La Gualdra 307

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 307 /// 4 DE SEPTIEMBRE DE 2017 /// AÑO 7

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Alfonso López Monreal. El becerro. De la serie Tauromaquia.

Los silencios de la plaza, la poesía de un capote en la arena, la danza y el sonido de los duendes cuando aparecen. Los personajes que actúan en la fiesta brava, sus imaginarios, dolores, pasiones y alegrías, derrotas y triunfos, su erotismo y esa relación tan estrecha entre la vida y la muerte permeada de religiosidad, misticismo y arte, están plasmados en los 33 grabados de Alfonso López Monreal, quien el próximo 6 de septiembre “partirá plaza” en el Museo Pedro Coronel para compartir con el respetable su Tauromaquia: el misterioso subconsciente del toreo.

[Una entrevista con Alfonso López Monreal en páginas centrales]


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La Gualdra No. 307

Editorial

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n el último año han matado a alguien a menos de 300 metros de donde he estado. La primera vez fue hace un año en el estacionamiento de Soriana, era medio día, escuché dos balazos –pensé que era la ponchadura de una llanta- y al voltear vi solamente cómo caía al piso un hombre que minutos después fallecería; la segunda vez, hace apenas dos meses, por la madrugada volví a escuchar el mismo sonido de las balas: a la mañana siguiente nos enteramos que habían asesinado a dos muchachos frente al Museo Zacatecano. La semana pasada, mientras estaba en clase, ahí estaba ese mismo ruido, pero alguien dijo “Son las Morismas”; la afirmación nos tranquilizó en el momento, pero poco después, ya en casa, supe que el dueño de una carnicería había sido asesinado. Quisiera que fuera cuento, pero señores, es cierto… El miedo desatado por actos criminales nos está paralizando, la violencia se desborda de manera paulatina, nos rebasa, nos consume. Más que de una violencia única, lo más indicado sería hablar de las violencias, porque son muchas, distintas, de raíces diferentes y a cuyas manifestaciones nos estamos acostumbrando. Hay violencias en los hogares, en las escuelas, en las redes sociales, en la calle… La OMS dice que éstas son “el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte”. Usted las conoce, están ahí, en medio del conflicto diario, cotidiano. Lo más preocupante es que nosotros podemos ser el origen de uno o varios tipos de violencia; muchas veces no nos damos cuenta, y si nos percatamos, tendemos a justificarla. No, no hay violencia que se justifique, incluso cuando se trata de aquélla que pretende dar fin a los conflictos. Ahora las preguntas son ¿qué podemos hacer? ¿Qué debemos hacer para fomentar una cultura de paz? En ocasiones anteriores hemos mencionado aquí que el arte puede modificar en sentido positivo la percepción que los seres humanos tenemos del mundo, que puede generar serenidad en el alma, sensibilizar y fomentar la empatía con los demás, y que si bien no es la panacea, sí puede contribuir en mucho a la pacificación; sin embargo, no sabemos todavía cómo. Me parece que muchos tenemos la esperanza

Contenido de que así suceda, pero no hemos enfocado eficientemente nuestros esfuerzos a generar estrategias, acciones concretas que contribuyan al proceso de paz. Actualmente hay difusión de la cultura y las artes, al margen de la discusión de si es suficiente o no, la promoción de la lectura, la programación de exposiciones, obras de teatro, danza y conciertos gratuitos existen, pero estas acciones no están enfocadas a un objetivo claro, que se vincule con los procesos de pacificación y prevención del crimen. A nosotros nos corresponde solucionar los conflictos al interior de nuestros hogares y prevenir cualquier tipo de violencia. Una vez originada, el Estado tiene la obligación de aplicar la ley –y también de generar programas de prevención del delito, por supuesto-. El jueves se ha convocado a una marcha para exigir paz en Zacatecas; muchas personas se sumarán a la convocatoria y vestirán de blanco con velas en las manos. Salir a la calle a marchar por la paz visibilizará todavía más que los afectados en este conflicto somos todos quienes vivimos aquí y cualquier esfuerzo que se haga para lograrlo será bienvenido. Sin embargo, como lo mencionaba hace unos días en mi muro de Facebook, ha llegado el momento de pasar de la teorización y los buenos deseos a la aplicación de acciones concretas que nos indiquen qué hacer, cómo, con qué recursos y de dónde podemos obtenerlos. Referentes efectivos y comprobables tenemos; el fundamento del proceso de pacificación en Colombia durante los años ochenta del siglo pasado ha sido documentado debidamente y es una muestra de lo que se puede hacer, considerando las adaptaciones y ajustes pertinentes de acuerdo a las condiciones de nuestro medio, y ése es sólo un ejemplo de todos los que hay. Los académicos, artistas, profesionistas, estudiantes, todos los ciudadanos, podemos contribuir a la construcción de un plan en el que la comunidad se una para combatir la normalización de las violencias, para prevenir el crimen y para recuperar la vida armoniosa y el derecho a vivirla con tranquilidad. No permitamos que el miedo nos paralice. Más arte y menos balas. Les invito a que se sumen a esta propuesta, empecemos a construir un nuevo escenario de paz para los zacatecanos: lo merecemos. Que disfrute su lectura.

Directorio

Fundación de la Gran Logia de Inglaterra en 1717: 300 años de masonería moderna Por José Enciso Contreras

Traducción: toda reescritura es un original La literatura no se crea ni se destruye, sólo se traduce Por Maliyel Beverido

Esther Seligson Sueños, deseo, libertad Por Mauricio Flores

La Tauromaquia de Alfonso López Monreal: el misterioso subconsciente del toreo Por Jánea Estrada Lazarín

El joven del puente Por José Luis Guerrero Álvarez

Desayuno en Tiffany´s, mon ku Santa y Andrés, un filme premiado en México y censurado en USA y Cuba Por Carlos Belmonte Grey El Picaporte Mi campaña es audaz, no agresiva Por Simitrio Quezada Zacatecas será sede de la XIII Bienal FEMSA de Arte Contemporáneo

In-definiciones II Por Eduardo S. Rocha Premio Caerus 2017 [Arte y tecnología] Por Jesús Tamez Duque

Amparito Por Alberto Huerta Confusión Por Pilar Alba

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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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Fundación de la Gran Logia de Inglaterra en 1717: 300 años de masonería moderna 6 Por José Enciso

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l cubano André Cassard publicó en 1860 su excelente Manual de masonería, o sea el tejador de los ritos Antiguo Escocés, Francés y de adopción, obra que tuvo en su tiempo notoria influencia entre los masones de habla hispana. Como patriota cubano, el pensamiento de Cassard debe adscribirse en la corriente que se distinguía precisamente por el libre actuar del pensamiento, alejado de dogmas y ataduras mentales. Estamos ante el testimonio de un masón que dedicó sus empeños intelectuales al estudio de la masonería, especialmente a sus aspectos internos, digamos que a su fisionomía y prácticas interiores, o sea que describe gran parte de su propio mundo, dedicando considerable espacio para la hermenéutica y semántica de la orden; no era en estricto sentido un historiador de la masonería, ni mucho menos, pero esto no quiere decir que no se preocupara por la materia. Siguiendo las grandes tradiciones masónicas del siglo de las luces, plantea al comienzo de su Manual que el origen de la masonería se encuentra en el antiguo Egipto, el de las asombrosas pirámides, cuya construcción era imposible sin un manejo profundo de las artes y las ciencias. Sin embargo admite que sobre la antigüedad de la orden existen muchas opiniones. Se pregunta: “¿Es la Masonería una continuación de los misterios antiguos o una institución moderna? ¿O es acaso una y otra cosa?”. Termina por reconocer que no existen en el seno de la masonería documentos que prueben su origen antiguo. Advierte que quien esto opine se verá en graves aprietos para probarlo, porque sólo podrá basarse en tradiciones masónicas y no en hechos históricos. Aclarado lo anterior, Cassard, siempre con la camiseta muy bien puesta, parece admitir que la cuestión no se presta ya a comprobación científica sino que se reduce a un asunto cuasi religioso, materia de fe, de creencia, de convicción: Como quiera que se hayan suscitado dudas por algunos escritores sobre la antigüedad de la Masonería, no por eso dejaremos nosotros de creer firmemente que trae su origen de los mismos egipcios.

