La Gualdra 539

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Javier Díaz Rivapalacio. Filósofos VI. De su exposición Forma Figura, en el extemplo de San Agustín en Zacatecas. “Javier camina entre la complacencia y la fascinación, en la búsqueda tensa, insaciable del sentido de la vida desde la sensualidad y la imaginación, estoico, hedonista, maniqueo, velardeano, para decirlo con una palabra familiar. Javier construye e inventa a partir del sin sentido: del cero absoluto, sin paso ni ie, pero liberado para cualquier inversión lividinal o alucinación creativa; pincel, imaginación, co lores, ahora la palabra siempre la concupiscencia, esa es la ruta de su plenitud, ¿habrá otra?”. Claudio Trejo [Más de la exposición Forma Figura, de Javier Díaz Rivapalacio, en páginas centrales]

SUPLEMENTO CULTURAL NO. 539 /// 22 DE AGOSTO DE 2022 /// AÑO 12 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com

Corría el año de 1955 cuando, por ini ciativa del entonces gobernador José Minero Roque, se llevó a cabo una ex posición coordinada por el Departa mento de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes y la Galería de Arte Nuevas Generaciones. Se inauguró en la capital del Estado, luego se mandó a Jerez y finalmente a Sombrerete para conmemorar el cuarto centenario de su fundación en el mes de junio. En aquel entonces, las exposiciones de artes plásticas eran una constante, gracias a la colaboración del artista fresnillense Francisco Goitia, quien era una especie de asesor del gobernador, con quien le unía la idea de que era indispensable difundir la cultura y las artes no solo en la capital de Zacatecas. La exposición en Sombrerete se in auguró y cuando venía de regreso a Zacatecas el vehículo que transportaba la obra sufrió un percance, se incendió con todo y las obras y pocas fueron las que pudieron rescartarse; claro que en aquella época no se tenían las previ siones que se tienen ahora de asegurar las obras de arte a exhibirse, así que el gobernador tuvo que asumir la respo sabilidad de las lamentables pérdidas ocasionadas por el accidente. En sep tiembre de 1955, en su quinto informe de gobierno, Minero Roque daba cuenta de las obras que se habían quemado: Autorretrato , de Francisco Goitia; Mu jer de espalda , de F. Castro Pacheco; Nube Ardiente , del Dr. Atl; La Marea , de Joaquín Clussel; El hermano , de Francisco Dosa mantes; La bañista , de Guillermo Meza; El pedregal , de Luis Nishizawa; Paisaje con torreón , de Feliciano Peña; Mater nidad , de Gloria Iris; Autorretrato , de C. Orozco Romero; El pirul , de Antonio Ra mírez; Mulata , de Gloria Iris A.; e India de Raúl Anguiano.1

1 Jánea Estrada. Una bizarra melancolía. La tradición plástica en Zacatecas . Secretaría de Cultura- Instituto Zacatecano de Cultura Ra món López Velarde, Zacatecas, 2020, p. 145. 2 Ibidem , p. 146. 3 Ibidem , p. 148. Jacques Derrida o la deldeconstrucciónlogocentrismo Por Sigifredo Esquivel Marín Forma Figura, exposición de Javier Díaz Rivapalacio en el extemplo de San Agustín La madre de Frankenstein, de Almudena Grandes Por Miguel Ángel de Ávila González Método Freire: una crónica de Rosario Herrera Guido Por Armando Salgado Xavier Robles, guionista fílmico excepcional Por Eduardo de la Vega Alfaro The humans, de Stephen Karam Por Adolfo Nuñez J. [SegundaMadrigueraparte] Por Mariana Flores

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Roberto Castruita Diseño Editorial Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com

