La Gualdra 547

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“Su pluma ágil y afilada, a ratos, explica de manera amigable y digerible los detalles de un autor que no ha dejado de decirnos cosas con todo y sus más de 100 años. Marco Antonio incluso encuentra espacios para bromas e ironías, siempre elegantes, por supuesto. Sé del gran trabajo que realizó Marco Antonio durante varios años y, aunque él afirme que los hallazgos fueron productos del azar, estoy segura de que ese azar fue ayudado por el enorme acervo y facilidad para la escritura que tiene. [El Diccionario Lopezvelardeano] Se trata de una lectura, un acercamiento y un estudio íntimo y personal, como lo es la misma obra velardeana, pero es que ¿hay otro modo de acercarse a la poesía? No hay una lógica racional para explicarla”. Zoar Román

Antonio Campos,

SUPLEMENTO CULTURAL NO. 547 /// 17 DE OCTUBRE DE 2022 /// AÑO 11 DIR.
JÁNEA ESTRADA
LAZARÍN
Marco Antonio Campos en el Cerro de la Bufa, en Zacatecas. 13 de octubre de 2022.
[Más sobre la presentación del Diccionario Lopezvelardeano, de Marco
en páginas centrales]

No.

La

Un 17 de octubre como hoy, pero de 1926, se publicó en la Revista de Revistas que había sido develada una placa en el cerro de la Bufa en homenaje a Ra món López Velarde. Dice Bernardo del Hoyo Calzada, que tras ser suspendidos los Juegos Florales “al primer lustro o cinco años de la muerte del poeta, en Zacatecas, se volvieron a realizar, ahora en homenaje al Poeta don Ramón Ló pez Velarde, que falleció en 1921, y en el año de 1926, dentro de los festejos al poeta jerezano, se labró una placa en el crestón del cerro de la Bufa”;1 Del Hoyo Calzada dice además que esto se llevó a cabo el día 30 de septiembre y que el gobernador del Estado en aquel en tonces, Fernando Rodarte, “invitó a los amigos de Ramón López Velarde para hacerle un homenaje en la Bufa y en Je rez. Entre los invitados vinieron a Zaca tecas desde México en un Pullman a los siguientes: Rafael López, Nicolás Rangel, Alfonso Toro, Juan de Dios Bojórquez, Manuel Horta, José D. Frías, José de Je sús Núñez y Domínguez, Ernesto García Cabral, Jesús López Velarde (hermano de Ramón), Guillermo López Velarde (también Hermano de Ramón), Enrique Fernández Ledesma, José Vázquez, Je sús B. González y José Martínez Casta ño, que fueron declarados huéspedes de honor de la ciudad zacatecana”. 2

De ese acontecimiento conmemo rativo me enteré primero por el poeta Marco Antonio Campos, quien ya en al guna ocasión me había preguntado si yo sabía dónde exactamente se encontra ba la placa mencionada; supuse que se encontraba en el área del Mausoleo de las Personas Ilustres de Zacatecas, mo numento situado en ese cerro y edifica do en la década de los años sesenta del siglo pasado, pero no tenía la certeza. Marco vino a Zacatecas el pasado 13 de octubre a presentar su libro el Dicciona rio Lopezvelardeano en la Petroteca de San Agustín, y aprovechando su visita fuimos a La Bufa.

Nos subimos al Teleférico en la es tación del Cerro del Grillo alrededor del mediodía, para ver los murales del Museo del Cielo que han sido instalados en la primera etapa; cuando llegamos a la otra estación, Marco, entusiasmado y provisto de calzado cómodo y gorra de la UNAM, volvió a retomar el tema de la placa. Avanzamos hasta donde están las esculturas monumentales de Pancho Villa, Felipe Ángeles y Pánfilo Natera y ahí comentó que no entendía el por qué, pese a lo que la historia dice, un hom

bre como Natera estaba en ese sitio. El sol resplandecía. Cuando acordamos, ya estábamos en camino para tratar de encontrar la placa. Está un poco lejos, le dije, pensando que tal vez desistiría, pero avanzó mientras recordaba que a este lugar solía venir desde la década de los 70 acompañado de otros poetas a invitación de José de Jesús Sampedro.

La subida es pesada, pero la plática definitivamente hizo que el trayecto se hiciera corto. Llegamos al mausoleo y empezamos a buscar. No encontramos nada alusivo a López Velarde. “¿La ha brán quitado? Si era de bronce existe la posibilidad de que se la llevaran para venderla”, me dijo. Nos quedamos un rato ahí para constatar que nombres de artistas hay muy pocos en ese sitio destinado a quienes son considerados “ilustres”, vimos la placa de Genaro Co dina y la de Candelario Huízar, y nos sorprendió que solo identificáramos el de una mujer, Beatriz González Ortega; los demás son nombres de políticos.

Quizá sea el tiempo de actualizar la in formación, pues tener ahí los nombres de Julio Ruelas, Francisco Goitia, Se vero Amador, Amparo Dávila, Severino Salazar, Enrique Fernández Ledesma, Manuel M. Ponce, Tomás Méndez, Pedro Coronel, Rafael Coronel y Manuel Fel guérez, por lo menos, sería lo justo. Regresamos muy asoleados, un tanto desilusionados por no haber encontrado la placa, pero por la noche, ya en la pre sentación del Diccionario…, Víctor Hugo Ramírez Lozano nos aclaró que la pla ca permanece ahí, a unos metros hacia arriba del mausoleo, incrustada en la piedra del cerro y que está medio oculta por el liquen y los estragos del tiempo. Marco dijo: “Regresaremos a buscarla”. Y seguramente así será, ojalá que para en tonces la placa esté limpia y pueda ver se sin dificultad; ojalá también que las autoridades correspondientes, además de darle mantenimiento, se convenzan de actualizar los datos del mausoleo y consideren a los artistas que durante su vida representaron a Zacatecas con ho nor y dignidad.

