Educación: de la comunidad a la academia

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EDUCACIÓN: DE LA COMUNIDAD A LA ACADEMIA

I- La educación cristiana comunitaria

Escuela Dominical

Como valdenses, acostumbramos llamar “educación cristiana” a la actividad que desarrollamos específicamente con niños y niñas. Muchas veces olvidamos que educamos y somos educados durante toda nuestra vida en una actividad más rica y compleja de lo que pensamos.

Educación es algo más grande y completo que instrucción. Implica informar, dar a conocer, enseñar, adiestrar, pero también “sacar de adentro”, desarrollar, perfeccionar los dones que recibimos.

Nuestras comunidades dedican tiempo y esfuerzos a la educación. Una de sus funciones, es mantener (o reproducir) y hacer crecer (no solamente en número, sino en la relación entre sus integrantes y con Dios) la misma comunidad. Otra, tender al desarrollo pleno de cada uno de sus miembros, capacitarlos para estar en el mundo sin ser del mundo.

Podemos decir que la actividad formal de educación cristiana destinada a la niñez fue y sigue siendo una actividad desarrollada casi siempre por personas laicas con más o menos formación, de forma honoraria. Los recursos materiales necesarios casi nunca se visualizan en los presupuestos de cada congregación, ni en los presbiteriales o sinodales.

Las afirmaciones anteriores no invalidan el hecho de que la continuidad ha sido una de sus características, y que ha contado con la preocupación de cada comunidad por disponer de los recursos humanos, locativos, metodológicos, y otros que le permitan desarrollar su labor de la mejor manera.

En el período que nos ocupa -mitad del siglo XX hasta la actualidad- los locales donde funcionaron

y funcionan escuelas dominicales o bíblicas son las instalaciones destinadas al culto y dependencias anexas, locales de obras de barrio y hasta casas particulares en lugares donde no se contó o cuenta con otro sitio.

A nivel de iglesias locales, la mayor preocupación que se observa a lo largo del tiempo, es registrar a cargo de quién/quiénes se encuentra la actividad, y el número de participantes. En muchos casos los informes no consignan con qué planes y materiales se trabajó. Estas inquietudes aparecen especialmente a nivel sinodal, donde también se encuentra preocupación por la capacitación de maestras y maestros.

Los programas de enseñanza han sido muy variados, respondiendo a cada momento histórico y a los enfoques teológicos respectivos. Se encuentran currículos y materiales elaborados localmente y algunos con alcance regional y hasta rioplatense, producidos por la iglesia o de manera ecuménica.

Desde lo institucional. Conferencias y Sínodos. Comisiones de Escuelas Dominicales y de Educación Cristiana

Desde la década del treinta del siglo pasado funcionaba una Comisión de Escuelas Dominicales destinada a trazar un plan de estudios uniforme (Actos 14/34; 43/35). En la década de 1950 se le recomienda organizar una reunión anual de “instructores” y cursos de preparación de líderes a nivel local, regional y general (Actos 38/50 y 43/52). También se le encomienda recoger impresiones y sugerencias sobre el Curso Hispanoamericano en uso en muchas Escuelas Dominicales (Acto 16/57).

En la década de 1960 se crea la Comisión de Educación Cristiana, se establece su integración, presupuesto, etc. (Acto 29/63). En 1965 se anula la comisión como tal, y se establece su fusión con el CUEC (Consejo Unido de Educación Cristiana, integrado por metodistas, discípulos de Cristo y valdenses) (Acto 26/65).

En 1975 vuelve a crearse la Comisión Valdense de Educación Cristiana, dos de cuyos miembros son los designados por el Sínodo para integrar el CUEC (Acto 60/75). Se le encarga poner en revisión todo lo referente a educación cristiana en cuanto a materiales, criterios educativos y fundamentos bíblico-teológicos y pedagógicos. También se le encomienda formular un plan educativo general de la iglesia y estudiar las bases teológicas y la organización de CELADEC (Comisión Evangélica Latinoamericana de Educación Cristiana) (Actos 44/76; 42/77; 37/78 y 27/79).

