Gualdra No.
El 16 de mayo dio inicio el Festival de Cannes en su edición 76, y nuevamente La Gualdra le comparte la información más importante de lo acontecido en el que se considera uno de los festivales internacionales de cine más importantes del mundo. Carlos Belmonte Grey y Sergi Ramos -nuestros amigos y corresponsales- están allá y se han dedicado, durante estos primeros días, a ver muchas de las películas que han sido seleccionadas para participar en las distintas categorías; son tantas los filmes programados, que han tenido que elegir para ver lo que les resulte de más interés, ya sea porque están contendiendo por la Palma de Oro, porque conocen a los directores, o bien, porque son filmes de origen latino, mexicanos o españoles.
LaEn este número gualdreño, Carlos Belmonte nos habla de la inauguración del festival, en el que Catherine Deneuve es la musa del cartel y Michael Douglas recibió la Palma de Oro de Honor. Nos comparte también una entrevista con Catherine Corsini, la directora de la película Le retour, que contiende por la Palma de Oro, y que está “dentro de la ola actual de normalizar la sexualidad y mostrar, sin tomar partida, los conflictos sociales”. Carlos vio también el nuevo cortometraje de Pedro Almodóvar, Extraña forma de ver la vid a, un “ western al más puro estilo de Secreto en la montaña , dentro de la selección Proyecciones Oficiales… un western gay entre machos cowboys”.
Jeanne du Barry, con la dirección de Maïwenn abrió el Festival de Cannes; protagonizada por Johnny Depp y la propia directora, es otra de las películas que nos comenta Belmonte, la cual, a su parecer, es una película “para pasar un buen rato”, que cuenta los amoríos del rey Luis XV y su amante favorita Jeanne Vaubernier “Maïwenn hizo una versión clásica buscando reivindicar la figura de Jeanne. Quizás tantos segmentos en los que cortó su historia la hacen complicado de seguir, a pesar de que se adivina el final y todo es línea en la cronología”.
Retratos fantasmas, de Kleber Mendonça Filho; del director nos dice que es uno de los consentidos del Festival de Cannes y que este año, a pesar de no estar en la Competencia Oficial sino en la Proyecciones Especiales, participa
con el filme cuyos comentarios podrá ver en esta edición. Una de las películas que más les gustaron a Carlos y a Sergi, fue la dirigida por Nuri Bilge Ceylan, quien se llevó años atrás la Palma de Oro con su Winter sleep y ahora participa con Kuru Otlar Üstüne ( Las yerbas secas ) que ya es una de las fuertes contendientes por la Palma de Oro de este año. Por su parte, Sergi Ramos, nos comparte la reseña sobre el documental Juventud ( Primavera ), del realizador chino Wang Bing, que se presentó en la competencia oficial del festival; Wang Bing decidió filmar los talleres textiles de Zhili, una ciudad que se ha especializado en la producción de ropa, en particular para el mercado interior infantil, confeccionados en pequeños talleres de propiedad privada. Ramos vio también Los delincuentes , el último largometraje del argentino Rodrigo Moreno presentado en la sección Una cierta mirada , en la que se hace “un homenaje a la estética de un cierto cine policiaco situado en alguna época entre los años 1950 y 1980. Más concretamente, al subgénero de las películas de atracos”; y The zone of interest , la última película de Jonathan Glazer presentada en competición oficial, “En The zone of interest , el realizador inglés adapta el libro epónimo de Martin Amis, proponiendo una visión del día a día de la familia del comandante, en la mansión rodeada de jardines que construyeron junto al campo de concentración”.
Por último, Sergi Ramos nos habla de Conann , del director francés Bertrand Mandico el largometraje presentado en la Quincena de los cineastas y en el que Mandico “construye sus mundos a partir de una apropiación de elementos culturales heterogéneos y populares, como el cómic, la ciencia-ficción, los pulps o el cine de serie B, filtrados a través de una marcada estética queer ”.
La siguiente semana les tendremos aquí la información de las películas ganadoras e información sobre el director zacatecano Armando Navarro, quien participa también en el Festival de Cannes, en la sección Semana de la Crítica, con su cortometraje Arkhé
Que disfrute su lectura.
Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Entre agujas y romances: Juventud (Primavera) de Wang Bing
Por Sergi Ramos
Inauguración del 76
Festival de Cannes
Deneuve y Douglas homenajeados
Por Carlos Belmonte Grey
Jeanne du Barry de Maïwenn abrió el Festival de Cannes
Estelarizado por Johnny Depp y la propia directora
Por Carlos Belmonte Grey
Huidas y encuentros: Los delincuentes de Rodrigo Moreno
Por Sergi Ramos
Modelando la banalidad del mal: The zone of interest de Jonathan Glazer Por Sergi Ramos
Generaciones bárbaras: Conann de Bertrand Mandico
Por Sergi Ramos
Retratos fantasmas, de Kleber Mendonça Filho [la nostalgia de las urbes latinoamericanas vista desde los cines]
Por Carlos Belmonte Grey
Le retour de Catherine Corsini [en competencia por la Palma de Oro]
Por Carlos Belmonte Grey
Extraña forma de vida, de Pedro Almodóvar [un western gay en formato cortometraje]
Por Carlos Belmonte Grey
Kuru Otlar Üstüne (Las yerbas secas), de Nuri Bilge Ceylan [fuerte contendiente por la Palma de Oro]
Por Carlos Belmonte Grey
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.comEntre agujas y romances: Juventud (Primavera) de Wang Bing
6 Por Sergi RamosJuventud (Primavera) se presentó en la competencia oficial del Festival de Cannes, es el último documental del realizador chino Wang Bing, hecho destacable ya por tratarse de un género muy poco presente en el festival, y porque viene a reconocer una carrera profesional considerable que lo ha convertido en uno de los más importantes documentalistas actuales en el ámbito internacional.
Un retratista de la nueva China
Al oeste de los raíles, su ópera prima, se extendía durante más de nueve horas para contar la decadencia de la histórica industria minera y siderúrgica de la región Shenyang a principios del nuevo milenio. Las grandes fábricas cerraban unas tras otras al dejar de recibir las ayudas del Estado, que abandonaba el intervencionismo y el financiamiento público para echarse en brazos de la economía liberal. En aquel momento, la película conseguía mostrar las consecuencias de esa transformación en los obreros y la población de la región, que quedaban desamparados y se veían incapaces de ofrecer cualquier resistencia frente a las transformaciones económicas que estaban cambiando brutalmente sus vidas y dando un vuelco radical al modelo de sociedad, y en particular en las relaciones entre el individuo y el estado.
La película definía ya los rasgos de lo que se iba a convertir en el dispositivo documental del realizador: un rodaje de largo recorrido (entre 1999 y 2001), una cámara de video al hombro dotada de una gran movilidad, capaz de escabullirse para seguir a un personaje, y una extrema capacidad para mimetizar el entorno filmado, consiguiendo borrar su presencia para capturar situaciones de pura intimidad, o para convertirse en cómplice de sus confesiones.
Desde entonces, Wang Bing ha ido retratando las contradicciones acarreadas por la modernización de su país, a través de la economía, la difícil convivencia de distintas minorías o los cambios societales, alternando entre formatos largos y proyectos más modestos.
Circulando entre talleres
Con Juventud (Primavera), Wang Bing propone un retorno al fresco histórico de grandes dimensiones, con un rodaje que se extendió entre 2014 y 2019, y con más de 2600 horas de tomas para un montaje final de tres horas y media. Esta vez, Wang Bing decidió filmar los talleres textiles de Zhili, a 150 kilómetros de Shanghái. Esta ciudad se ha especializado en la producción de ropa, en particular para el mercado interior infantil, confeccionados en pequeños talleres de propiedad privada. Estos talleres emplean una mayoría de mano de obra joven, femenina pero también masculina, compuestas en general por emigrantes de las zonas rurales próximas, y en las que a veces están presentes dos generaciones de una misma familia.
Como en sus anteriores trabajos, la película se divide en grandes unidades, a la vez temáti-
cas y espaciales, que crean un circuito circular entre un pequeño número de estos talleres.
Gracias a esta estructura, la presencia coral y relativamente anónima de personajes al principio va cuajando alrededor de una serie de jóvenes, que cada uno a su manera, representan las esperanzas y dificultades de las jóvenes generaciones. Esta circulación entre talleres
permite también mostrar la omnipresencia y generalización de las condiciones de trabajo.
