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1.1. Imaginario Colectivo y Memoria Colectiva

Para poder sistematizar dicha situación, la cual compromete directamente al Patrimonio y su valor en la ciudadanía y a fin de poder elaborar estrategias que involucren procesos de revaloración, es necesario definir los conceptos de Imaginario Colectivo y de Memoria Colectiva. A pesar de que ambos conceptos son recurrentes y poseen una terminología similar, son dos conceptos complementarios, cuya relación se da en una posición de causa y consecuencia.

Aristóteles una vez mencionó que el alma nunca piensa sin una imagen. Es decir que el pensamiento humano necesita de una imagen material, un nexo que pueda vincular al pensamiento abstracto-imaginario con la realidad. Prueba de ello es el extenso catálogo de símbolos y elementos ,entre los que figuran los números y las letras, creados por el hombre para comprender su desenvolvimiento lógico subjetivo.

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Basado en esto puede deducirse que la imaginación es el puente entre la percepción y la comprensión. Existe un lugar en la mente humana donde se concibe la imagen. Continuando con el ejemplo anterior, los números y las letras son representaciones creadas únicamente para poder percibirlas en el mundo real y comprender la naturaleza implícita de estas. Son símbolos abstractos, que no cobran ningún sentido en la vida real, pero que su naturaleza está implícita en ella.

La imaginación es diferente a otros procesos mentales como la percepción o la memoria, pues para que una de estas dos ocurra, se requiere de un elemento real, tangible y que pueda ser asimilado sin un proceso de la imagen. Para que puedan

generarse recuerdos o memorias en la mente humana, se ha requerido de un elemento existente en el mundo real; Un evento, una persona, un objeto o un

lugar. Por otro lado, la imaginación no la necesita, pues esta crea su propia imagen.

Esta no existe hasta que la imaginación la produce, es la materialización de un pensamiento.

Por lo tanto se debería tomar a la imaginación como la capacidad del ser humano para producir imágenes, una capacidad mental para imaginar cosas que no poseen una forma física y que puede darse incluso sin la necesidad de un recuerdo propio o incluso algo existente.

Dicho esto también puede definirse a la memoria como un proceso que se realiza por medio de la percepción del mundo real, el cual queda impregnado en la psique humana y puede ser rememorado, modificado, reinterpretado o retratado por este mismo. Sin embargo, tiene su base en un elemento que ha existido.

En la conceptualización principal se ha dado a entender que la ciudad nace a partir de las representaciones realizadas por sus habitantes a partir de ella. Es decir que para que se pueda haber dado este proceso, se ha requerido de una experiencia previa de un hecho real. A esta vivencia en la urbe se le denominará como la memoria personal.

Sin embargo cabe recordar que las urbes y conglomerados de gente no son totalmente arbitrarios, pues poseen una serie de patrones de comportamiento y de imagen que la hacen característica y la diferencian de otras. Esta serie de elementos particulares han de ser percibidos por todos sus habitantes locales y también de sus visitantes. Una serie de hechos urbanos legítimos en una urbe inconfundible por lo tanto dará pie a una memoria colectiva, percibida por un número mayor de individuos, que si bien puede llegar a tener una serie de apreciaciones distintas, la percepción real de la imagen es la misma para todos sus partícipes.

La memoria colectiva por lo tanto comprende de todas las características y los hechos urbanos relevantes que se dan en la urbe, que logran trascender a la psique de sus ciudadanos, generándose un sentimiento de identidad o de distinción hacia estos elementos. Asimismo, como ya se ha mencionado anteriormente esta puede llegar a ser expresada a través del arte, de la literatura, de la música o incluso del mismo relato boca-a-boca que se da de generación en generación. Manifestaciones físicas y con una carga humana añadida que pueden llegar a trascender en el tiempo y el mismo espacio.

Al momento de entrar en contacto con otros seres humanos ajenos a la situación original de dicho momento, sea por el cambio generacional o porque puede apreciarse en otras latitudes, esta serie de expresiones ha de ser reinterpretado en la imaginación del espectador. En su mente, no ha existido una experiencia personal que lo vincule con dicho evento, dando lugar al imaginario colectivo. Ideas concebidas a partir de una imagen creada en la mente, basadas en reinterpretaciones de otros. Esta imagen, divulgada a una escala mayor y con un público mayor al de la memoria colectiva, puede llegar a consolidar la imagen urbana de las ciudades y puede señalar tanto sus atributos como sus defectos a personas que nunca han estado presentes en el lugar.

Puede entonces diferenciarse ambos conceptos, como también definir su relación de complementariedad. Sus niveles de alcance, como también su nivel de precisión en la mente humana.

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