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

1 Ver: Del Hoyo Calzada, Bernardo, “1926. Primer Homenaje a Ramón Ló pez Velarde en Zacatecas”, en: http:// www.cronistasoficiales.com/?p=105963

2 Ídem.

Directorio

Contenido

Movilizar el conocimiento

Por Joel Flores

Diccionario Lopezvelardeano, de Marco Antonio Campos

Por Zoar Román

La memoria y el olvido: 2 de octubre

Las muertas, de Jorge Ibargüengoitia

Por Miguel Ángel de Ávila González

Jaques Lacan: la alteridad del sujeto en los umbrales entre filosofía y psicoanálisis

Por Sigifredo Esquivel Marin

La decisión de Ricardo: capítulo extra

Por Armando Salgado

Jánea

2 LA GUALDRA NO. 547 /// 17 DE OCTUBRE DE 2022 /// AÑO 11 547
Gualdra
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores. Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
Editorial
Por Laura Gemma Flores García
4 7 8 6 5 3

Existe

una historia que suele ser utilizada para caricaturizar la desvinculación entre la promoción de los resultados derivados de la ciencia y las comunidades que la necesitan conocer: en un coloquio donde se ha bla de robótica solo se encuentran sentados en la primera fila del auditorio un hombre y una mujer. En la mesa de presentación conversan sobre el libro el autor y su presentador. Lo hacen sin ponerle mucha importancia al poco público, pues creen que la robótica no es un tema atrac tivo para todos, y se esmeran por conquistar a los dos personajes.

Al terminar, como un gesto de cortesía, el autor les agradece por haberse interesado de principio a fin en la charla. La pareja, sin em bargo, responde algo apenada. En realidad, se quedaron porque ellos son los siguientes en pre sentar otro libro. Como el auditorio continúa va cío, al autor no le queda de otra que responder con la misma cortesía y quedarse a escuchar la presentación. Esta historia, además de cómi ca, es común en coloquios literarios, históricos y científicos: la movilización del conocimiento derivado de una investigación y puesto en un libro, un artículo, una ponencia, lamentable mente no siempre traspasa la frontera de las comunidades académicas, se hace, para ganar certificaciones, títulos o para citarse entre co legas.

Pareciera que en los niveles de licenciatura y posgrado en México, donde la escritura de una tesis es requisito para obtener el título, se obliga a crear investigación como un trámite donde el alumnado obtiene un grado escolar y no como un ejercicio intelectual necesario que detec ta problemas de distinta índole y en distintos ámbitos y explora soluciones, pues en la gran mayoría de los casos esas investigaciones, una vez realizadas, no alcanzan a llegar al público que necesita utilizar el conocimiento obtenido a través del método científico.

Muchas veces esos resultados suelen ser usados por las universidades desde lo cuantita tivo para demostrar que es candidata, frente a las instituciones que otorgan recursos públicos, para obtener una certificación de calidad por el número de sus tesis terminadas y alumnos titu lados, y no por el impacto que pudieron haber tenido en el sector donde conviven los agentes de cambio. De manera que a las universidades se les valora por el volumen de tesis troquela das por sus alumnos, como en las maquilas de la frontera del país, y no por la aportación cien tífica como utilidad de cambio en la sociedad.

Más allá del juicio que dice que la robótica, la literatura o la historia no es atractiva para todos, es pertinente preguntar: ¿es necesario

que los estudiantes sigan escribiendo investiga ciones muchas veces realizadas bajo un cúmulo de información que ya se encuentra ordenada y presentada en otras investigaciones?, ¿de verdad la única utilidad de hacer ciencia en las universidades es para obtener un ascenso labo ral?, ¿en realidad sirven de algo los repositorios académicos o son un cementerio de tesis?; sea mos brutalmente honestos, ¿quién, fuera de las tareas universitarias, abre repositorios como si fueran redes sociales y consulta las investiga ciones?, ¿cómo hacer, pues, para que el cono cimiento extraído y articulado con el método científico cobre un significado en los otros?

No hace tanto llegó a mis manos un concep to-herramienta que me voló la cabeza. Knowled ge Mobilization o KM, por sus siglas en inglés; fue creado en 2004 por el Consejo de Investigación de Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá (SSHRC) para hablar de los esfuerzos por elimi nar la distancia entre la producción de conoci mientos de las investigaciones escolares, sus re percusiones prácticas y los agentes de cambio; se enfoca en el resultado de las investigaciones para llevarlo a quienes toman las decisiones en las políticas públicas; y se entiende como los canales que dejan “el conocimiento listo para la acción y su intervención mediante interlocuto res” (Levesque, 2009, p.135).

Algunas estrategias de difusión de cono cimiento que recurren a la tecnología pueden visualizarse hoy en día en las páginas de las

universidades de Canadá, como York University. Los investigadores del doctorado de Environ mental Studies, por nombrar un ejemplo, expli can, a través de un video publicado en YouTube, pero insertado en la página de la universidad donde se informa la oferta de estudio, el pro yecto de investigación que están trabajando, por qué lo comenzaron, qué esperan de él, así como los resultados de los que han realizado anteriormente. La explicación recurre al voca bulario apto para dar a entender la ciencia y sus hallazgos como una herramienta necesaria en la sociedad, para que la comunidad intere sada en estudios ambientales sepa qué temas se trabajan en ese posgrado y para que el flujo de conocimiento creado por los académicos de York University sea público a través de canales accesibles.