Romances y sueldos
La película se construye temáticamente en dos movimientos. El primero se centra más específicamente en aspectos específicos propios de la edad de los protagonistas, sus flirteos y la di-
ficultad para proyectarse en una vida amorosa. El espacio se convierte en el marco de esos romances: pasamos sin cesar de los talleres a los dormitorios que ocupan los trabajadores, ya que éstos están a menudo en el mismo edificio. Los dueños de los talleres ofrecen alojamiento a cambio de recortes en los sueldos, pero encierran también a los trabajadores en el marco mental del trabajo.
También despunta ahí la permanencia de unas estructuras tradicionales que ponen trabas en la vida amorosa, en particular la necesidad del matrimonio, y su coste oneroso. A pesar de ello, el documental está atravesado por la frescura de la juventud, que da pie a numerosas escenas llenas de gracia -y a alguna bronca-, que florecen en medio de las vertiginosas cadencias de trabajo. “No puedo parar. Soy como una máquina”, afirma uno de los jóvenes confeccionistas en un metraje marcado por el incesante ruido de las máquinas de coser.
A medida que avanza, la película deriva hacia el tema de las condiciones de trabajo, y en particular las permanentes negociaciones entre los trabajadores y los dueños de los talleres para llegar a un acuerdo sobre el precio de confección de cada prenda. Ahí vuelve a manifestarse la permanencia de la sumisión del trabajador frente a la autoridad (esta vez ya no estatal sino privada).
A pesar de todo, los talleres ofrecen la única posibilidad a estos emigrantes rurales para realizar el sueño del liberalismo: ganar una suma considerable de dinero a cambio de un trabajo a destajo. Una perspectiva no tan alejada de la que apuntaba el documental reciente del brasileño Marcelo Gomes, Estou me guardando para quando o carnaval chegar (2019), rodado en la ciudad de Toritama, especializada en la confección de vaqueros. Distintos continentes, mismas expectativas generadas por la economía globalizada imperante.
Inauguración del 76 Festival de Cannes
Deneuve y Douglas homenajeados
Chiara Mastroianni -hija de Catherine Deneuve y Marcello Mastroianni- fue la encargada de animar la inauguración del 76 Festival de Cannes el pasado 16 de mayo. Emotiva apertura por dos razones principales: Catherine Deneuve es la musa del cartel del festival y fue su hija quien la presentó; y segundo, Michael Douglas recibió la Palma de Oro de Honor.
Douglas a sus 78 años, hijo de la leyenda del cine estadounidense Kirk Douglas, estuvo acompañado por su esposa la también actriz
Catherine Zeta-Jones y su hija Carys Zeta Douglas. En su intervención recordó su vida juvenil al lado de las estrellas de Hollywood y de la importancia que esto tuvo en los múltiples papeles interpretados.
Deneuve, por su parte, mencionó la violencia actual y de la incomprensible guerra en Ucrania. Ambos, juntos, se encargaron de dar el banderazo inicial y oficial del Festival y las competencias que terminarán el 27 de mayo con las premiaciones y, por supuesto, la Palma de Oro.
El jurado de la edición 76 está presidido por
Ruben Östlund (premiado ya en dos ocasiones con la Palma de Oro) y está acompañado de Maryam Touzani, Denis Ménochet, Rungano
recordando una frase de George Cukor: “El cine es como el amor, que está bien es formidable, cuando no está bien, no está tan mal tampoco”.
Jeanne du Barry de Maïwenn abrió el Festival de Cannes
Estelarizado por Johnny Depp y la propia directora
6 Por Carlos Belmonte Grey
Un filme entre el biopic histórico y la reconstitución a las solicitudes de la actualidad femenina: los amoríos del rey Luis XV (s. XVIII en Francia) y su favorita Jeanne Vaubernier que llegó para introducir a Versalles una pre-revolución francesa; la mujer de la calle que ama y desea, se viste como quiere, acepta hijastros y los educa como propios, y, además, niños afrodescendientes educados y bajo su servicio como cualquier hijo de Dios -en más de un momento nos hará pensar al film Pretty woman (Garry Marshall)-.
Maïwenn es una directora francesa que con siete películas se ha ganado el reconocimiento de la crítica y del espectador sobre todo por sus tres últimas: Polisse (2011), Mi amor (2015) y ADN (2020), todas con una esencia de señalamiento social contra la violencia.
