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El zacatecano Abraham Escobedo-Salas filma su primer documental en largometraje con una historia de chicos de la calle, de chicos de barrio, de un coming of age, de familias medio descompuestas y otras no tanto de Guadalajara, del estigmatizado breaking dance, pero con una narrativa que dejar ver la creación del autor: no hay victimizaciones ni victimarios, ni lacrimogenicidad, ni héroes de victorias en competencias frente a otros adversarios: es la vida misma. Ahora Breaking la vida está preseleccionada para los Arieles en mejor documental.

[Breaking la vida, un documental de Abraham Escobedo-Salas, por Carlos Belmonte Grey, en esta edición]

SUPLEMENTO CULTURAL NO. 571 /// 24 DE ABRIL DE 2023 /// AÑO 12 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Abraham Escobedo-Salas, director de cine.

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El 21 de abril el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura dio a conocer que el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2023 es para Fabián Espejel Sainz de la Peña por su obra  Antártida , un libro que, de acuerdo con los integrantes del jurado de esta edición -Jeannette L. Clariond, Jorge Ruiz Dueñas y Jorge Humberto Chávez-, tiene “alta densidad poética, con un notable manejo del ritmo versicular y aporta un nuevo impulso a la crónica en la poesía mexicana”.

En la nota de prensa del instituto, se replican las palabras del poeta premiado con respecto a su obra: “ Antártida es un poemario que está inspirado en la expedición que hizo el explorador noruego Roald Amundsen, en 1911, para llegar al Polo Sur, que era el último punto de la Tierra que no se había explorado. El poemario intenta ser tanto una bitácora como un diario de viajes; entre las páginas aparece un fragmento del tratado antártico, postales, listados, etcétera. Es un libro que intenta salir del formato convencional de los poemarios”. Fabián nació en la Ciudad de México en 1995; estudió Lenguas y Literaturas Hispánicas en la UNAM, y ha sido becario de la Fundación para las Letras Mexicanas y del programa Jóvenes Creadores del Fonca; actualmente colabora con distintos medios - revistas y suplementos de

Latinoamérica, como Letras Libres y Punto de Partidacomo traductor y poeta; ha participado también en antologías poéticas y de ensayo en México. Fabián gana este prestigiado premio a la edad de 28 años, convirtiéndose en uno de los poetas más jóvenes en haberlo obtenido. Dentro de los ganadores anteriores que han sido premiados cuando tenían menos de 30 años, podemos mencionar a Alejandro Aura, ganador en 1973 cuando tenía 29 años con su libro Volver a casa ; a José de Jesús Sampedro, quien a los 25 años ganó con Un (ejemplo) salto de gato pinto en 1975; José Javier Villareal, con 28 años, por Mar del norte , en 1987; Ernesto Lumbreras tenía 26 años cuando ganó con su libro Espuela para demorar el viaje en 1992; y Christian Peña, con Me llamo Hokusai , quien tenía 29 años cuando ganó en 2104. Antártida seguro será publicado próximamente, y se convertirá en el primer libro de este joven poeta, quien dice, además: “En mi caso, dijo, este premio es un gran aliciente, pues todavía no tengo libros publicados y anteriormente no había ganado ningún premio. Representa, por un lado, tener más confianza en mi trabajo; también creo que los premios le pueden dar mayor visibilidad a las cosas. No es que definan qué es la literatura, pero sí ayudan a visibilizar ciertos trabajos que, muchas veces, pasan inadvertidos”.

Qué buena noticia que existan jóvenes tan taltentosos en nuestro país que se estén dedicando a las letras, ojalá que este premio no solo visibilice su trabajo como bien lo ha manifestado Fabián, sino que sea un incentivo para que siga haciendo poesía, traducción o cualquier otra actividad que tenga relación con las letras, la cultura y las artes. Fabián tiene también un blog llamado La ruta vertical , traducción y poesía; en él pordrá encontrar las secciones de poesía en inglés, francés, alemán, sueco, italiano y otra más de poesía en la antigüedad; aquí la liga para que pueda ingresar: https://larutavertical.wordpress.com/ El Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2023, único e indivisible, consiste en un diploma y la cantidad de $500,000 pesos mexicanos, además de la obra publicada. Se entregará en el marco del Programa Cultural de la Feria de San Marcos 2023, en la ciudad de Aguascalientes. Va desde aquí nuestra felicitación a Fabián Espejel Sainz de la Peña, que sea éste uno de los muchos reconocimientos que reciba por su trabajo; mientras tanto, quedamos a la espera de leer su primer libro. Enhorabuena, Fabián. Que disfrute su lectura.

