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Editor de contenido
J.E. Cervantes Cervantes
Edición y Diseño
D.G. Aidé Amelia Huerta Torres
Autor “La Cueva del Clan”: J.E. Cervantes Cervantes
Autor “ISKALTIPS del mes”: Mtra. Brenda Monserrat Garcia Frausto
*Si tienes comentarios en relación a este boletín, o a nuestros productos y servicios. Escribenos a: contacto@iskalti.com

EDI T O RIA L
Acompañar y guiar no solo implica transmitir valores corregir conductas o sostener con rmeza el mundo emocional de nuestros hijos, también es reconocer que los con ictos —propios y ajenos—, requieren ser mirados con sensibilidad, profundidad y humanidad. Y qué mejor momento para re exionar sobre esto que en el mes en que celebramos el Día de las Madres. Una fecha que nos invita a honrar a quienes, con amor, acompañan, contienen y enseñan desde el ejemplo.
Así, este mes, en la sección La Cueva del Clan, con el artículo “De la teoría a la acción: Estrategias de intervención.”, cerramos la propuesta de Pro-Defensa de un Enfoque integral en la intervención de con ictos. Proponiendo una intervención que va más allá de solo etiquetar, sino reconoce a víctimas, victimarios y observadores como guras clave, con necesidades emocionales y sociales especí cas. A través de estrategias concretas —empatía, autodisciplina, liderazgo positivo y acción colectiva— se busca transformar las dinámicas de poder y pertenencia. Incluir a todos los actores no solo repara el daño: reconstruye vínculos, promueve la justicia relacional y asegura una intervención profunda, justa y sostenida en el tiempo.
El artículo de este mes Burnout Materno: Cuando la maternidad agota y cómo recuperarte, nos señala que, “amar no siempre alcanza”. La maternidad también agota, y muchas mujeres lo viven en silencio. Este artículo rompe con los mitos de la “madre perfecta” y visibiliza el agotamiento materno como una realidad urgente. No se trata de ser menos madre, sino de cuidar la salud mental, reconectar con una misma y pedir ayuda sin culpa. Porque maternar también debería incluir descansar, poner límites y recordar que una madre real, es más valiosa que cualquier ideal.
Transformemos la experiencia de criar en una práctica consciente, donde el cuidado no se limite al deber, sino que se extienda al vínculo, al cuerpo, a la mente y al bienestar personal y colectivo.
ISKALTI SIGNIFICA CRECER, CRECE CON NOSOTROS.
SECCIONES NUESTRAS
La Cueva del Clan: Protección en primera Línea
De la teoría a la acción: Estrategias de intervención
ISK ALTIPS del mes
Burnout Materno: Cuando la maternidad agota y cómo recuperarte
¿QUIÉNES SOMOS?
Nacimos en 1994, somos un equipo de terapeutas profesionales dedicados a la atención y educación psicológica. Nuestro principal objetivo es apoyar a las personas promoviendo su crecimiento personal, sostenidos desde el amor, los valores y la sana convivencia a través del autoconocimiento, logrando la estabilidad emocional, desarrollando las habilidades y competencias del individuo.
¡Estamos para servirte!





Atendemos a aquellas personas que se enfrentan a la imposibilidad de cubrir un servicio terapéutico de especialidad, proporcionándoles atención acorde a sus posibilidades. Al mismo tiempo, recibimos nuevos profesionales, a quienes impulsamos y formamos dentro de su profesión.


lå çüëvå dël çlåñ: Protección
en primera línea

ENFOQUE INTEGRAL EN LA
INTERVENCIÓN DE CONFLICTOS
BASADO EN EL ARGUMENTO DEL CUENTO
“EL RETO DE LA CORNISA”
Por J.E. Cervantes Cervantes
Subdirector Pro-Defensa

PARTE 2
De la teoría a la acción: Estrategias de intervención
En nuestra entrega anterior, exploramos la importancia de una intervención integral en con ictos, destacando la necesidad de incluir a víctimas, victimarios y observadores. Ahora, profundizaremos en el análisis de cada uno de estos actores, basándonos en los personajes de “El reto de la cornisa”, y propondremos estrategias especí cas para abordar sus problemáticas.

1.

