Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Mayo 2020 - N° 260 - Afiliado a O.P.I. N° 837Página Valdense«...porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.» Hechos 4:20 LO QUE SE ESCONDE TRAS LOS NÚMEROS Equipo editor 4 LOS AVATARES DEL LABORIOSO Natalia González6 VS.MERITOCRACIABIENCOMÚN Fernando Suárez 9 Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense -Junio 2022 - N° 279 - Afiliado a O.P.I. N° 837 001/09 - Periódico mensual - Redactor responsable: Rogelio Darío Barolin. Varela 1729. Dolores - Imposición envíos: Dolores - Depósito legal N° 68.638 El trabajo y el derecho a vivir con plenitud

Daiana Genre Bert
Nuestras vidas agitadas y estre sadas son la combinación de todo esto, siempre corriendo atrás del tiempo, intentando hacer más co sas, ser más productivxs, aprove char el tiempo. No podemos dejar de advertir que la pandemia, entre muchísimas otras cosas, desdibujó aún más los límites entre el trabajo, el tiempo libre y el ocio. Una caóti ca mixtura en la que, muchas veces, apenas sobrevivimos. Es por eso que, con la produc tividad marcando ritmo y agenda, construir pequeños momentos de disfrute y goce es sumamente ne cesario; con el celular y las aplica ciones exigiendo conexión ilimitada e inmediata, salirnos, aunque sea cada tanto, de ese círculo sin fin puede ser sanador; con la cantidad de actividades y compromisos que tenemos, a veces decir que no pue de ser liberador. Pensarnos en esa caótica mixtura de la que hablaba también es contrahegemónico, es necesario, sanador y liberador al mismo tiempo; significa priorizar nuestra salud y bienestar. La vida digna que queremos para todxs es con salud y bienes tar; es reconocer al trabajo como un derecho, con condiciones laborales equitativas que garanticen ambien tes satisfactorios, con una remune ración justa, con estabilidad. En tonces, reflexionar en esta edición sobre el trabajo es un compromiso con el proyecto de vida buena y abundante en el que creemos, por que no hay vida digna si alguna per sona no tiene garantizado el acceso al trabajo y porque tampoco existe la dignidad en el trabajo si las con diciones son indignas. Que el Dios cercano y compañe ro en quien creemos nos ayude a re pensar(nos) con la mirada puesta en la construcción de sociedades más justas, equitativas y solidarias; don de celebremos que todxs tengamos lo suficiente para vivir en plenitud.
Hablar de trabajo es tocar mu chos temas, algunos más superfi cialmente y otros no tanto. Pero, para nuestro equipo editor signifi ca, al menos, hablar de la realidad y de lo complejo que es traducir eso en números, en estadísticas; significa poder repensar, a la luz de la libertad y la voz profética, aque llos discursos instalados que mu chas veces se alimentan de mitos o noticias falsas; significa pensar en el pluriempleo y nuestra salud mental, emocional y física; signi fica hablar de desigualdades, de cuestiones de género y disidencias sexuales. Hablar de trabajo signifi ca hablar de derechos, de intersec cionalidad; pero también requiere que hablemos de meritocracia y vida plena, vida digna. Ese es el marco desde el cual partimos e invitamos a lxs autor xs, pero es cierto que podríamos planificar cientos de artículos más porque reflexionar sobre el trabajo es hacerlo también sobre nuestra cotidianeidad, sobre nuestra vida misma. ¿Qué es el trabajo? ¿Cuán to tiempo de nuestras vidas ocupa? ¿Cómo delimito las horas de traba jo, tiempo libre y ocio? En este sistema capitalista don de cada vez es más notorio que no sólo somos mano de obra, sino que tenemos que estar disponibles las 24 horas, que tenemos que aceptar condiciones indignas para tener una remuneración que muchas ve ces no alcanza ni siquiera a cubrir las necesidades básicas, reflexionar sobre el trabajo y nuestro tiempo es contrahegemónico. A este contexto se le suma la llegada de las aplica ciones de mensajería y redes socia les, que traen consigo un ritmo ver tiginoso de transformaciones que afectan nuestros vínculos, nuestras actividades y nuestra cotidianei dad. No alcanzamos a acostumbrar nos a una dinámica, a manejar una aplicación que se actualiza, se mo difica o deja de existir sin más ex plicaciones que la creación de otra con mayor repercusión.
4 | PÁGINA VALDENSE Argentina Col. Belgrano: Delhy Pastre. Col. 25 de Mayo: Ruben Bertinat. Cnel. Suárez: Pablo Rafarelli. Gral Roca: Oscar Dalmás. Gral San Martín - LP: Stella Maris Chambón. La Paz - ER: Marisel Garnier. Jacinto Aráuz - LP: Susana Tucat. San Carlos C. - SF: Héctor Cotichini. Villa Iris - BA: Ema Dalmás. Reconquista - SF: Dardo Zanuttini S. Martín - SF: Edith Long. San Gustavo - ER: Orfilia Barolin. El Sombrerito - SF: Aurora Bertinat. IERBA (Buenos Aires): Comunidad de IERBA. Gálvez: Rubén Gardiol. López: Carina Tschopp. Paraná: Equipo de Comunicación. Flores Consistorio: Alberdi 2240 (CABA) San Nicolas: Helvecia Catalín. Laprida: Delta Bertón. Bahía Blanca: Natalia Coria. Carmelo:Uruguay Ruth Soulier. Cañada Nieto: Alba Charbonnier. Colonia: Ethel C. Negrin. Col. Miguelete: Ana Félix. Col. A. Negro: Carolina Galván. Col. Valdense: Secretaría IEV Colonia Valdense. Cosmopolita: Milka Charbonnier. Dolores: Nora Gallo. Fray Bentos: Cristina Dalmás. Juan L. Lacaze: Manuel Ávila. Alférez Lascano: Nylia Gonnet. Melo: Glenys Rameau. Montevideo: Mario Pablo Ábalos O. de Lavalle: Juanita Bonjour. Palmitas: Hilda Geymonat. Paysandú: Ruben Dalmas. Rosario: Andrea Montaña. Mercedes: Natalia Gauthier.Carlos Dodino Tarariras: Consistorio de Tarariras. Tres Bocas: María Fernández. Young: Esther Malán Para actualizar agentes, sugerencias u opiniones enviar mail a paginavaldense@gmail.com O bien al celular: +54 3437 448727. REDACCIÓN Varela 1729 - Dolores - Soriano - Uruguay e-mail: paginavaldense@gmail.com COMISIÓN SINODAL Wilfredo Bonjour, Laura Michelín Salomón, Matilde Duffort y Miriam Brito DIRECTORA Daiana Genre Bert EDITOR RESPONSABLE Darío e-mail:dariobarolin@yahoo.com.arBarolín EQUIPO DE REDACCIÓN Yanina Vigna, Lis Rivoira, Tomás Barolín Tron, Daiana Genre Bert CREACIÓN GRÁFICA, DIAGRAMACIÓN Penélope Chauvie ILUSTRACIÓN DE TAPA Vicky Turner ETIQUETADO, DISTRIBUCIÓN Y ADMINISTRACIÓN Julio Leal - Juan Bentancur 1623, Barrio El General, 70000 Colonia - Uruguay Tel.: (598) 4522 0620 - Cel.: 099967745 SUSCRIPCIÓN ANUAL Precios subsidiados por el proyecto OPM Uruguay $U 450 - Argentina $A 500 Europa € 50 - Resto del mundo U$S 70 MEDIA SUSCRIPCIÓN (SEIS MESES) Uruguay $U 225 - Argentina $A 250 CUENTA EN BROU 1521941-00002 Para recibir pago de suscripciones. Por favor en cada depósito o transferencia poner los datos de contacto. AFILIADO A OPI N° 837 TIRADA: 900 ejemplares N° Matrícula Dirección de Industrias: 188 Impreso en Imprenta Moyano Ferreira Aldunate y Haedo - Mercedes Soriano - Depósito Legal N° 68638 El equipo editor asume su responsabilidad Apuntes de la Directora PÁGINA VALDENSE I 2 Trabajo, tiempo y vida