Hugo Medina: los poemas y la tonada oscura de lo real Por Ricardo Solís

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Breaking la vida, un documental de Abraham Escobedo-Salas Por Carlos Belmonte Grey

Una suerte de prótesis. Diálogos y detalles alrededor de El trabajo de los ojos, de Mercedes Halfon Por Daniel Sibaja

Raymundo

Dolores Castro: algo más que su nombre Por Rafael Calderón

Con el hechizo de abril Por Álvaro Luis López-Limón

Filosofía mexicana, primer congreso Por Verónica Murillo Gallegos

2 LA GUALDRA NO. 571 /// 24 DE ABRIL DE 2023 /// AÑO 12
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores. Carmen Lira Saade Dir. General Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial
Directorio
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
Editorial
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Hugo Medina: los poemas y la tonada oscura de lo real Libros

Tesis, antítesis y síntesis son los tres elementos que constituyen el proceso de la dialéctica, definida como técnica y método lógico para analizar o descubrir la realidad. Ahora, en la teoría filosófica de G. W. F. Hegel, los tres elementos son las fases de un proceso evolutivo del espíritu humano que se repite a sí mismo por la búsqueda de la verdad; el alemán afirma que toda realidad humana –pensamiento, conocimiento, historia, evolución, relaciones de poder o sistema político– surge en principio de una tesis, que provoca una contradicción denominada antítesis y finalmente emerge una síntesis, la superación de dicha contradicción que genera de nuevo otra tesis para perpetuar así el proceso. Esto viene a cuento porque la estructura de Atractores extraños (Typotaller, 2022), libro de poemas con el que su autor, Hugo Medina (Hermosillo, Sonora, 1979), ganó el Concurso del Libro Sonorense en 2020, se sustenta en la tríada metafísica y, además, esto no resulta extraño cuando uno repara en que de los epígrafes que abre el poemario, el segundo es de Hegel, aunque el primero –de Heráclito– deja en claro que la proposición genérica de “analizar” y “descubrir” lo real, pasa por la admisión de que “todo nace de la discordia, la armonía del mundo surge de causas opuestas”; así, los poemas dan cuenta de un juego de oposiciones en que se funda la materia de un discurso inestable, armado de diversos componentes: la paternidad, el ser hijo, la ausencia del cuerpo y la palabra, la presencia patente de los referentes que fincan lo real, desde un desodorante hasta el recuerdo de una canción de Audioslave.

Un solo poema destapa el frasco de las esencias, establece las reglas en la primera sección del libro y nos prepara para el grueso de la materia poética: la constancia sonora del flujo pausado, extendido, del verso; el perfil angélico que toman el hijo y la voz que de él nos habla, como una prueba (entre muchas) de “la traza de todas las especies”, lo que nos hace semejantes al resto, la promesa de volver que se hace a un hijo, envuelta en las líneas de una canción escrita por Noel Gallagher (sí, ese músico inglés del grupo Oasis).

Tal vez deberíamos decir, primero que otra cosa, que este libro es poderosamente autorreferencial, una serpiente que se muerde la cola pero, a un tiempo, asume sus otros rostros para insistir en los paralelismos, el espectro angélico donde se funden padre e hijo, la palabra como centro germinal donde la escritura se define a sí misma en su aspiración de orden, una forma de volver a esa “verdad” que justifica la impronta hegeliana, lo que Carlos Mal describe –en su texto de contraportada– como “dar cuenta del tejido del cosmos”, siempre a través de una mirada que reconoce en la muerte su destino, pero se zambulle en el dolor para recuperar algo de sí misma que se transfigura en el lenguaje espeso de cada poema, sobre todo en la tercera sección, donde se disuelven las contradicciones, y así la vista describe al yo:

“persigo mi mente sobre caminos empedrados, […] despierto en la habitación al otro lado de mi sangre”. La consciencia adquiere plenitud en estas palabras, la poesía vuelve a ser aquello para lo que suele ser convocada, la sustancia de un fracaso que permita atisbar algo de lo que somos.

El universo, la verdad, las claves que los unen y construyen; en Atractores extraños la cercanía del final va salvando el entumecimiento o parsimonia de las palabras, la voz es consciente y admite que “me invento un lenguaje que ha de correr contra el ruido que me lanza el mundo”, y es justo ese ruido –estruendo atemperado

que estremece– el que exhibe “la discordia”, las “causas opuestas” que cimientan la verdad y el cosmos.

En el poema final (que lleva en su título la palabra “comprobación”) se decantan las arenas discursivas; el texto es evidencia y, también, la despedida forzada en las páginas 96 y 97, la reiteración de “el agua y el fuego de Heráclito” pero en la representación gráfica de un fractal, una imagen “nueva” pero rara y reflejante, una pieza de rompecabezas que se multiplica y se parece a sí misma en cada representación para, en el verso último, desvelar el hecho concreto, que “la muerta no es más que un atractor extraño.