En 1980 se le indica seguir en la línea de capacitación de maestros. (Acto 48/80). Más adelante se le solicita coordinar con el Cuerpo Pastoral la tarea de preparación de materiales para escuelas dominicales y catecismo y reunir material sobre educación sexual y planificación familiar (Actos 38/84; 29/85 y 31/86).

En la década del 90 el Sínodo resuelve que todos los presbiterios cuenten con una comisión de educación cristiana, y que la comisión sinodal respectiva esté integrada con un miembro de cada presbiterio (Acto 21/91). Se asigna a la Comisión de Educación Cristiana todo lo referente a Mayordomía (Acto 23/92). Se insiste en su rol en la capacitación y difusión de materiales en ese campo (Acto 17/94). También se le pide a la Comisión la recopilación y/o elaboración de material sobre sexualidad destinado a las comunidades (Acto 26/95). Se le solicita que mantenga contactos con comisiones similares de iglesias hermanas para profundizar la tarea ecuménica, que provea materiales de reflexión sobre educación a las comunidades locales, y que centre su trabajo en orientación y formación para atender las áreas más críticas (Actos 25/96; 42/96; 10/98 y 7/99).

Ya en este siglo se le encomienda a la Comisión de Educación Cristiana con el Cuerpo Pastoral que elabore materiales para educación permanente y que trabaje con la Coordinadora de la Actividad Juvenil (CAJ) por el fortalecimiento y expresión de la fe de los-as adolescentes (Acto 12/2000 y

33/2000). En 2001 se exhorta a los Presbiterios a formar sus respectivas comisiones de educación cristiana, y se sustituye la comisión sinodal por un Equipo Coordinador para servir de nexo entre las comisiones presbiteriales, realizar asesoramiento técnico pedagógico, apoyar la capacitación, crear materiales o recopilar los existentes. (Acto 19/01). En 2003 se alienta al Equipo a continuar con su tarea.

En 2009 se reconoce la necesidad de que continúe la Comisión de Educación Cristiana, y que la integren personas con diferentes dones, no sólo maestros-as. (Acto 23/2009).

Planes, programas, materiales de trabajo. Lo institucional y la práctica

Tradicionalmente en nuestras comunidades llamamos “material” al escrito que informa acerca de un programa con contenidos bíblicos dividido en “clases”, con sugerencias para su desarrollo y detalle de recursos que pueden utilizarse. Puede estar acompañado de hojitas o cuadernillos para entregar a los-as niños-as como reafirmación de lo trabajado en el momento de encuentro, y posibilidad de compartirlo con las familias.

Pese a la conciencia de la necesidad de unificar criterios y temáticas y a las numerosas resoluciones en ese sentido, siempre se contó con variedad de materiales y enfoques en la educación cristiana de niños y niñas dentro de la iglesia valdense rioplatense. Las causas y alcance de esta situación, merecerían un estudio aparte.

A comienzos de la década de 1950 oficialmente estaba en uso un programa elaborado dentro del ámbito valdense rioplatense en la década de 1930 con la finalidad de contar con un plan de estudios uniforme para todas las escuelas dominicales. Contaba con impresos destinados a preparación docente, y otros para entregar a niños y niñas en cada encuentro.

Agotado ese material, se encomienda al cuerpo pastoral el examen de otro material didáctico interdenominacional (Acto 30/52). Más adelante,

(Acto 13/56) se encomienda a la Comisión Ejecutiva que estudie esos textos junto con la Iglesia Metodista, y a la Comisión de Escuelas Dominicales que recoja sugerencias e impresiones sobre este curso denominado Curso Hispanoamericano para Escuelas Dominicales (Acto 16/57). El Curso Hispanoamericano llegó a numerosas escuelas dominicales, aunque no hay registros del alcance de su uso.

