Conexiones Movimiento Juvenil Valdense | Año XIX | Septiembre 2017 | conexionesvaldense@gmail.com
editorial
Y llegó lo prometido. Pasó el primer Encuentro nacional de adolescentes, y llegamos con una pequeña reseña, que pretende ser la bitácora que tanta circulación tuvo en el campamento, sobre todo lo acontecido. Y quedarán para los próximos números otras experiencias de fe y encuentro. Los dejamos con la lectura, y esperamos encontrarlxs en el próximo mes.
Encuentro Nacional de Adolescentes- Uruguay Entre reuniones por aquí y por allá, a veces todxs juntxs y otras veces pudiéndonos encontrar únicamente «vía Skype o Whatsapp» (¡y vaya si le sacamos jugo a esas reuniones!), entre risas y mates, bizcochos y risotto, fue tomando forma el Encuentro nacional de adolescentes. En un principio costó un poco poder ensamblar todas las partes, no fue hasta que nos reunimos todxs juntxs físicamente a compartir nuestras ideas que pudimos definir los principales rumbos de este Encuentro, que felizmente podemos decir que salió «redondito». Casi sin darnos cuenta ya era sábado de mañana, estábamos calentando «agua pa’l mate» cuando por el portón del Parque XVII de Febrero asomó la trompa de un ómnibus que vino «bajando desde el norte» levantando gurisada de varias comunidades, también llegaron desde el este y otrxs de un poco más cerca, digámosle zonas aledañas. Y a eso de las 10 de la mañana alrededor de 120 personas de muchos rincones del Uruguay nos encontramos entonando las estrofas de «Somos unx en espíritu y en el Señor». Y así, luego de una bienvenida- devocional, a cargo de la CAJ y bajo el lema «VAMOS», dio comienzo el En cuentro nacional de adolescentes. El panorama era este, lxs anfitrionxs más lxs madrugadorxs, esperando que llegue el resto, viendo llegar tarde a 5 uruguayos cansados del viaje y tomando té en un porongo forrado en cuero, porque se habían olvidado la yerba. En los albores de la actividad, ya se empezaba a desafiar la cultura rioplatense, uruguayos sin yerba (de la de en serio). Saludamos, nos reencontramos. Pasamos al salón, y se empezó a armar. Primero vino la parte de romper el hielo y tratar de no apegarnos únicamente a nuestro grupo de amigxs sino que mezclarnos con lxs que tenemos a nuestro lado. Con la ayuda de una bitácora, algún que otro juego y danzas que nos hicieron perder el miedo de «encajar cualquiera» frente a muchas personas, pudimos conocernos, entrar en contacto y sentirnos. Después tuvimos una recorrida conociendo el predio la cual culminamos gastando mucha energía debido a los caprichos de una Chancha que nos soli-
citaba muchas cosas, acompañada de sus Guardias Jabalíes y unos Lechones que nos pedían consignas un tanto locas. Nunca nos imaginamos que un grupo de noventa y pico de adolescentes nos iba a facilitar tanto las actividades planificadas, gurisas y gurises con mucha energía y ganas de participar, lógicamente como todo grupo con sus diferencias etarias y culturales, con distintas realidades y cada unx con una experiencia de vida para compartir con lxs demás. Fue así con esa energía que pasamos a conocer mediante cuentos, danzas y canciones las diferentes comunidades de donde vinieron nuestros, ya a esa altura del campamento, amigxs. Ya en la noche no podían faltar dos actividades históricas como son los juegos nocturnos y el fogón. Este últi-mo cerrando la jornada que había comenzado muy temprano para algunxs, tomando unos mates de té calentitos, guitarreando e invitándonos a seguir jugando y soñando. Comenzó el Domingo, segundo y último día de campamento, aunque en realidad parecieron muchos más. Luego de desayunar, participamos del culto el cual terminamos cantando y bailando en rondas, abrazadxs y celebrando el encuentro y la vida. Y así se nos fue el campa, dos días intensos, de esos que llenan el alma y te hacen volver a tu casa con el corazón calentito. Llegamos con la invitación del Vamos Juntos y Juntas a Aprender y a Divertirnos con Fe, y nos volvemos con la convicción de que vamos a seguir compartiendo y viviendo el proyecto de vida buena y abundante para todos y todas que Dios nos propone.
CAJ
Yolanda Barolín | Guillermina Costabel Stephanie Rostagnol
GRUPO EDITOR
Jóvenes de Montevideo