La Gualdra 578

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Nuno Júdice nació en Mexilhoeira Grande, Algarve, Portugal, en 1949; es poeta, narrador, ensayista, dramaturgo, editor, crítico literario, profesor universitario y diplomático. Por su extraordinaria labor en el mundo de la literatura ha recibido el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, 2013; y el Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval, 2014; entre otros. Este 2023, el jurado conformado por Juan Villoro, Alfonso García Morales, Vicente Quirarte, Sofía Ramírez, Fernando Fernández, Marco Antonio Campos y Zoar Román, decidió que el Premio Iberoamericano López Velarde sea para el escritor portugués por su contribución a la internacionalización de la obra de Ramón López Velarde. El premio será entregado en el marco de las Jornadas Lopezvelardeanas el jueves 15 de junio, en el Teatro Hinojosa, de Jerez, Zacatecas.

[Una entrevista con Nuno Júdice, por Jánea Estrada Lazarín, en páginas centrales]

NO. 578
12 DE JUNIO DE 2023
13 DIR.
SUPLEMENTO CULTURAL
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/// AÑO
JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Nuno Júdice. Foto de Pascual Borzelli Iglesias.

No.

Ramón Modesto López Velarde Berumen nació en Jerez de García Salinas, Zacatecas, el 15 de junio de 1888; apenas tenía 33 años cuando falleció en la Ciudad de México, 19 de junio de 1921. 33 años bastaron para que se convirtiera en uno de los poetas más significativos del siglo XX y actualmente la vigencia de sus letras es innegable. Como cada año, para recordarlo en el aniversario de su natalicio, el gobierno del Estado de Zacatecas a través del Instituto Zacatecano de Cultura organiza las Jornadas Lopezvelardeanas, durante las cuales, se entrega el Premio Iberoamericano Ramón López Velarde. Esta distinción es otorgada cada año a escritores que han abordado magistralmente la vida y la obra del poeta jerezano.

En ediciones anteriores, el premio ha sido otorgado a escritores como Juan Villoro, Carlos Monsiváis, Juan Gelman, José de Jesús Sampedro, Ernesto Lumbreras y Fernando Fernández, entre otros. Este año, el jurado conformado por Juan Villoro, Alfonso García Morales, Vicente Quirarte, Sofía Ramírez, Fernando Fernández, Marco Antonio Campos y Zoar Román, decidió que el Premio Iberoamericano López Velarde sea para Nuno Júdice por su contribución a la internacionalización de la obra de Ramón López Velarde.

El premio le será entregado el jueves 15 de junio, en el Teatro Hinojosa, en Jerez, Zacatecas. Gracias a la tecnología que nos permitió estar en contacto con él a la distancia, tuvimos la oportunidad de entrevistarlo; una serie de preguntas fue contestada por el doctor con agrado, incluso antes de que tomara el vuelo que lo traería a México desde Lisboa. Nuno Júdice, quien es considerado uno de los poetas más importantes de Portugal, ha recibido entre muchos otros premios por su labor literaria el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2013; ha sido nombrado Oficial de las Artes y de las Letras, en Francia; y tiene la condecoración de "Gran Oficial de la Orden de Santiago y Espada" en su país natal.

En la entrevista, incluida en páginas centrales de esta edición gualdreña, nos dice que tuvo su primer contacto con “la poesía de López Velarde a través de poemas en antologías que despertaron mi curiosidad por buscar la obra del poeta” y que de inmediato se sintió cercano al mundo que

i Tomado de: http://letras.mysite.com/maca270320.html

describe el poeta jerezano pues en muchos aspectos se parece al de su provincia portuguesa. En el año 2021, en el marco de la conmemoración del centenario luctuoso de López Velarde, se publicó en su país el libro A estrofe que dança (La estrofa que danza), una antología con selección, traducción y prólogo suyos; actualmente, el libro está agotado, pero ojalá que pronto salga una nueva edición y se considere la traducción a otros idiomas para que circule en más países.

Comparto ahora un poema de su autoría,i traducido por nuestro querido amigo, el poeta Marco

Antonio Campos:

Fotografía blanca

Veo esta situación con la nitidez del fotógrafo: posada la cabeza en la mano derecha, un cigarrillo cautivo en los dedos, la mirada perdida en casi nada. Invento la imagen que se forma en tu cabeza, a partir de esa nada: una nube; y por dentro de esa nube, todas las formas del sueño. Contra todo, el cielo no te perturba el pensamiento; tampoco los vientos que traen y llevan las nubes, como barcos, en el océano de tu memoria. Y regreso a la situación inicial: tú, sentada a la mesa, para que yo te pudiera fijar con la nitidez del fotógrafo, me miras, como si yo estuviera enfrente; y tu mirada apaga el tiempo y la distancia, desafocando la imagen, como si el humo del cigarrillo te envolviera el rostro, y te trajera de vuelta a mí, como nube, o sueño, que el viento disipa.