Editorial

Contenido

No.GualdraLa539

La noticia del incendio de las obras se publicó en El Sol de Zacatecas , que in formaba así el hecho, haciendo énfasis en que una obra de Francisco Goitia ha bía sido destruida por el fuego: Valiosísima pintura de Francisco Goitia fue presa del fuego: Una valiosí sima pintura del famoso artista zacate cano Francisco Goitia fue presa de las llamas durante el incendio que se regis tró ayer en el transporte que conducía a esta capital el lote de las pinturas que se exhibieron en la ciudad de Sombre rete, Zac., durante los días en que se conmemoró el IV Centenario de la fun dación de aquella ciudad. / El informe se obtuvo en fuente privada, puesto que el transporte solo se estacionó por es pacio de breve tiempo frente al edificio del Poder Judicial y llamó la atención de los curiosos por las huellas que en él dejó el voraz elemento. 2 Nada de lo anterior intentó ocul tarse, por el contrario, el gobernador manifestó su pesar por el incidente ocurrido e informó que su gobierno y el municipal de Sombrerete se harían cargo de pagar al INBA y a los autores el costo de las piezas quemadas; ar gumentó que en el hecho no se había dado ningún acto de mala fe, que sim plemente no se tomaron las precaucio nes debidas y que era necesario “repa rar, de la mejor manera, para bien de los artistas perjudicados y del patrimo nio artístico de la nación”. José Minero Roque se comunicaría además con los autores afectados para manifestarles “sus condolencias por tan lamentable suceso”, lo que habla también de la sensibilidad y empatía hacia los artis tas que habían resultado perjudicados por el incidente. En 1955 se empezó a gestar una “co rresponsalía” del Instituto Nacional de Bellas Artes en Zacatecas. Fue en julio de ese año cuando se dio a conocer la noticia de que en el Instituto de Cien cias se había llevado a cabo una reu nión “con el objeto de comenzar a or ganizar una Escuela Superior de Arte en esta ciudad, que comprenderá las ramas de: pintura, escultura, grabado, música, danza y teatro”, 3 esa escuela se llamaría Instituto Zacatecano de Bellas Artes.Me pregunto ahora, con respecto a la exposición en Sombrerete, si existirán fotografías de la inauguración, por lo que habrá de ir algún día a esa mara villosa ciudad, a su archivo, para seguir indagando.Quedisfrute su lectura. Jánea Estrada lagualdra@hotmail.comLazarín

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Directorio

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

2 LA GUALDRA NO. 539 /// 22 DE AGOSTO DE 2022 /// AÑO 12

6 Por Sigifredo Esquivel Marín No sé como ni cuándo me acerqué a la obra excepcional de Jacques Derrida, fue a principios de los años noventa, era un joven estu diante en la Facultad de Humanidades (UAZ). Confieso que me desesperé un poco, no entendía gran cosa, su escri tura barroca, excesiva, no lineal y, en algunos momentos críptica, me dejaba –como diría mi abuela– patidifuso. Escritura y diferencia (Barcelona, Anthropos, 1989) fue uno de los prime ros libros que leí y creo haber enten dido, no del todo, pero sí, algo me co nectaba y me entusiasmaba de verdad. Una obra que nos enseña a pensar los temas y problemas de la filosofía des de sus márgenes y umbrales con rigor y una mirada crítica inusual en el pen samiento intelectual. Particularmente recuerdo los ensayos “Cogito e historia de la locura”, una conferencia polémica y aguerrida contra la Historia de la locura en la época clásica, contando con la pre sencia del propio Michel Foucault y una relectura del sujeto cartesiano en con junto. Y sus ensayos sobre Emmanuel y Levinas y Edmond Jabès son lecturas deslumbrantes que invitan a leer a estos dos grandes creadores. Luego leí y releí, no sé cuentas ve ces, Del espíritu. Heidegger y la pregunta (Valencia, Pre-textos, 1989), una de las lecturas más críticas y creativas a partir de la relación del ser-ahí heideggeriano con la animalidad. “Geschlecht. Sexual différence, Ontological Différence” es uno de los ensayos que más me han impresionado por su profundidad ana lítica, cuestionamiento radical y lectura incisiva de Martin Heidegger, es para mí un texto ejemplar de lo que significa pensar críticamente de, desde, contra y en compañía de un gran pensador, don de el comentario está a la altura del au tor Conanalizado.Derrida experimento algo que con muy pocos pensadores me sucede, estoy leyendo algún libro suyo, y me pongo a pensar, divagar o imaginar otras ideas o derivas, y luego, después regreso al texto, y muchas ideas que he ido pen sando de forma deshilvanada ya están escritas con lucidez meridiana por ese gran pensador argelino de origen judío. Con pocos autores siento tal cercanía, tal arrojo en el pensamiento crítico creador. Antes de la era de Internet, por lo menos en mi pueblo, leí todo lo que pude encontrar en español y francés publica do en libros impresos, y desde luego mu cha fotocopia. Luego con la aparición de Internet y el trabajo excepcional y gene roso de acopio, traducción y difusión de Derrida en Castellano a cargo de Horacio Potel tuvimos acceso los lectores de De rrida a toda su obra, luego tristemente pudimos ver cómo las grandes empresas editoriales se encargaron de criminali zar al estudioso argentino y cerraron la página web. El crimen del profesor ar gentino había sido compartir libros, ar tículos y conferencias de y sobre Derrida a quienes no teníamos acceso a la obra impresa. Si el propio Derrida estuvie ra vivo, seguramente, estaría contento con el trabajo titántico realizado por un entusiasta lector suyo de difundirlo en un amplio público hispano-parlante. En todo caso, la vasta y compleja obra de Derrida hoy circula en internet y quizá sea uno de los pensadores contemporá neos que más se leen y discuten. Una de sus diversas aportaciones fundamentales fue enseñarnos a leer / pensar /dialogar con la tradición fi losófica entera desde sus márgenes y umbrales con frescura jovial. Justo los conceptos limítrofes de diseminación, diferencia y deconstrucción aluden a dicha empresa que reúne riesgo, auda cia, rigor, entrega e imaginación. Ami gos como José Blanco Regueira y Mari carmen Rodríguez que fueron discípulos del autor de la Gramatología han dicho que era absolutamente una fiesta del pensamiento escucharle. Me imagino a Jacques siempre entregado a las artes del pensamiento y la escritura con el mayor rigor y elegancia. Exprimiéndose hasta el límite, dando todo sin reservas; no en balde las palabras donación, don y hospitalidad han sido repensadas por completo en su obra. En su última fase vital da un giro in esperado, su mirada se vuelca sobre el presente y encara temas y problemas urgentes de actualidad, arriesgando otras alternativas inéditas. En las pos trimerías de la muerte adquiere una voz íntima que le habla al interlocutor al oído, sobre el sentido de la muerte, la vida y la espectralidad. Al igual que otros tantos grandes escritores que su nombre ha sonado en los pasillos reales de Suecia, estuvo esperando, hasta el último instante, el Premio Nobel, el cual nunca llegó. Esa anécdota y otras con signan sus biógrafos y me enternece, nos da cuenta de sus aspectos dema siado humanos. No obstante, en todos los contientes y lenguas importantes su obra es cada vez más leída y consultada. Ha trascendido la filosofía y las huma nidades, forma ya parte del patrimonio cultural de la humanidad. La decons trucción es el estilo de nuestro tiempo. Y Derrida es uno de los más grandes in telectuales del siglo XX. 22 DE AGOSTO DE 2022 3 /// Jacques Derrida.

