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Cómo ser feliz depurando lo que no sirve.
Empezamos otro año y como es costumbre, nos proponemos las mismas metas de siempre: comer más sano, dejar de fumar, hacer ejercicio… pero perdemos el enfoque de lo primordial: Ser feliz.
Una de las maneras más eficaces para alcanzar la felicidad es rodearnos de aquello que nos haga sentir bien; de los amigos y familia que nos apoyan incondicionalmente, de un trabajo enriquecedor y de habitar un ambiente relajado, donde cada una de nuestras pertenencias tengan una razón de ser.
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Nuestro hogar es un santuario. Es fiel reflejo de nuestro estado mental. Una casa desordenada, llena de objetos feos e inútiles causa ansiedad, dificultad para dormir y nos distrae constantemente de cómo alcanzar nuestras metas. “Siempre hay algo que acomodar”. Invitar a los amigos resulta inconveniente y hasta vergonzoso por todo el trabajo que requiere tener la casa lista para una fiesta. Ya ni hablemos de que se vea bien siempre. Un espacio amontonado proviene de una mente amontonada. Se acumulan cosas igual que se acumulan kilos, malos hábitos, sentimientos pesimistas y una larga lista de etcéteras que no son otra cosa que un lastre para nuestra felicidad. Para empezar a vivir en armonía hay 6 pasos sencillos que se pueden seguir. Lo más importante es hacer conciencia que mientras más cosas inútiles acumulemos, más difícil nos resultará comenzar a vivir plenamente.
1. Empezar simple. No se trata de volverse minimalistas ni de deshacerse del 80% de las pertenencias. Con dedicar 5 minutos a recoger lo que no sirve de cada cuarto es suficiente para comenzar.
2. Hacer 3 montones: Tirar, Donar, Guardar. Al ir despejando cada habitación hay que decidir qué cosas tirar a la basura, qué cosas donar y qué se va a guardar y en dónde.

3. Deshacerse de las cosas más grandes y estorbosas. Echar un vistazo por toda la casa y decidir qué cosas quitan espacio físico y visual. Una elíptica que funciona como perchero o un juego de jardín viejo y roto son ejemplos perfectos: “Si no se usan, hay que dejarlos ir”.
4. Donar en lugar de vender. Todos hemos pensado en vender algo que nos costó una fortuna y que nunca utilizamos. Donarlo es una solución rápida y sencilla donde todo mundo gana, en lugar de que siga acumulando polvo por la eternidad.


5. Encontrar un lugar específico para cada cosa. Cada artículo que se guarda necesita un lugar determinado. Un cajón, un clóset, un baúl. “Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”
6. A grupar objetos similares. Es fácil encontrar los tenedores y los cuchillos en la cocina pues están ordenados por categorías. Al hacer lo mismo con cada objeto, se reduce el tiempo y esfuerzo para encontrarlos. Al enfocarnos en ordenar nuestro hogar, le estamos dando prioridad a nuestro bienestar y salud mental, lo cuál es la esencia para encontrar la felicidad y mejorar nuestra calidad de vida.

Jessica Jiménez, Professional Organizer Healing Spaces DC