Marzo 2009
Impacto
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Por Peggy Ann Bliss / Rumbo
ero en Puerto Rico ¿Dónde están los negros? Hace unos años, las feministas pudieron haber dicho que tampoco había oportunidad para las mujeres, pero esta situación ya no existe. Las mujeres en el gabinete actual también son de la cultura de los blancos descendientes de españoles, con preparación académica en entidades como El Colegio Puertorriqueño de Niñas, María Reina y otras. El conservadorismo de los últimos 50 años evidencia que la administración del país queda en las manos de las mismas personas hombres y mujeres- que estudian en los mismos colegios y se preparan para ejercer el poder, señalan expertos en el tema. “Es un problema histórico que afecta a este gobierno”, dice el ex secretario de Trabajo Víctor Rivera Hernández, al ser abordado por Rumbo sobre la inexistencia de personas de piel oscura en el equipo de trabajo del actual Gobernador. Rivera, autor de la biografía de una de las más grandes figuras de la política insular, Ernesto Ramos Antonini, un ilustre puertorriqueño de color portavoz de la Cámara de Representantes, que sirvió en las décadas del 40 y 50, señaló que “la falta de negros en el gabinete es una dimensión adicional a la invisibilidad de la persona negra en el gobierno históricamente hablando”. Por su parte, Rogelio Figueroa, un joven puertorriqueño de color, que intentó ganar la gobernación en el 2008 con un programa innovador, manifestó que a pesar de ver una tendencia global de la presencia de más negros en los gobiernos, la falta de “educación para el poder” limita grandemente a los negros en Puerto Rico. “La inmensa mayoría de los niños negros reciben una educación en las escuelas públicas, que no está diseñada para llevarlos al poder”, opinó Figueroa, al mismo tiempo observando que el mejor educador de Puerto Rico era un negro, Don Rafael Cordero, maestro del dramaturgo Alejandro Tapia y otras eminencias del siglo 19. “Una vez que haya una buena educación para los negros, (nuestro) gobierno se va a llenar de negros”, manifestó. Observó que el caso de Obama es lo mismo, con una buena educación pública y oportunidades para una educación privilegiada a nivel universitario, en Harvard University donde estudió Albizu y el sexto gobernador Pedro Rosselló. También estudió en la Academia del Perpetuo Socorro, Universidad de Notre Dame y Yale. La mayoría de los gobernadores y legisladores sobresalientes estudiaron leyes. Sin embargo, tres de los primeros gobernadores, Jesús T. Piñero, Roberto Sánchez Vilella y Luis A. Ferré -y un aspirante Rogelio Figueroa-, tenían estudios en ingeniería. “Los hijos de los poderosos y los predestinados para el poder van a los colegios como San Ignacio, Marista, St. John’s, Robinson, San Antonio, San José, Colegio
A la defensa de la negritud
FOTO ARCHIVO RUMBO
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Según Rogelio Figueroa, la falta de “educación para el poder” limita grandemente a los negros en Puerto Rico.
Puertorriqueño de Niñas y María Reina, entre otros”, comentó Figueroa. “Hay un número pequeño de puestos y normalmente van a los graduados de esas escuelas”. También, van a las universidades prestigiosas en los Estados Unidos -Yale, Princeton, Columbia, Harvard, Georgetown. Este patrón representa una gran barrera al poder político, aseveró Figueroa, agregando que muchos lazos de amistad hechos en la escuela elemental son claves durante el nombramiento de personas a los puestos altos. “Hay una estructura montada para que no entremos en el círculo de poder, y para marginarnos”, dijo Figueroa, hijo de un cortador de caña y producto de la escuela
“La inmensa mayoría de los niños negros reciben una educación en las escuelas públicas, que no está diseñada para llevarlos al poder”, opinó Rogelio Figueroa, señalando que muchos lazos de amistad hechos en la escuela elemental son claves durante el nombramiento de personas a los puestos altos.
pública. “Los líderes de los tres partidos del fin de siglo 19 y el principio del siglo 20 eran todos negros”, enfatizó. Se trata del anexionista José Celso Barbosa, el autonomista Román Baldorioty de Castro y el independentista Pedro Albizu Campos. “Pero ahora es distinto; es imposible que haya negros en el gobierno porque no hay ni siquiera líderes en los partidos,” opinó. “William Miranda Marín (Alcalde de Cagua) es más indio que negro”. Un ex secretario adjunto del Departamento de Estado de Puerto Rico, Amadeo Francis, opinó que este vacío refleja “una falta de perspectiva de que haya una debida representación de todos los sectores étnicos de nuestro pueblo” en las posiciones más altas. “Esperamos que con nuestro reclamo de mayor inclusión, se creara conciencia de la imperiosidad de garantizar participación a todos los sectores étnicos de nuestro pueblo”. Hizo un llamado de movilización a los líderes negros locales “para insistir en que reconozcan que formamos parte crítica de este Puerto Rico, con amplísima capacidad para participar en las discusiones y la implementación de la política publica”. El lic. Ebenecer Lopez Ruyol, que dirige la Comisión de Igualdad Racial del Colegio de Abogados y el Concilio Puertorriqueño contra el Racismo, criticó la “exclusión casi total de personas negras en el gabinete constitucional de todos los gobernadores. Como Rivera, nota que Ramos Antonini, como otros de su estirpe, fue siempre minimizado y desvalorizado. “Es un racismo poco hablado por quienes alegan que no existe, pero muy presente y doloroso para quienes lo sufren. La Dra. Awilda Palau, ex directora ejecutiva del Instituto de Cultura Puertorriqueño dice que ese racismo “se manifiesta con una discriminación silente, sorda y muda”. López Ruyol alega que los estereotipos racistas encasillan a la persona negra como propia para tareas manuales o de poco requerimiento intelectual, mientras los excluye de las profesiones y ocupaciones de mayor estigma social”. El tema lleva muchos años debatiéndose, y en 2005, 39 organizaciones escribieron una carta pública rechazando los debates previos y urgiendo un diálogo de altura en torno al racismo en Puerto Rico. Ellos expresaron que “algunas de las discusiones han sido simplistas, ofensivas y degradantes”. Dijeron que hay que continuar esta discusión “con ecuanimidad, seriedad y con respeto a la dignidad humana”. Pidieron la erradicación del racismo y “otras formas de desigualdad,” y llamaron a los medios de comunicación, el sistema de educación, el gobierno, las iglesias y las organizaciones comunitarias a tomar un papel importante en el diálogo. Pidieron una transformación de “toda conducta opresiva y discriminatoria, sea ésta individual o institucional”.