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28. Modelo de horno para calcinación de minerales

Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía Universidad Politécnica de Madrid

FECHA DE REALIZACIÓN: Último tercio del siglo XIX MATERIALES: Madera y piezas metálicas de acero MEDIDAS: 40 x ø base 24 x ø boca 8 cm ESCALA: Sin determinar

SIN NÚM. DE INVENTARIO Restaurado en 2017 por Javier Nuño Rivera a cargo de la Fundación Juanelo Turriano

Detalle de la parte inferior desmontada en cuyo interior puede apreciarse el cono metálico perforado. Fotografía de Javier Nuño Rivera. Las actas de la Junta de Profesores de la Escuela de Minas de Madrid no mencionan las adquisiciones de modelos de equipos industriales. No obstante, su comparación con otros de la misma colección con idéntico tipo de madera, barniz y ensamblaje (ver ficha 27, Modelo de horno alto de tiro natural) permite fecharlo en el último tercio del siglo XIX.

Como toda la serie de modelos de la Escuela de Minas seleccionados para esta exposición, fue utilizado para la enseñanza en dicha institución, en este caso para la enseñanza de metalurgia. Por ello, es totalmente desmontable, permitiendo a los alumnos ver la forma de la cuba, el tragante y la pieza metálica cónica de ángulo muy obtuso, que permite el paso del aire y la salida del material calcinado. Conservada en buen estado, a día de hoy forma parte de la colección de maquetas del Museo Histórico-Minero Don Felipe de Borbón y Grecia.

Modelo de horno para calcinación de minerales. Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de Madrid. Fotografía de Javier Nuño Rivera.

Detalle de la boca del horno. Fotografía de Javier Nuño Rivera.

1 Es el tipo más completo porque puede realizar todas las operaciones siguientes: secado (humedad), deshidratación del agua de composición de los hidróxidos minerales, eliminación del CO2 de los carbonatos y eliminación del azufre de los sulfuros.

Corresponde a un horno metalúrgico para minerales, cuya forma exterior es casi un cilindro con mayor diámetro en la base. Este tipo de horno se ha denominado, genéricamente, horno de calcinación1, de tostación (equivalente al anterior) o, para el caso de minerales que contienen pirita, de desulfuración.

Interiormente, el modelo, realizado en madera con el cono de la descarga de chapa metálica mecanizada, es un hueco tallado en forma de cuba casi cilíndrica, cuya parte superior es la boca o tragante por donde se carga el mineral sin finos y el carbón. La parte inferior descansa en otro cilindro muy corto cuyo diámetro interior es un 20 % mayor y sobre él hay un cono metálico de ángulo muy abierto que tiene unas perforaciones para el paso del aire para la combustión. La placa cónica retiene la carga (mineral y carbón) del horno. El material sólido e incandescente se descarga deslizándose por cuatro placas hacia vagonetas de mina que salen al exterior por cuatro túneles de obra de fábrica.

El horno es de tiro natural pues no hay inyección de aire para la combustión del carbón vegetal. No tiene chimenea para la difusión del humo, partículas y gases (CO2, SO2, etc...). Sí la tienen versiones posteriores de este horno (por ejemplo uno en Ortuella, Vizcaya) para carbonato de hierro. Es de marcha continua. El material sale como un sólido incandescente y poroso y su ley suele ser muy parecida a la del mineral, pues al no haber fusión no hay escorias que eliminen la ganga (parte no útil). El mineral de hierro calcinado se enviaba a fábricas siderúrgicas para obtener arrabio en el horno alto, que posteriormente se afinaba en convertidores para producir acero.

Batería de hornos en Pontenova (Lugo).

En Pontenova (Lugo) se ha localizado una batería de cinco hornos industriales similares al de la maqueta, que se utilizaron para tostar (calcinar) limonita (hidróxido de hierro) desde el comienzo del siglo XX hasta 1936/1939.

Estos hornos se utilizaron principalmente para minerales de hierro, que son los más abundantes, y anteriormente también para minerales de plomo o cinc. Son los sucesores de los hornos de forma piramidal, como las “teleras” de Riotinto (Huelva), para tostar piritas de cobre, construidos con mineral e inclusiones de leña y cubiertos con cenizas, finos calcinados etc., con una altura de 2,50 m y una capacidad de 500 t. El tiempo de combustión era de setenta a ciento veinte días e incluso un año.

Adolfo Núñez Fernández

Profesor jubilado de la ETSIME. Universidad Politécnica de Madrid

Luis Mansilla Plaza

Profesor titular de la EIMIA. Universidad de Castilla-La Mancha

Bibliografía

Colección digital de la Universidad Politécnica de Madrid. Museo Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Minas y Energía de Madrid (2010): http://cdp.upm.es IBRÁN, Jerónimo (1872): Álbum de Metalurgia General, Madrid, Imprenta y Litografía de Nicolás González.

IZAGUIRRE, León (1952): Metalurgia General, Biblioteca de la ETSIME.