Como sistema simbólico la fraternidad incorpora en sus ritos multitud de elementos de manera ahistórica, es decir, “al margen del fluir del tiempo”. No es algo reprochable porque no pretende ser necesariamente una escuela de historia sino ante todo escuela de moral. Hablamos de símbolos que provienen de determinados periodos históricos y como

tales sobre ellos no pesa la obligación de ser verdad en todos los casos, lo suyo es simplemente representar algo, tener significado. En otras palabras los mitos tienen cabida en el fascinante bagaje cultural de la orden que adornan, estudian y se practican en las logias. Esto que acabo de decir no significa que la masonería no tenga su historia, o sea que tenga un origen ubicable en el tiempo y se haya visto afectada por procesos y cambios en el transcurso del mismo. No existe un profesional serio, es decir alguien que viva de historiar, que acepte que la historia de la masonería comienza en Egipto antiguo, o sea en el largo periodo que corrió desde los años 3150 al 31 a. C. Que hubo constructores, albañiles y sociedades iniciáticas en el decurso de tanto siglo es muy cierto, que fueran masones es algo imposible de probar. Y lo mismo ocurrirá con otras civilizaciones de la antigüedad. Así que la historiografía de la masonería, sobre todo la desarrollada a partir del siglo pasado, ha decidido crear el concepto de Masonería Moderna para designar a la francmasonería que inaugura los ritos, creencias y valores que sirvieron de base a la que hoy conocemos. Desde otro punto de vista más técnico, diremos que la llamada Edad Moderna comenzó más o menos en el siglo XV, precisamente la era en que nace esta asociación. Justo en el periodo que va desde el renacimiento a la revolución científica. De la

alquimia a la química, de la astrología a la astronomía. Característica de la masonería es que trabaja en logias y adopta un sistema central de símbolos, por llamarle de alguna forma, que provienen de la jerga, el léxico y la cosmogonía de un oficio particular, los albañiles constructores de catedrales en la Edad Media. Otro rasgo es su alta disposición al deísmo, sin apartarse por completo de otras religiones llamadas “de Libro.” Detalle digno de resaltar es que adicional distintivo de esta forma de sociabilidad es su liberalismo, su elástica tolerancia ante la diversidad de credos y cultos. Asimismo su apertura y gran permeabilidad para el hermetismo, la alquimia y los postulados de los manifiestos rosacruces. Y para acabar de contar aquí de momento, se caracteriza por su origen en las Islas Británicas, durante el periodo que G. K. Chesterton califica como de las luchas teológicas. Esta última característica nos lleva a plantear que, si bien la identidad de los primeros masones modernos se presta a discusión, el origen de la masonería se ubica en el establecimiento formal de la Gran Logia de Inglaterra, en febrero de 1717, que es lo que estamos celebrando en este año, precisamente. Los primeros tres siglos de masonería. Este aniversario ya implica en sí mismo varias cuestiones como la de aceptar que, si se conmemora la creación de una gran logia en el año

citado, es obligado suponer la existencia previa de logias masónicas dispersas, con anterioridad a esta fecha. Indagar acerca de la antigüedad de la práctica masónica en Inglaterra sí que plantea nuevos retos. El trabajo de la historiadora británica Frances A. Yates, El iluminismo rosacruz, aparecido en 1972, contiene a mi juicio datos incontestables que proporcionan suma claridad sobre este asunto. La profesora encontró constancia del primer masón históricamente documentado. Se llamó Robert Moray, que fue admitido en una logia de Edimburgo, la capital de Escocia, el 20 de mayo der 1641, es decir 76 años antes de la creación de la Gran Logia de Inglaterra. Otro masón, segundo en antigüedad, fue Elías Ashmole, a su vez admitido en una logia de Warrington, en Lancashire, en 1646, o sea, 71 años antes de la creación citada. Sin embargo, hay otras constancias más antiguas acerca de la existencia de logias. Se han encontrado también en Inglaterra versos y notas en los que se hace referencia a la existencia de estos talleres, y datan de 1638. Hacia 1717, como podemos inferir, existían muchas logias repartidas por todo el territorio insular, pero fueron solamente cuatro de ellas, radicadas en Londres, las que decidieron en febrero de ese año, fundar la Gran Logia. Éstas eran la llamada Número Uno, que solía reunirse en la cervecería Goose and Gridiron; la Número Dos, que se reunía en la cervecería Crown, de Parker´s Lane; la Número Tres, que hacía tenidas en la taberna denominada Apple Tree, de Charles Street y, finalmente, la Número Cuatro de la taberna Rummer and Grapes, de Westminster. Según el historiador de la masonería Jasper Ridley, el 24 de junio de ese año, se reunieron en la cervecería Goose and Gridiron y eligieron a Anthony Sayer como Gran Maestro. La gran logia se había establecido en febrero y en ese verano temía su primer dirigente electo. La mayoría de los escasos miembros de las primeras tres logias logias aún eran albañiles operativos o estaban conectados con el ámbito de la construcción, pero la logia número cuatro contaba con setenta miembros, entre caballeros y nobles. Finalmente conviene reflexionar sobre el hecho de que una institución como la masonería debe ser valorada en su justa dimensión; su existencia se ha legitimado al paso de los siglos y por lo visto prevalecerá por muchos más, creando y manteniendo espacios de reflexión y acción para hombres libres e independientes. Su sana existencia se garantiza en tanto se mantenga así. No es patrimonio de una persona o grupo, de ningún gobierno, clase social, iglesia o partido político. Estamos ante un auténtico patrimonio de la cultura universal que cumple este año tres siglos.

