La Gualdra 683

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El escritor Ernesto Lumbreras (1966) recientemente estuvo en Zacatecas y tuvimos la oportunidad de conversar con él sobre su libro Vals para lobos y pastor (Era, 2024), ganador del Premio Internacional de Novela Breve Rosario Castellanos en 2022, y del Premio Nacional de Novela Histórica Ignacio Solares 2025; una novela que trata sobre la vida del pastor protestante John Stephens, asesinado en Ahualulco de Mercado, Jal., en el siglo XIX.

[Ernesto lumbreras: No es casual que la palabra historia rime con memoria]

Ernesto Lumbreras, Premio Nacional de Novela Histórica Ignacio Solares 2025.

La Gualdra No.

Editorial

La Universidad Autónoma de Zacatecas tiene nuevo rector. Desde el 6 de septiembre asumió la rectoría de la Máxima Casa de Estudios, el Dr. Ángel Román Gutiérrez, cuya formación como Licenciado en Humanidades, Maestro en Historia y Doctor en Humanidades y Artes está acorde con el lema universitario: "Somos Arte, Ciencia y Desarrollo Cultural", y al que suma, como sello de su administración, los conceptos de “innovación, compromiso e inclusión” como ejes prioritarios.

El nuevo rector ha sido estudiante, docente investigador y funcionario en la universidad, conoce perfectamente cómo funciona y seguro tiene más que definido el diagnóstico que dará pauta a las estrategias que llevarán a buen puerto su administración. Son nuestros mejores deseos que así sea; la UAZ y Zacatecas necesitan tener buenas noticias.

La autonomía es un principio fundamental en la vida de las universidades públicas, e implica una serie de derechos, responsabilidades y garantías que propicien su función social de forma libre, crítica y responsable. El 6 de septiembre se conmemoró también el 57 aniversario del paso del Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas a Universidad Autónoma de Zacatecas; y actualmente la autonomía es uno de los puntos clave para emprender acciones que beneficien en todos los sentidos al quehacer universitario, a los estudiantes, académicos y trabajadores; sí en coordinación con los organismos gubernamentales, pero nunca en subordinación a ellos.

Uno de los puntos más destacados en el discurso inicial del nuevo rector fue el ofrecimiento de una disculpa pública “a la comunidad universitaria, a las familias zacatecanas y a la sociedad en general por agravios ajenos e individuales que atentaron contra los valores y principios de nuestra Máxima Casa de Estudios”; con esto inicia una nueva etapa universitaria en la que se privilegiará el diálogo. Ojalá que sea así y que en esta nueva gestión trabajen unidos todos los universitarios en un clima de concordia.

De manera particular, hago votos para que los temas de cultura y artes en la UAZ se vean fortalecidos; una ventaja para que esto suceda está en la cercanía que el nuevo rector ha tenido, por décadas, con estudios e investigaciones relacionados con la historia cultural, las humanidades y el cine; lo que propicia una especie de esperanza de que el área universitaria

relacionada con la cultura y las artes tenga un fortalecimiento mayor. Esperamos que el Área de Arte y Cultura y las unidades de Arte y Cultura tengan también una buena gestión.

En este sentido, habría que voltear a ver lo que otras universidades públicas del país están haciendo actualmente; es innegable que la UAZ se ha distinguido por la difusión de la cultura y las artes en nuestro Estado; sin embargo, aún existen brechas estratégicas en comparación con otras universidades como la UNAM, la UDG, la UANL y la BUAP que han implementado una serie de actos concretos que los hacen estar en los primeros lugares en cuanto a programas sólidos de preservación y digitalización de acervos que permiten acceso abierto; también en cuanto al fortalecimiento de redes, recintos culturales, y ferias; así como de una programación transversal consolidada que ha propiciado que estas universidades sean visibles, sostenibles y con impacto.

Hay mucho por hacer y confiamos en que poco a poco se vayan implementando acciones concretas en algunos aspectos que se han quedado en planes hasta ahora. Como el relacionado con el artista plástico Ismael Guardado -fallecido el 16 de mayo pasado-, quien tenía toda la intención de que su archivo personal quedara bajo resguardo de la UAZ, de acuerdo con información que él mismo me proporcionó. Habría que darle seguimiento a esto porque es un gran acervo que incluye documentos, fotografías, instrumentos y un largo etcétera, que seguramente será de utilidad para los investigadores y estudiantes.

También, urge que la universidad tenga un catálogo de todo el acervo de artes plásticas que tiene bajo su resguardo, incluidas las piezas escultóricas, los murales y obras que se encuentran en la Pinacoteca y otros espacios universitarios.