Bienvenido, doctor Nuno Júdice, muchas felicidades. Bienvenidos también todos quienes participan en esta edición de las Jornadas Lopezvelardeanas.ii

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarín janea_e@hotmail.com

ii Consulte el programa completo aquí: https://issuu.com/convocatoriasizc/docs/programa_xxvi_jornadas_ lopezvelardeanas_2023

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Borges, escritor y pensador Por Sigifredo Esquivel Marin

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5 Contenido

Nuno Júdice: Premio Iberoamericano López Velarde 2023 Por Jánea Estrada Lazarín

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Migraciones literarias y narrativas para el futuro Por Elsa Leticia García Argüelles

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Haciendo añicos a la pareja: Anatomía de una caída de Justine Triet Por Sergi Ramos Air, de Ben Affleck Por Adolfo Nuñez J. Desayuno en Tiffany’s, mon ku Arkhé, de Armando Navarro Por Carlos Belmonte Grey

Para qué se escribe Por Pilar Alba

LA GUALDRA NO. 578 /// 11 DE JUNIO DE 2023 /// AÑO 13
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores. Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
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Borges, escritor y pensador

Igual que Edipo, huyendo de su destino, Borges se re-encontró con su vocación filosófica y literaria: su filosofía pesimista del eterno retorno sirve de cosmovisión como poderosa rueda del tiempo en pos de un frágil equilibrio. Su obra literaria, que en principio abjuró de su entorno de Palermo y las peleas de cuchillo de los compadritos y se consagró en efectuar una obra puramente literaria: terminó por expresar esa atmósfera localista teñida de tragedia universal.

Si la genealogía familiar de los Borges está llena de aventuras y peripecias, él, Jorge Luis, quien tuvo una vida prácticamente recluida en los libros y las bibliotecas y sin grandes novedades, él, el niño tímido y mimado, tiene una manera peculiar de sentirlo todo, de padecerlo todo de manera más profunda e intensa. Según su propia preceptiva dejó de deslumbrar al lector con pasajes, paisajes y parrafadas grandilocuentes para facilitarle las cosas con tramas más simples y con una retórica cada vez más sutil y elemental. Su estilo es cada vez más claro y directo. Añade en tono confesional que últimamente ya ha renunciado a las sorpresas barrocas, también a hacer trampa al lector con finales inesperados. Cumplidos los setenta años cree, por fin, haber alcanzado su voz. La magia verbal borgesiana está al alcance de todos, aunque pase inadvertida. La maestría de Borges consiste en inventar historias verdaderas. Y lo hace, como él mismo sentencia: “repitiendo los mismos viejos trucos”, tal parece que siempre los escritores estamos plagiando(nos). Al respecto obras narrativas maestras como “El otro duelo” se fueron madurando durante más de 25 o 30 años. La anécdota importa mucho, es fundamental tenerla como punto firme de partida, pero lo esencial es su tratamiento. Y el tratamiento estético está aderezado de metafísica e interrogaciones éticas. Borges no hace filosofía, ni metafísica ni ética, la utiliza para darle color, sabor, cuerpo y profundidad

a sus ficciones literarias. La filosofía es un medio para expresar las simas y cimas de la humana condición, de ahí su potencia pensante de impugnación y provocación más que despliegue de ideas intelectuales.

La ficción siempre es contemporánea para Borges porque se escribe en y desde el presente. Y, sin embargo, lejos de la libertad creadora irrestricta, Borges cree que los temas, problemas, anécdotas e historias eligen al escritor y no al revés. Quizá la mayor audacia filosófica, si pudiera hablarse así, de la estética borgesiana sea su capacidad para movilizar la ficción como parto de la realidad humana, su escritura, y en particular su narrativa, nos muestran y demuestran que la ficción está en el corazón de lo real mismo y que las certidumbres más firmes no son sino elucubraciones imaginarias más o menos creíbles.