Historia

Contreras


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LA GUALDRA NO. 307

Traducción: toda reescritura es un original

Literatura

La literatura no se crea ni se destruye, sólo se traduce

6 Por Maliyel Beverido

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ntre las muchas polémicas y discusiones que suscita la traducción, la que enfrenta al original a la copia es una de las más álgidas. La traducción es una parte intrínseca del lenguaje, pues tiene los dos aspectos primordiales que Jakobson le atribuye: metáfora y metonimia (palabras o frases con alguna relación de semejanza o de contigüidad). Hablar, escribir, comunicarse supone elegir determinadas entidades lingüísticas que serán comprendidas por quien escucha o lee, el código puede ser limitado o extenso, pero es fundamental que exista un consenso entre el código del emisor y el del receptor. Así, la traducción es una forma especializada de literatura en la que el traductor elabora un texto con elementos dirigidos a un receptor que posee la clave para decodificarlos, tal como el autor lo hace en un principio. Soy de la opinión de que, bien mirado, no existe tal oposición entre ambas (original y traducción) y prefiero, siguiendo la argumentación de varios filósofos y literatos, hablar de una equidad entre ejercicios recreativos del lenguaje. Resulta absurdo pretender la originalidad absoluta de la obra literaria (como en cualquier disciplina de expresión, de hecho), cuando toda escritura se nutre de las muchas escrituras que la preceden, y de las muchas lecturas que la prolongan. El propio Octavio Paz dice que aprender a hablar es aprender a traducir, y que ningún texto es original porque “el lenguaje mismo, en su esencia, es ya una traducción: primero, del mundo no verbal y, después, porque cada signo y cada frase es la traducción de otro signo y de otra frase”. Lo que hoy se llama literatura popular es el registro de tradiciones orales que se enriquecieron, transformaron y adaptaron dejando tantas versiones como narradores. Tal es el caso de los “cuentos de hadas”, que tienen versiones en distintas lenguas de distintos países europeos. La Caperucita

Roja, por citar apenas un ejemplo, se conserva a través los relatos de Charles Perrault en Francia, los hermanos Grimm en Alemania y la obra teatral de Ludwig Tieck, también en Alemania. Posteriormente se han hecho otras adaptaciones de esa historia dentro una misma “lengua original”; como novela ilustrada, como novela gráfica, para público de distintas edades, trasladada al contexto contemporáneo, para llevarla al cine, como serie televisiva, etc. Y, por supuesto, incontables traducciones. Curiosamente, aunque el traductor no tiene el prestigio que el autor “original”, se encuentran en la literatura frecuentes ocasiones en las que las obras se han hecho pasar por traducciones. Parece ser que en todas las épocas, desde que la escritura existe, la traducción ha jugado un papel crucial no sólo en la difusión tanto de la historia como de la ficción, sino que ha sido un recurso literario en sí mismo. En francés roman -la palabra para novela- significa “a la manera de los romanos”, o también “en lengua romana vulgar”, que era el latín adaptado y deformada de los pueblos conquistados por el Imperio Romano. En la Edad Media, la profusión de relatos no distinguía entre un “original” y su “traducción”, pues todo escrito en lengua vulgar o toda traducción del latín era llamado roman. En el Siglo de Oro español algunas novelas de caballería pretendían ser traducciones del latín, el griego y otras lenguas, pues así pretendían suscitar el interés de lectores en busca de exotismo. La traducción, al acercarnos a poéticas y narrativas que vienen de otra parte, se vuelve un puente entre culturas. Ya en el siglo XX se pueden identificar varias obras que se presentan con un autor apócrifo y cuya traducción es autoría. Uno de estos autores disimulados tras la traducción fue Boris Vian, quien firmaba como Vernon Sullivan novelas policiacas que fueron desaprobadas por su contenido. La novela policiaca o novela negra no parecía convenir a la tradición

literaria francesa, por lo que Vian presentaba sus obras como venidas de los Estados Unidos, donde el género estaba en boga. Incluso fue condenado y multado por “ofender las buenas costumbres”. Sin embargo, fue el propio medio literario el que más se mostró ofendido por la “impostura” de Vian, desdeñando incluso las obras que firmaba con su nombre, a pesar de que gozaban de gran popularidad y número de lectores. Por otra parte, Jorge Luis Borges tradujo y se apropió de relatos que encontró en diversas tradiciones literarias. Su gran conocimiento de literaturas anglosajonas y su práctica cotidiana del idioma inglés se puede rastrear mediante el minucioso análisis de sus ficciones. Pero también en los cuentos que él señala como traducciones encontramos sustituciones, añadidos y enmiendas de su propia creatividad. En algunos cuentos se hace una específica reflexión al tema de la autoría, la copia o la traducción, como es el caso de Pierre Menard, autor del Quijote, lo que nos deja ver que esta polémica no le era ajena. Para el escritor Ricardo Piglia no debería existir algo como propiedad privada en la literatura, puesto que la lengua no tiene dueño. Se puede decir que la lengua tiene usuarios, que la mantienen viva. Según Juan Villoro una de las desgracias de la literatura es que ésta no pueda renovarse en su propia lengua, y que sólo se revivifique con el ajuste de los modismos y estructuras que aparecen en las diversas traducciones a los largo de las épocas. O sea que los cambios al “original” son los que la mantienen vigente. ¿Muchas versiones de un texto? ¿Muchas copias de un original? O simplemente mucha experimentación con el lenguaje. Tanto los héroes ficticios y los lugares imaginarios, como los heterónimos, los traductores apócrifos, los relatos apropiados, las leyendas imitadas y las lenguas inventadas son parte de la literatura y evidencian las muchas formas y traslaciones con las que el pensamiento se divierte.


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Esther Seligson

Sueños, deseo, libertad producción de imágenes— y la reflexión”. Dichas al periodista Miguel Ángel Quemáin (citadas por Lorenzano) las palabras de Seligson autodefinen su oficio: “Mi literatura siempre era un diálogo con mis propios sentimientos, con mis propias sensaciones, y dirigido generalmente a un interlocutor… Siempre me decía: cuándo voy a llegar a escribir algo que no sea a partir del dolor, a partir de la experiencia personal”. Ahí, quizá, el justo encuentro entre escritor y lector, entre palabra y apropiación de ella.

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na mujer sigue a un hombre por la ciudad. Lo vio, en un principio, delante de ella, en unas escaleras eléctricas que avanzan hacia arriba. Ya es tarde, quizás las quince horas de una temporada en la que el clima se vuelve estival. Pero lo sigue. ¿Quién es este hombre? “Si me adelanto —leemos en “El buboso”, el relato que en el 96 Esther Seligson publicara inserto en el libro Hebras— lo perderé de vista y sencillamente no podré voltearme y verlo de frente con descaro”. ¿Quién es? “Pordiosero no es”. Lo sabe la narradora omnisciente, misma que lo sigue y observa, y es que él acaba de arrojarle “unos centavos sin detenerse apenas” a “un chico muy joven, desaliñado”, que invade el espacio con una “guitarra mal rasgueada”. ¿Quién es? “¿Será Borges? Ni sé por qué se me ocurre”, se cuestiona la mujer, ya cerca de llegar, siempre atrás del hombre, a “otra escalera eléctrica que por suerte funciona”. ¿Quién es? Arcanos como éste se multiplican en la obra narrativa de Seligson (1941-2010), autora a la que lectores y críticos incluyen en el listado de los escritores mexicanos de culto. Para fortuna de todos, tanto como para recrearnos en la comprobación de esta aseveración, acaba de publicarse (Malpaso) una cuidada selección de sus creaciones breves, Cuentos reunidos, con prólogo de Sandra Lorenzano y selección y epílogo de Geney Beltrán Félix. Una escritora —estudiosa de la astrología, el tarot y la cábala— que independientemente de la práctica de los géneros literarios, novela, poesía, ensayo, aforismo, consiguió la concepción de un mundo. El mundo de “los sueños, el deseo y la búsqueda insaciable de una libertad que, aun sabiéndose herida, no abandona la marcha [que] marcan sus letras”, a decir de Lorenzano. Orgullosa de sus condiciones de errancia y peregrina, en tanto a su pertenencia a la cultura judaica y de provenir de una madre rusa y un padre polaco, Seligson comenzó su carrera literaria desde muy joven, logrando publicar en diversos suplementos culturales. Su interés por la literatura la llevó también a la academia, el teatro y la traducción. Baste decir que fue la primera que en México trasladó la obra de Emil Cioran. (Otras de sus presencias fueron Lévinas, Jankélevitch, Pessoa, Rilke, Yourcenar y Jabes). La escritura de Seligson, no siempre agrupada editorialmente de manera correcta y justa para su dimensión, “nace siempre de la más profunda de las bús-

Quien “Alcanzamos un ancho camellón con prados, toldos, mesitas y sillas bajo frondosas acacias —prosigue el relato “El buboso” —. Ahora sí, digo, si se sienta me le pongo enfrente (…)”. El quien —en sustitución del quién. Los dos enigmáticos: como toda la obra de Seligson.

