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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001

SUMARIO revistaliterariavirtual

Secciones:

nº1invierno2001ejemplargratuito

editorial,2 1. el autor y su obra: Julio Cortazar,3

Dirección, diseño y maquetación: Juan María Albizu Andueza Roberto Goñi Ruiz

2. descubriendo…

John Fante… ¿perdedor o genio?,12

Cartas y colaboraciones: lacasadelosmalfenti@yahoo.es

3. el clásico

La Metamorfosis Franz Kafka,19

Dirección web: usuarios.tripod.es/lacasadelosmalfenti

4. historias Ciclones Rosa Elvira Peláez,26 Ficha Médica Héctor Chilibroste,37 Como Dios manda Carmen García Valderrama,40 Ciruela Adriana Agrelo,43

Próximo número: Primavera 2002 – Nº2 – 22 Marzo 2001 Agradecimientos: A Rosa Elvira, Héctor, Carmen y Adriana, por ceder tan generosamente a La Casa de los Malfenti sus obras.

5. top ventas & novedades,47

A Italo Svevo, por inspirar en su libro La Conciencia de Zeno el nombre de esta revista.

6. certámenes,59

A Rubén y a Iñaki, por su constante e inagotable esfuerzo en criticar la revista.

7. enlaces,71

Si quieres participar en la revista con artículos o historias puedes enviarlos al correo de la revista. Se informará, vía email sólo a los autores de los trabajos aceptados.

8. el buzón de los Malfenti,72 La revista puede obtenerse de forma gratuita a través de la red: 1. su página web “o” 2. como formato electrónico (pdf). También puede adquirirse en papel previo pago de 5 € (para cubrir costes).

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Para recibir mensualmente la revista (formato pdf) en tu correo electrónico sólo debes enviarnos un email indicando tu email y tu nombre.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001

Editorial ¿La Casa de los Malfenti?, ¿Qué es esto? ¿Otro proyecto más dentro de la maraña infinita de páginas web y revistas literarias? ¿Y cuanto va a durar? ¡Seguro que dos o tres meses y luego se desencantarán, como todos!, ¡otro puñado de locos, que se aburren demasiado y no saben que hacer con tanto tiempo libre! Sí, amigos, somos un puñado de locos, un puñado de locos que se ha empeñado en lanzar una modesta revista literaria virtual, con la que crecer como lectores apasionados. Tiempo, lo que se dice tiempo, no es que tengamos demasiado, pero, ya se sabe, cuando a uno le interesa algo, se las arregla para arañarle minutos a su rutina diaria. Eso es lo que, sin lugar a dudas, nos ocurre a las personas que, de forma desinteresada, y, en sentido estricto de la palabra, por amor al arte, nos hemos embarcado en este tinglado de publicar una revista literaria. Hemos de admitir que el proyecto, La Casa de los Malfenti, ha surgido como materialización de una aspiración hace ya tiempo comentada. Se trata, en definitiva, de aprender a leer, de disfrutar con lo leído y de descubrir a los grandes escritores escondidos entre los recovecos de la red; y de hacer todo esto, tanto desde la perspectiva de un lector de la revista como desde el punto de vista del equipo de redacción. Estas son las principales aspiraciones de esta modesta página web-revista. En un principio se nos planteó la disyuntiva de elegir entre un formato estándar en papel o acudir al, mucho más barato, medio virtual. Al final nos hemos decantado por una opción intermedia. El medio de expresión natural de La Casa de los Malfenti, será la red de redes, a pesar de que también, para aquellos nostálgicos del tacto del papel, se realizará una versión impresa. Confiamos en haber realizado la elección correcta. El tiempo nos dirá. Sin más palabras queremos invitaros a acompañarnos en esta aventura literaria que con este número comienza. No hace falta recordaros, que en un proyecto de este tipo, vuestros comentarios y sugerencias son vitales. Nuestro dirección de email queda a vuestra disposición tanto para hacer comentarios, como para enviarnos textos o artículos (buscamos reporteros dicharacheros): lacasadelosmalfenti@yahoo.es Por cierto, se nos olvidaba explicaros que el nombre de la revista “La Casa de los Malfenti”, está extraído de una novela de Italo Svevo titulada, “La Conciencia de Zeno”. Simplemente os diremos que la elección del nombre fue el resultado de una búsqueda azarosa y sorprendente. Y ahora… ¡a leer! El equipo de redacción de

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el autor y su obra En esta sección se presentará la vida de un autor y su bibliografía. No pretendemos analizar o criticar la obra del autor, sino ver cómo transcurre su vida, cómo se gestan sus ideas y cómo se desarrolla su producción literaria. También vamos a mostrar un listado con la bibliografía completa y algunos enlaces relacionados con el escritor en internet (aparecerán en la sección “enlaces”). En este primer número el turno es de:

JULIO CORTAZAR En 1914 nace Julio Cortázar, hijo de Florencio Cortázar y María Herminia Scott. Nace en Bruselas en la época de ocupación alemana y como más tarde declararía: "Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia”. Dos años después, la familia se traslada a Suiza donde permanecerá hasta el final de la primera guerra mundial. Tras terminar ésta regresan a la Argentina en 1918. Allí se instalan en un barrio de los suburbios de Buenos Aires, Bánfield. El padre, de quien Julio no quiso nunca saber nada, abandona a su mujer y a sus dos hijos. Julio se cría con su madre, una tía, su abuela y su hermana Ofelia, un año menor que él. "Nunca hizo nada por nosotros", dirá de su padre. El cuento Los venenos es bastante autobiográfico de esta época. Sus primeros ejercicios literarios comienzan cuando escribe su primera

novela a los nueve años (1923). Escribe algunos poemas que su familia sospe-

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cha son plagiados, lo cual le provoca una gran desazón. En 1928 cursa estudios en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, cuya atmósfera recreará en el cuento La escuela de noche en el que la califica de "pésima, una de las peores escuelas imaginables". Tras cuatro años, obtiene en 1932 el título de Maestro Normal, que lo habilita para ejercer el magisterio. Ese mismo año intentará viajar a Europa en un buque de carga sin conseguirlo. Según declararía más tarde, en esos años Buenos Aires era una especie de castigo. Vivir allí era estar encarcelado. También por esta época descubre en una librería de Buenos Aires el libro Opio, de Jean Cocteau, cuya lectura cambia "por completo" su visión de la literatura y le hace descubrir el surrealismo. En 1935 obtiene el título de Profesor Normal en Letras. Ingresa en la Facultad de Filosofía y letras

aprobando el primer año, pero como en su casa había muy poco dinero y quería ayudar a su madre abandona los estudios para iniciarse en el profesorado. En 1937 es designado profesor en el Colegio Nacional de una pequeña ciudad de la provincia de Buenos Aires; Bolívar. Lee infatigablemente y escribe cuentos que no publica. Bajo el seudónimo de Julio Denis publica en 1938 su primera colección de poemas, Presencia, una serie de sonetos influidos por Mallarme y que según el autor fueron felizmente olvidados. En julio de 1939 fue trasladado a la Escuela Normal de Chivilcoy. De nuevo bajo el seudónimo Julio Denis, publica un artículo sobre Rimbaud en la revista Huella. Se traslada a Cuyo, Mendoza, en 1944 y en su Universidad imparte cursos de Literatura Francesa. Publica su primer cuento, Bruja, en la revista Correo Literario. También ahora empieza a despuntar su actividad política participando en manifestaciones de oposición al peronismo y cuando éste llega al poder en 1945 presenta su renuncia. En cartas a sus amigos, califica a este año de cruel y amargo. Son palabras suyas: "Preferí renunciar a mis cátedras antes de verme obligado a 'sacarme el saco' como les pasó a tantos colegas que optaron por seguir en sus puestos." Reúne un primer volumen de cuentos, La otra orilla. Regresa a Buenos Aires, donde comienza a trabajar en la Cámara Argentina del Libro. En 1946 publica dos trabajos; el primero es el cuento Casa tomada en la revista Los Anales de Buenos Aires, dirigida por Jorge Luis Borges y el segundo es un trabajo sobre el poeta inglés John Keats, La urna griega en la poesía de John Keats en la Revista de Estudios Clásicos de la Universidad de

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Cuyo. Sigue colaborando con distintas revistas y vuelve a publicar en 1947 en Los Anales de Buenos Aires el cuento, Bestiario y publica también Teoría del túnel. En 1948 obtiene el título de traductor público de inglés y francés, tras cursar en menos de un año estudios que normalmente duraban tres años. Escribe un nuevo cuento, Circe, que junto con Casa Tomada y Bestiario (aparecidos en Los anales de Buenos Aires) será incluído más adelante en Bestiario. En 1949 utiliza por primera vez su nombre real y publica el poema dramático Los Reyes, que pasa inadvertido para la crítica. También escribe una primera novela, Divertimento, que será publicada en 1986, después de su muerte. Continúa con sus colaboraciones en revistas culturales de Buenos Aires (Cabalgata, Realidad y Sur). En 1950 escribe El examen, rechazada por las editoriales. Cortázar la presentará a un concurso sin éxito. Esta novela también será editada tras la muerte del escritor, en 1986. En 1951 publica su primer libro de cuentos Bestiario, en Sudamericana, donde ya figuran algunas de sus obras maestras. El libro pasa inadvertido. Viaja a París, tras obtener una beca del gobierno francés, con la firme intención de establecerse allí. Comienza a trabajar como traductor en la UNESCO, trabajo que le permitió la independencia a la hora de escribir para el resto de su vida y realizar innumerables viajes por todo el mundo. Anda por la ciudad, visita el barrio del Cerro, en el que ubicará a La Maga (personaje de Rayuela). En 1951 aparece el cuento Axolotl en Buenos Aires Literaria y en 1953 se casa con Aurora Bernárdez, traductora argentina. En 1954 viaja a Montevideo en calidad de traductor y revisor para

la UNESCO que celebra allí su conferencia general. Se aloja en el Hotel Cervantes (ya frecuentado por Jorge Luis Borges) en el que transcurre su cuento La puerta condenada. Continúa trabajando como traductor independiente de la UNESCO.

Sigue escribiendo lo que luego serán las Historias de cronopios y de famas, que había iniciado en el año 1951: "Una noche, escuchando un concierto, tuve bruscamente la noción de unos personajes que se llamarían cronopios", explicó años después. Buenos Aires Literaria publica Torito. Viaja a Italia, donde empieza a traducir los cuentos de Edgar Allan Poe. La traducción le llevará largo tiempo y la vida en Italia es mucho más barata que en Francia. En 1955 traduce para Sudamericana Memorias de Adriano. En México (Ed. Los Presentes) publica en 1956 el libro de cuentos Final del juego, en el que aparece el cuento Los venenos, que Cortázar considera auto-

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 biográfico. Asimismo publica la traducción de Obras en prosa de Poe en la Universidad de Puerto Rico. En 1959 publica Las armas secretas (Ed, Sudamericana), que incluye el cuento largo El perseguidor. Este cuento supone un sesgo en la narrativa de Cortázar. "Fue una iluminación. Terminé de leer ese artículo (que anunciaba la muerte de Charlie Parker) y al otro día o ese mismo día, no me acuerdo, empecé a escribir el cuento. Porque de inmediato sentí que el personaje era él (...) era lo que yo había estado buscando". Cortázar dice que allí aborda un problema de tipo existencial, de tipo humano, que luego se ampliará en Los Premios y sobre todo en Rayuela (Los nuestros, Luis Harss) En 1961 viaja a Estados Unidos (Washington y Nueva York) y publica (Ed. Sudamericana) la novela Los Premios escrita durante un viaje en barco. Tras escribir esta novela surgen las primeras ideas de lo que luego será Rayuela: “Quiero escribir una novela que será bastante ilegible; quiero decir que no será lo que suele entenderse por novela, sino una especie de resumen de muchos deseos, muchas nociones, muchas esperanzas y también, porqué no, de muchos fracasos”. En 1963 realiza su primera visita a Cuba que marcará al escritor para el resto de su vida. Le mostrará "el gran vacío político que había en mí, mi inutilidad política. Desde ese día traté de documentarme, traté de entender, de leer". Ese mismo año la editorial Fayard publica Los Premios, primera traducción de una obra de Cortázar. Publica Historias de cronopios y de famas en la editorial Minotauro de Buenos Aires, en 1962. Es en 1963 cuando publica la que probablemente sea su obra de mayor repercusión, Rayuela de la que se vendieron 5.000 ejemplares en el primer año. "Escribía largos pasajes de Rayuela sin tener la menor idea de dónde se iban a

ubicar y a que respondían en el fondo (...) Fue una especie de inventar en el mismo momento de escribir, sin adelantarme

nunca a lo que yo podía ver en ese momento", dirá. Publica Una flor amarilla en la Revista de Occidente de Madrid y Descripción de un Combate en Eco contemporáneo. Ese mismo año participa como jurado en el Premio Casa de las Américas, en La Habana, invitado por Fidel Castro. La editorial Pantheon de Nueva York publica en 1965 la traducción inglesa de Los Premios y Luchterhand, Berlín, Geschichten der Cronopien und Famen. Aparece Reunión en El Escarabajo de Oro de Buenos Aires e Instrucciones para John Howell en Marcha de Montevideo. En 1966 publica el libro de cuentos Todos los fuegos del fuego (Sudamericana, Buenos Aires). En Nueva York, Pantheon publica la traducción al inglés y Gallimard la

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 traducción francesa, (de Laure GuilleBataillon), de Rayuela. En la revista Unión de La Habana aparece el artículo Para llegar a Lezama Lima. Decide asumir públicamente su compromiso con la lucha de liberación Latinoamericana.

En 1967 aparece La vuelta al día en ochenta mundos, un volumen que reúne cuentos, crónicas, ensayos y poemas, en colaboración con Julio Silva. El libro, según Cortázar, fue imaginado como un homenaje a Julio Verne aunque de una manera indirecta. En 1968 publica en Buenos Aires (Ed. Sudamericana) la novela 62, Modelo para armar que provoca un cierto desconcierto en el público y la crítica. Ese mismo año publica en Buenos Aires, con fotografías de Sara Facio y Alicia D'Amico el libro Buenos Aires. Un año después publica otro de sus libros "almanaque", Último Round, donde se recogen ensayos, cuentos, poemas, crónicas, textos humorísticos. La edición está imaginada como un edificio de dos plantas, alta y baja, y cuenta con profusas ilustraciones. El libro contiene (planta baja) una extensa carta de Cortázar a Roberto Fernández Retamar escrita en Saigón el 10 de mayo de 1967, publicada en la Revista de la Casa de las Américas. "Esta carta se incorpora aquí a título de documento, puesto que razones de gorilato mayor

impiden que la revista citada llegue al público latinoamericano". La carta estaba centrada en la situación del intelectual latinoamericano. Pantheon de Nueva York publica la traducción inglesa en Historias de cronopios y de famas y Einaudi (Torino, Italia) la de Rayuela. Invitado a la asunción del gobierno del presidente Salvador Allende, viaja a Chile en 1970 en compañía de su segunda esposa Ugné Karvelis. La editorial Sudamericana publica el libro Relatos, en el que se incluye una selección de cuentos de Bestiario, Final del juego, Las armas secretas y Todos los fuegos el fuego. Reuniendo poemas escritos entre 1944 y 1958 publica en 1971 Pameos y meopas (Barcelona, Ocnos). Publica en 1972 Prosa del observatorio (Barcelona, Lumen) con fotografías del propio Julio Cortázar y la colaboración de Antonio Gálvez. En 1973 aparece Libro de Manuel (Buenos Aires, Sudamericana), que obtiene en París el Premio Médicis.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Cortázar viaja a Buenos Aires para presentar el libro. De paso visita Perú, Ecuador y Chile. La novela levanta una considerable polvareda: "...si durante años he escrito textos vinculados con problemas latinoamericanos, a la vez que novelas y relatos en que esos problemas estaban ausentes o sólo asomaban tangencialmente, hoy y aquí las aguas se han juntado, pero su conciliación no ha tenido nada de fácil, como acaso lo muestre el confuso y atormentado itinerario de algún personaje", escribió en el Prólogo. En Barcelona (Tusquets) publica La casilla de los Morelli, cuya edición, prólogo y notas estuvieron a cargo de Julio Ortega. Cada vez más la actividad de Cortázar está dirigida a denunciar los abusos políticos en Latinoamérica y a luchar por los derechos humanos. Esto hace que su producción literaria no sea tan prolífica y que no tenga tiempo para lo que más le gusta; leer con la debida tranquilidad y sosiego. En 1974 aparece el libro de cuentos Octaedro (Sudamericana). En abril participa en una reunión del Tribunal Russell II reunido en Roma para examinar la situación política en América Latina, en particular las violaciones de los derechos humanos. Viaja a Estados Unidos en 1975 invitado por la Universidad de Oklahoma y a la ciudad de México para participar en la tercera sesión de la Comisión Internacional de Investigación de los crímenes de la Junta Militar de Chile. Allí dicta un ciclo de conferencias sobre literatura latinoamericana y sobre su propia obra. Los trabajos leídos en esa ocasión y dos textos suyos fueron reunidos en el volumen The Final Island: The Fiction of Julio Cortázar (1978), una primera valoración crítica de su obra en lengua inglesa. Publica Fantomas contra los

vampiros multinacionales (México, Excelsior), una historieta-cómic contra las multinacionales y el poder del dinero. Publica Silvalandia (México, Cultural GDA), una serie de textos inspirados en cuadros de Julio Silva.

En 1976 realiza una visita clandestina a la aldea de Solentiname, en Nicaragua, para vivir in situ los problemas del pueblo nicaragüense. Este viaje le sirve de aliento para seguir con su lucha personal a favor de Latinoamérica. Publica Estrictamente no profesional (Buenos Aires, La Azotea) a partir de fotografías de Alicia D'Amico y Sara Facio. Al año siguiente aparece el libro de cuentos Alguien que anda por ahí (Madrid, Alfaguara), en el que se

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 recoge el texto "Apocalipsis en Solentiname". La editorial Pantheon publica en Nueva York la traducción inglesa de Libro de Manuel en 1978. Cortázar hace en él una advertencia al lector norteamericano: "Este libro se completó en 1972. La Argentina estaba entonces bajo la dictadura del general Alejandro Lanusse, y ya entonces la intensificación de la violencia y la violación de los derechos humanos eran evidentes. Tales abusos han continuado y han sido incrementados bajo la junta militar del general Videla (...) las referencias a Argentina y otros países latinoamericanos son hoy tan válidas como lo fueron cuando se escribió este libro". Publica Territorios, textos relativos a la pintura (México, Siglo XXI). Aparece a principios de 1979 Un tal Lucas (Madrid, Alfaguara). En octubre visita Nicaragua y desde entonces se dedica a apoyar y servir a la Revolución Sandinista. Algunos de sus textos son utilizados en la campaña de alfabetización del país. Se separa de Ugné Karvelis, con la que sigue manteniendo una estrecha amistad.