Al igual que para Cioran y Yourcenar, la fama resulta infame y más bien siempre es equívoca, personalmente considera que la fama consagrada por sus escritores compatriotas es por razones equivocadas y ambiguas, pues lo consideran un escritor extranjero, anciano y ciego. Y sin embargo, nunca perdió la esperanza de ser mejor escritor, “a pesar de mis fracasos, yo todavía trato de ser un poeta, y en cualquier momento habré cumplido sententa y dos años” confiesa en su famoso seminario en la Universidad de Columbia, traducido al español como El aprendizaje del escritor. Sus cuentos y poemas resultan de un proceso de transmutación, de ahí su interés siempre renovado en el I Ching y en Tao Te King, pues ambos son libros sapienciales que recogen la sabiduría de la finitud y el devenir desde una extraña y paradójica impermanencia permanente.

Después del regreso de Harvard, Borges tiene una extraña revelación: le atrae tocar los libros de su amada biblioteca con amor y piedad infinitos, aunque sabe que ya no puede leerlos más. Habría que pensar en la ceguera de Borges como una forma de híperclarividencia, de translucidez. Lucidez y ceguera, penumbra e inteligencia se interfecundan constantemente. Lo evidente nos pasa, a veces, por completo inadvertido. Al respecto Borges bromea a menudo de que su propia vida es una antología de errores y fracasos; se autoflagela de que el aprendizaje es nulo.

Borges es un pensador singular, su filosofía está en sus metáforas, reflexiones apenas sugeridas y observaciones autocríticas sobre la condición humana desde el espejo de sus penurias. Su escritura sirve de bálsamo y terapia. Cura y locura penden de una hebra que se se va tejiendo en el desliz de la página en blanco. Pensar con Borges consiste en contemplarnos en el azogue del abismo interior que nos contempla, y no ser devorado por la fascinación del abismo –según había consignado ya el pensador trágico de Sils-Maria.

Filosofía

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Jorge Francisco Isidoro Luis Borges nació en Buenos Aires, Argentina, el 24 de agosto de 1899. Jorge Luis Borges falleció el 14 de junio de 1986 en Ginebra, Suiza.

Nuno Júdice: Premio Iberoamericano López Velarde 2023

Iberoamericano RLV 2023 N

uno Júdice nació en Mexilhoeira Grande, Algarve, Portugal, en 1949; es poeta, narrador, ensayista, dramaturgo, editor, crítico literario, profesor universitario y diplomático. Ha publicado poesía, ficción, ensayo y ha incursionado también en la dramaturgia; sus libros se han traducido en España, Italia, Venezuela, Inglaterra, Holanda, Dinamarca, Bulgaria, Checoslovaquia y Francia; fue director de la revista Tabacaria de la Casa Fernando Pessoa; y fue comisario para el área de Literatura portuguesa en la 49ª feria del libro de Frankfurt, entre otras actividades realizadas. Por su extraordinaria labor en el mundo de la literatura ha recibido diversos premios como el Pablo Neruda, 1975; el Premio Pen Club, 1985; el de la Asociación Portuguesa de Escritores, 1994; el Premio Bordalo de la Casa da Imprensa, en 1999; Premio Review 2000, de la Asociación Internacional de Críticos Literarios; Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, 2013; y el Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval, 2014; entre otros.

Este 2023, el jurado conformado por Juan Villoro, Alfonso García Morales, Vicente Quirarte, Sofía Ramírez, Fernando Fernández, Marco Antonio Campos y Zoar Román, decidió que el Premio Iberoamericano López Velarde sea para Nuno Júdice por su contribución a la internacionalización de la obra de Ramón López Velarde. El premio será entregado en el marco de las Jornadas Lopezvelardeanas el jueves 15 de junio, en el Teatro Hinojosa, de Jerez, Zacatecas.

Premio

Jánea Estrada Lazarín: Gracias, doctor, por concedernos esta entrevista, en Zacatecas estamos muy contentos con la noticia de su premio. En 2021, se presentó en Portugal A estrofe que dança (La estrofa que danza), una antología de la obra de Ramón López Velarde con selección, traducción y prólogo suyos. ¿Podría hablarnos de libro y contarnos un poco de cómo fue que entró en contacto con la obra de López Velarde? ¿Cómo ha sido recibida la publicación en su país por parte de los lectores?