Domadora de la naturaleza Esther Seligson fue definitiva, difícil, rotunda. Parecía un derviche, una domadora de la naturaleza. Era un ser singular que hacia surgir el agua del desierto. Pedía al lector un esfuerzo, pretendía crear un lector sabio como ella, que la atendiera y se identificara con sus pasiones. De que las palabras son una “tabla de salvación”, Esther dio prueba a lo largo de su vida. quedas, conjugando el rigor intelectual con una anhelante necesidad de caminos y hallazgos espirituales”, acota Lorenzano. “Esto se percibe en todos y cada uno de los cuentos de esta antología —precisa la prologuista—. En ella podemos ver la coherencia de su recorrido creativo y vital, sus deslumbramientos poéticos y filosóficos, sus pasiones espirituales. Lo lírico y lo narrativo se alimentan aquí del amor a las palabras, con las que recupera un intimismo denso y rico. Lo emocional es la materia esencial de los relatos, recuperado fundamentalmente por medio de los sentidos”. Talante experimental “Atípica”, dice Beltrán Félix, la obra de Seligson —habrá que anotarlo desde ahora— no parece de sencilla lectura ni comprensión. Sus riesgos (“talante experimental”) son mayores; también con ello los disfrutes y entendimientos que se producen en el lector. Renuente a la convicción aristotélica que pide organicidad a la creación artística, en buena parte de sus textos la autora

actúa con insumisión ante aquello que considera usual o imprescindible en cierta franja más hospitalariamente recibida por el mercado, como el desarrollo de una historia, la construcción dramática y la psicología del personaje”. “A menudo no hay drama en su ficción —escribe Beltrán Félix—: los hechos usualmente ya han ocurrido, y lo que se registra es la forma en la que la consciencia y la sensibilidad los reviven, explican o reconstruyen”. Observadas de manera panorámica, las narraciones de Seligson (buena parte incluidas en este nuevo libro) posibilitan el apunte de pautas preestablecidas: estructura libre, oblicua o irregular. Y que siguiendo al seleccionador “pareciera el resultado de una transmutación en palabras de lo que surge a través de asociaciones libres en la deriva del pensamiento, propio de quien ejercía la escritura con la compulsión de un proceso vivo, una deriva permanente que podría ir, partiendo de un impulso de introspección o autoexamen, hacia las escalas de la memoria, la imaginación —en el doble sentido de fantasía y

Elena Poniatowska

Obra (cuento). Tras la ventana un árbol (1969). Luz de dos (1978). De sueños, presagios y otras voces (1978). Sed de mar (1987). Indicios y quimeras (1988). Isomorfismos (1991). Hebras (1996). Toda la luz (2006). Cicatrices (2009). Escritos a mano (2011). “El profesor Nicodemo Laussel” (inédito). **** Esther Seligson, Cuentos reunidos, Malpaso, Barcelona, 2017, 400 pp. * @mauflos

Libros

6 Por Mauricio Flores*


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La Tauromaquia de Alfonso López Monreal: el misterioso subconsciente del toreo Arte

6 Por Jánea Estrada

tras tradiciones; muchas de nuestras expresiones cotidianas provienen de la tauromaquia, cuya estructura tiene una parte de mitología, de eroticismo, tiene también un acercamiento con esa línea delgada que separa la vida de la muerte.

Lazarín

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a Tauromaquia de Alfonso López Monreal está compuesta por 33 grabados inspirados en la fiesta brava; esta colección de gráfica que presenta al público el próximo día 6 de septiembre en el Museo Pedro Coronel en Zacatecas, es una producción artística que implicó dos años de trabajo: fue él mismo quien realizó desde el proceso de grabado en metal hasta la impresión final de cada una de las imágenes. Cada grabado tiene un tiraje de 50 piezas numeradas y firmadas, 40 de las cuales se destinaron a la conformación de carpetas y 10 se destinan a la venta individual. El mismo día de la inauguración de la exposición en la que se exhiben las piezas, se llevará a cabo la presentación del libro del mismo nombre; los comentarios estarán a cargo de Genaro Borrego, Juan Antonio de Labra y Alberto Huerta. A este cuarteto de personajes, incluido el autor, los une la pasión por la más bonita de todas las fiestas: la de los toros. A propósito de esto, platicamos con López Monreal.

JEL: ¿Qué es lo que tú ves en esa tradición que te apasiona? ALM: Yo digo lo que yo veo. Para eso es el arte. Ahí está la obra… si pudiera expresarlo con palabras no hubiera pasado dos años de mi vida haciendo estos grabados. Me dediqué hacer todos los procesos, desde pulir la plancha, cortar el papel, hacer la imagen, grabarla, estamparla… Le llamé “Tauromaquia” por Goya, como ya mencioné, aunque otra Tauromaquia bellísima es la de Picasso… En la mía, más que los momentos de los toros en el campo o en cualquiera de los tres tercios, muestro mi propia interpretación, algo más íntimo; quise representar la fiesta de adentro hacia afuera, en donde se involucra la experiencia propia, la relación de lo simbólico con la vida diaria a todos niveles, hasta el religioso, que no puedo negar.

Jánea Estrada Lazarín: ¿Por qué 33 grabados? Alfonso López Monreal: Son 33 grabados porque Goya así presentó su Tauromaquia; es decir, hizo 40, pero 7 por alguna razón los rechazó. JEL: 200 años después de haberla presentado Goya, presentas la tuya. ¿Con qué técnica está realizada? ALM: Él presentó 33 grabados en 1816. Las técnicas que utilicé son las que siempre utilizo, agua fuerte, agua tinta y mezzotinta básicamente, aunque en algunos hay collage, barniz blando, buril y lavis. JEL: Hay que mencionar que tu trabajo no es una interpretación de la Tauromaquia de Goya; digamos que es tu propia interpretación de la fiesta brava, aunque haya similitudes en algunas técnicas utilizadas y el número de las piezas, ¿cierto? ALM: Así es, poco tiene que ver con la de Goya; pero indudablemente que hay cierta influencia. Todos los artistas tenemos influencias, algunos las aceptan, otros no. Él es una de mis influencias, así como otros grandes artistas con los que me siento familiarizado, cuyo trabajo me ha impactado, él es uno de ellos, Giacometti es otro; entre

JEL: Las disciplinas artísticas se manifiestan en la celebración de una corrida de toros, hablemos por ejemplo del teatro… ALM: El teatro está presente desde el principio; desde que se están vistiendo en su cuarto de hotel los toreros hay todo un ritual, se están caracterizando, todo está enfocado a lo que va a suceder; el teatro te acerca al momento de la verdad, es el arte el que te acerca a la muerte.

