Encuentro 81 N°7

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Revista Rdigital evista digital 116/10/2022 6/10/2022 N°7 N°7 La Cruz del Dolor Una voz... comunidad LGBTIQA+ Ilustración: Lorena Barceló Brito Entrevista a Pedro Uribe

Integrantes de la revista

Comité editorial

Pedro Álvarez Castro Ana María Brito Bugueño Walter Bussenius Cortada Mirna Karmelic Gadal Mario López Ibáñez Dulia Ortega Torres Ruby Osorio Arias

Colaboradores

Simón Álvarez Peña Lorena Barceló Brito Rodrigo Gutiérrez Lecaros Dayana Razmilic Torres

Mail de contacto

ENCUENTRO 81 I N T E G R A N T E S D E L A R E V I S T A
revista.encuentro81@gmail.com

al

Editorial Carta
editor En conversación con Emilia Monje, Mili Estallido y convención: la agonía de la esperanza Diálogos con Pedro Uribe Una voz… una comunidad de las disidencias sexuales Ecografía (2/5) La Cruz del Dolor «Chilenidad» en contexto neoliberal 5 6 8 23 26 32 39 44 50 ENCUENTRO 81 Í N D I C E Índice
ENCUENTRO 81 Í N D I C E Ruanda en mi Memoria Por error Siempre fuiste incógnita Homenaje al nuevo aniversario de la Independencia de Chile A los profesores Acertijos Receta: “Queque Negro” Solución Avisos 54 64 66 70 71 72 74 76 77

Editorial

En esta primavera de octubre del 2022 conmemoramos el segundo aniversario de nuestra revista Encuentro 81.

El lanzamiento de este séptimo número coincide con el Día del Profesor, 16 octubre, el que fue instaurado el 11 de septiembre de 1943 como el Día del Maestro, durante la presidencia de Don Juan Antonio Ríos, en recuerdo de Domingo Faustino Sarmiento, destacado profesor argentino, pionero de la educación chilena, estadista y promotor de las ideas de libertad y progreso. Fue quien fundó la Escuela Normal de Maestros de Chile, la primera en América Latina.

En este séptimo número conversamos con un Profesor de Medicina, formado en la Escuela de la Universidad de Chile, quien nos ofrece una interesante visión de los alumnos de hoy y los de ayer. También podemos conocer la otra cara de la moneda, en otro contexto y circunstancia, con el brutal testimonio del abuso de un alumno de un colegio religioso de Santiago

A esta publicación le ha tocado convivir con una época de cambios vertiginosos, tanto en el ámbito nacional como internacional.

Conoceremos el relato en primera persona, de un observador del genocidio en Ruanda. Nos sigue asombrando como la humanidad olvida el valor de la vida y es capaz de realizar las mayores atrocidades una y otra vez. Un genocidio en el siglo XX. Y sin pausa ni pauta, en este siglo XXI, la invasión rusa a Ucrania, con consecuencias devastadoras, que algunos se atreven a llamar genocidio, pero no, es la guerra, con una nueva

oleada de horrores y que ha traído severas consecuencias humanitarias, de abastecimiento de gas a Europa y afectación de la economía a nivel mundial, sin dejar de mencionar los posibles riesgos para el mundo de un escalamiento del conflicto.

En el ámbito nacional, tras la revuelta popular de octubre del 2019 y pacto político de noviembre de ese año para iniciar un proceso constituyente, vimos que en el plebiscito de entrada la ciudadanía dio un amplio apoyo a un proceso exclusivamente elaborado por constitucionales electos y en un contexto de paridad de género y presencia de representantes de pueblos originarios. Se construyó un texto que fue cuál criatura quimérica de Ammyt, para remitirnos a la era precristiana ampliamente rechazado por el pueblo; para quedar nuevamente el proceso constituyente radicado con un vagaroso porvenir en manos del Congreso Nacional Las groseras desigualdades e injusticias sociales que fueron el desencadenante de la revuelta popular de octubre aún esperan ser abordadas. Un escritor chileno de trayectoria comparte con nosotros algunas reflexiones sobre el proceso constitucional en curso, mientras una activista nos cuenta algunas de sus vivencias y esperanzas, desde la perspectiva de las disidencias sexuales en el ámbito de una discapacidad.

En este número tratamos de abordar algunos de los hechos que nos afectan y esperamos que sean interesantes para Uds, los entretenga y haga reflexionar.

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Carta al editor

Wanda Fernández Maza

Queridos compañeros de la generación 81: Pedro Álvarez, con el entusiasmo que le caracteriza, me pidió que les contara sobre esta nueva aventura que me motiva y que espero poder realizar gracias a su gran apoyo. En mayo de este año me jubilé del trabajo hospitalario Toda mi vida laboral la hice en el sistema público y pensaba cómo podría en esta nueva etapa aportar desde otro espacio a nuestra profesión. Como los años no pasan en vano, y ya entramos en la tercera edad, decidí participar en la nueva Agrupación de Médicos Mayores del Regional Santiago. Debo reconocer que no sabía qué

significaba, solo que tenía ganas de participar. Me imagino que igual que yo, el significado de envejecer nos ha tocado no solo en forma personal, si no en el cuidado de padres y familiares. Y ese es un gran tema y, por supuesto, un tremendo desafío. Como esta agrupación no existía, estamos comenzando a darle forma. Las ideas que se nos han planteado son tan diversas como el grupo de 4.000 médicos mayores que la conforman. Una idea inicial nos dará los datos de una encuesta respondida por 300 profesionales que estamos a la espera de recibir. Tenemos claridad que el cuidado de

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nuestra salud en esta etapa es fundamental.