El Instituto Nacional de Estadística (INE) de Uru guay mostró que en abril de 2022 la tasa de actividad1 del país se ubicó en 61,9%, la tasa de empleo2 fue de 57,1% y la tasa de desempleo3 de 7,7%. El subempleo4 fue del 8,9% y el no registro a la seguridad social por su trabajo principal de 21,3% (calculados sobre la can tidad total de personas ocupadas). Sobre la apertura de los datos por sexo se tiene que el desempleo fue de 6,5% y 9,2% para hombres y mujeres respectivamen te, el subempleo 7,8% y 10,1%, y el no registro 23% y 19,3%. La apertura de los datos por ascendencia étnica muestra que el desempleo para la población afro fue de 11,6%, para la población blanca de 7,3% y para otros grupos étnicos de 7,2%; el no registro fue de 28,8%, 20,4% y 33% respectivamente; y el subempleo fue de 12,7%, 8,4% y 9,7%. En cuanto a la apertura por tra mos de edad el desempleo fue de 25,7% para personas entre 14 a 24 años, 9,6% para 25 a 29 años, 5,9% para 30 a 34 años, 4,9% para 35 a 44 años, 3,8% para 45 a 54 años, 3,3% para 55 a 64 años y 2,9% para mayores de 65 años. La apertura por nivel educativo arroja que el desempleo para personas con ciclo básico incomple to fue de 8,7%, con ciclo básico completo o educación media superior incompleta fue de 9,7%, secundaria completa o terciaria incompleta fue de 8,3% y terciaria completa o posgrado 1,6%. La apertura por región muestra un 7,4% de desempleo para Montevideo y 8% para el interior del país. El Primer Censo Nacional de Personas Trans (travesti, transexual o transgénero) del Uruguay en 2016 arrojó que el 30,3% de este grupo po blacional se en contraba desempleado (7,8% fue la tasa global de desempleo en ese período). La apertura de los datos mostró que 42,6% fue el desempleo de varones trans y 28,6% de mujeres trans. Según datos del 2013 del Ministerio de Trabajo y seguridad social la tasa de actividad de las personas migrantes fue de 51,7% (casi doce puntos por debajo del promedio del país), pero para el subgrupo de mi grantes recientes fue de 66,2%. Esta última población reciente detentan una tasa de desempleo de 12,4% y quienes retornaron recientemente una de 10,5%. A modo de comparación, la tasa global de desempleo de Uruguay para 2013 se situó en 6,5%. Situación en Argentina
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2Cociente entre la población ocupada y la población en edad de trabajar. 3Cociente entre la población desocupada y la población activa.
El presente artículo muestra datos estadísticos so bre la situación del mercado laboral en Uruguay y Ar gentina, con el fin de informar sobre un aspecto de la realidad de ambos países y para que sirva como fuente de datos para futuros análisis. Bien sabemos de la com plejidad de compartir estadísticas, pero también de la importancia de partir de datos que reflejan la realidad de nuestros países para reflexionar y accionar, con la mirada puesta en el desafío de construir una sociedad que garantice una vida digna para todos y todas.
El empleo en Uruguay y Argentina
4Porcentaje de personas ocupadas que trabajan menos de 40 horas en forma habitual, desean trabajar más y están disponibles para hacerlo pero no consiguen más trabajo, en relación al total de personas activa.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Cen so (INDEC) de Argentina, en el último trimestre del 2021 la tasa de actividad fue del 46,9%, la tasa de empleo fue 53,6% y la tasa de desempleo fue 7%. La tasa de subocu pación fue de 12,1% y las personas ocupadas demandan tes de empleo fueron el 17,4% de la población activa. La apertura por sexo mostró que la tasa de desempleo para las mujeres fue de 7,7% y para los hombres 6,4%. La re gión con más desocupación fueron el Gran Buenos Aires y área pampena, ambos con 7,4%, mientras que la región con menos desempleo fue la Patagonia (4,5%).
1Cociente entre la población activa (mayores a 14 años que no son jubilados, pensionistas, rentistas, estudiantes, personas que se dedican a quehaceres del hogar, entre otros) y la población en edad de trabajar (mayores de 14 años).
Situación en Uruguay
5Cociente entre los ocupados que trabajan menos de 35 horas sema nales por causas involuntarias y están dispuestos a trabajar más horas, y la población activa.
El INDEC también recopila datos específicamente sobre los 31 aglomerados urbanos del país. Del 100% de ocupación, mujeres de hasta 29 años representa ron el 9,4%, mujeres entre 30 y 64 años representaron el 32,7%, mujeres de más de 65 años representaron el 1,6%; para los hombres los datos correspondientes a
Fuentes consultadas: Instituto Nacional de Estadística (2022). Informe diferencial de mercado de trabajo. https:/ Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (2014). Condición de Actividad de Inmigrantes y Retornados en Uruguay. uy/ministerio-trabajo-seguridad-social/sites/ministerio-trabajo-sehttps://www.gub. guridad-social/files/2019-08/CONDICI%C3%93N%20DE%20ACTIVI ce=1&isAllowed=ypersonas%20trans%20-%20derecho%20al%20trabajo.pdf?sequentream/handle/123456789/1894/Censo%20nacional%20de%20sonasBoletin_Migrantes_Sudamericanos.pdfborales.Empleobajo.URUGUAY.pdfDAD%20DE%20INMIGRANTES%20Y%20RETORNADOS%20EN%20InstitutoNacionaldeEstadísticayCensos(2021).MercadodetraTasaseindicadoressocioeconómicos(EPH).MinisteriodeTrabajo,ySeguridadSocial(2017).InformeSintéticodeMigracionesLahttps://www.trabajo.gob.ar/downloads/estadisticas/genero/MinisteriodeDesarrolloSocial(2017).CensoNacionaldePerTrans.http://repositorio.mides.gub.uy:8080/xmlui/bits
Referencias:
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Aquí se hace evidente cómo en la necesidad de medir las diversas poblaciones se corre el riesgo de homogenei zarlas, y la distancia con la realidad —en la que conflu yen nuestras pluralidades— se vuelve abismal. Analizar estadísticas, mirar la realidad y sentir es peranza parece poco probable; pero no podemos hacer otra cosa que seguir luchando para que todas las perso nas tengamos garantizado el acceso a un trabajo que nos permita vivir dignamente, trabajo en el que estén asegu radas las condiciones laborales y el bienestar de todxs lxs trabajadorxs, trabajo por el cual percibamos un salario que no sólo nos permita subsistir sino vivir plenamente. Equipo editor de las personas nativas: 64% contra 59%. El grupo de migrantes registra un nivel de desocupación más bajo que las personas nativas, 6% y 9%, respectivamente.
Las personas ocupadas migrantes tienen un nivel edu cativo más bajo que las ocupadas nativas. Un 37% de las mujeres migrantes se encuentra ocupada en la rama de servicio doméstico y un 36% de los varones inmi grantes trabajan en la construcción. El empleo no re gistrado es alto entre personas trabajadoras migrantes y la brecha entre asalariadas nativas y migrantes es de 17,6 puntos porcentuales.
Lo que se escondetras los números
Reconocemos entonces que la definición de trabajo, por defecto, es esa: obtener un salario con el cual ac ceder a -¿todo?- lo que necesitamos. Pero, ¿puede esta definición escueta abarcar un concepto tan abstracto y amplio? ¿Es lícito o, al menos, coherente, continuar uti lizándola, sabiendo que es tan antigua como el trabajo? Quizás hoy podemos pensar que hay tantas definiciones de trabajo como trabajos en sí mismos, pero inevitable mente todas ellas nos conducen a la misma idea. En to das aparece la necesidad, en todas aparece el esfuerzo, en todas aparece la obligación; y lo más sorprendente —por no utilizar una palabra más desmotivante— es que muchas veces, ese esfuerzo, ese ejercicio del trabajo, no cumple su objetivo principal: generar lo sufi ciente para subsistir. Si nos basamos en estadísticas, podemos asegurar que la tasa de desempleo es muy baja comparada con el porcentaje de población labo ralmente activa, tanto en Argentina como en Uruguay; sin embargo —y es aquí donde pierde sentido el uso de la estadística—, estos datos no nos dejan tranquilxs, ya que sabemos muy bien que el hecho de tener trabajo no garantiza la subsistencia; ni hablar de vivir en plenitud. Mientras que antes la palabra pluriempleo ni siquiera estaba presente en nuestro vocabulario cotidiano, hoy es una realidad para muchas personas. Este o estos pluriempleos suelen estar acompañados de precarie dad laboral. Otra vez, los números por sí solos pierden sentido, y nuevamente afirmamos que el tener trabajo o trabajos no asegura la estabilidad económica.