Filosofía

Jacques Derrida o la deconstrucción del logocentrismo

Buenos modales sí, pero también crí tica incluyente, serena, contundente, de quien no quiere a grupo ni a ten dencia, de quien sabe que “se hace camino al andar”. Javier camina entre la complacencia y la fascinación, en la búsqueda tensa, insaciable del sentido de la vida desde la sensualidad y la imaginación, estoico, hedonista, mani queo, velardeano, para decirlo con una pala bra familiar. Javier construye e inventa a par tir del sin sentido: del cero absoluto, sin paso ni ie, pero liberado para cualquier inversión lividinal o alucinación creativa; pincel, ima ginación, colores, ahora la palabra siempre la concupiscencia, esa es la ruta de su plenitud, ¿habráSencillootra?como es, tansita habitualmente por los convencionalismo, él fuera un hom bre común y corriente si no acostumbrara sacarse el corazón a cualquier hora en cual quier parte y a propósito de nada, exprimirlo, exponerlo al sol, al aire y a la lluvia, permane cer frente a él, hasta que manos femeninas lo recogen, acarician y lo ponen en su sitio. Si no fuera por eso, no estaríamos aquí, pensándolo bien, Javier más que complacen cia es fascinación discreta, y en la fascina ción hay siempre algo de rendición y entrega. Claudio Trejo [Texto de sala en la exposición Forma Figura] /// Javier Díaz Rivapalacio. Utopía del amor. /// De la exposición de javier Díaz Rivapalacio en San Agustín.

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/// De la exposición de Javier Díaz Rivapalacio en San Agustín.