La nueva gestión universitaria está iniciando y nosotros queremos desear que sea muy exitosa para beneficio de todos los universitarios y de todos los zacatecanos.

Que disfrute su lectura.

Contenido

Directorio

Sobre el docente contratado y su experiencia III. Predeterminación: de los “perfiles deseados” a las claves “descubiertas”

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Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com

Sandra Andrade Diseño Editorial

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com

Ernesto lumbreras: No es casual que la palabra historia rime con memoria [Sobre Vals para lobos y pastor, Premio Nacional de Novela Histórica Ignacio Solares 2025] Por Jánea Estrada Lazarín
Por Saúl D. Kuri
Voces y luchas en el SPAUAZ (1975-2025): desafíos de género para la construcción de la igualdad sustantiva Por Brenda Ortiz Coss
Una ciudad para la Virgen Por Oscar Eduardo Ríos Pereida
El navegante tierra adentro Por Mario Alberto Medrano

Nombrar un libro con un título como Nauta es lanzar una declaración de principios e intenciones. Lo que ocurre en el nuevo poemario de Mario Murgia cumple con las expectativas: una travesía, el viaje hacia el mar y la ciudad, un libro de viajes donde se cruza el intertexto, la enciclopedia, las referencias y la historia de un navegante.

“¿Qué se ha hecho de tu país —pregunta mi sangre desde afuera— que le pasa todo y se violenta?”

No sé qué contestar pues me ocupo en enterrar a muchos muertos exhumando mucho más.

A Murgia le interesa la caída y las incidencias que de ésta se generan. Estos versos están dedicados a los dos sismos en México del 19 de septiembre (1985 y 2017). En una combinación de eneasílabos y decasílabos, arroja una pregunta (en una suerte de monólogo) que tiene una respuesta violenta: “en este país no hay corazón/hay venganza trepidante, seca y fracturada…”.

A lo largo de los 32 poemas que componen Nauta (Buenos Aires Poetry, 2025), el autor recrea la historia de las ciudades, las inventa (pero sin ser una ficción) y edifica, desde los cimientos,

El navegante tierra adentro

una historia en común: la ciudad que se acerca (desde la memoria) y se aleja en el tiempo y espacio.

La vista desde aquí.

Un mar de juncos que es amargura o un árbol.

En Nauta, Murgia construye un laboratorio estilístico. Las diversas formas poéticas navegan y se entrelazan. Pasa de estructuras como el ejemplo anterior, una posibilidad de haiku, a versos pareados, a quintetas, a cuartetas, a poemas a modo de elegía, a la forma libre y el verso lago. Esta combinación de composiciones tiene un sentido y una necesidad, pues cada poema (aunque tiene un hilo conductor) es independiente y forma su propio universo. Considero que el poema más logrado dentro de los aquí escritos es “Esta temible tierra”. Se encuentra a la mitad del libro, poema de “largo aliento” es la suma de Nauta, la esencia. Tiene ecos de la poesía precolombina y también de poemas como The Waste land.

1. Sucedes en la ausencia de ti misma,

en la prisa del relámpago preñado. Sucedes en las grietas soñolientas y del sueño, en la piedra que soporta los pesares que resuenan en la linde de tu sombra y de tu suelo rencoroso. Sucedes simplemente, si sucedes. Aconteces, ciudad de lo fugaz, en la luz anciana de tus armas, que donan heridas extrañas a cada pecho y cada miembro de los versos que te inflaman, que te aplacan.

Además de su labor como profesor de Literatura Inglesa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Murgia es escritor y traductor. Entre sus publicaciones se encuentran Singularly Remote. Essays on Poetries, El mundo perdone. Antología poética y ahora Nauta. Entre sus traducciones destacan: ¿Te conozco? Poesía de Ben Mazer, además de haber traducido a autores como John Milton, Edgar Allan Poe, Adrienne Rich, Samuel Taylor Coleridge, Eavan Boland y James Joyce, entre muchos otros.

Con este último libro (editado en Buenos Aires), Murgia se une a los autores viajeros, por ejemplo pienso en

Federico García Lorca o en Luis Cernuda, quienes entendieron la tierra de Nueva York como un artefacto artístico, y compusieron una oda.

Breve y condensada es esta obra, y mantiene el estilo desenfadado de Murgia, con cierto tono de humor, como ocurre con su libro El mundo perdone. En 2018 tuve oportunidad de entrevistarlo, y lo que me dijo en aquella ocasión, podría ser útil para este nuevo libro:

“[en mi libro] hay experiencias intelectuales, emotivas y corporales cuando uno se sienta ante un poema a leer o cuando se para ante un cuadro. Me gusta pensar en los viajes como una experiencia de lo cotidiano […] Yo siempre he pensado que la forma es contenido, en la poesía y en la prosa; entonces la métrica, la prosodia, las rimas, no sólo determinan el significado, sino que lo constituyen. Por eso me interesa explorar lo formal, dado que lo informal, digamos lo amorfo, es lo que ha primado en la poesía desde hace mucho tiempo”.

