La Gualdra 328

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 328 /// 26 DE FEBRERO DE 2018 /// AÑO 5

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Ibán de León. Foto de Ramón Castillo. “Entiendo que uno puede percibir la poesía lo mismo en la corriente de un río que en la pared de un cuarto de azotea. Está en la emoción que nos provoca el canto de los pájaros por la mañana”. Ibán de León es licenciado en Letras Hispánicas por la UAEM. Es autor de Oscuridad del agua (2012. Premio Nacional de Poesía Sonora 2011) y Estaciones nocturnas (2016. Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2014). En páginas centrales, una entrevista con él, realizada por Armando Salgado.


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LA GUALDRA NO. 328 /// 26 DE FEBRERO DE 2018 /// AÑO 5

La Gualdra No. 328

Editorial

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a semana pasada se llevó a cabo en Zacatecas el 6º Encuentro de Narrativa de Centro Occidente “Acordes de narrativa y música”, un encuentro de narradores que pretende generar el diálogo entre creadores y lectores, promover la lectura, despertar el gozo por vivir nuevos mundos -como bien lo diría BEF- a través de la literatura. Nuevamente entonces, concurrieron a esta ciudad escritores de la región provenientes de la Ciudad de México, Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Coahuila, entre otros. Inició con la presentación del suplemento del encuentro Desiertos intactos y con una conferencia magistral impartida por Roberto Pliego, quien planteó un Panorama de la narrativa actual en México y definió 4 territorios actuales de la literatura mexicana. Además de la lectura de obra que realizaron los escritores visitantes de la región mencionada, se presentaron los libros Perro de ataque de Darío Zalapa; La Monalilia y sus estrellas colombianas, de Nazul Aramayo; Monólogos de un niño inconforme, de Alfredo Padilla; One hit Wonder, de Joselo Rangel; y Figuras humanas, de Luis Jorge Boone. Asimismo, se llevaron a cabo conversatorios como el de Mujeres cuentistas, en el que participaron Gabriela Torres, Claudina Domingo y Lola Ancira, con la coordinación de Maritza M. Buendía; Joselo Rangel, Bernardo Fernández (BEF) -de quien presentaremos el número siguiente una entrevista- y Daniel Herrera, conversaron sobre Cómo narrar la música. Por su parte, Iván Ríos Gascón, Rogelio Garza y Felipe Rosete abordaron el tema de la Música y el periodismo en México; Jonathan Shaw y Eduardo Rabasa hablaron de Música, libros y tatuajes; mientras que Mariana H, Enrique Blanc y Eduardo Rabasa, sobre Música, narrativa y medios de comunicación. En el mismo encuentro se realizó un homenaje a Sergio González Rodríguez, en el que participaron Diego Rabasa, Roberto Pliego y Carlos Velázquez. Los talleres estuvieron a cargo de Antonio Ramos Revillas, Gabriela Torres Olivares, Rogelio Garza y Chema Arreola. La conferencia de cierre del encuentro fue dictada por Alberto Ruy Sánchez, quien habló, entre otras cosas, del papel fundamental realizado por el zacatecano Federico Sescosse en nuestra tierra.

Qué importante es que se le dé continuidad a este tipo de proyectos, que se siga invirtiendo en la promoción de la lectura. El encuentro de narrativa en Zacatecas contribuye a la difusión del trabajo de los escritores de la región y de los zacatecanos, que son muchos y cuya calidad habla por ellos mismos; dio inicio el 21 de febrero, justo cuando Amparo Dávila, escritora nacida en Pinos, Zacatecas, en 1928, cumplía 90 años. La maestra Amparo es una de las narradoras más notables de la segunda mitad del siglo XX en nuestro país. En Zacatecas se han hecho esfuerzos, nunca suficientes, por cierto, para promover su obra, para que los zacatecanos conozcamos su literatura. Como el Premio Nacional de Cuento Fantástico que llevaba su nombre y que sólo alcanzó dos ediciones, dado que el Ayuntamiento Municipal cambió y se consideró que no había manera de darle continuidad en el periodo actual. No hemos sido justos del todo en Zacatecas con la maestra Amparo. Hace cuatro años, en mayo de 2014, se colocó la primera piedra de un centro de lectura y formación lectora que llevaría su nombre. Al evento acudió ella, entusiasmada; la acompañaron -para la foto- el en aquel entonces gobernador Miguel Alonso Reyes; Gustavo Salinas Iñiguez, quien fuera director del IZC; y otros funcionarios. Ahí quedó la foto: nada más. La maestra Amparo sigue esperando que la construcción de dicho centro de lectura empiece. Hoy, hasta la piedra ha desaparecido. Y así, mientras lamentablemente las primeras piedras, los suplementos culturales como La Soldadera, los proyectos encaminados a promover la lectura desaparecen, ante la indiferencia de las instituciones públicas y privadas, yo le sigo recomendando que lea a nuestros narradores zacatecanos, como Juan Gerardo Aguilar (a quien mucho debemos la calidad y continuidad del encuentro de narrativa mencionado), a Joel Flores -escritor zacatecano radicado en Tijuana-, Alberto Huerta, Maritza Buendía, Gonzalo Lizardo, Pilar Alba, Oscar Edgar López, Tryno Maldonado, Severino Salazar, Gerardo Sampedro, y por supuesto, a la maestra Amparo.

Contenido Amparo Dávila, la escritura como pasión Por Maritere Espinosa

Contraposiciones Por Rolando Alvarado Flores

Y, de repente, la Naturaleza puso a la puerta de mi casa un volcán Por Mauricio Flores

Que disfrute su lectura.

Directorio

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Ibán de León Por Armando Salgado

El abrazo Por Carlos Flores Wikus Por Vicente Soriano Tlachi

Cuatro poemas Por Manuel Sauceverde

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Los premios de la Berlinale 2018 Por Carlos Belmonte Grey

¡Así no! Por Alberto Huerta Matinal Por Ibán de León Tantas fotos Por Pilar Alba

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

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5 6 7 8 9 10 11 12 Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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Amparo Dávila, la escritura como pasión t

Por Maritere Espinosa

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l cumplir noventa años la escritora y destacada cuentista Amparo Dávila recibe un merecido reconocimiento a su larga y productiva vida. Oriunda de Pinos Zacatecas (1928), poblado minero vinculado a la ruta comercial y económica conocida como Camino Real de Tierra Adentro, sitio donde vivió su infancia. Años más tarde sus padres se trasladan a San Luis Potosí, donde estudia y conoce la palabra escrita bajo la enseñanza de religiosas encargadas del colegio. En 1950 publica su obra poética Salmos bajo la luna y, cuatro años más tarde Perfil de soledades y Meditación a la orilla del sueño. En 1959 aparece Tiempo destrozado; en 1964 Música concreta, y Árboles petrificados, obra con la que gana el premio Xavier Villaurrutia, en 1977. De 1966 a 1967 fue becaria del Centro Mexicano de Escritores, Juan Rulfo y Juan José Arreola fueron sus tutores; y Salvador Elizondo, José Agustín, y Julieta Campos, algunos de sus compañeros. En su obra, la vivencia es un elemento imprescindible. En ella escribe sobre el escenario donde le tocó vivir su infancia, con sus características de pueblo minero y casi fantasma, que recrea con un delicado y sensible tono literario. La misma escritora lo refiere al declarar que “No creo en la literatura hecha a base de inteligencia pura o la sola imaginación, yo creo en la literatura vivencial, ya que esto, la vivencia, es lo que comunica a la obra la clara sensación de lo conocido, de lo ya vivido, lo que hace que la obra