Nuno Júdice: Conocí la poesía de López Velarde a través de poemas en antologías que despertaron mi curiosidad por buscar la obra del poeta. Sólo lo encontré cuando fui a un festival de poesía en la Ciudad de México y, después de pasar por varias librerías donde me dijeron que estaba agotado, encontré el volumen con la obra completa en la edición de la UNAM. Inmediatamente me atrajo su poesía; en ella encontré cierta familiaridad con uno de los grandes poetas portugueses de la segunda mitad del siglo XIX, Cesário Verde, por sus imágenes de la sociedad entre rural y urbana y algunos retratos de figuras femeninas muy cercanas a las que tenemos en la poesía de Ramón López Velarde. Al leer estos poemas, también me sentí cercano al mundo que describe López Velarde y que en muchos aspectos se parecía al de mi provincia en la niñez y la adolescencia, con los salones de gusto burgués de fines de siglo, las damas inaccesibles, los campesinos y terratenientes con sus diferencias de clase, y la misma relación con la Iglesia y sus rituales que dominaron la vida de esta sociedad que, debido al conservadurismo que gobernó Portugal desde los años 30 a los 70 del siglo pasado, poco se diferenciaba de la que López Velarde conocía. Creo que estos aspectos fueron importantes para que el libro tuviera un buen seguimiento en Portugal; la editorial lo considera prácticamente agotado, lo que es una buena señal para un libro de poesía en nuestro país.

JEL: Existe una grata coincidencia entre los poetas Fernando Pessoa y Ramón López Velarde, ambos nacieron en 1888; el primero en Lisboa; el segundo, en Jerez, Zacatecas. Ambos escribieron sobre temas coincidentes también como el desasosiego y la zozobra. Nos encontramos ante dos escritores cuya melancolía y pasión por el retorno a la casa primera permean su obra… ¿es así? ¿Qué más podría decirnos al respecto?

NJ: También noté esta similitud entre los dos poetas, especialmente cuando se trata de la primera fase de la obra de Pessoa,

que todavía tiene mucha influencia del simbolismo francés. Hay en Pessoa la misma melancolía nacida de una educación en Sudáfrica, donde hizo sus estudios secundarios, y podemos encontrar la necesidad de transformar esta melancolía en imágenes de un mundo decadente. La diferencia es que Pessoa supo desdoblarse en heterónimos, cada uno viviendo una cultura diferente, y esa decadencia o melancolía de Pessoa cuando firma en su nombre se transformará en el futurista Álvaro de Campos, el clasicismo de Ricardo Reis, o la naturaleza bucólica de Alberto Caeiro. Esto no quiere decir que López Velarde no sea tan moderno como Pessoa cuando subvierte el ritmo y las formas tradicionales en su expresión, con un lenguaje que se acerca a esa fase inicial de Pessoa; pero, donde ambos coinciden completamente es en la necesidad de dar voz al sentimiento nacional: López Velarde en “La suave patria” y Pessoa en “Mensaje”, este último escrito al final de su vida, en 1934. En ambas obras tenemos una imagen de la nación y del pueblo, y de sus héroes, que sin ellos no tendrían la misma capacidad de ponernos frente a nuestras propias identidades, que son la base de lo que une a cada uno de los pueblos con su pasado.

JEL: Usted ha dicho en otras ocasiones que “la poesía nos hace ver el espacio negro y el poema ilumina lo que no vemos”, volviendo a López Velarde, ¿qué es lo que su poesía ilumina hasta la fecha? ¿A qué le atribuye que permanezcan vigentes sus palabras?

NJ: Leyendo la poesía de López Velarde me encuentro con un mundo inquieto y que por momentos parece no tener salida, pero que, de pronto, nos sitúa ante una memoria que, siendo la del propio poeta, es universal: esa memoria en la que encontramos nuestros encuentros y desencuentros,

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Nuno Júdice. Foto de Pascual Borzelli I.

dudas y respuestas, el amor y sus decepciones. Hay en él lo que hace que una poesía personal cobre vida: la sinceridad y la verdad de la expresión, por muy elaborada que parezca en uno u otro poema. Pero es precisamente esta verdad la que nos hace superar estas dificultades de lectura y sentir esta inquietud, lo que Pessoa designó como desasosiego, propia del ser humano, que conduce a la belleza de la expresión poética y que nos hace ver las cosas en su profundidad.

JEL: “Mejor será no regresar al pueblo, / al edén subvertido que se calla, en la mutilación de la metralla”, esta primera estrofa del poema “El retorno maléfico”, de López Velarde, es una estrofa que “nos danza” constantemente en la cabeza en México, sobre todo en épocas recientes debido a los problemas de inseguridad que padecemos. López Velarde escribió este poema hace poco más de un siglo, sorprende su capacidad de construir imágenes tan poderosas… ¿existe un poema de él que sea de sus predilectos? Si es así, ¿nos podría decir cuál es y por qué?

