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Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Mayo 2020 - N° 260 - Afiliado a O.P.I. N° 837Página Valdense«...porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.» Hechos 4:20 DE LA UTOPÍA A LAS PEQUEÑAS VICTORIAS Daniel Ballesteros Sánchez 3 POR EL DERECHO A LA MOVILIDAD HUMANA Equipo CAREF 6 CONTAR LA PAZ M. Laura Tolu9 Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense -Julio 2022 - N° 280 - Afiliado a O.P.I. N° 837 001/09 - Periódico mensual - Redactor responsable: Rogelio Darío Barolin. Varela 1729. Dolores - Imposición envíos: Dolores - Depósito legal N° 68.638 Soñar la paz, trabajar con justicia

planificado,

revueltas

Intenté ser clara identificando la dimensión personal, comunitaria, social; pero no existe tal cosa. Somos uno, una, unx. Es por eso que cons truir la paz, para mí, tiene que ver con poder ver, siempre, más allá, ese ho rizonte donde está nuestra fe y espe ranza, pero sin perder de vista el más acá, lo que podemos hacer ahora, hoy.

4 | PÁGINA VALDENSE Argentina Col. Belgrano: Delhy Pastre. Col. 25 de Mayo: Ruben Bertinat. Cnel. Suárez: Pablo Rafarelli. Gral Roca: Oscar Dalmás. Gral San Martín - LP: Stella Maris Chambón. La Paz - ER: Marisel Garnier. Jacinto Aráuz - LP: Susana Tucat. San Carlos C. - SF: Héctor Cotichini. Villa Iris - BA: Ema Dalmás. Reconquista - SF: Dardo Zanuttini S. Martín - SF: Edith Long. San Gustavo - ER: Orfilia Barolin. El Sombrerito - SF: Aurora Bertinat. IERBA (Buenos Aires): Comunidad de IERBA. Gálvez: Rubén Gardiol. López: Carina Tschopp. Paraná: Equipo de Comunicación. Flores Consistorio: Alberdi 2240 (CABA) San Nicolas: Helvecia Catalín. Laprida: Delta Bertón. Bahía Blanca: Natalia Coria. Carmelo:Uruguay Ruth Soulier. Cañada Nieto: Alba Charbonnier. Colonia: Ethel C. Negrin. Col. Miguelete: Ana Félix. Col. A. Negro: Carolina Galván. Col. Valdense: Secretaría IEV Colonia Valdense. Cosmopolita: Milka Charbonnier. Dolores: Nora Gallo. Fray Bentos: Cristina Dalmás. Juan L. Lacaze: Manuel Ávila. Alférez Lascano: Nylia Gonnet. Melo: Glenys Rameau. Montevideo: Mario Pablo Ábalos O. de Lavalle: Juanita Bonjour. Palmitas: Hilda Geymonat. Paysandú: Ruben Dalmas. Rosario: Andrea Montaña. Mercedes: Natalia Gauthier.Carlos Dodino Tarariras: Consistorio de Tarariras. Tres Bocas: María Fernández. Young: Esther Malán Para actualizar agentes, sugerencias u opiniones enviar mail a paginavaldense@gmail.com O bien al celular: +54 3437 448727. REDACCIÓN Varela 1729 - Dolores - Soriano - Uruguay e-mail: paginavaldense@gmail.com COMISIÓN SINODAL Wilfredo Bonjour, Laura Michelín Salomón, Matilde Duffort y Miriam Brito DIRECTORA Daiana Genre Bert EDITOR RESPONSABLE Darío e-mail:dariobarolin@yahoo.com.arBarolín EQUIPO DE REDACCIÓN Yanina Vigna, Lis Rivoira, Tomás Barolín Tron, Daiana Genre Bert CREACIÓN GRÁFICA, DIAGRAMACIÓN Penélope Chauvie ILUSTRACIÓN DE TAPA Martina Grasso ETIQUETADO, DISTRIBUCIÓN Y ADMINISTRACIÓN Julio Leal - 19 de junio 917 casi Vlausich Colonia Valdense- Uruguay Tel.: (598) 4522 0620 - Cel.: 099967745 SUSCRIPCIÓN ANUAL Precios subsidiados por el proyecto OPM Uruguay $U 450 - Argentina $A 500 Europa € 50 - Resto del mundo U$S 70 MEDIA SUSCRIPCIÓN (SEIS MESES) Uruguay $U 225 - Argentina $A 250 CUENTA EN BROU 1521941-00002 Para recibir pago de suscripciones. Por favor en cada depósito o transferencia poner los datos de contacto. AFILIADO A OPI N° 837 TIRADA: 900 ejemplares N° Matrícula Dirección de Industrias: 188 Impreso en Imprenta Moyano Ferreira Aldunate y Haedo - Mercedes Soriano - Depósito Legal N° 68638 El equipo editor asume su responsabilidad sólo por las opiniones propias Apuntes de la Directora PÁGINA VALDENSE I 2 Allá, acá y donde estemos: construir la paz

Como ya mencioné en algunas este espacio para mí tiene diferentes a veces ten go un orden otras son ideas y las voy organizan do a medida que escribo, algunas pocas, desprolijamente, me siento mirando la hoja en blanco un buen rato, y otras busco inspiración en los textos que fueron llegando. Lo cierto es que siempre es un desafío, creo firmemente que esta página es com partir lo que vengo sentipensando, y es por eso también que a veces hago el ejercicio de leer editoriales viejas, de hace unos cuatro o cinco años, ahí me doy cuenta el recorrido que ven go haciendo, incluso habitando mis contradicciones y compartiéndose las -¡qué descaro!-, pero siento que es una manera de identificar cuanto crecí y crezco gracias a Página Val dense, o al menos cómo fueron cam biando algunas percepciones y con eso llegaron nuevas reflexiones. De seo que te pase algo similar. Esta vez, fueron llegando uno a uno los artículos, todos propuestos bajo la intención de leer, releer e in terpretar el contexto mundial desde una perspectiva de paz. Leerlos fue una gran y grata sorpresa -como me suele pasar- casi de manera automá tica, me pregunté: ¿hacemos lo sufi ciente para construir la paz en cada uno de los lugares que habitamos?, o yendo aún más atrás: ¿qué significa construir la paz? Cuando me hago al guna pregunta así, le siguen muchas: ¿qué significa construir la paz en la dimensión personal? ¿en lo comuni tario, lo regional y mundial?. Todos esos interrogantes me llevaron a hacer un camino reflexi vo desde lo más pequeño a lo más grande. Pensaba que, en lo perso nal, quizás es más sencillo pensar en momentos de paz, en permitirnos diferentes espacios y tiempos para encontrarnos con nosotrxs mismxs, poder habilitarnos algunas pregun tas sobre nuestras acciones, senti pensares, convicciones, creencias; poder habitar nuestras contradic ciones… pero por otro, somos seres sociales, y los vínculos que construi mos no están exentos de conflictos, entonces en esa dimensión personal también podemos reflexionar sobre cómo nos relacionamos y si nuestros aportes van en la línea de sostener la armonía, aun disintiendo. Por otro lado, en sociedades cada vez más individualistas e into lerantes, no podemos dejar de pen sar lo comunitario, lo colectivo. Para mí, esa es la clave para muchísimas cosas, una de ellas tiene que ver con encontrar salidas creativas y amoro sas a todos los conflictos -por ejem plo, todo aquello que nos genera ‘ruido’, molestia, indignación, etc.-, incluso en los internos, con nosotr xs mismxs. Entonces lo comunitario se vuelve indispensable para, por un lado, salir de nuestras individualida des, pero, por otro, para planificar la esperanza, para soñar juntxs por un mundo en paz, en armonía. Para las comunidades de fe, aquellas que anhelan y trabajan por una vida plena y abundante para to dxs, el vínculo con lo social debe ser muy fuerte, muy profundo; porque nuestra diaconía tiene que ver con transformar esas realidades con ges tos, con acciones. Para transformar las, tenemos que sortear nuestros micro mundos comunitarios, tene mos que conmovernos e indignar nos cuando se vulneran derechos, cuando un porcentaje muy alto vive en la pobreza y la indigencia, cuando avanzan proyectos políticos que se llevan puestos los derechos conquis tados, etc.; pero también tenemos que activar, accionar, organizarnos.