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Por Amparo Dávila

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a señorita Julia, como la llamaban sus compañeros de oficina, llevaba más de un mes sin dormir, lo cual empezaba a dejarle huellas. Las mejillas habían perdido aquel tono rosado que Julia conservaba, a pesar de los años, como resultado de una vida sana, metódica y tranquila. Tenía grandes y profundas ojeras y la ropa se le notaba floja. Y sus compañeros habían observado, con bastante alarma, que la memoria de la señorita Julia no era como antes. Olvidaba cosas, sufría frecuentes distracciones y lo que más les preocupaba era verla sentada, ante su escritorio, cabeceando, a punto casi de quedarse dormida. Ella que siempre estaba fresca y activa. Su trabajo había sido hasta entonces eficiente y digno de todo elogio. En la oficina empezaron a hacer conjeturas. Les resultaba inexplicable aquel cambio. La señorita Julia era una de esas muchachas de conducta intachable y todos lo sabían. Su vida podía tomarse como ejemplo de moderación y rectitud. Desde que sus hermanas menores se habían casado.

/// Amparo Dávila

La señorita Julia [Fragmento]

Julia vivía sola en la casa que los padres les habían dejado al morir. Ella la tenía arreglada con buen gusto y escrupulosamente limpia, por lo que resultaba un sitio agradable, no obstante ser una casa vieja. Todo allí era tratado con cuidado y cariño. El menor detalle delataba el fino espíritu de Julia, quien gustaba de la música y los buenos libros: la poesía de Shelley y la de Keats, los Sonetos del Portugués y las novelas de las hermanas Brontë. Ella misma se preparaba los alimentos y limpiaba la casa con verdadero agrado. Siempre se la veía pulcra; vestida con sencillez y propiedad. Debió de haber sido bella; aún conservaba una tez fresca y aquella tranquila y dulce mirada que le daba un aspecto de infinita bondad. Desde hacía algún tiempo estaba comprometida con el señor De Luna, contador de la empresa, quien la acompañaba

todas las tardes desde la oficina hasta su casa. Algunas veces se quedaba a tomar un café y a oír música, mientras la señorita Julia tejía algún suéter para sus sobrinos. Cuando había un buen concierto asistían juntos; todos los domingos iban a misa y, a la salida, a tomar helados o pasear por el bosque. Después Julia comía con sus hermanas y sobrinos; por la tarde jugaban canasta uruguaya y tomaban el té. Al oscurecer Julia volvía a su casa muy satisfecha. Revisaba su ropa y se prendía los rizos. Hacía más de un mes que Julia no dormía. Una noche la había despertado un ruido extraño como de pequeñas patadas y carreras ligeras. Encendió la luz y buscó por toda la casa, sin encontrar nada. Trató de volver a dormirse y no pudo conseguirlo. A la noche siguiente sucedió lo mismo, y así, día tras día... Apenas

comenzaba a dormirse cuando el ruido la despertaba. La pobre Julia no podía más. Diariamente revisaba la casa de arriba abajo sin encontrar ningún rastro. Como la duela de los pisos era bastante vieja, Julia pensó que a lo mejor estaba llena de ratas, y eran éstas las que la despertaban noche a noche. Contrató entonces a un hombre para que tapara todos los orificios de la casa, no sin antes introducir en los agujeros un raticida. Tuvo que pagar por este trabajo 60 pesos, lo cual le pareció bastante caro. Esa noche se acostó satisfecha pensando que había ya puesto fin a aquella tortura. Le molestaba mucho, sin embargo, haber tenido que hacer aquel gasto, pero se repitió muchas veces que no era posible seguir en vela ni un día más. Estaba durmiendo plácidamente cuando el tan conocido ruido la despertó. Fácil es imaginar la desilusión de la señorita Julia. Como de costumbre revisó la casa sin resultado. Desesperada se dejó caer en un viejo sillón de descanso y rompió a llorar. Allí vio amanecer... [Tiempo destrozado y Música concreta, FCE, México, 1978]

Literatura

perdure en la memoria y en el sentimiento”. Sus textos son también un transitar por temas como la locura, paranoia, el miedo a animales o seres animalizados, el peligro, la muerte, pero también a lo siniestro que emerge de fuerzas oscuras y desatan pasiones de venganza, muerte o devastación. De todo ello se puede leer en su libro Tiempo destrozado, compuesto por doce cuentos, donde destacan: “El huésped”, “La celda”, “La señorita Julia”, “El espejo” y “Moisés y Gaspar”. El Fondo de Cultura Económica publicó en su colección de Letras Mexicanas, Cuentos reunidos, que compila sus libros de narrativa: Tiempo destrozado (1959), Música concreta (1961), Árboles petrificados (1977) y Con los ojos abiertos (2008). Parte relevante de su obra aparece en antologías en idiomas como el francés, el alemán, el italiano y el inglés. El pasado martes 20 de febrero, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes como parte del mes dedicado a la autora que organizó la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes la escritora recibió un merecido homenaje al cumplir sus 90 años, el programa incluye las mesas: “Reflexiones sobre el cuento”, “Lectura colectiva” y el curso introductorio; “Amparo Dávila y la literatura fantástica. Amparo Dávila celebra su pasión por las letras trabajando en su nueva obra poética, rodeada de recuerdos, libros y sus varios manuscritos que conforman el universo literario de una de las más relevantes autoras Latinoamericanas de entre siglos.


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Contraposiciones Por Rolando Alvarado Flores

Literatura

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on 88 años cumplidos falleció el 22 de enero de 2018 la escritora norteamericana Ursula Kroeber Le Guin, hija del antropólogo A. L. Kroeber. El diario español El País, el 24 de enero, no escatimó el ditirambo, como tampoco lo hicieron The New York Times o The Guardian en la misma fecha. El número de diciembre de 2017 de la Revista de la Universidad de México incluye un fragmento de Los desposeídos. En ese mismo año la editorial “The Library of America” publica completo el ciclo de Los Hainish y la serie de Orsinia. Ante la muerte no se sabe qué decir, por eso abundan los lugares comunes o la mera incoherencia verbal. Victor Urbanowicz, en 19781, enunció el mejor halago para un escritor cuando comentó Los desposeídos, ya que con esa novela Le Guin profiere la épica afirmación del escritor de hacer lo hasta ese momento no intentado: la firme narración de una sociedad anarquista. Ese tema estaba ausente de la corriente principal de la literatura norteamericana, dominada por el modernismo de los Fitzgerald, los Pound, o los DosPassos, tan preocupados por el éxito o fracaso de su democrático país y sus igualitarios ciudadanos víctimas de la abundancia. La vida política y la vida personal, nos ilustra Le Guin en su obra, no van separadas, no hay una virtuosa esfera pública cuyo envés es la viciosa vida personal porque la virtud cívica es una forma de vida, no un procedimiento formal de representación garantizado por instituciones impersonales. Principio central del anarquismo es la unidad de medios y fines, por lo que cualquier metodología revolucionaria debe ser, a la vez, éticamente defendible, de otro modo es repugnante. Una mejor sociedad no se consigue por procedimientos que, una vez haya sido alcanzada, sean considerados reprobables. El énfasis aquí ha sido en lo que la novelística de Le Guin tiene de partisano, no en los medios formales de expresión porque una obra de imaginación actúa en el mundo desde su particular manera de expresar los puntos de vista de una generación de personas, y esos puntos de vista son siempre una posición sobre el presente, la manifestación del sentimiento de un conjunto de almas frente a la totalidad de lo existente. Por eso determina su aventura en la sociedad. No ha mucho F. Jameson declaró que en los Estados Unidos de América se han extinguido las utopías, porque desde la “Ecotopía” de Callenbach (1975) lo que prolifera en la literatura de ese país son las abundantes variedades de la distopía (An american utopia. Dual power and the universal army, 2016, Verso). Sin duda esto indica que la fatalidad abruma las mentes de los escritores, que el pesimismo vende y que la máquina capitalista bien puede funcionar con la melancolía, la acedia o el llanto. Es difícil extender el diagnóstico para México porque localizar la última de sus