Otro ejemplo de movilización, sobre todo de historias de vida, es Radio Ambulante (ra dioambulante.org), una página web que difun de las historias de América Latina y ha creado una comunidad en redes sociales que estudian y comentan las problemáticas que enfrentan los hispanohablantes en Estados Unidos. Ra dio Ambulante es dirigido por el escritor Daniel Alarcón, quien en su trayectoria tiene un libro de cuentos y una novela que escribió en su ju ventud, y un equipo amplio de periodistas, mú sicos y editores. El programa tiene al aire más de doce años y en su haber se encuentran más de doce temporadas conformadas, cada una,

hasta por diez podcasts y uno de sus objetivos es que el mundo conozca lo que son las histo rias personales de la gente que habita distintos lugares de Latinoamérica o cómo es la vida de los latinoamericanos al vivir como migrantes en países norteamericanos.

Movilizar el conocimiento Educación

Otra plataforma digital es Reciclarse en la Ciudad (reciclarseenlaciudad.com) hecha en Oaxaca por María Ávila y en Toronto por Ale jandro Zamora. Este portal está patrocinado por York University, Glendon College y Global Affairs Canada. Tiene como objetivo recuperar las historias de quienes utilizan la bicicleta en las calles de México como medio de transporte y como vehículo que los ayude a recuperar los es pacios públicos y viales, es decir, los realizado res se trasladan en su día a día en bicicleta sus puntos labores y parte de su credo es pedalear cantando: “una bici más, un carro menos…”. El proyecto nació en 2021 con el motivo de ense ñar a la comunidad a crear crónicas sobre sus historias en bici, por ello reúne testimonios de personas, entrevistas a ciclistas, para crear “un espacio narrativo comunitario de libre acceso en torno a la bicicleta […] y reunir un conoci miento colectivo […] y vivencial de todo lo que significa andar en bici en diferentes ciudades” (Zamora, 2021). Las voces que integran el pro yecto y andan en bicicleta han sido recolectadas a través de un trabajo etnográfico realizado en distintas comunidades de México por Zamora y Ávila, y las ponen de manifiesto en una plata forma digital que funge como un ecosistema de ciclistas que recuperan su espacio interior y pú blico al pedalear. Las más recientes hablan de Tijuana la bárbara.

Movilizar el conocimiento es crear un puen te entre los hallazgos científicos y las comuni dades, los actores de cambio en las políticas pú blicas. En la ciencia no hay verdades absolutas, pero hay un argumento que debemos reconsi derar una y otra vez: “si el trabajo de los inves tigadores no se moviliza, no sale de su espacio de producción [...] estos no merecen llamarse investigadores. Todos los hallazgos deben tener como fin último impactar en la práctica, gene rar cambios sustanciales, despertar acciones y superar los paradigmas establecidos” (Perines, 2016, p. 150).

Joel Flores es un escritor zacatecano que se inte resa en la tecnología, la historia y el senderismo.

Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México y vive en la frontera más transitada del mundo, Tijuana. Sus libros han ganado los premios Juan Rulfo para primera novela y el Certamen Internacional Sor Juan Inés de la Cruz; también ha sido reconocido por la FIL de Guadalajara como uno de los escritores más representativos de Latinoamérica.

6 Por
/// radioambulante.org /// Ciclistas de Oaxaca. Fotografías de Vidal Pineda y Adriana Chávez. En reciclarseenlaciudad.com. 17 DE OCTUBRE DE 2022 3

Libros

Diccionario Lopezvelardeano, de Marco Antonio Campos

Por Zoar Román

“Hace unas horas leí la última de las defini ciones de tu diccionario, y debo decirte que no recuerdo cuándo fue la última vez que disfruté tanto de una lectura teórica.

Lo leí a pausas, en los ratitos libres que he tenido en estos meses. Pero me gustó leerlo así. Me daba tiempo de reflexionarlo, de retomar a Velarde, de disfrutarlo.

Me encantó, me hiciste reír y casi llo rar. Aprendí mucho y me hiciste repasar cosas.

¡Ah! Y reí a carcajadas con tu historia sobre la viuda declamadora.

Agradezco infinitamente que me hayas hecho llegar un ejemplar, de verdad.

P.D. Especialmente hoy, se siente una frial dad unánime en el ambiente”.

Este

es un correo electrónico que es cribí hace poco más de un año, el 19 de junio de 2021. Decido compar tirlo hoy con ustedes primero, por lo genuino que es (se trata de un correo escrito con la emoción de la lectura re cién terminada) y porque creo que uno se acerca al arte y a la literatura desde lo personal y lo íntimo, en especial a auto res como López Velarde y Marco Antonio.

Aproximarse a Ramón López Velarde requiere delicadeza y sensibilidad, escru pulosidad y persistencia, pues la poética velardeana es compleja: por su intertex tualidad, por la tradición que le precede (y toda la que le sucede), por el léxico rico y en ocasiones rebuscado (al menos para nosotros), porque demanda un es fuerzo activo del lector. El poeta obliga a una lectura comprometida, por su dificul tad, pero también muy íntima, como con quien compartiéramos secretos. “A López Velarde le interesaba escribir una poesía conversada y sincera” (Marco Antonio Campos, El tigre incendiado).

La lectura de Velarde se siente y cala hondo porque al confesarse él, somos nosotros quienes terminamos descu briéndonos. Los grandes poetas logran establecer intimidad porque no solo nos revelan al mundo, sino partes (muchas veces ocultas) de nosotros mismos. Es por ello que vale la pena el esfuerzo.

Tal vez esto explique por qué no se ha agotando en 100 años; uno pensaría que después de tanto se ha dicho casi todo sobre la vida de alguien, tantos estudios e investigadores no pueden ser en vano. Y, sin embargo, luego de un siglo, el au tor continúa despertando tanto nuestro interés literario como nuestra curiosidad por husmear, pensemos en la cantidad de publicaciones del 2021, en el centenario luctuoso, entre ellas, por supuesto, este Diccionario Lopezvelardeano que hoy nos reúne aquí.