NJ: Quizás porque tengo en mi casa de pueblo que heredé de mis bisabuelos, y a la que vuelvo siempre que puedo, un viejo pozo en el patio, éste es mi poema favorito. Como en el pozo de López Velarde, por aquel pozo pasaron generaciones, y a su lado sucedieron varias historias, se vivieron tragedias y alegrías, y en él resonaron confesiones, risas y llantos.

El pozo me quería senilmente; aquel pozo abundaba en lecciones de fortaleza, de alta discreción, y de plenitud...

Pero hoy, que su enseñanza de otros tiempos me falta, comprendo que fui apenas un alumno vulgar con aquel taciturno catedrático, porque en mi diario empeño no he podido lograr hacerme abismo y que la estrella amada, al asomarse a mí, pierda pisada.

Pero podría citar muchos otros, creo que en cada uno de sus poemas hay algo que me toca y habla a cualquier lector, aunque no haya pasado por experiencias como las que describe, en particular en uno de los poemas más hermosos de cualquier tipo de literatura: “El sueño de los guantes negros”.

Al sujetarme con tus guantes negros me atrajiste al océano de tu seno, y nuestras cuatro manos se reunieron en medio de tu pecho y de mi pecho, como si fueran los cuatro cimientos de la fábrica de los universos.

JEL: ¿Por qué recomienda usted leer poesía? De acuerdo con su experiencia como profesor y, sobre todo como lector, ¿qué podríamos hacer para fomentar la lectura en esta época en la que la Inteligencia Artificial tiene muy ocupadas a las nuevas generaciones?

NJ: La importancia de la poesía proviene del hecho de que vivimos en una época en la que el lenguaje está cada vez más empobrecido y banalizado por los medios tecnológicos a nuestro alcance. No cabe duda de que ayudan en lo cotidiano y constituyen una forma de ahorrar tiempo en consultas y comunicación. El problema es que el lenguaje se reduce a lo esencial. La literatura, y la poesía en particular, es lo que podríamos llamar una reserva natural de nuestras lenguas donde se resguardan y mantienen vivos el vocabulario, las imágenes, las metáforas.

JEL: Por último, ¿recomendaría usted algo a los jóvenes que recién empiezan su carrera como escritores?

NJ: Lo peor que puedes hacer es dar consejos. Cuando comencé mi carrera como escritor no me gustaba escucharlos, y por eso también evito hacerlo. Pero cuando la gente me pregunta qué se puede hacer para ganar un lenguaje personal y dominar las técnicas de escritura, digo que sólo hay una forma de lograrlo: leyendo poesía. Es con esta lectura, que no es necesariamente la de los poetas con los que nos identificamos, sino la de todos los grandes poetas, que adquirimos ese dominio de nuestro propio mundo creativo.

11 DE JUNIO DE 2023 5 Premio Iberoamericano RLV 2023
A estrofe que dança. Nuno Júdice. Foto de Pascual Borzelli Iglesias.

Migraciones literarias y narrativas para el futuro

Desde los años noventa, a partir del libro de mi autoría Mujeres que cruzan fronteras. Estudio sobre literatura chicana femenina (2010), empecé un camino para estudiar asuntos relacionados con el discurso territorial y simbólico de las fronteras, el tema migratorio, así como el análisis de textos de autoras chicanas, mexicanas, y de otras latitudes de este continente, donde han persistido los recorridos de personas del sur al norte en un sentido geográfico, literario, simbólico, cultural, histórico, y político. Las narrativas literarias migratorias presentan una actitud crítica que cruza, de manera legal e ilegal, itinerarios e identidades que han sido vigilados y censurados. El discurso literario crea alternativas éticas y estéticas, de modo que el viaje migratorio se ha representado desde diversas formas que oscilan del sur al norte.

En mi trabajo crítico literario, el tema migratorio alude de manera sensible a los distintos sujetos que emigran, quienes reactualizan el sueño americano, quienes crean rutas y nuevos mapas afectivos para evidenciar a la vulnerabilidad y las violencias que viven en sus trayectorias. La Secretaría de Migración los deno-

mina paisanos, quienes han fluido en las redes migratorias a manera de rito de paso fronterizo. Surge la rememoración hacia el futuro, recuerdos del provenir de los que se quedaron acá y los que están del otro lado, entre las imágenes de la espera y la esperanza de los posibles reencuentros.

