenino, emergiendo desde el suelo de manera muy poética. Están pintados de blanco, desnaturalizados, al igual que esta sociedad desnaturaliza a la mujer imponiéndole toda una serie de roles que se le presuponen, privándola de libertad, haciendo que quede invisibilizada y en la sombra, en la mayoría de los casos, relegándola a un segundo plano. El color blanco acentúa esa invisibilidad y remite a la pureza, a la perfección que se le exige a la mujer. Estos cardos, que surgen del suelo como un acto de rebelión, se abren paso desde lo más crudo y después, dejando atrás las sombras, dan un grito de ¡basta ya!

Que no te vea no cambia el hecho de que te esté mirando.

— Nadia Hatta (Mai Chen)

Miriam Inza Disfruté del Grado en Creación y Diseño (2017) tanto que después realicé un Máster en Investigación y Creación en Arte (2018), ambos en la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU, Bilbao.

Ya desde entonces, o tal vez desde antes, me interesan los actos de comunicación y mi práctica plástica se centra en interferirlos, alterarlos o desviarlos. Trabajo con imagen gráfica, el sonido de la voz y sobre todo con el texto. He realizado exposiciones individuales en la sala Juan de Lizarazu (Guipuzcoa, 2019), en la muestra DMencia en la sala Juan Valera (Córdoba, 2021) y con el proyecto ext. versión de forma itinerante por 11 localidades de la CAV (2021).

He participado en exposiciones colectivas en el Museo de Reproducciones (Bilbao, 2020), Bizkaia Aretoa (Bilbao, 2018), Ateneo Santa Cecilia (Pontevedra, 2018) y obtuve el segundo premio de Mail Me Sustainability Art (Zaragoza, 2021).Actualmente desarrollo mi tesis doctoral en el Departamento de Escultura y Arte y Tecnología de la Facultad de Bellas Artes (UPV/EHU) con la beca PIF (2019) de Personal Investigador en Formación.

95 El vinilo ¿me ves? colocado en la exposición genera una especie de portal, al ser gemelo de otro que está colocado en el cristal de mi estudio, en el onceavo piso de un edificio de oficinas. La frase que le sirve de título, “Que no te vea no cambia el hecho de que te esté mirando”, extraída de la serie Away, se parece mucho a una anécdota sobre Lacan que siempre leo contar a otros autores: un pescador francés y el joven Lacan están en un bote en el mar cuando ven una lata de sardinas. El amigo de Lacan apunta que, si bien él puede ver la lata, la lata no lo puede ver a él. Años más tarde el famoso psicoanalista cuenta que aquella lata en realidad sí que podía ver a su amigo, puesto que, según su teoría de la mirada, la luz puede entenderse como mirada incluso en la ausencia de un sujeto observador. Así, todo lo que ves es susceptible de estar mirándote a ti también.

Si me ves, te veo, aunque quizá si no me ves, te esté mirando también y viceversa.

Louise reunió todos los tejidos de su vida. [...]

Tejer era su manera de sanar.

— Amy Novesky

Santi Gómez (Valencia, 1978) es licenciado en Bellas Artes por la Universitat Politècnica de València y en Historia del Arte por la Universitat de València.

También ha cursado estudios en la Academia de Carrara, y en la Escuela del Mármol de Carrara, Italia. En la actualidad continúa su formación con estudios de doctorado en la especialidad de escultura en la Universitat Politècnica de València. Combina su producción artística con la docencia, profesor funcionario de carrera en la especialidad de Dibujo, desde 2005. Imparte sus clases en el IES Doctor Faustí Barberà de Alaquàs, al tiempo que ha sido profesor colaborador en la Universidad Internacional Valenciana (VIU). Su carrera artística viene acreditada por numerosas exposiciones nacionales e internacionales. Siendo su proyecto sobre Las ciudades el centro de su producción en los últimos años: «Os invito a pasear por mis ciudades; en mis propuestas trato aparentemente de lo cotidiano, de la vida, de la ciudad. Soy consciente de que éste es un tema excesivamente amplio, pero quiero ver la ciudad como un elemento espacial, donde dentro del mismo se mueven las personas, sus alegrías y tristezas, el día, la noche, la realidad y los sueños».