Qué Dios nos guíe en esa tarea, personal y comunitaria. Daiana Genre Bert

ocasiones,

dinámicas:

Las comunidades de fe tenemos el enorme desafío de trabajar por un mundo más justo y empático, lo que significa cultivar semillas de cambio en lo pequeño, acá cerquita: donde vivimos, con la esperanza y confian za de que se multipliquen.

Daniel Ballesteros Sánchez PhD (e). MG. Esp. Sociólogo Secretario Técnico de DIPAZ Colombia

De la utopía a las pequeñas victorias

El triunfo de Gustavo Petro es el triunfo de lo que el poeta Eduardo Galeano nombraba como los nadies: es el triunfo de las personas sintierra, de las sinhogar, de las desposeídas, de las indígenas, de las afras, palen queras y raizales, de las personas firmantes del acuer do de paz, de las jóvenes -que entre el 2019 y el 2021 se tomaron las calles del país-, de las que no encajaban en la normalidad con sus injusticias naturalizadas y, en general, de las personas que aún conservaban su digni dad intacta en una sociedad colombiana corroída por el individualismo y la desesperanza colectiva.

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Desde el pasado 19 de junio, las mayorías demo cráticas en Colombia eligieron a través del voto al pri mer presidente de izquierda, Dr. Gustavo Petro Urrego, exsenador, exalcalde de la capital del país, Bogotá, y fir mante del proceso de paz entre el Estado Colombiano y el movimiento político e insurgente M19. Esto, para un país de derechas fuertemente arraigadas y aliado estratégico de los Estados Unidos en la región significa un giro de 180 grados, y la posibilidad real de una al ternancia de poder en el ejecutivo. El presidente electo llega al Palacio de Nariño con una gran coalición, el Pac to Histórico, que incluye algunos sectores de izquier da, de centro y de la derecha política, y algunos que no se reconocen en esta tradicional forma de entender la democracia. Sin embargo, los años de conflicto armado interno, discurso antisubversivo, doctrina del enemigo interno, y de muchos otros factores que han construi do en Colombia sociedades asimétricas y desiguales configuraron una fuerte oposición electoral al cambio donde, pese a que el Pacto Histórico alcanzó la primera votación más grande de la historia de Colombia, la se gunda votación que recogía el antipetrismo representó, también, la segunda votación más grande.

Aunque este panorama abre grandes retos, en el periodo de empalme presidencial se han abierto vías de diálogo y de inclusión de sectores opositores al pre sidente electo, partiendo ya no de la mirada del enemi go sino del adversario, y logrando conformar mayorías virtuales en el Congreso de la República de Colombia a partir del 7 de agosto de 2022, fecha de posesión presi dencial. El candidato, que asciende con grandes prome sas de transformación en todas las esferas de lo público y lo privado, ha logrado estos acercamientos con parte de la tradicional élite política colombiana moderando su discurso y las aspiraciones, lo cual afecta directamente a parte de su electorado que esperaba una transformación radical. Pese a esto, las banderas rojas están claras: re forma tributaria, implementación de los acuerdos de paz con las extintas FARC, inicio de diálogos con la guerrilla del ELN y otros grupos organizados no insurgentes, y diálogos ampliados de unidad con las izquierdas latinoa mericanas. Esta gran coalición es, entonces, el triunfo ya no de una izquierda roja, sino de una nueva izquierda rosa latinoamericana que se levanta tras las cenizas del fallido Socialismo del siglo XXI. El filósofo John Gray ha denunciado reiterativamen te el temor que deberíamos tener a las utopías optimis tas occidentales, especialmente las transformadoras y revolucionarias que otrora abanderaron las experien cias jacobinas del siglo XVIII, las aislacionistas del siglo XIX, las comunistas de la URSS, e inclusive las propues tas de transformación revolucionarias que encarnaron las guerrillas latinoamericanas a partir del terror, entre otras. Aunque el petrismo y el Pacto histórico han traído al país una suerte de volver a creer en la utopía, esta -por su naturaleza- empieza a reconfigurarse ante el fuerte muro que es la realidad política del país. Pese a este choque de realidad, las ciudadanías colombianas poco a poco han venido entendiendo que esta gran vic toria electoral no representará el cambio radical de las condiciones históricas que han construido a Colombia como nación, sino que la gradualidad en la construcción de condiciones para eliminar las asimetrías existentes en el país es una ruta más segura para que las y los des poseídos de la tierra y del mar, de las oportunidades y de los derechos logren posicionarse en la vida pública.

Obra de Karen Paulina Biswell

Estas ciudadanías que desean y luchan por el cam bio le contraponen a la utopía la esperanza por las pe queñas victorias, y no la distopía. La gobernabilidad y la gobernanza no se construye a partir del sueño y del despertar en pesadilla, sino con base a la cimentación de puentes, a través de las concesiones y la construc ción de una paz territorial que forje las posibilidades de luchar contra la inequidad, la corrupción y la desco nexión de las realidades que cohabitan en Colombia, y que por momentos parecen varios países dentro de un mismo anacronismo territorial con fronteras.

Cuando gran parte de la humanidad hoy día enfoca su atención hacia lo que está sucediendo entre Rusia y Ucrania, aquí en la Palestina ocupada mucha gente nos pregunta: «¿y con nosotrxs qué?», «¿cuándo la opinión pública, los Gobiernos del mundo y lxs ciudadanxs de a pie van a hacerse eco también de las históricas y sis temáticas opresiones a las que nos vemos sujetxs y de nuestra búsqueda de paz justa y libre autodetermina ción?»

Construir la paz, con amorosidad y alegría

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Siendo conscientes de que muchas veces son los intereses políticos y económico-corporativos los que determinan qué causas y/o temas son los más relevan tes en un espacio y tiempo en particular, justamente sa bemos que el termómetro para medir la solidaridad no son única ni principalmente las primeras planas en los medios masivos de comunicación ni las decisiones to madas por las autoridades formales que, dizque tienen el mandato de representarnos como pueblos.