Forma Figura, exposición de Javier Díaz Rivapalacio en el extemplo de San Agustín

Exposiciones

22 DE AGOSTO DE 2022 /// Javier Díaz Rivapalacio. La gran dama. Óleo sobre tela. /// Javier Díaz Rivapalacio. Memorial II. Madera. /// Javier Díaz Rivapalacio. /// Javier Díaz Rivapalacio. Sirena cantando a la luna. Polímeros./// Javier Díaz Rivapalacio. Sin título. Óleo sobre tela. 5 Exposiciones

2. La relación alumna-educadora en los pri meros años de estudio de la voz narrativa que cuestiona un sistema de enseñanza, a partir de las relaciones que se gestan en el seno fami liar donde se presentan obras de procedencia religiosa y en su contraparte influencias estri dentistas.3.Elénfasis por descolonizar el conoci miento, a partir de las propias preguntas que la madurez propicia, siendo la voz narrativa de la plaquette aquella que comparte las posibilida des históricas de lo que significa saber y pensar, antes de reproducir un sistema educativo que solo educa para obedecer.

Por Armando Salgado

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4. Las circunstancias de un colectivo de obreros cuando conocen el Método Freire, puesto en marcha por la autora de esta pla quette Estos materiales suman la experiencia del trabajo social con jóvenes universitarios, la al fabetización a través de la pedagogía de la libe ración de Paulo Freire, y la Teología de la libe ración (Rosario Herrera Guido la define como: “una teología de la liberación que escandaliza ba más que hoy en día, porque la teología de la liberación es la liberación de la teología, el cielo y el infierno están aquí en la Tierra y el pecado no es individual sino social”). Cabe mencionar que la autora asistió al Centro Intercultural de Documentación de Cuernavaca, donde conoció a Paulo Freire y donde adquirió el compromiso de aprender y compartir el Método Freire, “para enseñar preguntando”. El resto del texto es un relato social que abarca la puesta en práctica de este método. Lo interesante es cómo en unas cuantas páginas se comparte la historicidad de diversos procesos que han sido fundamen tales en el desarrollo del pensamiento crítico y cualquier tipo de pedagogía que fomente la Educación Popular, modelos base para la Nueva Escuela Mexicana. Este compendio demuestra que lo complejo cabe en una semilla que ger mina en pensamientos frondosos y aplicables a cualquier realidad. Un gran acierto de Rosario Herrera Guido que sin duda podrá o no retomar en otros textos de urgencia crítica.

6 Por Miguel Ángel de Ávila González En esta novela Germán Velázquez, a los diecinueve años, se había desempeñado como socorrista de la Cruz Roja; partió en 1939 en el último barco que zarpaba de Alicante gracias a un regalo de su padre que le cedió el boleto. Se exilió en Suiza donde fue protegido por la familia del Dr. Goldstein. Allí estudió psiquiatría, se casó y se divorció. En el simposio de neuropsiquiatría de Vie na en 1953 Germán se encuentra con José Luis Robles, director del manicomio de Ciempozue los; este le propuso que regresara a España para aplicar la clorpromazina, un medicamento que cambió el rumbo de la psiquiatría al propiciar una mejoría en los esquizofrénicos. La neuropsiquiatría en España había que dado en manos de ignorantes, mediocres en su mayoría, nadie estaba familiarizado con la clorpromazina; la psiquiatría de España lo ne cesitaba, podría hacer grandes cosas por mu chas mujeres que sufrían atrozmente. Si regre saba no tendría competencia; no iba a trabajar para Franco sino para varios cientos de mujeres abandonadas a su suerte. Su divorcio fue determinante para que aceptara su incorporación al hospital psiquiá trico a pesar de las advertencias de su madre y hermana. ¡Inconcebible que alguien quisiera regresar a un país del que todos querían salir! Mucho gusto, le dije al nuevo director An tonio Vallejo Nájera, el estrechar su mano, miembro del Opus Dei, que creía y defendía la eugenesia, creador del Gen Rojo, un gen per verso asociado a la inferioridad mental. Esta teoría que consideraba que los seguidores de los ideales de izquierda o marxistas tenían un gen el cual había que extirpar, fusilando a sus portadores y arrebatándoles a sus hijos recién nacidos para entregarlos a familias intachables que sabrían neutralizar su pésima herencia ge nética a través de una adecuada educación reli giosa y patriótica para que España volviese a ser una nación fuerte (p.70). Estaba adscrito al mismo manicomio Juan José López Ibor conocido por el tratamiento ba sado en electroshocks y lobotomías para “curar la enfermedad de la homosexualidad”. De uno de sus “pacientes” comentaba: “Después de la intervención quirúrgica en el lóbulo inferior del cerebro presenta, es cierto, trastornos en la me moria y en la vista, pero se muestra más ligera mente atraído por las mujeres” (p. 546). Ya en el manicomio Germán Velázquez se reencuentra con Aurora Rodríguez Carballeira, una filicida paranoica, inteligentísima y figu ra del feminismo, lamentablemente víctima de una enfermedad mental. Sufría delirios de grandeza, paranoia y delirio de persecución, era una paciente esquizofrénica, convencida de que había nacido para hacer algo mejor en el mun do, lo cual lograría a través de su hija Hildegart. Pero su hija llegó a la edad en la que se desea ser independiente, se siente a traída por un di putado del partido socialista en el que militaba y decide acabar con su creación. Germán conoce a María Castejón, una au xiliar de enfermería, a la que Aurora enseñó a leer y a escribir cuando era niña. La hermana Belén es la madre superiora del manicomio y se convierte en cómplice de Germán. Los capítulos están contados por cada uno de esos personajes. La voz de cada uno de ellos es muy diferente. Así, los capítulos de Aurora son cortos, pero sin un solo punto y aparte. El diálogo mental de una mujer que pasa por dife rentes estados anímicos en función de la evolu ción de su enfermedad. Los de María, cargados de una sencillez y un amor por los demás, muy conmovedores. Los de Germán son mucho más reflexivos, más expositivos, contándonos los he chos que vivió o está viviendo. Solo el contacto con María hará que su tono vaya cambiando poco a poco. Es la quinta entrega de los Episodios de una guerra interminable: la historia de los ven cidos en la guerra civil española.

