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15. Modelo del dique de San Antonio del arsenal de La Carraca en San Fernando (Cádiz)

Museo Naval, Madrid

FECHA DE REALIZACIÓN: Hacia 1788 MATERIALES: Madera de caoba MEDIDAS: 45 x 208 x 71 cm ESCALA: 1:27 Restauradoen 1987 y 1994

Nº DE INVENTARIO: 4178 AUTOR DE LA OBRA REPRESENTADA: Julián Sánchez Bort

Plano del Dique de San Antonio, Dique seco nº 3. Cortesía del Archivo del Departamento de Mantenimiento y Servicios en Navantia, Bahía de Cádiz. Este modelo muestra en madera de caoba el dique seco o de carena de San Antonio en el arsenal de La Carraca, dejando ver en la parte inferior el estacado o zampeadogeneral en que apoya la obra de fábrica y, en la parte alta, el vacío del dique con forma de casco de navío, escalonado y construido en piedra a modo de anfiteatro, con dos mitades cón ca vas –las gradas de construcción–que responden al volumen convexo del casco que se construye, repara o carena en su interior.

La zona baja del modelo ofrece una singular imagen del estacado, imposible de visualizar de otro modo al encontrarse sumergido y clavado en el fondo de la bahía, en la que se hincaron varios miles de estacas de

Modelo del dique de San Antonio del arsenal de La Carraca. Museo Naval, Madrid.

Detalle en el modelo de las estacas, de unos nueve metros de longitud, hincadas sobre el fango en que se construyó el dique. La distancia que media entre una y otra estaca en todas las direcciones es de una vara, formando líneas rigurosamente paralelas, cuya regular posición se controlaba por la plancha de estacar. Fotografía de Pedro Navascués Palacio.

Tomás Muñoz, Plano del Real Arsenal de la Carraca, 24 de agosto de 1789. España. Ministerio de Defensa. Archivo del Museo Naval P2F07. De los cuatro diques en la parte baja del plano, el de San Antonio es el de la derecha.

madera en el fangoso fondo del arsenal. Ello permitía dar solidez a su cimentación bajo el agua, que debía soportar el peso de la obra de cantería del dique, la carga del agua que pudiera alojar el dique lleno, más el peso del navío con todos sus enseres y pertrechos. Todo esto es lo que resolvió con éxito el “arquitecto hidráulico” Julián Sánchez Bort (1727-1785), formado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, quien falleció al poco tiempo de terminar el proyecto (1783) y apenas comenzadas las obras. Estas las llevó a buen término su ayudante Tomás Muñoz, quien intervino en los tres diques secos, esto es, el de San Carlos (1786), el de

Detalles de la zona de la banqueta mostrando las cajas para apoyar los contretes y las salidas de agua hacia la poza de la casa de bombas para su achique. En primer término, en la foto de la derecha, dos tipos de noráis. Fotografías de Pedro Navascués Palacio.

San Luis (1788), ambos para navíos de setenta y cuatro cañones, y el más pequeño de San Antonio (1788), para navíos de sesenta y cuatro cañones y “fragatas de todas clases”. El dique, construido en el siglo XVIII y conservado en la actualidad con leves modificaciones, aparece fielmente reflejado en la maqueta, pudiendo considerarse hoy, tanto el dique como su modelo, como un unicum en la historia de la ingeniería portuaria.

Con marea alta, los barcos acceden desde el mar por el antedique o contradique, es decir, por la popa donde están las dos puertas que forman en planta un arco de círculo y se deslizan sobre grampones. Abiertas las puertas se acoplan sus hojas a las mortajas curvas del antedique, y una vez cerradas con la bajamar, se achica el agua del interior del dique por medio de las “bombas de fuego” o de vapor que, entre nosotros, introdujo y mejoró Jorge Juan, quedando así el dique en seco. Para contrarrestar el gran empuje del agua sobre las puertas durante la pleamar, el modelo muestra con todo detalle varios elementos auxiliares pero capitales como las cajas en las que se apoyan los contretes para atrancar las puertas desde dentro reforzando su parte baja. Estas puertas, su construcción, resistencia y movimiento, fueron uno de los elementos más complejos de los diques secos, por su peso, tamaño y refuerzos metálicos. Su apertura y cierre se hacían con el auxilio de unos cabrestantes, que no aparecen en el modelo, pero sí, en cambio, se reproducen aquí los aplastados noráisde hierro como puntos intermedios de apoyo, entre las puertas y el cabrestante, donde los cabos tomaban la dirección correcta para tirar de los largueros de las puertas. Estos noráis, así como otros que recorren la coronación del dique, con distinto diseño y convenientemente situados, facilitaban las maniobras de amarre.