Con Nauta, Murgia vuelve al poema y a su articulación, que en este caso, es la cañería, el drenaje, los puentes, los túneles que unen a una ciudad con su espectador.

Libros

Ernesto lumbreras:

No es casual que la palabra historia rime con memoria [Sobre Vals para lobos y pastor, Premio Nacional de Novela Histórica Ignacio Solares 2025]

Entrevista

Ernesto Lumbreras es un poeta, ensayista y crítico de arte nacido en Ahualulco de Mercado, Jalisco en 1966. Ha obtenido, entre otros muchos premios, el de Poesía Aguascalientes por Escuela para demorar el viaje (1992); y el Premio Mazatlán 2020 y Premio Iberoamericano Ramón López Velarde 2021 por Un acueducto infinitesimal. Ramón López Velarde en la Ciudad de México 1912-1921. Entre sus libros de ensayo se encuentran La mano siniestra de J.C. Orozco (2015), Oro líquido en cuenco de obsidiana. Oaxaca en la obra de Malcolm Lowry (2015) y El vidente amateur. Nociones elementales de la materia poética (2021). Recientemente estuvo en Zacatecas, y tuvimos la oportunidad de conversar con él sobre su libro Vals para lobos y pastor, ganador del Premio Internacional de Novela Breve Rosario Castellanos en 2022, y del Premio Nacional de Novela Histórica Ignacio Solares 2025; una novela que trata sobre la vida del pastor protestante John Stephens, asesinado en Ahualulco de Mercado, Jal., en el siglo XIX.

Jánea Estrada Lazarín: ¿Por qué decidiste hablar de este personaje? Entiendo que es porque es un personaje cuya muerte se dio en el lugar en que naciste, pero qué te ofrecía la novela que no te ofreciera el ensayo… Ernesto Lumbreras: Hice las dos cosas casi de manera paralela, me dí a la tarea de documentar el crimen del pastor John Stephens ocurrido la madrugada del 2 de marzo del año de 1874, hace 151 años. Es un suceso estudiado por historiadores de Jalisco, el tema de las persecuciones religiosas tanto las que se dieron en el siglo XIX como las de la Guerra Cristera -que el próximo año también será un tema en la mesa de discusión en los foros académicos-. Ahualulco tuvo dos mártires de la Guerra Cristera; pero antes tuvo, por otros fundamentalismos, un mártir de la iglesia protestante, este pastor nacido en Gales en 1847 vino con una avanzada de pastores de la iglesia congregacional que tenía dos enclaves, uno en Filadelfia y otro en San Francisco; este joven galés se educa en California y viene a Guadalajara a integrarse a un equipo que ya había levantado una iglesia con muy buenos resultados, tienen una escuela para niños, un hospital, un periódico que debate; pensemos que ya es eso en la república restaurada, se pone

en práctica un artículo importantísimo de la Ley de Reforma, de la libertad de culto. El gobierno federal, Lerdo de Tejada, recibe en Chapultepec a varios ministros de culto religiosos distintos al catolicismo y les da garantías para que cumplan su labor evangélica; con el balance de que en Guadalajara les fue muy bien deciden ampliar el radio de acción y llevar su iglesia algunos municipios de Jalisco y creen que Ahualulco de Mercado, por su historial liberal, tiene las condiciones; sí son bien recibidos, un hacendado les ofrece una casa, ahí monta su iglesia John Stephens quien llega en noviembre de 1873 y en marzo de 1874 doscientos católicos alebrestados por el cura católico, que en algún momento es acusado de ser el autor intelectual de este linchamiento, desencadenan este suceso que en la memoria de mis paisanos es tabú, pero también olvido. De hecho yo me enteré ya muy adulto de esto leyendo una publicación de 50 años después del crimen; en las páginas de El Informador había una noticia en primera plana, un reclamo del gobierno norteamericano al gobierno mexicano porque todavía 50 años después no habían indemnizado a la familia por este suceso sangriento.

JEL: ¿No la habían indemnizado y tam-

poco habían localizado a los culpables?