Viaja con Carol Dunlop, su tercera esposa, a Panamá donde conoce a Ormar Torrijos, gobernante panameño. En 1980 publica el libro de cuentos Queremos tanto a Glenda (México, Nueva Imagen). Realiza una serie de conferencias en la Universidad de Berkeley, California donde conoce a grandes admiradores suyos con los que mantendrá una estrecha relación hasta el final de su vida. Al año siguiente, en uno de sus primeros decretos, el gobierno socialista de François Miterrand le otorga la nacionalidad francesa, el 24 de julio. Durante los más de veinte años de residencia en Francia había solicitado innumerables veces la misma, pero siempre le fue denegada debido a sus ideas políticas. Es por esto que Cortázar sintió cierta simpatía por Miterrand y su partido. Por motivos de salud tiene que ser internado en un hospital. Es por esta época cuando se le diagnostica leucemia, aunque en ese momento no es informado de ello por expresa voluntad de su esposa Carol. Tiene que suspender el proyecto de ir en diciembre a Cuba, Nicaragua y Puerto Rico. En 1982 publica un nuevo libro de cuentos, Deshoras (México, Nueva Imagen) y en noviembre de ese mismo año muere su esposa, Carol Dunlop y un año más tarde aparece el libro Los autonautas de la cosmopista, escrito a cuatro manos con ella, en el que se narra un viaje de treinta y tres días entre París y Marsella a razón de dos parkings por día. Los derechos de autor de este último libro los destina al sandinismo nicaragüense. Viaja a La Habana para asistir a una reunión del Comité Permanente de Intelectuales por la Soberanía de los pueblos de Nuestra América. Entre el 30 de

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 noviembre y el 4 de diciembre viaja a Buenos Aires, para visitar a su madre después de la caída de la dictadura y la asunción del gobierno por el presidente Raúl Alfonsín. Las autoridades ignoran su presencia, pero es calurosamente recibido por la gente, que lo reconoce en las calles. Se publica Nicaragua tan violentamente dulce (Managua, Ed. Nueva Nicaragua), país en el año 1974 había recibido del ministro de Cultura nicaragüense, Ernesto Cardenal, la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío. El 12 de febrero de 1984 Julio Cortázar muere de leucemia y es

enterrado por deseo propio en el cementerio de Montparnasse, en la tumba donde yacía Carol Dunlop. En México (Editorial Nueva Imagen) aparece su libro de poemas Salvo el crepúsculo. En 1986 la editorial Alfaguara emprende la publicación de las obras completas de Julio Cortázar, incluso aquellas que habían permanecido inéditas hasta su muerte. Con ese propósito crea una colección especial, Biblioteca Cortázar. El diseño de las cubiertas fue confiado a Julio Silva, colaborador de Cortázar a lo largo de toda su vida.

Bibliografía 1938 1945 1949 1951 1956 1959 1960 1962 1963 1966 1967 1968

1969 1970 1971 1972 1973

Presencia (como Julio Denis) La otra orilla Los reyes Bestiario Final del juego Las armas secretas Los premios Historias de cronopios y famas Rayuela Todos los fuegos el fuego El perseguidor y otros cuentos La vuelta al día en 80 mundos Ceremonias 62, Modelo para armar Buenos Aires, Buenos Aires Casa tomada Ultimo round (2 tomos) Relatos Viaje alrededor de una mesa La isla a mediodía y otros relatos Pameos y meopas Prosa del observatorio La casilla de los Morelli Libro de Manuel

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Bibliografía (continuación) 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1982 1983 1985 1986 1995

Octaedro Fantomás contra los vampiros multinacionales Estrictamente no profesional Alguien que anda por ahí y otros cuentos Territorios Un tal Lucas Queremos tanto a Glenda Deshoras Nicaragua tan violentamente dulce Los autonautas de la cosmopista (junto a C. Dunlop) Salvo el crepúsculo Divertimento El Examen Diario de Andrés Fava Adiós Robinson

Filmografía basada en Cortazar y en su obra 1961 1962 1963 1964 1966 1971 1978

1994 1995 1997 1999

La cifra impar (Dir. Manuel Antín) El perseguidor (Dir. Osías Wilensky) Circe (Dir. Manuel Antín) Intimidad de los parques (Dir. Manuel Antín) Blow up (Dir. Michelangelo Antonioni) La fin du jeu (Dir. Walter Renaud) Mesa redonda sobre cine y literatura (grabado en la Univ. de Le Mirail, Toulouse, FRANCIA, con la participación de Julio Cortazar, Juan José Saer, Augusto Roa Bastos y Nicolás Sarquís) Autobús (Dir. Vytautas Palsis) Cortázar (Dir. Tristán Bauer) Diario para un cuento (Dir. Jana Bokova) Furia (Dir. Alexandre Aja) Julio Cortázar (Dir. Alan Caroff y Claude Namer) Semblanza de Julio (Instituto Nacional de Cine de Nicaragua). Julio Cortázar (Dir. Alain Siccard) Chez Julio Cortázar (Dir. Erich Van Zvylen) Como Julio (Dir. Ernerto Rimach)

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descubriendo… Un factor importantísimo dentro de la literatura es el de la novedad. Siempre es gratificante descubrir nuevos estilos y formas de narrar. Este es precisamente el objetivo de esta sección, una sección dedicada a mostrar nuevos autores o al descubrimientos de autores desconocidos (al menos en cuanto al mercado literario en castellano se refiere). En este número os presentamos un autor muy poco conocido en España: John Fante.

JOHN FANTE… ¿PERDEDOR O GENIO? A algunos escritores les sienta mejor la posteridad que su propio tiempo. Ese es precisamente el caso de John Fante, un escritor prácticamente desconocido en España y que este año ve publicadas dos de sus obras principales bajo el sello de la editorial Alfaguara. Pero, ¿quién es este John Fante? Muchos lo han tachado de “escritorcillo” mediocre; otros, en cambio lo han admirado y ensalzado hasta el cielo. Entre este último grupo se encuentra su descubridor y principal admirador: Charles Bukowski. Fue él mismo quien redactó el prólogo de uno de los libros que se han publicado este año (“Pregúntale al polvo”) y que a continuación os presentamos a modo de breve pero efectiva presentación del autor: Prólogo escrito por Charles Bukowski para la obra “Pregúntale al polvo” de John Fante: “Yo era joven, pasaba hambre, bebía, quería ser escritor. Casi todos los libros que leía pertenecían a la Biblioteca Municipal del centro de Los Angeles, pero nada de cuanto me caía en las manos tenía que ver conmigo, con las calles, ni con las personas que me rodeaban. Me daba la sensación de que todos se dedicaban a hacer juegos de prestidigitación con las palabras, que

aquellos que no tenían prácticamente nada que decir pasaban por escritores de primera línea. Sus libros eran una mezcla de sutileza, artesanía y formalismo, y era esto lo que se leía, se enseñaba en las escuelas, se digería y se transmitía. Era un invento cómodo, una Logocultura ingeniosa y prudente. Había que volver a los autores anteriores a la Revolución Rusa para encontrar algo de aventura, un poco de pasión. Había excepciones, pero eran tan escasas que se agotaban rápidamente y uno se quedaba sin saber qué hacer ante las filas

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interminables de libros insípidos. A pesar de todo lo que podía haberse aprendido en los siglos precedentes, los autores modernos no eran lo que se dice muy hábiles. Cogía de las estanterías un libro tras otro. ¿Por qué nadie decía nada? ¿Por qué no alzaba nadie la voz por encima de la de los demás? Probé en las distintas secciones de la biblioteca. La sala de Religión me pareció un páramo tan vasto como inútil. Fui a la de Filosofía. Di con un par de alemanes resentidos que me estimularon una temporada, hasta que los olvidé. Probé con las matemáticas, pero las matemáticas superiores no se diferenciaban de la religión. no me afectaban en absoluto. Lo que yo buscaba no se encontraba al parecer en ninguna parte. Probé con la geología, y al principio sentí cierta curiosidad, pero me resultó insustancial a la postre. Descubrí ciertos libros sobre cirugía y me gustaron los libros sobre cirugía: las palabras eran nuevas y maravillosas las

ilustraciones. En concreto, me gustaron y memoricé los detalles de las operaciones del mesocolon. Al final abandoné la cirugía y volví a la gran sala abarrotada de autores de novelas y cuentos. (Cuando tenía morapio en abundancia no iba por la biblioteca. Una biblioteca era un lugar estupendo para pasar el rato cuando no se tenía nada para comer o beber y cuando la dueña de la casa le perseguía a uno con los recibos atrasados del alquiler. En la biblioteca, por lo menos, se podía ir al lavabo sin problemas.) Vi muchísimos compañeros de vagabundeo allí, y casi todos dormidos sobre el libro abierto. Seguí recorriendo la sala general de lectura, cogiendo libros de los estantes, leyendo unas cuantas líneas, unas cuantas páginas, y dejándolos en su sitio a continuación. Pero cierto día cogí un libro, lo abrí y se produjo un descubrimiento. Pasé unos minutos hojeándolo. Y entonces, a semejanza del hombre que ha encontrado oro en los basureros municipales, me llevé el libro a una mesa. Las líneas se encadenaban con soltura a lo largo de las páginas, allí había fluidez. Cada renglón poseía energía propia y lo mismo sucedía con los siguientes. La esencia misma de los renglones daba entidad formal a las páginas, la sensación de que allí se había esculpido algo. He allí, por fin, un hombre que no se asustaba de los sentimientos. El humor y el sufrimiento se entremezclaban con sencillez soberbia. Comenzar a leer aquel libro fue para mí un milagro tan fenomenal como imprevisto. Tenía tarjeta de lector. Rellené la hoja del servicio de préstamo, me llevé el libro a casa, me tumbé en la cama, me puse a leerlo y mucho antes de acabarlo supe que había dado con un autor que había encontrado una forma distinta de escribir. El libro se titulaba Pregúntale al polvo y el autor se llamaba John Fante. Tendría una influencia

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 vitalicia en mis propios libros. Acabé Pregúntale al polvo y busqué más libros de Fante en la biblioteca. Encontré dos. Dago red y Espera a la primavera, Bandini. La calidad era la misma, se habían escrito con el corazón y las entrañas y no hablaban de otra cosa. Sí, Fante tuvo sobre mí un efecto poderoso. Poco después de leer los libros que he citado conviví con una mujer. Estaba más alcoholizada que yo, sosteníamos peleas violentas y a menudo le gritaba: «1No me llames hijo de puta! ¡Yo soy Bandini, Arturo Bandini!». Fante fue para mí como un dios, pero yo sabía que a los dioses hay que dejarles en paz, que no hay que llamar a su puerta. Sin embargo, me ponía a hacer conjeturas sobre el punto exacto de Angel’s Flight en que al parecer había vivido y hasta pensaba que a lo mejor seguía viviendo allí. Casi todos los días pasaba por el lugar y me preguntaba: ¿será ésa la ventana por la que se deslizaba Camila? ¿Es ésa la puerta de la pensión? ¿Es ése el vestíbulo? No lo he sabido nunca. Treinta y nueve años más tarde he vuelto a leer Pregúntale al polvo. Quiero decir que lo he vuelto a leer este año y que todavía se sostiene, al igual que las demás obras de Fante, pero que éste es el libro que prefiero porque constituyó mi primer encuentro con la magia. Escribió otros libros, además de Dago red y Espera a la primavera, Bandini. Por ejemplo, Plenitud

de vida y The brotherhood of the grape. En la actualidad está escribiendo otra novela, A dream of Bunker Hill. Al final, gracias a otras vicisitudes, he conocido al novelista este mismo año. Queda mucho por decir de la vida de John Fante. Una vida con una suerte extraordinaria, con un destino horrible y llena de una valentía tan natural como insólita. Es posible que se cuente algún día, aunque creo que a él no le gustaría que yo la contase aquí. Permítaseme decir, sin embargo, que en su forma de escribir y en su forma de vivir se dan las mismas constantes: fuerza, bondad y comprensión. Es todo. A partir de este momento, el libro pertenece al lector.” Desde luego no hay duda que a Bukowski le gustaba la forma de escribir de Fante. Antes de que Fante comenzara a ser conocido, Bukowski, en cuanto tiene ocasión, le rinde tributo y se presenta como deudor de su obra. Pero en aquel entonces nadie conocía a este supuesto genio. Algunos de los que escuchan atentamente al padre del realismo sucio piensan que se trata un producto más del delirio alcohólico al que se somete habitualmente el escritor. Pero no, no es así y Bukowsky se empeña en demostrarlo. Se esfuerza por hacer ver a la crítica y al publico en general que se trata de un escritor real, un italo americano que hacía unos años había publicado unos libros geniales. Como ocurre demasiado habitualmente, nadie había prestado atención a este insignificante escritor. El que Bukowski se fijara en sus obras fue todo un golpe de suerte para Fante, que de la noche a la mañana se vio reeditado. Pero, ¿quién fue realmente ese Fante?, y ¿es cierto que escribía tan bien…? John Fante nació el ocho de abril de 1909 en Denver, Colorado en el seno

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 de una familia de emigrantes italianos. Su padre, Nick Fante, era originario de Torricella Peligna y era albañil; María Antrilli, su madre, nació en Chicago y sus padres eran también italianos. La infancia de Fante estuvo marcada por la pobreza. Sus primeros años transcurrieron en Boulder, donde acudió primero a una escuela católica para después estudiar dentro de la Universidad de Colorado. En 1932 se mudó a Los Angeles donde desempeñó multitud de trabajos diferentes. Fue entonces cuando “The American Mercury” publicó una de sus historias. En 1937 se casó con Joyce Smart con quien tuvo cuatro hijos. Sería en esa época cuando Fante comenzaría a escribir guiones para la industria del cine en Hollywood. En 1938 publicó su primera novela “Wait Until Spring, Bandini” (“Espera a la Primavera, Bandini”). Un año después publicaría su segunda novela, “Ask The Dust” (“Pregúntale al Polvo”) y en 1940 una colección de historias cortas bajo el título de “Dago Red”. Uno de sus guiones de cine recibió una nominación a los premios Oscar de cine en 1952. Pero fue en 1955 cuando comenzaría su particular calvario. En este año cayo enfermo de Diabetes, una enfermedad que no le abandonaría hasta su muerte. En 1957 viajó a Italia para trabajar como guinista para Dino De Laurentiis. En 1977 quedó ciego a causa de la diabetes, llegando poco después a perder las piernas como consecuencia de la misma enfermedad. Su última novela la dictó a su mujer debido al estado de incapacitación en el que se encontraba. El ocho de Mayo de 1983, John Fante murió a la edad de 74 años, dejando muchos trabajos sin publicar.

No fue hasta después de muerto cuando le alcanzaría el reconocimiento literario. Si atendemos a su descubridor, Charles Bukowski, John Fante habría sido el creador del genero literario denominado “realismo sucio”. Tras él vendría el propio Bukowski —dotando al género de su estilo salvaje y descarnado—, seguido de otros escritores como Raymond Carver, David Foster Wallace, Richard Ford y Lorrie Moore, además de otros muchos que se han esforzado y todavía se esfuerzan por imitar y emular un mito que les viene demasiado grande. Y es que el parece que el crack del 29 fue un revulsivo que empujo a los escritores a escribir, a narrar desde una perspectiva diferente, a bajar a lo más profundo de ellos mismos para construir literatura desde una mezcla de pesimismo y orgullo. Un equilibrio de fuerza que sólo unos pocos fueron capaces de alcanzar. John fante cosechó un relativo éxito con la publicación de su primera novela (“Espera a la Primavera, Bandini”,1938). Después de esta primera novela siguió un gran desinterés por parte de la crítica literaria del momento así como del público en general. Tal y como cuenta

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Bukowski en el prólogo mostrado anteriormente, fue la segunda novela de John Fante (“Pregúntale al Polvo”, 1939) la que descubrió en una biblioteca, en una época en que todavía se encontraba pasando hambre, bebiendo y pensando en convertirse en escritor. Para Bukowski fue un auténtico milagro; Fante “tendría una influencia vitalicia en mis propios libros”, diría cuarenta años después. Con su trayectoria vital, Fante no hace sino alimentar una leyenda que le ha acompañado desde su descubrimiento tardío a manos de Bukowski: se trata de la historia de un norteamericano que supera sus orígenes humildes para conquistar la tan anhelada adaptación a una sociedad americana; éxito como justa recompensa a una vida dedicada al trabajo y a la creatividad. Una vez más, el sueño americano. Pero, ¿se basa su éxito en una simple leyenda o hay detrás algo más? Muchos opinan que su revalorización se debe más a que sus novelas están elaboradas con precisión, con buenas dosis de sentimentalidad biográfica y conforman un edificio en el que se entrevé la conformación de una identidad: de inmigrante despreciado (“macarroni”) a escritor de éxito. De la producción literaria de John Fante se destaca la tetralogía protagonizada por su alter ego Arturo Bandini. Los dos primeros libros pertenecientes a esta tetralogía han sido reeditados bajo la tutela de la casa editora Anagrama. Se trata de los ya citados “Espera a la Primavera, Bandini” y “Pregúntale al Polvo”. Está previsto que en un futuro no muy lejano esta tetralogía se complete con la publicación de “La Ruta de los Ángeles” y “Sueños de Bunker Hill”.

El personaje Arturo Bandini, fue el gran hallazgo de John Fante. A él dedicaría sus mejores obras de carácter claramente autobiográfico. Arturo proviene de una familia de inmigrantes italianos, igual que su padre literario, y se convierte en un aprendiz de escritor que se verá zarandeado por la cruel ciudad de Los Ángeles. Se trata de un personaje que lucha entre el ansia de popularidad y el impulso depresivo ante el fracaso inminente. Es a manos de este personaje como Fante disecciona sin piedad las entrañas de una sociedad que despreciaba. Fante planta cara a un destino ingrato y crea una ficción demasiado real envuelta en estilo preciso, contundente y asfixiante. En “Espera a la Primavera, Bandini”, Arturo Bandini es simplemente un muchacho que vive en Colorado y lucha por hacerse un hueco entre la cargada atmósfera generada por una madre hasta extremo devota y un padre admirado, pero ocasionalmente infiel. En “Pregúntale al Polvo”, Arturo Bandini, tiene ya 20 años y su principal ambición es la de convertirse en un escritor, mientras reside en una pensión sórdida de Los Ángeles.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Estas dos novelas pueden leerse independientemente pero conforman un todo unitario que no admite separación. De hecho, “Espera a la Primavera” es un preludio de “Pregúntale al Polvo”, una obra llena de extraña delicadeza y optimismo dentro de un ambiente agresivo y hostil. En la obra de John Fante se encuentran aspectos esenciales del hombre social, una característica que lo acerca al John Steinbeck de Las uvas de la ira, aunque con rasgos claramente personales y diferenciadores. En “Pregúntale al Polvo” son muy notables las páginas dedicadas a un terremoto, unas páginas escritas de forma onírica, provocando sensaciones más soñadas que vividas. También podemos destacar los amores de Arturo Bandini en ambos libros, unos amores que comienzan siendo violentos y absurdos

para terminar siempre en tragedia y pasión. A algunos el tiempo les da la razón o simplemente el éxito les llega demasiado tarde. Tal es el caso de John Fante, un escritor al que el reconocimiento literario le fue durante mucho tiempo negado y que no recibió hasta después de que Bukowski alcanzase su propia fama y rescatara a su “ídolo”. Gracias a Charles Bukowski conocemos a John Fante y quien sabe si sin John Fante hubiese existido Charles Bukowski, al menos el que conocemos. El caso es que Fante consiguió finalmente aquel esquivo objetivo con una indiscutible vocación —la última novela la dictó a su mujer ya ciego y con la piernas amputadas debido a la diabetes—. Pero este éxito tardío no pudo verlo John Fante. Y no lo vio no sólo por su ceguera sino porque para entonces Fante hacía años que era polvo.