Gus-Gus: La necesidad de pertenencia y su impacto en la adolescencia:

Gus-Gus es un re ejo de la ansiedad que sienten muchos adolescentes por ser aceptados en un grupo. Esta necesidad puede llevarlos a tomar decisiones contrarias a sus valores con tal de evitar el rechazo.
El deseo de aceptación puede hacer que los jóvenes cedan ante las presiones del grupo, adoptando acciones que no coinciden con sus valores. Gus-Gus ejempli ca esta vulnerabilidad, ya que su miedo al rechazo lo lleva a tomar decisiones que comprometen su seguridad e identidad, siguiendo expectativas sociales, que son peligrosas y contrarias a los principios que tú, como madre o padre les quieren inculcar.

Estrategias de intervención:

1. Fortalecimiento de la autoestima y autoconcepto: Fomentando en los jóvenes el sentirse seguros de sí mismos al reconocer su valía, sin depender de lo que otros piensen o digan. Esto se logra ayudándolos a identi car sus fortalezas y habilidades; para que puedan sentir orgullo por quiénes son. Propiciando que tomen decisiones basadas en lo que realmente creen y sienten, en lugar de hacer lo que otros esperan de ellos.
2. Capacidad para gestionar la presión social: Ayudando a los jóvenes a identi car cuando están siendo in uenciados y apremiados a tomar decisiones de otros; y entender que, poner un límite y decir “no”, no es un acto de debilidad sino de valentía y delidad a uno mismo, aunque eso implique rechazar la aprobación de los demás.
3. Círculos de apoyo: Fomentar relaciones cercanas con personas que brinden apoyo y refuercen la con anza, como amigos, familiares o mentores, es clave para fortalecer la autoestima. Estas guras positivas validan al individuo, le dan con anza y le muestran que puede crecer y alcanzar sus metas sin perder su autenticidad.
Al integrar estas estrategias, una persona puede sentirse más fuerte y capaz de tomar decisiones que no comprometan su bienestar ni sus valores personales, independientemente de las expectativas de los demás.
2.

Henry: La intimidación como máscara para la inseguridad:
Henry utiliza el control y la agresión como un mecanismo de defensa. Aunque su actitud pueda parecer fuerte o incluso atractiva para algunos, en realidad es una muestra de su "vulnerabilidad interna". Henry probablemente esté tratando de esconder algún miedo al rechazo o nseguridad, por eso adopta una postura agresiva o dominante. Así, el control se convierte en su forma de protegerse, aunque no sea la manera más saludable de manejar sus emociones o sus relaciones.



Estrategias de intervención:
1. Reconocimiento de emociones: Es importante que los jóvenes aprendan a identi car sus emociones y que las personas cercanas los validen y apoyen. El primer paso es crear un ambiente de con anza donde puedan expresarse libremente, sin miedo al juicio, y sentirse aceptados.
2. Canalización de su liderazgo: Es clave mostrar a los jóvenes ejemplos positivos que les enseñen cómo su in uencia puede impactar de manera constructiva en un grupo. Involucrarlos en actividades de liderazgo, como ser capitán de un equipo o mentor de otros; siempre con la guía y supervisión de sus propios mentores, les ayudará a desarrollar habilidades valiosas.
3. Desarrollo de empatía: Es clave que los jóvenes comprendan cómo sus acciones, tanto positivas como negativas, impactan en los demás. A través de actividades como re exionar sobre situaciones pasadas o juegos de roles, donde pueden ponerse en el lugar de otros. Esto les ayuda a entender mejor los sentimientos ajenos y, al darse cuenta de las consecuencias de sus actos, tomar decisiones más respetuosas.
en canales saludables para desarrollar su liderazgo, los jóvenes aprenden que la verdadera fortaleza no está en controlar o intimidar, sino en ser empáticos, colaborar y respetar a los demás.
Bere: El poder de los observadores activos: 3.
Bere es un personaje destacado por su empatía, asertividad y capacidad para tomar decisiones en momentos críticos, aunque también enfrenta la presión del grupo. Su rol en la historia resalta la in uencia positiva que seguramente ha recibido de familiares, amigos y mentores que le han brindado apoyo. Muy posiblemente se ha desarrollado en un entorno de aprendizaje que fortalece sus habilidades emocionales y sociales, lo que le permite ser un "observador activo", interviniendo ante injusticias o comportamientos negativos para apoyar a las víctimas o cambiar la situación.