EL: Cuando me meto al tema desde mi condición de historiador amateur, en las historias del terruño veo que hay posibilidades de una trama de narrativa, novelesca, porque las únicas referencias de la historia de John Stephens son el comienzo: dónde nació y dónde murió, además de estos otros datos que comentaba; entonces la imaginación entra al al quite, cómo fue la infancia, cómo fue la adolescencia; en algún momento también pensando que antes de su llegada a México estuvo en California -la California de los años 50, de los años 60, es decir, del momento estelar de la fiebre de oro-, también con licencia de la imaginación, le invento una temporada de gambusino. La historia también va adquiriendo elementos de la novela del siglo XIX, muy particularmente la novela de aventuras, la de La isla del tesoro de Stevenson, o incluso las mismas aventuras de Pinocchio, algo de Dickens, aunque también algo de Los bandidos del Río Frío… Incluso en su construcción son capítulos muy breves, en esa seducción del lector de novelas por entregas que lee un capítulo una semana, pero ya está expectante de lo que va a publicarse la siguiente semana, ¿no? Eso me interesó llevarlo a la novela y también este escenario californiano me sedujo

para hacer un western; entonces, es una novela de iniciación, de aventuras, pero también es una novela del Viejo Oeste.

JEL: Dices que lo único que está comprobado de lo que sucedió en esta historia es el principio y el final; entonces tú tenías el final – el pastor muere linchado- y a partir de ahí construyes todo hasta el principio. Seguramente hubo todo un proceso de investigación documental para hacer la reconstrucción de esta historia…. EL: Claro, desde cómo hace su recorrido de Gales a América, el tipo de embarcaciones, el país a donde llega -Estados Unidos-, posiblemente John Stephens y su madre llegarían a Nueva York, el puerto de llegada de miles de personas en algún momento, de europeos que buscaban una mejor opción de vida, pero a mí me atrae ubicarlo en Nueva Orleans y ahí, de manera la propiciatoria tiene sus primeras noticias de México, o de lo mexicano; más o menos cuando llega, o cuando yo imagino su llegada a Nueva Orleans, hay varios mexicanos ahí: está Benito Juárez en esa época; pero también es la víspera de la Guerra de Secesión y a partir de eso en cuanto a la familia de John Stephens, yo le invento que la madre se vuelve a casar con un titiritero callejero -aparece mucho el teatro de marionetas- y que huyendo

Ernesto Lumbreras.

de la guerra civil van a parar a California; eso no está documentado. Lo que sí es su llegada a Guadalajara, su martirio, el juicio que se hace, porque fue una noticia que escaló al máximo nivel, los presidentes Ulysses S. Grant de Estados Unidos y Lerdo de Tejada en México tuvieron que tomar cartas en el asunto, movilizaron el sistema de justicia y aprendieron al sacerdote católico, lo juzgaron, pero le contrataron un excelente abogado y desestimaron todas las pruebas que lo condenaban. Condenaron a siete autores materiales, hubo amparos, se tardaron en emitir una sentencia dos años y medio después de la muerte del pastor y finalmente pasaron por las armas los autores materiales.

JEL: Ahualulco de Mercado es un generador de historias impresionante porque no es el primer texto el que te inspira ese lugar, es el escenario también de tu libro anterior Ábaco de granizo, más allá de que hayas nacido ahí veo que tienes esta facultad de identificar en Ahualulco esos detonadores de historias y de temas completamente diferentes.

EL: Sí, fíjate, ahí presentamos también la investigación histórica de este crimen, publicamos un librito en Los Cuadernos de la Parota, que dirige mi hermana Leticia; nos propusimos tener el libro para presentarlo el sábado 2 de marzo de 2024; es decir, justo el día 150 años después de ese crimen y quisimos hacerlo en un espacio público.

JEL: ¿Ésa sí fue una investigación historiográfica?

EL: Sí, en donde contamos las tres versiones del crimen: la versión que dio la iglesia protestante en su periódico La lanza de San Baltazar, la versión que dio la cancillería mexicana y la defensa que hizo el abogado Zalayeta al cura católico -que por supuesto aparece como personaje-. El libro se llama El crimen del pastor John Stephens. Ahualulco 1874 y fue nuestro best seller, se vendió todo el tiraje; pronto vamos a liberar la publicación y subirla a internet.

JEL: Sí, porque puede complementar muy bien Vals para lobos y pastor. Ernesto, y qué nos puedes decir de ese primer libro que publicaste sobre tu pueblo, de Ábaco de granizo.