No nos culpo, pues incluso con todos los análisis sigue habiendo misterios sin esclarecer y, aun con todas las investiga ciones, la vida misma de este autor nos guiña el ojo y nos incita a sospechar, sus versos siguen calando en el alma o supo niendo un enigma sin resolver. Es como si tanto su obra como su vida invitaran a la charla perpetua, una que se inició con el poeta vivo, que se intensificó con su muerte y que ha permanecido des

pués de que los primeros en el diálogo se marcharon. Se trata de una conversación transgeneracional.

Ramón López Velarde es hoy el punto de confluencia de Marco Antonio, Jánea y yo, pero también lo ha sido de Villaurru tia, Paz, Neruda, de Canfield, así como lo es de Fernando Fernández, de Israel Ra mírez y, por supuesto, de David Huerta y de Blanca Estela, a quienes estoy segura de que recordamos con cariño. Nuestro

punto de encuentro (de choque, debería decir, por lo que logra mover en nosotros) ha sido el poema. ¿Qué ha hecho Velarde de nosotros?

Y es que Velarde no es solo alguien im portante, es alguien trascendente y esen cial, es universal porque construye desde su lugar en el mundo, pero entendiendo el resto del mundo. Instaura una poética con su obra, y una mítica con su vida. Esta es justo la relación que explora el Diccionario lopezvelardeano de Marco An tonio Campos Álvarez. La conexión que establece entre la vida y obra de Velar de no es nueva, pero hacerlo de manera tan crítica a la par de sugestiva sí lo es. Parte de la obra hacia su vida y al revés, pero nos recuerda que la obra poética no es la vida del autor, aunque haya vasos comunicantes entre ambas, y es que con cebimos al arte como una consecuencia directa de la vida, ¿y si fuera la vida con secuencia del arte?

Marco Antonio entrelaza la obra con la biografía de una manera tan documen tada, que las suposiciones que se atreve a hacer se vuelven casi verdades, lo que llama la atención al tratarse de un autor rodeado de misterios y leyendas. Y cuan do decide no obsequiarnos sus hipótesis, se asegura de dar todos los datos que ne cesitamos saber para atar cabos y sacar conclusiones propias.

El Diccionario es un excelente texto que guía sobre al menos 49 entradas/térmi nos velardeanos (42 si quitamos 7 casi minucias curiosas), pero también sobre otros estudios. Afirmo que son al menos

6
LA GUALDRA NO. 5474
/// Marco Antonio Campos Álvarez. Petroteca de San Agustín. Zacatecas, 13 de octubre de 2022. Foto del IZC.

49 porque evidentemente de esas casi 50 entradas se desprenden otros puntos y vertientes.

Puede incluso funcionar como esta do de la cuestión de varios temas por el recuento que se hace sobre quién los ha tratado antes. Por ejemplo, Marco Anto nio realiza un recorrido rápido y preci so sobre la influencia o falta de esta de Baudelaire para con el zacatecano. Da seguimiento a la relación con Madero, su compleja amistad con Saturnino Herrán (quien por cierto es el autor de la pintura que acompaña a la portada), incluso hace un recuento de las divas aparecidas en la obra velardeana. Habla también sobre la admiración que Neruda le profesaba al poeta, pero lo hace desde una perspec tiva crítica, dudando de las inexactitudes del chileno, cuestionando si se trató de equivocaciones o de socarronería.

No toma los conceptos que uno en contraría obvios, como Modernismo, por mencionar alguno, pero sí los infaltables como nacionalidad y Madero, olfato, Bau delaire, Margarita. Y, algo que me parece maravilloso, toma también datos que son

casi curiosidades, pero son justo estas las que nos acercan tanto al poeta y vuelven la lectura infinitamente amena. ¿Se ima ginan un diccionario que no define sino a partir de emociones y anécdotas para dejar de lado lo acartonado y desperso nalizado del nombre masculino/femeni no singular/plural?

Agradezco el libro en 3 sentidos, se guro hay más:

Puede leerse en el orden en que nos dé la gana, pues es un diccionario.

Funciona como una colección de pe queños ensayos (a veces incluso de micro ensayos, si me permiten usar ese térmi no) que ahondan lo suficiente y están vastamente documentados, pero que no cansan, sino que nos dejan deseando más. Por otro lado, hay conceptos a los que les dedica menos de una cuartilla y con eso basta para interesar al lector.

Por último, y me parece que lo que más agradezco, es el tono con el que ex plica los temas, pues estudiar y desmenu zar a Velarde exige (mucha) disposición, energía, bagaje cultural, lecturas de refe rencia y un largo etcétera. Lograr integrar

todo lo anterior en su vasta complejidad y convertirlo en entrada de diccionario aparentemente simple, definitivamente no es tarea fácil.

Sin embargo, me parece que cuando nos topamos con un verdadero experto sobre un tema, con alguien que conoce a fondo algo, uno de los rasgos más carac terísticos será su capacidad de explicar ese conocimiento de la manera más sen cilla posible. El experto real, logra simpli ficar el tema (en el mejor de los sentidos) para hacerlo accesible a cualquier inte resado.

Traducir a un autor como Velarde, diseccionarlo tan concienzudamente y lograr aparentar que sus temas son fá ciles de abordar fue una compleja tarea que Marco Antonio logró con habilidad y pericia.

Su pluma ágil y afilada, a ratos, explica de manera amigable y digerible los de talles de un autor que no ha dejado de decirnos cosas con todo y sus más de 100 años. Marco Antonio incluso encuentra espacios para bromas e ironías, siempre elegantes, por supuesto.