Estrategias de intervención:
1. Reconocimiento y apoyo social: Para que los jóvenes se sientan motivados a actuar cuando perciben que algo está mal, es clave fomentar un ambiente que asegure el reconocimiento (por parte de sus pares, así como de los adultos) de su valentía y esfuerzo por cambiar las dinámicas negativas; mostrándoles que sus acciones tienen apoyo y que cuentan con respaldo para estar seguros.
2. Valoración de guras de apoyo: Que tengan claro a quien poder acudir para denunciar situaciones con ictivas y pedir apoyo; valorando la denuncia no como un acto de cobardía o de falta de capacidades para la resolución de con ictos, sino como un acto positivo para encontrar soluciones que favorezcan tanto a víctimas, como a observadores y victimarios.
3. Desarrollo de habilidades de intervención segura y efectiva: Es fundamental enseñarlos a intervenir de manera segura, protegiéndose a sí mismos mientras ayudan a los demás, mediante técnicas para actuar de forma asertiva: Hablar mostrando seguridad, pedir ayuda a un adulto o distraer al agresor sin poner en riesgo su bienestar. Esto les da con anza para saber cómo actuar sin sentirse vulnerables o inseguros.
4. Refuerzo de autoestima y gestión del miedo al rechazo o posibles represalias: Es esencial que, aunque los “observadores activos” ya tengan una base de asertividad para intervenir, también cuenten con herramientas para proteger su bienestar emocional. Intervenir puede llevar a agresiones o exclusión, por lo que deben contar con apoyo de adultos y estrategias para manejar las consecuencias emocionales. Esto fortalece su autoestima y fomenta que su valentía no solo proteja a otros, sino también su propio bienestar.
Aun frente a la posibilidad de ser rechazado o incluso dañado, el “observador activo” tiene el poder de transformar las dinámicas de abuso
Seguidores sin control de impulsos: 4.

Ambos personajes son fácilmente in uenciables, debido a que, durante la adolescencia, el cerebro aún está en desarrollo, especialmente las áreas relacionadas con el “control de impulsos” y la re exión sobre las consecuencias a largo plazo. Esto aunado a su necesidad de pertenencia social y la búsqueda de identidad, puede in uir signi cativamente en su comportamiento, llevándolos a participar en dinámicas de acoso o situaciones de riesgo tanto para otros, como para si mismos. Propiciando con su in uencia que comportamientos de riesgo como “actuar sin pensar” se propaguen en los grupos. E incluso el transito de “seguidores del victimario” a “victimarios principales”.

Estrategias de intervención:
1. Reemplazar acciones impulsivas por acciones constructivas: Ofreciéndoles opciones que les permitan liberar sus emociones de manera positiva y estructurada; reduciendo la probabilidad de una reacción impulsiva y descontrolada.
2. Re exión sobre consecuencias y resolución de problemas: Es fundamental enseñarlos a re exionar sobre las consecuencias a largo plazo antes de actuar impulsivamente. Para ello, se debe incentivar que se plantee preguntas clave como: "¿Qué podría pasar si hago esto?" "¿Cómo me sentiré después?" o "¿Esto afectará a otras personas?".
3. Fortalecimiento de la empatía y toma de perspectiva mediante el “Modelamiento”: Es esencial mostrarles comprensión y compasión. El adolescente aprende por imitación e internaliza ese comportamiento cuando es dirigido a él; aprendiendo a ser empático con los demás. Esto también fomenta la autoaceptación, ayudándoles a gestionar mejor sus emociones. Además, al experimentar un ambiente seguro y empático, se siente comprendido y validado, lo que refuerza la “reciprocidad emocional” y les enseña a ofrecer empatía en sus relaciones.