los mexicanos está José Clemente Orozco y sus maravillosos dibujos, y José Luis Cuevas, que acaba de morir recientemente. JEL: ¿Podría considerarse que eres un seguidor de Cuevas? ALM: De él propiamente no, pero sí de esa vertiente artística. Además, tengo que decir que fue el artista que me apoyó cuando llegué a París en 1975 y que me hizo grabador. Un periodista mexicano amigo mío -Raúl Pérez López Portillo- quien vivía en Europa en el exilio y que hasta la fecha sigue viviendo en Madrid, me compartió su teléfono. Me pasó varios contactos, curiosamente el que dejé para el final fue el de Cuevas y fue el único que me recibió con una gran generosidad y me recomendó

para que trabajara en el taller de Hayter, que fue donde pasé trabajando mis años parisinos. JEL: ¿Tú tenías la intención de ser grabador? ALM: No, qué esperanzas… yo iba con la ilusión de estudiar y aprender pintura. En Zacatecas no había escuela de grabado; bueno, hicimos grabado con José Guerrero en el IZBA, entonces traíamos esa semillita, pero ni siquiera era grabado en metal. En Guanajuato quise aprender grabado pero el primer día el maestro me corrió [ríe]. JEL: Pero después de eso te fuiste a Barcelona y a Irlanda y seguiste trabajando en talleres de grabado… ¿Eres más grabador que pintor?

ALM: La gráfica me dio todo, me dio disciplina, la iniciación a las artes de manera formal… y me dio de comer, también algo muy importante, por eso le tengo un gran cariño. Básicamente soy grabador y después pintor. JEL: Yo entiendo por una parte tu pasión por los toros, que es indiscutible, y por otro lado el compromiso con el arte y con el tributo que tú puedes hacer a través de él a la fiesta brava, cuyo vínculo con el arte es ineludible también... ALM: Eso es precisamente lo que me interesa, es lo que he vivido desde niño. El vínculo de la fiesta brava no sólo es con el arte, sino con la vida misma. Se comprenda o no, se acepte o no, es parte de nues-

JEL: Estamos hablando entonces de lo sublime, de lo que te confronta, lo que va más allá de la belleza… ALM: Así es, cero hipocresías. Yo abiertamente digo que la fiesta de los toros me gusta, abiertamente digo que como carne, que soy pecador, que me voy a morir, que admiro a la gente valiente, a la gente que se atreve a hacer cosas, a la que pasa años y años –y no me refiero sólo a los toreros- en aprender un oficio para después enfrentarse a algo de lo que no se tiene certeza. La relación de la vida con la muerte… JEL: Tus grabados está llenos de musicalidad, ésa que también está presente en las corridas… ALM: Espero que sí. La música en los toros se puede ver de la forma más


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Arte

simplista, ahí están los pasos dobles, la banda, pero en las corridas hay música también cuando el capote se desliza en la arena: si hay temple se escucha de una manera y si no lo hay se escucha de una forma muy diferente –como disco rayado-. JEL: Los silencios también son fundamentales… lo mismo en la música, la poesía, el teatro y por supuesto, en los toros… ALM: Sí, en las plazas no hay cosa más bella que escuchar, después de esos silencios, al unísono un “Oooole”. Dicen que en la México se da uno de los más bellos del mundo, pero cada plaza tiene su sonido, su musicalidad y sus silencios. La gente en los toros participa de un momento artístico y estético sin igual, porque la gente se queda callada y de pronto se manifiesta al mismo tiempo como si alguien la estuviera dirigiendo. La frase “Le están sonando los cascabeles”, dicha cotidianamente cuando alguien está muriendo, hace alusión a los cascabeles de las mulillas de arrastre, por ejemplo. JEL: ¿La danza también se manifiesta en las corridas? ALM: Es todavía más obvia. Un torero que no se ha pasado horas y horas frente al espejo viéndose torear, nunca va a depurar el sentido estético de la verticalidad, por mencionar otro ejemplo. Para que el torero dé un gran pase, con temple, debe tener un movimiento de cintura acompasado, que se complementa con un movimiento de muñeca dificilísimo y además, un

madura”; mi interés es reflejar eso sin ponerle demasiada presión. Mi madre, por ejemplo, está presente en estos grabados; ella se llamaba Dolores y hay varias dolorosas en estos grabados; con ella iba a los toros desde niño… mi abuelo nos llevaba a mi mamá y a mí a la Plaza San Pedro, luego ella me acompañó hasta sus últimos días a la Monumental, íbamos juntos al mismo lugar en el que sigo estando cada corrida; aún conservo el capote de paseo que diseñé y en el que ella bordó con sus propias manos mi nombre. La presencia de la mujer también es recurrente, porque la mujer no es sólo la representación de la mamá, es también la de la amiga, la amante…

sentido claro de las distancias. JEL: Para seguir en esto, hablemos de la fotografía, de las artes visuales y los toros. ALM: Captar el momento preciso… Yo por ejemplo hago cosas basado en lo que me marca, en las cosas que recuerdo por eso, que me afectaron y ya pasaron por un filtro -que es el artista mismo-. La fotografía es el instante. Hay sobre esta fiesta imágenes maravillosas… nace un poco también con la tauromaquia ese afán de perdurar en la memoria a través de la imagen. Goya cumplió también con eso al momento de perpetuar los momentos más importantes de la fiesta cuando no existía la fotografía todavía. Cuando ésta surgió nos hizo ver cosas que pasan tan rápido que ni siquiera nos percatamos en el momento.

JEL: ¿Y la poesía? ALM: La poesía es la expresión más profunda. En la poesía como en las artes plásticas se habla con el alma. Por ejemplo, mucha gente piensa en que el buen pintor es aquél que tiene facilidad para dibujar nada más, pero serlo implica mucho más que eso, requiere de algo más. Hay toreros que han tenido una vida muy especial y lo demuestran en el ruedo. Hay toreros que hacen poesía en el ruedo. Hay toreros poetas, pero también hay grandes poetas que han escrito sobre la tauromaquia. El torero poeta, para mí, es Morante de la Puebla: es poesía pura. JEL: Hay mucho de poesía en tu Tauromaquia, en todos los grabados que la conforman…

ALM: Ojalá y fuera así. El mayor halago que puede tener mi trabajo es que vieran en él algo de poético. Creo que los artistas somos un poco poetas frustrados… tenemos que encontrar un medio de expresión, el fundamental es el lenguaje, es el que te lleva a los niveles más altos de filosofía. Los artistas lo intentamos a través de la poesía, la pintura, la música… Considero que en el fondo a lo que aspiramos todos es a llegar a esos niveles de lo poético, de la expresión pura del alma. Mi Tauromaquia es una expresión muy personal, es un poco autobiográfica como es toda mi obra; nos sucede a todos los artistas, querámoslo o no. He pretendido con ella expresar esos sentimientos y vivencias que tuve en la infancia, en la adolescencia y que tengo ahora en una madurez “más

López Monreal llegó la primera vez como aficionado a una plaza de toros de la mano de su madre, como muchos de nosotros, los que asistimos y amamos a la fiesta brava. Hay cosas que se heredan y nos marcan. Los silencios de la plaza, la poesía de un capote en la arena, la danza y el sonido de los duendes cuando aparecen. Los personajes que actúan en esta fiesta, sus imaginarios, sus dolores, pasiones y alegrías, derrotas y triunfos, su erotismo y esa relación tan estrecha entre la vida y la muerte permeada de religiosidad, misticismo y arte, están plasmados en 33 grabados de este artista zacatecano que el próximo 6 de septiembre “partirá plaza” en el Museo Pedro Coronel para compartir con el respetable su Tauromaquia: el misterioso subconsciente del toreo.