De esta forma, la estratagema apuntó siempre al centro del blanco: todo fluye hacia la muerte, uno de los rostros de la ausencia pero, también, presencia angélica que en ocasiones habla por boca del padre, aunque es en el hijo donde se torna concreto: podrá en su pequeñez ignorar las consecuencias de lo que ocurre en la sala de un juzgado de lo familiar, dibujar un tigre, describir la mirada de un gorila, ser la sustancia del manuscrito, estar “en la orilla de un crimen dialéctico” que no alcanza a descifrar la verdad que será la pesquisa de estos poemas, señales luminosas pero atractores extraños al fin, creaturas léxicas condenadas a no alcanzar a decir mucho, a ser ausencia (uno de los disfraces trágicos de la muerte).

Finalmente, de regreso en el principio, Hegel puede probablemente arrojar luz desde su epígrafe, antes de la sucesión de poemas, donde cada uno “se hunde en la noche de su autoconciencia”, pero el ser se mantiene en ella para transformarse en “una nueva figura del espíritu”; el objetivo es admirable, la odisea verbal que ha tomado casi cien páginas nos entrega poemas cuya calidad sombría será de ayuda para dar con el brillo que no se aprecia en la superficie de las frases, para ello hay que ahondar y emplear de nuevo la triada dialéctica.

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/// Hugo Medina

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Breaking la vida, un documental de Abraham Escobedo-Salas

6Por Carlos Belmonte Grey

El zacatecano Abraham Escobedo-Salas filma su primer documental en largometraje con una historia de chicos de la calle, de chicos de barrio, de un coming of age, de familias medio descompuestas y otras no tanto de Guadalajara, del estigmatizado breaking dance, pero con una narrativa que dejar ver la creación del autor: no hay victimizaciones ni victimarios, ni lacrimogenicidad, ni héroes de victorias en competencias frente a otros adversarios: es la vida misma.

Se trata de una película coral: la historia de 6 chicos (el crew), cada uno contando su relato y cada uno con su arco dramático. Las películas corales son complicadas y sobre todo en el formato documental por la multitud de historias, de ahí el tremendo reto que fue para el editor y para el director la selección de las escenas de la historia.

El primer corte fue el corto que hizo con el bailarín Miguel, porque le pareció que era la historia que daba un momento narrativo particular: un B-boy y papá joven enfrentándose a problemas económicos. Éste fue el primer corte narrativo que se convirtió en el cortometraje Bboy en 2013.

Un documental coral y de sus amigos La historia, descrita en la sinopsis: seis jóvenes bailarines provenientes de distintas clases sociales son unidos por el poder del Hip-Hop. Su amistad y deseos de volverse profesionales los llevarán por un viaje vital y transformador filmado a lo largo de 8 años. A través de la paternidad, el amor, las batallas y decepciones, descubrirán qué tipo de hombres quieren ser.

A esos seis chicos los siguió por años, pero no fue una selección buscada, sino que fue un proceso de relaciones de amistad, natural: “No sólo estaba ahí con la cámara, porque yo iba a entrenar con ellos y lo veía. Debo tener como 112 días filmados con cámara a lo largo de ocho años… Fueron diez años en total, ocho de filmación más de dos o casi tres en postproducción, esto fue un caos por la distancia y el Covid. Empezamos en el 2011, como en agosto, y se estrenó en julio del 2022 en el Festival de Guanajuato”, comentó en entrevista telefónica Escobedo Salas.

A Escobedo le interesaba el baile y así se fue haciendo amigo de ellos, luego todo fue un acercamiento natural, “al conocerlos fue una intuición, como un scouter de historias, uno siente cuando las personas tienen una chispa extra que tiene que ver con la relación humana y conectar con ellos”, insistió.

Un documental puritano El documento tiene momentos de ruptura increíbles que hacen pensar en el formato de docu-ficción o de documental manipulado, pero Escobedo defendió su propuesta de un documental muy puritano “en el mejor y peor

sentido de la palabra, porque no quería manipularlo, lo quería real, quería que las cosas estuvieran ahí naturales y espontáneas, imágenes de golpes de suerte. Todo esto requiere intuición y anticipación, que lleva tiempo y estar ahí para ver los momentos de ruptura de los personajes.

La vida y yo somos coguionistas…”. Es además un documento del cuerpo. Éste transmite la energía y la fuerza de cuando ellos se presentaban en vivo. Al verlo uno reconoce la importancia del músculo, de la velocidad, de la energía y hasta de la sensualidad (siem-

pre el cuerpo expuesto se expone a los deseos, entonces era obligado preguntarle cómo perfiló este aspecto, y él responde con una pregunta:

“¿cómo a través de la cámara y la pantalla logro transmitir eso que me hacen sentir y emociona, esa diversión que sentía cuando bailaba con ellos? ”. El autor intentó en no caer en la tentación de acomodar números musicales donde todo el crew bailara en la calle, salvo en los créditos iniciales. Pero nunca se planeó escoger las coreografías y los momentos de luz para filmarlos, sino que quería conservar la naturaleza del documental “es algo que viene de la carne, del sentido y movimiento de los cuerpos”.