Obras presentadas en la colección Alfaguara:

ESPERA A LA PRIMAVERA, BANDINI

PREGÚNTALE AL POLVO

Autor: JOHN FANTE Editorial: ANAGRAMA Fecha de publicación: 06/2001. ISBN: 8433969420 Colección: PANORAMA DE NARRATIVAS, 481.

Autor: JOHN FANTE Editorial: ANAGRAMA Fecha de publicación: 06/2001. ISBN: 8433969412. Colección: PANORAMA DE NARRATIVAS, 482.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Algunos comentarios a las obras “Espera a la Primavera, Bandini” y “Pregúntale al Polvo” realizados por otros escritores y críticos de medios de comunicación americanos: “Una obra maestra que se lee como un cruce entre Knut Hamsun y Nathaniel West” (The Sunday Telegraph) “Si hay alguna novela mejor sobre Los Ángeles, no la conozco” (Robert Town, guionista de “Chinatown”) “Fante ha sido comparado con Dostoievski, Knut Hamsun, Hemingway, Sos Passos, Thomas Wolfe, Steinbeck, James Farrell, William Saroyan y Nathaniel West… Sus dos primeras novelas son espléndidas, sobre todo Pregúntale al Polvo” (Christopher Tayler, “London Review of Books”) “Con toda su carga de tragedia y farsa, John Fante evoca la ciudad de Los Ángeles en los años treinta con tanta fuerza e inmediatez como Raymond Chandler” (Alva Svoboda, “News & Review”) “Una historia rebosante de interés, de fascinación, de frescura, escrita con un estilo sencillo adelantado a su tiempo, insólito, extraño, delicado, precursor de Bukowski y de Carver” (Fernanda Pivano) “Un día cogí un libro, lo abrí… Cada renglón poseía vida propia. He ahí, por fin, un hombre que no se asustaba de los sentimientos. El humor y el dolor se entremezclan con soberbia sencillez. Comenzar a leer aquel libro fue para mí un milagro tan fenomenal como imprevisto. Se titulaba “Pregúntale al polvo” y el autor se llamaba John Fante, Tendría una influencia en mis propios libros durante toda mi vida” (Charles Bukowski)

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001

el clásico En esta sección, se analizará y presentará una obra clásica en el contexto de la vida y producción de su autor. Del mismo modo, se intentará desvelar datos curiosos que puedan aportar información útil a la hora de interpretar el libro elegido. El objetivo de esta sección no es otro que el de enriquecer en lo posible la relectura de algunas obras ya de por sí muy conocidas, o de, en su caso, descubrirlas para aquellos que no hayan tenido el placer de perderse entre sus páginas. En la sección final de la revista (“enlaces”) mostraremos una serie de direcciones web relacionadas con el clásico tratado. En este primer número el libro elegido es:

LA METAMORFOSIS de Franz Kafka

“Al despertar Gregorio Samsa una mañana tras un sueño intranquilo, encontrose en su cama convertido en un monstruoso insecto.” Pocos comienzos de novela imprimen en el lector una sensación de

desasosiego y extrañeza tan impactante como la que se produce al leer estas primeras líneas del genial escritor checo. Así comienza La metamorfosis, sin lugar a dudas la novela más conocida de Franz Kafka (1883-1924). La metamorfosis apareció publicada en octubre de 1915 en la revista Die weissen Blätter, dirigida por René Schickele, en la editorial Kurt Wolff de Leipzig. Muy poco tiempo después, en noviembre, la misma editorial decidió publicarla como libro independiente dentro de su colección "Der Jüngste Tag". Bajo una aparente sencillez de diseño, esta obra ejemplar ha sabido instigar, desde entonces, a las más prestigiosas mentes, dando lugar a infinidad de interpretaciones. Estas interpretaciones

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 han evolucionado y se han diferenciado en función del punto de vista desde el cual han sido elaboradas. Se habla de interpretaciones literarias, filosóficas, sociológicas, psicoanalíticas e incluso religiosas. Tal diversidad de concepción ha hecho de este pequeño libro en tamaño, uno de los clásicos del pensamiento europeo del siglo XX. Pero no pretendemos aquí repasar toda esta vorágine de significados e interpretaciones. De lo que se trata es de disfrutar con la lectura de este clásico perenne; un exceso de erudición muy a menudo termina con el placer inocente escondido tras la historia sin descubrir. Pero al mismo tiempo no deja de ser cierto que conocer el contexto social, familiar y personal del autor ayuda mucho a comprender el significado o, al menos, facilita la interpretación personal de la obra. En la novela, Gregor Samsa, un viajante modelo, respetuoso con sus jefes, sometido a la rutina diaria y a la autoridad paterna, se ve convertido inexplicablemente en un escarabajo repugnante. Mientras, el mundo a su alrededor sigue firme en las detalles cotidianos. La sorpresa radica en que la transformación surge súbita en medio de un universo regulado precisa y minuciosamente por las leyes del realismo. Esta metamorfosis va a quebrar la trayectoria vital del protagonista, una trayectoria a todas luces impecable y previsible: como consecuencia de la transformación, Gregor es víctima del horror, del asco y del mayor de los desprecios. Finalmente, muere asumiendo su misteriosa culpabilidad, sintiéndose derrotado. Después de la muerte de Gregor, la familia de éste vuelve a salir

alegremente a la calle y renueva sus esperanzas de un mundo mejor. Tras la lectura de La metamorfosis, el lector se ve inundado de preguntas e interrogantes: ¿qué ha sucedido?, ¿qué significa esta historia?, ¿es de alguna manera una historia autobiográfica?, ¿trata de incomprensión o es simplemente una crítica social?… Y así sucesivamente. Es a partir de aquí donde el lector debe crear su propia interpretación, eso sí, atendiendo a ciertas claves que el mismo escritor dejó impresas entre la propia historia y que pueden ayudar a entender y comprender. Todo escrito es en cierta medida autobiográfico. Kafka reconoció explícitamente la relación entre La metamorfosis y su propia vida. Muchas veces se ha comentado la relación entre el apellido del personaje principal, Samsa y el del propio escritor Kafka: las vocales son las mismas y colocadas en los mismos lugares; del mismo modo, las letras S de Samsa y K de Kafka se encuentran ubicadas en las mismas posiciones. Cuando a Kafka se le planteó esta posibilidad, éste replicó: “No se trata de un criptograma. Samsa no es por entero Kafka. La metamorfosis no es una confesión, aunque sea, en cierto sentido, una indiscreción”. Pero la novela no sólo trata del mismo Kafka, sino también de los lectores de la obra. El autor no quiere que el lector se aleje del personaje, que lo observe en su horrenda apariencia desde la distancia, sino que exige la identificación con el protagonista, que suframos internamente la inesperada transformación de la que es objeto Gregor. Kafka quiere que suframos con su personaje, que experimentemos sus vivencias y reacciones. No se nos muestra, por tanto, la historia como un

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 sueño, sino como una realidad imposible de comprender racionalmente. En un primer momento nos revelaremos ante tal situación, intentando buscar una explicación lógica a algo que de por sí supera nuestra capacidad de entendimiento. Finalmente tendremos que aprender, al igual que Gregor, a aceptar la situación con todas sus consecuencias. Y la identificación que Kafka busca con el insecto no es tanto física como psicológica. En su texto, el autor quiere huir de la pura apariencia exterior para centrarse en la contemplación interna del proceso de metamorfosis. Es precisamente este objetivo el que hace que Franz Kafka, cuando se entera de que la editorial ha encargado a Ottomar Starke la ilustración de la portada de la novela, escriba inmediatamente al editor, Kurt Wolff, para que no acepte un dibujo del insecto, en caso de que esto fuera lo que el ilustrador tuviera en mente. “¡Esto no, por favor! (…) El insecto mismo no puede ser dibujado. Ni tan sólo puede ser mostrado desde lejos. En caso de que no exista tal intención, mi petición resulta ridícula; mejor. Les estaría muy agradecido por la mediación y el apoyo de mi ruego, Si yo mismo pudiera proponer algún tema para la ilustración, escogería temas como: los padres y el apoderado ante la puerta cerrada, o mejor todavía: los padres y la hermana en la habitación fuertemente iluminada, mientras la puerta hacia el cuarto contiguo se encuentra abierta.” La editorial respetó los deseos de Kafka y Starke representó al padre, todavía en bata y desolado con las manos tapándose la cara. Lo fundamental, por tanto, para Kafka era transmitir al lector un estado

psicológico e intelectual, no una imagen real y física de un insecto. Además de este estudio psicológico de la personalidad, en esta obra genial se tratan otros temas presentes en la propia historia de la humanidad. Hablamos, por ejemplo, del conflicto entre generaciones, de la rebelión edípica de los hijos ante la autoridad paterna. Es este un tema muy presente en la obra de Franz Kafka. De todo el mundo es conocida la extraña relación que mantenía el escritor checo con su padre, Hermann Kafka. La incapacidad de Gregor Samsa, bajo su apariencia de escarabajo, para articular palabra alguna representa la incomunicación real que existió entre el Kafka padre e hijo. En este aspecto, como en otros muchos incluidos en la novela, es importante interpretar la obra a la luz del resto de escritos de Kafka. En su ”Carta al padre”, escrita en 1919, Kafka pone por escrito todas sus desavenencias con la figura de su padre. Un texto muy clarificador y relevante en relación al papel representado por la figura del padre en la obra del escritor. En esta carta Kafka se autodenomina, por boca de su propio padre, como un gusano o un parásito que clava el aguijón y vive de la sangre del padre. Un antecedente más del símbolo del insecto, del escarabajo protagonista de

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 La metamorfosis. ¿Qué pretendía entonces Kafka con su historia? Es difícil decirlo, aunque quizá sí sea posible intuirlo. La metamorfosis de Gregor no es, como puede parecer a simple vista, la causa de su ruina. La verdadera causa de ésta es el efecto simbólico de su vida cotidiana. Gregor no tiene un solo asidero humano: no conoce la amistad, ni el amor, ni la esperanza. El escarabajo Gregor no es capaz de hacerse entender ante nadie; el Gregor “hombre” tampoco. La vida de Gregor antes de la metamorfosis es mezquina, pobre, sin humanidad. No tiene nadie a quien comprender, ni nadie que le comprendiera. Por tanto, la propia metamorfosis no provoca su fin. En el proceso de transformación emerge, al fin, la conciencia de la propia inhumanidad. Es el cambio psíquico producido en Gregor después de la transformación el que proporcionará la luz que le hará comprender.

La novela termina con una alusión a la esperanza renacida de la familia, tras la desaparición del Gregor insecto. Se trata de una esperanza ilusoria, basada, en apariencia, en la muerte del escarabajo, del odioso indeseable. Pero es un simple espejismo; el mundo de soledad, de brutal egoísmo y de inhumanidad persiste. Y mientras esto sea así, la breve e instantánea felicidad de los padres de Gregor correrá el peligro de truncarse por otra u otras posibles metamorfosis. Como Gregor, más aún que el desdichado Gregor Samsa, –y ésta es la lección moral más importante de la historia– todos los demás pueden (podemos) despertar una mañana, después de un sueño intranquilo, y abrir con asombro los ojos, convertidos en monstruosos insectos, escarabajos de crepitante caparazón, enormes grillotalpas o repulsivas escolopendras.

Fuentes consultadas en la elaboración del artículo: “La Metamorfosis de Franz Kafka” Ignacio Arellano, catedrático de literatura y profesor de Literatura de la Universidad de Navarra (artículo publicado en el Diario de Navarra). Breve biografía del Autor: Franz Kafka nace en la ciudad checa de Praga, capital del reino de Bohemia, el 3 de Julio de 1883, en el seno de una familia de clase media-alta. Su madre, Julie Lowy, proviene de una familia urbana de elevada e ilustrada alcurnia practicante de la religión judía. Su padre, Hermann Kafka era un comerciante rural, también de origen semita, que había conseguido amasar una gran fortuna ejerciendo su profesión de tendero en la capital checa.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Con su carácter tosco y autoritario marcaría definitivamente la personalidad y el desarrollo emocional de su hijo. Franz tuvo tres hermanas menores, Elli, Valli y Ottla. Otros dos hermanos mayores habían muerto en sus primeros años de vida. El joven Kafka se destaca como un buen estudiante de rasgos enfermizos que domina tanto la lengua checa como la alemana —lengua en la que escribió sus obras—. Durante sus años de estudiante, la zona de Bohemia se ve agitada por las frecuentes disputas políticas entre checos y alemanes. En 1901, una vez terminados sus estudios de enseñanza media en colegios alemanes y ante la insistencia de su padre, Franz comienza los estudios de Derecho y Germanística en la Universidad Alemana de Praga. Es precisamente en la Universidad donde entabla amistad con el que sería verdadero artífice de la divulgación de su vida y obra: Max Brod. El circulo de amistades se completará con gente como Oskar Pollak, Oskar Baum o Feliz Weltsch. Es durante su periplo universitario cuando Kafka se inicia en el mundo de la literatura. Escribe “Descripción de una lucha”. Desde joven ha sido aficionado a la literatura y entre sus escritores más admirados se encuentran Goethe, Hugo Von Hofmannstahl, Leon Tolstoi, Friedrich Nietche, Charles Dickens, Strindberg, Gustave Flaubert y el filósofo existencial Soren Kierkegaard. En 1906 termina sus estudios de leyes, consiguiendo un año después un trabajo en una empresa de nombre Assicurazioni Generalli, dedicada a los seguros. Kafta no está contento con este empleo y consigue, poco después, el

trabajo que mantendrá hasta su muerte en un organismo público: el Instituto de Seguros de Accidentes de Trabajo del Reino de Bohemia. Este nuevo empleo, a pesar de no cubrir sus expectativas, le permite disponer de más tiempo libre que dedicar a inquietudes artísticas y personales: profundizará en el estudio de sus raíces judías, de sus ideales socialistas y anarquistas, de la pintura y, sobre todo, de la escritura, su gran

pasión. Todo este tipo de actividades extraprofesionales no son bien vistas por su padre, una persona carente de cualquier sensibilidad artística. Además de un espíritu alegre y afable, Kafka posee una personalidad ansiosa, desplazada y huraña (resultado indudable de la influencia paterna) que exorciza mediante su talento y perceptividad literaria,

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 creando situaciones sombrías, angustiosa y opresivas. Contrae la tuberculosis, enfermedad le obliga a atravesar largos períodos de convalecencia que aprovechará para diseñar nuevos proyectos literarios. Siempre que puede, tanto por motivos de trabajo como por razones de salud, viaja por gran parte de Europa, a menudo acompañado de su gran amigo Max Brod. En 1913, conoce en Berlín a una muchacha de nombre Felice Bauer, con la que entablará una relación sentimental con claro destino matrimonial. Sin embargo la relación queda rota un año más tarde, año en el que comienza la Primera Guerra Mundial. La relación continúa poco tiempo después, pero nunca llegará a materializarse en un matrimonio. Felice se casaría en 1918 con otro hombre. Él también mantendrá una relación sentimental con una amiga de Felice y se dice que llega a tener un hijo con ella que fallecerá a la edad de siete años. Kafka nunca llegó a saber de la existencia de tal hijo. Es entonces cuando publica "El fogonero" (primer capítulo de "América") además de varios relatos. Su nombre comienza a ser conocido y respetado en los círculos literarios (recibe el Premio Fontane por "El fogonero"). Emprende así su época más prolífica en cuanto a escritos se refiere. En 1915 publica "La metamorfosis", en 1916 "La condena" y en 1919 "En la condena penitenciaria" y sigue trabajando en sus trabajos más conocidos. En 1917, como consecuencia de su terrible enfermedad, se desplaza a Zürau, a casa de su hermana Ottla -con la que mantiene una excelente relacióncon el fin de iniciar un período de reposo. En 1918 conoce a otra mujer

llamada Julie Wohryzek con la que iniciará una vida en común. Poco después se enamora de su traductora del alemán al checo, Milena Jesenska. Abandona a Julie por Milena y vive con ésta última hasta 1922. La vida amorosa de Kafka no puede ser completa debido a su enfermedad. La tuberculosis limita gravemente su trayectoria vital y decide establecerse en Berlín en busca de la cura definitiva. A su lado se encuentra Dora Dymant, una judía y socialista que le acompañará hasta el final de sus días. La esperada curación no llega y Franz Kafka fallece el 3 de junio de 1924 en el sanatorio de Kierling (Austria) al lado de Dora y del médico Robert Kloptock. Muere a la edad de cuarenta años. Sus hermanas morirían pocos años después, en pleno período nazi, en los terribles campos de concentración alemanes.

Su amigo Max Brod es designado albacea de los bienes de Kafka. Franz, ya en fase terminal, pidió a su amigo que destruyera todas sus obras sin publicar. Entre ellas se encontraban obras como "Carta al padre", "América",

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 "El proceso" o "El castillo". Por fortuna Brod no cumple la última voluntad de Kafka y los textos ven la luz, revisados por el propio Max Brod, junto a los publicados en vida del escritor checo.

De esta forma se compone una obra global que tendrá una influencia profunda en la evolución de la literatura y el pensamiento moderno en Europa.

Bibliografía Novelas La metamorfosis (1912) América (1913) El proceso (1914) El castillo (1922) Relatos Descripción de un combate (1905) Contemplación (1913) La colonia penal (1914) El maestro de pueblo (1914) Blumfeld, un solterón (1915) Un médico rural (1919) Un artista del hambre (1924) La muralla china Correspondencia Cuadernos en octava (1917) Carta al padre (1919) Diarios (1920-1923) Cartas a Milena

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Historias En “historias” vamos a poder disfrutar de la obra de autores noveles. Esta sección no pretende ser sino un escaparate de textos, con el simple objetivo de servir de plataforma de lanzamiento de escritores y pista de aterrizaje de lectores ávidos. Para participar en esta sección sólo debes enviar tu texto al correo de la revista: lacasadelosmalfenti@yahoo.es En este primer número gozamos de la presencia de cuatro colaboradores de lujo. Se trata de Rosa Elvira Peláez, Héctor Chibroste, Carmen García Valderrama y Adriana Agrelo.