Estas divertidas anotaciones acom pañan también la ardua investigación realizada por el autor. Sé del gran tra bajo que realizó Marco Antonio durante varios años y, aunque él afirme que los hallazgos fueron productos del azar, estoy segura de que ese azar fue ayudado por el enorme acervo y facilidad para la es critura que tiene.

Se trata de una lectura, un acerca miento y un estudio íntimo y personal, como lo es la misma obra velardeana, pero es que ¿hay otro modo de acercarse a la poesía? No hay una lógica racional para explicarla.

“Uno encuentra de súbito, sor presivamente, datos en autores que uno ha seguido con fervor, que no dejan de causar una incomodidad en el pensamiento y en el alma. El juez que expide el acta de defunción de Ramón López Velarde tiene mis dos apellidos: Campos Álvarez”. (Marco Antonio Campos, Diccionario lopezve lardeano)

(Y es que) me parece que cada que nos disponemos a hablar sobre López Velar de, la realidad nos regala gestos que nos lo reafirman y nos lo recuerdan. Gracias a las investigaciones de Marco Antonio, supe que Jesús, hermano de López Velar de cumplía años el mismo día que yo. Y estas coincidencias tan maravillosas que solo nos concede el mundo literario son pequeños milagros íntimos en esta rea lidad tan caótica que cuando uno se las encuentra en la literatura no se puede más que sonreír; y, por increíble o irreal que parezca, eso hace que nos sintamos aún más conectados con un autor con el que de por sí ya es muy fácil hacerlo.

Estas casualidades tan chiquitas y tan bonitas no hubiera podido descubrirlas sin el trabajo de Marco Antonio. Pues si tú no te hubieses puesto a investigar sobre el acta de defunción no te hubieras dado cuenta de la coincidencia de apellidos, si yo no hubiese leído el Diccionario lopezve lardeano no me hubiera enterado de la fecha de cumpleaños de Jesús.

Eso prueba cómo lo personal y lo sub jetivo no tienen por qué apartarse de lo académico y de la investigación formal. Por el contrario, este tipo de acercamien tos no hacen más que enriquecer la expe riencia lectora y es que, repito, a la poesía (y a la literatura y al arte) debemos apro ximarnos así, personal e íntimamente. Al menos, esa ha sido la manera en que yo he leído a ambos autores, pues son sus textos los que me invitan a hacerlo de ese modo.

Velarde es una presencia que no me abandona y comienza a estar acompa ñado siempre de Marco Antonio Campos. Hoy, agradezco, no solo el ejemplar que recibí hace un año, sino también la invi tación a conversarlo aquí.

Libros

*

Zoar Román es maestra en litera tura y apasionada velardeana. Le gusta nadar, ver series y leer. Este texto fue leído en la Petroteca del ex templo de

San Agustín el 13 de octubre de 2022 durante la presentación del Diccionario Lopezvelardeano, en presencia del autor.

17 DE OCTUBRE DE 2022 5
/// Zoar Román, Marco Antonio Campos y Jánea Estrada. 13 de octubre de 2022.

La memoria y el olvido: 2 de octubre Arte

Libros

¡Genocidio¡

¡Impunidad¡ Son adjetivos que acompañan a uno de los episodios más lastimosos de la historia de nuestra nación. Como respuesta a una manifes tación pacífica estudiantil que no era sino el eco de una gran revolución ideológica de los años 60, el poder del estado se volcó contra un grupo de manifestantes y sus familias en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco de la Ciudad de México, perpetrando el crimen más agudo del siglo XX y llevándose a 300 víctimas de muerte además de un nutrido grupo de encarcelados políticos. Era un 2 de octubre. A 54 años de su recuerdo no podemos dejar de recordar este acontecimiento para las generaciones venide ras.

Después de los hechos, las protestas ciuda danas y el dolor por la pérdida colectiva, a lo largo de los años solo nos quedó el recurso de una consigna: “2 de octubre, no se olvida”. Lite ratos, cineastas, dramaturgos, artistas plásticos, músicos e intelectuales se dieron a la tarea de recordar sistemática y fervientemente, de di versas formas lo sucedido.

Hace unos días, cuando paseaba por la turística ciudad de San Miguel de Allende en

6 Por Miguel Ángel de Ávila González

Guanajuato, tuve la oportunidad de conocer el trabajo de un artista mexicano que inevitable mente tocó mis fibras más íntimas. Se trata del fotógrafo Adam Wiseman, que exhibe Core, es pacio de arte y diseño; galería que aloja obras de grandes artistas y fotógrafos internacionales.

Adam Wiseman nació en la ciudad de México en 1970, vivió en Nueva York, Escocia y Brasil. Su úl timo proyecto se titula Arquitectura libre (2020), pero en 2014 creó Tlatelolco Disproved (Tlatelolco Desmentido). El diplomado en fotoperiodismo promovió una empatía con los habitantes de

algunos edificios -entre ellos los de Chihuahua y Zacatecas del conjunto Tlatelolco- realizando un taller donde los habitantes participaron en un estudio visual con el prendido y apagado de sus departamentos simultáneamente, logrando un impacto visual y creando un paisaje urbano que testifica cómo los residentes se han adap tado a la memoria de la tragedia.

La pequeña maqueta exhibida en Core co rresponde al edificio Zacatecas y en una mi núscula caja se aloja la memoria digital de las tomas intermitentes que mediante algoritmos muestran el rejuego de luces y oscuridades de las ventanas de los edificios. Esta pequeña muestra del conjunto habitacional de 102 edi ficios, solo es un suspiro de aquella zozobra que vivimos muchos mexicanos en la década de los 60, que se repitió en 1972 y que volvió a cimbrar a los habitantes en el terremoto de 1985.