Por eso, a pesar de que durante los casi 10 años que duró el proyecto siempre trató de conservar la estética con la que había iniciado la película y el corto. Era el estilo visual de la película y hubiera podido tener otra visión, otra forma de filmar, otra cámara mejor, un crew más grande para poder poner luces, pero no, “la película ya tenía una carga visual y sonora que él tenía que respetar: Ya había límites… por respeto a la estética de la película… Hay incluso algunas escenas filmadas con el celular por la inmediatez”.

Los no actores

Siempre hay el riesgo de qué pasa cuando se utiliza a no actores sino a sus vidas reales para crea una historia de cine. En este caso no ha pasado nada que complique sus vidas porque no es un documental de público masivo y además

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Cine
/// Abraham Escobedo-Salas

son artistas acostumbrados a estar en escenarios frente a mucho público, así que no se han visto afectados. Es más bien un documento de su historia colectiva.

Y el dinero

Casi todo el proyecto fue financiado por el propio Escobedo-Salas salvo la última etapa, la postproducción, cuando obtuvieron los recursos del Imcine.

Los siete primeros años fueron hechos sin dinero de otros lados, fue sólo de su bolsa. Él no quería esperar a tener dinero para hacer una película. Justo al final del rodaje, con el viaje a Europa para acompañar a Kastro y Kastrito, y ahí ya empezaron a buscar fondos. Así con la productora Laura Ramírez obtuvieron unos 10 mil euros para el último año.

Y para acabar la película se veía el problema de pagar los derechos de la música; en una película llena de música, esto fue una de las principales razones por las que buscaron el apoyo de postproducción en Imcine. Iván Ávila (cineasta de Zacatecas también) le comentó de meter para postproducción ya con la película casi terminada y sería más probable ser beneficiado. Aplicaron y con eso pagaron a la gente de diseño sonoro, mezcla, estudio, corrección de color, música original y derechos de música. Y aún están esperando que les paguen una parte del recurso que no ha sido entregado, porque el fondo fue suprimido por el presidente de la República durante la pandemia y varios beneficiarios se quedaron en una especie de hoyo negro, un limbo de las deudas, que han sido cubiertas una vez más por los ahorros de Escobedo.

Ahora Breaking la vida está preseleccionada para los Arieles en mejor documental. Suerte, Abraham.

Créditos de Breaking la vida

Dirección: Abraham Escobedo-Salas

Producción: Laura Ramírez Ruíz y Abraham Escobedo-Salas

Compañía(s) productora(s): Flama

Films y el Fondo para la Producción

Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE-MÉXICO).

Guion: Abraham Escobedo-Salas.

Fotografía: A.E.S.

Edición: Abraham Cruz Herrera.

Música original: Aldo Arechar.

Featuring: Eldobleu y Santi G.

Con canciones de Kemo the Blaxican ft.Sen Dog y Nach.

Sonido directo: A.E.S.

Diseñadora de Sonido: Amelia Vega. Mezcla THX: Miguel Molina y Raymundo Vallesteros.

Postproductor: Pedro de la Garza.

Corrección de Color: Ilse Serdán Gutiérrez.

Reparto Principal: Bboy Kastrito: Brandon Alejandro Valencia Rubio. Bboy

Migue: Miguel Ángel Gonzalez Gómez. Bboy MaxSteel: Axayactl Ramos

Vázquez. Bboy Chiki: Oscar Eduardo

Quintero Ramírez. Bboy Kastro: José Antonio Valencia Rubio. Bboy Ojitos: Emiliano Moncada Zohn.

Abraham Escobedo-Salas

Director y productor mexicano graduado en Artes Audiovisuales por la UDG y la Maestría DocNomads en SZFE (Hungría), Lusófona (Portugal) y LUCA

(Bélgica). Nominado al Ariel. Joven creador de FONCA y becario Erasmus Mundus. Acreedor del Premio Sophia Estudiante de la Academia Portuguesa de Cine. Apoyado por IMCINE por su ópera prima Breaking la vida

Filmografía: Breaking la vida. Underdogs (México 2022). The Light Dances and the wind Runs Wild (Hungría, México 2022). Paciente Zero (Hungría, México. 2021). No fIm do mundo (Portugal, México, Cabo Verde.2021). Ayotzinapa 26.

Segmento 400 noches (Película Colectiva México/Argentina/Bélgica/Brasil. 2016). Los hijos del Manglar (México 2016). Volverte a ver (México 2015). El Barbero (México 2015). B-boy (México 2013).

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Libros

Una suerte de prótesis.

Diálogos y

detalles alrededor de El trabajo de los ojos, de Mercedes Halfon

Por Daniel Sibaja

—Este mes voy a perder un ojo, y lo quiero sin dirección alguna —dije sin pensar en las consecuencias.

—El ojo que quería enderezar se fue para afuera —respondió la página bajo una luz en mi balcón—. La desviación se hizo divergente [...] Si me hubieran operado, no sé hacia dónde apuntaría ese ojo. Hacia un ángulo del cielorraso. Lo que es seguro es que no hacia la pantalla de la laptop que tengo adelante.