Aquí el resumen de la película: Jeanne es hija de una cocinera y un monje, conforme va creciendo se hace más ávida por ascender socialmente y para eso se sabe que su belleza le puede ayudar. Se consigue amantes que la hacen escalar hasta llegar a la presencia del rey Luis XV y convertirse en su amante preferida, en “la favorita”. Su situación es inestable porque ella está casada y la familia legítima del rey no la acepta por su condición de prostituta.
Basada en la vida real, Jeanne du Barry bien podría ser una telenovela de aventuras, pero Maïwenn decidió hacerla película de casi dos horas con una selección actoral híbrida: Depp
un actor sagrado de Hollywood hablando -aunque poco- en francés, Benjamin Lavernhe de la comedia francesa y Melvil Poupaud consagrado del cine de autor. Decimos híbrido porque las características actorales y de los personajes forjados de cada intérprete son dispares.
Maïwenn hizo una versión clásica buscan-
do reivindicar la figura de Jeanne. Quizás tantos segmentos en los que cortó su historia la hacen complicado de seguir, a pesar de que se adivina el final y todo es línea en la cronología.
Uno se pregunta entonces qué hace Depp en una película de tema tan francés escrita y actuada en su mayoría por franceses: Maïwenn explica que primero pensó en un par de actores
franceses que rechazaron y luego el productor le dijo haz una lista de 3 actores de otro sitio: Depp era el primero y más inalcanzable y, sin embargo, aceptó inmediatamente. Era él porque él es expresivo sin hablar y Luis XV no hablaba, no al menos en el cuadro que Maïwenn se hizo en su guion. En fin, una película para pasar un buen rato.
6 Por Carlos Belmonte Grey Nyoni, Brie Larson, Paul Dano, Atiq Rahimi, Damián Szifron y Julia Ducournau. Así, Chiara Mastroianni cerró la celebraciónHuidas y encuentros: Los delincuentes de Rodrigo Moreno
6 Por Sergi Ramos
Los delincuentes, el último largometraje del argentino Rodrigo Moreno presentado en la sección Una cierta mirada, arranca con unos títulos de crédito, movimientos de cámara y zooms que alternan entre el personaje principal y la muchedumbre de la ciudad de Buenos Aires, como un homenaje a la estética de un cierto cine policiaco situado en alguna época entre los años 1950 y 1980. Más concretamente, al subgénero de las películas de atracos.
Morán, un empleado de banco, aprovecha un descuido para robar una importante cantidad de dinero de la caja fuerte de su lugar trabajo, que luego confía sin avisar a uno de sus compañeros, Román, a cambio de una cuantiosa parte. Morán irá a la cárcel, y Román conservará el botín hasta que su inesperado cómplice haya cumplido su pena.
Sin embargo, la película toma rápidamente sus distancias con la referencia al género de atracos propuesta al inicio. Ni rastro de acción, sino una deambulación que acabará llevando a los dos personajes hacia una solitaria zona montañosa. Y una reinterpretación de baja intensidad del humor alocado de algunas comedias de atraco italianas y españolas (cuyo modelo sería
Modelando la banalidad del mal:
Rufufú, de Claudio Monicelli), y que puede recordar al humor frío de un Aki Kaurismaki.
Una vez vaciada la cáscara del género, la propuesta de Rodrigo Moreno alcanza sus mayores aciertos cuando deja deambular a sus personajes por los espacios naturales, convertidos en lugares en los que ocurren azarosos encuentros. En particular con una mujer, Norma, que invierte el proyecto contenido en su nombre de pila, provocando un giro radical en las vidas de quienes cruzan su camino.
En esos esbozos de relaciones posibles, el realizador elabora una serie de variaciones alrededor de la amistad y del amor, construcciones fugaces de marcada ficcionalidad, que recuerdan al trabajo del mexicano Nicolás Pereda. Relaciones marcadas por la discontinuidad de lo inesperado, como una serie de piezas de un puzzle que parecen (sólo parecen) ensamblarse. Como las letras de los nombres de los personajes, formando infinitos anagramas (Román, Morán, Norma y todos los demás). Sin embargo, en la economía general de la película, estos cuentos del azar conviven difícilmente con las cuestionables (anti)peripecias que Morán y Román sufren en su trabajo y en la cárcel, acentuadas por el excesivo metraje de la película. Ciento ochenta minutos exactos que dan qué pensar en los límites de un ejercicio de estilo a veces forzado.