Fabrizio Batiste las mismas divisiones fueron de 12,9%, 41% y 2,5%. La tasa de desocupación en las mujeres de 14 a 29 años fue de 16,2%, en mujeres de 30 a 62 años fue de 5,3%; para los hombres de las mismas edades las tasas fueron de 13,5% y 4,1%. Del total de personas ocupadas se obser vó que 2,9% tiene primaria incompleta, 11,7% cuenta con primaria completa, 16,3% tiene secundaria incom pleta, 27,9% tiene secundaria completa, 15,5% tiene estudios superiores/universitario incompletos, 25,6% tiene estudios superiores/universitario completos. Da tos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad So cial del año 2017 mostraron que la tasa de actividad de la población migrante sudamericana es superior a la
Por otro lado, la palabra interseccionalidad vuelve a entrar en juego. Este concepto es una herramienta que nos permite identificar aquellas variables superpuestas que se vuelven factores claves a la hora de acceder, man tener o ascender en un trabajo. Las estadísticas reflejan —en parte— lo que sucede, pero la interseccionalidad nos ayuda a analizar y exponer las desigualdades que surgen cuando se pertenece a más de uno de los subgru pos, por ejemplo: mujeres, disidencias sexo-genéricas, población migrante, originaria, afrodescendiente, etc.
Este artículo, propuesto desde el grupo editor de Pá gina Valdense, intenta traer a este número algunos -po cos- indicadores acerca del mundo del trabajo, así como también incorporar algunas miradas que ayuden a en tender un poco más esta gran temática que tiene tantos ejes como problemáticas vinculadas. Es preciso aclarar también, que cuando hablamos de indicadores, informes estadísticos, etc., hablamos de un «corte» de una reali dad «promedio»: no todas las situaciones particulares se ven reflejadas. Pero, pese a la frialdad que ello puede significar, tratamos de traer una reflexión más «cálida» -si se puede- sobre algunos cambios y algunas situacio nes que nos afectan en el mundo del trabajo. Hecha esta introducción y aclaración, seguimos. El trabajo es casi tan viejo como la humanidad mis ma. Si nos ponemos a pensar, mucho o casi todo de lo que hacemos es trabajo. Se dice, conceptualmente, que el trabajo implica la transformación de la naturaleza -en el sentido más amplio de la palabra naturaleza-, mediante esfuerzo físico e intelectual, para satisfacer las necesidades de cada persona y la sociedad. Ese úl timo elemento es fundamental: trabajamos para cubrir nuestras necesidades, por un salario -que se nos paga en función del trabajo generado-, por realizar las tareas del hogar, por voluntariado, etc. Pero fundamentalmen te, por un salario, que es lo necesario para vivir.
No podríamos hablar de los programas de trabajo, o de los mal llamados «planes sociales», sin trazar algu nas líneas generales del porqué de su existencia, quié nes son sus destinatarios/as y el rol fundamental que cumplen en la actualidad. La última dictadura cívico, militar, empresarial y eclesiástica, además de haber ejercido terrorismo de Estado, asesinando, secuestrando, torturando y desa pareciendo miles de personas, condenó a la Argentina a un infierno neoliberal, destruyendo el aparato pro ductivo del país e instalando un modelo económico de descarte que fue profundizado por los gobiernos en las décadas del 80 y 90. En 2003 se inicia un proceso de recuperación de derechos que abrió un nuevo horizonte para los y las trabajadoras, y el pueblo en su conjunto, pero sin po der desatar ni romper los nudos de dependencia y con tinuidades con el modelo neoliberal, lo que abrió las puertas para un nuevo zarpazo de la oligarquía en 2015 y la vuelta del FMI.
«Bienaventurados/as los/as trabajadores/as que - pese a la expulsión del mercado y las políticas neoli berales de los gobiernos - en los barrios, las ciudades y los campos después se unen, se organizan, gestionan, construyen identidad, luchan por la dignidad y desde su capacidad creadora siguen inventando el trabajo.
La crisis que vivimos, en nuestros barrios se tradu ce en las condiciones de vida y en los crecientes niveles de pobreza, desocupación, deserción escolar, inseguri dad, violencias, consumos problemáticos, etc. Entonces las tareas y actividades que hacen al cuidado comuni tario, que naturalmente en los barrios van surgiendo, requieren mayores niveles de organización y articula ción, pero también de un fuerte y activo rol del Estado, reconociendo, potenciando al sector, equipando cada una de las actividades que garantizan los cuidados co munitarios en el territorio y generan trabajo.
La misión es «sostener
Las décadas de infierno neoliberal encontraron re sistencia en la lucha popular de los y las trabajadoras desocupadas y las generaciones que nunca tuvieron un trabajo digno ni gozaron de derechos, quienes no re signaron su identidad como trabajadores/as y desde su capacidad creadora inventaron nuevas formas de trabajo, pese al descarte del mercado, la desidia de los gobiernos y la demonización de un sector de la socie dad. El camino de lucha también significó un camino de maduración política e ideológica de los trabajadores/as de la economía popular y se ve en su devenir histórico, como movimiento piquetero, luego como movimiento de desocupados y movimiento de trabajadores desocu pados, después como movimientos u organizaciones populares, hasta conformar confederaciones y sindi catos que representan el universo de actividades de la hoy llamada «economía popular». Entre las conquistas y derechos alcanzados por los movimientos populares y los y las trabajadoras/es de la economía popular, que son una voz profética en la historia de las últimas décadas, está el salario social complementario, hoy llamado «Potenciar Trabajo»1, que no es un plan de asistencia social, ya que cada ti tular realiza una contraprestación con su participación en proyectos socio-productivos, socio-laborales y/o socio-comunitarios o a través de la terminalidad edu cativa. El programa de trabajo representa el 50% del Salario Mínimo Vital y Móvil, al cual está atado por ley, lo que le permite discutir paritarias. Los y las más de 1,2 millones de trabajadoras/es que incluye el programa de trabajo realizan diversas actividades que preexisten al programa, que surgieron como respuesta a la expulsión del mercado y la exclusión de las políticas neoliberales de los gobiernos. El sector de la economía popular se desarrolla en las ramas del reciclado, producción y comercialización de alimentos, construcción, textil, venta ambulante, cuidado socio-co munitario, agricultura familiar y pesca artesanal, entre otras. El último informe del Registro Nacional de Traba jadores/as de la Economía Popular (RENATEP) arroja datos contundentes sobre el sector: hasta agosto de 2021 lleva registrados 2.830.520 trabajadores/as, señala que el 57,4% son mujeres y 64,2% de los/as trabajadores/as inscriptos tienen entre 18 y 35 años. También, subraya que, en 7 provincias del noroeste y noreste argentino, y por los y las trabajadoras de la economía popular supe ran a los y las del sector privado. Las tareas socio-comunitarias y productivas de las iglesias, comunidades y organizaciones comunitarias basadas en la fe que integran la Pastoral Social Evan gélica, son parte del evangelio en el que creemos y pre dicamos; no son solo amor al prójimo/a, al pueblo y servicio a Dios; sino que también es trabajo, sostener la vida y llenar el hueco que deja el Estado cuando decide no estar presente o lo hace profundizando los niveles de exclusión. Por ello, venimos trabajando para que los equipos de trabajo socio-comunitario, las unidades productivas, las cuadrillas de trabajo, etc., tengan como base salarial el Potenciar Trabajo y así contribuir con el fortalecimiento económico de las familias que integran o se vinculan con nuestros espacios.
Pastor Diego Mendieta Pastoral Social Evangélica
1Programa Nacional de Inclusión Socio-productiva y Desarrollo Local «Potenciar Trabajo» la vida»
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¡Porque ellos/as transformarán la historia!»