Con este proyecto visual Adam Wiseman muestra que las cicatrices del 2 de octubre re suenan aun en nuestra memoria colectiva, en donde los derechos humanos violentados tanto por las notas del poder, como de nuestros pro pios hermanos siguen lacerando las entrañas de un México sin rumbo. Hoy, a más de medio siglo de lo ocurrido, es necesario reflexionar si esa nación es la que merece el ciudadano co mún que todavía despierta convencido de que no hay opción: “La mañana debe seguir gris”.

La

novela comienza relatándonos el largo y cansado camino que recorren Serafina Ba ladro, el capitán Bedoya y el Valiente Nicolás hasta una panadería ubicada en un pequeño pue blo. Una vez que han alcanzado su destino, se des ata literalmente un infierno para los dos ocupan tes de la panadería: una balacera y un incendio.

El dueño de la panadería es Simón Corona, antiguo amante de Serafina, quien la ha reco nocido y así informa a la policía. Simón confesó a los oficiales parte de los crímenes de las her manas Baladro, en los cuales él tuvo participa ción; narra cómo las ayudó a abandonar en una barranca el cuerpo de una joven quien había muerto en extrañas condiciones.

Las cantinas de las hermanas Baladro eran solo la fachada del verdadero negocio: las mu chachas que prostituían. Conseguían a las jó venes yendo a los pueblos más cercanos, bus caban a muchachas que necesitaran trabajar como empleadas domésticas y bajo engaños les decían a los padres que les enviarían dinero; estos accedían y cuando se llevaban a sus hijas, las familias nunca más volvían a saber de ellas. Al llegar a la ciudad, las hermanas Baladro obli gaban a las jóvenes a prostituirse.

Los burdeles de las hermanas Baladro se vieron afectados al tomar posesión el gober nador Cabañas, quien pretendiendo llegar a “la grande” y con un afán de “hacer bien las cosas”, elaboró un plan de trabajo en el cual prohibía

Las muertas, de Jorge Ibargüengoitia

la prostitución en el estado de Plan de Abajo, clausurando todos los negocios de las Baladro y dejando como único negocio la cantina llama da “México lindo”, gracias a la ayuda del capi tán Bedoya, quien intervino para que no fuera clausurada.

Después de un tiempo asesinan al hijo de Arcángela, situación que provocó la clausura de la cantina. Arcángela, tras la muerte de su hijo, desquitaba su frustración con las pobres mu chachas, tratándolas de una manera inhumana, prohibiéndoles no solo salir a la calle, sino hasta de sus cuartos, la comida cada vez era más exi gua y las seguían obligando a trabajar de prosti tutas sin que el gobierno se enterara.

Luego, Arcángela decide comprar un rancho. La encargada de cuidar el lugar era Eulalia Bala dro, otra de las hermanas de Serafina, junto con su marido Teófilo. Arcángela utilizaba el rancho para enviar a las mujeres como castigo. Allí las trataban como animales.

Un día dos de las mujeres que fueron envia das al rancho planearon fugarse del lugar, pero en su intento fallido les disparan y mueren. Dos

Las hermanas Baladro creyeron que sus fe

chorías quedarían sin castigo, pero no contaban con que la venganza de Serafina hacia Simón descubriría toda la verdad. Al final de la historia las Baladro y sus cómplices terminan con penas que iban de los seis los cuarenta años de prisión.

Para la elaboración de la novela el autor se basó en los documentos de la procuración y administración de justicia, reportes policiacos y testimonios de las personas que participaron, a la manera de Truman Capote en A sangre fría; caracteriza el espeluznante proceso de “Las po quianchis” que se difundió en todo México, gra cias a la revista Alarma que hizo cundir el pánico entre todos los pobladores de nuestro país en la década de los sesenta, particularmente entre las familias más humildes. Narrada con ironía, sarcasmo y con mucho desenfado, la novela re vela la extorsión, el abuso de poder y el soborno en todos los niveles.

Jorge Ibargüengoitia, Las muertas, Editorial Joaquín Mortiz, decimonovena impresión, México 1988.

6
años aproximadamente las hermanas Baladro mantuvieron ocultas a las mujeres. En ese lapso llevaron a cabo múltiples crímenes.
* * *
LA GUALDRA NO. 5476
/// Adam Wiseman, Edificio Zacatecas

Jaques Lacan: la alteridad del sujeto en los umbrales entre filosofía y psicoanálisis

Desde

muy joven me acerqué al psicoanálisis. El psicoanálisis renueva la comprensión del ser humano, elucida sus penum bras y oscuridades. Me interesa Freud, su obra ensayística ha ingresado por mérito propio a las letras clásicas. Sus textos siempre sugerentes invitan a pensar nuestra humana condición. En particular, el último Freud, me parece de una agudeza notable. Por lo mismo cuando me dijeron que había un psi coanalista francés que había reinven tado de forma creativa el psicoanálisis de inmediato me puse a buscarlo.

Leí varias veces sin éxito los Escritos (México, Siglo XXI, 2009) de Jacques La can. Posteriormente me encontré con un breve ensayo titulado “De Descartes a Freud. La ciencia y el sujeto” de Daniel Gerber, en ese tiempo, década de los noventa, redactaba mi tesis en torno al sujeto cartesiano, el texto me fue útil al exponer a un Lacan lúcido, crítico e in teligente. Regresé otra vez a los Escritos con toda la paciencia del mundo. Desde entonces he leído un poco, de vez en vez, de forma asistemática, fragmentos o pasajes de los Seminarios (traducciónversión de Paidós y algunas otras que hoy circulan por la Web) y los Escritos claro está, de la mano de algunos co mentaristas y críticos.