CICLONES Rosa Elvira Peláez Realmente, el primer ciclón de la temporada sobrevino cuatro días después de que Daniel invitara a la jabá a la primera encamada. Aquel martes fue un día raro, hubo un muerto, venta libre de pescado, perendengues, un incendio y hasta una desagradable confusión. Un día que había comenzado espléndido, con un sol de lengua larga pero no afilada, y se había ido enturbiando, cifrando en el cielo la tormenta sobre la tierra. Octubre dominaba el calendario y en las calles se erguían aburridos los típicos cartelones enfilados a mantener alerta la conciencia ciudadana. La Jornada Camilo-Che menudeaba en consignas adosadas a las efigies de los dos revolucionarios tan respetados por el cubano, pero había un extra: el trigésimo aniversario de la Crisis de Octubre, y los misiles volvían a estar a

punto, de otra forma, pero jeringando igual. María Eva Mercedes de la Caridad Lopategui Valdés respetaba mucho a los ciclones. Se acordaba con pavor de aquel Flora que entró, salió y volvió a entrar, en un abrazo mortal sobre varias provincias. Pero por lo pronto, ahora, en ese instante, ella estaba en otra trova: se sentía un chorro de agua fresca brotando del centro del cosmos. Todas las mujeres de su familia eran María y algo más. Lo de Mercedes fue por la abuela paterna, prodigio de negritud, sabiduría y buen talante; en los años veinte había enamorado a un vasco viudo, anclado en La Habana y con ciertos ahorros, que le puso encajes blancos a la maciza negra de curvas arriesgadas y firmó con orgullo su Lopategui en los papeles, después que se adelantaran a iniciar con frenesí los

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 dos primeros afluentes Lopategui en la mayor de las Antillas. El Mercedes también venía por el orisha protector de María Eva: Obatalá, el dueño de las cabezas. Había nacido un 24 de septiembre, en el camino de Obanlá Ochanlá, el más típico para el sincretismo afrocubano de Obatalá con la Virgen de las Mercedes. Lo de Caridad cayó por ser el nombre de su madrina, el Eva era la dosis de desafío. Le encantaba abreviarse en ese María Eva transgresor que enroscaba a la madre del Hijo con la primera mujer y pecadora, a la que habían penalizado por su curiosidad y sus placeres. Y disfrutaba, como ahora, cuando un hombre se lo salivaba en el oído, mientras todo su interior estallaba de gozo. Daniel arremetía y ella gritaba sus propias consignas pidiendo más, más misiles y más luces, odiando los apagones, el bloqueo y ajena al aniversario de la crisis del '62. Cuando acabaron con esa calentura temprana de la mañana, María Eva se asomó, con las tetas al aire, a la ventana de la habitación. Sentía mucho calor, pero no había agua, tendría que seguir a trabajar con el sudor de los trajines del sexo endulzando el café con leche de su piel. La posada para amores de a rato estaba frente al cementerio de Colón. Se fijó en los enormes carteles que ostentaba el paseo de entrada de la necrópolis, uno recordaba el aniversario de la Crisis de Octubre y otro acoplaba: «¡Aquí no se rinde nadie!» Como si hiciera falta la precisión en ese lugar –se dijo María Eva–, nosotros los cubanos, tan exagerados, sí, hemos hecho una Revolución más grande que nosotros mismos. Ahora hay que resistir. Yo resisto, tú resistes, él resiste, qué paso más chévere, el de mi conga es, ¡eh!

Canturreando la conga, terminó de peinarse, se puso el ajustador para disciplinar la rebeldía de su populoso pecho y se abrochó la blusa de algodón rojo. Le encantaba el color rojo, eso sólo hubiera bastado para que se enrolara en la izquierda en cualquier parte. Daniel salía del baño, maldiciendo que no hubiera ni un cubo de agua para echar al inodoro. Miró el reloj, repitió coño varias veces, le besó una mejilla y con un «vamos, mi china» la apuró a salir. En la acera, cada uno cogió por su lado. Al trabajo no llegarían puntual, pero tratarían que lo menos tarde posible. Total, el transporte funcionaba tan mal que era una excusa ideal para casi todo. Él iba a ver si enganchaba una guagua para Guanabacoa, algo así como irse de expedición a la selva amazónica sin llevar guía, y la dejó sacando los tres candados a su bicicleta, amarrada en el estacionamiento de la posada. Para María Eva la bici era la garantía de llegar, si no ocurría un reventón de goma. Hay que pensar positivo –se autoconvenció–, y dale pa’lante, chica, este es el primer día del resto de tu vida, aquí lo que no hay que hacer es morirse. Arriba, María Eva, no hay que rajarse, sólo los cristales se rajan. A sí misma se llamaba por su nombre, en sus soliloquios, muy intensivos en el último año. Mientras pedaleaba con todo el peso de su nombre completo en las pantorrillas, pensó que no había estado mal esa salida íntima con Daniel, pero tampoco pasaría a la historia y dudaba de una eventual segunda vez. Tenía ganas de tomar jugo de toronja, y la asociación de ideas enlazó al Daniel que no haría historia con aquel Cordón Alimentario de La Habana, donde invirtió cientos y cientos de horas y sólo sacó en limpio

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 un amante tierno pero de corta duración, dos buenas amistades, Felicia y Juanita, y un montoncito de papeles certificando su aporte de trabajo voluntario. Estaba decepcionada. Sus cuarenta y cuatro años de edad la desarticulaban en un montón de dudas después de una aventura sentimental. Se sentía como la patria, siempre en guardia y esperando sacrificios, pero nunca satisfecha ni en paz, como si el jaque mate pintara ser eterno. Su naufragio más reciente había sido Luciano, un matemático militando fervorosamente en la planificación socialista que sacaba cuentas para proponer una variable salvadora al plan económico del país. Ése ni siquiera había podido definir la relación de pareja, pegoteado como estaba a su madre, tanto como a las directivas de la superestructura del Poder, pensó María Eva. Siete meses duró la desgastante relación con Luciano; a Daniel lo había encontrado dos semanas atrás, en una jornada dominical de trabajo voluntario recogiendo toronjas. A su marido también lo había conocido en la agricultura. María Eva tenía demasiado enredados sus amores con la tierra. ¿Y si probaba en el aire, o en el mar?, se preguntaba. Con el fuego, no; le daba miedo. Para fuego, sus entrañas, su pensamiento. Y el fuego del sol caribeño, y aquella candela que se encendía en su trabajo, en las reuniones delirantes para racionar equitativamente lo que no había. No, fuego no. Había excedente. A la jabá le inquietaba el derrotero de la isla desde que tres años atrás comenzara a apestar aquella cochambre disfrazada de socialismo que había marcado al lejano Este como se burlaba. Aquel allá con su sálvese quién pueda repercutía demasiado.

María Eva traducía en algo masticable y lavable la alta política y ese billibilló entre imperialismo y socialismo; en lo cotidiano y concreto, cada día era más difícil poner algo en el plato y cosas simples como jabón, shampú, desodorante y polvo de lavar alcanzaban estatura de dioses del Olimpo, inaccesibles, o más acá, cerca de la tierra, resonancias de mala palabra: carajo, pinga, mierda. «¡Coño, no hay! ¡No hay esto ni aquello, coño, na de na, nananina!» Esta era la consigna no oficial que corría a lo largo de la isla. María Eva Mercedes de la Caridad Lopategui Valdés se preguntaba «por qué tantos golpes sobre Cubita la bella, la que se agacha y no se mea». No era justo, no, la Revolución era un tren de sanas intenciones y buenos proyectos, pero los rieles no ayudaban. O no habían sido planificados. En algún lugar había un dios indiferente a tantos sacrificios. Tanto bloqueo, amenazas, conspiraciones de la CIA, tantos discursos, retos, cumplimientos y sobrecumplimientos, tanto esfuerzo decisivo, siempre decisivo y con insuficiente rédito práctico, y nada, nananina, no había forma de parar la cabeza, estaban tocando fondo. Al paso que iban, la conga iba a sonar a marcha fúnebre. La desesperaba tener ideas pesimistas, a veces no podía evitarlas. Cuando entró a la oficina del Ministerio del Comercio Interior, donde trabajaba hacía diez años, en contabilidad, se enteró enseguida de que iba a ser ascendida a jefa de sección. «¿Cómo?, si Cucusa es una jefa ejemplar», se sorprendió María Eva. «Nada, chica, Cucusa fue, hoy estamos de velorio», explicó Juanita. «¡¿Qué?!, pero si ayer la vimos... », seguía

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 sorprendiéndose María Eva. «Ayer la vimos agitada pinchando entre los papeles, por el cierre del balance mensual, y hoy la veremos en el cajón, relajada, olvidada ya de la migraña y la úlcera, conociendo a los angelitos, es lo que se merece esa mujer. Es la vida, mi niña, la vida que nos sopla para encendernos y apagarnos como simples velitas del cake de cumpleaños». La filosofía de Felicia dio paso al recuento de Juanita: la víspera, Cucusa salió muy tarde de la oficina, con treinta grados que la noche se empecinaba en no refrescar; había pedaleado trece kilómetros en bici hasta su casa, la cabeza se le partía de los dolores; llegó a su edificio en La Lisa y no había corriente, apagón total en la zona, fuera de programación: tú sabes, el imperialismo tenía la culpa, con su bloqueo. Y allá va Cucusa con la bici a cuestas subiendo nueve pisos; tranquilizó a la madre, enferma de los nervios y sin pastillas, y a los tres hijos; el marido andaba reunido en el puerto ajustando lo de la salida de la flota atunera, no había combustible para todos los barcos y nadie quería quedarse en tierra. La jabá cree estar viendo la película: apagón, cero televisor, los niños intranquilos, la vieja con su cantaleta, hay calor, quieren bañarse y comer, no hay agua; como no hay corriente, el motor no hala agua del tanque, y la combativa Cucusa agarra dos cubos y baja los nueve pisos, a llenar, de rodillas, inclinando cabeza y torso, los cubos desde la cisterna. Después devora las alturas con ánimo de adolescente, echa el agua en el depósito de emergencia que hay en la cocina, y vuelta a bajar, con los cubos vacíos, pero sintiendo que dejó de ser adolescente. «Eso es una madre

ejemplar, una heroína», dice Felicia, y María Eva piensa que no, que eso es ser comemierda. En la tercera subida, que iba a ser la última, Cucusa siente que el aire comenzaba a estar racionado, como si hiciera falta para completar el período especial que engurruñaba a la isla; un vecino que bajaba la notó rara, y ahí, a la entrada de su apartamento, justamente cuando la luz llegaba, qué coincidencia –detalla con primor Juanita–, la muerte súbita se apiadó de ella. «¡Qué fatalidad, chica! ¡Con lo que esa mujer valía!», comentó Griselda, la chismosona del piso, que se había acercado al grupo. «¡Muerte estúpida!», sentenció María Eva, y se fue a ver al jefe de Departamento para comenzar a ventilar el karma que le tocaba. Griselda, en una de sus idas y venidas entre las oficinas para alimentar la mala noticia, dejó caer una colilla en el cesto de papeles de la difunta. Todos corrieron a sofocar la candela, hasta el jefe de Departamento; el fuego devoró el escritorio de Cucusa y atacó los estantes aledaños, los extintores no estaban cargados y los tres cubos disponibles en el piso, uno por cada baño, no daban abasto para controlar la situación. Los bomberos radicaban a tres cuadras y afortunadamente el incidente no pasó a primera división. Pero se achicharró el cuidadoso informe de cuentas que Cucusa había preparado. Presa de un ataque de nervios, Griselda fue llevada al hospital, gritando que ella no había querido sabotear a su querido ministerio, que, por favor, nadie se confundiera con ella, que no la fueran a perjudicar. El jefe, exhausto por un día sobregirado en tensiones, pidió a todos los del piso que fueran al velorio de la compañera. Y se quedó a escribir el informe sobre el "caso Griselda".

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 María Eva se había quedado impresionada con el fuego en la oficina que compartía con Cucusa; lo vio como un signo y se prometió a sí misma ir a ver a su madrina Caridad y consagrarle un trabajito a Obatalá, reconocía que últimamente lo tenía abandonado y los orishas son muy susceptibles Sí, podía haber malas influencias en el trabajo. Habría que resguardarse. Una nunca sabe. Al mediodía fueron al velorio, a las cuatro era el entierro. Todo rápido, el marido lo quiso así, tenía que salir un día después en el barco, con un exigente plan de captura de atún; los niños irían con la suegra nerviosa a casa de una tía. Cucusa ya era parte del anecdotario del mes, y punto. María Eva se sentía muy mal con toda esta historia y dejó la bici en el trabajo, no quería tener un accidente, no tenía la cabeza para circular. Desde que a las seis y media de la mañana salió de su casa pedaleando y se ponchó en la primera cuadra, y tuvo que cambiar solita la cámara, con lo que le fastidiaba hacerlo, presintió que el día sería pesado. Y ahora, en frío pero sudada, y aunque no le desagradó, echaba pestes por la cita extemporánea que tanto le había reclamado Daniel, y su torpeza llevándola a una posada sin agua; ya Cucusa le había partido el día por el medio muriéndose, le dejaba en herencia el maldito cargo, justo en tiempos de tanto salpafuera, cuando lo recomendable era no coger lucha, para no reventar. Acompañada de Felicia y Juanita, María Eva salió antes de que terminara el velorio, necesitaba aire fresco. Se fueron caminando hacia la necrópolis y llegaron antes que el coche fúnebre y la familia. En la esquina había una pescadería y estaban vendiendo

pescado por la libre; faltaba la corriente desde la mañana y no querían perder la mercancía, así que olvidaron el racionamiento. La cola no era muy larga. Felicia consultó con María Eva y Juanita, y acordaron marcar; la jabá cubriría la primera media hora, era la más amiga de la difunta y quería estar presente en el momento en que la bajaran al hueco. Las otras fueron a reunirse en la entrada del cementerio, con los compañeros de trabajo y vecinos que esperaban la llegada del féretro. Y quedó allí, pensativa, entre los olores del pescado, preguntándose por qué se sentía tan cansada y angustiada en los últimos meses y ni los hombres la avivaban. ¡Ah, los hombres! Siempre había amado a tipos fracasados o erráticos, desguabinados por los sueños. José Manuel, el padre de su única hija, María José, estudiante universitaria, de Leyes, la había dejado en un pozo seco, yéndose a escarbar pírricas victorias en tierras angolanas. La había dejado para que se encamara con tres medallas, con tres medallas se sentara a la mesa y frente al televisor, y a tres medallas les contara sus problemas y sus miedos. Ellas eran muy frías, sordas y mudas; si veían, de nada le servía a María Eva, y para huir de esas terribles parcas, había aceptado otro tipo de infierno, un año movilizada en labores de la agricultura. Con su disposición la oficina ganaba puntos en la emulación interdepartamental, podrían quedarse con la banderita colorá de Departamento Vanguardia, exhibida con orgullo en el mural junto a los ascensores. Además, en el campo se comía bien y algunos brazos aparecerían para encomendar sus insomnios. No era tan malo el campo, cuando pasaran los primeros dolores

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 musculares, ya le cogería el compás y disfrutaría de la sana vida en el verde. Pero lo más importante: imaginaba ganar una tranquilidad de colores distintos a los de una ciudad que amaba y que la entristecía. La Habana, ah, la bella Habana. La veía llenándose de mugres y estantes vacíos, invadida por apagones en la noche y en buena parte del día, y por falta de agua durante el día y casi toda la noche, una ciudad que parecía enfrentarse desnuda al depredador con un son distinto cada mañana, sensual, retozando en miradas y sonrisas, intentando zafar en pasos apurados para todo, todo a las apuradas, siempre, una ciudad ennoblecida por el mar y que se acurrucaba a esas madrugadas que rumiaban boleros, soñando despertar para lo diferente. Ay, Habana, hermosa Habana, piensa María Eva, sabiendo que la ciudad es su delirio. ¡¿Qué es eso?!, se dijo, y rápidamente se volteó para encarar la situación. Ya no era un quizá, tal vez sí, seguramente no. No: era un sí; le habían tocado el trasero por segunda vez. Sin la menor duda y con el mayor desparpajo se lo volvieron a tocar pero lentamente, con premeditación y fino tacto. Sus ojos oscuros, llenos de ira, sablearon a otros oscuros, muy por encima del nivel de su mirada. Y la sonrisa del desconocido le derramó un jarro de agua con azúcar, listo para poner al fuego y hacer un almíbar espeso, para endulzar lo que sea, como sea. La voz la desarmó al pedirle disculpa por el gesto equivocado: –La he confundido con una vieja amiga –aclaró el hombre. –Y por las nalgas la conoce, ¿no?, la conoce y la saluda. Una buena amistad, supongo –ironizó María Eva.