The zone of interest de Jonathan Glazer
6 Por Sergi Ramos
The zone of interest, la última película de Jonathan Glazer presentada en competición oficial, empieza con unas imágenes de una familia alemana disfrutando serenamente de un día en el campo, a orillas de un río. Esta localización podría remitir a una imagen recurrente en el cine de los años 30, en el propio cine alemán, como Menschen am Sonntag (Los hombres del domingo, 1929), realizada a cuatro manos por Robert Siodmak y Edgar George Ulmer; o la francesa La belle équipe, de Julien Duvivier (Camaradas, 1936). Las tardes pasadas en el campo, junto al río, se convirtieron en uno de los lugares comunes idílicos de las formas de ocio de la clase popular, en unas repúblicas donde parecía que se extendía el progreso social, poco antes de que los fascismos se apoderaran de una parte de Europa.
Esta primera secuencia inicial pierde rápidamente su carácter idílico cuando entendemos que se trata de la familia del Rudolf Hoss, comandante nazi del campo de Auschwitz en la Segunda Guerra Mundial. Justo antes, la película se abría con una pantalla negra y un bucle de música electrónica de dos minutos, anunciando a la vez el carácter hipnótico que el filme pretende instaurar y el aviso de una reflexión alucinada sobre el mal.
Jonathan Glazer había ofrecido ya en Under the skin, su precedente largometraje, un fascinante trabajo plástico y narrativo donde la realidad llegaba a disolverse, para sumirnos en la
amenaza encarnada por una extraterrestre interpretada por Scarlett Johansonn. En The zone of interest, el realizador inglés adapta el libro epónimo de Martin Amis, proponiendo una visión del día a día de la familia del comandante,
en la mansión rodeada de jardines que construyeron junto al campo de concentración.
Esa vida ordinaria es filmada a base de planos fijos, retomados una y otra vez, cuyo estatismo anuncia la racionalidad aplicada al mal que
caracterizó al holocausto, y que la fotografía resalta con un uso marcado del blanco y del negro. Al mismo tiempo que la esposa va mostrando la casa y detallando la diversidad botánica de su jardín, “su obra”, el esposo asiste a una reunión para optimizar el sistema de incineración de “su” campo de concentración.
La película crea una singular desazón potenciando el fuera de campo, al principio a través de ruidos y zumbidos cuyo origen no se puede identificar. Más tarde, un movimiento panorámico de cámara termina mostrando, tras los muros de la casa, las chimeneas de las cámaras de incineración, que a partir de ahí ocuparán el fondo del paisaje y no dejarán de humear.
La película da un giro cuando, por razones políticas, el comandante ve su puesto amenazado, y que su esposa teme verse despojada de su “paraíso”. A partir de ahí, la adhesión ciega a la ideología nazi y su política de exterminación queda justificada por los bajos intereses que sostienen la banalidad del mal.
Esta vida cotidiana, que alcanza cotas de irrealismo por su tratamiento aséptico, encuentra un contrapunto en un relato onírico asociado al cuento de Hansel y Gretel, por el cual una criada de la mansión hace muestra de la humanidad y compasión de las que Glazer ha despojado a todos los demás personajes. Y quizás, en estos apuntes que introducen un juicio moral retrospectivo sobre el mal, sea donde la película encuentra uno de sus puntos formales más turbadores, pero también un cierto maniqueísmo.
Festival de Cannes 2023
Generaciones bárbaras:
Conann de Bertrand Mandico
6 Por Sergi Ramos
El director francés Bertrand Mandico presentó Conann, su tercer largometraje, en la Quincena de los cineastas. Mandico ofreció muestras en el cortometraje durante muchos años de su imaginario extremadamente singular, extravagante y provocador, antes de iniciar su carrera en el largo.
Un reciclaje de la cultura popular y bis Mandico construye sus mundos a partir de una apropiación de elementos culturales heterogéneos y populares, como el cómic, la ciencia-ficción, los pulps o el cine de serie
B, filtrados a través de una marcada estética
queer
Su primer largometraje, Les garçons sauvages (2017), proponía una relectura en clave homosexual de las novelas de aventuras, en las que unos jóvenes indóciles eran expulsados de su internado hacia un exilio marítimo, en una isla poblada por una naturaleza altamente sexualizada. Sin duda, la representación alucinada de estos mundos imaginarios se encontraba en el centro de la riqueza visual diseñada por el realizador. Su segundo largo, After blue (2021), ofrecía una relectura integralmente femenina del imaginario del western y de la ciencia-ficción.