En este sentido, se resignifica la escritura femenina, nuevos roles, y otros retos en la representación de las narrativas contemporáneas en relación al tema de las mujeres migrantes, pues se había enfocado mayormente la experiencia de los hombres, por ejemplo, el hecho de resignificar las relaciones entre madres e hijas migrantes, así como los abusos cuando cruzan la frontera. Autoras como Margarita Oropeza con su novela Después de la montaña (1992), con un prólogo del autor chicano, Miguel Méndez; Texas (2013), de Carmen Boullosa; Dolerse. Textos de un país herido (2011) Los muertos indóciles. Necroescrituras y desapropiación (2013), de Cristina Rivera Garza y Valeria Luiselli, entre otras. La experiencia de las autoras y sus estancias académicas en los Estados Unidos les ha permitido vivir entre países, en medio de una literatura híbrida y trasnacional. En las últimas décadas, la migración de las “hordas” del sur,

como lo afirma Laura Restrepo en Hot Sur (2012), emigran del sur al norte (entre el origen y destino).

Uno de mis últimos trabajos es sobre Valeria Luiselli que en sus libros Desierto Sonoro (2019) y Los niños perdidos (un ensayo en cuarenta preguntas) (2016), traza puentes entre quién es Luiselli (su biografía) y quién es su personaje; vemos que la autora, el personaje, y la lectora se conectan. Su propuesta posmoderna borra los límites narrativos y de ficción para posicionar a la autora y su contexto, dando validez y verosimilitud a un texto “testimonial” que se narra desde la reescritura de lo leído para dar estructura a la metaficción. A través de la intertextualidad y el tiempo narrativo construye el recuerdo y la reflexión del pasado para crear sonidos futuros: “El sonido de todo y de todos los que alguna vez nos rodearon, el ruido al que contribuimos y el silencio que dejamos atrás”. (Luiselli, 2019, 46). Los niños perdidos es un libro testimonial sumamente conmovedor, el cual es material para crear la novela Desierto Sonoro. La narración de su experiencia asume un profundo sentido político, estético y humano:

“¿Por qué viniste a los Estados Unidos?” Las respuestas de los

niños varían, aunque casi siempre apuntan hacia el reencuentro con su padre, una madre, o un pariente que emigró a los Estados Unidos antes que ellos. Otras veces, las respuestas de los niños tienen que ver con la situación a la que llegan sino con aquélla con la que están tratando de escapar: violencia extrema, persecución y coerción a manos de pandilla y bandas criminales, abuso mental y físico, trabajo forzoso. No es tanto el sueño americano en abstracto lo que los mueve, sino la más modesta pero urgente aspiración de despertarse de la pesadilla en la que muchos de ellos nacieron. (Luiselli, 2016, 15-16).

Esta trayectoria literaria migrante continúa y se reactualiza en el presente de la escritura, al mismo tiempo que propone una retrospectiva hacia el pasado y la recreación de un futuro, donde la escritura literaria y la crítica puedan dar vida a prácticas poéticas y políticas hacia un pensamiento alternativo que reconozca las epistemologías del sur y la experiencia de las personas que cruzan diariamente la frontera entre México y Estados Unidos.

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* UAEH UAZ.
Literatura

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Haciendo añicos a la pareja: Anatomía de una caída de Justine Triet

La francesa Justine Triet se llevó la Palma de Oro en el último Festival de Cannes con Anatomie d’une chute (Anatomía de una caída), su cuarto largometraje. Unas semanas antes, cuando se hizo pública la lista de las películas en competición, seguramente pocos apostaban por ella. Aunque la realizadora podría ser considerada como un puro producto de la “factoría Cannes”, con sus tres largometrajes anteriores presentados en distintas secciones del festival que recibieron también una buena acogida del público en

general. Esa “tercera vía”, compromiso entre la autoría y el éxito comercial, parecía alejarla del máximo galardón de la competición, reservado muchas veces a películas con estéticas o temáticas más minoritarias.

El pase de Anatomía de una caída, a medio recorrido del festival, fue acogido con una inesperada euforia por gran parte de la crítica. La francesa divisó la posibilidad de un premio para el cine galo, en una edición marcada por la ausencia de figuras tutelares. Pero, además, Triet se convertía en la terce-

Air, de Ben Affleck

6 Por Adolfo Nuñez J.

Con una carrera breve pero bastante sólida en el rol de director, Ben Affleck se ha logrado consolidar como un cineasta talentoso e interesante dentro del cine comercial moderno. Responsable de notables filmes como Gone baby gone (2007), The town (2010) y Argo (2012), el realizador vuelve con un proyecto sumamente peculiar que dentro de su ingeniosa propuesta es en realidad una senda reflexión sobre las enormes contradicciones del sueño americano. Air (2023) se centra en los intentos de la marca de zapatos Nike para iniciar un contrato con un joven Michael Jordan a mediados de los 80. Una marca que en aquel entonces se encontraba en una situación bastante precaria y que necesitaba fichar a basquetbolistas exitosos para aumentar sus ventas. De dicha relación comercial surgieron los míticos tenis Air Jordan, además de que se estableció un precedente histórico entre las empresas de zapatos y los deportistas que se vuelven el rostro de sus productos.