Por eso, desde el Programa Ecuménico de Acompa ñamiento en Palestina e Israel1 (PEAPI) venimos traba jando, desde hace cerca de 20 años, junto a las comuni dades que, a pesar de tanta violencia e impunidad que sufren, siguen apostando por una resistencia pacífica que ellxs saben más temprano que tarde lxs llevará a su merecida liberación. Y desde luego no somos lxs únicxs. Existe un diverso y nutrido ecosistema de organizacio nes, instituciones, colectivas e iniciativas, tanto palesti nas, israelíes como internacionales que, más allá de sus múltiples diferencias, coinciden en trabajar mancomu nadamente en la construcción de un Mundo sin Muros. En este artículo queremos compartirles una expe riencia de la que somos parte junto con una colectiva de activistas en su mayoría israelíes llamada Ta´ayush2, en la que lxs protagonistas no somos nosotrxs sino una en trañable familia palestina que, desde hace alrededor de 10 años, viene llevando adelante de forma ininterrum pida una iniciativa de resistencia pacífica. Se trata de la familia de Sa´id ´Awwad, un campesino y constructor de entre 40 y 50 años de edad que junto con su esposa Dima y parte de sus 14 hijxs se trasladan semanalmen te desde la aldea de Um Safa -donde vivien- hacia unas tierras que le pertenecen en un área denominada Wadi Al-‘Ara’is, cerca de otra aldea palestina llamada Simreh y todavía más cerca del «outpost» o puesto de avanzada llamado Mitzpeh Yair. Para quienes se estarán pregun tando qué son los puestos de avanzada, brevemente podemos describirlos de la siguiente manera: asenta mientos israelíes ubicados en el territorio palestino reconocido por las Naciones Unidas desde 1948, que a diferencia de las «colonias» que, siendo ilegales según el derecho internacional, Israel no obstante les da en tidad formal. En este caso las mismas son oficialmen te ilegales también para el Estado de Israel. Distinción que, valga mención, existe sólo en teoría, ya que en la práctica es evidente -y comprobado- el apoyo absoluto que reciben estos asentamientos y sus habitantes por parte de dicha RetomandoNación.lahistoria de nuestra entrañable familia, es absolutamente inspiradora su profunda claridad, su inclaudicable persistencia, su inmensa paciencia y su in finita generosidad que junto con su incansable presencia en la tierra que les pertenece, hace de ellxs una escuela de vida. A la inmunda brutalidad ejercida en su contra por el Estado de Israel a través de sus herramientas de ocupación, colonialismo y apartheid muchas veces eje cutadas por lxs colonxs3, ellxs nunca han respondido con la misma vara. Su defensa más valiosa es la amorosidad, la humildad, la alegría... Y la dignidad. Que no se compra ni con todo el oro del mundo. Que no se destruye ni con todo el Poder físico del Universo tampoco. Cada semana, esta familia se pone la 10 en la espal da y con una hospitalidad de la que el Pueblo Palestino debe sentirse orgulloso (y nosotrxs agradecidxs), en una mezcla de picnic, fulbito, piquete y trabajo volun tario, encienden la magia del ser y el estar a través del encuentro entre hermanxs por una causa común. No importa de dónde venimos, ni tampoco qué religión profesamos, y mucho menos la crueldad habitual de la ocupación que nos rodea y amenaza; el lenguaje que nos une es la humanidad. Nosotrxs, como iniciativa que nace desde el seno de las comunidades cristianas comprometidas con la búsqueda de paz, libertad y jus ticia, junto con un grupo de activistas israelíes, donde muchxs se identifican con la fe judía -pero antisionista y antiocupación-, acompañando a las familias palesti nas que en esta región son en su mayoría musulmanxs. Ni más ni menos. ¿Qué más revolucionario que esto?

Bruno 1https://eappi.org/en/2https://taayush.org/ 3Existen artículos y notas incluso en grandes medios de comunica ción acerca de la violencia que ha recibido esta familia y quienes le acompañan a lo largo de los años, la última de ellas recientemente en el mes de marzo 2022.

Un poco esa es la intención de este artículo: acer car algunos elementos que hacen al ajedrez internacio nal polemizando con algunas miradas, pero, al mismo tiempo, señalando sintéticamente los «peros» de las –mínimas– conclusiones que se irán esbozando.

En el claroscuro

Al mismo tiempo que esto sucede, de una revolución campesina comienza a emerger China, que rápidamente comenzó a ocupar un espacio de relevancia en el comer cio mundial a partir de los 90 –cuatro décadas antes era un país agrario con escasa industrialización–. A partir de 2007 aproximadamente, China sería el primer socio comercial de una importante cantidad de países de Asia, Oceanía, África, América del Sur, y la parte oriental de Europa. Al día de hoy, China es el primer socio comer cial de la gran mayoría de los países del mundo, pero, además, en un mundo que avanza hacia la conformación de bloques regionales de comercio, China es uno de los grandes invitados a las cumbres de esos bloques.

Este desarrollo viene a cuento de lo siguiente. El mundo unipolar conformado posteriormente a la Gue rra Fría ya no es tal. China emergió como uno de los ac tores más importantes, y la política exterior de Trump agudizó la disminución de Estados Unidos y la OTAN de aquel gran bloque de poder que supo ser. El «manotazo de ahogado» de EEUU, como reacción a su falta de do minio, está tensionando la relación entre varios países. Europa –y ni hablar Ucrania– quedó imbricada en un asunto que no era necesariamente de su interés, pero que su alianza militar la obligó a hacer.

«El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos» A. Gramsci. Tomás Barolin Tron

En ese recorrido, quizás sería más común comen zar por el tema obligado en cualquier análisis de coyun tura internacional hoy: la situación en Ucrania. Pero eli jo empezar un poco más atrás. La caída del muro de Berlín fue vista desde muchos lugares como el fin de una época, donde el socialismo real había fracasado como proyecto de conducción de los Estados-nación, y que abría paso a un mundo unipo lar, con la conducción de Estados Unidos y la OTAN (Or ganización del Tratado del Atlántico Norte, un bloque militar creado en 1949 que incluyó originalmente a Es tados Unidos, Canadá y varios países de Europa Occiden tal), pero que además terminaba de configurar al mundo en un sistema democrático liberal donde las personas, de allí en más, dirimirían sus diferencias pacíficamente. Esto último nunca fue así, pero de lo que no hay dudas es de que, en la etapa posterior inmediata a la disolución de la Unión Soviética, el poderío militar y económico de EEUU encuentra su auge. Luego de 1992, la OTAN comienza una nueva fase de expansión en Eu ropa, incorporando progresivamente a países de Euro pa del Este. EEUU no solo pasa de tener un rol casi de gobierno en América Latina, donde a partir de su polí tica de «patio trasero» se desarrolló con mucha fuer za –y especialmente a partir de las dictaduras del Plan Cóndor durante las décadas de los 60, 70 y 80’s– hasta bien entrado el siglo XXI, sino también en Medio Orien te, donde decidió jugar un rol de lucha por el espacio mientras duró la Guerra Fría, pero también después, asegurándose el acceso al petróleo con el despliegue militar. Al mismo tiempo, Europa va perdiendo progre sivamente su rol, de buena parte de la historia reciente, como bloque de poder hegemónico.

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surgen los monstruos

Abordar el contexto internacional siempre es un de safío. Los cambios todos los días en los gobiernos, con conflictos que surgen de posiciones extremadamente co yunturales e inmediatas, hasta otras que se remontan a períodos de la historia muy anteriores a la organización del capitalismo como sistema económico de la moderni dad, hacen que el estudio de los fenómenos regionales e internacionales requieran de la incorporación de dis tintas complejidades para su mejor análisis. Eso no sig nifica que sean incomprensibles, ni mucho menos que sólo puedan ser entendidos por una serie de personas que se supone saben sobre estos temas, pero sí que su comprensión rehúsa a respuestas simples.

“ La bipolaridad de la Guerra Fría quedó atrás, la unipolaridad que le siguió también. Ahora estamos ante un mundo de múltiples bloques de poder, complejizado además por el rol de economías transnacionales que ponen en jaque los límites de poder de los Estados-nación como forma de gobierno y organización. América Latina puede jugar un rol importante en la configuración de este nuevo escenario, pero para ello es necesaria más soberanía, más independencia y un no alineamiento activo.

Al pensar en el contexto mundial desde una perspec tiva de paz, no podemos dejar de pensar en la movilidad de personas. Por ello, enviamos una batería de pregun tas al equipo de la Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (CAREF), institución de la cual la IEVRP forma parte, quienes amablemente compartieron con nosotrxs algunos de sus ejes de trabajo vinculado con el contexto actual y sus desafíos Durante la pandemia, ¿se pudieron garantizar los derechos de las personas en movilidad?

Asimismo, cada cambio en la coyuntura política modifi ca la forma en que las personas gozan de sus derechos.

La «salida» de la pandemia que aún transitamos nos dejó a todas y todos con menos recursos y mayores dificultades. Para ello, seguimos fortaleciendo todas las líneas de trabajo que permitan a las personas acceder a su documentación y a todos los derechos que el Estado argentino les reconoce y de los que gozan en su calidad de sujetos, de personas.

¿Cuáles son los principales aspectos del marco jurí dico actual que protegen la movilidad de las personas?

A nivel internacional, existen dos convenciones es pecíficas que enmarcan los derechos protegidos para la población en movilidad -Convención de refugiados y Convención de derechos de los trabajadores migrato rios-, sin embargo, la población en movilidad es titular de todos los derechos protegidos por el marco interna cional de derechos humanos, lo cual genera obligacio nes a los Estados de acogida.

