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conversatorio de filósofos

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Clausura

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Conversatorio de filósofos

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Los riesgos vitales, el compromiso de los educadores o la adolescencia fueron algunos temas sobre los que reflexionaron el catedrático de Ética de la Universidad de Comillas, Miguel García Baró; la teóloga y presidenta de la Fundación Trilema, Carmen Pellicer, el pedagogo y ensayista Gregorio Luri; y el director del Instituto Core Curriculum de la Universidad de Navarra, José María Torralba. Todos ellos moderados por el historiador y director del Colegio Abat Oliba Spínola, Jordi Cabanes. Gregorio Luri apoyó sus argumentos con la metáfora de la rodilla: "Que los niños hoy en día tengan las rodillas sanas es un síntoma crucial de la crisis de Occidente". Según él, esto refleja que los menores no han tenido experiencias aventureras o espacios sin supervisión. Los intervinientes coincidieron en que la asignatura de Religión es uno de los pocos espacios en los que el alumnado puede contrarrestar la lógica de lo práctico. García Baró aseguró que "si los niños aprenden en clase que la vida funciona con fórmulas, se formarán en lo esencial en un sitio que no es la escuela". A esto Carmen Pellicer añadía que "la secularización de la enseñanza de la ética ha provocado que la Educación moral no cambie el comportamiento de los jóvenes; presentarles cuál es la vida valiosa no les hace elegirla", sentenció. En referencia a la cuestión del pecado y cómo abordarlo desde la enseñanza de la Religión Católica, Cabanes puntualizó que "él va un paso más allá": "No quiero que mis alumnos no pequen, sino que no quieran pecar". Torralba, coincidiendo con el moderador, fue un paso más allá y aseguró que "el Cristianismo mediterráneo y latinoamericano tiende a ser moralista". Propone, en consecuencia, un punto intermedio: "Situar la Religión en el contexto de las Humanidades, ya que sin ellas queda incompleta", recordó.

Para Pellicer el Cristianismo es también "vivir como si el cielo empezara mañana”. Palabras que suscribió Luri: "La fe es una experiencia aventurera; de ahí lo importante que es que los niños vivan aventuras autónomas desde pequeños, aunque el que no se limita no crece", matizó. Por último, respecto al hecho de si las nuevas generaciones han cambiado, Pellicer aseguró que “es cierto que ha aumentado el número de relaciones, aunque al mismo tiempo ha empobrecido la resiliencia de las mismas”. Torralba aportó el contrapunto: “Las nuevas generaciones son menos sumisas, pero precisamente por ello tienen afán de autenticidad”.

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