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LA GUALDRA NO. 307

El joven del puente 6 Por José Luis Guerrero

Río de palabras

Álvarez

A

quién no se le ha metido en la cabeza el capricho de irse de vago en algún momento de su vida; irse por el mundo, explorando lo que significaría estar libre de toda atadura, familia, trabajo, amigos, compromisos, estudios y todo aquello que nos mantiene en dependencia de lo que nos rodea, caminar por las calles sin ningún problema, disfrutar del olor de la mañana, comer sol, comer lluvia, comer aire, comer sonidos, comer vida independiente, permitirnos el lujo de vivir sin ningún lujo, de vivir como un asceta, filosofando por la vida, buscándole los detalles a la misma -que los seres humanos “normales” no percibimos-, disfrutar de la gente, sin que la gente nos conozca, disfrutar del parque, de la montaña, de los paisajes; creo que a la mayoría nos ha llegado ese deseo que luego vemos como imposible porque ya tenemos un proyecto en nuestras vidas. Irnos sólo con lo necesario y sentarnos en cualquier lugar a leer un buen libro, escribir lo que se nos antoje, poesía, novela, vivencias, disfrutar de un buen café elaborado en maquinitas de la tienda; disfrutar, no sufrir; disfrutar, no preocuparse; disfrutar, no espantarnos por lo que nos dice la bolsa de valores; dejar que el destino nos ofrezca lo que determine, olvidarnos de todo aquello que causa estrés, recostarnos en la arena para escuchar el viento, el oleaje, las aves, el sonido de la vida, el sonido de la libertad y respirarla, aspirarla. Me encontré con un joven de unos 25 años o menos; llegó a vivir bajo el puente que conduce a la Colonia La Condesa, en Guadalupe -cerca de la UPN-; lleva consigo sus cobijas, su botella de agua, algo de comida, algunos libros y su inseparable flauta de pico. Tiene aproximadamente un mes y medio viviendo ahí; en ocasiones desaparece, dobla sus cobijas y lo poco de ropa que tiene, acomoda sus cosas y las deja ahí en el puente; nadie se

acerca, causan extrañeza a los transeúntes los objetos que ahí se encuentran, pero nadie escudriña, ni siquiera la policía, nadie le molesta, nadie mueve sus pertenencias, es como si fuera un hogar con puertas cerradas cuyos habitantes están ausentes. Lo poco que me dijo es que tiene 6 años viviendo en México, que es originario de Chicago y que va de ciudad en ciudad, viviendo en la calle; hay algo más sorprendente: interpreta de manera excepcional la flauta; al oírlo se percibe un concierto bien estructurado, tiene junto a él un legajo de partituras de Mozart, de Vivaldi y de Beethoven principalmente; son notas muy rápidas, de pronto sentí escuchar a un profesional, no sé si en verdad está leyendo las partituras; no permite que se acerque uno demasiado, la gente le deposita algunas monedas en una gorra sucia que coloca a su lado y va por muchos lugares llevando lo suyo, lo que sabe hacer. No dice mucho, no quiere descubrirse del todo, se le ve feliz, contento; me reveló que le gusta la libertad y la música, aunque interpreta a Mozart y a Vivaldi, me dijo que su favorito es este último; pasa horas bajo el puente, al parecer lee, porque con

él tiene unos ocho libros entre los cuales se puede reconocer La Ilíada, de Homero. Omar es su nombre, es muy desconfiado, no le gustan los periodistas; tiene temor de que algún día lo vayan a desalojar de “su hogar” (la parte baja del puente). Me quedo con algo, está vi-

viendo como quiere y todas las mañanas se levanta a interpretar su música, recibe monedas para sobrevivir, es vagabundo, como lo fueron muchos artistas, muchos ascetas, muchos filósofos, en realidad… ¿quién será Omar? profrjoseluis@prodigy.net.mx

/// El jueves 31 de agosto fue inaugurado en el Teatro de la Ciudad Hermanos Domínguez de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el V Festival Internacional de Poesía Contemporánea. El poeta mexicano Marco Antonio Campos, es el homenajeado en esta edición del festival en el que participan poetas provenientes de 17 países; el Ayuntamiento le otorgó un reconocimiento por su constante labor como promotor de las artes y la cultura. En La Gualdra nos sumamos a la celebración y al muy merecido reconocimiento a Marco Antonio Campos. Foto: Pascual Borzelli Iglesias.


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4 DE SEPTIEMBRE DE 2017

Desayuno en Tiffany´s, mon ku Santa y Andrés, un filme premiado en México y censurado en USA y Cuba 6 Por Carlos Belmonte

Cine

Grey

E

l cine cubano y su nueva generación de realizadores, tras la apertura, se ha enfrentado al dilema de o hacer denuncias frontales al sistema o develar aspectos del mismo. Lo cierto es que ya no se preocupan, como lo hizo en su momento Tomás Gutiérrez Alea -notablemente en lo que toca al tema de la homosexualidad y su multiaplaudida y alabada Fresa y chocolate (1993)-, por disfrazar sus denuncias. Y es que justo en ese sentido va la película de Carlos Lechuga, Santa y Andrés, premiada por el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) este año como Mejor Película Iberoamericana y reconocer con el Premio Mayahuel de Mejor Actriz a Lola Amores. Lola Amores (Santa) y Eduardo Martínez (Andrés) dan vida a dos personas, aparentemente, opuestas con sus filiaciones a la Revolución. Situada en la década de 1980 al oriente de Cuba, Santa es enviada a vigilar durante tres días a Andrés, el tiempo que durará una visita del Comité. Andrés es homosexual y escritor, por tanto, una amenaza contra la estabilidad de la Revolución y de su sagrada misión, razón por la cual él está confinado a vivir en una choza lejana del pueblo. Mientras que Santa es una mujer sola, treintañera, campesina y empleada en la granja estatal de su pequeño pueblo. De sus conversaciones saldrán certidumbres de los dos bandos.

La narración no se contenta con diálogos pedagógicos, sino que la imagen adelanta la palabra: las humillaciones simbólicas de un fusilamiento con huevos (si la memoria no me falla) mientras el homosexual canta el himno a la Revolución son suficientes para llenar los vacíos del idioma. Santa y Andrés fue un proyecto que comenzó a gestarse en el año 2013, justo cuando Lechuga tuvo sus primeros problemas con el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) por la proyección de su primer largometraje, Melaza, en el Festival de Cine de la Havana. En ese momento el director empezó a informarse de la censura y vejaciones de los homosexuales de las décadas anteriores y se vio influenciado por dos documentales: Seres extravagantes (2004) de Manuel Zayas y Conducta impropia (1984) de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal. Aquí tuvo acceso a un mundo que su juventud le

había, hasta entonces, escondido. La suerte no fue diferente con Santa y Andrés. La película fue estrenada en el Festival Cinélatino, Rencontres de Toulouse 2017 (aquí lo pudimos ver) en el mes de marzo. Justo en el momento en que era prohibido para su proyección en la Competencia del Havana Film Festival de Nueva York (30 de marzo al 7 de abril) y en Cuba encontraba

duros reveses en la crítica oficial. Paradójicamente, la película que denuncia una censura histórica se ha visto censurada por contravenir la imagen de una Cuba abierta y consciente. Queda sólo esperar que la película quede liberada en internet o que algunas almas caritativas de la cultura la jalen a proyecciones públicas.