Al iniciar la conversación con la lectura, mi deseo más grande fue el mirar borroso y aceptar el vínculo entre un órgano perdido forzosamente y un libro prestado de Mercedes Halfon (Buenos Aires, 1980) de la biblioteca de mi amigo. Al abrir la novela El trabajo de los ojos (2019), mis primeros planes comenzaron 1) al querer construir un personaje ficticio para un performance; y 2) el conocer un libro lejano a la narrativa superficial que abunda en México. Tengo en la mochila, además, otro libro de su obra literaria, Diario pinchado (2020), del que tal vez hable en otra ocasión. Sin embargo, esta novela llegó a mis manos para ponerlo como base a mis expectativas de performance en medio de un Festival de la Lectura de mi ciudad.

Noches antes había estado indagando en el defecto que cubre mi cara: un ojo estrábico que trata de mirar hacia dentro de forma continua. La trama de El trabajo de los ojos es bastante sencilla, con la forma de un cuaderno de apuntes, la autora nos narra los sucesos de su relación con la lectura y el desarrollo de su salud ocular íntima. He notado que este tipo de escritura, inclusive con el despliegue de la no-ficción en Latinoamérica, es actualmente una poética ingeniosa entre lo literario y lo conceptual, reconociendo no sólo el acto de redactar como verbo, sino también como el estado del cuerpo en sí ante el oficio y el mundo. El manejo Halfon de novelar entonces me parece de lo más interesante y ágil a la vez. La lectura de la pérdida. La exposición personal. Lo ensayado y lo anecdótico. La galería de muchos ojos con renombre traen como producto final, una escritura concisa y ajustada al paladar de cualquier tipo de lector.

—Escribir antes era divertido —repetí una vez más ante la hoja en blanco.

...Posiblemente, más allá de contarnos la situación biológica de los ojos, los fragmentos juegan una sustitución de conceptos acomodados para formar una torre de Jenga a punto del derrumbe.

De forma detallada, tanto el malestar como la reconstrucción de los órganos desencadena una serie de pensamientos personales, o subjetivos, acerca de las enfermedades y el acto de contar historias,

adornar la hoja con postales, llenar la sala de perfiles y referencias. Contar una historia hoy en día para la autora es una suerte de intercambio y de museografía. Tal vez otras novelistas han logrado desarrollar el tema ocular, como Guadalupe Nettel en México (por condición física), o tal es el caso de Lina Meruane en Chile (por intervención y accidente). Tratando de mapear el libro, esta vez la ocasión pertenece a un ojo argentino, uno que además pondrá, según un pasaje de Flaubert, una especie Dios en los detalles.

—Una visión incorrecta (....) puede afectar la percepción de la profundidad, el tamaño y la distancia —dice Halfon, algo en su historia hay de cierto, lo voy paginando y escribo en sus márgenes—. Todo lo cercano se aleja.

—A un paso del stand de la Universidad Autónoma de mi ciudad, pude contrariar el peso de mi calidad en la escritura — me respondí—. La valentía de llevar a un personaje lejos de cualquier hoja, lejos de cualquier ficción, serviría para acercarme y encontrarme. Así, en un fondo oscuro,

tuve que tantear alrededor mío y descubrir mis objetivos con la lectura y la escritura.

Para Mercedes Halfon, anotar, borrar, instalar, pedazos de su vida o la literatura gris de un boleto de avión, son suficientes para captar la atención de los lectores. Sus maniobras narrativas y la cercanía con las memorias médicas que se publican en la literatura norteamericana últimamente, hace que la lectura sea de fácil procedimiento y con una recopilación de datos valiosos, sobre todo para los que escribir se ha convertido en un hábito, más allá de cualquier hobbie para el entretenimiento.

Podría enlistar la serie de nombres que van asomándose entre las líneas del libro. La polarización sería entre los escritores relevantes de la Literatura y la Historia de los ojos. Entre ellas aparecen de la siguiente forma (L) Joyce, Silvia Ocampo, Goethe, Homero, Sartre, Kirchner; y por otro lado, (H) Bartisch, Hewamaul, Joseph-Antoine Ferdinand Plateau, Louis Braille, Valentin Haüy, Charles Barbier y Santa Lucía. Esa elegancia al seleccionar nombres, me hizo investigar sobre el artista español Àlvar

Calvet y su galería titulada Con los ojos cerrados (2020), en el Museu de Reus de Barcelona, quien define su intervención como “una experimentación a través del arte para encontrar un punto de unión entre la visión y la no visión”, en la cual sesenta creadores realizaron autorretratos con los ojos cerrados. Ver los resultados rodeando el museo, me hizo imaginar la propuesta de Halfon, como una especie de estampas postales enviadas desde sus hojas a las paredes mismas de cualquier casa.