El navío a carenar quedaba sentadocon la quilla apoyada en los maderos o picaderos dispuestos a lo largo del eje mayor, como se ve en el modelo, para poder trabajar el pantoque o parte exterior del fondo del

Modelo del dique de San Antonio. Museo Naval, Madrid. Fotografía de Pedro Navascués Palacio.

barco inmediata a la quilla. A su vez, unos puntalessirven para adrizaro mantener derecho y estable el navío, como muestra el modelo donde, en cambio, no se representan las traviesas, perchaso puntales de manga que actuarían en caso necesario para mantener la horizontal del navío. Aquí, y para visualizar estas operaciones, se sienta una corbeta de veinte cañones del siglo XIX, si bien no forma parte de la maqueta original, ni guarda la misma escala que el modelo. El acceso de los operarios se hacía por una larga escalera en la proa del dique que baja, entre dos pronunciadas rampas para el servicio de maderas, a cada una de las dos gradas, sirviendo también para facilitar las herramientas y otros materiales necesarios para carpinteros, calafateadores, capataces y demás mano de obra que habían de acometer la recorridao reparación necesaria en el casco. Otras dos escaleras simétricamente dispuestas en la popa del dique, permiten bajar a la zona de la banqueta, que no es sino un resalte sobre el pavimento general del dique o plan del dique. Este se encuentra ligeramente inclinado desde la proa hacia esta zona de popa, para facilitar y canalizar la salida de las últimas aguas hacia la poza de la casa de bombas. El modelo permite ver exteriormente la cota de estas salidas, tanto a babor como a estribor, si bien con diferente capacidad. Finalmente cabe señalar la existencia de dos hendiduras paralelas que recorren la boca

del antedique, concebidas para adelantar a estas líneas el cierre del dique con tablones en horizontal, durante la frecuente reparación de las citadas puertas. Este sistema se abandonó pronto al ver las ventajas del cajón de dique o cajón de lastreque derivaría en lo que ahora llamamos barco-puerta. El modelo tiene una categoría y tratamiento excepcionales y su origen debe ponerse en relación con una gran colección, bien real, bien militar, vinculada, quizás, al proyecto del Museo de Marina en San Fernando (1792), en el ámbito de la Real Compañía o de la Academia de Guardias Marinas. La construcción del modelo bien pudo hacerse en los talleres del propio arsenal de La Carraca, donde la hábil mano de obra de delineantes, carpinteros y ebanistas, trabajando en la sala de gálibos, aseguraba la ejecución de un modelo de esta calidad. En 1843 se incorporó al recién creado Museo Naval de Madrid, teniendo noticias de su exposición pública en la Sala de Arsenales de este museo, figurando en su inventario de 1863 con el número 159 y el vago título de “Modelo de uno de los diques del arsenal de La Carraca”. En su día el modelo llevó un letrero a sus pies (popa), cuyo rebaje en la madera es visible, y sin saber qué decía bien pudiera tratarse de su escala.

Pedro Navascués Palacio

Profesor Emérito de la ETSAM. Universidad Politécnica de Madrid. Fundación Juanelo Turriano

María del Carmen Utande Ramiro

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Bibliografía

[ANÓNIMO] 1862 (segunda edición corregida y aumentada sobre la primera aparecida en 1853): Catálogo descriptivo de los objetos que contiene el Museo Naval, Madrid, Imp. de Luis Beltrán.

GONZÁLEZ-ALLER, J. I. (2007): Catálogo - Guía del Museo Naval de Madrid(3 vols.), Madrid, Ministerio de Defensa.

QUINTERO GONZÁLEZ, J. (2009): “El Ministerio de Valdés en su proyección carraqueña”, Revista de Historia Naval, nº 107, pp. 31-55.

RODRÍGUEZ-VILLASANTE, J. A. (2004): Tecnología y arte de la Ilustración: la arquitectura e ingeniería de Sánchez Bort en la obra pública, la industria y los arsenales de Marina, Ferrol, Comisión para el Estudio y Valoración del Patrimonio Histórico de Ferrol.

VIGO TRASANCOS, A. (1984-1985): “El arquitecto-ingeniero Julián Sánchez Bort. Perfil biográfico y obra en Galicia”, Cuadernos de estudios gallegos, nº 100, pp. 501-525.