Lacan es una de las figuras más con trovertidas del pensamiento francés. Su estilo críptico, ambiguo, áspero, di ficulta su comprensión y genera tanto filias como fobias a más no poder. Lo mismo se encuentra gente que le rinde pleitesía sin reservas como genio ver dadero, incluso –vaya exabrupto– más que a Freud, y otras personas lo atacan despiadadamente, como un charla tán, no sin razón, por su argumenta ción poco rigurosa, escasa formación matemática, lógica y filosófica; habría que leerlo con pinzas aplicando el arte nietzscheano del rumiar pacientemen te.

Autor que despierta amistades lea les y enemistades férreas, “El semina rio sobre La carta robada” se inscribe por derecho propio en las aportaciones nodales de la crítica estructuralista, junto a Jakobson y Barthes. Sus re flexiones novedosas sobre “El estadio del espejo” indagan la génesis del suje to y su relación con el otro. Asimismo, sus aportes sobre la triada de lo real,

lo imaginario y lo simbólico permiten repensar la relación del sujeto con el mundo de manera inédita. No obstan te, hay textos donde verdaderamente patina, hace interpretaciones arbitra rias que lejos de ayudar impiden ana lizar autores y problemas con justeza,

tal es el caso de “Kant con Sade”, ensa yo polémico que cuestiona y ataca un Kant inexistente, el pensador alemán no concibe la ética ni al sujeto moral desde la heteronomía (supremo Bien, sadismo, masoquismo y/o represión sexual o volitiva), todo lo contrario, el

sujeto kantiano es un sujeto libre, re flexivo y autónomo. No es la hetero nomía la que funda la moral kantiana sino la autonomía del sujeto, su ejer cicio y juicio ético. Tampoco la máxi ma sadeana de disfrutar del cuerpo del otro de forma impune e irrestricta se aplica a la universalidad del juicio éti co, puesto que el imperativo categórico es un juicio trascendental que se aplica a todos los sujetos humanos, de ahí su validez universal, el homicidio y la vio lación no sería aplicables puesto que su validez universal queda auto-refutada.

En todo caso, Lacan tiene el méri to de repensar el diálogo de saberes y disciplinas con audacia y valor. Lo que más aprecio es su invitación a conver sar libremente entre los umbrales del psicoanálisis y la filosofía, tejer puen tes de comunicación favorece una pro blematización del campo desde sus posibles líneas de apertura y ruptura. Nos invita a ver el psicoanálisis desde la filosofía y viceversa: el resultado es provechoso para ambas disciplinas, permite ver límites y posibilidades nunca antes avizoradas. Zizek –que no es santo de mi devoción– ha realizado interesantes y sugestivos análisis cul turales y políticos aprovechando dicho intercambio.

Por desgracia, más perjuicios que beneficios han hecho las parroquias lacanianas que se dedican a repetir acríticamente la palabra revelada del gran patriarca del psicoanálisis fran cés como si fuesen salmos o conjuros, al respecto he escuchado cientos de veces el mantra “el inconsciente está estructurado como lenguaje” y tantos otros más que terminan en un show histriónico, sin estar a la altura del –autonombrado– “El Góngora del psi coanálisis”.

Lacan tuvo el genio de anticipar muchas discusiones e ideas actuales. Su actualidad no reside tanto en sus planteamientos sino en el espíritu in quisitivo que traza nuevas relaciones y cartografías en su cruce fronterizo. Quizá su contribución más valiosa sea proyectar derivas fértiles para repen sarnos hoy a la altura de nuestra subje tividad contemporánea –según consig na suya reiterada. El desafío es pensar en compañía de Lacan, usando su obra como una caja de herramientas sitiada y situada bajo un campo minado, pelia guda tarea: desbrozar un camino viable entre bombas explosivas y arenas mo vedizas.

Filosofía

6 Por Sigifredo Esquivel Marin
17 DE OCTUBRE DE 2022 7 /// Jaques Lacan. Foto de Página 12.

La decisión de Ricardo: capítulo extra1

Salgado

Libros

Era

una tarde de calor donde las pla yeras se pegan por el sudor excesi vo. Decidimos subirnos al Octopus por lo mismo, ya saben, el árbol que Joana y yo trepamos con pericia y que ofrece buenos vientos. Además, na die husmea por ahí y se puede platicar a gusto. Sus ramas son una enredadera difí cil de dominar. Pregúntenle a Iván cuan do se cayó, desde entonces aprendió los trucos que son necesarios para treparlo. Ahora es uno de los pocos elegidos que conocen su altura. Como sea, les quiero contar algo que solo Joana sabe. Espero sean discretos porque ya saben cómo son en la escuela. Si alguien me descubre seré puré de papa.

—Ya cuéntame, qué es lo que quieres decirme —preguntó Joana.

—Es que… ahora que me dijiste que Patricia tiene el cepillo de dientes que yo le regalé, descubrí que soy importan te para ella, no sé, y eso me tiene medio ido. Le doy vueltas a todo, y quiero resolver esto que siento —dijo Ricardo con un tono chiveado.

—¡Insinúas que te gusta Patricia!

—Pues… sí. Y quiero regalarle algo, pero no sé.

—Ah, qué buena sorpresa. Iván me dijo que esto pasaría, pero no le creí. Mira, si el cepillo de dientes que le regalaste lo conserva como un gran trofeo; creo que cualquier otro regalo la hará feliz. A veces no importa el obsequio sino la intención.

—¿Crees? ¿Y si no?, ¿qué tal si espera otra cosa de mí?

—No te enredes, mira, tengo el rega lo perfecto. Recientemente me metí a un club de lectura con todo esto de la pan demia y están recomendando libros muy buenos de literatura infantil y juvenil, y leímos a una autora que tiene un mon

tonal de libros chidos, se llama Vivian Mansour. Su libro me está gustando mu cho porque rompe el hielo de las historias clásicas y tiene eso que llaman vueltas de tuerca.

