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2 La Iglesia, voz de los invisibles

¿Cómo es posible que la Iglesia defienda y promueva los derechos humanos en tantas de sus iniciativas y de sus documentos y, sin embargo, no haya firmado nunca la Declaración Universal de los Derechos Humanos? ¿No parece contradictorio? Antes definíamos el término «iglesia» acudiendo a su propia etimología, ekklesia, «asamblea». La Iglesia no es una institución política, a pesar de que El Vaticano se constituya como un Estado. La Iglesia no es una ONG, aunque muchas instituciones, como Cáritas o Manos Unidas, por citar solo algunas, sí lo sean. La Iglesia es una asamblea religiosa, el pueblo convocado por Dios y reunido para celebrar el misterio de la salvación ofrecida por Jesucristo.

La Iglesia como institución, en este caso El Vaticano como Estado Pontificio, se mantiene neutral en las cuestiones políticas. Es una observadora imparcial en la Asamblea de las Naciones Unidas y ofrece su labor diplomática, muchas veces discreta, para mediar en los diversos conflictos que azotan a nuestro planeta.

Consulta en anayaeducacion.es los audiovisuales para ampliar información acerca de la dignidad de la persona y la Santísima Trinidad.

El Vaticano es el Estado más pequeño de Europa y se encuentra en el corazón de Roma.

Sin embargo, la Iglesia sí defiende y promueve los derechos humanos. Aunque hasta la redacción de la Constitución de los Estados Unidos (1787) y la abolición de la esclavitud (1794), estos no se plantearon en los términos en los que lo hacemos en la actualidad, la centralidad del mandamiento nuevo de Jesús, fuente de amor fraterno, de caridad y defensor de la persona y su dignidad, siempre ha estado presente a lo largo de la historia. Hagamos un breve recorrido para descubrir cómo ha sido su papel.

2.1. Un Dios hecho hombre (siglos i-v)

Durante los primeros siglos del cristianismo, los Padres de la Iglesia se acercaron a la idea del ser humano creado a imagen de Dios a la luz de la Encarnación. Por ejemplo, san Ireneo afirmaba que Dios mismo se hizo hombre para que el ser humano pudiera ser hijo de Dios.

«Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar».

Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 357

Por otro lado, la reflexión de los Padres giraba en torno al dogma de la Trinidad y al dogma cristológico. Para su formulación es muy importante el concepto de persona. Afirman, por ejemplo, la absoluta unidad de Dios en tres personas divinas. Y, para definir a Cristo, señalan la existencia de una única persona divina y dos naturalezas, humana y divina, unidas sin distinción ni separación. ¿Qué significa el término «persona»? Para los Padres de la Iglesia, «persona», en griego, prosopon, «máscara», se refiere a la esencia, en este caso, de Dios y de Jesús. Y la esencia divina es ser en relación, capacidad de apertura y de diálogo (san Agustín).

¿Cuál es la respuesta social frente a este concepto de persona y de dignidad humana? Es cierto que no existe una conceptualización que responda a la sensibilidad actual sobre el tema, pero encontramos reflexiones muy interesantes de carácter social. Por citar solo un ejemplo, así se expresaba san Juan Crisóstomo (siglo v d. C.):

«¿Deseas honrar el cuerpo de Cristo? No lo desprecies, pues, cuando lo contemples desnudo en los pobres, ni lo honres aquí, en el templo, con lienzos de seda, si al salir lo abandonas en su frío y desnudez. Porque el mismo que dijo: “esto es mi cuerpo”, y con su palabra llevó a realidad lo que decía, afirmó también: “tuve hambre, y no me disteis de comer”, y más adelante: “Siempre que dejasteis de hacerlo a uno de estos pequeñuelos, a mí en persona lo dejasteis de hacer”. El templo no necesita vestidos ni lienzos, sino pureza de alma; los pobres, en cambio, necesitan que con sumo cuidado nos preocupemos de ellos».

Instantes de cine

Francesco, Liliana Cavani (1989)

Esta película constituye uno de los acercamientos a la vida de Francisco de Asís poniendo el acento en su humanidad y en los aspectos sociales de su doctrina. Busca la famosa escena en la que el santo se despoja de sus ropas delante de su padre. Completa la información en anayaeducacion.es

2.2. La humildad y la penitencia (siglos v-xv)

Durante la Alta Edad Media se tenía una idea pesimista del ser humano, sometido al poder del pecado y necesitado de la redención divina mediante la práctica de la humildad y de la penitencia.

En la Baja Edad Media, la reflexión teológica ahondó en la idea de la pobreza evangélica como modelo de vida. Surgieron las órdenes mendicantes de la mano de san Francisco de Asís y santo Domingo. Frente a la permanencia en el monasterio, estas preferían la itinerancia. Frente al claustro y al gran monasterio, centro de la vida feudal, preferían los pequeños conventos en las ciudades. Predicaban y vivían la pobreza. Frente al ideal de la vida contemplativa, los mendicantes practicaban una vida mixta de oración y predicación. Entendían su vida como un don para paliar el despojo de los más pobres.