EL: Ábaco de granizo es un álbum de infancia, una carta de amor a mi pueblo natal, Ahualulco de Mercado, una reconstrucción de un paraíso perdido, un regreso a una comunidad que ha cambiado, como todas, para bien o para mal y una revisitación a lugares de reunión, a personajes que fueron importantes en la vida comunitaria, que aportaron la pimienta, el humor, la alegría, que fueron portadores de estos de estos cambios; quise que aparecieran como una especie de homenaje, de museo de sombras, digo museo de sombras porque un libro que me inspiró mucho a escribir mi Museo de sombras, fue un libro que traduje de un escritor italiano llamado Gesualdo Bufalino, el libro lo publicó Aldus en 2018, y Bufalino hace un homenaje a su pueblo natal, un pueblo de Sicilia y habla de los oficios perdidos que el progreso desplazó, pero que en la memoria de muchas generaciones estuvieron muy presentes; entonces traduciendo eso se me antojó hacer hago a mi manera, con mi estilo y con mis posibilidades algo parecido a lo que hizo Bufalino con su pueblo siciliano. Sobre el nombre Ábaco de granizo… me imaginaba a la gente de campo, el granizo tiene muchos simbolismos, devastación -una granizada en un campo de cultivo es la ruina de un campesino-, pero también lo inverosímil, un tejado blanco, un corral blanco, un potrero blanco a partir de una granizada… o lo que hacíamos, recoger el granizo y en las casas siempre había jarabes de guayaba y te lo echabas como un raspado, o también meterte un granizo a la boca. Entonces yo imaginaba un ábaco con esas cuentas de granizo y contar algo que está en amenaza inminente de desaparecer, esa memoria, un estilo de vida que las nuevas generaciones si no queda un registro o un testimonio van a creer que su pasado es el de la semana pasada..

JEL: ¿Eres de la idea entonces de que la literatura puede reconfigurar la memoria colectiva de un país como el nuestro? Si es así, en qué sentido… EL: Tiene que ver con los orígenes, tener memoria… No es casual que la palabra “historia” rime con la palabra “memoria”. La memoria no como un depósito de sucesos, objetos y de papeles amarillentos apolillados, sino como un espacio fundacional. De algún modo nuestra existencia presente se explica por ese sustrato, por esos cimientos y raíces; esa realidad que no es una realidad muerta, el pasado está presente en la actualidad y de algún modo también la mirada presente actualiza el pasado, es algo circular; y al mismo tiempo esa revisión del conocimiento de otras épocas, de tus coordenadas espacio temporales, de tu aquí y ahora, te crea mejores condiciones para atisbar el mañana, a dónde vas, por qué vas allá, ese circuito temporal de algún modo se actualiza con esas miradas pretéritas, actualizan el presente y te crean esas condiciones abiertas menos prejuiciosas, menos impuestas por poderes fácticos para definir qué voy a hacer mañana, qué vamos a hacer con una generación.

JEL: Oye, sobre todo en un país con tantas capas de violencia y olvido como el nuestro, de qué manera crees tú que la novela histórica contribuya a ir abatiendo estas capas de olvido que parecemos no estar procesando…

EL: Cuando presentamos la novela Vals para lobos y pastor en Ahualulco, a la hora de las preguntas varios paisanos tomaron la palabra, la iglesia existe todavía con otro nombre, pero recordaban que fueron guiados, a veces por un sacerdote o por un adulto, para mostrar a la comunidad evangélica de mi pueblo cierto rechazo, incluso se nos inculcaba; yo no sé por dónde llegó, pero yo recuerdo haber pasado varias veces por la iglesia y escupir, también eso lo hacía la generación de mis padres y la generación de lo más mayores. Yo recuerdo una historia que me avergüenza mucho, y de alguna manera al escribirla quería exorcizar mi culpa, un día en el recreo de la primaria, un amigo de mi barrio que en alguna época fue mi cuñado… yo no tenía idea que era parroquiano de esa iglesia protestante, pero un día en el recreo, unos grandulones -porque había burros que tenían incluso bigote en sexto de primaria, de 16 o 17 añostenían a mi amigo tirado en el patio y lo estaban obligando a que besara una virgencita, “Ayúdame”, me dijo, pero no hice nada [dice apenado]… y bueno, cuento esa historia en el librito del Crimen del pastor, sobre cómo la intolerancia y el fanatismo muchos años después siguen pasando.

JEL: Y siguen reproduciéndose, no sé si coincides conmigo en que este tipo de malas prácticas suelen ser muy repetidas en comparación con las buenas; es decir, el ser humano suele repetir con mayor frecuencia lo malo que lo bueno… LE: Claro por eso fue muy importante por lo menos sacarlo a la luz pública de nuestra comunidad, y esto por supuesto es moneda

corriente de la historia de México, ¿no?

JEL: Pero la idea es que a través de la nueva novela histórica se dé a conocer esto para que no se repita. ¿Consideras que la novela histórica sí contribuye a eso, a aprender del pasado para no repetirlo?

