Primer domingo después de Pascua

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PRIMER DOMINGO DESPUÉS DE PASCUA I. APERTURA Preludio Saludo: Ha llegado el tiempo de reposar nuestra vida en la Palabra Ha llegado el tiempo de dar espacio a nuestra oración Ha llegado el tiempo de recibir la Presencia que nos bendice. Que la paz de Dios, Padre, Hijo y Soplo Santo esté con todos nosotros en esta mañana. Amén. (Francine Carrillo: “Trazos vivos”) Canto Texto de apertura: “Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcan y tengan salvación, ya que han gustado la bondad del Señor. Acérquense, pues, al Señor, la piedra viva que los hombres desecharon, pero que para Dios es una piedra escogida y de mucho valor. De esta manera, Dios hará de ustedes, como de piedras vivas, un templo espiritual, un sacerdocio santo, que por medio de Jesucristo ofrezca sacrificios espirituales, agradables a Dios.” I Pedro 2:2-5. Oración: Señor, nosotros venimos a ti sedientos de verdadera vida en medio de nuestras ansias cotidianas; refréscanos con tu presencia, renuévanos con tu energía, purifícanos de todo lo que distorsiona tu imagen en nosotros, haznos revivir, sácanos la sed con la fuente de tu amor. Abre nuestros oídos al gemido de renovación que viene de la creación Abre nuestros ojos para que podamos contemplar la belleza de tu creación Abre nuestros corazones a las ondas de tu Espíritu lleno de vida, que está presente en todo el universo. En el nombre de Cristo Jesús. Amén. (De una liturgia ecuménica finlandesa; en “Sinfonía Oecumenica”) Canto Confesión de pecados: Delante del don de Dios en Cristo, nuevamente tomamos conciencia de la vida a la cual somos llamados y de la insuficiencia de nuestra respuesta: “Por lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo.” Colosenses 3:1-3. Hermanos y hermanas, reconocemos y confesamos nuestro pecado, en el silencio de nuestros corazones y en la oración conjunta. Oración: Amado Padre, concédenos el creer que por medio de la muerte de tu Hijo has derrotado el pecado y la muerte y, por medio de la resurrección, volviste a darnos inocencia de vida y vida eterna. De esta manera, libres del mal, vivimos en tu Reino. Cristo, tu Hijo muerto y resucitado por nosotros, dijo que somos sus hermanos y hermanas; él quiere que, seriamente y con firmeza creamos en él. Por ello imploramos tu perdón, de forma de no solo ser justificados sino también alegres y festivos, dando de todo corazón gracias, alabanzas y amor a ti, Dios nuestro, que fuiste y eres tan bueno y misericordioso. Amén” (De Martín Lutero). Canto Anuncio del perdón: Escuchemos como el Señor quiere renovar nuestra vida: Los lavaré con agua pura, los limpiaré de todas sus impurezas, los purificaré del contacto con sus ídolos; pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil. Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis leyes y decretos; Ezequiel 36:25-27. Dios nos perdona y nos renueva; recibamos alegres y festivos este anuncio que se ha vuelto realidad en Cristo, y dispongámonos a vivir en el reconocimiento dejándonos guiar por el Espíritu. Amén. Canto


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