A nivel nacional las leyes que determinan la polí tica migratoria y de protección internacional generan un marco basado en la lógica de Derechos Humanos. La ley de migraciones reconoce el derecho humano a migrar y esto permea en el articulado en tanto per mite el acceso a derechos en igualdad de condiciones que los nacionales independientemente de la condi ción migratoria. Esta premisa luego, en la práctica, puede verse obturada por requisitos específicos de las políticas sociales y de las instituciones.

Por el Derecho a la Movilidad humana

En vista de ello, seguir discutiendo y apelando a una mirada de derechos amplia y suficiente, es el desa fío en el que nos encontramos trabajando diariamente, en cada época y cada coyuntura. Traducir en hechos el derecho a la educación, a la salud, a la seguridad social son desafíos cotidianos que enfrentamos con las más variadas estrategias profesionales y técnicas.

Entendiendo a la movilidad humana como un derecho, ¿cuáles son los principales desafíos a la hora de acompañar a personas migrantes y refugiadas? Nuestro país cuenta con una normativa de avan zada que considera la migración como un derecho hu mano, gracias a la lucha histórica de las organizaciones sociales y de migrantes. No obstante, esa normativa no constituye la visión del Estado en su conjunto, como tampoco se traduce necesariamente en las prácticas institucionales de la autoridad migratoria nacional.

En el post pandemia, ¿Cuáles son aquellos de rechos en los que se necesita continuar trabajando para que efectivamente garanticen los derechos de las personas migrantes y refugiadas? La pandemia puso al descubierto ferozmente la desigualdad estructural de nuestras sociedades. Dejó en evidencia -al tiempo que recrudeció- las dificultades en el ejercicio de los derechos de todas las personas en situaciones de vulnerabilidad. En vista de ello, como ins titución nos vimos en la obligación de fortalecer alianzas para garantizar cuestiones elementales como la ali mentación -por ejemplo, junto a la Iglesia Valdense hi cimos entrega de bolsones de alimentos y ropa duran te el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio- y el acceso a salud y educación, en aspectos que ya creía mos saldados. Así mismo, como ya mencionamos, se vio fuertemente obstaculizado el derecho a la movi lidad humana -tanto el desplazamiento territorial como el cruce de fronteras-, la reunificación familiar, al derecho a solicitar asilo y a la regularidad migrato ria, entre otros.

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En relación con los derechos de las personas mi grantes y refugiadas en los países de acogida, como Argentina, estos se vieron afectados por las medidas de aislamiento y por el impacto que éstas tuvieron en términos de crisis económicas, al igual que la po blación local. Sin embargo, la población migrante, en condición de vulnerabilidad social, encontró algunas afectaciones adicionales, ya que no fueron abarcados/ as por las medidas de protección social dispuestas por el Estado como la prohibición de despidos y desalojos -debido a que tanto los empleos y los alquileres a los que accede habitualmente esta población ocurren en condiciones irregulares, por fuera de la intervención estatal-. Del mismo modo, el principal programa gene rado por el gobierno argentino para paliar la crisis eco nómica provocada por la pandemia, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), tenía un requisito de acceso que implicaba la regularidad migratoria durante dos años. Este requisito implicó que la población recién llegada o quienes aún no han accedido a la documentación en el país, quedaran por fuera de esta protección.

Por otro lado, un impacto muy significativo en re lación a la movilidad humana fue provocado por las medidas sanitarias de cierre de fronteras. La falta de medidas de excepción para garantizar ingresos regula res y seguros, provocó la proliferación de estrategias de ingreso por pasos no habilitados poniendo en riesgo a las familias y personas en tránsito. Además, estos in gresos tienen consecuencias migratorias que pueden generar sanciones graves. Finalmente, una grave vul neración a los derechos de las personas en movilidad fue la limitación -o restricción absoluta- del acceso al derecho a solicitar asilo en frontera, vulneración que, en casos como el de nuestro país, además se extendió al interior del territorio con delegaciones que desalenta ban verbalmente la solicitud de asilo y reconducían los trámites a la vía migratoria.

El lanzamiento para América Latina y el Caribe fue or ganizado por AIPRAL en conjunto con CMIR y la Corpora ción Universitaria Reformada de Barranquilla, Colombia. Fue un encuentro de liderazgos y referentes de iglesias y espacios académicos de la región, junto a expositores del más alto nivel, quienes compartieron sus visiones críticas sobre los sistemas fiscales y tributarios de los países lati noamericanos, así como perspectivas teológicas que rei vindican el rol activo de la fe en la promoción de sistemas económicos nacionales y globales más justos.

El «proyecto Zaqueo» es una campaña enraizada en el programa de «Nueva Arquitectura Financiera y Eco nómica Internacional» (NIFEA) iniciado en 2012 que fue diseñado para abordar el poder de las instituciones eco nómicas y financieras. Se trata de un esfuerzo ecuménico conjunto de la Comunión Mundial de Iglesias Reforma das (CMIR), Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Conse jo para la Misión Mundial (CWM), Federación Luterana Mundial (FLM) y Consejo Metodista Mundial (CMM).

La campaña busca un sistema fiscal y económico glo bal que actúe como la figura de Zaqueo en el Nuevo Tes tamento (Lucas 19: 1 - 10). Se enfoca en traer equidad y reparar la explotación y la injusticia, así como en la re distribución de recursos hacia comunidades empobreci das para lograr una transformación social y pública.

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El llamado por un sistema fiscal justo

• A mitad de camino del Decenio Internacional para los Afrodescendientes, 2015-2024, pedimos que se establezca mediante impuestos un Fondo de Repa ración de la Esclavitud supervisado por una Comisión Global de Justicia Reparatoria.

De este proceso de trabajo salieron tres áreas de trabajo:Académica:

La campaña Zaqueo y su importancia para América Latina

• Solicitamos la implementación inmediata de un impuesto a las transacciones financieras sobre el co mercio de acciones, bonos, divisas y derivados para fre nar las actividades especulativas dañinas.

Proyecto Zaqueo

• Exigimos la cancelación de la deuda como una medida adicional para traer reparación y restauración a las naciones empobrecidas por la trata transatlántica de esclavos y que luchan contra los impactos del cam bio climático descontrolado.

• Hacemos un llamado urgente por impuestos pro gresivos sobre el carbono y la contaminación a diferen tes niveles para proteger nuestro único hogar planetario.

Darío Barolin Desde su experiencia y vínculos con algunas de las agencias cooperantes, ¿cuál es el rol de las igle sias en este tema? Para el caso concreto de CAREF, las iglesias fueron centrales a la hora de asumir comprometida y solida riamente la atención de las personas refugiadas, un tema muy complejo en tiempos de dictaduras en toda la región. La concepción de dignidad humana va de la mano de la lógica de derechos humanos, y las iglesias tienen la capacidad de intervenir desde esos principios en momentos históricos y en territorios en los que los Estados no están presentes por diversas razones. Mu chas veces las iglesias llegan adonde el Estado no llega. Por otro lado, las iglesias son esenciales a la hora de trabajar para que esos “otros” migrantes/extranjeros que históricamente han sido excluidos sean valorados, incluidos, escuchados. Esa es una tarea sustancial en tér minos subjetivos y también desde la incidencia pública. Es decir, pueden contener en lo cotidiano a personas y familias y a la vez disputar como actor social y político la ampliación de derechos para las personas migrantes y refugiadas en el plano de las políticas públicas.

Equipo CAREF

Por lo tanto, la campaña Zaqueo exige un sistema fiscal y económico global que ofrezca equidad y repare la explotación y la injusticia.