EL: Claro, esa frase se ha vuelto una alerta permanente y sobre todo en este tipo de episodios, los fanatismos ideológicos; en Ahualulco tenemos tres mártires, uno protestante y dos católicos; los católicos están muy muy visibles, son muy recordados -dos hermanos que murieron en la Cristiada de los años 20-, de hecho tienen un lugar muy visible en el atrio de la iglesia; pero este otro mártir -John Stephens-, que sufrió una muerte violenta, está invisibilizado.

JEL: Ernesto, si tuvieras que condensar Vals para lobos y pastor en una imagen o metáfora ¿cuál sería?

EL: Es una novela qué habla del mal, el mal recorre de principio a fin de la novela como una amenaza, como un destino manifiesto, sí del protagonista, pero también de la condición humana; de qué manera ese aire maléfico, ese espíritu hará su aparición gracias a los actos o a las omisiones de hombres y mujeres. Entonces sí novela de iniciación, novela de aventura, western, pero es una obra también que tiene ese telón de fondo, ese nubarrón de la maldad humana.

JEL: Decías que es tu primera novela y seguramente la última, ¿eso es verdad? Porque es una obra que recibió un premio muy importante recientemente, el Premio Nacional de Novela Histórica Ignacio Solares 2025.

EL: El Ignacio Solares, de hecho, es el segundo premio; el primero fue el de Obra Inédita Rosario Castellanos, luego la publicó Era y obtuvo este nuevo premio. Bueno, tengo proyectos de ensayo que reclaman mi mayor atención, ya no es uno tan joven ni tan memorioso, quiero avanzar en terminar un par de ensayos de largo aliento, uno está muy avanzado, es de ensayos dantescos; otro es una historia de la poesía mexicana del siglo XVIII al siglo XIX y posiblemente también incluya hasta las décadas del siglo XXI, y tengo ahí unos apuntes que posiblemente pueden ser otra novela, ya de este presente de violencia; tal vez este suceso de meses pasados del Rancho Izaguirre sea un episodio de un proyecto narrativo que puede ser también una colección de cuentos o una novela. No, en realidad me muerdo la lengua al decir que es mi primera novela y quizá sea la última.

Entrevista

Ernesto Lumbreras participará este mes de septiembre en la 19 Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, Colombia, a celebrarse del 12 al 21 de septiembre; el 12 tendrá una plática con Mauricio Echeverry sobre los 70 años de Pedro Páramo y el día 13 presentará Vals para lobos y pastor junto con David Izazaga, editor y jefe de publicaciones de la Secretaría de Cultura de Jalisco. Enhorabuena, Ernesto.

Sobre el docente contratado y su experiencia

III. Predeterminación:

de los “perfiles

deseados”

En los espacios escolares del sistema de educación superior “público” del estado de Zacatecas, en los que cada vez hay más docentes contratados, no importan ni las razones ni los argumentos que éstos puedan tener sobre el funcionamiento de las escuelas y los deberes predispuestos. En estos espacios, antes incluso de firmar los contratos, estos profesores están en cierto sentido selectos y predeterminados, sujetos a los “perfiles deseados”. Y no sólo por el sistema educativo, sino sobre todo por “aquellos” que –más tarde que temprano– habrán de valorarlos y juzgarlos.

Después de firmar el contrato, dichos docente deben seguir el camino predeterminado: cada uno ha de cumplir con “su perfil”, dispuesto a priorizar las relaciones convenientes; basculando pronto lo preferente de cara a basificados que ejercen el poder o que se siente marginados de éste.

Las escuelas a las que llegan los docentes contratados, y en las que muchos laboran por años en la misma condición, frecuentemente se constituyen en espacios en los que pronto deben tomar partido; poniéndose del lado “correcto”, identificándose con el “buen bando”, con el que aceptó al recomendado o lo trajo de la mano y está a cargo de la institución; y claro está, queriendo o sin querer –y si las condiciones lo permiten– con “aquellos” con quienes “no deben” relacionarse a riesgo de ser visto como un ser humano “desleal” y “mal portado”.

Estos “perfiles deseados” que “deben ser” los contratados, están a merced de “aquellos” pocos que ejercen el poder (que asumen saber lo que se debe o no se debe de hacer), y así también lo están del juicio de “aquellos” en condiciones de poner a éstos en predicamento.

Las y los profesores contratados deben plegarse a las condiciones políticas internas de las escuelas, y deben de hacerlo cumpliendo con “su perfil”, siguiendo las directrices directivas y, cosa nada sencilla, siendo tan agraciados como para ser diligentes con los jefes inmediatos y aceptados por quienes discrepan de que hayan sido contratados. No identificarse con el lado “correcto” de las cosas tiene consecuencias, pues como bien afirma esa frase que expresa la polarización: “estás conmigo o estás contra mí”.