Término que hace referencia a un tema musical recurrente en una composición’ y, por extensión, ‘motivo central recurrente de una obra literaria o cinematográfica’. RAE
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) plantea una relación entre el estrés laboral y ciertas en fermedades mentales relacionadas con los factores so ciales, económicos y tecnológicos. Un claro ejemplo se evidencia en la exigencia de estar siempre disponibles, aun cuando no lo estamos, ya que a partir del acceso universal a la tecnología móvil estamos en permanente contacto con el trabajo. Entonces, se han preguntado ¿qué tipo de conse cuencias podría generar el pluriempleo? Los y las invi to a que puedan llevar este interrogante al plano perso nal, y se cuestionen de forma retórica: ¿en qué medida el pluriempleo me afecta? ¿Esto me genera un desba lance? A su vez, si entiendo que me afecta, puedo ge nerar cambios en pos de conseguir un estado de salud? Si en alguna medida, usted lograste conectar es tos interrogantes con tu situación personal, es pues, ya un sinónimo de conciencia; entendiéndola como el primer motor de cambio, a saber: al identificar que algo me genera un daño, cuento con la primera herra mienta para modificarlo. En este tiempo de pandemia, las personas entendi mos que lo valioso está signado por los vínculos, y pusi mos de manifiesto que las crisis son oportunidades de cambio. Por lo tanto, la invitación es a identificar cier tas estrategias que nos acerquen al equilibrio entre el trabajo y la salud. Es decir, poder identificar límites, to marse un descanso, administrar el uso de la tecnología, identificar tareas que me lleven al disfrute, aprovechar del tiempo libre, etc.
¿Me siento satisfecho/a con este empleo? ¿Es lo que pretendo para el resto de mi vida laboral? ¿Puedo ge nerar cambios? ¿Estoy cuidando de mí mismo/a? Natalia González Lic. en Psicología Coordinadora de Programas Centro de Servicio Social El Pastoreo
En estas líneas pretendo generar con el lector y la lectora, una breve reflexión sobre el pluriempleo y la salud, entendiendo que ambos conceptos se encuen tran en permanente relación, y siendo, en todo caso, uno de los tantos desafíos de la modernidad: generar el equilibrio necesario para que el trabajo no se convierta en «leitmotiv».1Cuandohablamos
Pluriempleo y Salud Los avatares del laborioso
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), «la salud es un completo bienestar físico, mental y social», y no la ausencia de enfermedad. La salud y el trabajo, se constituyen como procesos altamente complejos, ambos en relación recíproca. Por ende, las condiciones de trabajo y el medio ambiente laboral, podrían desencadenar procesos saludables o nocivos para las personas. Cuando hablamos de pluriempleo hacemos men ción a dos o más actividades laborales que desempe ña una misma persona. El pluriempleo afecta hábitos como el sueño y la alimentación, entre otros; los cuales inciden directamente en los estados de salud. Un tra bajador o trabajadora podría dedicar sus horas de al muerzo para adelantar tarea, reducir su descanso, etc. En este sentido, el cuerpo y el cerebro -que funciona de manera literal-, entiende que el tiempo no alcanza, ge nerando mayores cantidades de cortisol, dando como resultado la presencia de un estado de alerta perma nente, es decir, estrés.
«El trabajador pone su vida en el objeto, pero a par tir de entonces, ya no le pertenece a él, sino alKarlobjeto»,Marx
“ Como bien sabemos, los intereses de las personas van cambiando en las diferentes etapas evolutivas que atraviesa. Si en alguna medida, lográramos «crear los ambientes que habitamos» tendremos los recursos necesarios para hacer del trabajo un medio y no un fin en sí mismo.
“
de salud, entendemos el término en su más amplio sentido, a sabiendas de que los seres humanos y humanas estamos integradas por diversos aspectos: físico, mental, afectivo, social, económico, etc.
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Ahora pues, el pluriempleo en sí mismo no tiene por qué ser perjudicial, siempre y cuando no se perpetúe a lo largo de la vida de las personas. Es aquí donde cabe la pregunta sobre la sostenibilidad, es decir, ¿hasta qué punto una persona puede sostener el pluriempleo a tra vés del tiempo? Lo cierto es que no por mucho. En este sentido, la vida familiar y la vida personal son a menudo las primeras señales de alerta. El ser hu mano/a cuenta con un sensor altamente poderoso, y no siempre podemos escuchar cuando nos alerta. En tonces, cuando aún no alcancen los síntomas físicos, las condiciones familiares o el estado de ánimo, surge como una panacea casi ineludible, el sentir individual.
Bien es sabido que, en un mundo capitalizado, las personas suelen acumular horas de trabajo en pos de per seguir sus metas, muchas de ellas, mediadas por el factor económico. Ello de por sí no implica a priori un proble ma, hasta que nos detenemos a pensar, y en el resumen diario, estuvimos más de la mitad del día en tarea laboral. Es entonces allí, donde surge la interpelación acerca del trabajo y la salud puesta en juego para sostenerlo.
En el 2017 nació mi hija, Clara. Cuando apenas te nía tres meses me invitaron a ser parte del equipo edi tor de Página Valdense. Ahí, en las primeras reuniones se despertó mi deseo de dedicarme a otra cosa, desde mi casa. Así fue que, en el auge de las redes sociales, de cidí contactar a una diseñadora para proponerle gestio nar redes sociales de pequeños negocios, empresas y emprendimientos. Empezamos de a poco, primero con unrestaurante de acá, de Colonia del Sacramento; y des pués de ese llegó otro, y esa persona recomendó a otra...
Pasaron los años y llegó la pandemia. Mi compañe ro se quedó sin trabajo, el mío continuó y, de hecho, se duplicó o triplicó. Esta situación, entre un mayor tra bajo y las tareas de cuidado -tanto de Clari como de la casa- me llevó a buscar un lugar fuera de casa para trabajar, sobre todo para poder concentrarme y dispo ner de tiempo solo para cumplir con los compromisos laborales. El primer lugar que adopté como «oficina» fue en la Iglesia Valdense, en el espacio donde lxs niñxs van a la escuelita bíblica. Tenía lo necesario: una mesa, una silla, un baño y llegaba internet desde la casa pas toral. Así que, empecé a alquilarlo. Iba los días que ne cesitaba, pero sin importar qué ropa tenía puesta, cómo estaba peinada, si estaba maquillada o no porque ni mi cara ni mi cuerpo eran visibles en mi trabajo. En mi caso, mi compañero tiene una discapacidad visual y durante la pandemia le salió una pensión, así que gracias a eso pudimos organizarnos con el cuidado de Clari: él se queda en casa con ella toda la mañana, a la tarde va al jardín. Es cierto que toda esta nueva diná mica hizo que en casa se invirtieran los roles, no por que estuvieran estipulados por una cuestión de género sino por lo laboral: antes yo trabajaba en casa y Diego afuera, ahora él era quien estaba en casa y yo afuera. Desde ese momento cambió todo en nuestra organiza ción, yo hago muy pocas tareas domésticas porque él es quien está más tiempo en la casa.
Así como mencioné las ventajas, también es cierto que este trabajo tiene la necesidad de la instantanei dad, y muchas veces resulta imposible tomarse vaca ciones, quiero decir, vacaciones pudiendo dejar el te léfono. Muchas veces me siento saturada, sobre todo porque hay detrás un trabajo de hormiga para todas las personas que emprendemos, somos nuestras propias jefas y lo laboral se mezcla con lo cotidiano. Siempre estoy haciendo algo, muchas veces varias cosas a la vez. Cuando mi casa era también mi espa cio de trabajo, con el sólo hecho de estar ahí pensaba: «ya que estoy, pongo el lavarropas, barro el piso y saco aquella telaraña; le doy de comer a la gata, saco a pa sear al perro». Trabajar fuera de casa hizo que mis ho ras valgan el doble o el triple. Lis
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Las mujerestrabajoy el Compartimos aquí pequeños testimonios de mujeres en el mundo laboral: Vannia, siendo migrante y buscando un trabajo que garantice buenas condiciones; Lis, inten tando equilibrar el emprededurismo con la maternidad; y Elvira, una ama de casa jubilada. Soy Lis, licenciada en Comunicación Social, me recibí en La Plata. Actualmente vivo en Colonia del Sacramento. Hace unos años tenía un trabajo fijo de seis horas diarias como telefonista de una empresa de emergencia móvil, tenía libres los miércoles. Cuando me enteré que estaba embarazada, con Diego -mi compañero-, sentimos que era un estado para transitar en calma y en un espacio agradable de trabajo, que no era el que estaba viviendo.
