
1 minute read
Al respirar
Me marcho a otro lugar, el viaje no será largo, pero otro mundo, otra realidad me hará sentir el nuevo sitio a visitar. Una vez allí dejadme escuchar esa guitarra, esa garganta quejica que me ha de aliviar. Porque amigo, te has sentido como yo, con la ansiedad que ahora dejas atrás en aquel retrato. Con el cansancio que produce esa mísera burbuja en la que nacemos y que solo nos vende comodidad y a la vez nos pone un nudo en las manos. Llegará el tiempo amado y recuerda, una vez allí, déjame beber ese licor sagrado que apagará toda fatiga y donde la mejor postura será dejarse llevar; suena bien, verdad. Dejarse al azar, nunca saber donde puedes acabar o empezar. Pues bien hermanos, La Cuaresma y el cuartel están ya aquí. Ante nosotros un lienzo blanco y multitud de pinturas coloridas, oscuras y casi evaporadas, un fugaz abrazo y un “Que pasa” infinito que quizás no ha comenzado. Las voces cuarteleras comienzan a fundirse con el zumbido de un tambor. Un racimo de plegarias que una a una se ha de filtrar y en las que no hay un principio ni un final, sólo lo que tú quieras ir contando. Pienso que hay muros absorbentes, aislamientos captadores de sonido; pero cuando es el alma la que escucha, la respuesta es complaciente. Y es justo en ese momento en el que Al Respirar intentas ser quien pare el aire y al inhalar quieres quedarte con este mundo del que ya formas parte. Cada sustancia y cada partícula son ya parte de tu misma vida. No sé donde quedó el rubor que nos vio nacer, pero mírame aquí soy feliz, hoy quiero sólo Respirar y ser feliz.
AHORA INTENTA PENSAR QUIEN ERES TÚ A LA HORA DE RESPIRAR.
Advertisement
Por todo ello viva la cuaresma, viva el cuartel y Viva La Historia de Tobías. ¡PUM EL PEZ! MIGUEL ÁNGEL CABEZAS AGUILAR