En el orden del discurso y de las cosas aquí referidas, es fácil advertir e

a las claves “descubiertas”

imaginar el modo en que asoma la negación del otro. La identificación con aquél que da beneficios, que pone a disposición la zanahoria en torno a la cual surge el grupo “razonablemente conveniente”, genera en los docentes de contrato comportamientos claramente diferentes: seres pragmáticos dispuestos a cumplir con sus deberes, indiferentes y desinteresados de tomar posiciones fuertes; y claro está, esbirros lisonjeros que obran con pautas ajenas a ellos, y que no dudan en atacar –y en excluir– con el delegado garrote al compañero que no se suma al “orden de provecho”. Si un profesor contratado no está con quien “debe de estar” y “habla de más”, y se atreve a sentarse aquí y acullá, con esos otros con los que “no se debería” de juntar: la paranoia y los “buenos valores” lo deben de juzgar.

La no escucha ante este otro que es el profesor de contrato, muestra claramente la tragedia de alguien a quien por antonomasia se le vislumbra silenciado, a merced de las líneas de mando y por anticipado obligado a hacerse de lado.

Estos profesores llamados contra-

tados, no sólo deben ser capaces de fusionarse con su entorno, adecuando acción y pensamiento al orden dado, sino que deben también sumar a sus talentos personales el arte del camuflaje, del enmascaramiento y la mitigación de los impulsos. El “perfil” que debe de tener el contratado, debe obedecer al perfil imaginado de manera subjetiva por esos otros en disputa y que son todas y todos basificados.

Norma y autoridad, disposición y cautela; ejercicio del poder y deseo de tenerlo; silencio, entrega e impotencia; fatalismo y docilidad extrema; etcétera; comulgan y se congregan. Hay que cumplir con todo cuanto se pida y exija y, claro está, mientras tanto, con el culto a las formas y las apariencias. Desequilibrarse en los desequilibrios no tiene cabida, cada quien ha de seguir la “ruta precisa”, que consiste en seguir de manera natural o a ciegas el mundo cultural en que se está o al que se llega.

Mientras las y los docentes contratados de educación superior son rehenes de las condiciones políticas e internas de las escuelas, de la preca-

rización laboral y del mundo cultural y personal desde el que hablan y se expresan, gracias a la acción decidida de la Sección 34 del SNTE y, de manera concreta, de los encargados en pugnar por los intereses de las Escuelas Normales, así como de la Secretaría de Educación de Zacatecas (SEDUZAC) a cargo de la maestra Gabriela Pinedo Morales (quien en apoyo a las demandas de los primeros instruyó a Capital Humano para que fueran transparentes respecto a los recursos disponibles para las Escuelas Normales), hoy sabemos que desde administraciones pasadas se contaba con 58 claves ocultas que no se han puesto a concurso. Estas claves “descubiertas” y mantenidas ocultas hasta la semana pasada, son en sí mismas la prueba de una indiferencia y un poder difícil de apreciar, pues mientras las mismas han estado guardadas probablemente a la espera de la discrecionalidad (de grupos de poder y clase política), los docentes contratados, con o sin su pesar, encarnan posiciones contrarias y diversas a la espera de la anhelada estabilidad.

Diego Rivera. La maestra rural. 1932.

Voces y luchas en el SPAUAZ (1975-2025): desafíos de género para la construcción de la igualdad sustantiva

En el marco de la conmemoración del 50 aniversario del SPAUAZ, el libro Voces y luchas en el SPAUAZ (1975-2025): desafíos de género para la construcción de la igualdad sustantiva reúne los aportes de 14 universitarias que, desde una perspectiva feminista y de género, analizan la participación de las mujeres sindicalizadas y sindicalistas de la UAZ.

Coordinado por Norma Gutiérrez Hernández y Brenda Ortiz Coss, este trabajo colectivo integra doce capítulos que documentan y reflexionan sobre las trayectorias, resistencias y condiciones laborales de las mujeres en torno al SPAUAZ. Los textos exponen los desafíos que las mujeres integrantes de la universidad y de los comités ejecutivos han enfrentado desde que fuera fundado este Sindicato; se abordan temas legales, académicos, históricos y

emotivos, sin demeritar su carácter enteramente objetivo. Las investigadoras reflexionan desde las especialidades por las que son reconocidas en sus ámbitos, siempre con la certeza de contribuir con un legado distinto, diferenciado del discurso androcéntrico en el que rectores, directores, funcionarios, secretarios, eran siempre los protagonistas.