La madre de Frankenstein, de Almudena Grandes Libros

Método Freire: una crónica de Rosario Herrera Guido

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La plaquette titulada “De las letras a las ar mas” (Letra Franca Ediciones, 2021), de Rosario Herrera Guido, me generó en pri mera instancia saber más sobre el título. Los versados en Materialismo histórico sa ben que Vladímir Ilich Lenin encontró en las obras del narrador Fiódor Dostoyevski la dosis de realidad justa (e impresa en papel) para levantar el rostro de esos libros y contrastar el designio de la explotación en carne y hueso del pueblo ruso a principios del siglo XX. En cierto sentido, Lenin también construyó su vocación revolucionaria de las letras a las armas. En con trasentido, otros movimientos armados han impuesto una cultura imperante, por ejemplo, el Partido Comunista Chino y su manera atroz de borrar la memoria de su propio pueblo, des truyendo sitios históricos, documentos de gran valor y toda expresión artística que no tuviera el eco de aquella construcción “novedosa” de país, diseñada desde el poder, situación que también negó la relación con el pensamiento, letras y arte que oliera a Occidente. Este breve ejemplo representa lo que el poder desde las armas puede erigir. Claro, habrá otros modelos que podríamos dialogar en los que estaremos de acuerdo o no. Por lo que la plaquette de Ro sario Herrera Guido tiene una carga histórica desde el título, ciñendo su contenido a varias experiencias pedagógicas que desmenuzaré de forma superficial: 1. El vinculo afectivo de la niñez de todas, de todos, de ella misma como autora con el constructo pedagógico que determinó sus primeros acercamientos al aprendizaje. Por lo que esta plaquette es una suma de cróni cas, experiencias y fragmentos reales que nos comparten una visión no solo literaria, sino también humana.