/// Ursula Kroeber Le Guin.

utopías es una empresa ambigua. ¿Se localizó en la izquierda sectaria?, ¿apareció en las corrientes “democráticas” del PRI que refundaron la izquierda?, ¿está en las memorias de Vasconcelos? Lo que sí es claro es que sobre las mentes imaginativas de nuestro país pesa mucho el problema del narcotráfico, que es la forma cruda del asunto más arduo de la dominación capitalista. Tan las aturde que no ven solución alguna, o cuando la ven está en los movimientos de los mercados internacionales y no en las instituciones del Estado mexicano2, lo que constituye una cesión inadmisible. Esto es indicativo de un estado de ánimo, de una derrotista posición producto de la soterrada admisión de la incapacidad del espíritu de hacer su tarea en el mundo. Esa tarea consiste en cambiarlo, porque tal cual se nos aparece es, todavía, inaceptable por constituir una pletórica exhibición de atrocidades. La solución menos imaginativa propuesta hasta la fecha es la de legalizar las drogas porque, se cree, con ello se reduciría la violencia. Aunque fuese así el problema de fondo, que es la dominación sobre las almas inherente al sistema de reproducción social

permanecería intacto. Que unos cuantos empresarios violentos sean indultados, o unos cuantos productos se vuelvan de consumo masivo es promover aún más lo que constituye el origen del malestar. Por eso son necesarias las utopías, porque en ellas se asume la crítica de lo existente desde la posición de que la acción humana organizada y razonada puede cambiar el mundo para bien, que no siempre las consecuencias indeseadas de la acción colectiva o individual llevaran a la catástrofe. Un muerto nos habla desde su obra, son los hijos que dejó, los libros que pudo escribir, las mujeres u hombres que conoció, las acciones que hizo bien o mal, las que portan su mensaje. En alguna de sus tesis sobre el concepto de historia Walter Benjamin aludió a la débil fuerza mesiánica que corresponde a cada generación que peregrina sobre la tierra. Tal fuerza, si acaso existe, está contenida en el mensaje que los muertos nos han dejado, sobre todo en aquéllos cuya derrota no debe ser olvidada. 2

1 SF Studies, vol. 15, #2. Véase el artículo de Alejandro Hope en el número de enero de 2018 de Letras Libres.


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Dr. Atl

Por principio de cuentas, yo nunca salgo a “buscar un paisaje”: siempre dejo que el paisaje me busque a mí, que se eche violentamente sobre mi sensibilidad. Dr. Atl

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Por Mauricio Flores*

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u pasión eran los volcanes. Esos gigantescos bultos de la Naturaleza, así con mayúscula, como acostumbraba identificarla, que durante años escaló, estudió y dibujó. Hasta que una mañana, azares de la vida, esa dama de nombre propio se le apareció en la puerta de su casa acompañada de un nuevo volcán. Desde ese momento, y durante los siguientes años, el Dr. Atl (1875-1964), se entregó a la tarea de realizar lo que llamó “un diario ilustrado del Paricutín adicionado de algunas hipótesis derivadas de los hechos observados”. El resultado fue el libro Cómo nace y crece un volcán. El Paricutín (1950), del que El Colegio Nacional acaba de publicar una edición facsímil, muestra de la conjunción de arte y ciencia, reunión escasa en nuestro mundo cultural. Me cuesta imaginar siquiera alguno de nuestros artistas plásticos de ahora entregado a una labor que abandone su mundo. Trascendiendo la cotidianidad de su ejercicio creativo y enfrentar las dificultades de una coyuntura, a fin de completar y enriquecer sus mismos procesos. Un hecho de marcada excepción, por ejemplo, como el nacimiento de un volcán. Lo que hizo el Dr. Atl hasta que la salud se lo permitió. Profusamente ilustrada, la obra reeditada (con presentación de Jaime Urrutia Fucugauchi) abarca desde los días anteriores a la aparición del volcán Paricutín, en el estado de Michoacán, hasta mediados de 1950. Periodo en el que el artista plástico radicó lo más cercano posible a la zona de irrupción. La parte gráfica incluye dibujos, fotografías, pinturas, croquis, dibujos al carbón y a lápiz y otras ilustraciones. Como señala Urrutia Fucuguachi, el interés del Dr. Atl por los fenómenos vulcanólogos “se gestó tempranamente” y fue una de sus “pasiones duraderas y productivas”. “El Dr. Atl pintó los grandes volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, que visitó en numerosas ocasiones, y también el paisaje volcánico de la cuenca de México. Su interés lo llevó a visitar y pintar los volcanes italianos Etna y Estrómboli, caracterizados por su frecuente actividad y sus diferentes modos eruptivos explosivos. Estos volcanes tienen largas vidas de cientos de miles de años que les han permitido alcanzar grandes proporciones”. Una lectura que busque algo más que la bitácora del Paricutín, del “cómo nace y crece un volcán”, revelará la sensibilidad del artista plástico para testimoniar los sucesos experimentados. (Atención

por separado merece la crónica que sobre el suceso escribió José Revueltas, “Visión del Paricutín”, El Popular, 1943, incluida en sus Obras Completas). Así cuando escribe: “Hoy ha sido un día de formidable bombardeo. Las circunvoluciones de la columna son muy negras y espesas, y los grandes proyectiles, que muy raras veces caen en los declives y el cono, hoy han rodado en abundancia por sus flancos produciendo profundas estrías, y brincado en muchas ocasiones

sobre las lomas adyacentes. Nunca habían llovido tantas piedras, ni tan grandes. De lejos el estruendo parece terrible granizada sobre techos de zinc, pero de cerca el golpear es tremendo y no puede comparársele a ningún otro ruido. Rotura de peñascos, golpes secos de piedras candentes sobre la arena, chasquidos que se mezcla, martilleo incesante sobre la tierra y sobre los nervios del hombre. En la claridad de la noche lunar el estrépido del bombardeo se agudiza”.