A través de una mirada crítica e histórica con enfoques jurídicos y de género, se documentan los liderazgos femeninos, las reformas legales en torno a la paridad, las violencias de género en el ámbito sindical y los desafíos para lograr la igualdad sustantiva. Esta obra visibiliza las brechas de desigualdad, las violencias estructurales y las luchas emprendidas por las mujeres para transformar un espacio sindical tradicionalmente masculino; asimismo, subraya la importancia de que las

mujeres hablen sobre las mujeres para transformar las estructuras de poder tradicionales en contextos laborales y educativos, mediante la recuperación de voces y experiencias silenciadas; finalmente, propone una revisión crítica de las estructuras normativas y culturales que obstaculizan la igualdad sustantiva en el ámbito universitario.

Esta obra pretende exaltar y visibilizar la creciente labor de las mujeres en la lucha sindicalista y la reivindicación de los derechos laborales; en un mundo donde aún enfrentan múltiples obstáculos para ser escuchadas, la investigación es una herramienta poderosa para cuestionar, proponer y transformar, por lo que las perspectivas políticas de las mujeres necesitan un espacio urgente de manifestación. Hemos querido visibilizar a las primeras mujeres, las primeras integrantes

de los comités, las primeras docentes universitarias sindicalizadas, la primera secretaria, pero, también, queremos que el camino se ensanche, se extienda y alcance lo inimaginable. Queremos contribuir a que la igualdad y la justicia se conviertan en la norma.

Me permito agradecer ampliamente a mi compañera en esta aventura, quien no sólo me enseñó a ir tras lo grande, sino a soñarlo y concretarlo: gracias, querida Norma Gutiérrez, ha sido un honor que, espero, sea el primero de muchos. Asimismo, gracias a una mujer que me inspira todos los días por su resiliencia y carácter decidido, Jenny González, quien apoyó con firmeza, como todo lo que ella hace, y brindó todos los recursos que estuvieron en sus manos para que este proyecto se convirtiera en una realidad.

Libros

Historia

Una ciudad para la Virgen

La fecha reconocida de fundación de la ciudad de Zacatecas es el ocho de septiembre de 1546. Tras una expedición exploratoria, los militares encabezados por Juan de Tolosa ven la posibilidad de extraer grandes cantidades de minerales de las vetas que circundan el cerro conocido como La Bufa, por lo que pronto deciden establecer un modesto campamento para apropiarse de estas tierras. Sin embargo, esto no se hizo de forma pacífica, pues los naturales rápidamente contraatacaron a los recién llegados, y es aquí donde surge la leyenda fundacional de Zacatecas.

En efecto, según una tradición que pervivió en los primeros habitantes de la ciudad menciona que, para apaciguar a los indios, se apareció una señora con un niño en sus brazos, cuya belleza y resplandeciente luz dejó atónitos a los naturales que estaban en pie de guerra, lo que desembocó en una relativa pacificación de los mismos. Otra manera de contarla describe que se volvió a aparecer la misma señora, pero ahora en lugar del niño en sus brazos, ésta tenía sus manos juntas, reclinadas hacia la derecha, y en posición de arrojar algo a los indios. Este algo era tierra que fue lanzada a los ojos de los naturales para cegarlos y poner fin a la guerra, dando la victoria a los conquistadores. Todo esto se consumó en la fecha mencionada anteriormente.

A partir de esta tradición, los habitantes de las minas recién descubiertas y pacificadas, comenzaron a reconocer como patrona a la Virgen María, que fue identificada con advocaciones diferentes a lo largo del tiempo, los principales fueron: de la Natividad, la Limpia Concepción, el Rosario, de los Remedios, mismos que tenían en común el agregárseles el título “de los Zacatecas”, quizá con la finalidad de reconocer esa ayuda que recibieron al momento de la conquista. Incluso se llega a mencionar que la imagen ubicada en la Parroquia Mayor, era la misma que se había aparecido.

Ante esto el padre Bezanilla se da a la tarea de investigar la veracidad de los hechos, iniciando una serie de entrevistas a personas mayores y, tras ser cuestionados, el sacerdote concluye que, en efecto, las apariciones fueron ciertas y la imagen era aquélla que había participado en la conquista de los indios zacatecos.

Esta imagen se quemó en 1736 y fue mandada hacer a la Ciudad de México en 1751, llegando a la ciudad en 1752, es la que actualmente se venera en su altar lateral de la Catedral Basílica de Zacatecas. En Palabras de Bezanilla, la imagen actual se mandó hacer “conforme a los tamaños de la principal de Zacatecas… con la circunstancia de unir en ella aquella otra imagen antigua” así como “todos los misterios y títulos bajo los cuales es… su titular y patrona”.

De esta manera, las advocaciones marianas con las que se le conoció quedaron unificadas en una imagen: la de Nuestra Señora de los Zacatecas, advocación que desde Felipe II dio nombre e identidad a la ciudad.

* Estudiante del Doctorado en Estudios Novohispanos, UAZ.

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