—Tengo la impresión de que la disminución visual, cuyo último eslabón es la ceguera, es una caída hacia adentro de la persona —me dijo una vez más la lectura—. Existe una vinculación entre mirar y escribir. Estoy segura. / Mi laptop parpadea. —Parpadea mi ojo izquierdo al ser llevado por dos guardias hacia la puerta del Festival —dije entre multitudes, con dos letreros en el performance del 18 de marzo—, parpadean mis libros vendidos sobre dos patines, el asombro entonces es el desconcierto de perderlo en serio, desde este lado de lo real. Parpadean mis manos al alejarme de las presentaciones del libro, de huir de los vasos comunicantes comunes, de renegar a los que van por el mundo con los ojos bien puestos.

Al finalizar la lectura, ese diálogo entre la autora, sus palabras y las mías, en los ojos de mi imaginación, escucho nuevamente la afirmación de esta puesta en escena y de un libro que llegó para empujarme a realizar un acto público.

—La escritura —diría entonces Halfon— sería una forma de orientación posible, un mapa, una suerte de prótesis que conecta el interior con el exterior.

Esta novela la conocí en una publicación realizada por Lecturas Ediciones, impreso en Chile. Luego de mi aparición, con un ojo tuerto y parchado, no hay nada menos predecible que el haber hecho contacto, con mi personaje y en este libro, con aquella especie de quiebre en la forma de abordar una historia. Nada me da más gusto saber que en otros lugares apuesten por experimentos narrativos tan conceptuales y versátiles al ojo que los mira. Mercedes Halfon obtuvo el Premio Estímulo de Tea al periodismo gráfico, por ello, además de escritora, es factible mencionar su desempeño en otras disciplinas artísticas, como curadora de galerías o crítica teatral. Su forma de contarnos la historia de sus ojos es una experiencia desbordante. Más allá de las lecturas convencionales hoy puedo decir que sí, en esta época también se pueden ir construyendo museos adecuados, así como el miedo a perder el sentido de la vista en carne propia a través de la escritura.

*Mérida, MX, 1997.

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Dolores Castro: algo más que su nombre Literatura

La presencia de la poeta Dolores Castro (Aguascalientes, 1923- Ciudad de México, 2022) en la tradición lírica mexicana genera motivos de alegría al leer sus poemas ahora que se cumplió el centenario de su nacimiento. Por ejemplo, sus visitas a la ciudad Morelia, en distintas ocasiones, recuerdo fueron parte de una actividad literaria muy prolífica, enfocadas a reconocer con sus reflexiones figuras como la poesía de Sor Juana y sus colaboraciones semanales eran un goce especial en las páginas del suplemento Acento fundado por Alejandro Avilés; quienes la llegaron a escuchar saben que perdura el eco de su voz. Hay que recordar por lo mismo que fue participante del Segundo Festival Internacional de Poesía Morelia 1983; los poemas entonces leídos por ella pueden ser ejemplo de una antología personal: “El huizache”, “Tríptico”, “Largo y frío es el sueño de la piedra” y “Todo está bien” incluidos en la antología organizada por Evodio Escalante y publicada por el gobierno de Michoacán; asimismo participó en el Encuentro de Poetas del Mundo Latino donde su presencia fue un acierto y reconocer reflejaba su vitalidad por su voz ya única en la poesía del siglo XXI.

Hoy día su poesía accesible en la exquisita edición Viento quebrado (FCE, 2010) que compila Benjamín Barajas. Este volumen es determinante para conocerla e inconfundible encierra la presencia de la poeta auténtica y nombra su verdadera biografía literaria. El saber de su lírica la construye con un lenguaje que está en movimiento y solventa una voz y registra los detalles que la rodean: la sombra generada por el sol, el resplandor de los árboles o captar el arrobo de la tarde. Sus versos nombran o encierran ecos y un poder verbal casi infinito. Esto por el sonido de las palabras, por su eco y por la sonoridad del idioma. Es equidistante y se permite nombrar con pasión el polvo, el aire, el mar, el amor y sucede la reconstrucción de su prodigiosa memoria. El sonido de las palabras define su esencia, los versos resultan ser diamantes desde donde suceden cambios o brillos según la hora para nombrar el día, reconocer la llegada de la noche, describir el encuentro con el crepúsculo entre ciudades y toda su poesía distinta y única con una voz poderosa, modulada y por momentos esplendorosa.

Si nos remitimos a los primeros títulos de su poesía deja sentir sus pasos: ese primer momento hasta reconocer

esa lucidez, pero brilla por versos auténticos que son finos y pulidos, parecen diamantes o joyas, resaltan su parte conversacional, apasionada y por momentos intimista; deja sentir el resplandor de la escritura como ejemplo auténtico que poco a poco permite reconocer el eco de la escritura, pero sin prisas ni sobresaltos. Registra ese esplendor peculiar, secreta por un eco y surge con las palabras que son a un tiempo inagotables, con frescura, y evoluciona hacia la esencia que nunca abandonó, sino que reinventó su condición de poeta. Por eso es dueña de una escritura madura, sostenida ésta a lo largo de su vida, publica con rigor y siempre cuidando las formas.