Sensibilización: Esta temática, aunque relevante para la vida cotidiana de nuestros pueblos no aparece como un aspecto relevante para la reflexión teológica y acción pastoral. En tal sentido se elaborará materiales para la sensibilización sobre la temática a nivel de las comunidadesIncidencia:locales.desde este espacio se reconoce que hay muchas otras instancias que están ocupadas y activas en esta temática por lo que es importante coordinar con ellas acciones tendientes a promover cambios en los sistemas tributarios nacionales e internacionales para un sistema fiscal justo.

• Pedimos la promulgación de impuestos progresivos sobre el patrimonio y la renta a nivel mundial y nacional para frenar la creciente concentración de la riqueza en manos de unos pocos cada vez más poderosos, de la mano de una mayor inversión pública para erradicar la pobreza.

• Exigimos el cese de la evasión y elusión fiscal por parte de corporaciones multinacionales y perso nas adineradas.

Llamado por reparación

Alianzas con universidades y centros de investigación para estudiar la situación tributaria en cada país, relevar propuestas existentes y/o promover nuevas.

La injusticia económica que ha surgido como lega do del colonialismo y es perpetuada por el capitalis mo neocolonial ha servido para aumentar la pobreza y la desigualdad en el contexto latinoamericano. Es en este contexto que es imperativo que el proceso NIFEA y particularmente la campaña ZacTAX se arraigue en América Latina.

Introducción

Las convocatorias de la campaña fiscal son las si guientes:

Por otro lado, esta experiencia tiene que ver con uno de los desafíos que nos planteamos con el CMI: que la diaconía que hacemos desde la fe sea transformadora de las realidades. Creo que más allá del trabajo en sí, singifi có llevarles esperanza, llevarles amor, demostrarles que no están en soledad, sino que alrededor de su decisión hay un mundo completamente convencido de que ha sido lo mejor. Fue una muestra de que caminando juntos y juntas, podemos encontrar nuevos horizontes.

- En el contexto mundial actual, ¿cuáles son los principales desafíos del CMI en la construcción de la paz? En lo que respecta a la construcción de la paz, consi dero que los desafíos se mantienen. El Consejo Mundial de Iglesias ha estructurado fuertemente su trabajo bajo la perspectiva de unidad, no sólo la unidad del mundo cris tiano sino también del mundo ecuménico, para que de esta forma podamos atender y responder a las necesida des que surgen de las realidades globales. Por otro lado, también creemos importante trabajar por la reconcilia ción y la paz, por el cuidado de la Creación y la protección de los Derechos Humanos adquiridos por las sociedades. En este sentido, este tiempo de pandemia nos muestra en sobremanera que es necesaria la unidad y reconciliación, porque todas las tareas que nos demos las debemos hacer en medio de las situaciones que acontecen, en medio de guerras, conflictos, hambruna, en medio del dolor que vive la humanidad.

Por otro lado, América Latina y el Caribe ha logrado pasos muy importantes en la resolución de conflictos y dictaduras, pero todavía nos queda un conflicto bastan te grande que resolver en Colombia. Creo que, en esta coyuntura con el nuevo gobierno en mí país, podremos retomar el diálogo iniciado en Quito. Entonces debe mos estar atentos y atentas para accionar en los espa cios y diálogos que buscan resolver estos conflictos que buscan acabar con las democracias, no sólo desde las derechas sino también desde las izquierdas más radi cales. Definitivamente, debemos trabajar por la unidad. - ¿Cuál crees que es el rol de las comunidades de fe en el trabajo por la paz?

En este sentido, ante tantas situaciones de sufrimien to que vive el mundo y América Latina de manera muy específica, es doloroso que nuestro ecumenismo latinoa mericano esté tan fragmentado. Es tiempo de llamarnos a la reconciliación, debemos aunar mucho más nuestros esfuerzos para, responsablemente, responder a tanto do lor y tanta angustia de nuestro pueblo latinoamericano. Daiana Genre Bert

Gloria Ulloa Alvarado es la presidenta del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) para Latinoamérica y el Ca ribe. Aquí habla de los desafíos del ecumenismo a nivel global, latinoamericano y comunitario.

Este acompañamiento a personas que han estado tan decididas a no volver a tomar armas en sus manos sino luchar por cambios estructurales a través de la pa labra, de la política, ha marcado mi vida.

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En lo personal, entender que el mundo de Dios va mucho más allá que una iglesia y que la labor de la iglesia tiene que ir mucho más allá de una comunidad ce rrada de fe, fue una de las conversiones más grandes en mi vida. Por ello, nuestras acciones eclesiales, nuestras acciones desde la fe, deben trabajar para transformar las situaciones que van en contra del mundo que Dios quiere, de ese cielo nuevo, de esa tierra nueva.

Llamarnos a la unidad

- En el contexto latinoamericano, ¿cuáles son los ejes de articulación ecuménica más relevantes? La verdad es que el mundo ecuménico en América Latina está bastante fraccionado, pero creo que los ejes que nombraba antes son los que nos deben articular también en nuestra Latinoamérica porque hay aspectos comunes. Aún así creo que hay cuestiones particulares de nuestra región que nos deben unir, como por ejemplo el cuidado de la Creación y la resolución de conflictos. En este sentido, como Consejo Mundial de Iglesias venimos trabajando en una iniciativa interreligiosa en Colombia, Brasil, Perú e Indonesia que tiene por ob jetivo cuidar los bosques tropicales para mantener el equilibrio del planeta. En nuestra región tenemos a la Amazonia, nuestro pulmón común, y trabajar en su cui dado nos ha unido fuertemente.

Creo que nuestras comunidades de fe tienen que trabajar decididamente por ese shalom de Dios, que teológicamente implica que como seres humanos y hu manas podamos tener lo básico para vivir bien, pero también significa tener más que alimentos y vivienda.

Entonces debemos trabajar para lograr cambios estruc turales respecto a las injusticias sociales que rodean a la humanidad, vengan de donde vengan: gobiernos, organizaciones, instituciones y las mismas iglesias. Es cierto que dentro de nuestras iglesias se viven situacio nes injustas que necesitamos transformar. Si no traba jamos todo esto dentro de nuestras comunidades de fe, ¿cómo lo haremos afuera? - En esta misma línea, ¿recordas alguna experiencia concreta que haya sido significativa para vos? Claro. Una experiencia significativa en estos últimos años fue el trabajo realizado para la implementación del Acuerdo de Paz, aquí en Colombia. En los primeros meses el país vivió un tiempo increíble, tranquilo, de reposo pues no hubo conflictos armados ni asesinatos; pero cuando inicia el gobierno del actual saliente pre sidente, Iván Duque, vimos que sería imposible conti nuar el proceso. Por ese motivo, como Iglesia Presbi teriana de Colombia junto a otras, nos convocamos en el espacio de Diálogo Intereclesial por la Paz (DiPaz) y nos dedicamos decididamente a trabajar en los espa cios territoriales de reincorporación y capacitación, es tos lugares donde se asentaron los y las excombatien tes, firmantes de la paz, con sus familias.

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M. Laura ToluIlustración de María Medem

«Ir en paz»

Entre tantas, les propongo prestar atención a una en particular. Una vez Jesús sintió que salía poder de su cuerpo. Era porque había curado a una mujer con flujo de sangre. Jesús quiere saber quién es la persona curada. Ante la pregunta de Jesús, la mujer declaró pú blicamente que es ella y Jesús le dice: «Hija, tu fe te ha hecho salva, ve en paz y queda sana de tu azote» (Mar cos 5: 34) Cuerpos y palabras son protagonistas en este relato. La mujer «sintió en el cuerpo», Jesús sintió que habían «tocado su cuerpo». Jesús pregunta y la mujer responde. No solamente hay palabras, sino conoci mientos y emociones. Hay diálogos internos y registros corporales de sanación. ¿Qué puede decir una historia sobre una mujer enferma sobre la paz? ¿Qué lugar tiene la paz en este relato? Las historias contadas tienen detalles narrati vos que, por un lado, nos recuerdan a otras historias, y por otra parte muestran circunstancias históricas y culturales de las sociedades. Al recordar a esta mujer enferma, seguramente, se recuerdan otras historias de mujeres sanadas en otros tiempos y lugares. También se descubren situaciones de temor y resignación, de empecinamiento y búsqueda. Memorias y proyectos están presentes en cada relato compartido. Proyectan do y comunicando aspectos de la condición humana las historias contadas imaginan otros mundos posibles y describen los conocidos.