4. Fortalecimiento de la Autodisciplina a través de Metas: Establecer metas personales claras y fomentar la “autodisciplina” para alcanzarlas. Desarrollando la capacidad de resistir impulsos inmediatos para conseguir logros a largo plazo, lo que refuerza el autocontrol.
5. Entrenamiento en "Interruptores emocionales" y "Respuestas automáticas: Enseñándoles a responder de manera controlada en momentos de alta carga emocional. En lugar de esperar que piensen en ese instante, les damos herramientas simples para interrumpir las reacciones impulsivas con “pausas emocionales” como respirar, contar hasta diez o hacer pequeños movimientos para calmarse. Esto les ayuda a frenarse y evitar tomar decisiones impulsivas. El refuerzo positivo inmediato por parte de los formadores, cuando usan estas técnicas es clave para que se conviertan en hábitos.
El “control de impulsos” es un proceso que requiere paciencia, práctica constante y enfoques variados, ya que el cerebro de un adolescente regulación emocional y la toma de decisiones. En lugar de esperar que piensen con calma en momentos de alta carga emocional, propicia que frenen sus reacciones impulsivas con técnicas sencillas de regulación

Daniel: El efecto espectador y la inacción:

Daniel está indeciso, observando el con icto sin intervenir, probablemente por miedo al rechazo o por el "Efecto espectador", donde las personas en un grupo, esperan que sean los otros los actúen; lo que le impide tomar una postura activa ante la presión del grupo. Sin embargo, la intervención de Bere, quien apoya a Gus-Gus, y la decisión de Gus-Gus de decir "NO" a la presión, le muestran a Daniel un opción conductual y ética: Que la verdadera valentía radica en tomar decisiones basadas en sus propios valores, no en las expectativas del grupo.
Estrategias de intervención:
1. Autenticidad y valores: “Modelar” por parte de padres y formadores acciones basadas en valores, independientemente de la presión del grupo o situaciones difíciles. Destacando que: La gente que se mantiene rme en sus principios, es la que realmente marca la diferencia ¡y eso es lo que te hace único y genial!
2. Concienciación sobre el “Efecto espectador”: Siendo que, al presenciar un acto con ictivo, los espectadores suelen no intervenir cuando están rodeadas de otros que tampoco lo hacen, quizá por sentirse inseguros o susceptibles a también ser dañados y que, aunque este miedo es natural, puede ser superado y se puede actuar de manera asegura; rompiendo la inercia colectiva y promover un cambio positivo. Mostrar cómo la inacción solo perpetúa la violencia.
3. Responsabilidad colectiva en acciones y denuncia: La inacción frente a una injusticia no solo perpetúa el daño hacia otros, sino que también puede afectar al espectador en el futuro, y la búsqueda de la seguridad no es un acto exclusivamente individual, sino que surge del apoyo mutuo e intervención colectiva. Fomenta la creación de un grupo de amigos o mentores donde pueda compartir sus experiencias y sentirse respaldado, entendiendo que la fuerza proviene de la solidaridad. Refuerza que la denuncia no es un acto de cobardía, sino una manifestación de inteligencia y precaución que todos los miembros de un grupo deben llevar a cabo. Si alguna vez siente que una situación lo supera o no puede resolverla por sí mismo, pedir ayuda o denunciar lo que está pasando es una forma de cuidar tanto de uno mismo como de todos los demás. Es una forma de tomar control y asegurar que todos vivan en un entorno seguro.


Reforzar la idea de “pertenencia activa”: Incentivar a los espectadores parte de una comunidad que debe actuar para proteger el bienestar de todos. La pasividad puede llevar a la normalización del abuso y la violencia, pero la intervención colectiva fortalece la seguridad de todos.



Propuesta de Pro-Defensa para el desarrollo de estrategias de intervención seguras y efectivas mediante la capacitación y entrenamiento Es importante enseñar a los jóvenes cómo actuar que entiendan que cada situación es diferente. En ayudarles a aprender a evaluar y adaptarse a Algunas estrategias incluyen:



Plantear escenarios comunes: Ayudar a los jóvenes a reconocer situaciones de riesgo
Gestionar las emociones: Enseñarles cómo controlar el miedo o la ansiedad, para que puedan pensar con la mayor claridad posible y actuar con seguridad cuando enfrenten
Promover la ayuda mutua: Concientizar la importancia de la solidaridad y cooperación entre individuos como principio para la supervivencia y el desarrollo. es mejor pedir ayuda a una autoridad o adulto; en lugar de enfrentarse solo a un problema.
Prevenir antes que responder: Incluir estrategias para evitar situaciones de riesgo como: sus experiencias. Tras cada situación, deben ser capaces de analizar qué funcionó bien y