El tipo soltó la carcajada y explicó que realmente la otra había sido su esposa, hacía años no se encontraban. –Las ex esposas, cuando son razonables en la separación, pueden ser muy buenas amigas ¿Usted no tiene experiencia? – argumentaba él. –No, soy viuda –respondió ella. –Ah, perdone, no quise ofender –se apresuró a aclarar el hombre. –No ofende –suavizó María Eva, sumiéndose en la duda: ¿por qué quería suavizar? El hombre la miraba de una forma que le removía viejos tiempos, de allá de su primera juventud. Era un hombre alto, posiblemente un poco más joven que ella. Le dijo que estaba en la cola del pescado para hacerle el favor a un amigo, de vacaciones en Camagüey, con la mujer, y como él había tenido que viajar a La Habana, su amigo le había dejado el apartamento. Era a una cuadra, frente al cementerio. Un lindo apartamento, con todo. Los ojos le brillaron al decirlo. Con todo. Hasta tenía cerveza. Y como había freezer, seguramente la cerveza estaría fría, no importaba que desde el mediodía no hubiera corriente en el barrio. María Eva escuchaba, y pensaba que no había tutía, el tipo le estaba proponiendo algo. Qué día tan loco, pensó para sí, mirando con pena los ojos fríos de los pescados sobre el mostrador; contestó que no tenía tiempo, iba a un entierro. «Los muertos son para siempre, los entierros no», susurró el hombre junto a su oreja. Qué descarado, pensó la jabá, pero estaba contenta. Cuando llegó Felicia para defender el turno en la cola, le dijo que se apurara, que la pobre Cucusa había llegado y había jaleo, la madre de la muerta gritaba, toda descompuesta, y los niños lloraban. María Eva salió

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 corriendo, y el desconocido detrás, pegadito al trasero. –¿Y su pescado? –preguntó la jabá. Él la tranquilizó: –No importa, yo no como pescado, hacía la cola pensando en mi amigo, y porque no tenía otra cosa que hacer. –Ah, ¿y qué piensa hacer ahora? –preguntó María Eva. –Acompañarla en su sentimiento –respondió el tipo, mirándola demasiado fijo, y no con ojos de pescado. En ese instante, María Eva supo que del entierro saldría para otro: el de su luto erótico; hacía una tonga de años que no se sentía tan excitada con la sola cercanía de un hombre mirándola. Supo que en algún lugar tomaría cerveza fría, burlándose del corte de corriente, y brindaría por Cucusa en un rincón de la alegría, aunque fuese una alegría pasajera. Estuvieron juntos muy cerca de la fosa, las flores estaban feas, mustias, lloró, el desconocido la abrazó, ella le mojó la camisa. Después hubo una confusión y más llanto, llegó otro coche mortuorio con un tal Felipe. Los sepultureros comenzaron a discutir a quién le correspondía el hueco. Todos los presentes estaban tensos. A la madre de Cucusa hubo que llevársela, Felicia ayudó a una hija a alejarla de la tumba, le dio tremendo perendengue, se puso a gritar, a patalear, se tiró al suelo, el viudo también se metió en la discusión con los sepultureros y hasta recordó que había combatido en Playa Girón. Pobrecita Cucusa, hasta en la muerte estaba en medio de un jaleo; María Eva se acordaba de los desafiantes planteamientos de su amiga en algunas reuniones. Finalmente,

cuando la confusión fue aclarada por un empleado de la Dirección General de la necrópolis, el ataúd de Cucusa fue trasladado unos metros más allá. María Eva aprovechó el remandingo y se llevó algunas flores del infortunado Felipe porque estaban más frescas y se las dio a la otra cuando la estaban metiendo en la fosa. Luego se despidió del viudo y besó a los tres huérfanos, que habían dejado de llorar después del show de la abuela. Le hizo una seña cómplice de despedida a Felicia, de vuelta, y ya estaba saliendo del cementerio, con el desconocido, cuando Juanita llegó con una enorme bolsa de nailon repleta de pescado, y le preguntó si repartían ahora o mañana. María Eva dijo que mañana, la abrazó y se fue. No miró hacia atrás, pero sabía que Felicia le estaría chismeando a Juanita que había estado llorando abrazada por un extraño, y le exageraría lo de Felipe, la vieja y el viudo. Al siguiente día, la historia estaría estirada hasta lo increíble, rodando por las oficinas. Al salir de entre las tumbas, el agua amenazaba con desplomar el cielo, María Eva se fijó en la ventana donde se había asomado esa mañana temprano. La cortina estaba corrida. Y Cucusa, enterrada con cuarenta y dos años, tranquila, por primera vez en la vida. Caminaron una cuadra por la acera del mismo cementerio, cruzaron la Avenida Zapata, en la primera curva a mano izquierda, y entraron en un edificio bien pintado, de cuatro pisos. Se amaron tan pronto cruzaron la puerta del apartamento del 4º-C, se amaron con desesperación, ella clavada contra la pared, sintiendo que el corazón se le trituraba por unos miedos que de tan viejos debían serle ajenos.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Pensó que en un segundo ella podría estar junto a Cucusa. Y se angustió, sintiendo a la vez que el corazón le renacía con una oleada caliente e insospechadamente tierna que le inyectaba ese desconocido, ese hombre con una mirada de hormigas locas que se le colaban bajo la piel, entrándole por los ojos. María Eva quería rascarse sus miedos, su angustia, su pasado; y sus gemidos arrebataron al hombre. Desde que había visto aquella película, tenía una imagen fetiche apuntalada en su cabeza. Con José Manuel, su difunto marido, lo más que alcanzó fue a reunir tres velas para encender en una noche de excesos. Ahora, el desconocido, al saber de su ilusión, le encendía quince velas, que no quemaban con tanto swing y olores como las del cine, pero eran ¡quince velas! María Eva se sentía reina de todo. El diluvio había empezado después del segundo enfrentamiento, esa vez entre las sábanas. La lluvia repicando en las ventanas le sonaba a estreno, y ella se descubrió hablando de cosas que creía extraviadas en su memoria, él sonreía, y la acariciaba con lentitud, le daba besos breves, todo sin apuro, le preguntaba, seguía sonriendo, él contaba poco, por no decir nada. Anochecía, y él le cogió todas las velas al dueño de casa, previsor de futuros apagones, y encendió la ilusión de ella, disfrutando de sus carcajadas. El freezer había mantenido fría la cerveza, tanto como ellos habían mantenido calientes las ganas de darse. «¿Mi nombre?, el que prefieras», le dijo él. Y en el tercer combate renovaron los créditos de fogueos, posiciones, lamidas, abrazos, confesiones susurradas, volvieron a conjugar los códigos de las sensaciones y lo que hallaron les gustó. Se quitaron

todas las trampas y jugaron a engañarse. Él la nombró Salomé como la reina de Saba, y Tina Modotti, la fogosa fotógrafa amante de Mella, el comunista cubano que parecía portada de revista del corazón y al que mataron en los años 20 en una calle de México. La llamó Anäis por aquella sensible amiga de Henry Miller, y Ava por la seductora Gadner, y Simone, por la autora de La mujer rota. Durante unos minutos la identificó con Betty Boop y pretendió hacerle el rulito sobre la frente. Rieron con estruendo. Ella lo llamó Burt, por Lancaster, y lo sedujo cuando lo trató como si fuera Batman, y le puso el blumer como antifaz, y él resoplaba el desgastado calzón de encaje, encandilado por los olores que reservaba; lo confundió nombrándolo Benny, por aquel Moré inmortal, y le pidió que le cantara un bolero, él se divirtió mucho con la ocurrencia, luego se autobautizó y modificando caricias para estar a la altura de sucesivos nombres, fue Neruda, y la amasó con poemas, y fue audaz como D’Artagnan, el insigne mosquetero, y Ulises, el que desafió los cantos de sirena. Llegó a ser en un momento mágico el mambí Elpidio Valdés, sacándolo del dibujo animado del cine, y le hizo cariños como si fuera un niño. Hacia el final de esa tercera ronda del deseo, la tocó de un modo muy especial, le dijo que se llamaba Homero, que era un poeta ciego, y sólo tocándola, así, podía encontrar palabras para sus versos. María Eva se enloqueció: todas las claves para abrir las incógnitas del universo parecían estar en los dedos de Homero. A las dos de la madrugada ya no llovía y él la acompañó a la parada de la guagua. Estuvieron una hora hablando de cualquier cosa, pero ya

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 nunca como antes de que María Eva lo conociera. Había mucho silencio. A quinientos metros Cucusa dormía sola. María Eva sabía que demasiada soledad espera por cada uno y todos para no tratar de conjurarla mientras se puede. Él notó su ramalazo de tristeza, la abrazó fuerte, le dijo que ese día debía resolver varias cosas, había viajado a La Habana, desde Camagüey, para ciertas cosas. No dijo cuáles, pero sí que le había encantado conocerla, que había sentido algo difícil de explicar. –Quiero verte otra vez –pidió él. –¿Y me sabrás explicar? –preguntó María Eva. –Quizá –dijo él. –¿Y nos citamos dónde? –En la puerta del cementerio –respondió el hombre, sonriente. –¿Al día siguiente? –preguntó ella, tratando de que la ansiedad no se le asomara mucho en el tono. –A las tres de la tarde, ¿sí? –propuso, besándola en la oreja. –Okey, a las tres –aceptó María Eva, y después recordó–: Alabao, mijito, la hora en que mataron a la Lola de la canción. Él se quedó sonriendo, en la acera llena de humedades, como ellos ese día, viendo como la guagua escapada de las sombras se llevaba a la jabá, rechinando como un lamento, con aquella carrocería azotada por las carencias. En el trabajo, Juanita y Felicia la persiguieron para que hablara sobre el desconocido. Contó poco, se hizo desear el cuento, quería poder contar mejor. Cuando llegó a su casa, le pidió a su hija que le prestara lo que había escrito Homero, desde el secundario no lo había vuelto a leer, y se pasó toda la noche leyendo La Ilíada. Siguió durante el apagón, pegada a un mechero de

querosén que maldecía la luz más que alumbraba. María José pensó que su madre había enloquecido. El día de la cita, pretextando un fuerte cólico, salió antes de horario, no sin sufrir las risitas y bromas de Juanita y Felicia en el baño, donde se aseó un poco aprovechando que, por casualidad, había agua. Llegó a la puerta del cementerio diez minutos antes, llevó la bicicleta a un estacionamiento cercano, la aseguró con tres candados, y dejó que su mirada vagara por las tumbas, pensando en Cucusa, y en los muertos de su familia, y en los muertos que no conocía pero que habían dejado heridas en otros; pensó en José Manuel, que explotó en los aires, en Angola, y era una herida que le dolía cada vez menos. Y se preguntó si sería una pena honda para algunos cuando llegara el día que esperaba por ella. Miró el reloj, eran casi las cuatro de la tarde. A Lola la habían matado a las tres y a ella la habían embarcado en la cita. Esperó hasta las cinco, de un momento a otro iba a comenzar a llover, había un ciclón acercándose a la isla. Se fue a buscar la bicicleta, pasó por el edificio, tocó, no contestó nadie. ¿Habría corriente? No podía vocear el nombre, no lo sabía. Ni el nombre del dueño del apartamento. Y se marchó triste, a su casa, a seguir leyendo La Ilíada, para extrañeza de su hija. Esa noche, por suerte, no hubo apagón, pero las horas eran de piedra y María Eva se durmió muy tarde, con una duda: ¿le tocó o la eligió? Ella había querido saber, le había preguntado, y él no le dio importancia, ¿acaso no era igual?, no, pensó ella, aunque no se lo dijo, entre una cosa y la otra cabía una eternidad de sueños. En la oficina tuvo que decir algo, necesitaba abrirse la angustia. «Coño,

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 recoño, y ni sé cómo se llama, esto sólo me pasa a mí por guanaja, y a mi edad, es una maldición gitana, ese tipo me echó un bilongo, ni el médico chino me cura. ¡Qué salación tengo! No sé lo qué hago, no sé lo que quiero, no sé ni lo que encuentro. Estoy cansada de no ser pero no sé lo que quiero ser». Estaba alterada, Felicia la abrazó, le regaló unos caramelos, un tesoro para la época, y como ella seguía mortificándose con que no sabía ni el nombre, Juanita la consoló: «Le dices Homero y sanseacabó, ¿ no fue así como te gusto más? Homero y listo». Homero de La Habana, por unos días, y en la cola del pescado. Homero habitante de Camagüey. ¿Sería cierto? Homero que debía explicarle lo que había sentido difícil de explicarle aquella madrugada. Homero, Homero, sí, y Romeo, Romeo, ¿Romeo? María Eva no sirve para Julieta tropical, lo sabe, no, no tiene edad, no tiene tiempo. No quiere morirse por error, está harta de los errores. Y hay período especial, la hermosa Habana se desmaya entre carencias y problemas. El cansancio no se raciona, viene a granel. Y ella siente que quisiera armarse para otra guerra, su propia guerra. Al tercer día, cuando salió del trabajo, llovía, pero pedaleó hasta el edificio frente al cementerio, pulsó el timbre, qué suerte, había corriente, y abrieron, un tipo amable le dijo que sí, que conocía a Ulises Pérez, que habían nacido y crecido juntos en Camagüey, que eran como hermanos, sí, Ulises, un buen tipo. ¿Homero es Ulises? Ah, se fue. Sí, se fue. ¿Ella no sabía? Pa’Miami. Se fue en una lancha. Pensaban que la salida iba a demorar una semana pero todo se solucionó rápido, por suerte, y esto se lo contaba con reserva absoluta.

Sí, claro. No decir nada, sin lío, eh. Él le había hablado de ella, ¿María Eva, no? Sí. Y ellos habían llegado bien, telefoneó enseguida. Se fue con otros cuatro amigos, la familia en Miami pagó para sacarlo, y una suerte que fuera una lancha, una buena lancha, no corrieron riesgos como esos locos balseros cruzando el Estrecho de la Florida, de madrugada, en octubre, con el ciclón por ahí. Fue peligroso de todos modos, pero Ulises quería irse cuanto antes, le tenía miedo a una sirena, eso le dijo. Hablaba cosas extrañas en las últimas horas que compartieron en aquella playa abandonada a la salida de La Habana. Estuvieron tomando mucho ron, Ulises por un momento dudó en irse y hasta lloró, pero al fin se fue, estaba nervioso, y dejó saludos para Penélope, lo repitió varias veces. Muy raro, comentó Julio, fue la última frase que dijo: «dale saludos a Penélope, dile que la quiero». ¿Ella sabía quién era ésa? Hacía años los dos habían conocido a una Penélope, en Camagüey, pero debía estar muerta, era muy vieja cuando la conocieron, trabajaba en una panadería. El día estaba raro, una atmósfera pesada, con el mal tiempo afilándose los dientes. María Eva sentía que era un día agujereado, sí, con agujeros producidos por el temor de la proximidad del huracán. Y ella era como un hilo asustado por no encontrarse el cabo. Muchos ciclones le hacían trampa, el extraño ciclón que enredaba a la isla cuando todo iba a mejorar, o parecía que mejoraba; y el ciclón de los cubanos, tantos, tantísimos cubanos con ganas de echar pa'lante y vencer, y el ciclón que se formaba en cada acto de la cotidianeidad para delirio de las cosas mínimas y

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 esenciales. Y el ciclón que venía, que ya estaba a punto de llegar, y el ciclón que estuvo, y se fue. Sobre todo el que se fue llorando. Esa noche hubo apagón. El ciclón Brian entraría en horas de la madrugada. María Eva y su hija aseguraron bien las puertas y ventanas y recogieron agua en cuanto recipiente sirvió a esos fines. Las provisiones eran escasas, no podían conseguir más. Había medio litro de querosén para el mechero y cinco únicas velas en la casa. María Eva, ante el asombro de su hija, decidió encenderlas todas. Todas a la

vez. Recordó que debía buscar sus viejas agujas de tejer, aunque no hubiera lana ni le interesara conseguirla, ni hiciera falta lana con el calor de Cuba todo el año, un verano eterno, un fuego, o casi. Sólo quería tocar las agujas, lentamente; por un segundo pensó en el enorme cartel del cementerio: «¡Aquí no se rinde nadie!». No, nadie. Sonrió y luego comenzó, tranquila, a leer La Odisea. (Para Óscar Arredondo, donde quiera que la vida lo encuentre)

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FICHA MÉDICA Héctor Chilibroste —¿Pedro? A través del teléfono reconoció de inmediato la voz de Margarita. Miró alrededor para asegurarse de que no había nadie más en la sala. Tranquilizado, y casi en un susurro, contestó: —¿Cómo andás, negrita? —Con muchas ganas de verte. —Esta noche no puedo, Negra. Mañana a las seis tengo que estar en el hospital para sacar la ficha médica. —¿Y? —Y, que me tengo que acostar temprano. —Pedro, no seas zonzo. —No, Negra, no seas mala. Vos sabés lo que me cuesta levantarme, y si me llego a quedar dormido pierdo el turno y en el club me matan. El Flaco es un tipo macanudo pero como técnico es bravísimo. Además, si no saco la ficha no puedo jugar el campeonato del Litoral. —¿Y si yo te despierto? —¿Estás loca? —se alarmó Pedro—. ¿Qué vas a hacer? ¿Venir a las cinco de la mañana a tocar el timbre, o llamar por teléfono? ¿Querés que me echen de casa a patadas? —No, pavo —La voz de Margarita, como siempre, lo enloquecía—. Quiero que vengas a dormir conmigo. —¡Qué! —temió que el grito se hubiera oído en toda la casa. —Sí, bobo. Los viejos se fueron a Montevideo hasta el sábado, y estoy solita, y te extraño mucho y me muero

por verte —el tono de Margarita era cada vez más sensual. —Pará, Negra, pará —Pedro sintió que transpiraba como si hubiera jugado un partido entero, con alargue y todo. Se sentó en el brazo de un sillón. —Pará un poquito —dijo de nuevo—, pará un poquito. En un instante se imaginó lo que se le ofrecía. Toda la noche en la casa de Margarita, a solas con ella. La cama con sábanas limpias y un buen par de frazadas. En un segundo recordó los encuentros furtivos, el temor permanente, el frío y oyó otra vez la voz del Flaco, el entrenador: "Vos tenés condiciones, pibe, pero te falta garra para arriesgar un poco más." —Escuchame —pudo decir por fin, la decisión ya tomada—. Vos dejá la puerta sin llave, que yo en cuanto pueda voy, ¿tá? —¿Seguro? —preguntó ella. —Seguro, Negra. Seguro, de alguna manera me voy a arreglar. Durante la cena se mantuvo en silencio y no comió casi nada. Temía que alguien notara cómo le temblaba el pulso cada vez que tomaba un trago de agua o se llevaba un cubierto a la boca. Cuando se estaban por levantar de la mesa mencionó como al pasar la ida al hospital al día siguiente y preguntó a su madre si se había acordado de lavarle algún frasquito. —Ya está en tu pieza, nene —le respondió doña Rosario. Con la excusa del madrugón se encerró en el dormitorio mientras el

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 resto de la familia se acomodaba alrededor del televisor. No se había acordado de la tele. Seguro que la Vieja y la Gladys se iban a quedar hasta que terminara la transmisión, pasaban la vida de Marylin y ésa no se la iban a perder por nada del mundo. Estoy clavado hasta las doce y media por lo menos, pensó. Se sacó las zapatillas y se acostó vestido, preocupándose de destender la cama. Ni pensar en dormir con los nervios que tenía. Los minutos se le hacían eternos. Trató de leer, al rato tiró la revista, se levantó, se acostó de nuevo. Diez y media. Se sentó frente a la mesa que le servía de escritorio. El frasco vacío brillaba impecable bajo la luz de la lámpara. Es un fenómeno la vieja,si hasta se había ocupado depegale una cinta adhesiva con el nombre y de dejarle un pedazo de papel para envolverlo. Menos mal que la cosa es de madrugada. Siempre sentía un poco de vergüenza cuando tenía que andar por la calle con el frasco en la mano, derechito para que no se derramara y seguro de que todo el mundo sabía lo que contenía. Once y cuarto. Caminó un par de veces entre el escritorio y la puerta; temiendo que se sintiera el ruido volvió a meterse en la cama. Se despertó de golpe y se sentó para mirar el reloj. Una y diez. La pucha, me quedé dormido. Fue hasta la puerta y la abrió lo más despacio que pudo. Estuvo casi cinco minutos escuchando. El silencio era total. Volvió a cerrar, se puso el calzado y la campera, comprobó que tenía la cédula en el bolsillo de la camisa, envolvió con cuidado el frasco y juntando coraje salió a la oscuridad del resto de la casa. A tientas, pero sin hacer el más mínimo ruido, encontró el camino hasta

la cancel. Cada dos o tres pasos se paraba a escuchar. El repiqueteo del corazón se le antojaba suficiente para despertar a todo el barrio. Cuando estuvo afuera se apoyó aliviado contra la pared. El frío le pegaba en la cara. El viento hacía bailar los focos de luz que colgaban en el centro de la calle. Menos mal, pensó, con esta noche no andan ni los perros. Recorrió casi corriendo las diez cuadras que había hasta la casa de Margarita. Estaba sofocado cuando llegó a la esquina y se detuvo un rato para recuperar el aliento y asegurarse de que no había nadie a la vista. Luego, casi doblado en dos, caminó los últimos metros, bien pegado a la pared. Al ir a abrir la puerta le asaltó un nuevo temor. ¿Y si está cerrada? ¿Y si los viejos no se fueron, o volvieron antes de tiempo? Con los ojos cerrados probó el picaporte y la puerta se abrió, obediente. En un segundo estaba adentro. Aquella noche fue para Pedro, durante muchos años, la mejor de su vida. De madrugada se despertó sobresaltado y miró el reloj. Eran casi las cinco y media. El despertador no sonó, o yo no le di pelota. En un instante había salido del dormitorio y cruzado el pasillo hasta el baño. El agua fría en la cara terminó de despertarlo. Mientras acababa de vestirse observó a Margarita que, estirada en la cama, no lo había sentido y dormía con una sonrisa en los labios. Enternecido, la besó en la frente tratando de no despertarla. Al darse vuelta para salir vio un paquete que, solitario, resaltaba sobre la cómoda. Se había olvidado de usar el frasco.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 —¡Negra, Negra! —había desesperación en la voz mientras sacudía a Margarita por un hombro—. Me olvidé de mear en el frasco. —¿Eh? —Margarita no estaba despierta del todo —¿Qué te pasa? —Que me olvidé de mear, Negra, que no tengo orina para el análisis, que no me van a dar la ficha, que el Flaco me mata, Negra. —¿Y por eso hacés tanto lío? Trae ese frasco para acá, que yo te lo arreglo enseguida. Pedro, con prudencia, se volvió hacia la pared. Llegó al hospital unos minutos pasadas las seis pero todavía no habían empezado a atender. En un gélido corredor, sentadas en bancos adosados a la pared, ocho o diez personas más estaban ya esperando. Se sentó junto a ellas sosteniendo el frasco con ambas manos y sintiendo a través del papel la tibieza del contenido. Cuando le tocó el turno contestó las preguntas de rutina: Pedro Walter Giménez Barrientos, 18 años, cédula 4132335-8, calle Artigas 560. Después lo midieron, lo pesaron, le tomaron la

presión, lo auscultaron, lo pasaron por rayos, le sacaron sangre, le controlaron la dentadura y, por fin, le dijeron que volviera el lunes a retirar la ficha. Camino de vuelta, ya tranquilo, rememoró la noche anterior. Lástima que nunca les voy a poder contar a los muchachos nada de lo que pasó anoche. Mi Dios, qué noche. Cuando llegó por fin a la puerta de su casa, junto con los primeros rayos del sol naciente, su cara irradiaba felicidad —Vengo a buscar mi ficha médica. —¿A nombre de quién? —Pedro Walter Giménez Barrientos El hombre buscó un par de veces en un fichero que tenía junto a la ventanilla. Después se fue para el interior de la oficina y al rato volvió con una carpeta. —Esta ficha no sale - le informó. —¿No sale? ¿Cómo que no sale? —No sale, no se te puede extender. —Pero, ¿y porqué? —¿Porqué? Por que acá dice que estás embarazado, pibe.