El primer título remonta al año 1949 con El corazón transfigurado y a partir de éste la exploración sucede, podemos compararla con los últimos poemas y llegar a conclusiones. En ese recorrido, por ejemplo, hay que revisar la antología de Alfonso Méndez Plancarte que dio a conocer todo el grupo de los ocho y recordar que en ésta ella es dueña de una voz profunda. Se leen sus versos con intensidad, en adelante, con ese equilibrio hay que celebrarla con un poema reciente que se vuelve ejemplo definitorio y nombra su poesía: el que se llama “Viento quebrado” por el ritmo, por

el sentido que le imprime, por la estela de pasiones que no se detiene, sino que desentraña el alma, nutre el espíritu cotidiano, refleja el diálogo entre dos siglos.

La primera etapa corresponde a los títulos publicados entre 1960-1980: Siete poemas La tierra está sonando Cantares de Vela , Soles y Qué es lo vivido ; el segundo periodo es de los últimos 20 años del siglo XX para llegar a títulos como Las palabras , Fluir , Tornasol , Fugitivo paisaje , Oleajes , Íntimos huéspedes y Asombraluz donde existe asombro, vibra o sale a relucir el infinito poder de su exploración del idioma: siempre aborda temas cotidianos de la vida.

La unidad de las palabras la manifiesta con estilo muy personal: “Cómo arden, arden / mientras van a morir… / las palabras. Leñosas o verdes palabras”. Así, escribe con solvencia natural, se conduce por la voz, los espacios y silencios, por nombrar la soledad, el amor o se permite recuperar la forma prodigiosa de los recuerdos de la infancia. También nombra temas como la muerte, el instante de la vida o registra detalles que se encaminan a los recuerdos, van hacia la salida de la casa. Sucede el escenario de la ciudad que la vio nacer, la ciudad a la que finalmente la llevan con su familia de meses y ya por

su cuenta vive en otra ciudad distinta a la que la vio nacer y de ésta nutre su escritura. Desde luego, la ciudad donde finalmente se queda a vivir es distinta a donde nació y en la recta final de su vida se permitió rehacer la celebración con el verso por temas como el amor, la muerte, la soledad: “Todo está bien: / no mintieron los rostros de las cosas, / sólo sabían brillar / en su secreta forma de caer, / sólo sabían decir: / es así, así es, / mientras acrecentaban su caída, / se hacían ovillo, / y en su acomodo hablaban en voz baja / de lo que hubieran querido ser”.

Celebrar a Dolores Castro es recordar que nació el 12 de abril y que se cumplieron ya 100 años de su nacimiento y bajo el título Viento quebrado se recobra la presencia de quien sigue resplandeciendo por la poesía como si fuera un sol; y es la autora que escribió sueños y los encaminó al encuentro de su presencia en tradición de la poesía mexicana, pero destacando su lugar junto a autores de una generación peculiar como la de Rosario Castellanos, Margarita Michelena, Jaime Sabines; así como la de Jaime García Terrés, Rubén Bonifaz Nuño, Alejandro Avilés, indistintamente, todos o separados, por afinidades o por grupos, marcaron un antes y un después en la tradición de la poesía mexicana.

6 Por Rafael Calderón
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/// Dolores Castro Varela (12 de abril de 1923-30 de marzo de 2022). Foto de su archivo familiar.

Arte

Con el hechizo de abril

6Por Álvaro Luis López-Limón

Abril es el mes más cruel.

Podríamos estar de acuerdo o no con la crueldad del mes de abril, quizá porque engendra lilas de la tierra muerta, o porque sólo sea comparable a la tiranía del mes de mayo. Un mes que dejó baldío al sueño; como ese miércoles en que se expuso una realidad que nos obligó a mirar más allá, a colocar los ojos en las manos. Falló la evaporación lenta, ha muerto Leonora Carrington. O es que, soñamos su muerte, o sin saberlo somos el sueño, la pesadilla de los otros, espectros, o quizás, la danza permanente con que sueña la tortuga.