una resolución más profunda y duradera, abordando tanto los posibles daños causados, como la reconstrucción de las relaciones sociales y garantizando un proceso más justo, empático equitativo y efectivo.
Bibliografía y referencias:
Bandura, A. (1973). Agresión: Un análisis del aprendizaje social. Edit. Herder Barcelona España. Bandura, A .(2001). La autoe cacia y el ejercicio del control. Edit. Paidós. España. Bandura, A. y Ribes, E. (1975). Modi cación de conducta. Análisis de la agresión y la delincuencia. Editorial Trillas, Biblioteca técnica de psicología. Bishop, B. & Thomas, M. (1993). Protecting Children from Danger, Building Self-Reliance & Emergency Skills without Fear. North Atlantic Books Berkeley, California. Darley, J. M., & Latané, B. (1968). Bystander intervention in emergencies: Di usion of responsibility. Journal of Personality and Social Psychology, 8(4), 377-383. Maslow, A. H. (1991). Motivación y personalidad. Ediciones Días de Santos. S.A. Olweus, D. (1996). Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Ediciones Morata. Satub, E. (2003). La psicología del bien y del mal. ¿Por qué los niños, los adultos y los grupos dañan y ayudan a los demás? Cambridge University Press, N.Y Zimbardo, Philip G. (2008). El efecto Lucifer. Experimento de la prisión de Stanford. Ediciones Taurus.
https://modelmugging.org/ https://www.heroicimagination.org/ https://psycnet.apa.org/record/1969-03938-001 https://www.youtube.com/watch?v=K3O-KAbcSmk&t=419s https://melissainstitute.org/wp-content/uploads/2020/06/Ervin-Staub-2018.pdf



Cuando la maternidad agota y cómo recuperarte
Por Mtra. Brenda Monserrat Garcia Frausto

La maternidad es una de las experiencias más transformadoras, tanto física como emocionalmente en la vida de una mujer, pero también puede ser una labor muy agotadora y demandante; entre las noches sin dormir, la carga mental de organizarlo todo y los mitos relacionados con la maternidad generan expectativas poco realistas que pueden aumentar las cargas emocionales en la manera particular de maternar. Si últimamente sientes que la maternidad te sobrepasa o que has perdido la paciencia con tus hijos, podrías estar experimentando burnout materno.
Este síndrome, cada vez más común, no signi ca que seas una mala madre ni que no ames a tus hijos, es una señal de que tu cuerpo y mente necesitan un respiro. A continuación, te explicaré qué es el burnout materno, cuáles son algunos mitos alrededor de la maternidad y, lo más importante, cómo superarlo para disfrutar de esta etapa sin sentirte abrumada.
El término burnout fue descrito por el psicoanalista Herbert Freudenberger en donde encontró 3 componentes característicos de este síndrome: estado de agotamiento emocional, actitud distante frente al trabajo y sensación de ine cacia; así también síntomas de ansiedad, agresividad, depresión y desmotivación. Si bien el término se re ere al ámbito laboral podemos ampliarlo a la maternidad, ya que ambos son formas de agotamiento causadas por una carga excesiva y falta de descanso.

Dentro de los síntomas característicos del burnout materno encontramos el agotamiento intenso y crónico, una sensación de cansancio constante que aparece incluso al realizar actividades cotidianas. Este desgaste profundo puede estar relacionado con uno de los mitos más comunes sobre la maternidad, en donde “ser madre implica renunciar a todo por los hijos” promoviendo un ideal materno en donde una madre perfecta es una madre abnegada. Como consecuencia, cualquier intento de poner límites o cuidar de una misma se percibe como falta de compromiso, lo cual alimenta una autoexigencia permanente y sensación de incompetencia y culpa que termina por minar el bienestar emocional.
Frente a esta imagen irreal, el psicoanalista inglés Donald Winnicott propone el concepto de la “madre su cientemente buena”. Esta madre, al principio muy disponible, va ajustando gradualmente su respuesta a las necesidades del bebé. A medida que el niño crece, la madre deja de responder de forma inmediata y total, permitiéndole experimentar pequeñas frustraciones necesarias para el desarrollo de su autonomía emocional. Además, esta forma de maternar favorece una separación gradual y saludable, que no solo bene cia al hijo, sino también a la madre, ya que le permite reconectar con su individualidad más allá del rol materno y recuperar espacios para el autocuidado.