Fue así que decidí comenzar a trabajar en mi casa, dando sesiones de reiki. Claro que esto no completaba el sueldo, de hecho, no llegaba ni a la mitad de los honorarios que percibía en mi trabajo anterior; pero me daba mucha calma a nivel emocional, que era lo que estaba buscando.
Al poco tiempo la diseñadora consiguió otro trabajo así que seguí sola como community manager; y si bien es un trabajo donde se necesitan capacitaciones constantes, porque las plataformas digitales se transforman conti nuamente, con el sólo hecho de tener internet me daba la «libertad» de poder viajar y trabajar al mismo tiempo.
Otra ventaja que me daba este trabajo es que podía estar las 24 horas con mi hija, que siendo beba me nece sitaba más. En ese momento, mi compañero trabajaba fuera de casa, así que no estaba por unas nueve horas aproximadamente.
Cuando Clara fue creciendo y de mandando más presencia, más mirada, más atención, más cuidados; esa dinámica empezó a complicarse.

Todas estas tareas llevan su buen tiempo, por ejem plo, alimentar a los animales que criamos y ordeñarlas puede llevar algo de una hora y media. El resto de la mañana la utilizo para las tareas domésticas, aunque algunas cosas no las hago todos los días como lavar ropa y planchar. Por la tarde me dedico a la huerta y el jardín, pero tampoco todos los días. A veces visito a mis vecinos y vecinas, voy a gimnasia y viajo a la ciu dad para hacer compras, ir al médico/a o a la farmacia. Además, los martes cada 15 días, participo de las reu niones de mujeres. Mi rutina diaria luego de jubilarme no cambió mu cho, aunque sí quizás no tenga tanta exigencia como antes. Todas las tareas que nombré antes las hago sola, salvo el ordeñe que lo hacemos con mi esposo; aunque claro que me ayuda cuando estoy enferma o en alguna ocasión especial. Cuando era más joven tal vez no consideraba el ser ama de casa como un trabajo, porque me crié con esa forma de pensar, pero hoy sí, lo veo como un trabajo al igual que cualquier otro. Pienso que es porque la figura de la mujer es vista de otra manera, se nos respeta un poco más, por lo menos en algunos lugares, aunque no en todos. Hoy en día no es difícil ser ama de casa, por lo me nos en mi caso, porque tengo muchas comodidades: luz eléctrica, agua, gas, lavarropas, etc. Cuando me tocó criar a mis hijos era más complicado porque no tenía mos luz, teníamos que acarrear agua potable de la casa del vecino y para lavar la ropa traíamos del arroyo o tajamar, y además no siempre teníamos gas, en esas ocasiones teníamos que cocinar a leña o en el fogón. Elvira en la reunión de mujeres Hace muy poco hubo una caída de redes sociales que duró unas 9 horas, por ese período me quedé sin trabajo. En ese momento supe que esto no sería para siempre. Como le pasa a la gran mayoría de las perso nas que emprendemos, soy consciente de que en cual quier momento este proyecto puede morir, por múlti. ples razones: porque deja de existir -sobre todo en el caso de las redes sociales-, deja de gustar o de usarse. Así fue que esa caída se transformó en un motivo para pensarme, para explorar mi capacidad de reinventarme y de pensar a dónde quiero ir, por dónde quiero seguir. Mi nombre es Vannia, llegué a Argentina en 2007. Soy boliviana, tengo dos hijos: Jade de 12 años, que está en Bolivia con mis padres, y Antony de 7 años que vive conmigo. Soy costurera en la ac tualidad, solo hago changas en costura, no tengo un trabajo seguro. Trabajé un tiempo en limpieza, pero se molestaban cuando pedía permiso así que decidí volver a la costura. En la pandemia empecé a colaborar en la entre ga de bolsones de alimentos en la Iglesia Valdense de Flores (Bs. As.), dando una mano en diferentes acti vidades y gestiones en esta tarea solidaria. Una tarde me contactó el pastor Alfredo y me preguntó si yo quería participar en el Programa So cial Potenciar Trabajo, le dije que sí y fue una gran alegría para mi cuando nos confirmaron, el 8 de marzo 2021, que aceptaron la solicitud y que nos iban a depositar cada mes. Fue una gran bendición, gracias a esta oportunidad estoy pagando unas deu das, también me ayuda con la compra de los alimen tos y con el alquiler. La verdad yo estoy muy agra decida con la iglesia y con todos los que hicieron los trámites. Este año pago todo y haré todo lo posible en cumplir un sueño: tratar de abrir un taller con guardería para ayudar a las personas que son ma dres solas, para que puedan trabajar cerca de sus hijos y salir adelante. Nunca me cansaré de ayudar al prójimo/a.Enoctubre de 2021 pude participar, junto a otras mujeres vinculadas al trabajo diacónico co munitario, de un taller de formulación y gestión de proyectos realizado por el CREAS y la Pastoral Social Evangélica en la Iglesia Reformada de Barracas. Fue una instancia de intercambio y fortalecimiento de las experiencias de servicio que se hacen en distin tas iglesias de la ciudad. Vannia y Alfredo
Mi nombre es Elvira Kerbs, soy de las cercanías de San Gustavo en la provincia de Entre Ríos. Mi ocupa ción es ama de casa, entre las principales tareas que hago están limpiar la casa, lavar ropa, cocinar, ordeñar, cultivar la huerta y el jardín, atender los conejos y ca bras que criamos para consumo propio, aunque algo también vendemos. Algunas de estas tareas nos dan un ingreso económico, como lo que mencionaba recién, la venta de cabras, conejos y leche.
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Quienes se expresan así ven en las cualida des personales factores que están solo bajo su control, como habilidades, la capacidad de trabajo o el capital invertido.
Meritocracia vs. Bien común
Pero no tienen en cuenta todo lo que provee el Estado o la demanda de habilidades que una socie dad pide en determinado tiempo; por ejemplo, Mara dona no hubiera tenido el éxito deportivo y económico que tuvo si hubiera nacido a principios del siglo pasado.
Las y los reformadores nos enseñaron que tenían otra cosmovisión comunitaria y no centrada en el indivi dualismo y la meritocracia. Entendían que la salvación es por gracia de Dios y mediada por el amor al prójimo/a. Los recursos de la iglesia se utilizaban para acciones co munitarias, para que todos y todas tuvieran acceso a una vida digna basada en el trabajo como organizador social, o con la creación de escuelas, hospitales, hogares para huérfanos/as y ancianos/as, préstamos a muy bajo interés, etc. Para ellas y ellos, la economía no tenía un fin en sí misma, el trabajo y la producción debían tener en vista la necesidad humana y el bien común. La Biblia nos muestra que todo pueblo se constitu ye a partir de una distribución de lo que es común. Pero no todos ni todas reciben lo mismo y cuando esto suce de, hay reclamos por las asimetrías en la distribución de bienes. Quienes se quedaron sin su parte, reclaman disminuir esas asimetrías. Veamos que nos dice Jesús en esta parábola de los tra bajadores de la viña -en San Mateo capítulo 20 versículos del 1 al 16-. Haremos una lectura relacionada al tema que estamos tratando: meritocracia versus bien común. Dice el pasaje que el Reino de Dios se parece a un propietario de la viña (Dios), que sale al amanecer -6 de la mañana- a buscar jornaleros, humanidad. Hay que te ner en cuenta que la vendimia hay que hacerla rápido antes del tiempo de lluvia, por eso sale a buscar traba jadores a distintas horas. Con los primeros, acuerda un denario, equivalente a una jornada de trabajo de 12 ho ras. Volvió a salir a las 9 y volvió a salir a las 12, y luego a las 17 horas, estos últimos trabajaron solo una hora, ya que la jornada terminaba a las 18. A todos estos últimos les dijo que le iba a dar un precio justo. Al final del día le dijo al capataz que llamara a los últimos y les dio un denario. Los de las primeras horas pensaron que ellos iban a recibir más dinero porque habían trabajado des de temprano. Pero también ellos recibieron un denario. Los primeros se quejaron por el trato desigual y le recla maron según sus méritos, a lo que el dueño les dijo que les había pagado lo acordado, un denario y que él quería darle a estos últimos el mismo jornal que a los primeros. Acá vemos que no hay un solo sistema económico, el problema es cuando sí lo hay: el capitalismo y su me ritocracia. En esta parábola hay tres sistemas: primero, un sistema de retribución, un acuerdo de un denario a los primeros. Segundo, un sistema de compensación, no dice cuanto les va a pagar, lo justo dijo. Tercero, un sistema de sustitución, forma de justicia que asegura la vida. Aparecen tres sistemas económicos, nunca puede optarse por uno solo si se quiere preservar la vida dig na. Este pasaje nos enseña que debe haber una plura lidad de sistemas económicos. Acá vemos el concepto bien reformado de la gracia, que es otra forma de jus ticia, la divina. La gracia de Dios es la mayor crítica a la economía de mercado, es el plus de la justicia divina.
