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11. Maqueta de un arco del puente-sifón del río Sosa (Huesca

Centro de Interpretación del Canal de Aragón y Cataluña, Monzón (Huesca)

FECHA DE REALIZACIÓN: 1908 MATERIALES: Madera y escayola pintada MEDIDAS: 44,3 x 130 x 65,2 cm ESCALA: 1:20 aprox. Depósito de la Confederación Hidrográfica del Ebro

SIN NÚM. DE INVENTARIO AUTOR DE LA OBRA REPRESENTADA: José Eugenio Ribera

1 LABORDA YNEVA, José (2008): La exposición Hispano-Francesa de Zaragoza, Zaragoza, Institución “Fernando el Católico”, Diputación de Zaragoza.

2 PAMPLONA ESCUDERO, Rafael (1911): Libro de oro. Exposición HispanoFrancesa de 1908. Crónica ilustrada, Zaragoza, Heraldo de Aragón, p. 285 y ss. Destaquemos que entre un nutrido elenco de maquetas, se presentó la del faro de Buda, también incluida en esta exposición y que cuenta con una muy bien documentada ficha en este catálogo.

3 PAMPLONA, op.cit., p. 290. Esta maqueta formó parte de una importante colección que se realizó para la Exposición Hispano-Francesa de Zaragoza en 1908. Esta exposición, celebrada entre mayo y diciembre, pretendía mostrar el desarrollo industrial, económico y cultural de la capital aragonesa y su región1 . Celebrando el primer centenario del Sitio de Zaragoza, se incluyó a Francia para manifestar el nuevo tipo de relaciones establecidas con el ahora modélico país vecino, protagonista de un desa rrollo que se deseaba para el propio. La exposición abarcó un amplio abanico de materias, que fueron de la agricultura a las bellas artes. Las obras de ingeniería, como solía ser norma en este tipo de certámenes, tuvieron una notable presencia. El Ministerio de Fomento contó con un pabellón que albergó un departamento de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, que se convirtió en “uno de los que mayores atracciones tenía para el público”2. Dada la importancia reconocida al Canal de Aragón y Cataluña –se esperaba recondujese la situación de la región y que sirviese de ejemplo a España, “que tiene su redención en la política hidráulica”–, se habilitó un “saloncito” dentro del pabellón de Fomento para exponer planos, cuadros, fotografías y maquetas de su trazado y de sus principales hitos. Entre las maquetas destacó la del sifón del Sosa, ya que como subrayó quien fuera alcalde de Zaragoza, Rafael Pamplona, una obra de esta magnitud “no podía quedar relegada al olvido en el momento que nuestra Nación iba a mostrar su potencialidad para el trabajo en un certamen de carácter internacional”3. Advirtamos que hoy en día esta maqueta, junto con otras, se integra en el Museo del Canal de Aragón y Cataluña, que alberga piezas del propio Canal y de la Confederación Hidrográfica del Ebro. El museo fue inaugurado el 29 de abril de 2010 y actualmente solo es visitable previa petición de hora.

Vista de la sala dedicada al Canal de Aragón y Cataluña en la Exposición de Zaragoza de 1908. El puente-sifón del río Sosa aparece en la parte inferior izquierda. Canal de Aragón y Cataluña. Exposición hispano-francesa de Zaragoza, Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 1º de mayo de 1908.

4 Se encuentra una interesante descripción de nuestra maqueta en un folleto que se publicó sobre el espacio dedicado al Canal en la exposición de 1908: Canal de Aragón y Cataluña. Exposición hispano-francesa de Zaragoza, Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 1º mayo 1908, pp. 15-17.

Tal y como ya se señalaba en la crónica de Rafael Pamplona, el interés de esta maqueta reside en que muestra la complejidad de una obra pionera a escala mundial4. De todo el conjunto de obras del Canal de Aragón y Cataluña, la obra más sobresaliente es el sifón del Sosa, situado en el kilómetro 31 de su recorrido. Mediante esta infraestructura el canal pasa sobre el cauce del río Sosa, creando una notable pieza de ingeniería que en su momento marcó un récord mundial. Por ello, fue en este punto donde Alfonso XIII inauguró oficialmente el canal, en febrero de 1906.

