EL GRABADO EN MEXICO La historia del grabado en México se remonta al año 1826, cuando el conde italiano Claudio Linati introdujo a nuestro país la técnica de la litografía. Un poco más tarde, en 1895 José Guadalupe Posada hizo lo mismo con el grabado en zinc, en el que trabajó prácticamente el resto de su vida, pues con su habilidad y su arte, el medio se prestaba a una mayor rapidez de ejecución. La soldadera maderista de la Colección Blaisten es un ejemplo del uso de dicha técnica. La Revolución Mexicana impuso un estilo diferente, así como un nuevo contenido ideológico; esta nueva visión artística, se caracterizó por una militancia activa y la formación de una conciencia política y nacionalista. El grabado recibió un fuerte estímulo con la fundación de la Sociedad Mexicana de Grabadores, cuyo propósito principal era difundir más ampliamente este tipo de arte. Esta forma de expresión ha permanecido vigente hasta nuestros días, incluso ha recibido nuevos impulsos, especialmente en el año de 1967 cuando se creó el grupo “Nuevos Grabadores” como una necesidad de darle al grabado una característica más acorde con las condiciones del momento.
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