La feminización de un imaginario masculino Conann supone una continuidad con la voluntad de feminización de imaginarios esencialmente masculinos, en este caso el de Conan el bárbaro, personaje creado por
el novelista Robert E. Howard y popularizado por los cómics y la adaptación cinematográfica de John Milius en 1982.
El inicio de la película sugiere una adaptación feminizada pero relativamente fiel del origen del personaje. Sólo el prólogo difiere, introduciendo al personaje de una mujer demonio con cabeza de perro que acompañará a Conann durante todo su viaje. Como en la obra original, la madre de Conann es asesinada por una banda de bárbaros (aquí bárbaras), que despertarán una sed de venganza en el joven protagonista. Mandico desata su apetito por la serie B y el exceso a base de chorros de sangre y una variación: la obligación de comerse el cadáver de su madre, iniciando una temática de la devoración y el canibalismo presente durante toda la película.
Muerte de unas épocas
Esta secuencia inicial forma parte del relato retrospectivo de la vida de la bárbara, con la particularidad de que el paso de una a otra época de la vida se produce por el asesinato de la Conann del pasado por la Conann del futuro. Este dispositivo permite lanzar la película en dos direcciones, relacionadas con dos concepciones de la barbarie.
Desde el punto de vista individual, se trata de observar cómo envejecer supone poner un punto final a una parte de la juventud, privando al ser humano de sus emociones más puras para dejar sólo las más enrarecidas. De este modo, las encarnaciones de la juventud de Conann, una vez haya realizado su venganza, encontrarán una salvación en el amor.
Pero Mandico introduce además una reflexión histórica, al salir progresivamente de
las eras primitivas, en las que se desarrollaban las aventuras del original masculino, para proyectarse hacia nuestros días, atravesando una serie de episodios cuya progresión indica que la barbarie (ideológica, económica) no ha hecho sino crecer. Si la época del romance se situaba en un Bronx marcado por las referencias a la Beat generation, las encarnaciones posteriores atravesarán (y serán partícipes) de algunos de los males de nuestra historia reciente.
Mandico conserva su creatividad plástica al recrear estos espacios imaginarios, marcados esta vez por una cierta apariencia teatral que tiene su origen en la residencia escénica que se encuentra en el germen de la película. Esta vez, sin embargo, su reflexión histórica otorga un carácter más sombrío a su trabajo, sin que por ello desaparezca una comicidad marcada por el exceso y lo grotesco.
Retratos fantasmas, de Kleber Mendonça Filho
[la nostalgia de las urbes latinoamericanas vista desde los cines]
El cineasta brasileño Kleber Mendonça
Filho es uno de los consentidos del Festival de Cannes y este año no fue la excepción, a pesar de no estar en la Competencia Oficial sino en la Proyecciones Especiales, con sus Retratos fantasmas.
Un documental personal y muy biográfico, íntimo porque nos lleva al interior de su departamento de niñez y juventud en la ciudad de Recife. Desde ahí, desde las ventanas, balcones y azoteas, nos cuenta una historia nostálgica de la transformación de la ciudad. Y para hacernos sentir esa nostalgia se centra en tres edificios icónicos para su vida y para la ciudad, los tres cines que se miran de lado al lado del Río Capibaribe y desde el Puente Duarte Coelho: Moderno, Sao Luiz y Veneza.
Repartida en forma de tríptico: Departamento, Cines y post-cines; el documental de 90 minutos rescata imágenes del archivo personal del director incluyendo imáge-
nes de su madre historiadora, de la Cinemateca de Brasil y otros archivos privados, todas ellas acompañadas de la narración de Mendonça Filho y una banda sonora
también seleccionada por él que marca las transiciones y despierta al espectador del letargo de nostalgia. Y uno se pregunta cómo es posible que
esta historia tan local mueva emociones de gente venida de tan dispares lugares; la respuesta podría venir desde la experiencia del espectador enraizado en alguna ciudad latinoamericana que ha visto el desarrollo urbano destruir y abandonar los centros históricos de las ciudades y el desplazamiento a las periferias.