El Picaporte

Mi campaña es audaz, no agresiva 6 Por Simitrio Quezada

N

uestra vecindad con Estados Unidos de Norteamérica propicia que calquemos muchas de sus palabras. Alguna vez explicamos cómo su “bizarre”, que significa burdo, se confunde con nuestro “bizarro” que significa valiente. También hay confusión entre su “application”, solicitud, con nuestra aplicación que es una virtud y no un formulario. Otro caso está en el “Actually” de ellos, que significa “De hecho” y no “actualmente”, como algunos atolondrados llegamos a traducir alguna vez. Estos anglicismos, pues, nos llevan a torcer lo que en el español está mejor dicho. Por ejemplo el adjetivo “agressive”, que ellos utilizan para designar a una campaña innovadora, audaz, inédita. O para una persona que destaca por su forma distinta de hacer las cosas. Lo que los sobrinos del tío Sam conocen como una persona “agressive”, un “agressive worker” es un trabajador que impresiona por sus métodos revolucionarios e innovadores. Lo que nosotros traducimos, y traducimos mal, como “trabajador agresivo” es alguien violento, irascible, tendiente a los pleitos dentro del centro de trabajo. De modo que, si continuamos traduciendo mal, la expresión “an agressive goverment”, como lo dirían los hablantes del inglés sería para nosotros no un gobierno audaz, un gobierno diferente, sino una bola de gobernantes y funcionarios en motín, una turba que se muele las quijadas a golpes. “An agressive governor” no sería un gobernante que destaca por su audacia, sino por su violencia verbal y física.

Recordemos entonces a la hora de traducir, pero sobre todo a la hora de hablar en español: somos audaces, no agresivos. Nuestra campaña no es agresiva, sino audaz. Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com


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LA GUALDRA NO. 307

Zacatecas será sede de la XIII Bienal FEMSA de Arte Contemporáneo A partir de un cambio de formato, esta edición estará constituida por un programa curatorial de 18 meses e itinerará en cada edición • En éste se propone un modelo que ensayará nuevas metodologías museológicas, pedagógicas y editoriales • Le apuesta a un modelo colaborativo para generar un diálogo entre el contexto cultural local y el mundo del arte contemporáneo • La riqueza cultural de Zacatecas y de sus museos sustentan la elección de la sede. •

C

on el propósito de reconocer, fortalecer, estimular y difundir la creación artística en México, la empresa FEMSA (Fomento Económico Mexicano) y el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) Ramón López Velarde dieron a conocer las actividades de la XIII Bienal de Arte Nunca fuimos contemporáneos. Bajo la apuesta de un modelo colaborativo con el que se pretende generar un diálogo entre el contexto cultural local y el mundo del arte contemporáneo, la Bienal FEMSA, a partir de un cambio de formato, traerá a Zacatecas un programa curatorial que comprende 18 meses de proceso e itinerará en cada edición. Alfonso Vázquez Sosa, director del Instituto de Cultura (IZC) “Ramón López Velarde”, que estuvo acompañado por Genaro Borrego Estrada, titular de asuntos corporativos de FEMSA, así como Rosa María Rodríguez, gerente del programa cultural, y Willy Kautz, director artístico de la XIII Bienal FEMSA, manifestó su júbilo de que Zacatecas haya sido contemplado para este evento artístico. “Proyectos como éste son los que necesita el país”, dijo Vázquez Sosa a la par de Genaro Borrego Estrada, ex gobernador del Estado, quien señaló que “este acontecimiento tendrá una enorme trascendencia local, nacional e internacional, especialmente en Latinoamérica”. Como una empresa que general valor económico a través de lo social, lo ambiental y lo cultural, FEMSA sugirió a Zacatecas para que, después de 13 años de actividades a nivel certamen,

y con residencia en la ciudad de Monterrey, sea el estado que reciba actividades como colaboraciones museológicas, intervención en espacios públicos y programas pedagógicos, editoriales y públicos. “La riqueza cultural de Zacatecas y de sus museos sustentan la elección de la sede”, así lo puntualizó Rosa María Rodríguez quien, a la par, dijo que “para FEMSA, la educación y el arte fortalecen la creatividad y, también, la voluntad. Por su parte, Willy Kautz, mencionó la importancia de la Bienal FEMSA que, a partir de este año ya no es un concurso ni una exposición, sino una colaboración entre artistas y la población. Así, la XIII edición de la Bienal FEMSA se llevará a cabo de septiembre de 2017 a febrero de 2019 en diversos recintos museísticos y galerías de la ciudad y del estado, descentralizando su actividad en municipios como Tacoaleche, Guadalupe, Jerez y Vetagrande. Desde hace cuatro ediciones, la Bienal FEMSA ha experimentado con distintos formatos curatoriales. Así, la Bienal FEMSA, que anteriormente era un certamen nacional, se transforma a un programa internacional cuyo núcleo es el arte latinoamericano. Con el título de Nunca fuimos contemporáneos, la XIII Bienal FEMSA propone un programa de exhibición que hace una relectura de la función de las bienales de representar la actualidad y que pone en el centro prácticas artísticas que revisan temas históricos y lenguajes artísticos populares, barrocos, coloniales y modernos.


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4 DE SEPTIEMBRE DE 2017

In-definiciones II 6 Por Eduardo S. Rocha

sentenció el optimista. —¿Aún servirá el camión?— se preguntó el pragmático. Resignación: En un sueño de niñez, desperté de otro sueño y no era un día normal sino el amanecer de un crepúsculo de luz verde. La luz irritante llevaba al desconcierto y a la calle para ver el cielo,

Premio Caerus 2017 [Arte y tecnología]

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esde los inicios de INDI (acrónimo para ingeniería y diseño) nuestro objetivo ha sido rediseñar la manera en la que las personas se relacionan con la tecnología, y cómo la tecnología interviene en nuestras vidas. Creemos que los desarrollos de vanguardia están siendo sub utilizados y sub aprovechados, además de que no hay suficientes desarrollos originales mexicanos, por lo que nuestro objetivo es no sólo crear nuevas tecnologías dentro de nuestro país, sino desarrollar proyectos que imaginen y lleven a la realidad nuevas maneras de aplicar la tecnología para generar experiencias humanas positivamente atípicas, o extraordinarias. Nuestros primeros proyectos fueron notoriamente enfocados a la mejora en calidad de vida social, principalmente en el área de la salud; los más importantes, involucran exoesqueletos, o robots portados sobre el cuerpo, que brindan a las personas con discapacidad la oportunidad de volver a caminar. Durante los pasados cuatro años, esta línea de desarrollo es la que nos ha ganado más renombre en el mundo científico y en los medios digitales de distribución de información, tanto a nivel nacional como internacional. Ahora, pretendemos incursionar en una nueva línea también enfocada en proveer mejoras en la