Con la integración de la Iglesia Valdense al CUEC (1960), aparece en nuestras comunidades el material elaborado por ese organismo, cuya utilización es recomendada por el Sínodo (Acto 24/70). Cuenta con un nivel para preescolares y dos niveles para escolares. Trata de equilibrar los criterios bíblico teológico, psicológico y social. Propone, para cada encuentro, un tiempo de preparación previa del-la docente, sugerencias para el desarrollo de la “clase” y para la evaluación. Algunos maestros y maestras se vieron desbordados por esta propuesta, y decidieron no implementarla o hacerlo de manera parcial. En 1970 el sínodo recomienda al CUEC la edición de material simplificado y la orientación para su uso (Acto24/70).

En 1976 se resuelve poner en revisión todo lo referente a educación cristiana en cuanto a material y criterios educativos (Acto 44/76).

En 1978 se encomienda a la Comisión de Educación Cristiana la formulación de un plan educativo general de la iglesia (Acto 37/78). Al año siguiente se aprueba el documento “Estrategia educativa de la iglesia Valdense”, elaborado a partir de varias instancias participativas organizadas por la Comisión de Educación Cristiana. La comisión sigue trabajando, con ayuda pastoral, en la selección de temas bíblicos y preparación de un programa de trabajo para la actividad con niños y niñas. El programa en elaboración es utilizado como experiencia piloto en algunas escuelas dominicales de medios diversos. Se cuenta así con aportes y sugerencias que lo complementan.

En 1981 el Sínodo aprueba el contenido bíblico del programa básico para escuelas dominicales,

comúnmente llamado “Las etapas” (Acto 30/81). En sucesivos trabajos, este material fue sometido a revisión. Se le agregaron numerosas sugerencias metodológicas y ayudas prácticas, y fue editado en ejemplares atractivos y también en soporte electrónico. En 2009 se sugiere a todas las comunidades que utilicen el programa de las cinco etapas (Acto 23/2009).

Imposible reseñar todos los materiales usados en las numerosas escuelas dominicales y bíblicas. Muchos de ellos no están registrados en informes de conocimiento público en iglesias y presbiterios. Podemos citar materiales varios de Sociedades Bíblicas Unidas, traducciones de cursos completos de La Scuola Domenicale, traducción y adaptación de material elaborado por la Iglesia Metodista de Brasil, publicado por la Comisión Evangélica Latinoamericana de Educación Cristiana (CELADEC) con auspicio del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) con el título Cuadernos bíblicos para Niños y Niñas. En época de pandemia, en muchas comunidades se distribuyeron por redes sociales propuestas de trabajo con temas bíblicos para escolares y sus familias.

A nivel local y presbiterial se han elaborado y se elaboran planes y programas ocasionales y puntuales que responden a necesidades que se van presentando y de acuerdo con los recursos disponibles.

El equipo coordinador de escuelas bíblicas del Presbiterio Colonia Sur, a partir de 2023 está trabajando en la elaboración de “Aventuras con los amigos y amigas de Dios”, que consta de tres ciclos anuales. Las propuestas didáctico prácticas son elaboradas en encuentros de docentes. Este material es compartido a través de la página web de la Iglesia Valdense en el Río de la Plata.

Capacitación de maestros-as

En todas las comunidades hay personas dedicadas a prepararse y a trabajar periódicamente con los niños y las niñas. En muchísimos casos no son profesionales de la educación, pero sí gente con dones, convencida de que su tarea es necesaria,

que aportan en varios sentidos: enseñan historias bíblicas, tratan de relacionarlas con la vida de cada uno, cada una de sus “alumnos-as”, escuchan las inquietudes, alegrías y dolores, cantan, juegan y oran juntos-as, tratan de integrar las familias a esos encuentros de los que es posible irse con una sonrisa en los labios. No son personas perfectas, ni su tarea es perfecta. Tratan de tener en cuenta estos “principios”: los niños y las niñas son parte importante de las comunidades de fe, y por lo tanto es primordial ocuparse de ellos-as de manera continua y adecuada. Se intenta así cumplir el mandato de Jesús “Dejen que los niños vengan a mí…”

En los informes de las iglesias, la prolijidad con que se han registrado los nombres de los-as encargados-as de escuelas dominicales habla del reconocimiento de las comunidades hacia las personas consagradas a la tarea educativa, en la mayoría de los casos autodidactas. De alguna manera se reconoce y agradece su responsabilidad, y se colocan sobre ellos-as numerosas expectativas.