Porque las ciudades latinoamericanas tienen en común estar en abandono, medio destruidas y los cines desde la década de 1990 con la aplicación de políticas de liberación de los mercados culturales fueron convertidos en estacionamientos y centros comerciales, cuando bien les ha ido. Pasaron de ser obras majestuosas y pruebas de desarrollo urbano moderno para convertirse en vestigios grotescos de lo que una vez fue.
Retratos fantasmas es una historia así, de la nostalgia urbana. Un proyecto que el realizador tardó siete años en terminar pero que fue haciendo como algo natural sin meterse presión. Un proyecto que se podría imitar en México.
Le retour de Catherine Corsini [en competencia por la Palma de Oro]
6 Por Carlos Belmonte GreyUna película que toca colateralmente el nacionalismo corso, la integración y el racismo en Francia, el despertar sexual de una madre viuda, y la iniciación sexual de sus dos hijas (15 y 18 años), una de ellas lesbiana, muy cerebral; y la otra, muy rebelde; el todo en una semi-autobiogafía de la directora francesa Catherine Corsini en la Competición Oficial por la Palma de Oro, Le retour.
En entrevista, Corsini nos comentó que este filme de múltiples ejes temáticos se centra sobre todo en el nacimiento de la vida amorosa de las chicas y en el problema de memoria de ellas tras la pérdida de su padre; algo que ella vivió y cuyo pasado sólo medio recuerda por su salida de Córcega cuando era muy niña. Fuertemente criticada en Francia al punto que se supone el CNC francés le retiró su financiamiento por haber filmado una escena sexual con las menores de edad -que no aparece en la película y cuyos actores implicados ya explicaron cómo fue la escena- y acusaciones de acoso laboral por supuestas
exigencias de Corsini, situaciones que provocaron que en algún momento el filme fuera sacado de la selección oficial y luego reintegrado; la entrevista fue concedida a condición de no hace preguntas más que de la película. Una película que está dentro de la ola actual de normalizar la sexualidad y mostrar, sin tomar partida, los conflictos sociales.
Dos chicas y su madre que vuelve a Córcega después de 15 años y de no conocer a su padre; la excusa de ese regreso es que la madre ha sido contratada de niñera en una familia rica, pero en realidad es para buscar reminiscencias del padre y la abuela. Las hijas encontrarán su primer amor, una de ellas con la hija de la familia rica, y la otra con el chico malo dealer de droga de la playa; mientras que la madre también tendrá
su aventura de verano.
Y justo así explicó Corsini su filme, “un filme del sol de verano, de regreso y de iniciación sexual y al amor”. Así de simple. Corsini insistió en subrayar la importancia de la presencia de las mujeres en el cine y el de contar historias de amor como éstas, porque aún no es evidente encontrar en todos los países autorización para las mujeres. Una película que hay que ver.
Extraña forma de vida, de Pedro Almodóvar
cortometraje]
6 Por Carlos Belmonte
Grey
Pedro Almodóvar no se ha quedado con las ganas de filmar su western al más puro estilo de Secreto en la montaña, dentro de la selección Proyecciones Oficiales del Festival de Cannes. Sí, por supuesto, un western gay entre machos cowboys -y aquí la diferencia con la cinta hollywoodense, con personajes pastores- infalibles con la pistola y acróbatas en los caballos, pero también buenos para enderezarse cualquier dolor de espalda en la cama después de unos vinos.
Los actores de la historia, filmada en formato de cortometraje (30 minutos), son Ethan Hawke y Pedro Pascal. Ellos son esos dos viriles machos enamorados desde la juventud que dan vida a Jake y Silva, respectivamente. Reencontrados en un pueblo estadounidense -como debe ser en todo western - en 1910, no lejano a la frontera mexicana por el desierto y cañones, van a revivir 60 días de juventud y pasión intensa pero ahora con la difícil misión de honorar y proteger a sus respectivas familias.
Almodóvar se divierte haciendo un mix de recursos narrativos del western poniendo el acento en la herencia
del espagueti western tan de moda a mediados de los 1960 por el director italiano Sergio Leone. De hecho, la película fue filmada en Almería, en ese pueblo construido por Leone. Aunque claro, hay algunas otras rupturas con el género, además de la de sexual, y se puede ver desde la música que abre la cinta con una canción de Caetano Veloso que da el nombre a la película pero que se supone es interpretada por el andrógino Manu Ríos en una especie de fado ecléctico, evitando la referencia a Ennio Morricone.