Ante el peligro Pero es quizás su registro sobre la destrucción pueblo de Paricutín la que más estremece y mejor transmite la sensibilidad y buen ojo del observador. “Así era la gente de este pueblo […] indiferente ante el peligro y sonriente ante la desgracia […]. Ni e indio ni la india de México se asustan ante el peligro. No tienen nervios y son estoicos. Los desastres ocasionados por el volcán los dejaron indiferentes”. Más adelante, recoge así el testimonio de un poblador: “La lava avanzó sobre el costado sur del templo, luego lo rodeó por la patrye oriente, derrumbó el muro posterior, entró en las naves y siguió dando vuelta por el exterior, por el norte, hasta envolver completamente nuestra gran iglesia, a la que fue llenando poco a poco y en seguida una lengua avanzó pasando frente al pórtico, al que derrumbó, mientras la corriente interior de la iglesia salía por la puerta central. Poco a poco la lava se fue amontonando y subiendo por oleadas sucesivas hasta llegar a la parte posterior de la fachada, emparejándose a la altura de los techos de las naves dejando visible sólo la torre que todavía se ve sobre las lavas plomizas”. Testimonios recogidos por el Dr. Atl para Cómo nace y crece un volcán. El Paricutín, “obedeciendo solamente a la acción de una fuerza tradicional: gran parte de mi vida la he ocupado en escalar volcanes, en estudiarlos, en dibujarlos, y, de repente, la Naturaleza puso a la puerta de mi casa un volcán nuevo”, ahora en edición facsímil del Colegio Nacional. ****

Dr. Atl, Cómo nace y crece un volcán. El Paricutín, El Colegio Nacional, México, 2018, 152 pp. y láminas. * @mauflos

Op. Cit.

Y, de repente, la Naturaleza puso a la puerta de mi casa un volcán


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Ibán de León

Poesía

El poema es como un relámpago que deja su luz sobre el papel t

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Por Armando Salgado

bán de León (1980) es originario de Pinotepa Nacional, Oaxaca, y licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). Fue becario del FOECA-Morelos (2004), de la Fundación para las Letras Mexicanas (2009-2011) y del PECDA-Oaxaca (2013). Es autor de Oscuridad del agua (Instituto Sonorense de Cultura, 2012/ Premio Nacional de Poesía Sonora 2011) y Estaciones nocturnas (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2016/ Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2014). Actualmente es becario del PECDA-Morelos, en la modalidad de creadores con trayectoria. Se caracteriza por ser un poeta honesto que incursiona en poemas de gran factura poética además de ser meticuloso en las maneras de abordar la poesía. Estamos ante un poeta íntegro que es responsable de cada texto suyo. Armando Salgado: Ibán de León, ¿para ti qué es la poesía?, ¿es posible hallarla en otros soportes?, ¿hay un entramado único que la haga especial, y por lo tanto, merece un profundo estudio para quien elige encontrarse con ella? Ibán de León: Recuerdo haber respondido anteriormente a esta pregunta. Intenté encontrar una definición, que me convenciera, durante mucho tiempo. No llegué a ningún sitio. Mi respuesta hoy sería: no sé qué es. Entiendo que uno puede percibirla lo mismo en la corriente de un río que en la pared de un cuarto de azotea. Está en la emoción que nos provoca el canto de los pájaros por la mañana. Así, supongo, se explica la poesía, sin explicarse, por la pura intuición. Esto funciona para la segunda pregunta: es posible descubrirla en cualquier sitio (o soporte). También estoy seguro de que existe el entramado único que señalas, pensando en el misterio y la revelación. Quien se encuentra con ella no necesita saber qué es. Hablamos de los hallazgos que a diario nos ocurren. Algo distinto pasa con quien decide compartir la poesía del mundo, hacer el poema, llámese pintor, escritor, fotógrafo, músico, etc.: en este caso me parece que sí es necesario el estudio profundo que sugieres, la preparación, el trabajo. Estamos ante un oficio, definitivamente. AS: Hay opiniones distintas, encontradas y personales en torno a cómo se debe de escribir, ¿qué elementos crees necesarios para escribir poesía?, ¿cómo fue que decidiste escribirla, y si hubo un punto que determinara esta decisión, lo podrías compartir? IDL: Pienso que escribir poesía es una búsqueda constante, tanto en la forma como en el fondo. Esa búsqueda implica el conocimiento, es decir, la lectura de autores muertos y vivos de mi tradición y de otras tradiciones. También es una labor que se ejerce a diario. Hablo nuevamente del oficio. Tal vez el elemento más significativo para hacer poesía radique en la sensibilidad de percibir y trasmitir la emoción del mundo. Obviamente no estoy seguro de lo que estoy diciendo, intento responderme a mí mismo. Conozco a personas sumamente brillantes, magníficos lectores de poesía, que no son capaces de escribir un poema decente. No quiero afirmar con esto que el poeta sea un ser tocado por lo divino, pero sí quizá alguien que siente con más intensidad el peso de los días. Por otra parte, yo decidí escribir poemas de forma irresponsable, sin haber leído antes prácticamente

nada. Y me gusta mucho la narrativa: en el fondo intuyo que todos los poetas quisieran ser narradores. Mi fascinación por el universo de la escritura viene de haber leído obras en prosa: las risas que me provocó El Lazarillo de Tormes jamás podré pagarlas. Como tampoco podré pagar mi incursión en tierras nórdicas al lado del teniente Glahn, en Pan, de Knut Hamsun. He escrito cuentos alguna vez, pero en algún momento decidí, muy probablemente porque soy flojo, dedicarme a escribir poesía (la narrativa nece-

sita, entiendo, mucha disciplina). El poema tiene la característica del relámpago: llega, te sientas y en un primer impulso escribes un borrador en el que, sabes, está contenido todo el poema, aunque luego pases meses añadiendo, quitando, corrigiendo. AS: ¿Crees que un poeta es responsable de lo que escribe? Entre las explicaciones del acto creativo se comenta que el texto por sí mismo es independiente del autor, y que es la obra la que se abre camino, y


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AS: Además de puntos clave que te motivaron a escribir poemas, ¿hubo personajes literarios que te influenciarán?, o ha sido la vida misma la que te ha curtido a partir de conocer personas reales y momentos importantes que determinan una cierta manera de pensar. IDL: Casi todo lo que escribo nace directamente de mi experiencia de vida. En ese sentido, no utilizo mucho los referentes literarios (deben estar ahí, seguramente). Lo que intento explicar es que me resulta complicado escribir poemas que provengan de libros o de personajes, ya sean reales o literarios. No se me da, por alguna razón. Siempre estoy recurriendo a mí mismo: la infancia, por mencionar el pasado, pero también puede ser un hecho reciente, como el asombro producido por la luz en una ventana. Es una cuestión muy sensorial, como si cada experiencia me tocara la piel. Pienso en el amor, y en un abrazo o un beso que pueden definirlo. En cierto modo concibo la poesía como ese contacto que se da entre los humanos, ese abrazo o ese beso que nacen con el amor. AS: Has impartido talleres de escritura poética. Al público de La Gualdra, ¿qué elementos consideras importantes para quienes intentan escribir su primer libro de poesía?, ¿qué autores mexicanos recomiendas y que otros autores de otros países se deben de leer? IDL: Los libros son un misterio. Uno proyecta, piensa, y al final sale otra cosa. Si tuviera que aconsejar a alguien que trabaja en su primer libro le diría que lo haga sin pensar más que en un poema a la vez. Que se olvide de la famosa unidad temática: de cualquier modo los libros son unitarios desde el instante en que los escribe una misma persona. Y sinceramente yo prefiero aquéllos que tienden hacia lo misceláneo, porque me dan oportunidad, como lector, de recorrer diferentes caminos. Y si bien está de más decirlo, leer (sobre todo en voz alta) y corregir, corregir mucho, buscar la precisión aunque no se alcance nunca. Esforzarse por entregar el texto lo más limpio que se pueda. No soy partidario de recomendar autores, en esas

Poesía

debe defenderse por sí sola, ¿compartes estas ideas? IDL: Sí. Quien escribe debe por fuerza saber qué es lo que quiere decir. Nadie conoce mejor el poema que su autor. En eso, me parece, radica el hacerse responsable. Es un compromiso con la honestidad, pero dicho compromiso es anterior a la publicación. Viene después el momento de abandonar el texto, una vez que ha sido publicado, como una casa recién construida que deberá ser funcional: ese texto, pensando en que fue erigido con cimientos firmes (para seguir con la analogía), tendrá que sostenerse por sí mismo, sin que el autor tenga ya injerencia sobre su futuro.

