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EL GRABADO EN MEXICO
EL GRABADO EN MEXICO
La historia del grabado en México se remonta al año 1826, cuando el conde italiano Claudio Linati introdujo a nuestro país la técnica de la litografía. Un poco más tarde, en 1895 José Guadalupe Posada hizo lo mismo con el grabado en zinc, en el que trabajó prácticamente el resto de su vida, pues con su habilidad y su arte, el medio se prestaba a una mayor rapidez de ejecución. La soldadera maderista de la Colección Blaisten es un ejemplo del uso de dicha técnica.
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La Revolución Mexicana impuso un estilo diferente, así como un nuevo contenido ideológico; esta nueva visión artística, se caracterizó por una militancia activa y la formación de una conciencia política y nacionalista.
El grabado recibió un fuerte estímulo con la fundación de la Sociedad Mexicana de Grabadores, cuyo propósito principal era difundir más ampliamente este tipo de arte. Esta forma de expresión ha permanecido vigente hasta nuestros días, incluso ha recibido nuevos impulsos, especialmente en el año de 1967 cuando se creó el grupo “Nuevos Grabadores” como una necesidad de darle al grabado una característica más acorde con las condiciones del momento.

JOSE GUADALUPE POSADA
Fue un grabador, ilustrador y caricaturista mexicano nacido el 2 de febrero de 1852 en la ciudad de Aguascalientes. Famoso por sus litografías con escenas de muerte, estampas populares y caricaturas sociales, inspiradas en el folclore. A sus 16 años comenzó a trabajar como aprendiz en el taller de José Trinidad Pedroza, es aquí donde aprendió litografía.
Su primer trabajo fue en 1871 cuando creo
una serie de 11 litografías para El Jicote, un periódico de oposición. Sus ilustraciones se basaban en criticar al gobernador de Aguascalientes José Gómez Portugal, y lo iniciaron como caricaturista político, pero en 1895 José Guadalupe Posada hizo del grabado en zinc un arte, ya que el medio se prestaba a una realización más rápida. Posada fue quien en la época configuro toda técnica estética en todo el país.

A partir de 1890, sus trabajos gráficos ilustraron las publicaciones, de carácter nacionalista y popular, del impresor Antonio Venegas Arroyo: historietas, liturgias de festividades, plegarias, cancioneros, leyendas, cuentos y almanaques, destacando La Gaceta Callejera y las hojas sueltas que incluían imágenes e información resumida de carácter diverso sobre "acontecimientos de sensación".

Una de sus increíbles obras y más conocidas fue la de La Catrina, pero su nombre real es Calavera Garbancera.