También las historias contadas permiten escuchar la voz de alguien. Las voces presentes en los relatos están motivadas por creencias, deseos, teorías, valores e intenciones. Este re lato permite escuchar la voz de la mu jer y también la invitación de Jesús a «ir en paz».

¿Qué voces escuchamos en los relatos que hablan de paz? ¿Qué intenciones muestran? ¿Cuáles ocultan? Imaginar la caminata de la mujer en paz permite imaginar otras caminatas. Brinda la posibilidad para descubrir en otros relatos las voces y sus intenciones, los silencios y sus deseos. Estas posibilidades y permisos invitan a pensar la paz haciendo memoria para contar historias (des)conocidas y para crear otras. Para distin guir en las historias sobre la paz intereses y propósitos. Detrás de los pasos de esta mujer valiente y teme rosa al mismo tiempo, empecinada, buscadora de otros horizontes, con palabras, emociones y conocimientos continuamos esta caminata para que otrxs puedan su marse, quedar libres de azotes y sentirse hijxs de Dios.

Muchas veces, cuando queremos explicar un tema o una idea, contamos historias. Pueden ser experiencias de nuestra vida, historias aprendidas y escuchadas o leídas, graciosas, irónicas, sentimentales, historias que se hacen noticias, historias secretas o gritadas en las esquinas. ¿Qué historias contamos, escuchamos, miramos o leemos cuando hablamos de paz? A nuestro alrededor podemos encontrar numerosas historias que hablan de paz. ¿Quiénes las cuentan? ¿Para quienes las cuentan? ¿Cuáles propósitos tienen esas historias? La Biblia tiene numerosas historias de paz. Algunas nos hablan de «completar» o de «dar remate» a una realidad inconclusa o deficiente en algún aspecto. En otras aparece el sentido de «restituir» y de «reparar». Cuando se termina de construir el templo, cuando se repara algún daño, cuando se cumple una promesa, se habla de paz. En el Antiguo Testamento también los profetas contaron historias para hablar de paz. Jeremías, Isaías, Amós, por mencionar algunos, estaban preocupa dos por la realidad de su pueblo y proclamaban paz. Contar historias es un hecho que la humanidad hace desde mucho tiempo atrás. Lo hace para enten der el mundo, describir el entorno, para dar sentido a sus experiencias. Cada relato se va constituyendo en las interacciones humanas, sobre los presupuestos e ideas que surgen de cada persona, de cada grupo social. Para continuar el mensaje de Jesús, sus seguidorxs narraron sus historias y contaron sus enseñanzas. Mu chas de ellas hablan de paz. En los evangelios y en las cartas se escribe sobre la paz. Las historias sobre la paz crecen y viajan de un lugar a otro, de una cultura a otra.

Contar la paz

Una10

Ambos encuentros estuvieron a cargo de Elizabeth Hernández Carrillo, nombre que se acortó enseguidi ta: Betty. Ella nos fue introduciendo y guiando, a través de su experiencia, durante todo el taller para que po damos visualizar, aprender y compartir desde la expe riencia de cada una de las personas que participamos, como vivencia de las liturgias en su comunidad.

reunión, “ “

pero especial entre tantas...

Durante todo el esfuérzate se comparten muchísi mas cosas interesantes, la mayoría parten de las expe riencias de cada integrante del grupo, otras son más ge nerales; pero afirmo, sin miedo a equivocarme, que en

Otra sorpresa para mí: la cantidad de significados que tiene esa pala bra, aunque quizás, en el sentido del texto sería algo así: «ir al encuentro de alguien es ir en su búsqueda para concurrir a un mismo sitio con esa persona, salir al encuentro es salir a recibirle». De hecho, quienes partici pamos, salimos al encuentro del ta ller, de nuevas reflexiones, otras mi radas… estuvimos listos y listas para recibir lo que habían preparado para nosotros y nosotras.

El encuentro fue el 14 de junio. Allí, quienes partici pamos del «Esfuérzate» nos dimos cita para participar del taller de liturgia -el primero de dos, éste sobre ini ciación a la liturgia, y el segundo de liturgia y arte-, or ganizado de forma conjunta con la Red Crearte. Y como dije antes, allí sucedió eso de buscar, recibir, concurrir, preparar y, por otro lado, encontramos saberes que nos hacen pensar, considerar; sentires distintos o pareci dos que nos tocan y emocionan.

Un jueves, pasaditas las seis de la tarde recibo un mensaje por WhatsApp. Mientras mi día iba terminan do me llega al celular lo que fue una verdadera sorpre sa. El mensaje era de Daiana y tenía la invitación para escribir en esta columna: relato de un encuentro. Me dijo que querían sumar otras voces, otras personas y por alguna razón pensó en mí. A pesar de mis temo res, aquí estoy; tratando de escribir algo que deje algún mensaje, alguna palabra que vaya al encuentro de otras personas, otros pensares y sentires. Recordé sus palabras en nuestra primera conversa ción sobre este texto: «No es tan difícil como parece, es ir a charlar con alguien y después escribir/ describir el encuentro»… más adelante descubrí que lo complicado no es tanto escribir -aunque tampoco es pan comido, como se dice- pero lo más dificultoso fue conseguir a la o el protagonista. Le di vueltas al asunto un par de días y ¡a consultar! Las primeras respuestas fueron positi vas, pero el ajetreo diario nos jugó una mala pasada, fue imposible combinar horarios y, siendo totalmente sin cera, tampoco quise insistir demasiado. Otra vez como al principio: en blanco. Di otras vueltas a ver si se me ocurría otra persona con quien sea sencillo coordinar un encuentro, pero nada, no tenía idea. Debo confesar que hasta pensé escribirle a Daiana para que busque otra persona, pero me había comprometido y era tarde para decir que no, no había tiempo, algo tenía que mandar. Cuando tiene que suceder algo, sucede. Había dejado reposar la idea mientras pensaba en la próxima videolla mada de la capacitación «Esfuérzate en la gracia», y ahí, cuando menos lo esperaba, se me prendió la lamparita: contar y compartir algo de ese encuentro, de ese taller. Por suerte tenía un tiempito para prepararme. Así que se me ocurrió buscar en el diccionario el significa do de la palabra encuentro; y una acepción dice: «ac ción de coincidir o de chocar», otra: «entrevista entre dos o más personas, con el fin de resolver o preparar algún asunto».

Relato de un encuentro PÁGINA VALDENSE I

“ “ Igual que lo es intentar describir los sentipensares que me atravesaron cuando hablaban de compartir la santa cena o determinado gesto, o la alegría que se manifiesta a algunas celebraciones. Realmente fue sentir algo vivo, sentí que tenemos una comunión en una misma fe. cada encuentro todos y todas aprendemos de los y las demás. Este no fue la excepción, y, de hecho, tenía tan tas expectativas que tomé apuntes. Sobre todo, cuan do Betty compartió con nosotros y nosotras los cinco aspectos, que, a su entender, tiene un culto cristiano: la centralidad es el amor de Dios y Jesucristo, ese es el fundamento y clave para descubrir ese amor. El tiempo litúrgico marcado por la memoria e historia de la sal vación. El orden litúrgico tiene una lógica que contiene momentos y elementos: oraciones, música, símbolos, gestos. El espacio litúrgico es el «lugar donde Dios dia loga con su pueblo, donde Dios toca, bendice y habla a través de su pueblo». Este lugar es el que entra profun do, atraviesa el cuerpo, sacude la pereza, nos transfor ma y pone en movimiento. Como dije antes, los encuentros del «Esfuérzate» nos traen cosas nuevas, nos ponen a pensar, activan algo que parecía dormido. Esta vez, con el primer ta ller de liturgia, pasó lo mismo. Fue un encuentro sig nificativo para mí. No puedo expresar todo lo que sentí al escuchar otras vivencias, otras realidades, otras maneras de cele brar; pienso que quizás no hay palabras para describir esa sensación. Realmente no estoy segura que se pueda manifestar con palabras la emoción que sentí cuando es cuché decir a una persona lo sanador que fue para ella aquella oración; lo cierto es que para mí es imposible.