/// Ibán de León. Foto de Ramón Castillo.

cuestiones siempre se impone el gusto individual. En cambio sí puedo decir quiénes son los poetas a los que yo más quiero. Espero no omitir alguno: Ramón López Velarde, César Vallejo, Gilberto Owen, Abigael Bohórquez y Jorge Fernández Granados. AS: Has publicado dos libros de poesía, Oscuridad del agua (2012) y Estaciones nocturnas (2016). Hay cuatro años entre uno y otro: háblanos de lo que se necesita saber en torno a la maduración de la escritura, ¿cómo reconocer si un libro está terminado?, ¿cómo definir un nuevo proyecto?, ¿cuáles reglas consideras inquebrantables a la hora de escribir? IDL: Creo que un poema se escribe, por lo regular, en un primer impulso (lo mencioné líneas atrás), es como un relámpago que deja su luz sobre el papel. Luego viene una etapa de corrección, de modificaciones. Y esto puede llevar mucho tiempo, así se trate de un texto de media cuartilla. No siempre se puede escribir poesía, pero hay que estar atentos para cuando el llamado surja. Mientras, se piensa, se lee, etc. En mi caso, considero que el libro se va haciendo poco a poco. Uno planea (también lo dije antes), pero el libro señala la ruta a seguir, de tal modo que cuando concluyes tienes una cosa muy distinta de la que habías imaginado. Es parte del misterio de la poesía. Justo ahora siento que acabo de terminar un nuevo libro, cuyo arranque ocurrió a mediados de 2014, es decir, tiene algo así como tres años y medio. No se parece en nada a lo que había pensado originalmente, pero ahí está. Tampoco tengo la certeza de haberlo concluido, pero quiero soltarlo porque luego de tantos cambios uno nota que ya no hay posibilidades de corregir sin modificar sustancialmente. Entonces, ¿hay que soltar el libro (o el poema) cuando sientes que le has hecho todas las correcciones sin quitarle

su sustancia original? Si pudiera hablar de reglas para la escritura diría que ante todo es indispensable corregir, corregir hasta agotar las posibilidades. Yo leo y vuelvo a leer, modifico. Voy paso a paso con cada texto. Luego hago lecturas en voz alta, ordeno, etc. AS: Has obtenido premios literarios en varios lugares del país, como el Premio Nacional de Poesía Amado Nervo en Nayarit, y otros certámenes en distintos lugares; esta situación bifurca opiniones, hay quienes dicen que un premio es un fin y otros que es un medio, lo mismo sucede con las becas de creación, ¿qué opinión tienes tú?, ¿se escribe para uno mismo o para los otros, o ambas situaciones van de la mano? IDL: Para mí los premios representan, en gran medida, un dinero que me permitirá seguir escribiendo. En este sentido son un medio. No podría verlos como un fin puesto que, cuando ganas, constituyen apenas una elección que depende del gusto de un jurado, de

las afinidades que tengan con lo que premian, incluso hay una gran dosis de azar. Un libro premiado puede ser perfectamente olvidable. Ejemplos sobran. El tiempo es quizá el único juez que realmente importa. Intentando contestar tu otra pregunta, de entrada, escribo para mí mismo (hacia allá se encamina una de mis respuestas anteriores: tiene que ver con mi experiencia de vida). Me gusta imaginar que siempre existirá una conexión con el otro, dado que el lenguaje es materia de lo humano, trátese de poemas de provincia o de ciudad. Por otro lado, me reconozco como el primer lector que exige: lo hago pensando en aquél que hipotéticamente tendrá en algún momento el libro en sus manos. Me interesa entregarle un trabajo lo más decente que se pueda. Así que, sí, podría afirmar que ambas situaciones van de la mano. AS: Por último, ¿qué lugares frecuenta Ibán de León? ¿Qué hay en sus ojos cuando mira al mundo quieto o rápido, yendo y viniendo, el cual nunca deja de estar en paz? IDL: Me gustan las cosas pequeñas del mundo, los lugares comunes. Pero sobre todo me gusta contemplar, detenerme ante lo cotidiano: una puerta, los árboles, la lluvia. Y tengo que reconocer que sobre todo me gusta observar aquello en lo que la mano del hombre no ha intervenido. Hay algo sumamente asombroso en la vida: cuánto tardó en formarse la piedra que ahora sostengo en mi mano, qué puede decirse de su forma, qué aguas recorrió antes de llegar a ser esta piedra. Sospecho que una cosa parecida intento al escribir un poema: aprehender el instante (la emoción que llega cuando veo el primer brote de hierba junto a una banqueta), aprehenderlo para luego compartirlo con mi igual, para que note que estoy aquí, que soy su hermano.


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LA GUALDRA NO. 328

El abrazo Por Carlos Flores

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uanito no quiso nacer así, pero así nació. La gente lo observaba y no podía dejar de mostrar la lástima reflejada en su mirada. Ahora tiene trece años, pero su actitud es de un pequeño de tres. El médico había dicho que eran los estragos del alcohol, por lo que la madre culpaba a Juan, quien nunca pudo dejar de beber, razón por la cual ahora una vieja y olvidada cruz en el panteón tiene su nombre. El enorme Juanito ni cuenta se daba de su condición. Era feliz dentro de sí mismo. En ocasiones, pero muy pocas, necesitaba que su madre le aseara, pero casi siempre él podía hacerlo solo. Tuvo que aprender; ella siempre se molestaba y lo golpeaba: ¡Otra vez, idiota, cuántas veces te he dicho que me avises, eres un marrano asqueroso! De ahí en más, era inmensamente dichoso. Lo único que le angustiaba eran los golpes de Perla. Todo cambió el día en que la vio por primera vez: era completamente hermosa, la pequeña Luisita de 6 años, su prima. Todos en la casa caían seducidos ante su belleza y a él le encantaba ese magnífico ser. No como a un joven normal de su edad le podría gustar una niña. Era más bien como si ella fuese un gatito o un cachorrito. Quería abrazarla y tocarla, mimarla y acariciarla. ¿Qué podría pasar? Todos lo hacían, excepto su otra prima, Diana, quien la odiaba, por lo que cuando Luisita lloraba siempre decía: “ya está llorando el pinche niño dios”. Por ese motivo, en cuanto Juanito tuvo la oportunidad se acercó a la pequeña. Estaba de rodillas frente al sillón de la sala, jugando con sus muñecas, totalmente ensimismada. Sus madres estaban en el patio trasero tendiendo la ropa que acaba de ser secada en la lavadora, los demás habían salido. Se acercó: “Hoga, pigmita” y la abrazó. La jovencita lo vio. Sus movimientos bruscos la asustaron y trató de gritar. Un primitivo instinto hizo que Juanito adivinará la intención y le tapó la boca con sus manazas. A sus trece años era enorme: “No, no guites, pigmita, mamá me va a pegar ota vez”. Pero ella no escuchaba, estaba aterrada, y movida también por el instinto, trataba desesperadamente de zafarse de ese abrazo de boa. Él, en cambio, apretaba más, también aterrado, no quería que ella viniera y lo golpeara, que le gritara esas cosas malas que le hacían sentirse miserable. Sólo quería abrazarla, darle un beso con todo el amor que un niño puede sentir por un cachorro. Apretaba con fuerza: “No, no llolles”. De repente, ella dejó de gritar entre sus manos, de llorar, de moverse.