96 ¿Por qué grito en la ciudad? Mi grito en esta ocasión se convierte en un hilo, que va recorriendo las formas de la casa “domus”, creando formas de ciudades. Ese grito es una voz, leve y continua, que sale toda de una a modo de hilo, que entreteje las telas del lienzo, componiendo espacios de ciudad. O bien se enreda como la tela de una araña, en una jaula de metal. Podría decir que este hilo bien sale de mis adentros.

Puede que debido a una intervención quirúrgica que me ha dejado un largo tiempo en reposo, cosido por dentro, con heridas que parten desde mi corazón. Pero a la vez, estas marcas de heridas cosidas en mi piel, son las huellas de una victoria, ya que gracias a estos hilos, he conseguido seguir gritando. Y sigo gritando usando mi voz, por medio de la utilización del espacio. Gracias a esa casa que no para de crear variaciones geométricas, y se pelea con las manchas del lienzo. Y sigo gritando, por medio de la casa que se ve prisionera, y de esa araña que teje, y engendra el hilo que todo lo une. Y a la vez refuerza un grito, que es un grito de victoria, de la vida que emerge en la ciudad.

Aunque sea desagradable que las puertas se cierren y lo dejen a uno afuera, quizás sea peor aún estar encerrado adentro.

— Virginia Woolf

Tham Casany Sus comienzos artísticos en 2006 empezaron con la fotografía. En 2013, comenzó sus estudios en la Facultad de Bellas Artes, dónde se graduó y dónde actualmente estudia un Máster en Producción Artística. Desde 2016 su obra gira en torno a la fragilidad de los vínculos, en un despertar casi inconsciente de las inseguridades, miedos y heridas que viven en nosotros.

Independientemente de la técnica utilizada, en sus creaciones encontramos un denominador común, las relaciones personalesen la era postmoderna. Encarna los principios de una toma de conciencia de todo lo que nos pasa hoy en día, el estrés al que nos tiene sometidos la era de la inmediatez y las enfermedades físicas y psíquicas generadas a consecuencia de este ritmo frenético de vida.

99 “Siento continuamente la necesidad de crear”, y así, nace la necesidad de construir, a través de sus experiencias internas, piezas con carácter, en ocasiones, introspectivo. Disfruta del trabajo vivo del taller y de las variaciones que puede ofrecer una misma obra. Su trabajo se centra en estas variaciones y en las múltiples posibilidades a partir de la experimentación en distintos materiales, soportes y técnicas de una misma pieza.

#DoNotTouchMyClothes. #AfghanistanCulture.

Este es nuestro auténtico vestido afgano. Esta es nuestra auténtica cultura.

— Bahar Jalali

Tania Ansio Educadora social y Licenciada en Bellas Artes, compagina su investigación doctoral con actividades artísticas, didácticas y reivindicativas a través del Arte. Ha participado en más de 200 exposiciones individuales y colectivas, ferias y selección en concursos, obteniendo el Primer premio de XVI Bienal de Pintura Balconadas, 2018. Primer premio Campaña de Comunicación ODS, 2018 UPV. Primer premio en Grabado en Q- art, 2021. Finalista 6th Tokyo International Mini-Print Triennial, 2018 , Artista invitada en MIAB – PORTUGAL. International Biennal. 7th Edition 2018. Selección en Art al Vent, (2016, 2017, 2018, 2019, 2020 y 2021); Seleccionada Concurs D’Arts Plastiques. Q-Art. Quart de Poblet, (años 2016, 2017, 2018 , 2019, 2020 y 2021); Seleccionada I Convocatoria Libros de Artista “Memorial Emilio Sdum” (2016); Seleccionada Exposición Fotografía y Patrimonio escultórico Mucaes. UPV, Valencia 2018, entre otros. También desarrolla su faceta didáctica desde el arte mediante impartición de múltiples talleres gráficos, comisariado de eventos y dirección de Jornadas Gráficas de sensibilización. Publicación de artículos de investigación, videotutoriales, participación en Congresos y colaboración en Libros con ISBN. Obra Gráfica, Libro de artista y Fotografía en MUCAES y en el Fondo de la UPV; en Akademia Pata, Lodz (Polonia), en Tama Art University de Tokyo y en colecciones particulares españolas y extranjeras.