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Leticia Giano

Sigo pensando en el encuentro y me moviliza. Des bordo en emociones que no puedo describir con pala bras; y pienso: ¡qué linda es la fe comunitaria! ¡Qué lindo encontrarnos y celebrar! ¡Cuánta potencia renovadora! Sin lugar a dudas, el encuentro del 14 de junio fue renovador de energías, dio fuerzas a nuestra fe… nos impulso a la tarea diaria de pensar qué cambios necesi tamos, con qué recursos contamos y cómo los compar timos. Fue un encuentro que nos invitó a pensar, sentir y seguir trabajando en esta iglesia, que es en la que te nemos ganas de estar. Dicen que el arte es una forma de expresar nues tras emociones, algo así intenté con esta poesía. Apenas terminó el taller, inspirada por lo compartido, me salió esto... quizás no sea mucho, pero para mí no es poco. Lo compartí en el grupo de WhatsApp del «Esfuérzate» y lo hago aquí también, porque creo que tenemos que darle lugar a esas sensibilidades que encuentran otras formas de expresión.A lo discípulos con miedo, derrotados Jesús los empodera, les da una misión así los envío yo: creen vínculos de amor justicia y paz. En un tiempo de esperanza de renovación. de animarse y desde el alma: hacer equipos, viendo y buscando con los sentidos. con nuestro cuerpo. Hacer que broten y renovar los recursos: orando,  en la esperanza animada, en nuestra comunidad.

todo el día viví con tu ausencia mejor dicho todo el día viví de tu ausencia ya que los otrosterremotosdesastres internacionales no me distrajeron de ti yo soy un hombre mundial me interesa la revolución en Pakistán la falta de revolución en el Yorkshire donde una vez vi que lloraba de hambre o de rabia nomás ¿cómo es posible entonces que entre las tempestades o sus calmas que vienen a ser lo mismo desde cierto punto de vista yo no haya olvidado tu valor la suave apariencia que adquirís y todo sea como tu olor después de haber amado antes de haber amado sea como tu olor?

Juan Gelman Ilustración de Max Kisman

PÁGINA VALDENSE I 12 Conexiones Espacio del Movimiento Juvenil Valdense | Año XXII |Julio 2022| conexionesvaldense@gmail.com

Todo el día viví con tu mejorausenciadicho…

A veces hay que adaptarse a las situaciones, como en esta ocasión. Lo que inicialmente fue una invitación a una entrevista se transformó en un diálogo sobre temas actualmente relevantes sobre los vínculos ecuménicos.

En la misma línea y entendiendo la riqueza que se da en el encuentro con otras denominaciones, es necesa rio que comunitariamente podamos reconocer y valorar el trabajo que diferentes personas realizaron y realizan en estos espacios, al mismo que nos demos la tarea de capitalizar esos aprendizajes para que tengan un impac to positivo y transformador en quiénes somos y cómo trabajamos. Desde esa mirada, se vuelve imprescindible que construyamos, institucionalmente, juntos y juntas, la manera de aprovechar más los espacios ecuménicos, tenemos que buscar la manera de transformar esas vi vencias en experiencias comunitarias. Para esto, posible mente debamos ser creativos y creativas para construir y ensayar otros mecanismos y dinámicas que nos permi tan apropiarnos de esas prácticas, no alcanza con estar informados e informadas, tenemos que pasarlas por el espíritu y también por el cuerpo.

La práctica ecuménica, además de ser parte de nues tra identidad, significa la posibilidad para repensarnos, desafiarnos, cuestionarnos; es por eso que tenemos el desafío inmenso de dejarnos evangelizar por las expe riencias ecuménicas, por todas y cada una. En este sen tido, pudimos identificar un desafío concreto que tiene que ver con la creación de estrategias que nos permitan compartir-socializar en las comunidades los materiales que se producen o las discusiones que se dan en estos espacios de encuentro.

En este tiempo donde los fundamentalismos y la polarización son un gran problema para nuestras so ciedades, de la que no está exenta nuestra iglesia, ne cesitamos que las experiencias de tanto trabajo diacó nico y ecuménico que venimos haciendo circule en las comunidades para que esas diferentes realidades nos permeen, para que el encuentro con otros y otras se transforme en una oportunidad de aprendizaje mutuo.

El poder transformador del ecumenismo

Fruto de esa charla informal, casi de amigos y amigas, surge este texto que publicamos con la esperanza de que el debate siga calando en nosotros y nosotras, que, sin prisa, pero sin pausa, permee nuestros procesos comuni tarios y sigamos pensando entre todos y todas maneras más saludables, enriquecedoras y cuidadas de habitar diferentes espacios.

A los pocos minutos de iniciada la charla, sin demo ras, apareció en escena uno de los grandes desafíos del ecumenismo actual: los vínculos entre lo comunitario y el ecumenismo amplio -entendiéndolo como la partici pación en organismos ecuménicos, entre otras cosas-. Continuamos con preguntas sobre cuánto de las discu siones y producciones de estos organismos llegan a las comunidades de base y cómo lo hacen; pero fue una constante: durante todo el encuentro fuimos preguntán donos algunas cuestiones sobre nuestras prácticas, en sayando algunas respuestas e identificando desafíos que nos permitan fortalecer estos lazos, que son imprescin dibles en la forma que concebimos nuestro ser iglesia.

El liderazgo -que entendemos es intergeneracional y no necesariamente individual- de nuestra iglesia tie ne una gran tarea en este sentido, porque no basta con la representación de algunas personas en estos espa cios ni tampoco con la sociabilización de las produccio nes de cada organismo ecuménico, sino que se trata de tejer redes. Redes que nos permitan conocer las plani ficaciones estratégicas de cada uno de estos espacios, y a partir de allí proyectar diferentes actividades -con versatorios, debates, talleres, etc.- para luego dar pasos concretos, aunque sean pequeños, para transformar la realidad de la sociedad en la que vivimos.

Pero, por otro lado, en la práctica ecuménica es re levante lo que tenemos para decir respecto a nuestra propia experiencia de ser iglesia: nuestra organización sinodal y asamblearia, nuestra eclesiología basada en la libertad, el rol activo de las mujeres y disidencias dentro de nuestra institución, etc. Aquí descubrimos un nuevo desafío que tiene que ver con valorar todas las instancias de participación que tenemos, todo el re corrido hecho. Es necesario que nos demos el tiempo y espacio necesario para celebrar lo enriquecedor de cada una de estas instancias. Es un tiempo donde es fácil desanimarse y proce der con lógicas individualistas, pero como contracara, tenemos el ejercicio comunitario de hacer memoria y celebrar los pasos que vamos dando, reivindicando la alegría del encuentro con otros y otras. Ese ejercicio que aprendimos de la historia de nuestro movimiento y nos impulsa a repensar, reconstruir y ensayar formas más saludables de vincularnos entre nosotros y no sotras, comunitaria y ecuménicamente. Debemos dar lugar a que crezcan nuevas maneras de relacionarnos, siendo capaces de mirar el presente y pensar a futuro, siempre reconociendo y valorando nuestra historia.