Almodóvar ha declarado haberse inspirado en Horizontes lejanos, de Anthony Mann; en Veracruz, de Robert Aldrich; en Duelo de Titanes o El último tren de Gun Hill , ambas de John Sturges; y en El Dorado de Howard Hawks. Todas referencias para los decorados y vestuario.
Extraña forma de vida es el primer proyecto de la recién Saint Laurent Productions en sociedad con El Deseo de los hermanos Almodóvar. Un corto que seguro se verá por diferentes plataformas.
[un western gay en formato/// Catherine Corsini, Dir. de Le retour. Foto de Carlos Belmonte G. /// Extraña forma de vida, de Pedro Almodóvar /// Fotograma de Le retour de Catherine Corsini /// Fotograma de Extraña forma de vida, de Pedro Almodóvar
Kuru Otlar Üstüne (Las yerbas secas), de
Nuri Bilge Ceylan
[fuerte contendiente por la Palma de Oro]
6 Por Carlos Belmonte GreyHace 10 años el turco Nuri Bilge Ceylan se llevó la Palma de Oro con su Winter sleep que llamó la atención no sólo por la duración (196 minutos) sino por la belleza de la imagen; este año vuelve a Cannes también a la competición por la Palma de Oro y con otra película de la misma duración: Kuru Otlar Üstüne (Las yerbas secas).
Y también con esos paisajes nevados y en planos de grandes panorámicas; sin embargo, esta vez se atrevió a dinamizar sus cuadros con extensos diálogos en una especie de filme de tableau vivant, cuadros en pintura que cuentan una historia; igual exige al público un esfuerzo para hacer un ejercicio al que parece ya no estamos acostumbrados, ver películas de más de 90 minutos.
La historia general está centrada en un par de profesores de preparatoria de un pueblo perdido en la Anatolia: uno de ellos espera poder ser cambiado a Estambul desde hace años; el otro es del pueblo y no tiene grandes “ambiciones” -entrecomillas porque la película es un ensayo de qué es ser ambicioso- más que cuidar a sus papás, convertirse en director de la preparatoria y encontrar una esposa. Son compañeros de piso y su tranquilidad cambiará por dos acontecimientos: el primero será la acusación de un par de estudiantes de
tener comportamientos inapropiados con ellas, lo que los llevará a estar vigilados y ser sospechosos de corrupción de menores; el segundo es el encuentro con una joven, también profesora, que ha perdido una pierna tras un atentado terrorista a consecuencia de su activismo político. Ambos parecen enamorados de ella y uno de ellos parece en verdad interesado también en la adolescente.
Desde aquí Ceylan nos lleva a diferentes lugares y encuentros con gente del pueblo, con historias anodinas y justo ahí está el interés de la película; son historias cotidianas de vidas cotidianas sin héroes, pero mostradas con intensos y largos diálogos
que nos obligan, a los espectadores, a no perder nota de los subtítulos:
-La cena de ligue termina siendo un debate de la importancia de ser o no ser partícipe de los movimientos políticos, de involucrarse en colectivos de reivindicación de algo, de ser egoísta y vivir bien porque al final el mundo es así y sólo podemos aportar algo muy pequeño desde nuestra posición de sujetos pequeños dentro de un sistema. Intensos y complicados diálogos porque cuando uno de los personajes parece tener el argumento definitorio para convencernos, el otro responde con otro que lo desmonta y también casi nos convence.
-Los miramientos y jugueteos con la
adolescente, la acusación, luego el enojo y violencia del profesor al enterarse de la acusación, todo cruzado por sobreentendidos de uno o de la otra; un regalito, una carta, un pastel, una bola de nieve, un castigo, todas ellas señas que quedan lanzadas al espectador también para que interprete como mejor le convenga la relación.
Al final, parece que de cualquier manera lo que dejaremos de herencia en este mundo será como una yerba seca que se va pisando sin darnos cuenta porque sabemos que el año próximo volverá a crecer con el verano. Definitivamente unas de las películas que se apunta para las premiaciones de esta 76 edición del Festival de Cannes.