/// Sin título (Cabeza), de 1981. Acrílico y lápiz graso sobre tela, 207 x 175,9 cm. Colección Eli y Edythe L. Broad. Los Ángeles.

Wikus t Por Vicente Soriano Tlachi

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Wikus le pareció una niñería que el celador le entregara un polluelo de cacatúa. Debía cuidarla y alimentarla noche y día, incluso, hasta en medio de los sueños. Pasaron las semanas y los graznidos del ave cobraron ímpetu. Quería apachurrarla con sus fuertes dedos. Se resistía a hacerlo porque deseaba volver a estar con su familia. Una noche de copas, un pleito con su esposa y un terrible griterío por parte de sus hijos, lo llevaron directo a la cárcel.

Cierta madrugada, en medio de una pesadilla, Wikus notó que el pájaro escapaba de la celda con dirección al campo. Cuando despertó, estaba a su lado el celador. En ese momento, el preso de fornido cuerpo se hincó y suplicó con amargura para que no se llevara el ave. Pero no le hizo caso. Horas después anotaron en su expediente: ha aceptado la rehabilitación. Sin embargo, se hace necesaria una confirmación. Y después de criar a un hipopótamo, un león e incluso, un dinosaurio y tras haber padecido mil pesadillas, diez mil hincamientos y muchos lloriqueos, le dieron su anhelada libertad.

/// Max Beckmann. Autorretrato como enfermero. 1915.

Río de Palabras

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Cuatro poemas [Para Julieta]

alguien me dijo primero antes de escribir: vive quítate los pantalones, la camisa, la falda, el sostén desnúdate de vivos y de muertos desnúdate de ti mismo

piérdete en las ciudades explora los callejones habla con el barrendero, los ciegos, los olvidados sin mapa recorre bosques: busca el último sándalo abrázalo y perfúmate la sombra sin sextante navega lagos, mares: tu destino es la isla de Cavafis pero no te apresures sin paracaídas lánzate

a los brazos abiertos de Altazor siente vértigo, náuseas bébete un mezcal segundo recolecta palabras: artículos, sustantivos, pronombres, verbos, adverbios… separa los adjetivos son especias y hierbas aromáticas combina, experimenta bébete un mezcal tercero hidroliza toda sílaba cuécelas a fuego lento enamórate del ritmo canta o muge y llora hierve tu lengua, tu sexo en otra lengua o sexo en ambos, pero canta bébete un mezcal cuarto todo cuerpo es un trapiche tritura cada verso a dos cuerpos búscate un caballo (una yegua) cabálgalo o sé cabalgado relincha y desfallece bébete un mezcal quinto fermenta el poema debajo de la lengua, entre dientes por días, por semanas, por un año olvídalo o quémalo repite los pasos previos bébete un mezcal sexto destila la poesía de la tinta la tinta del papel el papel del espacio el espacio del tiempo el tiempo de la materia la materia de la forma la forma de la esencia bébete un mezcal séptimo si lo quemaste: reescribe si lo olvidaste: reescribe las dos primeras veces nunca cuentan bébete un mezcal octavo si madura y se publica el poema es tuyo si es leído en medio del caos si es usado como una brújula si lo prenden como incienso tu poesía es de todos bébete un mezcal

/// Dibujo de Juan Carlos Villegas (detalle). 2018.

fantasma ¿no regresaré a casa? ¿no abriré su puerta, sus ventanas?

¿no me quitaré corbata, zapatos, calcetines, la sombra fracturada? ¿no me saludarán los trastes sucios, las hormigas acróbatas, el televisor en coma? ¿no subiré a gatas los peldaños? ¿no destenderé la cama? ¿no lloraré mi cuerpo? ¿no me buscará el tuyo? ¿no ahora, no nunca? carta cerrada que tarde o que temprano empiezan las palabras o los huesos de otros a doler: ¿amorar desamores canta Gelman? ¿se le revienta la voz y todos sus ruiseñores? ¿uno por uno o al mismo tiempo? ¿me habla o deshabla al oído? ¿sobre la alma de mí? ¿de ti? ¿del padre o del hijo que soy nunca? ¿pero enmudece el nunca? ¿el jamás? que temprano o que tarde tu ausencia me destiene, me desalma cántaro sean agua tus labios, sólo agua; y esta sed de ti, un cántaro roto

* Manuel Sauceverde es Doctor en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Por un lado, ha publicado diversos artículos científicos en revistas especializadas nacionales e internacionales. En el 2017 obtuvo el Premio Internacional de Investigación Emilio Fontela, otorgado por la Sociedad Hispanoamericana de Análisis Input-Output; y en el 2016, el primer lugar en el Premio Internacional de Documentos de Trabajo, otorgado por el Banco Central de Bolivia y la Asociación de Pensamiento Económico Latinoamericano. Por otro lado, ha obtenido algunos premios de narrativa, poesía y música, entre los que destaca el primer lugar en el Premio de Cuento de Ciencia Ficción “Año Internacional de la Física” (UNAM, 2005). Su obra literaria aparece en las siguientes antologías: Narrativas (España, 2018), Periódico de Poesía, (UNAM, 2018), Narrativas (España, 2017), La Sirena Varada (Editorial Dreamers, 2017), Le Miau Noir (España, 2017), Nuevas Narrativas Mexicanas (Cuadernos de Foro Universitario, 2009), Diles que no me maten (UNAM, 2005), Te llamamos Muerte (UNAM, 2004), La graciosa estampa de la Muerte (UNAM, 2003), 900 años de Universidad 1553-20032453 (UNAM, 2003), Susurro de Muerte (UNAM, 2002) y El espacio vive entre los muertos (UNAM, 2001). En la actualidad es miembro del ensamble de música tradicional iraní Didar, el cual se ha presentado en diversos recintos mexicanos: Auditorio Blas Galindo (Centro Nacional de las Artes, 2017), Plaza Juárez (Festival Internacional Quimera, 2016), Sala Manuel M. Ponce (Palacio de Bellas, 2015), Teatro Fantasio (Festival Internacional de la Cultura Maya, 2015), Museo Nacional de las Culturas (2014), Teatro de la Ciudadela (2014), y el Antiguo Palacio del Arzobispado (2013).