Blanca Geymonat, directora continental del Departamen to de Mujeres de la Alianza de Iglesias Presbiterianas y Reforma das de América Latina y el Caribe. Mariano Chialva, delegado de la IEVRP en la última asamblea de AIPRAL Daiana Genre Bert, directora de Página Valdense

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Daisy Geymonat Colonia Cosmopolita

PÁGINA VALDENSE I 14 omunicándonosCEspacio de la Federación Femenina Evangélica Valdense

Los ciclos comienzan y terminan, necesitamos aprender a vivir con ellos. Sin embargo, algunas veces podemos tener dificultades para dejar algo atrás. Ya sea una relación, un trabajo, una empresa o alguien que se ha ido prematuramente. Y no podemos seguir con algo que ya ha terminado. Los ciclos terminan y comienzan otros nuevos. Y así la vida, continúa...

Estamos en otoño, y es hermoso ver los diferentes paisajes y su colorido donde aparecen distintas tonali dades. Hojas con distintas formas, colores y tamaños.

También podríamos decir que en el transcurso de nuestra vida pasamos por diferentes momentos desde lo emocional, por ejemplo, cuando un niño finaliza el ciclo escolar y pasa a enseñanza media; cuando un hijo llega a su edad adulta y comienza una vida indepen diente; cuando se finaliza la etapa de trabajo y llega el momento del retiro de las actividades remuneradas, y seguramente al leer esto se nos puedan ocurrir otras situaciones. Situaciones estas, que no siempre son fá ciles de asumir y que necesitamos aceptarlas, hacer un duelo, dejar ir, para comenzar una nueva etapa. Dios también tiene sus tiempos. Según Eclesias tés 3:1- 2: «En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre: un momento para nacer, y un momento para morir, un momento para plantar, y un momento para arrancar lo plantado».

¿Quién no ha caminado sobre montoncitos de hojas caídas al borde de la calle y escuchado ese sonido es pecial que producen? Y así, podemos apreciar que cada estación del año tiene su propio encanto. Esta observa ción lleva a preguntarme si alguna vez nos detenemos a pensar en la inmensidad de la creación. Desde pequeños y pequeñas, cuando vamos a la es cuela, nos enseñan que los seres vivos tienen su propio ciclo: nacen, crecen, llegan a la edad adulta, pueden re producirse, envejecen y mueren. Para que esto sea visi ble, se observa el ciclo del gusano de seda, del renacuajo, de las plantas, entre otros. También se estudia el movi miento de rotación de la Tierra que genera la sucesión del día y la noche; el movimiento de traslación que rea liza la Tierra alrededor del Sol generando las estaciones, como se mencionó en el párrafo anterior; los ciclos de la Luna y así podríamos seguir enumerando tantos otros. Todos estos ciclos afectan de alguna manera a los seres vivos/as y por supuesto al ser humano/a. Pero tendríamos que definir la palabra ciclo. Según el diccionario de la real academia española, el término tiene varias acepciones, entre ellas: «período de tiempo que, acabado, se vuelve a contar de nuevo», «serie de fa ses por las que pasa un fenómeno periódico», «conjunto de transformaciones por las que pasa un cuerpo hasta volver a su estado inicial», «serie de transformaciones por las que pasa un ser vivo a lo largo de su existencia».

Los ciclos en nuestra vida

Nuestra vida continúa, debemos seguir avanzando, no importa qué ciclo tenemos que cerrar, sí tenemos la certeza que existe un nuevo comienzo, una nueva histo ria, un nuevo camino y así poder seguir avanzando, con la confianza de que Dios siempre nos acompaña.

En Dios podemos encontrar esperanza para una nue va vida, como lo expresa el salmista, en el Salmo 40: 1-3: «Puse mi esperanza en el Señor, y él se inclinó para escuchar mis gritos; me salvó de la fosa mortal, me libró de hundirme en el pantano. Afirmó mis pies sobre una roca; dio fuerza a mis pisadas. Hizo brotar de mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos y pusieron su confianza en el Señor».

La realidad en la que vivían aquellas primeras co munidades cristianas, hacia finales del siglo I, era hostil y dramática debido a la dominación del Imperio Roma no, la cual no era solo política y económica, sino que también era cultural y religiosa. Por lo cual, profesar una fe diferente a la impuesta por el poder imperial era desconocer al Emperador como una deidad y negarse a rendirle culto, lo que incurría en desobediencia y debía ser castigado a modo de aleccionamiento.

YaninaEquipoVignaEditor

Resistiendo

Las palabras del Apocalipsis nos conmueven e in terpelan hoy para animarnos a mirar con nuevos ojos la realidad en la que vivimos, para develar las injusti cias y violencias sistemáticas y para anunciar, junto a quienes resisten de manera pacífica ante este mundo hostil, que toda la maldad se va a acabar. La invitación es a denunciar hasta el cansancio todas las formas de opresión y exclusión, a la vez que proclamamos con nuestras diversas formas de vivir a aquel Dios que sabe de nuestro dolor y seca nuestras lágrimas. El anuncio del Reino de Dios nos compromete hoy, nos moviliza a reflexionar profundamente sobre nuestra relación con Dios, con todas las personas y con la Creación. Nos interpela a transformar nuestros vínculos, nuestra fe y nuestras vidas hacia la ternura, la compasión, el respe to, la alegría y la paz. Que las metáforas de la no-violen cia de la ciudad de Dios nos muestren y nos enseñen a vivir de otra manera, que sean inspiración y motor para ampliar nuestras redes de afecto, de comprensión y de vivencias que dignifiquen.

1Vi después un cielo nuevo y una tierra nueva; el pri mer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y también el mar.

Ilustración de Pipi

Estos versículos del libro de Apocalipsis, que tan poco leemos en nuestras comunidades, nos traen un mensaje de esperanza, proclaman un tiempo nuevo sin violencia, sin exclusión, sin dolor.

PÁGINA VALDENSE I 15 con esperanzayternura

2Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de la presencia de Dios. Estaba arreglada como una novia vestida para su prometido. 3Y oí una fuerte voz que venía del trono y decía: “Dios habita aquí con los hombres. Vivirá con ellos, ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque todo lo que antes existía ha de jado de existir.” (Apocalipsis 21)

Juan de Patmos, a quien se adjudica la autoría del Apocalipsis, a lo largo de las visiones y metáforas va a describir la violencia desmedida que despliega el poder imperial en su afán de dominarlo todo. Pero, claramente, sus palabras van dirigidas a las comunidades cristianas que estaban viviendo todo aquello con el objetivo de ani marles a controlar el miedo y a renovar el compromiso. Los versículos citados arriba dan cuenta del mensaje de esperanza con el que quiere convocar a lxs cristianxs que se han mantenido fieles a Dios, les anuncia que pron to terminarán las atrocidades a las que están sometidos todos los pueblos y de las que son testigos. Juan tiene la visión de un cielo nuevo y una tierra nueva, de la ciudad santa donde Dios habita junto a las personas y les seca las lágrimas, pero, además, les anuncia que allí ya no hay lugar para la muerte, el lamento ni el dolor. Este nuevo tiempo no solamente nos habla de la sal vación escatológica, sino que también anuncia y procla ma una forma distinta de resistir en esperanza y vivir en paz con toda la Creación. A pesar de todo lo sufrido, de las vivencias profundas de exclusión, persecución y discriminación que deshumanizan, que traen dolor y muerte, en el Apocalipsis no se espera la venganza ni se llama a luchar con estrategias defensivas, porque eso se ría entrar en la lógica violenta del sistema imperante. En efecto, se nombran claramente las injusticias y las vio lencias en todas sus formas, pero el mensaje profético de Juan también narra la resistencia pacífica que llevaron adelante tantas personas y pueblos que han sido avasa llados y violentados a través de las prácticas imperiales de guerra y de paz. El Apocalipsis nos habla del Dios que conoce el dolor que sufren tantas personas y de otra for ma de paz, de no violencia, de justicia, de consuelo y de reparación en el amor del Dios de la historia y la vida.

No te rindas No te rindas, aun estas a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas, aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque te quiero. Porque existe el vino y el amor, es cierto, porque no hay heridas que no cure el tiempo, abrir las puertas quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto, recuperar la risa, ensayar el canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos, No te rindas por favor no cedas, aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás sola, porque yo te quiero. Mario Bendetti

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