2.3. El ser humano en el centro (siglos xv-xvi)

El Renacimiento supuso una reacción a la visión teocéntrica de la Edad Media. Se volvió la mirada hacia el mundo clásico y se entendió la dignidad humana desde una reacción al concepto pesimista del hombre labrado durante la Edad Media. Los autores humanistas del Renacimiento describen, no sin cierto asombro, al ser humano como un microcosmos, es decir, una criatura admirable en la que confluyen todas las leyes del universo. Es más, el ser humano ocupa ahora el centro del mismo cosmos (antropocentrismo): como ser dotado de inteligencia y libertad, es capaz de gobernar y labrar su propio destino. En la medida en que se hace más a la imagen de Dios, alcanza su más alta dignidad.

2.4. El ser humano en el mundo (siglos xv-xviii)

La idea de la alta dignidad del ser humano se mantiene a lo largo de la Edad Moderna, profundizando en el Derecho natural, heredado del mundo clásico. Durante esta época, se asistió al nacimiento del Estado Moderno y se produjo el desembarco de los países europeos en América.

Instantes de cine

También la lluvia, Icíar Bollaín (2010)

Esta película realiza una revisión de la conquista de América. Busca la escena del sermón de fray Antonio Montesinos para entender mejor dicha época. Completa la información en anayaeducacion.es

Vocabulario

Derecho natural: conjunto de leyes o normas (derecho positivo) que emanan del ser humano por el hecho de serlo, es decir, de la conciencia que posee el ser humano de su dignidad.

En el contexto de la expansión por América, podemos rescatar la figura del dominico Bartolomé de las Casas (1484­1566) que, junto a otros personajes como Francisco de Vitoria (1483­1545), defendió la dignidad y los derechos de los nativos americanos que estaban siendo sometidos a esclavitud y a unas condiciones de vida extremadamente duras. Un ejemplo del trato al que eran sometidos es el de la encomienda, que consistía en imponer a un grupo de nativos un impuesto o tributo, en forma de trabajo o en especie, que debían pagar a la corona española. Frente a estas prácticas abusivas e indignantes, fray Bartolomé de las Casas logró del emperador Carlos I, en 1540, una ley que suprimía las encomiendas y prohibía la esclavitud de los indios.

2.5. La edad de los derechos (desde 1789 hasta hoy)

La Revolución francesa (1789) provocó la caída de los regímenes absolutistas y el triunfo de los valores humanistas de libertad, igualdad y fraternidad. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) supuso la supresión de los derechos feudales y promovió los derechos naturales: libertad, igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y la justicia, fraternidad, derecho a la propiedad, etc.

La Revolución industrial trajo consigo el enriquecimiento de una nueva burguesía industrial, propietaria del capital y que sometía a explotación laboral a grandes masas de trabajadores y asalariados. En este contexto, surgieron movimientos obreros fuertemente inspirados en la fe cristiana. León XIII, en la primera encíclica social Rerum novarum (1891), instaba al mundo obrero a asociarse y sindicarse, además de reconocer los derechos de los trabajadores. Personajes como san Juan Bosco (1815­1888) son conocidos, en el siglo xix, por promover la educación de la juventud y evitar que muchos niños y niñas acabaran en fábricas trabajando en condiciones miserables.

Ya bien entrado el siglo xx, surgieron en las iglesias de América Latina grandes defensores de la dignidad y de los derechos humanos: san Óscar Romero (19171980) y Pedro Casaldáliga (1928­2020) son solo dos ejemplos.

Consulta en anayaeducacion.es los audiovisuales para ampliar información acerca del complejo diálogo entre la modernidad y la Iglesia reflejado en la Revolución francesa.

Actividades

2 Aunque ha llegado a los altares en el siglo xxi, la figura de Óscar Romero ha sido muy controvertida e, incluso, rechazada por algunos sectores de la Iglesia. Busca en internet su última homilía, del 24 de marzo de 1980, pronunciada el día antes de su asesinato. ¿Qué mandamiento de la Ley de Dios se encuentra en el centro de su mensaje?

De izquierda a derecha

Fray Bartolomé de las Casas, siglo xvi (Biblioteca Capitular y Colombina, Sevilla, España).

San Juan Bosco (Basílica Menor de Panamá, Ciudad de Panamá, Panamá). Óscar Romero (Plaza San Pedro, Ciudad del Vaticano).

3 Por grupos, repartíos uno de los personajes que se han citado en este apartado: Juan Crisóstomo, Francisco de Asís, Domingo de Guzmán, Bartolomé de las Casas, Francisco de Vitoria, Juan Bosco, Óscar Romero y Pedro Casaldáliga. Investigad acerca de su vida y su contexto histórico. Elaborad un cartel informativo de uno de ellos y realizad una exposición en clase.