A nivel local, se consignan “desde siempre” reuniones más o menos frecuentes de directores-as, “instructores” y/o maestros-as de escuelas dominicales o bíblicas, para tratar temas de estudio, opinar sobre lo realizado y planificar actividades. Los Presbiterios organizaron y organizan capacitaciones, en el marco de sus asambleas o en fechas establecidas específicamente para esa actividad. Se ha recurrido y se recurre a personas capacitadas y con gran experiencia para hacer aportes en varias áreas vinculadas a la teología y la educación. A nivel ecuménico se ha contado con aportes del CUEC y el Centro Emmanuel.

A nivel institucional se refleja la preocupación por la formación continua de quienes se dedican a la enseñanza en la iglesia. Dan cuenta de ello los Actos 38/50; 10/58; 24/70; 21/72; 40/79; 48/80; 21/92, 17/94; 10/98 y 19/01.

Catecismo

El catecismo tradicional de preguntas y respuestas tenía por objetivos declarados enseñar a los-as

alumnos-as a leer la Biblia diariamente y grabar en su memoria los grandes acontecimientos de la historia de la salvación. En los exámenes que tomaba el Consistorio al final de cada curso, se destacaban los-as adolescentes que podían repetir con la mayor exactitud posible las respuestas que habían leído y estudiado de memoria en el correspondiente manual.

Catecúmenos-as de diferentes décadas, parecen recordar mejor que los temas bíblicos de cada encuentro, los ocasionales momentos recreativos o de compartir experiencias. Muchos-as manifiestan sentir un afecto muy especial por sus catequistas (laicos-as o pastores-as), reconociendo su capacidad de acercamiento y comprensión frente a esta etapa tan particular de la vida.

En las memorias de las iglesias de la década de 1950 y posteriores, se hacen notar las dificultades del catecismo. Se reiteran las menciones a la falta de interés de los-as alumnos-as, lo poco que estudian y las frecuentes faltas de asistencia. Muchas veces se llama la atención sobre el bajo rendimiento en los exámenes finales. Se exhorta a padresmadres a no descuidar el apoyo a sus hijos e hijas, impulsándolos a concurrir y estudiar.

Ya en este siglo, se informa sobre algunas actividades alternativas al tradicional encuentro semanal de una hora. Como ejemplo pueden mencionarse encuentros de fin de semana a nivel de iglesias locales con actividad variada, y “Jornadas de catecismo” que en algún momento sustituyeron los encuentros semanales en el Presbiterio Colonia Sur, concentrando catecúmenos-as de varias comunidades para dos o tres días de intensa actividad de estudio con diversas dinámicas, incluyendo también canto y recreación.

Lo institucional

En el período que nos ocupa, se establece que los cursos de catecismo tengan una duración de tres años (Acto 17/50). Se encomienda a los-as pastores-as que sigan el manual oficial. Posiblemente se trate del impreso en 1923. (Acto 37/54).

Hay inquietudes sobre el conocimiento y la utilización de materiales producidos en italiano y en otros idiomas. (Actos 17/51 y 18/58).

Se pide al Cuerpo Pastoral que estudie elaborar cursos de catecismo para diseminados-as. (Acto 26/61).

En la década del 70 se encomienda al Cuerpo Pastoral la publicación de cursos para primero y tercer año de catecismo. Hay referencias a manuales que ya han sido usados como prueba (Acto 29/67). Se manifiesta la preocupación por contar con manuales adecuados para catecismo de adultos-as-as. Se encomienda su creación al CUEC con Presbiterios. También se resuelve recopilar material ya usado. (Actos 18/74 y 54/75).

Las resoluciones de la década de 1980 evidencian la necesidad de preparación de catequistas, posibilidad de contar con cursos de catecismo breves, coordinación entre Comisión de Educación Cristiana y Cuerpo Pastoral para elaborar materiales. También constatan que la participación de los adolescentes en la vida de la iglesia requiere un estudio profundo (Actos 49/80; 38/84; 27/87 y 12/89).