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COMO DIOS MANDA Carmen García Valderrama Cuando Lucinda Pava Reales se casó con José Daniel Cienfuegos creyó firmemente que se habían acabado las largas noches en las cuales se persignaba con la derecha mientras se masturbaba con la izquierda. Es que Lucinda era zurda, que no siniestra y además, estaba convencida que José Daniel le haría el amor como Dios manda. La noche de la boda José Daniel estaba tan borracho que no tocó a Lucinda, y Lucinda se lo agradeció porque estaba tan cansada que sólo quería tumbarse en la cama y dormir plácidamente. La primera mañana de casados Lucinda despertó envuelta en los tules de su vestido de novia, y José Daniel con los zapatos puestos. Claro que esa primera mañana de casados José Daniel tuvo una temprana erección y desvirgó a Lucinda sin necesidad de quitarle la ropa. Lucinda no alcanzó ni siquiera a lavarse los dientes, mucho menos a ponerse la negligé que las damas de su corte le habían bordado especialmente para la ocasión. De esa primera vez Lucinda sólo recuerda un inmenso dolor y un escozor que le duró los diez días que estuvieron de luna de miel, hasta cuando le confesó a José Daniel su tremenda desilusión puesto que ella no sentía más que dolor y se preguntaba cuál era la dicha que el sexo proporcionaba a los recién casados. José Daniel la miró como se mira cuando la ira ciega la razón pero no dijo nada.

Por esa confesión la luna de miel apenas duró diez días. Y Lucinda sin atreverse a preguntarle nuevamente supo que aunque el cura hubiera dicho las palabras correctas en la ceremonia correcta, José Daniel nunca le haría el amor como Dios manda. Así que a pesar de las tibias escaramuzas conyugales del Sr. Cienfuegos, Lucinda continuó ejerciendo a solas la pacificadora alternancia de derecha a izquierda... como un país civilizado. Y Lucinda creyó que lo que Dios mandaba había llegado cuando hizo su primera consulta ginecológica. A decir verdad, era la tercera consulta ginecológica según constaba en la historia clínica: una, a los trece años cuando se desarrolló, y otra, una semana antes de la boda para constatar que estaba físicamente sana aunque de verdad Lucinda quería estar segura de su estado virginal no fuera que un arrebato de pasión la izquierda se le hubiese salido de control. Pero las dos primeras consultas habían sido con una doctora y no había sentido vergüenza. Además la Dra. Santana le había explicado qué hacer para evitar los cólicos menstruales y el método sugerido había funcionado de maravilla. El Dr. Péndales tenía además de otros atributos, un ojo clínico y le bastó ver a Lucinda para incluirla en su lista de pacientes impacientes. Por respeto a su secreto profesional, diremos solamente que Lucinda estaba convencida que el Dr. Péndales era

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 como Dios manda, así que comenzaron un largo tratamiento para concebir al primogénito del Sr. Cienfuegos. José Daniel hizo jurar a Lucinda, por lo más sagrado, que nadie sabría de sus visitas semanales al Dr. Péndales porque eso de no haberla embarazado durante la luna de miel era casi una afrenta para el árbol genealógico. Y Lucinda juró por lo más sagrado, que a su modo de ver, era el mandato divino. Al séptimo mes de embarazo el Dr. Péndales explicó a Lucinda que un orgasmo podía inducirle los dolores de parto, y le recetó abstinencia como Dios manda, que a decir de José Daniel, implicaba sexo anal. Lucinda se curó del estreñimiento, pero se comprometió consigo misma a no dejarse embarazar otra vez. La primogénita del matrimonio Cienfuegos Pava puso tregua a las calenturas de Lucinda, quien a veces creía que el mandato divino era un falso rumor difundido por el diablo para confundir a los creyentes y absolver a los incrédulos. Cuando María Eugenia Cienfuegos Pava ingresó a clases de equitación, Lucinda encontró un jinete como Dios manda pero las sesiones de práctica eran semanales, y aun cuando fijaron un calendario lectivo incluyendo Anatomía Caballar, Alimentación Homeopática de las Bestias, Terapia Intensiva para Jockeys, Aproximación a la Hípica, y demás materias, Lucinda no podía recibir las clases en su casa y desobedecer el mandato divino. María Eugenia fue la alumna más brillante de Equitación, pero también de Piano, Gimnasia Rítmica, Modelado en Plastilina, Cultura Japonesa, Aromaterapia, Cocina a las Finas Hierbas, Sistematización de Procesos Pre-Escolares, Taek-wondo, Manuali-

dades Ecológicas, Latín como inducción al Inglés Moderno, Matemáticas Telúricas, y unos 120 cursos más suficientes para mantener a María Eugenia ocupada y a Lucinda satisfecha como Dios manda mientras que José Daniel se convirtió en el cliente mas apreciado de las marqueterías. Tuvieron que ampliar tres veces el vestíbulo para darle cabida a tantos diplomas. Como era de esperarse, el día menos pensado María Eugenia huyó con él profesor de Literatura Cuántica quien estaba a punto de tener un síncope pues no daba abasto para atender como Dios manda a madre e hija. En consecuencia, en un acto de arrepentimiento Lucinda decidió confesarle al Padre Rotundo su estrategia para darle fiel cumplimiento al mandato divino. El Padre Rotundo mantuvo un discreto gesto de compresión cuando Lucinda le explicó su periplo por consultorios, establos, academias, institutos y universidades y asintió compasivo cuando supo de las largas abstinencias que padecía José Daniel por obra y gracia de los ayunos espirituales que le recetaba su urólogo como estrategia para proporcionarle a Lucinda un goce sexual como Dios manda. En un avanzado estado de perplejidad preguntó a su devota feligresa que quería decir cuando afirmaba que a pesar de su promiscuidad no había encontrado a un hombre que le hiciera el amor como Dios manda. A decir de Lucinda, como Dios manda, significaba que fuera capaz de hacerle alcanzar un goce pleno, sin desperdiciar ni un centímetro de su anatomía, involucrando todos los sentidos y los pre-sentidos, y con la dulzura, paciencia y solicitud necesaria

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 para dejarla loca de cansancio y convenientemente motivada para el siguiente encuentro. Sí, para el siguiente encuentro, decía Lucinda porque sí el mandato divino no disponía que todas las parejas hicieran el amor recurrentemente, ¿para qué diablos el sacramento consagraba la unión a perpetuidad? La confesión duró cuatro días y tres noches y por respeto al sagrado secreto sacerdotal, no trascendieron

mayores detalles sobre el acto penitencial que se cumplía en la villa de Monseñor, pero el acto de contrición que cumplió Lucinda incluía vigilias sabatinas, velación vespertina al Santísimo los jueves, y rosario de alborada los martes. Y fue así como Lucinda Pava Reales de Cienfuegos, sin propósito de enmienda encontró al único hombre que le hiciera el amor como Dios manda...

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CIRUELA Adriana Agrelo Marcelo pone sus manos sobre mi cabeza, desde el espejo miro esas manos blancas, sacerdotales. Mis trece años, mi primera comunión, la pequeña capilla de la escuela, lo que más me emocionó no fue disolver la hostia entre mi lengua y el paladar sino esas manos que me la ofrendaban, aisladas, separadas del cuerpo, revoloteando sobre mi cabeza como dos aves mansas. Ahora esa imagen volvía nítida, emergía del baúl de los recuerdos, oculto cofre de la memoria. Marcelo y sus dedos de pianista enredados en mi pelo. Me quedaría eternamente frente al espejo sintiendo estas manos que parecen bendecirme. Un tono ciruela y luego un poco de iluminación. Siento el sabor agrio de las ciruelas, sus reflejos bordó bajo el sol, mis rodillas abrazando el árbol, picoteándolas como pájaro, las más sabrosas, las más maduras, el primer mordisco con un sabor áspero, luego siento el dulzor. Es un color de moda, además hace juego con tu piel, con tus ojos, ¿qué te parece? Sí, lo pienso mientras espero. Un corte, dos tinturas, una permanente y ya estoy con vos. Me alcanza una túnica blanca, me la pongo, soy una niña obediente con su delantal y formo fila, entre la hilera de túnicas blancas sentadas contra la pared, frente a los espejos, duplicándonos.

Comienzo a medir el tiempo de la espera, el primer corte, una cabeza joven, el pelo a la altura de los hombros, mechas color azul sobre pelo azabache, las manos forman rayas simétricas suspendidas por ganchos dentados color amarillo sobre la coronilla, las tijeras aletean sobre la nuca, dejan algunos hilos disparejos, sobre el óvalo de la cara el pelo desmechado, enmarcándolo, un montoncito azul y negro sobre el piso, un flequillo irregular sobre la frente. La muchacha se mira con curiosidad. Marcelo toma un espejo rectangular, lo coloca detrás y ella observa el efecto del corte, girando la cabeza a derecha y a izquierda. Se la ve complacida, paga y desliza unos billetes en el bolsillo de Marcelo, dos sonoros besos y bye-bye. Esta espera es la antesala de otra espera, la del encuentro con Gregorio. La llamó por teléfono después de veinte años, recuerda cuando se fue al extranjero, muchas cartas al principio, algunas llamadas telefónicas, promesas, él le mandaría el dinero para el pasaje, primero vivirían juntos allá, cuando él se estableciera, luego pasarían juntos las vacaciones, finalmente, él vendría para las fiestas de fin de año. Pero ninguno de los dos hizo el más leve movimiento, la vida los fue absorbiendo y ahora, la vuelta, y tengo tantas ganas de verte y por qué no nos encontramos en nuestro café, ¿te acordás? Y ella no pudo negarse a pesar del miedo, los años, algunos kilitos de más, las arrugas, el pelo canoso, todo lo

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 que antes le parecía natural y ahora le pesaba, quería volver el tiempo atrás, verse joven y hermosa y por eso estaba aquí, con su túnica blanca, aguardando su turno. No dejaba de mirarse al espejo e imaginarse con su pelo color ciruela. ¿Y si se hiciera un corte como el de esa muchacha? Siente el olor penetrante del agua oxigenada, la tintura color miel, gelatinosa, esa pasta blanda levándose como una masa, burbujeando y oscureciéndose al contacto del aire, la ve desbordar y caer al suelo, arrastrarse lentamente, como ese líquido viscoso de las películas de terror que termina cubriendo y sofocando a sus víctimas para luego tragárselas y volver a encogerse recuperando su tamaño inicial. Ella sentada en el sillón giratorio y las manos de Marcelo no ya sacerdotales sino satánicas esparciendo esa gelatina sobre su cabeza. Primera tintura. Esta vez la cabeza no es tan joven, una mujer de mediana edad, pelos rubio desteñido, una cabeza de cuatro colores, desgastada. ¿Y si ella que hoy comenzaría a teñirse, a someter su pelo virgen a la corrosión de esos productos, quedara así, con cuatro tonalidades de ciruela, y al final un tinte rosado, artificial, como esas pelucas de carnaval de las casas de cotillón? Virgen, virginidad, perder la virginidad, todos los caminos de su pensamiento la llevan a Gregorio, con él fue su primera vez, ambos recorriendo el cuarto con curiosidad, las paredes cubiertas de pósters con poemas de Neruda, cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, ese fue un detalle romántico de Gregorio, elegir esa habitación, nada de imágenes

chabacanas que hubieran afectado su sensibilidad, la cama con respaldo de caña, una ventanita que luego descubrió que era el servicio de bebidas y el amor, extraño al principio, poco placentero, pero con el tiempo fue descubriendo sus secretos, las zonas del placer. Y ahora, ¿cómo sería?, ella podría mostrarse como una mujer experimentada, si bien su cuerpo había perdido lozanía, era más hábil, más atrevida y él seguramente sentiría curiosidad, sería inevitable llegar a ese momento, natural, sus cuerpos se debían este encuentro, pero después de tanto tiempo la piel ya no se reconoce, esa corriente de energía se pierde. ¿Y si no se da? Por lo menos debe parecer digna, medianamente hermosa, con su pelo color ciruela. La mujer del rubio desteñido, la cabeza cubierta con una gorra de látex, una aguja de crochet se hunde sobre el látex haciendo un ruidito, pequeño latigazo, como el de esas gomitas con las que los chicos se improvisaban una gomera. Debería haber comprado profilácticos ¿y si él no trae? No puede interrumpir ese momento mágico con una salida apresurada al primer kiosco o farmacia, lo invitará a tomar un café a su departamento y cuando llegue el momento le preguntará si tiene, de lo contrario abrirá suavemente el cajón de su mesa de luz y le ofrecerá uno. Eso es. Nada traumatizante. Todavía le da cierta vergüenza comprarlos, generalmente los consigue en el supermercado, disimulados entre verduras, lácteos, cajas de hamburguesas light, sí, aprovechará mientras esta tarde hace las compras de la semana, además incluirá una botella de whisky, recuerda que a Gregorio le gustaba.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Ahora la mujer de mediana edad luce unas mechas embadurnadas de una sustancia celeste que según Marcelo es el decolorante, luego le aplicará un rubio ceniza y quedará como nueva. Seguramente él la invitará a cenar luego del café y ella aún no sabe qué se pondrá, ¿qué tonos combinan con el ciruela?, ¿y si la tintura está vencida y el pelo le queda color negro azabache?, ¿y si Marcelo se descuida y excede el tiempo de exposición del producto y el pelo comienza a caerse? Se imagina comprando una peluca, se imagina enganchándose la peluca en la rama de un árbol, o en el perchero del restaurante, y quedando al descubierto, su cabeza desnuda ante Gregorio. No había pensado que volvería a desnudarse ante él, eso le da miedo, porque él vendrá cargado con la imagen de su cuerpo esbelto, sin estrías, ni rollitos molestos en las caderas, en los muslos, y ahora, los pechos algo caídos, aunque no mucho, podría disimular todo esto con ropa interior negra y una luz tenue, pero antes de desvestirse deberá vestirse, pensar en las tonalidades que hagan juego con su nuevo pelo. Revisa mentalmente su guardarropa. Segunda tintura. Se sienta una mujer de unos setenta años, el pelo escaso, las raíces canosas. Es increíble como te crece, dice Marcelo, apoyando sus dedos sobre las raíces, sus dedos son un instrumento de medición. Dos centímetros en menos de un mes ¿no? La mujer asiente. Se mira al espejo y le pide un tono más claro, casi plateado.

Es que ya no puedo venir con tanta frecuencia, la vida está muy cara, con un plateado el crecimiento de las canas se disimulará, hasta podría ponerme un matizador gris ¿no? Es una buena idea pero tendré que hacerte una decoloración y tu pelo se verá más castigado. ¿Y si me lo cortás bien cortito? Un corte en lugar de una tintura, muy buena idea, es más rápido, pienso. Miro a Marcelo expectante, él observa a la mujer desde el espejo, duda, analiza seguramente como le quedará el corte en el conjunto de su cara, mide el óvalo y finalmente toma las tijeras. Corte y tintura, determina. La mujer seguramente estará contando sus monedas pero será la última vez, luego lucirá su pelo plateado ornamentado con el matizador gris, de uso casero. ¿Y si ella se dejara las canas? ¿Y nada de ciruelas y riesgos? No, sus amigas le habían insistido muchas veces, Gabriela, hacete un color, te dará más vida. Más vida. Piensa en Gregorio. Quizá ahora sea el momento, la promesa de un encuentro, la continuación de una historia. Que dios te bendiga, le dice Marcelo a la anciana. Siempre pronuncia esta frase como despedida. Que dios te bendiga. Que estés bien. Falta una permanente. La muchacha se sienta, su pelo lacio brillante, realmente es una pena que lo estropee con una permanente, ¿no? Recuerdo una palabra “croquiñol”, mi abuela la decía, para ella la permanente se llamaba “croquiñol”, ¿será una palabra de origen francés? Mi abuela con sus rulitos apretados sobre la cabeza como un cordero.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 No deberías hacerte una permanente muchacha, es tan hermoso tu pelo. La miro insistentemente queriendo trasmitirle mi pensamiento. Marcelo, prefiero unas mechas doradas y retocarme las puntas, darme un poco de forma alrededor, ¿no? Un pequeño corte y un par de mechas doradas, menos de media hora. Que dios te bendiga y que estés bien. Los besos acostumbrados, la propina en el bolsillo del delantal y un bye bye.

Y por fin es mi turno. Avanzo por un haz de luz y siento un aletear, un roce, manos que se posan sacerdotales, me detengo a comulgar, Marcelo me aguarda, hace girar la silla como un carrousel, pero mi cuerpo se disuelve en las caricias de otras manos, cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, estoy casi a punto de llegar, sé que al final de este túnel, detrás de los espejos, volveré a encontrarme, madura y áspera como una ciruela, con cierto dulzor final.