100 Creo firmemente en el poder de la expresión creativa para lograr el cambio social. Por eso, utilizo las bolsas de basura como una declaración de intenciones, elevando a la categoría de OBJETO ARTÍSTICO un objeto creado para su uso y desecho inmediato. A través de la obra, pongo en manos del espectador su valor potencial estético y convertirla en única protagonista plástica. DoNotTouchMyClothes es un gran traje femenino afgano, de 5 metros de altura, formado por cientos de tiras de bolsas de todos los colores. Riqueza visual y cromática con la que me uno al grito de tantas mujeres que con este hashtag están compartiendo en todo el mundo una campaña contra el código de vestimenta impuesto por los talibanes, mostrando la riqueza de la ropa tradicional afgana.

Al mostrar el colorido y la vistosidad de los auténticos trajes femeninos afganos, estoy rechazando las 29 prohibiciones que se les intenta imponer desde el régimen Talibán amparados en la tradición. Derechos fundamentales como trabajar, estudiar o ir solas por la calle, entre otros, que están convirtiendo Afganistán en un lugar extremadamente peligroso para una mujer, únicamente por el hecho de serlo.

Jamás dejaré […], hasta siendo mujer amante, hasta siendo mujer madre, de ser mujer luchadora, mujer sembradora de ideas y de rebeldías, de eternos amor y libertad.

— Federica Montseny

Vicente Carrión Nacido en Buñol en 1952, desde 1973, llevo una cámara en la mano sintiéndome fotografo amateur. Mi base instructiva fueron los libros, manuales básicos de la fotografía y las revistas de la época a las que estaba suscrito. El Blanco y negro fue el soporte con el que fui desarrollándome fotográficamente en los primeros años, tanto por la economía de las emulsiones, como por la facilidad de trabajar el laboratorio. Con la llegada de la fotografía digital, el color junto a los programas de edición ocupó inicialmente mis intereses, aunque el BN sigue ocupando gran parte de mi obra. Algunas de mis obras han sido premiadas o seleccionadas para importantes concursos y eventos fotográficos.

103 Mis intereses fotográficos siempre fueron el entorno del ser humano y lo que compone ese entorno, es decir, el ser humano como individuo, habitante y responsable de la mayor parte de cosas que suceden en él, Por eso, la ciudad y sus calles, los pueblos, la fotografía social, su propia intimidad y todo aquello que lleve su mano se convierte en una potencial temática fotográfica y siempre que sea posible, su figura, la incluyo gustosamente, no en vano mis referencias fotográficas son Enri Cartier –Bresson, Sebastiao Salgado y Cristina García Rodero.

Considero a la fotografía como un medio de expresión artística con el que poder expresar unos sentimientos y una forma de contar historias en el que las contraposiciones, contrastes y provocaciones, en planos distintos, produzcan en el espectador dudas y planteamientos visuales. Por otro lado, me motiva especialmente, la composición y el encuadre de elementos que en su distribución o agrupación configuren una estética visual. En el “RETRATO DE CARLA” intento mostrar una introspectiva de una mujer que puede ser cualquiera; un momento de intimidad en un clima relajado tranquilo con esa luz externa contrastando tenuemente sus rasgos que consiguen exteriorizar un sentimiento de búsqueda en su interior, como preguntándose ¿Quién soy? ¿Qué hago?

“[…] tomé la decisión de no volver a pintar jamás. […] Mi vista componía en cualquier momento, y para mí sola, mi propio cuadro. Inesperadamente, sin pensar en su búsqueda, me sorprendía la belleza…

Se revelaba para mí en los aspectos más triviales, […] que equivale tantas veces a no ver”.

