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Bienvenido de nuevo, hermano
Aquel mes de Junio, después de tu elección, la verdad que no me resultó una grata noticia, recuerdas que así te lo hice saber. No quería renunciar, y como yo muchos de nuestros hermanos de El Pez, a tu compañía, a tu presencia, a sentirte siempre a nuestro lado y abusar de tu amistad, y siendo incluso egoísta, de tu entrega absoluta a tu Corporación. Para el resto de hermanos era un honor que uno de los nuestros figurara en ese puesto destacable a la cabeza de la Agrupación de Cofradías, pero otros somos mas modestos y esos lugares de “relumbrón” como que no nos hipnotiza y no nos hace perder sueño.
De eso transcurrieron ya varias primaveras, atravesándose una reelección y una prórroga, infinidad de proyectos, un sinnúmero de iniciativas que en muchas ocasiones para algunos eran arriesgadas o incluso descabelladas- ¡Que esta gente no la cambias, que son costumbres muy arraigadas y algunos son unos inmovilistas!- - ¡Venga hombre si a eso no se va apuntar nadie, si al final todo va ser igual que siempre!-
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Por supuesto tú no te dabas por enterado, tú marcabas las pautas –Si queréis que esté aquí así quiero y me gustaría que se hicieran las cosas, en bien únicamente de la Semana Santa de Puente Genil-. Poco a poco fueron evolucionando algunas cosas, ciertas conductas y hábitos que reconozcamos no hacían otra cosa que deslucir todo este entramado.
Todo ello te costó una ardua labor, no fue fácil, ni por supuesto está todo conseguido, aunque hay que reconocer que la senda está muy bien delimitada. Para esta empresa te supiste rodear de personas de mucha valía y con inquietudes similares a las tuyas, que en mayor o menor medida te ayudaron a conducir este barco; pero permíteme que te diga que tu eficacia consistió, consiste y consistirá en que todo lo que emprendas eres el primero en “remangarte la camisa” para iniciar cualquier tarea, arrastrando a los que te rodean a seguir tus pasos, y el último en descansar cuando el trabajo está concluido; lo que nos lleva a tu mejor virtud, hacerte querer y respetar por todos, porque a todos ellos previamente lo has respetado y querido, de ahí el afecto que te profesa tantísima gente de esta villa, incluso sin conocerte personalmente.
Ahora me alegro de esos siete años que la Semana Santa de Puente Genil nos ha privado de tantos ratos de tu compañía, me alegro porque durante ese tiempo se ha estado enriqueciendo el mundo manantero, las Corporaciones, las Cofradías, los desfiles; se ha enriquecido mi pueblo, Puente Genil.
A. Ortiz Gama Cuaresma 2012