Decía Bachelard, en su poética del espacio, que “[…] todo espacio habitado contiene la esencia del concepto de hogar, […] la casa no sólo se experimenta a diario, al hilvanar una narración o al contar nuestra historia, sino que, a través de los sueños, los lugares que habitamos impregnan y conservan los tesoros del pasado”. En la edificación de sí –a través de The House Opposite–, Leonora revela fragmentos, trazos que convocan nuestra atención:

Primero, nos muestra el deseo infantil de tener consigo a Tártaro

6Por Verónica Murillo Gallegos

Filosofía

A80 años de la Historia de la filosofía en México de Samuel Ramos ya era momento de repensar a la filosofía mexicana. Del 21 al 24 de marzo de 2022 se realizó el primer congreso internacional de filosofía mexicana en la ciudad de Toluca, gracias a la iniciativa de Luis Aaron Patiño y bajo el hospicio de la Universidad Autónoma del Estado de México. Con un total de 8 conferencias magistrales y 193 participaciones, predominaron las ponencias dedicadas al siglo XX, seguidas en número por temas de filosofía de los pueblos originarios y asuntos de historiografía e historia de la filosofía mexicana; a esto se sumaron mesas dedicadas a la filosofía novohispana, del siglo XIX, filosofía y género y las presentaciones de la revista Tlamelaua y de la Red Mexicana de Mujeres Filósofas. Fuerte fue la presencia de distintos grupos de estudio: el Seminario Permanente de Filosofía Mexicana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, el Seminario de Historia de las Ideas del Centro de Investigación de América Latina y el Caribe de la UNAM, el Observatorio Filosófico de México, el Seminario de Pensamiento en Español y el grupo de Estudios Transdiciplinarios sobre Filosofía y los Problemas de la Realidad Mexicana de la UAEMEX, a los que se sumó el grupo Mexican-American Philosophy Constatamos que se realizó un importante un ejercicio filosófico, de diálogo y debate, de propuestas y preguntas entre

—su caballo— para que la lleve a recorrer el universo. Desde lo más profundo preparan una pócima para un personaje que yace aparentemente muerto. Muestra un proceso, permite un nuevo mundo en el que dos mujeres –acompañadas de un gato– invitan a conocer los misterios de la alquimia. El padre ya no está representado en la pintura, sólo hay una silla vacía, un lugar que nadie ocupa. Leonora, la eterna niña, ha devenido mujer. Segundo, el cuadro elimina la fachada del hogar y se desnuda la estructura interna del edificio, su intimidad. Con

el corte trasversal del edificio convierte las habitaciones en celdas o mundos de experiencias, expuestos a miradas extrañas, desvelándonos sus secretos. Tercero, lo de abajo equivale a lo de arriba: se expone lo que tienen lugar bajo el techo, en el ático (lo de arriba); mientras la cocina (lo de abajo) refleja la vertiente más convencional y rígida del padre, ya que en el comedor se ubica –a la cabeza de la mesa– en el lugar preferente, un personaje –no presente–que se expresa en forma de sillón a rayas, un comensal ocupa el centro de la escena, es una figura femenina en plena

metamorfosis, a punto de convertirse en caballo, se impone Leonora. Así, como en esta obra, Carrington consumió sus deseos, tragó el canto de los pájaros, los laberintos y sus hojas, hizo suya la piel de la oveja y sus fantasmas, comió flores, sangre y soledad, disfrutó la crin de los caballos. Leonora no es una poeta sino un poema que camina. El ruiseñor la vio sentada en la piedra del manantial, fascinada, murmurando la canción del viento –esboza una sonrisa que se disuelve– en un viaje nocturno, y tal como nosotros, acompañada por el hechizo de abril

Filosofía mexicana, primer congreso

–y con– los estudiosos de la filosofía más reconocidos en nuestro país…. Sin embargo, presentes estuvieron los ecos de aquella cuestión que aún hoy ha inspirado numerosas páginas: ¿existe la filosofía mexicana? ¿Hay algo que pueda llamarse

así? ¿No se trata más bien de una “filosofía en México”? Cuatro días con hasta 4 mesas simultáneas dan cuenta de que hay filosofía mexicana, pero, aun así, conviene plasmar en esta nota el cuestionamiento lanzado por Guillermo Hurtado al ahora

presidente de la Asociación Filosófica de México, Aureliano Ortega Esquivel: ¿existe una filosofía mexicana o la inventamos? Tendiendo “al lado oscuro”, en palabras de Ortega Esquivel, la respuesta fue “nos la inventamos, pero ya inventada, hay que hacer algo con ella”. Y es que, debemos decir, la filosofía no se hace sola, no es algo que esté ahí esperando por nuestra atención, por el contrario, es algo que sucede a propósito del mundo y porque hay quien reflexiona sobre sí mismo y lo que le rodea. El presidente de la AFM afirmó en su participación que se requiere una filosofía de la historia de la filosofía mexicana para ir más allá del análisis del archivo filosófico y sus interpretaciones, para considerar el tipo de mensajes filosóficos y confrontarlos con su contexto, para realizar un examen crítico de la filosofía que valore y desmitifique sus figuras y la validez de sus conceptualizaciones. Un ejercicio que concentró las inquietudes de un buen número de ponentes: analizar la producción filosófica sobre y en nuestro país y revisar las categorías que se han aplicado a la filosofía en México.

LA GUALDRA NO. 571 // 24 DE ABRIL DE 2023 8
/// Leonora Carrington. The House Opposite. 1945.

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La Gualdra 571 by La Jornada Zacatecas - Issuu