— María Campo Alange

Miguel Molina-Alarcón (Los Teatinos, Cuenca, 1960). Profesor del Dpto. de Escultura de la Universitat Politècnica de València desde 1986. Como artista e investigador ha trabajado el campo interdisciplinar de la escultura, la fotografía, arte público, performance y arte sonoro. Es investigador responsable del grupo de investigación Laboratorio de Creaciones Intermedia (LCI) de la UPV, y dirigido varios proyectos I+D de recuperación de los antecedentes del arte sonoro y del arte de acción nacional e internacional.

104 Posible propuesta a realizar: “Mi vista componía mi propio cuadro”. Esta cita de María Laffitte corresponde de sus estancia en París, hacia 1931, cuando realizaba estudios de pintura que abandonó por la crítica de arte y de estudios de defensa de los derechos de la mujer con la fundación de Seminario de Estudios Sociológicos de la Mujer (1960). La propuesta a realizar, sería colgar varios marcos de cuadros uno encima de otro de distintos tamaños. En el hueco de los cuadros los dos ojos de María Laffitte y luego la invitación al espectador: “Invitación: Tu vista puede componer un cuadro, inesperadamente, revelando el secreto de los aspectos más triviales de esta sala de exposiciones.

Enmarca con uno de estos marcos un cuadro trivial y sublime”.

¿Cuál es el verdadero yo, el que está en el mes de enero, sobre la acera, o el que en junio de inclina sobre la balaustrada del balcón? ¿Estoy aquí o allí?

— Virginia Woolf

Elia Torrecilla La investigación artística de Elia Torrecilla se centra en la relación entre cuerpo y espacio urbano –físico, digital e híbrido- a través de la práctica del caminar como experiencia estética, desarrollando proyectos artísticos intermedia que tienen como eje transversal la performance. Es Doctora en Arte. Producción e Investigación y ha colaborado en diferentes proyectos I+D, cuyas aportaciones han sido difundidas a través de diferentes publicaciones, artículos en Revistas de Investigación, congresos, exposiciones y eventos artísticos, nacionales e internacionales. Es la directora del Festival de Performances Mínimas Urbanas en Vídeo “Cuerpo Urbano en Acción” que en 2021 ha lanzado su 2ª Edición.

107 Des_aparecer (una aventura canaria), 2018 es una serie de seis fotografías analógicas tomadas con una cámara desechable por diferentes transeúntes. Estas imágenes registran una acción en la que pregunto a varias personas si podrían sacarme una fotografía; entonces me sitúo frente a ellos y coloco un espejo delante de mi rostro. Algunos se apartaban de su reflejo, otros disfrutaban al descubrirse en mi rostro.

Otros buscaban convertirme en paisaje.

Asumir el tiempo, y no estandarizarlo, es ligarlo a nuestro propio sentido de duración.

— Sofia Delle Donne

Irene Covaleda Irene Covaleda es artista e investigadora en la Universidad de Zaragoza y actualmente colabora en diferentes exposiciones como comisaria. Su obra abarca distintas disciplinas que se entremezclan para abordar los límites entre ellas. La artista rescata la memoria como concepto en un proyecto personal sobre el Mail Art con el fin de incrementar el análisis crítico sobre el panorama actual artístico y revisar la creatividad desde ideas vinculadas al desarrollo sostenible, socioeconómico y cultural. El color para la mayor parte de sus obras, el blanco. Un blanco lleno de matices, solido a la vez que sutil y profundo. Sus piezas suman pequeños volúmenes escultóricos con los que se tratan los temas de la sombra, el vacío y el silencio.

108 Una obra sin título, como todo un proyecto que quedó en blanco, en silencio y lleno. Esta pieza fotográfica a la que se le ha despojado de capas y capas de información, representa un intento de dar voz más ¿Importa a quién? Existen multitud de gentes silenciadas, grupos por los que gritar y por los que a veces, también se puede callar. Callar y pintar en blanco, en rojo en verde… El latido de esta pieza que una vez fue escultura esta dedicado a todas ellas que no pueden evitar oír su sístole, su diástole y que recorren caminos distintos dejando un reflejo que quien quiera, podrá ver. Esta obra es la última capa sin título, una imagen que, en el marco artístico contemporáneo, y en el proyecto sublime al que pertenece, quiere sumarse a todas las voces que son, fueron y serán.