6 Por Eduardo de la Vega Alfaro Teziutleco de origen y autodidacta como escritor, nuestro homenajeado comen zó a despuntar en los terrenos de la literatura cuando, en 1969, obtuvo el Segundo lugar el concurso de cuento convo cado por la legendaria revista Punto de partida, que editaba la UNAM y en la que los entonces estudiantes de esa institución conocimos, en tre muchos textos, los poemas de gente como Luis de Tavira y una considerable cantidad de ensayos de toda índole, incluidos algunos que ya denotaban la intensa preocupación sobre los problemas derivados de la deficitaria democra cia latinoamericana. Brenda fue el título del relato que le valió a su autor aquel reconocimiento y en él ya estaban, en ciernes, los temas y el estilo que siempre han preocupado a Xavier. Ante todo lo que so bre el mismo Xavier puede decirse, que no es poco, quiero destacar su ineludible pertenen cia a esa generación asociada al concepto de “Nuevo Cine Mexicano” que comenzó a gestarse durante las décadas cincuenta y sesenta del si glo pasado y que se caracterizó por innovar, en algunos casos de manera radical, las convencio nes y el tipo de películas que venían haciéndose desde la época en que nuestro cine alcanzó el status de una de las más importantes industrias culturales en el mundo de habla hispana. De tal suerte que no fue por azar que su nombre apa reciera vinculado, junto con el de Tomás Pérez Turrent, en la elaboración del guion de la cinta Las poquianchis, dirigida en 1976 por Felipe Ca zals, obra que formó parte de la magistral trilo gía filmada por este cineasta a fines del sexenio de Luis Echeverría Álvarez y que complementan Canoa y El apando, también ejemplos de un cine visceral en el que apareció el doloroso rostro de un México signado por la violencia y la represión en sus más terribles y refinadas manifestacio nes, lo que, por desgracia, se prolonga hasta nuestros días diríase de forma todavía más te rrorífica.Nadie que se haya aproximado al fenómeno cinematográfico mexicano con un mínimo de seriedad desconoce que, a partir de Las poquian chis, Robles ha escrito o coescrito la conside rable cantidad de treinta guiones llevados a la pantalla más dos convertidos en videohomes, esto si las cuentas no me fallan. En buena parte de ellos ha colaborado su inseparable compa ñera, Guadalupe Ortega, aquí presente y a quien agradezco encarecidamente la gran deferencia que me ha hecho al ofrecerme formar parte de este homenaje. De todos esos guiones, muchos de ellos reconocidos con premios nacionales e internacionales, me permito destacar sobrema nera, además de Las poquianchis, por supuesto, los altamente significativos casos de ¡Que viva Tepito! (Mario Hernández, 1981), Noche de car naval (Mario Hernández, 1981), Guerrillero del norte (Francisco Guerrero, 1982), Bajo la metralla (Felipe Cazals, 1983), Los motivos de Luz (Feli pe Cazals, 1985), El tres de copas (Felipe Cazals, 1986), Astucia (Mario Hernández, 1985, adap tación de la novela homónima de Luis Gonzaga Inclán), Muelle rojo (José Luis Urquieta, 1987), El jinete de la divina providencia (Óscar Blancarte, 1988, adaptación de la pieza teatral homóni ma de Óscar Liera), Zapata en Chinameca (Mario Hernández, 1988), Rojo amanecer (Jorge Fons, 1989), Cabeza de Vaca (Nicolás Echevarría, 1989), Luces de la noche (Sergio Muñoz Güemes, 1994) y Cañitas (Julio César Estrada, 2005). Se trata, sin duda, de películas que me resultan imprescindi bles en la historia del ese “Nuevo cine mexica no”, mismo que, por fortuna, se ha seguido ma nifestando gracias a la renovación generacional que ha ocurrido a pesar de que la estructura industrial viene padeciendo marcados altibajos en los volúmenes anuales de producción. Si hubiera manera de repasar a fondo en este mismo espacio todos esos títulos resulta ría abrumadoramente lógico constatar que la notable carrera fílmica de Xavier Robles, quien además ha escrito relatos y agudas reflexiones en torno a la labor del guionista cinematográ fico (para no ir más lejos menciono el caso del libro La oruga y la mariposa. Los géneros dramáticos en el cine, editado por el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM en el 2010), haya derivado en la realización de va rios importantes videos documentales, enca bezados, a mi entender, por Ayotzinapa. Crónica de un Crimen de Estado, testimonio acerca de los ominosos hechos ocurridos en el poblado de Iguala, Guerrero, y para los cuales aún no ha ha bido una respuesta convincente por parte de la autoridades federales, estatales y locales, esto por decir lo menos. Y me remito a dichos títulos justamente porque en buena parte de ellos hay una preocupación por plasmar, desde diversas perspectivas y alcances, la oprobiosa realidad política, social, económica y cultural de nuestro país durante las décadas recientes, lo que no podemos, ni debemos, dejar de asociar a la im plantación a fortiori del modelo llamado “neo liberal”. Indignado, como muchos lo estamos, por ese terrible acontecimiento, no el único por cierto en lo que fue del sexenio del retorno del PRI a la Presidencia de la República, Robles, con el apoyo de Guadalupe Ortega en la rama de la producción, ha puesto de nuevo el dedo en la llaga y ofrece un sólido documento fílmico que, en una primera instancia, contradice la versión oficial de los hechos y, sobre todo y lo más im portante, mueve al espectador a reflexionar con un sentido analítico no solo acerca de los elementos de un caso de abuso de autoridad y violenta represión contra estudiantes normalis tas, sino, por extensión, revela los mecanismos de los que un Estado corrupto y corruptor (o corruptor en tanto que corrupto) se sirve para intentar, creo que en vano, ocultar sus métodos violatorios a las más elementales reglas de la convivencia humana. Pero volvamos al muy valioso trabajo de Xavier en los terrenos del guion fílmico. De los quince títulos referidos líneas más arriba cuatro fueron dirigidos por Felipe Cazals; otros cuatro por el prolífico Mario Hernández; uno por Jorge Fons, uno por Francisco Guerrero, uno por José Luis Urquieta y uno más por Nicolás Echevarría; a todos los mencionados se puede les ubicar, años más, años menos, como integrantes de la misma generación de nuestro guionista home najeado y por lo tanto con quienes pudo haber mantenido una mayor identidad. A su vez, de los filmes realizados por Cazals tanto Bajo la metralla como Los motivos de luz me siguen pareciendo los trabajos de guion más sólidos y contundentes de Robles justo en la medida que, además de tratarse de obras clásicas, que han trascendido su tiempo, preservan la clara vocación crítica y polémica con la que fueron concebidas y plas madas en papel. Para nada es gratuito que esta sesión de homenaje se ilustre con la segunda de ellas. Algo similar puede decirse de Noches de carnaval y Zapata en Chinameca, aunque, como ya lo he comentado con Xavier, mantengo mi preferencia por Noche de carnaval, una obra de moledora que muy probablemente sea la mejor cinta de Mario Hernández y en la que el oficio del guionista resultó un magistral ejemplo de cómo se debe abordar un tema complejo para darle un sentido rabiosamente cáustico. Los cincuenta años de la conmemoración del movimiento estudiantil-popular del 68 hi cieron saltar de nuevo a la palestra el singular caso de Rojo amanecer, otro impecable trabajo guionístico que fue realizado de manera clan destina y con escasos recursos pero que derivó en un filme polémico que, como bien sabemos, debió sufrir una implacable censura para la que el Ejército sigue siendo objeto al que no se puede cuestionar de manera frontal so pena de padecer alguna forma de represalia. Muelle rojo, cinta prácticamente desconocida, tiene como soporte un libro cinematográfico de excelsa estructura narrativa histórica que cuestiona los mecanismos que permiten que la corrupción pueda engullir hasta al movimiento obrero que en su germen tuvieron las luchas que coincidie ron con la revolución maderista. Y Cabeza de Vaca es un notable ejemplo de trabajo de adaptación que hurga en la vida y obra de un español que terminó adaptado de manera radical a las cul turasEnaborígenes.suma,vista en retrospectiva, la prolífica obra de Xavier como guionista y adaptador es todo un reto para aquellos interesados en una faceta de la historia del cine mexicano que, como los trabajos de Mauricio Magdaleno, Luis Alcoriza o José Revueltas, por solo mencionar a otros destacadísimos autores de guiones, deja ron huella profunda en nuestra cultura literaria. 22 DE AGOSTO DE 2022 7 /// Xavier con Eduardo y Guadalupe.