La reflexión comunitaria sobre el catecismo y la búsqueda de alternativas, la capacitación teológica de catequistas, y el compromiso de las familias son los temas enfatizados en la década de 1990. En 1998 el sínodo hace suyo el mensaje juvenil que propone nuevas dinámicas para abordar el catecismo “evitando que sea etapa de culminación de la educación cristiana” (Actos 21/90; 7/93 y 36/98).

Planes, programas, materiales de enseñanza Tradicionalmente los cursos de catecismo están estructurados en tres años: primer año dedicado al Antiguo Testamento, segundo año al Nuevo Testamento, y tercer año a la Historia de la Iglesia. Por mucho tiempo se contó con materiales traducidos del francés o del italiano. Entre ellos se encuentran los editados en las décadas de 1970 El libro de la promesa y de 1990 Crecer en la fe, Llamados a ser libres, editados por el CUEC.

También se cuenta con materiales elaborados en el área rioplatense. Sus autores-as son pastores-as valdenses.

Capacitación de catequistas

En las iglesias con pastor-a a cargo de la comunidad, casi siempre el catecismo, ya sea de adolescentes o de adultos-as, ha estado o está a su cargo. Sin embargo, la actividad de catequistas que no son pastores-as consagrados se ha dado y se sigue dando. Ancianos de Consistorio, maestros-as de escuelas bíblicas y otras personas con dones y capacitación para la tarea han dedicado y dedican tiempo al catecismo. El Sínodo de 1980 encomienda a la Comisión de Educación Cristiana en consulta con el Cuerpo Pastoral estudiar la posibilidad de publicar un material para preparación de catequistas elaborado por un-a pastor-a (Acto 49/80). Si bien no encontramos registros del desarrollo de talleres o cursillos específicos y/o sistemáticos para capacitación de catequistas, su participación en instancias varias de capacitación en Biblia y/o en técnicas aplicadas a la enseñanza a nivel local, regional o general ha sido de valor para el trabajo con adolescentes o adultos-as. También lo ha sido la participación en actividades ecuménicas. Se pueden mencionar también aquí los aportes del CUEC y del Centro Emmanuel.

Conclusión

El papel que juegan los espacios de “educación cristiana”, llámense escuela dominical, escuela bíblica, catecismo u otros nombres que se considere adecuado darles, va mucho más allá de compartir las historias que tal vez recordemos desde nuestros primeros años de vida.

Tenemos que generar espacios donde la fe pueda manifestarse y crecer. Eso a veces implica palabras, pero mucho más, actitudes de vida, respeto a los seres humanos, relación con Dios y mucha, mucha esperanza. Si bien hay personas dedicadas con esmero a la educación en la iglesia, la tarea es de todos y todas, seamos o no maestros y maestras. Oremos pidiendo no ser obstáculo para que la niñez y la adolescencia se acerquen a Jesús.

II- La educación teológica protestante en el Río de la Plata. La Iglesia Valdense y sus hermanas en el campo ecuménico

Introducción

Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre [persona] de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. (II Timoteo 3:16-17)

No concebimos la vida de la Iglesia sin la formación teológica. No existen buenos ministerios eclesiales sin una buena preparación para su desarrollo. Es cierto que con el correr de los tiempos cambian los énfasis teológicos y las circunstancias sociales, culturales y económicas en las que las congregaciones están insertas. Pero la educación teológica es imprescindible si queremos contar con una vida cristiana comunitaria que tenga un buen respaldo en la comprensión bíblica, en la teología sistemática, en la historia cristiana, en la teología práctica, en la comprensión del ser humano, en la consideración de la perspectiva de género y en lo que respecta a una concepción ecológica del planeta.

En este artículo nos enfocamos en: 1- ofrecer una cronología sintética de la formación teológica desde fines del Siglo XIX en nuestro ámbito. 2- notas complementarias referidas a la implementación de diversas instancias de estudio teológico y social, así como a la difusión de literatura teológica. 3- algunas reflexiones sobre la historia de la educación teológica ecuménica.