frases como esta: «las personas que se esfuerzan más obtienen mayores ingresos eco nómicos».
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Pero no son expresiones solo de las clases dominan tes, también las hallamos en las clases dominadas que, para explicar su situación y aceptar que haya una mi noría social que merecen su lugar en la jerarquía social, justifican sus desventajas en factores fuera de su control.
¿Es malo tu ojo, porque yo soy bueno? Tú tienes un mal ojo porque mi corazón es bueno. Las personas que se quejan basadas en sus méritos están viendo una parte, Dios está juzgando con otra medida, aparece la justicia sustitutiva que garantiza la vida de las y los trabajado res desocupados que quedaron fuera del mercado.
Las y los cristianos, a la luz del evangelio de Jesús, es tamos preocupados por el fenómeno de la desigualdad social producto de un sistema económico injusto. La cri sis financiera de nuestro sistema capitalista actual pro voca la demanda de las mayorías que viven de su trabajo por mayores redistribuciones de recursos y riquezas, tema que nos lleva al estudio de uno de los elementos que legitiman la desigualdad social: la meritocracia. ¿Qué entendemos por meritocracia? La meritocra cia se puede definir de manera general como la idea, implícita o explícita, de que se recibirá una compensa ción proporcional a nuestros méritos, dentro de la es tructura jurídica y económica de las y los socialmente aceptados. (Bell 1977, Young 1962). Si bien el mérito de reconocer importantes roles sociales a personas calificadas por sus dotes y esfuerzo es positivo, vemos en nuestros tiempos que la meritocracia tiene su lado oscuro ya que las conductas que alientan tienen como consecuencia que haya ganadoras y perdedoras, y esto es corrosivo para el bien común.
Vemos que aquellas personas que tienen un mayor nivel de ingresos económicos y educativos perciben y prefieren más el modelo de la meritocracia como una forma de legitimar su posición en la sociedad, mientras sucedería lo contrario para aquellas de menor status social. En este sentido, la meritocracia se convierte en una forma de legitimación de las desigualdades socia les, fomentada por las clases dominantes, propietarias de los medios masivos de comunicación y de la forma ción cultural Podemosvigente.escuchar
¿Cómo es posible que la mayoría de la población tra bajadora en países democráticos, con infinitas riquezas en recursos naturales y humanos, vivan bajo la línea de pobreza o en niveles de desigualdad con respecto a una minoría social que concentra casi toda la riqueza?
De esta forma, Dios nos enseña que en la economía del Reino se superan las asimetrías que generan des igualdad, Dios siempre quiere el bien común, que todos y todas tengamos acceso al trabajo y la producción para ga rantizar una vida digna. Los últimos serán los primeros.
Pastor Dr. Fernando H. Suárez
Relato de un encuentro PÁGINA VALDENSE I
Ciertamente lo sospechaba, pero fue un placer en contrarla muy entusiasmada con la propuesta y muy agradecida de que la recordara para compartir un poco de su historia. Tal como me dijo Noris, este ejercicio, no sólo de contar y escribir, sino de compartir y leernos «nos hace bien a todos» Noris nació en 1935. Creció y vivió hasta venirse al Hogar en la comunidad de San Pedro. Tiene 87 años.
“ “ «Tengo una vida que considero plena, aunque no estuvo exenta de difi cultades, y doy gracias a Dios por ella, intento siempre estar aprendiendo y gozando de todo. Ese es mi carácter».
Tuvo una familia pequeña integrada por su papá, su mamá y su hermano menor. Transitó su infancia como la mayoría de las personas de aquellos tiempos, yendo a caballo a la escuela, por ejemplo, y tuvo la dicha de estar cerca de sus abuelos. Quienes conocen a Noris sabrán que no hace falta mucho para que converse, basta con alguna pregunta o comentario y después todo fluye. Así que no tardamos en hablar sobre la fe. Me cuenta que desde chiquita la llevaban a la escuela dominical, aunque recuerda con cierta nostalgia: «creo que mi verdadera conversión fue a los 14 años, cuando falleció mi papá en un accidente en Montevideo. Fue muy duro. Creo que ahí sentí que tenía que agarrarme a algo muy fuerte y fue Dios. Y eso mismo sigo sintiendo hoy, en las alegrías y en las tristezas, siento que tengo a Dios cerca, o… sabes que no, es otra sensación: que Jesús está en el camino y me tiende la mano. Esa es la idea que tengo».Noris
«Soy10 una
Peeero, sé muy bien que: «A la abuela le podés mandar audios, emoticones, videos, mensajes por Instagram, lo que se te ocurra… maneja todas las redes». Así fue que me comuniqué con Noris por medio de WhatsApp para que me contara un poco sobre su historia de vida y de fe.
vieja feliz»
Cuando recibí la invitación de escribir esta colum na me entusiasmé mucho. Siempre me gustaron los re latos escritos, me transportan a otros lugares, a otros momentos, me emocionan. Debo confesar que nunca pensé que fuera a relatar yo un encuentro -siendo nieta de mi abuela Betty Benech y sobrina de Susana Negrin, dos grandes escritoras, la vara siempre está muy alta-, pero así se dio y espero poder transmitir de la mejor manera los sentipensares de éste... Comencemos contextualizando un poco. Como sa bemos, estamos saliendo de una pandemia mundial que nos llevó el tiempo a todas/os; pero aún así, con mis amigas/os nos seguimos juntando cada vez que podemos. Uno de mis amigos más queridos vive en San Pedro; con él y su prima, de nuestra misma edad, for mamos un trío inseparable en nuestros días de estudio de Montevideo -en aquel hermoso «CHE», Centro Ho gar Estudiantil de la Iglesia Valdense-. En sus anécdotas de niñas/os nunca faltó el amor por su abuela Noris; es por eso que al enterarme que desde hace un tiempito muy corto ella está residiendo en el Hogar de Ancianos de Colonia Valdense, pensé en hacer este relato. Intenté organizarme para poder visitarla y que así podamos disfrutar de la charla de otra manera, pero la mentablemente cuento con muy poco tiempo entre semana y mis horarios no coinciden con los del Hogar.

Cuando las dos nos damos cuenta que la charla iba terminando, me dice: «fue un gusto revivir todas esas cosas así que soy una vieja feliz». Y ya lo creo, es una vieja feliz porque se nota el entusiasmo, las ganas de compartir su vida y la impronta con la que afronta los cambios cada vez más rápidos de este mundo. Mi agra decimiento para vos Noris, por este tiempo comparti do, aunque haya sido virtual, y por esa alegría indes criptible para transmitir lo que viviste y lo que sentís.