Río de Palabras

t Por Manuel Sauceverde*


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Berlinale 2018

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Los premios de la Berlinale 2018 t Por Carlos Belmonte Grey

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l Oso de Oro es para Touch me not, de Adina Pintilie Los mexicanos Alonso Ruizpalacios y Manuel Alcalá se llevaron el premio de Mejor Guion en la Berlinale 2018 y se lo dedicaron a México porque su historia fílmica se ubica en el año del fatídico terremoto de 1985 y la película fue filmada durante el año del terremoto de 2017. Y el Oso de Oro fue para Touch me not, de Adina Pintilie, una osada película que muestra la sexualidad entre personas tildadas de “anormales” por sus limitaciones físicas. Sorpresa fue verla llevarse un par de premios toda vez que la crítica periodística había sido cruel con ella durante las proyecciones de prensa. Terminó la 68 Edición del Festival de Cine de Berlín Berlinale 2018 con más de 500 mil espectadores, cerca de 4 mil periodistas, poco más de 17 mil invitados acreditados, unas 400 proyecciones y 25 millones de euros presupuestados. América Latina estuvo ampliamente presente, con películas chilenas, argentinas, peruanas, paraguayas y mexicanas. La osadía y vanguardismo de las propuestas visuales se mantuvo en las diversas secciones, Touch me not (Adina Pintilie) por mencionar una. Los aforos de la sección Generation siguieron llenos por adolescentes y niños con películas preocupadas por mostrar los problemas políticos y juveniles contemporáneos, por ejemplo Adam (Maria Solrun). El debate político sobre la creciente oleada derechista se manifestó tanto en Brasil con O proceso, de Maria Augusta Ramos; como en Alemania, con Aggregat, de Marie Wilke. El cine de género referido a aquél de tipo LGBT mostró tanto la violencia (Marilyn, Martín Rodríguez Redondo) como la depresión y expresión musical (Tinta bruta, Marcio Reolon y Filipe Matzembacher). Y el mexicano Alonso Ruizpalacios dio un

/// Oso de Oro para Touch me not, de Adina Pintilie.

/// Ex pajé (Ex-Shamán) de Luiz Bolognesi.

toque de frescura y alegría a la Competencia con su película Museo. Premios de la Selección Oficial Oso de Oro Mejor Film: Touch me not, de Adina Pintilie. Gran Premio del Jurado: Twarz, de Małgorzata Szumowska. Oso de Plata Alfred Bauer Prize: Las herederas, de Marcelo Martinessi. Oso de Plata Mejor Director: Wes Anderson, por Isle of dogs. Oso de Plata Mejor Actriz: Ana Brun, Las herederas, de Marcelo Martinessi. Oso de Plata Mejor Actor: Anthony Bajon, por La prière, de Cédric Kahn Oso de Plata Mejor Guion: Museo, de Manuel Alcalá y Alonso Ruizpalacios. Oso de Plata Contribución Artística: Dovlatov, por la producción y el vestido a Elena Okopnaya. Mejor Primer Filme: Touch me not, de Adina Pintilie.

/// O processo, de Maria Augusta Ramos.

Mejor Documental: The Waldheim Waltz de Ruth Beckermann Mención especial al documental: Ex pajé, de Luiz Bolognesi. Generation 14plus Oso de Cristal: Fortuna, de Germinal Roaux (Suiza/ Bélgica). Mención Especial: Retablo, de Álvaro Delgado-Aparicio L. (Perú /Alemania / Noruega). Generation Kplus Oso de Cristal Mejor Filme: Les rois mongols, de Luc Picard (Canadá). Mención Especial para Supa Modo, de Likarion Wainaina (Alemania/ Kenya). Oso de Cristal Mejor Corto: A field guide to being a 12-year-old-girl, de Tilda Cobham-Hervey (Australia). Premios de Jurados Independientes Premio del público Panorama: O processo, de Maria Augusta Ramos. Ecumenical Jury Award: Teatro de guerra, de Lola Arias.

Premio de la Fédération Internationale de la Presse Cinématographique (FIPRESCI) Premio de la Competencia: Las herederas, de Marcelo Martinessi (Paraguay). Premio Panorama: River’s Edge, de Isao Yukisada (Japón). Premio Forum: An Elephant Sitting Still, de Hu Bo (China). Los Teddy Awards son de América Latina: Tinta bruta, de Brasil la ganadora La ceremonia de premios Teddy, animada por el performista Jack Woodhead, fue celebrada la noche del 23 de febrero y estuvo dedicada a recordar el recrudecimiento de las políticas conservadores y derechistas sufridas en Europa y América Latina desde hace dos años. Además, fue una noche de fiesta para el cine latinoamericano: de seis premios, cuatro se fueron para Sudamérica (2 para Brasil, 1 Paraguay y 1 Perú). Wieland Speck, creador de Teddy Award como un premio asociado al Festival de Cine de Berlín, insistió en la importancia de apoyar otros festivales Queer en todo el mundo y no desistir frente a los señalamientos contra la supuesta auto-marginación de la comunidad LGBT: “No estamos pidiendo derechos especiales. Sólo derechos igualitarios como cualquier ciudadano”. Por eso, entre los artistas participantes se permitió la presentación de asociaciones que apoyan y orientan a las parejas con deseos de tener hijos. En un espectáculo que duró poco más de dos horas, el presentador Woodhead ofreció un número acompañado de otro personaje disfrazado de Papa con una canción escrita a partir de frases cotidianas y llenas de discriminación a pesar de la supuesta normalización o, en el mejor de los casos, esfuerzos de tolerancia como por ejemplo “Yo los respeto, pero que se tomen de mano es exagerar”, se leía en unas las frases traducidas en consecutivo desde el alemán. Finalmente, el Premio Teddy fue para Tinta Bruta porque “es una ficción cuya belleza cuenta la historia de un chico reconectado con él mismo y el mundo real. Desde una forma única y creación


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26 DE FEBRERO DE 2018

Berlinale 2018

/// Teddy award affiche.

/// Premio al Mejor Guion para Alonso Ruizpalacios y Manuel Alcalá.

cinematográfica, el filme captura la lucha entre el temor y el deseo. Música, luz y colores culminan en una expresión de los sentimientos del protagonista…”. Programa de cortos Queer con el apoyo del Festival de Morelia Por otra parte, tuvimos la oportunidad de charlar con Antonio Harfuch, miembro del jurado del Teddy Award y colaborador del Festival Internacional de Por Cine de Morelia, quien nos comentó que se está preparando una sección paralela a la selección oficial del FICM para esta edición 2018 centrada en el corto Queer. Harfuch, en su discurso durante la ceremonia de los Teddy, insistió su agradecimiento a Daniela Michel directora del FICM por el apoyo que les va a dar en esta nueva sección, sobre todo en una sociedad aún tan católica. Premios Teddy Awards Mejor Filme: Tinta Bruta (Brasil), de Marco Reolon y Filipe Matzembacher. Mejor Documental: Bixa Travesty (Brasil), de Claudia Priscilla y Kiko Goifam. Mejor Cortometraje: Three Centimetres (Reino Unido), de Lara Zeidan. Premio del Jurado: Obscuro Barocco (Francia-Grecia), de Evangelia Kranioti. Premio L`Oreal al Mejor Primer Filme: Retablo

(Perú), de Álvaro Delgado-Aparicio. Premio Readers de Mannschaft Magazin: Las Herederas (Paraguay), de Marcelo Martinessi. El compromiso de los documentalistas latinoamericanos en la Berlinale 2018 Al teminar la 68 edición del Festival de Cine de Berlín, la Berlinale 2018, vale la pena comentar también tres películas latinoamericanas que participaron en diversas categorías y que de cierta manera exponen el complejo y dramático proceso de regreso de políticas conservadoras, neoliberales y avasallantes que padece la izquierda, encabezada por el movimiento bolivariano de Hugo Chávez y labora de Lula da Silva, estaba desplazando. Se trata de tres documentales, dos brasileños Ex pajé (Ex chamán) de Luiz Bolognesi; O processo, de Maria Augusta Ramos; y un argentino, Viaje a los pueblos fumigados, de Fernando “Pino” Solanas. Tres realizadores implicados: Solanas es el mítico realizador comprometido con el momento socialista argentina y exiliado por su militancia; Bolognesi, es un escritor comprometido desde el trabajo antropológico con la denuncia del etnocidio; y Ramos inquieta por los devenires de la política nacional. Un poco en detalle estos trabajos: Ex pajé (Ex shamán) de Luiz Bolognesi, decidió