1. Cronología sintética

1884: Comienzo del Seminario de Predicadores en Colonia Valdense, Uruguay, dirigido por los pastores Daniel Armand Ugon (valdense) y Tomás Wood (metodista).

1889: Continuación del Seminario Evangélico en Buenos Aires, Argentina, como obra de la Iglesia Metodista.

1917: Trabajo conjunto entre la Iglesia Metodista y la Iglesia Discípulos de Cristo (United Church of Christ de los EE.UU.).

1922: Fundación del Instituto para Diaconisas (Obreras Cristianas).

1928: Se une al Seminario Evangélico la Iglesia Evangélica Valdense.

1935: Organización y fundación de la Facultad Evangélica de Teología (FET).

1942: Unificación del Instituto para Diaconisas y la FET. Comienzo de la construcción del edificio nuevo en Camacuá 282.

1954: Fundación de la Facultad Luterana de Teología en José C. Paz, Provincia de Buenos Aires, como seminario evangélico de la confesión luterana para la región en lengua española.

1959: Fundación del Centro Emmanuel en Colonia Valdense, centro ecuménico de retiro y estudios teológicos y sociales con granja agroecológica y educativa.

1962: Fundación de la Escuela de Música Eclesiástica de la FET.

1969/70: Unificación de la Facultad Luterana y la FET en el Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos (ISEDET).

1974: Fundación de la Asociación Interconfesional de Estudios Teológicos (AIDET) por parte de ocho iglesias protestantes, las cuales pasan institucionalmente a ser las iglesias miembros del ISEDET.

1974 y años siguientes: Publicaciones de la serie Cancionero Abierto que contiene canciones cristianas para el uso en las congregaciones.

1975 y años siguientes: Clases de música por Extensión en Argentina y Uruguay.

1978 y años siguientes: Publicaciones de una serie de casetes de las canciones del Cancionero Abierto.

Final de la década de 1980: Radio FM del ISEDET (radio comunitaria).

1990/91: Finalización del Departamento de Comunicaciones del ISEDET.

1992: Cierre de la Escuela de Música.

1990 y años siguientes: EDUCAB (Educación Abierta a distancia), cursos teológicos para los ministerios de la Iglesia. Clases de Biblia, Teología, Liturgia e Historia de la Iglesia con publicación de muchos manuales.

2001: Oficialización provisoria del ISEDET como Instituto Universitario. Posibilidad de acceder a títulos oficiales de la Licenciatura, la Maestría y el Doctorado.

2001-2012: Escuela Bíblica de la Acción Apostólica Común en Villa Río Bermejito, Provincia del Chaco, Argentina, para personas de la etnia Qom (tobas) de Chaco y Formosa pertenecientes a diversas iglesias pentecostales. Esta escuela estuvo impulsada por la Iglesia Evangélica Valdense como miembro de la Acción Apostólica Común (CEVAA), el ISEDET y representantes de cuatro iglesias Qom.

2013: ISEDET pierde la categoría de Instituto Universitario. Vuelve a ser un instituto privado sin reconocimiento oficial de los títulos que otorgue.

2014-2015: Comienzo de la Tecnicatura Superior en Teología en el ISEDET en modalidad virtual.

2014-2015: Cursos de “La perla escondida” de la Iglesia Evangélica Metodista en la Argentina.

Diciembre de 2016: Finalización de las clases del ISEDET. Se cierra al público esta institución teológica debido a la imposibilidad de obtener el financiamiento externo necesario para su subsis-

tencia. Asimismo, se cierran al público las consultas a su biblioteca.

2017: Comienzo de los cursos del Instituto de Pastoral Contextual de la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU) con vistas a la formación de los diversos ministerios eclesiales.

2017-2018: Comienzo de los cursos de Teología de la Universidad del Centro Evangélico Latinoamericano (UCEL), Iglesia E. Metodista.

2017 y durante cuatro años: Capacitación para Laicos-as de la Iglesia Evangélica Valdense denominada “Esfuérzate en la gracia”.