Las obras de los sifones sobre el río Sosa y el vecino barranco de Ribabona salieron a concurso –según proyecto de Rafael López Sandino–en febrero de 1903 y fueron adjudicadas en febrero de 1904. El ganador del mismo fue el ingeniero de caminos José Eugenio Ribera, aunque debido a la magnitud del proyecto no se atrevió a presentarse en solitario, y lo hizo junto con Aimé Bonna, un gran especialista francés en conducciones de gran diámetro y muy prestigioso en Europa. Ambos presentaron una oferta constituida por una obra híbrida entre el novedoso hormigón armado y las tradicionales tuberías metálicas, al estar conformado por un tubo de acero recubierto interior y exteriormente de hormigón.

Los datos de partida eran un caudal de 35 m3/seg y un desnivel de 26 metros, con una conducción de 1.014 metros de longitud y un puente portasifón de 180 metros de longitud, por 11 de altura y cuidada estética modernista. El puente se apoya en cinco arcos escarzanos de quince metros de luz, más otros diez de medio punto (seis a un lado y cuatro a otro) de tres metros de vano. Este puente estuvo terminado en septiembre de

Vista actual del puente-sifón del Canal de Aragón y Cataluña sobre el río Sosa. Fotografía de Carlos Blázquez Herrero.

5 Los datos sobre la construcción en Revista de Obras Públicas, 27 de octubre de 1904, 1 y 29 de marzo, 3 y 24 de mayo y 26 de julio de 1906, 14 de julio de 1910, y número monográfico (3888) de junio de 1999. 6 J. Eugenio Ribera. Ingeniero de Caminos. 1864-1936, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Colección de Ciencias, Humanidades e Ingeniería (14), 1982. 7 Los trabajos de Ribera fueron emblemáticos y su enumeración resultaría demasiado larga. Una buena aproximación es el catálogo de obras que editó (hasta 1910) y puede descargarse desde la Biblioteca Digital de la Fundación Juanelo Turriano (http://juaneloturriano.oaistore.es / opac/ficha.php?informatico=00000206MO&idpag=9749456 07&codopac=OPJUA) y también en los trabajos de Eduardo Díaz-Pavón Cuaresma, como son su tesis doctoral (http://oa.upm.es/38673/) y el trabajo ganador del Premio GarcíaDiego 2016, titulado El hundimiento del Tercer Depósito del Canal de Isabel II en 1905 (Madrid, Fundación Juanelo Turriano, 2016). 1904 y su forma puede reconocerse perfectamente en la maqueta que exponemos. El doble sifón –se finalizó en diciembre de 1904–está formado por dos tuberías de 3,80 metros de diámetro (entonces había muy pocas en todo el mundo que alcanzaran los 2 metros) y estaban construidas por varias capas, la más interior de hormigón armado, a continuación un tubo de chapa unido con soldadura autógena (cuyos gases eran conseguidos in situ) y un revestimiento exterior de 15 centímetros que cubre por completo la armadura de perfiles en “T” que rigidiza el alma de chapa. La maqueta se muestra cortada permitiendo así representar las distintas capas y materiales del sifón5 .

Una obra de esta relevancia requería un destacado artífice. Efectivamente, Ribera fue el precursor en España del hormigón armado cuando construyó, en 1897, el puente de Ciaño (Asturias), sustituyendo un tablero de madera por otro de este material. No obstante, su consagración fue la construcción en 1904 del célebre puente de María Cristina en San Sebastián6. Su carrera, plagada de éxitos, tuvo un sonado y trágico fracaso el 8 de abril de 1905, cuando se desplomó la cubierta del Tercer Depósito del Canal de Isabel II de Madrid. El prestigio de Ribera quedó seriamente dañado, y con él también el de ese nuevo material que era el hormigón. Pero afortunadamente por entonces trabajaba en las extraordinarias construcciones del Canal de Aragón y Cataluña, que contribuyeron a recuperar la confianza en el hormigón armado. Las obras de los sifones del Sosa primero y Albelda más adelante –ambas con la participación de la empresa de Ribera–hicieron que en 1906, con motivo de la presencia de Alfonso XII en la inauguración del primero, quedase patente que se había logrado “la rehabilitación del crédito del hormigón armado”7 .

Carlos Blázquez Herrero

Comisión Asesora. Fundación Juanelo Turriano