Pero la película no se enfoca en el legendario basquetbolista ni en los altos mandos de Nike, sino en Sonny Vaccaro

(Matt Damon) un ejecutivo que analiza el talento de jóvenes basquetbolistas y que reconoce el enorme potencial de Jordan.

Vaccaro tratará de persuadir primero a sus colegas dentro de Nike de que contratar a Jordan es fundamental para sacar adelante a la compañía; entre ellos se encuentran Rob Strasser (Jason Bateman), jefe de marketing; y Phil Knight (el propio Affleck), fundador de la empresa. Luego tendrá que convencer a Deloris (Viola Davis) la madre de Michael, de que ellos son su mejor opción, aun cuando ya les ha dejado muy en claro que su hijo no tiene ningún interés en relacionarse con Nike.

Muy en el tono del cine de época de Clint Eastwood o Steven Spielberg, la cinta de Affleck se desenvuelve como una “épica del hombre común”, ése que persevera para alcanzar pero que se encuentra dentro de un sistema diseñado para hacerlo fracasar de manera continua. El director reflexiona sobre estas cuestiones, ilustradas de manera brillante en el uso de la canción Born in the U.S.A, de Bruce Springsteen. Publicada en 1984, fue erróneamente inter-

ra mujer en alzar la Palma de oro en 76 ediciones del festival, tras Jane Campion y Julia Ducourneau. Para colmo, la directora salió a recoger el premio dedicándole un virulento discurso a las políticas del presidente del gobierno Emmanuel Macron, causando un considerable revuelo.

Evitar la imagen

Sociológicamente, la Palma había cumplido con creces su rol de revulsivo. Queda ahora por determinar qué propone Anatomía de una caída desde el punto de vista cinematográfico. Sandra, una exitosa escritora, es entrevistada por una estudiante en su chalé alpino. Tras su marcha, el esposo de Sandra muere en extrañas circunstancias. Como en una “película de juicio”, el espectador es partícipe de la investigación y del pleito que intentará probar si se trató de un accidente o si Sandra cometió un asesinato. La película utiliza con tremenda eficacia el fuera de campo visual. En la primera secuencia, Sandra tiene que interrumpir la entrevista porque su esposo ha puesto la música demasiado alta, pero él nunca aparece en panta-

lla. Luego, cuando la pareja empieza a discutir, la cámara sale de la casa para seguir el paseo por la nieve de Daniel, el hijo invidente de la pareja. Al volver, descubrirá el cadáver de su padre al lado de la casa.

Junto con este déficit de lo visual, que impide que el espectador pueda tener cualquier certidumbre sobre lo ocurrido (la imagen es una prueba), la película prioriza la palabra y el relato. Como en las novelas auto ficcionales que escribe Sandra, la realidad es levemente manipulada para convertirse en ficción. Las declaraciones judiciales de la escritora y su hijo resultan una y otra vez contradictorias.

Sin embargo, a Triet no le interesa utilizar esta serie de versiones como un resorte para crear un suspense judicial sobre la culpabilidad o inocencia de Sandra. La realizadora prefiere hacer añicos las conveniencias con las que se viste la pareja, desvelando progresivamente pequeños y grandes engaños, mezquindades y odios. Desde ese punto de vista, Anatomía de una caída funciona como una brillante maquinaria perfectamente engrasada, que privilegia, sin embargo, la eficacia a la invención.

pretada en su momento como una oda al excepcionalísimo estadounidense, cuando en realidad se trata de una crítica al gobierno desde el punto de vista de un veterano de Vietnam que no consigue trabajo.

Lo mismo ocurre con el filme de Affleck, que a primera vista salta como una glorificación o un enorme anuncio publicitario hacia una empresa, pero que en su interior guarda una profunda crítica a ese sistema capitalista bajo el cual se rige el país vecino.

En ese sentido, el director analiza la fascinación que existe en el inconsciente colectivo con las historias de personajes que vienen desde abajo, que logran destacar por sus propios medios y que cuentan con un talento genuino e innegable, tal y como ocurrió con Michael Jordan. Air es un retrato sobre esos iconos que se vuelven genuinamente inspiradores y que pueden surgir de cualquier sitio, desde una compañía venida a menos, una familia afroamericana que busca salir adelante, o hasta en el diseño de un simple zapato.