Xavier Robles, guionista fílmico excepcional Cine

Por Mariana Flores* Reporte 01/Proy_Madriguera/Clara-Lugar:Fecha:54YH-2050PordefinirDesconocido

6 Por Adolfo Nuñez J. En un amplio pero descuidado dúplex ubi cado en el centro de Manhattan, cerca de Chinatown, una familia se reúne para celebrar el Día de Acción de Gracias. La familia está conformada por los padres, Erik (Richard Jenkins) y Deirdre (Jayne Houdyshell); las hijas, Brigid (Beanie Feldstein) y Aimee (Amy Schumer); así como de la abuela, Momo (June Squibb). También los acompaña Richard (Ste ven Yeun), la actual pareja de Brigid. Entre charlas casuales y las incomodidades típicas de ese tipo de celebraciones, todo parece transcurrir de manera normal durante la vela da. Pero conforme avanzan las horas, la tensión se comienza a agudizar entre los ahí reunidos, revelando todo tipo de frustraciones, traumas, secretos y mentiras. A menudo las adaptaciones de obras de tea tro al cine son, o muy fieles a lo que se ve en el escenario, o muy enfáticas en volverse cine matográficas por medio de elaborados monta jes. The humans (2021) es una curiosa excepción en la que ambos formatos cohabitan, logrando enriquecer a la narración y al desarrollo de sus personajes con lujo de detalle. La historia, concebida por el dramaturgo Stephen Karam (él mismo adapta su obra al cine), tiene todos los elementos y caracterís ticas de una película de terror. El debutante apuesta por un estilo formal que evoca a los re latos de casas embrujadas, donde los fantasmas que deambulan por las habitaciones pueden ser tan metafóricos como literales de un momento a otro.Eldirector emplea de manera efectiva di ferentes tipos de planos, centrados en espacios reducidos como paredes, espejos o pasillos, además de una fotografía oscura que acrecien ta la sensación de suspenso. Aunado a esto, la cinta cuenta con un trabajo sonoro inmersivo e inquietante, donde las tuberías ruidosas y el rechinar de los muros y las puertas bien puede representar el estado psicológico de los prota gonistas.Eleje central de la película son las conver saciones entre los miembros de esta familia, donde se entrecruzan varios conflictos, temores y resentimientos. Estos se encuentran ligados, a su vez, a problemáticas de carácter colectivo dentro del país vecino, como la incertidumbre por las crisis financieras y la paranoia posterior al 9/11.Demanera más íntima, el filme de Karam también pone sobre la mesa temáticas urgen tes como la depresión, la falta de empleo o la salud mental, entre otros temas. La fotografía, el sonido y la puesta en escena utilizan al espa cio físico como una representación palpable de esos miedos y angustias. The humans es un retrato profundo de una familia que, aunque lo disimule o lo ignore, cae en una degradación cada vez más común en la sociedad americana moderna. Al final, cuando el drama hace su descenso hacia el terror, no queda claro quiénes son los humanos y quiénes son los verdaderos fantasmas del lugar.