calidad de vida social, aunque quizás de una forma que no es tan evidente: aplicando la tecnología a la experiencia artística. En el mundo, existen diversos, aunque aún no tan numerosos, ejemplos de cómo la combinación de tecnología de vanguardia en robótica y de la visión artística y creativa correcta resultan en instalaciones interactivas que no sólo plantean un concepto artístico profundo sino que permiten al público general, muchas veces de forma gratuita, exponerse de forma completa, involucrando todos sus sentidos, a experiencias que no pueden encontrarse en ningún otro lugar del mundo, de ninguna otra manera. Queremos brindar experiencias como ésas al público mexicano y latinoamericano; y queremos que sean desarrolladas por mexicanos y latinoamericanos, no importadas. Sabemos que existe el talento necesario aquí,

dentro de nuestro país; y que si no se ha creado más no es por falta de motivación, sino porque no se ha presentado la combinación correcta de factores. Nuestra intención es fomentar que esa combinación correcta suceda; por eso, por medio del Premio Caerus 2017, ofrecemos nuestro apoyo y ponemos nuestros recursos a disposición de los artistas que están ahí afuera. A través del Premio Caerus 2017, convocamos a todas y a cualquier persona mayor de 18 años a desarrollar y presentar una propuesta de proyecto cuyo enfoque sea el desarrollo de una instalación artística a base de tecnología. El premio para la mejor propuesta: un fondo de $330,000.00 MXN para su desarrollo. La parte artística será desarrollada por el proponente; de la parte de tecnología nos encarguemos nosotros. Sabemos que no todos abrazarán la idea de combinar la tecnología con el arte; sabemos que muchos artistas preferirían mantenerse fieles a métodos creativos tradicionales y que muchos científicos y tecnólogos encontrarían más productivo dirigir la investigación y desarrollo a aplicaciones industriales o productivas, pero genuinamente creemos que proyectos así no sólo abren camino a nuevas posibilidades que aún no podemos ver, sino que, lo que es más importante, inspiran o engendran la creatividad y la curiosidad en cada persona que tiene contacto con ellos. Nuestro objetivo fundamental es impactar positivamente a la sociedad por medio de la tecnología, y creemos que combinarla con las artes es la manera más efectiva de hacerlo. Para mayor información: INDI Ingeniería y Diseño S.A.P.I. de C.V. contact.indi@gmail.com www.indi.global

Convocatorias / Arte

6 Por Jesús Tamez Duque

eclipsado por naves que cubrían la vista como nubes metálicas con sus faros verdes apuntando a la tierra. Yo miraba hacia arriba con estúpida fascinación, sin miedo, al menos no hasta que retorné la mirada al suelo, en donde los hombres caían de rodillas, en veneración para recibir a los visitantes.

Río de palabras

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especho: Proviene del vocablo latino despectum, y del supino despicere, por lo que se supondría que la palabra entraña el significado de desprecio, sin embargo, el uso de la palabra se ha concretado a una situación de resentimiento frente a una tracción o un desengaño. Por ejemplo, el despecho que siento por mi ex-amada responde al hecho de que ella me dejó, mientras que un extraño podría despreciarla con sólo el hecho de tratarla cinco minutos. Desquite: Es regresar un agravio. Recibir un desaire y poder decir con desdén que ella, a fin de cuentas, no era para tanto. Pragmatismo: Cuatro hombres pasaban la tarde viendo la tele, irrumpió el noticiero con un flash informativo, “balearon un autobús escolar. No hay sobrevivientes”, y en seguida la imagen del vehículo poroso por obra del plomo y la pólvora. —¡Pobres niños!— dijo el hombre empático. —El país se está yendo al carajo— se quejó el pesimista. —¡Ya atraparán a los responsables!—


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LA GUALDRA NO. 307 /// 4 DE SEPTIEMBRE DE 2017

Amparito La pena era profunda porque lo había perdido todo. Marcela SerranoNo es una mujer, es un fantasma que desaparece dejando un enredo de silencios. Imanol Caneyada

Río de palabras

Para Gerardo de la Torre.

6 Por Alberto

Huerta

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oña Amparo sale del zaguán hacia la luz de la mañana que la hace parpadear. Arrastra una toalla blanca, camina paso a pasito por la banqueta cuarteada por las raíces de los árboles. Amparito sigue caminando. A veces se detiene. Bonita como aquellos juguetes / que yo tuve en los días / infantiles de ayer… Ella canta quedito pero entonada… Bonita como el beso robado / como el llanto llorado / por un hondo placer… Inmóvil. Sin soltar la toalla. Una voz recorre la calle: ¡Tamaaales oaxaqueeeños! Ella, Amparito, prosigue su lenta marcha. Sólo sus labios resecos se mueven. Un hilito de voz dice con dulzura: Mundo… Mundito. Detiene la caminata. Sus ojos claros observan cómo se mueven las hojas de los árboles, cómo se filtra la luz entre el follaje. Como un eco escucha el pregón al final de la calle: ¡Calientiiiitos… los tamaaaales! Se echa a caminar arrastrando la toalla. Suspira. Con la punta de la lengua repasa sus labios resecos. A su paso una bandada de palomas alza el vuelo como una explosión de plumas… los ojos grises se le hacen agua y una lágrima gorda baja hacia sus mejillas… sigue caminando con lentitud pero con determinación. Llega a la esquina y sin voltear a ver si viene un auto cruza la calle. A la mitad voltea a mirar al cielo. Suspira… Es un suspiro hondo como si quisiera

/// La épica de la civilización americana. 1932-1934. Su autor, el muralista mexicano José Clemente Orozco, falleció un 7 de septiembre de 1949. Así lo recordamos en la Gualdra.

acabarse todo el aire… luego prosigue la caminata hasta llegar a la otra banqueta. Se detiene. Duda. Y de improviso, con derminación, se sigue derecho… Mundo… Mundito… murmura. La brisa agita el camisón blanco. Descalza sigue caminando. Extiende el brazo y mueve la mano como si estuviera espantándose las moscas. Se detiene. Voltea para todos lados. Se tapa la

cara con la mano… solloza. Ella, Amparito, está sollozando. El cuerpo se le afloja y cae sobre la banqueta. Su cuerpo se hace nudo ciego. En las ramas de un árbol gorjea un pájaro… es un gorrión. Un ave pequeña… gordita… que nerviosa camina por la rama a saltitos. Con los ojos cerrados, Amparito aprieta entre sus manos a la toalla blanca.

Confusión 6 Por Pilar Alba

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o, no se confunda mi buen: esto no es amor, es cachondería. No busco una bonita amistad ni una relación estable. No pienso en el mañana,

mucho menos en el parasiempre. Le repito, no se me confunda. No hay en mis sueños una casa bonita, gallinitas y un perrito que mueva la cola cada vez que llego, tampoco un coro de pajaritos en sus jaulas. Tampoco veo en mi futuro un par de chiquillos moco-

sos que extiendan los brazos y balbuceando repitan, las sílabas: ma y ma. No. Lo mío es tranquilo y está claro, bien clarito. No quiero que me venga después con que no le advertí y que en su corazón usted no manda, que no sabe cómo pero que ya vivo yo ahí adentro. El plan es muy sencillito: vamos al baile, nos tomamos unas chelas, bailamos pegaditos, si quiere puede decirme un par de cositas bonitas al oído. Salimos, buscamos un lugarcito, algo oscurito, algo discreto. Nos metemos y le damos gusto al cuerpo. Ya si me gusta y le gusto, pues ahí en otro baile nos veremos; pero ya los dos sabiendo a lo que vamos. Sin hablar de amor, sólo cachondeo.


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