Me cuenta que cuando se casó, se fueron a vivir a la casa que había sido de los pa dres de su esposo, una casa muy hermosa con un jardín de maravillas. Recuerdo que alguna vez tuve la oportu nidad de visitarla. Las primeras piezas tienen 102 años: «es una belleza como está de cuidada y arregladita. Fui muy feliz allí y me costó dejarla, pero llegó el momento en que sentí que no podía estar sola». Con orgullo revive los tiempos en la iglesia de San Pedro: «siempre fui muy prendida a mi comunidad de San Pedro de la Iglesia Valdense, iglesia de campo a la que amo, a la que me costó dejar. Siempre fui activa, con breves períodos de intermitencia, pero creo que estuve entre 50 y 60 años en el consistorio. Claro que también participé en la Unión Cristiana, en la Liga Femenina, en todas las actividades». Hablamos sobre la necesidad y la importancia de estas actividades en el campo, por que además de la tarea de la iglesia de profesar la fe y tratar de mantenerla viva en la gente, enseñaba.
«Ahí aprendíamos mucho porque, tanto en la Unión Cristiana como en la Liga, eran reuniones sociales en las que todas las personas hacíamos lo que podíamos y nos empoderaba el hecho de que cada una ponía sus dones al servicio de las demás. Eso significó mucho en mi vida». Noris se casó muy joven, a los 18 años. Su esposo, Pablo Alberto Barolin Tourn también era valdense, «por los cuatro costados», me dice. Tuvieron cuatro hijas/os, se gún ella misma en dos etapas. Tenía 21 y 23 cuando na cieron las dos mayores, Alicia y Graciela, luego Alberto a los 29 y Miriam a los 36. «Una familia en etapas», co menta. La crianza de sus hijas/os fue similar a la suya, vivieron siempre en el campo, también fueron a caballo a la escuela salvo algunas veces que iban en bicicleta, pero no se estilaba llevarlas/os en vehículo. Sus nietas/os son diez, seis varones y cuatro muje res, y también llegaron en etapas. Me sorprende y me alegra la capacidad de memoria y el amor que profesa al hablar detalladamente de cada una/o de sus nietas/ os contando cada profesión y estudio, que revela la li bertad de diez personas de elegir y vivir a su manera; pero no sólo eso sino también el apoyo incondicional de una abuela orgullosa. De allí devienen los bisnietos, son tres y de ellos, por supuesto, que habla con un ca riño inigualable. «Están todos encaminados, estoy muy contenta, soy una vieja feliz». Aquí aparece por primera vez el título que decidí ponerle al relato, no sólo porque yo lo percibo, sino porque ella lo pone en palabras, con la importancia que eso tiene en su vida y en las vidas de quienes la Retrocedemosconocemos.al1953.
Seguimos con ese tema y me doy cuenta de que, al igual que muchas personas de su edad, Noris no tuvo oportunidad de ir al liceo, de tener estudios, y por lo tanto, estas reuniones como también las asambleas y las taras asignadas a cada una de ellas significaban oportunidades de aprendizaje que no tenían en otros espacios. Y en este sentido, me dice: «Aprendí a escri bir, a leer -siempre me gustó mucho la lectura- hacien do de secretaria o presidenta de las instituciones». To das estas tareas conjugadas con la crianza de sus cuatro hijas/os le llevaron buena parte de su vida. Su esposo, Pablo, la acompañó siempre; aunque el 12 de julio van a ser veintidós años que falleció. Lo recuerda con mu cho cariño. Desde ese momento, Noris quedó sola en la misma casa que se fueron a vivir cuando se casaron y que siempre arreglaron y mantuvieron hasta que deci dió comenzar esta nueva etapa en el Hogar.
PÁGINA VALDENSE I 11 “ “
«Mis hijos fueron haciendo sus propias vidas, todos se casaron y tiene hijos. Sinceramente no sentí eso que dicen del nido vacío, yo sentí que ellos tomaban alas y tenían su oportunidad de vivir», me dice y agrega: «con un esposo muy compañero nunca sentí el nido vacío, y después llegaron los nietos, los bisnietos… y ahora la vida continúa acá».
Ana Laura Negrin

PÁGINA VALDENSE I 12 Conexiones Espacio del Movimiento Juvenil Valdense | Año XXII |Junio 2022| conexionesvaldense@gmail.com

¿Qué ha pasado entonces con esta expectativa?
El problema es que esa primavera nunca llegó al ve rano, y en cambio nos sobrevino un otoño ecuménico. En cierto momento se alcanzó lo que parece ser un límite muy difícil de franquear. Las grandes iglesias, que se con figuran desde una tradición dogmática -Católica, Orto doxas-, son poco flexibles cuando esos dogmas y formas entran en cuestión. Lo mismo ocurre con su configura ción jerárquica. La hermenéutica bíblica marcó diferen cias y expuso las diversas visiones en la interpretación. Otras agendas propusieron temas que avivaron dis cusiones y conflictos: el lugar de la mujer en la iglesia y la sociedad, la respuesta ante las cuestiones de género, posicionamiento ante las diferencias y conflictos socia les, entre otras. Las diversidades culturales y la aper tura al diálogo con otras expresiones religiosas o ideo lógicas aportaron su cuota de tensión. No cabe ignorar que también entran cuestiones políticas y de poder. El propio crecimiento de algunas líneas del cristianismo -carismáticos, pentecostales- pusieron en el escenario nuevos actores que diversifican opciones y hacen más complejo el panorama. ¿Con quiénes queremos ser ecuménicos/as, y con quiénes no? Estas diferencias y tensiones no son uniformes. Quien compara las últimas encíclicas papales con res pecto a las cuestiones ecológicas y económico-sociales -especialmente Laudato sí-encontrará fuertes coinci dencias con algunos de los recientes documentos del Consejo Mundial de Iglesias -por ejemplo, Juntos por la Vida- e incluso, aunque un poco más diferenciados, con los «evangelicales» -Declaración de Ciudad del Cabo-.
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Aunque el diccionario nos diga que expectativa y espe ranza son sinónimos, no es así en teología. La expecta tiva se remite a algo visible -del lat. exspectātum ‘mira do, visto’-. Y la unidad visible, institucional, es lo que ha quedado en entredicho. Pero, nos dice el apóstol Pablo: «la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos» -Ro 8:24-25-. Creo que hay que postergar las expectativas para asu mir la esperanza, que es don del Espíritu. Déjenme jugar un poco con las palabras y sus raí ces griegas. Lo «ecuménico» se refiere al mundo habi tado -oikou-mene, la casa habitada-. Otras dos palabras de gran actualidad tienen la misma raíz: lo ecológico -oikos-logos, la razón de la casa- y lo económico -oi kos-nomos: la ley de la casa-. Lo que está en juego en la realidad global hoy no es tanto la unidad de las iglesias, porque lo que está en riesgo es la casa común.
Pero la continua consagración de santificaciones y el estímulo a las peregrinaciones, la concepción sacrificial que sigue imperando en la práctica de los santuarios, de la expectativa a la esperanza
El barco ecuménico parece haber sufrido ciertas ave rías que amenazan con hacerlo naufragar, o al menos detener su marcha.
Néstor Míguez
“
por otro lado, remarca diferencias con el mundo evan gélico, así como el fundamentalismo divide a muchas confesiones. Hay labores conjuntas entre diferentes denominaciones en el campo del trabajo social, pero muchas veces esas mismas tareas son puestas en difi cultades por las burocracias inherentes a las institucio nes eclesiales. Diferentes proyectos y modalidades de gestión hacen retroceder lo que eran logros. Incluso se cruzan cuestiones económicas a nivel local y mundial.
El riesgo del ecumenismo:
“ Si no hay una acción guiada por el Espíritu en el campo de lo ecológico y lo económico, es la propia condi ción habitable de nuestro planeta lo que puede naufragar. Será la posibilidad de trabajar juntos y juntas como pueblo de Dios para sostener nuestro mundo habitable lo que nos permitirá ser ecuménicos y ecuménicas en la es peranza de lo que aún no vemos. Hacia la segunda mitad del siglo XX creció fuertemen te la expectativa ecuménica en todo el mundo cristiano. La creación del Consejo Mundial de Iglesias, el Concilio Vaticano II, la múltiples conversaciones bi y multilate rales entre iglesias nacionales o regionales generaron la idea de la posibilidad de una mayor unidad cristiana. De hecho, hubo importantes logros en la educación teológica y formación cristiana común, himnarios y devocionarios compuestos en unidad, encuentros ecuménicos, liturgias compartidas, reconocimiento de bautismo y ministerio entre diversas confesiones, documentos que apuntaban a saldar antiguas disputas y reconciliar iglesias antes ene mistadas o distanciadas. Algunos acercamientos prospe raron -por ejemplo, valdenses y metodistas en Italia, o las iglesias en Unidad en Canadá y Australia-. Fue lo que se llamó la «primavera ecuménica».