Otro de los signos característicos del burnout materno es la irritabilidad y los cambios de humor, que se mani estan como una disminución de la paciencia, una mayor frecuencia de enojo y reacciones impulsivas ante situaciones cotidianas. Ante estos síntomas, muchas madres sienten la presión de experimentar únicamente emociones agradables en torno a la maternidad, in uenciadas por el mito de que “la maternidad siempre es felicidad y plenitud”.
Este ideal romantizado ignora la realidad emocional, física y hormonal que atraviesa una mujer durante esta etapa, y minimiza el impacto psicológico que puede conllevar. Asumir que el amor maternal es su ciente para enfrentar todas las di cultades invalida la experiencia real de muchas madres, generando culpa y aislamiento. Frente a esta visión irreal, Donald Winnicott propone una gura materna más auténtica, real y alcanzable: la madre que facilita el desarrollo, no desde la perfección, sino desde la presencia emocional y la reparación. Esta madre comete errores, pero también los reconoce, los repara y acompaña a su hijo en su proceso de desarrollo emocional.
Este enfoque ofrece un doble bene cio: por un lado, permite a la madre conectarse con su experiencia real, expresando emociones que no siempre son positivas; por otro, modela y contiene las emociones de sus hijos; enseñándoles que sentirse mal también es parte de la vida y que está bien no estar bien todo el tiempo.
Frente a este panorama, es importante reconocer que el burnout materno no es un signo de mal maternaje, es una señal de alerta que nos invita a reconectar con nosotras mismas desde el cuidado. El reconocer el agotamiento y pedir apoyo no disminuye el valor de la labor como madres; al contrario, brinda la oportunidad de vivir la maternidad desde un lugar más exible, humano y saludable.
Es fundamental no minimizar los síntomas de este síndrome, entre los que se encuentran: agotamiento intenso y crónico, sensación de incompetencia y culpa, irritabilidad y cambios de humor constantes, malestares físicos y aislamiento social. Afortunadamente existen estrategias que pueden ayudarte a transitar esta etapa con mayor equilibrio.

para reducir el burnout materno:
1. Ajusta tus expectativas:
Plantea metas reales y alcanzables, acordes a tu momento de vida; no tienes que hacerlo todo ni hacerlo perfecto.
2. Pide y acepta ayuda:
La crianza no debe vivirse en soledad. Apóyate en tu pareja, familia o red cercana para descansar y delegar tareas.
3. Incluye momentos de autocuidado:
Busca pequeñas pausas cada día: una ducha tranquila, una taza de café, una caminata, estiramientos o una siesta pueden marcar la diferencia.
4. Aliméntate adecuadamente y mantente hidratada:
Recuerda que tu cuerpo atraviesa cambios hormonales importantes. Comer a tus horas y mantenerte hidratada puede in uir positivamente en tu energía y estado de ánimo.
5. Pon límites sanos:
Escucha a tu cuerpo. Aprende a decir “no” sin culpa y prioriza tus necesidades sin justi carte.
6. Haz tribu:
Conectar con otras mamás puede ser un apoyo. Compartir experiencias te ayudará a sentirte acompañada y validada.
7. Infórmate:
Aprender sobre lo que estás viviendo te permite bajar expectativas poco realistas y ltrar mejor la información que consumes.
8. Aléjate de redes sociales tóxicas:
Si te sientes juzgada o insu ciente por lo que ves en redes, toma distancia. No todo lo que se muestra es real, y tu bienestar emocional es prioridad.
9. Reconecta contigo misma:
De forma gradual, retoma actividades que te hagan sentir bien y te recuerden que eres más que mamá: pareja, amiga, profesional, mujer.
10. Busca ayuda profesional si lo necesitas:
La salud mental materna importa. La terapia puede brindarte un espacio seguro para procesar emociones, recuperar el equilibrio y fortalecer tu bienestar emocional.
Bibliografía:
Winnicott, D. (2008). Realidad y juego (pp. 3-10 del archivo digital). Gedisa.
El País. (2025, febrero 5). Burnout maternal: no es la crianza, sino el contexto. https://elpais.com/mamas-papas/actualidad/2025-02-05/burnout-maternal-no-es-la-crianza-sino-el-contexto.html






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