/// Viaje a los Pueblos Fumigados, de Fernando “Pino” Solanas.

afrontar el problema del asesinato de las culturas indígenas en la amazonia brasileña. En una entrevista que nos dio insistió en subrayar el coloniaje que están sufriendo los indígenas por partida doble, por una parte por el eurocentrismo y por otro por el catolicismo. A 500 años de conquista, el etnocidio no ha terminado. Su documental se preocupó por omitir los clichés que han ido estereotipando a los indígenas de flojos y reticentes a la modernidad. Prefirió, sin decirlo explícitamente, filmarlos durante sus horas de trabajo, cierto no durante el día por la violencia del clima, sino por las tardes y noches. Por otra parte, insistió es mostrar su incorporación al uso de las redes sociales (Facebook) como la herramienta que les permite denunciar la violencia sufrida por sus poblaciones con la invasión de la maquinaria y las empresas de los hombres blancos. Y por último, el coloniaje católico de un sacerdote que impone, con el apoyo de los caciques, la doctrina que les obliga a renunciar a su cultura. Viaje a los pueblos fumigados, de Fernando “Pino” Solanas, se preocupó por rastrear el cambio climático provocado por la llamada agroindustria que ha forzado el cambio de cultivos, la deforestación y explotación genética de plantas y uso de pesticidas. En específico se puso a investigar la agroindustria promovida por la compañía trasnacional Monsanto en el territorio norte de Argentina. La consecuencia final, es el envenenamiento de las poblaciones, las deformaciones de los bebés y el aumento de casos de cáncer. Senador y diputado por la provincia de Buenos

/// Tinta Bruta, ganadora del Teddy Award.

Aires en diversos periodos desde la década de 1990, en este documental mostró su militancia activa. Además de ser el cámara de su propia película y, por tanto, como él dice “el autor y creador” de la obra, es el personaje porque pasa a ser el narrador, entrevistador y personaje al frente de la cámara. Así, deja claro que además de oficio de cineasta -detrás de los lentes- es un militante activo y comprometido con el movimiento medioambiental e Argentina -al frente de los lentes- . O processo realizado por Maria Augusta Ramos explica el proceso del impeachment contra la expresidenta Dilma Rousseff en el año 2016. Ese año, Rousseff, fue denunciada por corrupción y se creó un gran escándalo que involucró, entre otros, a su vicepresidente Michel Temer. Escándalo y juicio que destituyó a la presidenta y permitió la vuelta al poder al grupo conservador. Augusta Ramos siguió el juicio contra Rousseff desde el punto de vista de los senadores que la defendían, es decir del Partido de los Trabajadores. Se metió a las mesas que organizaron la defensa y a las sesiones de la comisión encargada del juicio en la Cámara de Senadores. El documental revela el drama lentamente: la aparición de los diversos opositores y acusadores en una especie de teatralización de unas acusaciones que en ningún momento son probadas por los denunciantes sino convertidas en perfomances de amor al pueblo y traición a Brasil. Mientras que la defensa busca argumentos concretos que expliquen la falsedad de éstas pero sin encontrar el tono dramatizador ni mucho menos el apoyo de los medios de comunicación volcados a defender el partido derechista. Las tres proyecciones, quizás más la de Augusta Ramos, fueron aplaudidas en medio de gritos de apoyo a los realizadores y se pudo sentir el hartazgo contra la dictadura actual vivida en Brasil. Ojalá y se politice el ambiente así en México, este 2018.


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LA GUALDRA NO. 328 /// 26 DE FEBRERO DE 2018

¡Así no! Dios, ojalá exista Dios. Eliseo Alberto

Río de Palabras

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Por Alberto Huerta

A

/// Muchacha de Cuetzalan. 1988. Litografía. Su autor, el mexicano Raúl Anguiano, nació un día como hoy, 26 de febrero, pero de 1915. Así lo recordamos en La Gualdra.

sí no. Así no. Así nomás no. A ver… ¿te gustaría que te vieran tus hijos así? Todo meado, mugroso, barbón, con el cabello seboso, con cara de asustado, muerto de hambre, apestando a sudor agrio, a orines, a mugre, cochambroso y flaco… por eso te digo… así no, nomás no. ¿Te gusta andar dando lástimas? Así no, así nomás no. ¿Toda la puta vida vas a ir con la mano extendida pidiendo caridad? De que pides con respeto, que no andas robando a las personas, quitándole a los demás lo mucho o lo poco. ¡Qué comodidad! ¡Qué cómodo el señor! Nosotros los que nos tallamos el lomo qué culpa tenemos de lo que te pasa. Te botaron del trabajo, tu mujer y tus hijos te dejaron. Se fueron, no quieren saber nada de ti… así no. Así nomás no. ¡NO! A ver… a ver… ¿qué culpa tenemos nosotros? ¿Qué obligación?... Eh… eh… eh… ¡llégale! ¡A jondiar gatos de la cola!

Matinal t

Por Ibán de León

No sé explicar lo bello de este frío que vela entre las ramas de los árboles, su hielo de bondad habitado por astros de una época niña en la que corrimos juntos, tierra de pasos de equinos desbordándose en praderas extensas como mares. No sé decir, no alcanza mi palabra para darle a esta luz su peso justo de savia detenida en la seca planicie de las hojas: bajo el fresno la tierra es un festín de pequeñas membranas, ajetreo de élitros hollado por el ámbar del sol, aguja del destello. Arriba el cielo anuncia el limpio trazo de los loros; en medio casas, edificios reunidos en el tallo pulcrísimo del aire, cables donde el rumo del alba asentó la madera del sosiego. Más acá, una verdad de pájaros políglotas que trinan extranjeros su latitud de exilio. Aquí la buganvilia, alumbre del magenta en la arcilla del muro, aquí la hiedra estoica detenida en la barda como recuerdo vivo del verano. Luego yo, testigo del instante, intentando decir lo inaprehensible, admirado del ámbar de la luz que recorre el cristal de la mañana, la belleza del frío que en las ramas del fresno ha plantado el otoño, este octubre reunido en el follaje de las primeras horas.

Tantas fotos t

Por Pilar Alba

Mira nomás cuánta foto. En ésta se me empieza a notar la panza, a pesar de los holanes del vestido, ¿no te parece? Esta otra era de mis favoritas, alguna vez pensé en ampliarla para ponerla en la sala de la casa pero luego reflexioné y definitivamente no, no iba con la decoración que tenía planeada. Aquí estoy con mis papás. Mi mamá tiene todavía una cara de enojada que no se la acababa; es que ya sabes, yo ya iba un poquito adelantada. Pobre de mi madre, tanta sufridera para nada. Mi papá, ése sí que se ve orgulloso, mira nada más la sonrisa que se carga: de oreja a oreja, como él mismo dice. Ese día se puso un cuete que no veas… para las pulgas de mi santa madre. Estas otras son las que me tomé con mis amigas, aquí con mis primas y ésta con las amigas de él… ay, no sé por qué no rompí también esta foto, mira aquí está esa vieja, ya ni me acordaba. Quién iba a pensar que hasta en la boda anduvo la muy perra. Ay, pero mira estas otras, aquí está el pastel, los arreglos de mesa, la orquesta… A poco no estuvo muy padre la fiesta, al menos ese consuelo me queda, no le hace que hayamos durado tan poco.


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