Esta obra tiene un enfoque antropológico con la mirada puesta en el horizonte a modo de reflexión sobre la riqueza que reside en lo diverso y lanza una critica reflexiva sobre cómo es capaz el sistema global, de neutralizar las diferencias restando capas de nuestra identidad.

No es tan fácil la idea del compromiso. Se debe llevar dentro y es la actitud ante la vida. También es transgresor el compromiso con la forma, con el color. Esa es la grandeza de la creación artística, que no es reduccionista y nos abre al conocimiento — Concha Jerez

Maribel Domènech Artista interdisciplinar. Valencia, 1951. Catedrática de Escultura en la Facultat de BBAAde València UPV (1986-2021). Investigadora en arte, genero, textil y tecnología. En 2006 obtuvo una Beca de la Generalitat Valenciana, invitada por el Grupo de Investigación CADRE Laboratory for New Media, San José State University (California).

Artista en residencia en Montalvo Arts Center, y en Exploratorium. The Museum of Science, Art & Human Perception, SF California, USA. Directora del Departamento de Escultura de 1990-1994 y de 1998-2004. Desde 1998-2019 ha formado parte de la Plataforma ciudadana Salvem el Cabanyal, y desde 1990 ha sido miembro del Grupo de Investigación Laboratorio de Luz de la UPV. En la actualidad forma parte del Consejo Asesor del IVAM. Sus obras han formado parte de exposiciones personales y colectivas en Galerías, Instituciones y Museos en Europa, USA, Latinoamérica y Oriente Medio.

110 Toda la obra hace referencia a mi identidad, situación social y pensamiento político, utilizo palabras y tejidos que surgen de la experiencia, procesos emocionales y tecnológicos que he desarrollado mediante una serie de trabajos que reflexionan sobre lo íntimo y social de la vida cotidiana. Historias de lo cotidiano (19821987), La luz, espíritu y tiempo (1988-1993) y Tejer el tiempo: lo íntimo y lo social de la vida cotidiana (1994-2021). Lo cotidiano representa pues la esfera de la realidad que nos rodea, es susceptible a los cambios y modificaciones del contexto social, del cambio climático y de las pandemias, podemos pensar que es un espacio en permanente cambio y reconstrucción.

Empleo como proceso creativo la acción de tejer por su poder narrativo en instalaciones de carácter interdisciplinar; uso tradicionales y nuevos medios artísticos experimentando con textiles, indumentaria y tecnología; un trabajo que también indaga la cualidad física y significativa de los materiales industriales que se localizan siempre en el hogar, como cables eléctricos, telefónicos o multimedia, también provenientes del mar, que una vez tejidos son sobre todo significativos.

Alboraia Quizá fue por whatsapp, o tal vez en la barra de un bar, solo retengo en mi mente un sí enorme de las comisarias.

Las conocí en la Universitat Politècnica de València; a Elia en sus paseos por pentagramas borrados intentando recorrer el bulevar del doctorado, a Irene porque me la presentó Elia. Fue una grata experiencia que se materializó en la exposición que desde el cuarto oscuro de un búnker en tiempos de catástrofe, quizá adelantándonos a lo que iba a venir, llamamos Sin títu lo, no había mucha luz que nos alumbrase.

Teruel De esa experiencia nació El Grito, en clara alusión a Munch, y aunque se lo propuse a las dos, fue Irene quien, enrabietada por los vacíos de su pueblo, Teruel, se apuntó de inmediato a rellenarlo. Elia, atiborrada de papeles, sin color, los dejó de lado y se apuntó a la fiesta, quería ser parte de la siguiente ronda y las dos, Irene y Elia, tomando conmigo un café en la terraza de la Plaza el Carme de València, esta vez sí lo recuerdo, me ayudaron a redactar lo que sería la carta de invitación para los artistas de la próxima colectiva, El Grito Sublime.