PÁGINA VALDENSE I 14 omunicándonosCEspacio de la Federación Femenina Evangélica Valdense Las mujeres de la Biblia
Cuando el apóstol dice: «Todo lo puedo en Cris to que me fortalece», está hablando de contenta miento. Él había aprendido a depender de Cristo y estar alegre sin importar lo que estuviera pasando. Esto es lo que debemos aprender de este versículo, y lo que estamos llamados a imitar de Pablo.
Desde el Antiguo Testamento, pasando por el Nue vo Testamento y siguiendo por los primeros cristianos que llevaron el mensaje de Jesús por todo su territo rio y más allá, siempre hubo mujeres que participaron activamente de ese proceso de evangelización. Hasta llegar a nuestros días, donde seguimos librando bata llas de incomprensión, desapego a la palabra de Dios; donde hay muchas más cosas con las cuales lidiar: des creimiento, falta de tiempo para sentarse a reflexionar sobre los desafíos y el camino a seguir; pero tenemos el compromiso de continuar para que la palabra de nues tro Maestro no quede en el olvido. Confiemos que Él nos mostrará la senda, nos dará esperanzas como a esas mujeres, y muchas más que creyeron y Dios estuvo con ellas; así mismo, estará con nosotras también. Mantengámonos firmes, juntas y creyendo en el Creador de la vida y en Jesús, que por su gracia hemos sido perdonados y perdonadas.
Con abrazo fraterno, Ester Malán
«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece», es bastante diferente al que solemos imaginar. Con esa afirmación Pablo expresó su convicción de que Cristo era más que suficiente para él. Con Cristo en su vida él estaba lleno de gozo, preparado y fortalecido para enfrentar todos los retos y dificultades de la vida. Es por esto que cuando este versículo viene a nuestra mente y afirmamos «Todo lo puedo en Cris to que me fortalece», debemos preguntarnos lo si guiente: ¿Es Cristo suficiente para mí? ¿Vivo una vida llena de gozo porque le tengo a él en mi vida? ¿Confío en que Cristo me capacita y me fortalece para hacer frente a los problemas que se me presentan? Que Cristo, nuestro Señor, nos siga fortaleciendo. Abrazos, buenas noches y buen descanso. Ivonne Pereira Pastora Metodista en Chile Al terminar el día...
Me pidieron escribiera algo para esta página que tiene la Federación Femenina Valdense, y decidí ha cerlo sobre mujeres de la Biblia que han sido prota gonistas en momentos difíciles, que fueron parte de la genealogía de Jesús sin importar si eran descendientes del pueblo de Dios. Mujeres que fueron aceptadas por Él, por su gran fe y porque estuvieron dispuestas a realizar cualquier sacrificio que tuvieran que hacer; como por ejemplo Rahab, la prostituta que ayudó a los espías judíos en la toma de Jericó y que, por amor a Dios, dejó de serlo y junto a su familia se convirtieron. Luego de un tiem po, esta mujer fue la madre de Booz, quien se casó con Ruth, la moabita que fue fiel al Dios de su suegra, Noe mí. Dios aceptó su gran fe y la hizo partícipe de esa gran familia a la que vendría el Mesías. Si entramos en el Nuevo Testamente tenemos a María, María Magdalena, Salomé y varias mujeres más que, como ellas, caminaron al lado de Jesús; y como dije antes, a pesar de los sacrificios, su fe no se quebrantó.


El Predicador, que es el protagonista del libro, a partir de la pregunta por el sentido de la vida va a ir analizando sistemáticamente las distintas actividades que desarrollan las personas en busca de una vida ple namente lograda. En esta indagación por descifrar el enigma de la existencia y descubrir el sentido de las cosas, el Predicador va a llegar siempre a la misma con clusión: vanidad de vanidades, todo es vanidad. Es im portante destacar que dicha observación de la realidad y de reflexión profunda la hace con total independencia de juicio, apoyándose en su propia experiencia y en sus propios razonamientos. Si releemos los versículos citados al principio, nos encontramos con la pregunta acerca del provecho que saca una persona al trabajar sin descanso. Según lxs exégetas bíblicos, el libro posiblemente fue escrito a mediados o fines del siglo III a. C., cuando Israel estaba bajo el dominio del Imperio Ptolomeo, el cual desplegó una administración política y económica muy eficiente, pero que estaba basada en la explotación de la tierra y de los pueblos. Es decir, que todas las personas eran consideradas simplemente como mano de obra (bara ta), como fuerza de trabajo. Más adelante, en el capítulo 9 va a decir: «7¡Vamos, pues! Disfruta del pan que comes y goza del vino que bebes, porque a Dios le han agradado tus acciones. 8Vís tete siempre con ropas blancas; ponte siempre perfume en la cabeza. 9Goza de la vida con la mujer amada, cada instante de esta vida sin sentido que Dios te ha dado en el mundo. ¡Éso sacarás de trabajar y fatigarte tanto debajo del sol!» Ante la deshumanización del trabajo esclavizante, las injusticias, la maldad y la miseria que reinan en este mundo, el Eclesiastés concluye que lo mejor que puede hacer toda persona es disfrutar de comer el pan, gozar de beber el vino y de la vida con la persona amada. Y agrega «porque a Dios le han agradado tus acciones», lo que podemos intuir como una crítica al Templo y su incremento de los rituales de sacrificios (ofrendas) y de purificación. En 3:13 va a decir que el beber, comer y contemplar los beneficios del trabajo han sido conce didos por Dios, por lo tanto, hay que disfrutar de todo esto sin Paraculpas.elPredicador la vida encierra un gran miste rio para el ser humanx y no hay forma de develarlo, ni siquiera a través de la sabiduría, la obra que Dios rea liza en el mundo es incomprensible para las personas. De allí los versículos del capítulo 3 que anuncian que todo tiene su tiempo en este mundo, dando cuenta de diversas acciones contrarias que conllevan la decisión humana pero también las circunstancias que nos con dicionan. Para Eclesiastés, este mundo está regido por los tiempos de Dios y como en su realidad todo es va nidad, se puede intuir que también habrá un tiempo de no-vanidad, pero esto es un enigma para la humanidad. Hoy en día también vivimos en un mundo atrave sado por las injusticias, la maldad y la miseria, el traba jo esclavizante y una cultura que nos deshumaniza. Y ante tal situación, la invitación a detenernos a observar y reflexionar profundamente, con libertad de espíritu, es urgente. Reencontrarnos con los placeres cotidia nos, reivindicar nuestros cuerpos y poner la vida digna como prioridad es un desafío y una propuesta libera dora para transformar-nos. Que nuestro día a día tenga como horizonte válido cuestionarnos y buscar conver tir nuestro vínculo con Dios, con nosotrxs mismxs y con las demás personas con las que compartimos la vida. Que podamos dejar en manos de Dios lo imposible, haciendo lo que sí está a nuestro alcance: fortalecer y renovar nuestro compromiso con la plenitud de vivir, construyendo espacios vinculares de cuidado y solida ridad, afirmando el derecho a ser libres y a disfrutar de los placeres cotidianos.
Yanina Vigna Equipo editor
Ilustración Penélope Chauvié
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El libro de Eclesiastés comienza diciendo «estos son los dichos del Predicador, hijo de David, que reinó en Jerusalén» y completa los primeros dos versículos sentenciando «¡Vana ilusión, vana ilusión! ¡Todo es vana ilusión!». Esta última frase será repetida a lo largo del libro, puede ser traducida también como vanidad de va nidades, remitiendo su sentido al vacío o al absurdo.
¿Quéalcanceeslo que está de tus manos? Eclesiastés 2: 22En fin, ¿qué saca el hombre de tanto trabajar y pre ocuparse en este mundo? 23Toda su vida es de sufrimien tos, es una carga molesta; ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y esto también es vana ilusión!

«Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibamos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común» Eduardo Galeano