2018: Comienzo de las clases de la Red Ecuménica de Educación Teológica (REET) en modalidad virtual.

2023: Obtención de la personería jurídica de Fundación REET: son iglesias fundadoras la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, la Iglesia Evangélica Discípulos de Cristo y la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata.

2. Notas complementarias

1.- Durante unos años de las décadas de 1960 y 1970 funcionó en Buenos Aires el Centro de Estudios Cristianos (CEC) como entidad dedicada a la reflexión de temáticas teológicas y sociales.

2.- Durante las décadas de 1960 y 1970 tuvo su actividad la organización Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL) con numerosas propuestas, reflexiones y encuentros sobre teología y sociedad.

3.- La Editorial La Aurora impulsó la edición de muchas obras teológicas, espirituales y sociales, provenientes de otras regiones, pero también incentivando las producciones del Cono Sur. Tuvo un gran desarrollo en las últimas décadas del Siglo XX y posteriormente, después de un paréntesis de varios años, se retomó la actividad en el Siglo XXI. La Aurora fue un semillero para la cultura teológica tanto para pastores-as como para líderes laicos-as.

4.- Desde la confesión luterana, de forma paralela a la actividad de la Facultad Luterana de Teología, Publicaciones El Escudo tradujo e imprimió muchas obras de Lutero para su difusión en América Latina. En los últimos años las reimpresiones estuvieron a cargo de La Aurora.

5.- Los diversos ámbitos ecuménicos nacionales e internacionales también publicaron muchas obras dedicadas a las reflexiones teológicas, sociales, de género y ecológicas: Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Federación Luterana Mundial (FLM), Alianza Reformada Mundial (ARM), que después pasó a denominarse Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), la Facultad Evangélica de Teología, la Facultad Luterana de Teología, el ISEDET, la Red Ecuménica de Educación Teológica (REET), el Centro Emmanuel y los centros de estudio mencionados los numerales 1 y 2 entre otros.

Algunas reflexiones sobre la historia de la Educación Teológica ecuménica

1.- Es muy interesante notar que menos de treinta años después de fundada la primera colonia agrícola valdense en el Uruguay (1858), dos pastores tuvieran la visión de gestionar un centro de predicación para la formación de líderes laicos en una minoría protestante que necesitaba crecer y desarrollarse en todo sentido (1884).

2.- Tal iniciativa fue continuada y profundizada cinco años después en Buenos Aires para difundir mejor el estudio teológico y desarrollar cursos más completos en vistas de la preparación de pastores-as.

3.- En 1922 se comenzó en Buenos Aires la formación para mujeres cristianas (“obreras”), en el entendido de que las mujeres podían ser protagonistas no sólo en sus hogares sino también en las iglesias.

4.- El cambio de nombre en 1942 de “seminario” a “facultad” tuvo la intención de presentar el estudio teológico como una formación académica a

la par de cualquier otro tipo de estudios universitarios. Entonces la teología no sería solamente una labor de las iglesias para las iglesias sino desde el ámbito eclesial para la sociedad en general. La academia teológica se presentaba como la oportunidad de servir, por un lado, a la vida y misión de las iglesias, pero por el otro también de ocupar un espacio de diálogo con el mundo aportando información, estudio crítico y propuestas éticas desde las ciencias bíblicas, teológicas y humanísticas.

5.- Tanto la biblioteca de la FET, la de la Facultad Luterana, como la del ISEDET sirvieron a los propósitos de quien buscara documentación religiosa y humanística en muchos campos del saber.

6.- El campo musical tuvo su importancia en la FET y en el ISEDET. La liturgia y la música son parte imprescindible de la vida cristiana en comunidad. Las iglesias pudieron contar con docentes y materiales musicales impresos y grabados que ayudaran a la organización de la espiritualidad.

7.- El campo de las comunicaciones también fue desarrollado desde el ISEDET, por ejemplo, con el programa radial “Cristo vive”, el cual durante años sirvió de presentación a la sociedad en radios seculares.