11 DE JUNIO DE 2023 7 Cine

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Arkhé, de Armando Navarro

En el Festival de Cannes siempre hay sorpresas y coincidencias; y una de esas compaginadas fue ver en Competencia de la Semana de la Crítica en la categoría de Cortometrajes, el corto de 5 minutos intitulado Arkhé, realizado por Armando Navarro, originario de Zacatecas.

Nacido el 6 de septiembre de 1989, “en el mero centro de la ciudad de Zacatecas”, como comentó en entrevista, realizó estudios de literatura iberoamericana en la Universidad del Claustro de Sor Juana, y obtuvo un máster en el Instituto 17 de Estudios Críticos de México; Navarro es una cineasta experimental, ensayista, creador y montador para N+ Digital Archive y Televisa. Tiene además un documental de Zacatecas de hace 40 años. Pero de qué va su cortometraje y qué tiene de especial para haberlo hecho integrar la Selección de la Semana de la Crítica en la pasada edición del Festival de Cannes:

Arkhé trata del terremoto de México de 1985.

Arkhé muestra imágenes de archivo de Televisa.

Arkhé abre con una imagen shock, una persona muerta en-

tre los escombros.

Arkhé tiene una narración íntima y ficticia; un gancho para jalar la historia del documental.

Narrado en primera persona a modo de recuerdos casi olvidados y emociones en deuda, Navarro condensó en cinco minutos una serie de imágenes no vistas hasta ahora y que él considera muestra un aspecto humano y aún menos estereotipado del drama.

Una historia que no le vino hasta el temblor del 2017. Una narración que es algo de ficción, “pero los afectos de los que se habla son los que me invadieron… yo habré revisado unas diez horas de televisión para depurar esos 5 minutos… había imágenes que veía y veía y estaban ahí y me hablaban”.

Lo que gustó a los programadores del festival fue que les pareció la pieza más radical, muy densa, muy corta, parece que pasan muchas cosas, y “creo que también es quizás el resultado de esa tentativa muy consciente que había de desmarcarme del lenguaje periodístico…”, insistió Navarro. El documental se estrenó en FICUNAM (el Festival Internacional de Cine de la UNAM).

Para qué se escribe

Muchos me dicen que se escribe para desahogarse y otros que para ahogarse en las palabras. Otros, que escriben como terapia para deshacer traumas de la infancia o para olvidar sus días cotidianos llenos de problemas. Algunos más dicen que escribir los reconforta, que encuentran paz en las frases, en los párrafos y páginas correctas. Otros más, lo hacen con desesperación, como si escribir fuera un alucinógeno, algo que los llevara a

evadir o a construir nuevas y diferentes realidades. Varios escriben, he escuchado; porque de otra manera no podrían andar cargando con todo el peso de las palabras atoradas. Hay quienes me han confesado, que escriben porque les falta el aire y es en las palabras dispersas por el ambiente que encuentran el respiro, que les proporcionan el oxígeno para continuar sus pasos por la vida. Unos más dicen que escriben por orgullo, por preservar en los cuadernos la historia, para que no sea olvidado el

honor o el horror que ha cometido la gente de sus pueblos, para que cuando alguien mire hacia atrás vea que forma parte de una historia. Hay otros, los más comunes, que dicen que escriben por amor, porque es el motor que lleva a que todo camine en la vida y sueltan parrafadas y parrafadas con palabras que parecen inútiles pero que los llevan a creer que es posible ser felices en la vida. Hay otros, los que no dicen para qué, pero que sólo escriben y van por la vida buscando cómo comunicar sus pa-

labras, en dónde ponerlas para que todos las lean, para que las reciban guardándolas en sus interiores. Hay otros que no escriben nada, que sus palabras se quedan en el pensamiento, que les crecen en el cerebro, les provocan migrañas, presión, dolores permanentes. Yo precisamente por eso escribo, aunque tal vez quienes lean esto, piensen que lo hago por otra cosa. Simplemente lo hago para que mi cabeza, al menos por el día de hoy, no explote.

LA GUALDRA NO. 578 // 11 DE JUNIO DE 2023 8
Cine
* Actualmente se presenta en Umbrales, la Competencia Mexicana de Vanguardias Cinematográficas de la décimo tercera edición del Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM). El trailer puede verse en: https://youtu.be/qJiWSJmOZkk
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