—Suena interesante. No sabía que te gustaba leer, Joana.

—Ya sabes, la pandemia hizo que en contráramos nuevas habilidades. Igual también te gustaría leer, inténtalo.

—¡Va! Me animaré a leer. Además, sí le va a latir a Patricia porque ya sabes, es bien ñoña.

—No le digas así, porque en todo caso también yo lo soy y deja que le agarres el gusto a la lectura, serás un nerd devora libros.

—¿Y cómo se llama el libro que dices?

—Tiene dos títulos. Uno es “Había una vez, pero al revés”, y se lee de izquierda a derecha, como todos los libros. Pero… si lo volteas de cabeza puedes leerlo de nuevo y ya es otro. Ese se llama: “Cuentos de ca beza”, es genial, ¿no? Dos por uno.

—Suena descabellado.

—Te cuento que el otro día leí una re seña en internet. Deja la busco, aún tengo datos. Ya, aquí está. ¿Te la leo?

—Okay, okay, me estoy entusiasman do. A ver…

Una realidad invertida Por Armando Salgado

Vivian Mansour tiene un libro muy particular que es dos en uno. Se llama “Había una vez, pero al revés”, y cuando lo volteas de cabeza muchas historias invierten la realidad y cam bian de nombre a “Cuentos de cabeza”. Enton ces sucede la magia: en ambas partes, desde las ramas del árbol más alto, los cuentos jue gan con el vértigo de las posibilidades y, con la maestría de Vivian, encuentran un final di ferente al habitual. Esas vueltas de tuerca tan frescas como el agua fresca más deliciosa nos ponen de cabeza como lectoras y lectores, y es

súper interesante leer pasajes de otros cuentos alrevesados o, mejor dicho, enderezados, por que hay mucha justicia en todas partes. Por ejemplo: en el primer libro vemos a una bruja preocuparse más por su formación intelectual como periodista que por verse más bella, lo que mueve de lugar el estándar de belleza típica hacia las mujeres que por muchos años se re frendó en la literatura infantil. En los reajustes textuales de Vivian las cosas por fin tienen otro sitio para que de una u otra manera el mundo tenga más opciones de lectura, y así asuma mos nuevos riesgos al momento de elegir. Esto es tan importante en la formación de niñas y niños que están configurando diariamente su manera de ver el mundo, y con ello, la forma de vivir en él. Si se les enseña a que las mu jeres son vajilla de cristal y que deben de ser rescatadas del castillo por un príncipe azul, ¿qué tipo de pensamiento se modela en ellas? De igual manera, ¿qué tipo de estándares se gestan en los niños?, se les atribuye el papel histórico de salvadores restándole a las niñas la capacidad de elegir por sí mismas. Esto lo sabe muy bien Vivian y en el primer libro de su dos en uno lleva al límite distintos conflictos de cuentos clásicos para descubrir que una misma historia puede ser contada de forma distinta infinitas veces sin alterar el orden de la vida, al contrario, mejora su circulación. Me encantó además ver a una Blancanieves distribuyendo equitativamente las tareas domésticas con sus siete amigos enanos, a Rapunzel con pelo corto, a un príncipe valiente llorando a chorros la muerte de su caballo con lo que se reconoce que los niños y los hombres también podemos llorar y no dejar de ser valientes por tal moti vo; pero lo mejor fue cuando uno de los prín cipes por decisión propia: “dejó de vivir de los impuestos de sus súbditos y optó por trabajar para cumplir con las demandas económicas de su familia”, además de que: “Sus aristocráticas manos aprendieron a probar la temperatura de la leche de los biberones”. En el segundo libro de su dos en uno, Vivian refrenda escenarios totalmente cotidianos y con pericia nos cuenta

otra serie de historias inesperadas, donde la vida adulta mira hacia su interior y descubre a la niña o al niño que llevan dentro posibilitan do: arcoíris de refresco; una colección de Star Wars por fin completa gracias a un ladrón sen sible (te invito a que descubras por qué); los be rrinches de un director obsesionado por el color verde, o un jefe de policías que cansado de ser el detective prefirió ser el motivo de la búsque da. Si eres un adulto que quiere romper el tedio de la tarde, mover el gris del concreto que te rodea y recuperar parte de tu infancia perdida, te recomiendo este libro. Si eres una niña o un niño que quiere descubrir nuevas historias que fortalezcan tu corazón y ver a un futbolista oler su cobijita mientras es el astro del planeta, o leer cómo una maestra aprende cosas novedo sas de sus peques, este libro también es para ti. A veces solo hace falta estar un poco de cabeza para que esta realidad, a veces sosa, recupere su color original. Vivian Mansour es fenomenal al hacer posible todo esto.

—¡Wow!, pues suena muy bien. Le va a gustar mucho a Patricia. Y también lo compraré para mí. Gracias por la reco mendación Joana, me has salvado el día.

—De nada. Debes de aprender a con fiar en mí. ¿Cuándo piensas regalárselo?

—Iremos el cine este fin de semana. Aprovecharé ese día. Ay, estoy un poco nervioso.

—Súper bien. ¡Qué guardado lo tenías! Y calma, no es cosa del otro mundo sa lir con una chica, solo no metas los pies como Iván, eh.

—Je, pues, a ver qué pasa. A veces la vida te pone de cabeza justo como el libro que acabo de descubrir gracias a ti. Pero ya te iré contando qué show. ¡Gracias, Joa na!

1 Este texto se escribió a partir de los personajes de La decisión de Ricardo (2016), de Vivian Mansour, publicado por el FCE.

6 Por Armando
LA GUALDRA NO. 547 // 17 DE OCTUBRE DE 20228

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