8.- La experiencia del EDUCAB como extensión teológica a estudiantes del interior y del exterior permitió el acceso a la teología con cursos programados de significativo nivel, de modo que no sólo se pensara en la formación de personas laicas sino también de futuros pastores-as que no tenían acceso a radicarse en Buenos Aires.

9.- La Escuela Bíblica de la Acción Apostólica Común en Bermejito, Chaco, marcó un antes y un después en la educación teológica de la etnia Qom. El mismo estudiantado, y quienes egresaron, no se cansan de decir que tal formación no sólo les sirvió y les sirve para los ministerios eclesiales sino también para los liderazgos en la sociedad.

10.- Reconocemos que, hacia el final de la vida del ISEDET, varias iglesias gestionaron la organización

de capacitación teológica para sus miembros de iglesia que se interesaban por la profundización de sus conocimientos bíblicos, de doctrina, de historia cristiana y de eclesiología. Surgieron así propuestas denominacionales que salían al cruce de necesidades sentidas y, de algún modo, de carácter urgente, ante la constatación de que el ISEDET no les estaba dando esa formación dedicada a los cuadros medios de las iglesias.

11.- El surgimiento del Instituto de Pastoral Contextual (IPC: Iglesia E. Luterana Unida, IELU), de la Licenciatura en Teología por la UCEL (Iglesia Metodista) y la Red Ecuménica de Educación Teológica (REET: tres iglesias), está marcando por un lado el desmembramiento ecuménico del cual ISEDET formaba parte, y por el otro, la canalización de propuestas teológicas académicas que intentan ofrecer un muy buen nivel teológico y pastoral.

12.- La Iglesia Valdense está involucrada en la REET pero no puede desconocer que otras entidades también aportan lo suyo para la formación ministerial en el Cono Sur. La REET está en contacto con otras instituciones teológicas, como la Facultad Valdense de Teología en Roma, y cuenta con un plantel docente que da de sí lo mejor para que los cursos sean experiencias importantes y desafiantes. La modalidad virtual sincrónica y asincrónica hace que las personas que no puedan radicarse en Buenos Aires accedan al estudio desde sus localidades. La REET ofrece cursos de formación teológica en vistas del ministerio pastoral pero también cursos de extensión de corta duración.

13.- La REET proyecta para el 2025 la implementación de la Escuela de Ministerios Comunitarios (EMC), que constituirá en cursos para personas laicas en modalidad híbrida (presencial y virtual), proyectando la capacitación para diversos ministerios a desarrollar en las comunidades, obras de diaconía, de evangelización y colegios confesionales.

Conclusión

Este esbozo de cronología y reflexión sobre la historia de la educación teológica rioplatense que

involucra a la Iglesia Valdense y sus iglesias hermanas en el compartir ecuménico, quiere apenas ser un estímulo para la posterior profundización de los vínculos ecuménicos y de los aportes teológicos a las iglesias y la sociedad en diversos tiempos de nuestros países y de América Latina.

Me tocó ser estudiante del ISEDET, docente del ISEDET, testigo de su cierre y actualmente docente de la REET. No me resulta fácil procesar estas décadas de fecundo ecumenismo y formación teológica que derivan, sin eliminar el ecumenismo en sí, en caminos un poco más cerrados con respecto a lo que significaba el compartir en el ISEDET. Me alegra, por supuesto, que la formación teológica siga existiendo y que estudiantes de muy diversas edades y procedencias puedan elegir dónde inscribirse.

Dios nos ayude para que, más allá de las propuestas teológico-educativas que tenemos hoy, superemos distanciamientos y eventuales rivalidades para retomar un camino de cooperación que podría juntarnos más en el testimonio cristiano en la sociedad. No apelo a la uniformidad, pero tampoco a la división. En el compartir honesto de lo que somos y tenemos podrán multiplicarse las oportunidades de hacer teología para las iglesias y la sociedad.

“No apaguen el Espíritu. No menosprecien las profecías. Examínenlo todo; retengan lo bueno.”

(I Tesalonicenses 5:19-21).

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