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top ventas & novedades Libros más vendidos en España FICCION 1. Baudolino 2. La canción de Dorotea 3. Soldados de Salamina 4. Lo que está en mi corazón 5. Los Borgia 6. La vida sexual de Catherine M. 7. Harry Potter y la piedra filosofal 8. Alto riesgo 9. El cazador de sueños 10. Tan veloz como el deseo NO FICCION 1. Carta de Jesús al Papa 2. El futuro no es lo que era 3. Los Talibán 4. Diccionario de la lengua española 5. ¿Quién eres? 6. Memorias de un bufón 7. Juana la loca 8. ¿Quién se ha llevado mi queso? 9. Los jefes de Eta 10. El grito silenciado

AUTOR Umberto Eco Rosa Regás Javier Cercas Marcela Serrano Mario Puzo Catherine Millet J. K. Rowling Ken Follet Stephen King Laura Esquivel

EDITORIAL Lumen Planeta Tusquets Planeta Planeta Anagrama Salamandra Mondadori Plaza & Janés Plaza & Janés

AUTOR F. Sánchez Dragó

EDITORIAL Planeta Aguilar Península Espasa Calpe Temas de hoy Espasa Espasa Urano

F. González/J.L.Cebrián

Ahmed Rashid R. A. E. Enrique Rojas Albert Boadella M. Fernández Álvarez

M. D. Spencer Carmen Gurruchaga Ana Tortajada

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La Esfera de los libros

Mondadori

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 BOLSILLO 1. El diario de Bridget Jones 2. El hereje 3. La carta esférica 4. Memorias de una geisha 5. Las cenizas de Ángela 6. Hija de la fortuna 7. El ocho 8. El último judío 9. Retrato en sepia 10. Ensayo sobre la ceguera

AUTOR Helen Fielding Miguel Delibes A. Pérez-Reverte Arthur Golden Frank McCourt Isabel Allende Katherine Neville Noah Gordon Isabel Allende José Saramago

EDITORIAL DeBolsillo Booket Punto de lectura Ediciones B Maeva DeBolsillo Suma de letras Punto de lectura DeBolsillo Punto de lectura

ALEMANIA TITULO 1. Harry Potter und der Stein der… 2. Die Macht der Freiheit 3. Die Mäuse Strategie für Manager 4. Schwarzbuch Markenfirmen 5. Der Börsenschwindel

AUTOR J. K. Rowling Han-Olaf Henkel Spencer Johnson K. Werner-H. Weiss Günter Ogger

EDITORIAL Carlsen Econ Ariston Deuticke Bertelsmann

ARGENTINA TITULO 1. Harry Potter y la piedra filosofal 2. El señor de los anillos I 3. Baudolino 4. Los Borgia 5. El Hobbit

AUTOR J. K. Rowling J. R. R. Tolkien Umberto Eco Mario Puzo J. R. R. Tolkien

EDITORIAL Emecé Minotauro Lumen Emecé Minotauro

ESTADOS UNIDOS TITULO 1. Skipping Christmas 2. Violets are blue 3. Desecration 4. Last man standing 5. The corrections

AUTOR John Grisham James Patterson T. La Haye & J. Jenkins

David Baldacci Jonathan Franzen

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EDITORIAL Doubleday Little, Brown Tyndale Warner Farrar, Straus & Giraux

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 ITALIA TITULO 1. Retratto in seppia 2. Le gazze ladre 3. Il re di Girgenti 4. Il giardiniere tenace 5. L’Acchiappasogni

AUTOR Isabel Allende Ken Follet Andrea Camilleri John Le Carré Stephen King

EDITORIAL Feltrinelli Mondadori Sellerio Mondadori Sperling

REINO UNIDO TITULO 1. Happy days with naked chef 2. Billy Connolly 3. Guinness World Records: 2002 4. Da gospel according to Ali G 5. Somebody someday

AUTOR Jamie Oliver Pamela Stephenson Guinness Ali G Robbie Williams

EDITORIAL M. Joseph HarperColins Guinness Fourth State Ebury

Novedades

CIENTO VOLANDO DE CATORCE Autor: JOAQUÍN SABINA Editorial: VISOR LIBROS Número de páginas: 142 ISBN: 8475229816 Colección: VISOR DE POESÍA, 468 Encuadernación: Rústica Tamaño: 19x12

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Sinopsis: Libro de sonetos escritos a lo largo de cuarenta años, desde los sesenta hasta nuestros días, cargados de nostalgia, amistad, macarradas, derrotas, amor y ligues. Ciento volando es Sabina en verso, desde la infancia que glosa en 'Sotanas y coturnos', al presente de 'Doble o nada'. Versos todos variopintos, que hacen alusión a los más dispares recuerdos. Desde los que aluden a las andanzas y tropelías juveniles del cantautor urbano, a los que dedica a personajes como Umbral, Luis Alberto de Cuenca, Muñoz Molina o Rafael Alberti, entre otros. 'Usa mi llave cuando tengas frío,/ cuando te deje el cierzo en la estacada,/ hazle un corte de mangas al hastío,/ ven a verme si estás desencontrada', dice en uno de los sonetos que componen este libro.

LA CUARTA MANO Autor: JOHN IRVING Editorial: TUSQUETS Número de páginas: 344 ISBN: 8483101785 Colección: ANDANZAS, 450 Encuadernación: Rústica Tamaño: 22x15 Traductor: Jordi Fibla Sinopsis: Patrick Wallingford no tiene la culpa de ser irresistible para las mujeres. Aunque su pasividad vital y su desdibujada personalidad sean irritantes, aunque su escasa iniciativa sentimental y profesional sea un incordio, todas desean acostarse con él, y lo cierto es que no les cuesta mucho conseguirlo. Wallingford es periodista en un canal televisivo peligrosamente decantado hacia el sensacionalismo hasta que, en un tragicómico episodio laboral, pierde la mano izquierda y se convierte, de la noche a la mañana, en noticia mundial.

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EL ASESINO CIEGO Autor: MARGARET ATWOOD Editorial: EDICIONES B Número de páginas: 345 ISBN: 8466602461 Colección: AFLUENTES Encuadernación: Rústica Tamaño: 25x16 Traductor: Dolors Udina Sinopsis: Poco después de que la Segunda Guerra Mundial haya llegado a su fin, un coche se despeña por un puente y fallece una joven llamada Laura. A pesar de que el trágico suceso se vende a la opinión pública como un accidente de tráfico dada la importancia del apellido familiar de la finada, con toda probabilidad se trata de un suicidio. Tiempo después, su hermana Iris, rememora la infancia de ambas en la convulsa Canadá de entreguerras y reconstruye la historia de la rica dinastía a la que pertenecen, marcada por episodios oscuros y turbios. Dentro de la novela de Margaret Atwood aparece otra novela escrita por una de las protagonistas, que a su vez contiene otra narración.

ALICE O EL PIANO DE LOS ÁNGELES Autor: ODILE GODARD Editorial: SEIX BARRAL Número de páginas: 256

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 ISBN: 8432296112 Encuadernación: Cartoné Tamaño: 23x13 Sinopsis: Alice y sus cómplices angelicales nos invitan a pasear por la historia, nos descubren originales recetas de cocina y nos transportan a su propia cotidianidad. su marido, las dudas existenciales de su hija, sus amigos, los paisajes de la infancia, una fugaz historia de amor.....

NATA SOY Autor: ANTONIO ÁLAMO Edit.: MONDADORI ESPAQA, S.A. Número de páginas: 308 ISBN: 8439707916 Encuadernación: Rústica Sinopsis: Gaspar Olivares es un fraile exorcista de Extremadura que es llamado al Vaticano. Su misión es expulsar al maligno que se ha apoderado del cuerpo del Santo Padre. La difícil empresa se complica aún más cuando fray Gaspar conoce al Papa, un señor con una visión muy particular del catolicismo; a su lúbrico secretario; al obispo primado de Zambia, seguidor de la dilatada tradición envenadora de la Santa Sede, o a un secretario de Estado de gatillo fácil. Y por si fuera poco, el pobre fraile deberá escribir un discurso fundamental para el futuro de la Iglesia y lidiar con una salsa rosa en mal estado. Exorcizante.

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LA PROPIEDAD DEL PARAÍSO Autor: FELIPE BENÍTEZ REYES Editorial: TUSQUETS Número de páginas: 130 ISBN: 8483101793 Colección: ANDANZAS, 451 Encuadernación: Rústica Tamaño: 21x14 Sinopsis: Conformada por retazos de memoria, el narrador de esta novela va desgranando los momentos en los que gozó de la frágil propiedad del paraíso, los momentos de una infancia en apariencia inocente y dichosa pero encarnada en la incertidumbre. Fernandi y Carmelo son sus compañeros de juegos, y junto a ellos desfila una inolvidable galería de personajes: Lali, juiciosa profesora particular, el sargento Arruza, la viva imagen del peligro, la Diosa del Rodeo, domadora de circo, además del capitán Roden, Miguel el cineasta, y el Duente, 'el ratero y el rey del tiempo'.

SIEMPRE ES MEDIANOCHE Autor: HANIF KUREISHI Editorial: ANAGRAMA

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Número de páginas: 218 ISBN: 8433969463 Col.: PANORAMA DE NARRATIVAS, 486 Encuadernación: Rústica Tamaño: 22x14 Traductor: Mauricio Bach Sinopsis: Encuentros, reencuentros, desencuen-tros. Hanif Kureishi se ha convertido en uno de los más lúcidos cronistas de una generación que asume con desconcierto la madurez y sobrevive perpleja a la conflictiva en pareja, el desamor, las relaciones con los hijos y los retos profesionales. Los relatos aquí reunidos plantean situaciones inquietantes: ¿qué puede suceder cuando una mujer casada y su amante se disponen a pasar juntos un fin de semana y en el último momento se apunta el marido?, ¿por qué extraña sucesión de acontecimientos la compra de unas sillas azules, para más señas- puede desembocar en una crisis de pareja?

EL FESTÍN DEL AMOR Autor: CHARLES BAXTER Editorial: INTEGRAL Número de páginas: 272 ISBN: 8479017686 Encuadernación: Cartoné Tamaño: 23x16 Traductor: Jaime Zulaika Sinopsis: Víctima del insomnio, un escritor sale a da un garbeo por el barrio. En estas se topa con un amigo que promete servirle de inspiración para ellibro que comienza a germinar en su cabeza. Tras sugerirle que lo titule El festín del amor, abre el fuego con una anécdota propia acontecida en una perrera a la que lo acompañó su entonces primera esposa. A partir de este momento, el áltr ego de Charles Baxter comienza a sumar el testimonio sentimental de este los de su círculo íntimo, que componen las dos exmujeres que le abandonaron; un matrimonio vecino destrozado por la huida de casa de un hijo descarriado, y una joven y apasionada empleada suya en la cafetería que regenta.

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NO ACOSEN AL ASESINO Autor: JOSÉ MARÍA GUELBENZU Editorial: ALFAGUARA Número de páginas: 424 ISBN: 8420443018 Colección: HISPÁNICA Encuadernación: Rústica Sinopsis: Un asesino entra sigilosamente en casa de un vecino a la hora de la siesta y degüella mientras duerme al Juez Medina. Así se pone en marcha la trama. La instrucción del caso será llevada a cabo por Mariana de Marco, Juez de la localidad. No parece haber móvil, ni tampoco han robado nada de la casa.

CAPA Y ESPADA Autor: F. FERNÁN-GÓMEZ Editorial: EDIT. ESPASA CALPE, S.A.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Número de páginas: 184 ISBN: 8423926192 Colección: ESPASA NARRATIVA Encuadernación: Rústica Tamaño: 22x16 Sinopsis: Una trama inquietante, una narración policial y una sólida ambientación en el Madrid del siglo XVII son los ejes de esta novela, en que el autor analiza uno de los mayores secretos del Siglo de Oro español: el misterioso asesinato de Juan de Tassis, conde de Villamediana. Político intrigante, poeta y supuesto amante de la reina Isabel de Borbón, mujer de Felipe IV, Juan de Tassis fue creándose a lo largo de su vida una sólida fama como provocador público. Sus numerosos escándalos -propios de un don Juan temerario y amoral- le valieron el odio de la nobleza y de la Corte.

SOLDADOS DE SALAMINA Autor: JAVIER CERCAS Editorial: TUSQUETS Número de páginas: 209. ISBN: 8483101610. Colección: ANDANZAS, 433. Encuadernación: Rústica. Sinopsis Cuando en los meses finales de la guerra civil española las tropas republicanas se retiran hacia la frontera francesa, camino del exilio, alguien toma la decisión de fusilar a un grupo de presos franquistas. Entre ellos se halla Rafael Sánchez Mazas, fundador e ideólogo de Falange, quizás uno de los responsables directos del conflicto fratricida. Sánchez Mazas no sólo logra escapar de ese fusilamiento colectivo, sino que, cuando salen en su busca, un miliciano anónimo le encañona y en el último momento le perdona la vida.

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BAUDOLINO Autor: UMBERTO ECO Editorial: LUMEN Número de páginas: 592. ISBN: 8426413099. Colección: PALABRA EN EL TIEMPO. Encuadernación: Rústica. Tamaño: 23x15. Sinopsis Esta obra mezcla elementos de novela picaresca y novela de aventuras en un vasto retablo narrativo donde se confunden y entremezclan lances prodigiosos e inverosímiles, propios de los libros de caballerías, con andanzas y viajes a países remotos y escenarios desconocidos. Umberto Eco traza una gigantesca crónica novelada de la Europa de los siglos XII y XIII, caracterizada por el poder ascendente de los emperadores germánicos y por la definitiva decadencia del Imperio bizantino. Al final de esta obra monumental y fascinante, Umberto Eco nos desvela el secreto de la muerte de Federico Barbarroja y el misterio del robo del Santo Grial en una de las aventuras de ficción más impresionantes que se han escrito jamás.

LA FALSA PISTA Autor: HENNING MANKELL Editorial: TUSQUETS

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Número de páginas: 427. ISBN: 8483101858. Colección: ANDANZAS, 456. Encuadernación: Rústica. Tamaño: 22x15. Traductor: Dea Marie Mansten y Amanda Monjonell Masten. Sinopsis En Suecia nadie recuerda un verano tan caluroso como el de 1994. Mientras la gente sigue con pasión los partidos finales del Campeonato Mundial de Fútbol, el inspector Kurt Wallander se dispone a iniciar unas cortas vacaciones. Sin embargo, la tranquilidad de la provincia de Escania se ve truncada cuando una muchacha, posiblemente extranjera se suicida quemándose a los bonzo...

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001

certámenes A continuación os presentamos un listado de los certámenes literarios previstos para los próximos meses:

RELATOS "Certamen de Relatos Cortos sobre la Mujer (Málaga)" Tema:

La mujer. Máximo de 10 folios en castellano. Triplicado con título ó seudónimo y plica con datos personales. Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 120.000 pts. Fechas: Hasta el 31 de Diciembre del 2001. Bases: Ayuntamiento de Málaga. Area de la Mujer. C/ Alamo, 34 (29012 MALAGA) 952 608 828 "Certamen de Relatos Encarna León" (Melilla) Tema:

Entre 5 y 15 folios en castellano, valorándose especialmente los que traten sobre la mujer y sus aportaciones en el campo social, familiar y educativo. Una obra por autor. Cuatro copias con título y plica (autor, dirección, Tel., DNI) Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 300.000 pts / 150.000 pts / 50.000 pts. Fechas: Hasta el 31 de Diciembre del 2001. Bases: Viceconsejería de la Mujer (Ciud. Autonoma de Melilla) C/ General Prim, 2 (52001 MELILLA) 952 681 950 "Certamen de Relatos Breves Navideños Alar del Rey" Tema:

Relatos Navideños en castellano. Máximo de dos obras por autor. a) Menores de 14 años. b) Libre. Pero los ganadores leerán sus relatos en acto público en la localidad por lo que cuanto más cerca viváis mejor, ya que los premios son pequeños.

Participantes: Premio: a) Primer premio de 50.000 pts / 20.000 pts. b) Colección de libros.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Fechas: Bases:

Hasta el 2 de Enero del 2002. Ayuntamiento de Alar del Rey. Comisión de Cultura Plaza Jose Antonio Girón, 6 (34480 ALAR DEL REY) PALENCIA 979 133 001

"Concurso de Narración Breve de Dos Hermanas" Tema:

Libre. Máximo de 10 folios en castellano. Enviar tres copias bajo lema ó seudónimo con plica (identificación, contacto, breve biografía, DNI) Participantes: Libre, menores de 30 años. Premio: Primer premio de 100.000 pts / 50.000 pts / 30.000 pts. Fechas: Hasta el 8 de Enero del 2.002 Bases: Colegio Público Maestro José Varela C/ Ruiseñor, 3 (41700 DOS HERMANAS) SEVILLA 954 720 871 Certamen de Cuentos Fantásticos "Pablo Rido" Tema:

Literatura Fantástica. Ciencia ficción, fantasía, terror. Unos 30 folios en castellano. Cinco copias con pseudónimo y plica. Participantes: Internacional. Premio: Primer premio de 666 euros. Fechas: Hasta el 15 de Enero del 2002. Bases: Tertulia de Literatura Fantástica de Madrid Apdo Correos, 283 (28930 MOSTOLES) MADRID www.arrakis.es/jndro. "Certamen de Relatos Taurinos Revista ¡Eh Toro!" Tema:

Taurino en cualquiera de sus aspectos. Entre 3 y 5 folios en castellano. Enviar cinco copias con lema ó título y plica con datos personales. a) Menores de 16 años. b) Entre 16 y 25 años. Participantes: Residentes en España, menores de 25 años. Premio: Primer premio de 25.000 pts en cada modalidad Fechas: Hasta el 15 de Enero del 2.002 Bases: Revista ¡Eh Toro!. Imprenta Rosell, S.L C/ Benicarló, 20 (12003 CASTELLÓN) 964 224 706 / pedromileo@hotmail.com

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Premio "Contradition" de Autobiografías Tema:

Texto autobiográfico breve, de 3-7 páginas (parte de un diario personal, autoretrato, fragmentos de memorias...). En castellano. Firmados ó con seudónimo, incluyendo dirección y teléfono de contacto. Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 500.000 pts y publicación con el consentimiento del autor en la revista Marie Claire. Dos accésit de 100.000 pts Fechas: Hasta el 15 de Enero del 2002. (Fallo 11/4/2002) Bases: Universidad de Barcelona. Unidad de Estudios Biográficos Gran Vía, 585 (08071 BARCELONA) 917 022 388 / www.premiocontradiction.com Certamen de "Cuentos Ilustrados de Badajoz" Tema:

a) Cuentos para adultos. Una ilustración/tres páginas texto. Mínimo de 3 cuentos que superen en total los 50 folios. b) Cuentos infantiles. Una ilustración/dos páginas de texto. Mínimo de 3 cuentos que superen en total los 25 folios. En los dos casos el tema es libre. Enviar cinco copias. Participantes: Internacional Premio: a) Primer premio 1.000.000 de pts / 200.000 pts b) Primer premio de 500.000 pts / 100.000 pts Fechas: Hasta el 18 de Enero del 2002. Bases: Diputación de Badajoz C/ Felipe Checa, 23 (06071 BADAJOZ) 924 212 450 / www.dip-badaj.... publicaciones@dip-badajoz.es "Premio Narrativa Corta Miguel Cabrera" Tema:

Libre. Máximo de 15 folios en castellano. Enviar por triplicado con título y plica (datos personales y de contacto) Participantes: Libre. Premio: Primer premio de 100 ejemplares de la edición que se realizará con los tres primeros. Finalistas, 25 ejemplares. Fechas: Hasta el 18 de Enero del 2.002 Bases: Fundación Fernando Villalón. Biblioteca Pública Municipal "Cristobal Bermúdez Plata" C/ Animas, 10 (41530 MORON DE LA FRONTERA) SEVILLA 955 852 360 / bibliotecamoron@telefonica.net

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 "Premio de Literatura Internacional Colegio St. Paul's" Tema:

Libre. En castellano, catalán ó inglés. a) Nacidos entre 1987 y 1989. b) Nacidos entre 1984 y 1986. (6 categorías). Máximo de 4 folios. Enviar cinco copias, y en hoja aparte, autor, dirección, fecha nacimiento, teléfono y datos del centro escolar. Participantes: Internacional, nacidos entre 1984 y 1989. Premio: Premio de 300 euros en cada una de las 6 categorías. Fechas: Hasta el 18 de Enero del 2.002 (Fallo 25 Abril) Bases: St. Paul's School Avda. Pearson, 39 - 45 (08034 BARCELONA) stpaul@stpauls.es "Certamen de Relato María Agustina" (Lorca) Tema:

Libre. Máximo de 10 folios en castellano. Letra Times New Roman 12 puntos y márgenes de 2,5 cms en los cuatro bordes. (No se si es absolutamente necesario, pero yo creo que lo más importante es el relato e intentar ajustarse a estos requisitos). Cinco copias bajo lema ó seudónimo y plica (autor, dirección, teléfono y DNI) Participantes: Menores de 21 años Premio: Primer premio de 1.500 euros / 900 euros Fechas: Hasta el 28 de Enero del 2.002 Bases: Instituto de Bachillerato San Juan Bosco Barrio de San Antonio s/n (30800 LORCA) MURCIA 968 466 619 XVI Premio Internacional "Max Aub" de Cuento Tema: Libre, en castellano. Entre 3 y 5 folios, por quintuplicado y con plica. Participantes: Internacional Premio: Primer premio internacional de 800.000 pts. Primer premio comarcal de 100.000 pts. Fechas: Hasta el 31 de Enero del 2002. Bases: Fundación Max Aub Apdo de Correos 111 (12400 SEGORBE) CASTELLÓN 964 713 866 / www.maxaub.org ./ fundacion@max.. "Certamen Internacional de Cuentos Gabriel Miró" Tema:

Libre. Máximo de 8 folios en castellano. Cosidos por la margen izquierda, enviar tres copias bajo pseudónimo y plica con nombre y dirección. Sin límite de obras. Participantes: Internacional

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Premio: Fechas: Bases:

Primer premio de 3.000 Euros / 1.500 Euros. Hasta el 31 de Enero del 2002. Obra Social de la Caja de Ahorros del Mediterraneo. C/ San Fernando, 40 (03001 ALICANTE) 965 905 787 / www.cam.es/1/obra-soc..

"Concurso de Relatos Eróticos Sex Haizegoa" Tema:

Relatos eróticos. Entre 25 y 65 folios. Una obra por autor. Sin firmar, título y plica con datos personales. Participantes: Libre, mayores de 18 años. Premio: Primer premio de 75.000 pts / 25.000 pts. Fechas: Hasta el 31 de Enero del 2002. Bases: Sex Haizegoa Avda Barañain, 29 (31008 PAMPLONA) NAVARRA 948 154 231 / tienda@haizegoa.com "Premio de Cuentos Caja Canarias" Tema:

Libre. Entre 4 y 10 folios en castellano. Enviar seis ejemplares con título y lema ó seudónimo con plica (nombre y dirección, DNI y breve currículum) Participantes: Residentes en Canarias Premio: Primer premio de 300.000 pts / 150.000 pts / 50.000 pts Fechas: Hasta el 31 de Enero del 2002. Bases: Caja Canarias. Area de Obra Social y Cultural. Plaza del Patriotismo, 1 (38002 SANTA CRUZ DE TENERIFE) 922 471 071 "Premio Alfonso Grosso de Relatos" Tema:

Conjunto de relatos de tematica libre. Entre 45 y 70 folios en castellano. Cinco copias con título y plica (autor, dirección, tel. y breve curriculum) Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 1.000.000 de pts y edición de la obra / 300.000 pts / 200.000 pts Fechas: Hasta el 31 de Enero del 2002. Bases: Ayuntamiento de Sevilla. Area de Cultura. C/ Pajaritos, 14 (41004 SEVILLA) 954 505 628

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 "Certamen Internacional de Cuentos de Lena" Tema:

Libre. Máximo de 8 folios en castellano. Enviar original y 5 copias con seudónimo y plica (autor, dirección y teléfono). Una obra por autor. Participantes: Internacional. Premio: Premio de 500.000 pts. Fechas: Hasta el 31 de Enero del 2.002. Bases: Ayuntamiento de Pola de Lena. Casa de Cultura. (33630 POLA DE LENA) ASTURIAS 985 490 617 "Certamen de Relatos de Mujer" (Telde) Tema:

La mujer y su mundo. Máximo de tres obras entre 8 y 20 folios en castellanoi. Se valorará el lenguaje no sexista. Tres copias con título y plica (autor, contacto y breve currículum) Participantes: Residentes en Las Islas Canarias. Premio: Premio de 250.000 pts y publicación. Fechas: Hasta el 2 de Febrero del 2.002. Bases: Ayuntamiento de Telde Plaza de San Juan, 1 (35200 TELDE) GRAN CANARIA 928 139 087 "Dime Que Me Quieres" Declaraciones de Amor (Málaga) Tema:

Declaraciones de Amor. Aún teniendo forma epistolar (carta) ha de seguir la pauta de un relato. Entre 5 y 10 folios en castellano. Seudónimo y plica con datos personales y DNI. Participantes: Residentes en España Premio: Primer premio de 400.000 pts / 100.000 pts / 50.000 pts y publicación de las 10 primeras obras. Fechas: Hasta el 14 de Febrero del 2002. Bases: Ayuntamiento de Málaga. Departamento de Bibliotecas. Edificio Archivo Municipal. Alameda Principal, 23 (29001 MALAGA) 952 344 944 "V Concurso de Cartas de Amor de Aller" Tema:

Carta de Amor. Una página por una cara. En castellano ó asturiano. Triplicado con título y plica. (autor, dirección, tel) Participantes: Internacional.

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Premio: Fechas: Bases:

Primer premio de 250 euros / 190 euros (en cada modalidad linguística). Autor local, premio de 190 euros. En los premios se incluye una hermosa flor y estancia de fin de semana en Albergue Juvenil Aula de Naturaleza de Felechosa. Hasta el 14 de Febrero del 2.002. Oficina de Información Juvenil de Aller Avda Tartiere, 40 (33670 MORADA DE ALLER) ASTURIAS 985 481 204 / cij@ayto-aller.es

"Certamen de Relatos Revista Mensajero Club Joven" Tema: Libre. Unos 2 folios en castellano. Máximo de tres obras. Participantes: Entre 14 y 26 años. Premio: Primer premio de un pack de libros. Fechas: Hasta el 15 de Febrero del 2.002. Bases: Revista Mensajero Club Joven Apdo 73 (48080 BILBAO) concursolitemensajero@yahoo.es "Premio de Relato Corto Cruzando Culturas" (Mérida) Tema:

Versarán sobre temas relacionados con el racismo, la xenofobia y la intolerancia. Entre 3 y 5 folios en castellano. Enviar original y cinco copias con título y plica. Dos modalidades segun edades. a) 15-17 años, b) 18-30 años. Participantes: Internacional, menores de 30 años. Premio: a) Primer premio de 40.000 pts / Dos de 10.000 pts b) Primer premio de 100.000 pts / Dos de 25.000 pts Fechas: Hasta el 28 de Febrero del 2002. Bases: Ayuntamiento de Mérida. Delegación de Juventud. C/ Concordia, 1 (06800 MERIDA) BADAJOZ 924 303 267 "Concurso de Cuentos Villa de Mazarrón" Tema:

Libre. Máximo de 8 folios en castellano. Enviar 7 copias con título ó seudónimo y plica (autor, dirección y tel.) Participantes: Internacional. Premio: Primer premio de 600.000 pts / 300.000 pts. Fechas: Hasta el 28 de Febrero del 2.002. Bases: Ayuntamiento y Universidad Popular de Mazarrón Avda de la Constitución, 11 (30870 MAZARRON) MURCIA 968 591 766 / general@upmazarron.org / www.upmazarron.org (Bases del año anterior en web)

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 "Concurso de Cuentos Univ. Aut. de Madrid" Tema:

Libre. Máximo de 10 folios en castellano. Enviar 6 copias con título ó seudónimo y plica (autor, dirección y tel. y justificante de pertenencia a la U.A. de Madrid) Participantes: Miembros de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Asociación de Antiguos alumnos.. Premio: Primer premio de 150.000 pts / 100.000 pts. / 4 accésit de 50.000 pts. Fechas: Hasta el 28 de Febrero del 2.002 (Fallo 23 Abril) Bases: Universidad Autónoma de Madrid. Oficina de Actividades Culturales. Edificio del Rectorado, entrepl. 2 (Campus Cantoblanco) (28049 MADRID) 913 974 359 / www.uam.es/cultura/concursocuentos... "Concurso de Cuentos sobre Ruedas ALSA" Tema:

Relacionados con el mundo de los viajes y el transporte en autocar. Máximo de 10 folios en castellano. Enviar por duplicado, firmados ó con seudónimo. En la plica irán los datos personales y de contacto así como una declaración jurada de autoría y de no estar premiada ni pendiente de otros fallos. Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 1.000.000 de pts. Fechas: Hasta el 1 de Marzo del 2002. Bases: Presidente del Jurado. Cuentos sobre Ruedas. C/ Miguel Fleta, 4 - 2º (28037 MADRID) www.alsa.es / cuentosobreruedas@alsa.es Háblame de tu Abuelo/a - Hablame de tu Nieto/a (Fund. S. Mª) Tema:

Relato corto referido a los abuelos ó a los nietos. Máximo de 5 folios en castellano. Participantes: Abuelos, abuelas y niños/as de 3 a 16 años españoles. Premio: Primer premio de un viaje de fin de semana a Terra Mítica en cada una de las modalidades. Lotes de libros para los primeros en las diferentes categorías por edades. Fechas: Hasta el 31 de Marzo del 2002. Bases: Fundación Santa María C/ General Moscardó, 3 - 2º (28020 MADRID) 915 359 600 / fsm@fundacionsantamaria.org www.servicom.es/fundacionsant...

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Premio de Relatos de la "Agenda Latinoamericana Mundial" Tema:

Relatos y artículos que promuevan la concienciación sobre la situación del Tercer Mundo y el diálogo entre Europa, Latinoamérica y Africa. Máximo de 10 folios en castellano. Participantes: Internacional. Premio: Primer premio de 500 dólares. Varios accésit de 100 dólares. Fechas: Hasta el 31 de Marzo del 2002. Bases: Agenda Latinoamericana Mundial 915 300 675 "Certamen de Narrativa Universidad Politécnica de Madrid" Tema:

Libre. Entre 50 y 75 folios en castellano. Firmados. Enviar por duplicado junto con fotocopia de DNI y documento que acredite pertenencia a Universidad Española en cualquier sector. Participantes: Menores de 30 años vinculados a Universidades Españolas en cualquiera de los sectores. Premio: Primer premio de 150.000 pts Fechas: Hasta el 1 de Mayo del 2.002 Bases: Universidad Politécnica de Madrid. Vicerrectorado de Gestión Académica. Sección de Ext. Universitaria. Paseo Juan XXIII, 11 (28040 MADRID) 913 366 254 / www.upm.es/servicios/culturales

NOVELA Premio de Novela Histórica "Alfonso X El Sabio" Tema: Novela Histórica. Máximo de 300 folios en castellano. Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 7.000.000 de pts Accésit de 2.000.000 de pts Fechas: Hasta el 31 de Diciembre del 2001. (Fallo Marzo 2.002) Bases: Ediciones Martinez Roca C/ Provença, 260 - 6ªplanta (08008 BARCELONA) 934 967 012 Cetamen de Narrativa "Ciudad de Algeciras" Tema:

Libre. Entre 50 y 100 folios en castellano. Triplicado con pseudónimo y

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 plica. Participantes: Internacional. Premio: Primer premio de 500.000 pts y cien ejemplares de la obra publicada. Fechas: Hasta el 31 de Diciembre del 2001. Bases: Ayuntamiento de Algeciras. Fundación Municipal Cultural Jose Luis Cano. C/ Teniente Miranda, 118 (11201 ALGECIRAS) CADIZ 956 630 036 Premio "Carolina Coronado" de Novela Corta (Almendralejo) Tema: Libre. Entre 50 y 70 folios en castellano. Sextuplicado. Participantes: Internacional. Premio: Primer premio de 300.000 pts. Fechas: Hasta el 31 de Diciembre del 2001. Bases: Ayuntamiento de Almendralejo. Concejalía de la Mujer C/ Mérida, 2 (06200 ALMENDRALEJO) BADAJOZ 924 670 507 Premio Narrativa de la "Editorial Desnivel" Tema:

Literatura de montaña, viajes y aventuras. Mínimo de 100 folios en castellano. Narrativa o Ensayo. Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 1.000.000 de pts. Fechas: Hasta el 15 de Enero del 2002. Bases: Editorial Desnivel C/ San Victorino, 8 (28025 MADRID) www.desnivel.es/editorial/premio "Premio Narrativa Ciudad de Ibiza" Tema:

Libre en catalán. Extensión aproximada de unos 150 folios. Se presentarán por quintuplicado con título y plica. (Nombre, dirección, tel. y DNI) Participantes: Libre, pero en catalán Premio: Primer premio de 400.000 pts y publicación. Fechas: Hasta el 25 de Enero del 2002. Bases: Ayuntamiento de Ibiza. Area de Cultura Plaza España, 1 (07800 IBIZA) BALEARES 971 397 500

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Premio de Novela "Juan Pablo Forner" (Mérida) Tema: Libre. Entre 200 y 300 folios en castellano. Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 1.800.000 pts. Fechas: Hasta el 30 de Enero del 2002. Bases: Ayuntamiento de Merida. Biblioteca Pública Municipal C/ Moreno de Vargas, 10 (06800 MERIDA) BADAJOZ 924 380 100 "Premio de Novela "Benito Pérez Armas" Caja Canarias" Tema:

Libre. Mínimo de 125 folios. Enviar seis ejemplares con título y lema ó seudónimo con plica (nombre y dirección, DNI y breve currículum) Participantes: Residentes en Canarias Premio: Primer premio de 1.000.000 de pts. Fechas: Hasta el 31 de Enero del 2002. Bases: Caja Canarias. Area de Obra Social y Cultural. Plaza del Patriotismo, 1 (38002 SANTA CRUZ DE TENERIFE) 922 471 071 "Premio Novela Romulo Gallegos" (Venezuela) Tema:

Novelas publicadas (en primera edición) y escritas los años 2.000 – 2.001 en castellano. Enviar 10 ejemplares. Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 60.000 dólares. Fechas: Hasta el 1 de Febrero del 2002. Bases: Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. (CELARG). Casa de Rómulo Gallegos. Avda. Luis Roche, cruce con tercera transversal, (Altamira) 1062 CARACAS - VENEZUELA "Premio Ateneo Ciudad de Valladolid de Novela Corta" Tema:

Libre. Entre 100 y 150 páginas en castellano. Enviar por duplicado, encuadernados ó cosidos con título y seudónimo y plica (autor, dirección, tel. y breve curric. biobibliográfico) Participantes: Internacional. Premio: Primer premio de 4.000.000 de pts y publicación en la Editorial Algaida Editores (Grupo Anaya) Fechas: Hasta el 15 de Febrero del 2002. (Fallo 13 Mayo) Bases: Ateneo de Valladolid

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LA CASA DE LOS MALFENTI // EDICION: INVIERNO 2001 Plaza Mayor, 11 - 3º dcha. (47001 VALLADOLID) www.fmcva.org/2001/tablon.. Certamen de Novela Corta del "Casino de Lorca" Tema: Libre. Entre 75 y 100 folios, en castellano. Cuadruplicado y plica. Participantes: Internacional Premio: Primer premio de 400.000 pts y publicación. Fechas: Hasta el 28 de Febrero del 2002 Bases: Casino Artístico y Literario C/ Pío XII, 33 (30800 LORCA) MURCIA 968 466 030 "Premio Novela Breve Juan March Cencillo" Tema:

Libre. Entre 75 y 110 folios en castellano ó balear. Enviar 3 copias con título, autor, dirección y teléfono. Si se desea se puede mantener el anonimato por el sistema de plica. Participantes: Internacional. Premio: Primer premio de 6.000 euros y publicación en la Editorial Bitzoc. Fechas: Hasta el 28 de Febrero del 2002. (Fallo Julio) Bases: Fundación Bartolomé March Servera C/ Conquistador, 13 (07001 PALMA DE MALLORCA) BALEARES 971 711 122 / www.fundbmarch.es

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enlaces En esta sección os presentaremos un listado de enlaces a páginas web relacionadas con los temas tratados en la revista. En este número éstos son los elegidos: Julio Cortazar www.juliocortazar.com.ar webs.demasiado.com/juliocortazar/ www.geocities.com/SoHo/Museum/4967/cortazar.htm www.geocities.com/juliocortazar_arg www.geocities.com/anabilos/cortazar/ La Metamorfosis de Franz Kafka www.geocities.com/Athens/9505/kafka.html FranzKafka.org www.kafka.org www.geocities.com/grankafka www.ciudadfutura.com/kafka/ John Fante ¿perdedor o genio? www.babab.com/no09/john_fante.htm www.elpais.es/suplementos/babelia/20010623/b9.html www.abruzzo2000.com/index_sp.htm www.johnfante.it/it members.tripod.com/~Fante/ www.genordell.com/stores/spirit/ Historias Ciclones – Rosa Elvira Peláez usuarios.tripod.es/wemilere/ciclones.htm

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el buzón de los Malfenti Lamentablemente e inevitablemente esta sección está en blanco. No puede ser de otra manera. Es nuestro primer número y todavía no hemos tenido tiempo de recibir vuestros comentarios, sugerencias y críticas. Es éste un espacio dedicado a vosotros, lectores de La Casa de los Malfenti. En él mostraremos todos los correos recibidos en nuestro email, lacasadelosmalfenti@yahoo.es así como los mensajes presentados en el libro de visitas de nuestra página web: usuarios.tripod.es/lacasadelosmalfenti Confiamos en recibir pronto noticias vuestras. Hasta el próximo número.

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usuarios.tripod.es/lacasadelosmalfenti


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