*@LaMayaFlores Escritora, socióloga y guionista.Flores. Logos.

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Legué a lo que parecía ser el sótano de una casa abandonada. Tristeza y desolación son las emociones que sentí al pisar la made ra vieja de ese abandonado lugar. Emociones como combustible para viajar en el tiempo ¿quién lo diría? Tardé un par de horas en recu perarme, en dejar de llorar, en pensar que hay esperanza.Alrecuperarme salí de aquella casona aban donada. Al salir, reconocí algunas estructuras metálicas de las peceras; hay autómatas cami nando en las calles, sin rumbo. Sufren. Pero hay algo con lo que no contaba, las personas que me he encontrado, al escucharlas hablar no les entiendo nada. Ni siquiera articulan palabras o sonidos guturales, cuando hablan, escucho como un zumbido, como si fuera estática de algúnPrimeroaparato.me econtré a una señora con un bebé, los seguí para averiguar qué estaba pa sando con mi imposibilidad para entender algo. Pensé que era un efecto del viaje. La señora con el bebé habló con un joven e intercambiaron unas bolsas de papel. Ahí supe que ya esca seaban productos. La señora sacó ansiosa de la bolsa de papel un bolillo duro como una piedra. Lo olió con los ojos cerrados, como en éxtasis, lo empezó a lamer con desesperación. Entendí lo que pasaba, pero de las palabras nada. Luego me encontré un camellón arbolado, como de ensueño, los árboles gigantes, plan tas colgantes; se sentía la humedad y podía percibirse el olor a tierra. A la mitad del cami no, un gato pinto pasó frente de mí, ¡increíble! Tenía por lo menos diez años que no veía uno de esos. Me rodeó las piernas y lo cargué. A mi lado pasó alguien corriendo, hablando por una especie de walkie talkie, “en dos horas bajan esas cosas horrendas, voy corriendo a la casa, estoy a unos cuatro kilómetros”. Por fin, entendía las palabras. Solté al gato para que merodeara, me senté junto a un arbusto. Una casona vieja llamó mi atención, había alguien en la ventana, me hacía señas. Algo raro comenzaba a percibir, “tal vez ya no tardan en bajar”. Luego, una mujer encapuchada, al otro lado del camellón me gritó algo, no entendía otra vez. Llamé al gato, lo cargué y le pedí a la mujer que me repitiera lo que dijo, entendí. Me indicó que subiera a la casona, al último piso que ahí era seguro, “faltan dos horas” me dijo. Entré a la casona abandonada. Había pes tañas postizas tiradas por doquier…“Te llamaré Logos”, y solté al minino para que explorara. Subí hasta el desván. Todo rechinaba, había un ventanal y una silla. Me senté y observé el apacible camellón… y vi a Logos. Imposible, está aquí en la cornisa. Es una trampa. A lo lejos, me veo, estoy caminando y mirando hacia acá, tra to de hacerme señas, “no entres”… Espero reciban esta información a tiempo. Clara.

LA GUALDRA NO. 539 // 22 DE AGOSTO DE 20228 /// Mariana

The humans, de Stephen Karam

Madriguera [Segunda parte]

íRodePalabrasCine

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