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Mejoran la ecuación y las perspectivas del engorde a corral

El presidente de la Cámara de Feedlot explicó que el resultado económico del Feedlot es positivo, si no se tiene en cuenta el costo del dinero. Fernando Storni dijo que si mejora el clima debería aumentar el consumo, los precios de la carne y de la hacienda. Y destacó que el encierre en los corrales es importante, por lo que habrá a la salida del invierno una oferta más consistente.

Este año se adelantaron tanto la zafra del ternero como la salida de las vacas improductivas de los campos de cría, consecuencia de la persistencia de una sequía feroz que dejó sin forraje a casi toda la zona ganadera del país.

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Estamos claramente en una zafra anticipada y con remates de invernada con mucho volumen, por eso creció la ocupación en los feedlots en un 3,4%, según el relevamiento que hicimos en la Cámara de Feedlot, dato convalidado por la estadística del SENASA. El crecimiento del stock se refleja en la cantidad de empresas en proceso de llenado: pasamos del 52% al 63% de los establecimientos que se encuentran en esa situación. Ayuda a todo esto que la relación compra-venta es positiva y también el costo del kilo producido. En el engorde de novillos pesados el costo por kilo logrado se acerca más a los 500 pesos y en el caso de la producción de hacienda liviana, que permanece menos tiempo en los corrales, el costo es de poco más de 400 pesos por kilo ganado.

El ternero que sale a venta es más liviano que en otros años. Pero se ven negocios con novillitos recriados que se comercializarán a través del supermercadismo. La relación compra-venta se volvió más interesante porque se ven precios más ajustados; hablamos de un valor de compra por un novillito de invernada de 300 kilos en 360/370 pesos, que se vende luego en 425/450 pesos. El negocio, por supuesto, es una foto y depende de la proyección que uno ve hacia adelante.

En estos casos la relación valor del gordo-costo del kilo producido, es más ajustada. Lo que se observa es que si bien hay más tranquilidad en el precio del alimento, el ajuste viene más por el lado de los subproductos, que por el lado del maíz.

En esa categoría (más pesados) el costo del kilo producido está en 500 pesos, por encima del valor de venta, pero se compensa con la mejor relación compra-venta. En estos casos el resultado económico es ajustado.

La cuenta da mejor en la producción de hacienda liviana, según nuestros cálculos, y si no se considera el costo del dinero, y el resultado en la producción de novillitos gordos, se logra un resultado positivo de 10.000 pesos por cabeza. Si se toma en cuenta el costo de oportunidad de una inversión financiera, la pérdida es de 20.000 pesos. Para evitar esa pérdida, el valor del gordo debería ser cercano a los 600 pesos. En este caso se estima un costo por kilo producido de 420 pesos.

Por suerte salimos de la situación tan negativa del año pasado, que llevó a fuertes pérdidas y la descapitalización notable de varias empresas. En ese momento el ternero se compraba en 400 pesos y se vendía a 330 pesos. La compraventa era negativa y el costo por kilo producido tenía un resultado ajustado.

En cuanto al costo del alimento, actualmente el problema no está en el maíz, que mantiene un valor estable en torno a los 50.000/55.000 pesos la tonelada, sino en otros insumos, cuya participación en la conformación de las dietas creció en los últimos años. Me refiero a productos como los afrechillos, la burlanda, el gluten; que se usan como fuente de proteína o energía y cuyos valores variaron a un ritmo distinto al del maíz en esos meses. También hay que contar otros costos como el combustible, la energía y los de estructura, como es el caso del personal.

La participación de los subproductos sobre el costo del kilo logrado depende de la formulación de la dieta, pero va del 20% al 40% por tonelada y su variación tiene que ver con el tipo de dieta que se busca suministrar, pero también con

Respecto de quien está llevando hacienda a los corrales, podemos destacar que en las hotelerías se redujo la presencia de hacienda propia, consecuencia de la descapitalización de esas empresas en los últimos años, y señalar a su vez que aumentó la presencia de la industria del consumo (matarifes) y de la exportación.

La participación de la industria sobre el stock en las hotelerías es del 70%, cuando el año pasado no llegaba al 50%.

Son pocos los productores que mandan a terminar su ganado en corrales de terceros; lo que uno ve es que las hotelerías resignaron lugar para engordar hacienda propia en favor de terceros y consecuencia del estancamiento que se dio el año pasado en los precios de la carne y de la hacienda, lo que duró hasta fines de enero en un contexto de alta inflación.

Con relación a lo que pueda pasar con los precios, vemos que el amesetamiento que se está dando en las últimas semanas debería revertirse en cuanto bajen las temperaturas tan altas que tuvimos en el cierre de febrero y primera parte de marzo. Esto retrajo el consumo de carne vacuna.

No hay una oferta alta de ganado liviano para la faena y sin embargo el consumo no reacciona, creemos que esto se debe en gran medida a la ola de calor, lo dicen también matarifes e industriales, que también esperan una recomposición de la demanda en cuanto aflojen las altas temperaturas, lo que podría generar una nueva recomposición de los valores.

Acerca de la evolución de la actividad, creemos que en los próximos meses habrá una reducción en la oferta de ganado liviano y que el pico de ofrecimientos se dará en los meses del invierno, como sucede habitualmente. Hasta entonces la relación oferta-demanda será más bien ajustada en las categorías que ofrecen los corrales. Si además mejora el clima, entonces habrá más posibilidades de que el precio se siga recuperando. En tal sentido hay que considerar que si bien hay un aumento de la reposición en los feedlots profesionales, entendemos que los engordes caseros están menos activos por los efectos de la seca sobre la disponibilidad del alimento necesario. Esos jugadores están más relegados que en otros años.

Teniendo en cuenta que la zafra este año se adelantó, que el peso de la invernada se redujo en 20 kilos en promedio por animal y el costo del engorde, es muy probable que de los feedlots salga preferentemente hacienda más bien liviana, lo que también significará menos oferta de carne y más presión de parte de la demanda.

Por supuesto que todo esto está atado a la posibilidad de compra del salario y al impacto que tengan la macroeconomía y especialmente la inflación sobre el poder de compra del ingreso de los ciudadanos.

Rendering: IV Congreso Internacional

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