Muchos de nuestros colegas enfrentan dificultades no solo económicas relacionadas con este tema, sino también tienen problemas para acceder a atención, exámenes y tratamiento. Incluso, algunos no tienen como transportarse a los lugares de atención.

Las dificultades económicas impactan en muchos aspectos, como por ejemplo no tener una adecuada alimentación, alojamiento, cuidadores, etc.

Sin duda, otro problema es la falta de compañía de quienes se han ido quedando solos o no cuentan con redes de apoyo.

El fin de nuestra etapa laboral representa también una oportunidad para desarrollar otras áreas de interés, que antes nunca tuvimos tiempo para dedicarle Es por eso, que hay grupos que quieren poder acceder a cursos de yoga, canto, pintura, instrumentos, baile, etc.; o formar grupos de intereses comunes en música, arte, literatura o lúdicos.

Las necesidades e intereses como pueden

ver son muy variados, y como siempre tendremos que decidir de acuerdo a los recursos que nos entregue el Regional Santiago.

Ahora, si uno revisa lo planteado hay acciones solidarias en las que todos podríamos participar dando un poco de nuestro tiempo, como es el acompañamiento de los colegas que lo requieran, avisar si se sabe de alguna situación que requiera ser atendida.

Por lo pronto, tendremos una sala para nuestra agrupación que será nuestro punto de encuentro. Se está contratando una nueva trabajadora social para que se haga cargo de trabajar las situaciones más apremiantes.

Y como siempre yo sé que cuento con ustedes para ayudarme en este desafío que no es menor, hay muchas esperanzas puestas en lo que podamos lograr.

Wanda Fernández Maza

Presidenta Agrupación Médicos Mayores Regional Santiago COLMED

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En conversación con Emilia Monje, Mili

Después de varios intentos, logramos encontrarnos virtualmente con la Mili. Es la de siempre, con su actitud modesta, divertida y simpática. De risa fácil y de historias fluidas. Su relato es entusiasta y ambicioso, quiere dar cuenta de mucho en poco tiempo, hace paréntesis, cuenta historias dentro de historias y mantiene en ascuas al auditor, a la espera del próximo giro. La conversación es larga, histórica y nos cuenta de la vida en el Norte Chico. Le rinde homenaje a su padre, en su rol de padre y madre, de profesor y educador y nos muestra cómo su legado viaja con ella a la próxima generación.

-Entiendo que tú naciste y te criaste en Ovalle. ¿Qué es lo destacable de la región como para que te haya quedado tan grabado, que transmites tú esa vida y ese cariño por tu tierra?

Bueno, yo nací en Ovalle de familia que también era nortina. Mi papá era taltalino y mi mamá nació en Tacna, cuando Tacna era chileno. Mi papá llegó a Ovalle el año 1949, mis tíos habían estudiado con él en la “gloriosa”, como decía él, Escuela Normal de Copiapó. Mis tíos se vinieron y lo recomendaron a mi abuelo materno, que era del área docente y estaba en las direcciones de algunos colegios. Así llegó a Ovalle, ahí conoció a mi mamá y ahí nací.

-¿Tú eres la mayor?

Nosotras somos dos hermanas. Yo soy la menor. Mi hermana es 3 4 años mayor que yo Fue una infancia bastante feliz, muy sana, de provincia Vivías con una tranquilidad increíble, con una cantidad de gente alrededor. Tuve el privilegio de estar en una familia con valores bien fuertes y solidarios. Viví entre las casas de mis abuelitos y la de mis papás con reuniones familiares dominicales en casa de mis abuelitos maternos. (A mis abuelitos paternos no los alcancé a conocer, fallecieron antes). Siempre teníamos gente que era de alrededor de Ovalle: iban a estudiar, se quedaban en la casa, tomaban

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Mis papás

onces hasta que llegaba el momento de volver a los lugares rurales cercanos, eran “medio pupilos” Estudié en la Escuela Pública Nº 2 de Ovalle y después en el Liceo de Niñas de Ovalle, que también era público. Siempre muy ligada al deporte porque mi papá tuvo mucho que ver en Ovalle en la parte deportiva, además de su gran labor docente. Ahí crecí. El quiebre mayor fue a los 16 años, por la partida temprana de mi mamá. Ella falleció cuando yo estaba en 3º Medio, una gran pena y un período muy difícil. Yo siempre fui muy buena alumna y deportista. No era de esas mateas aisladas, siempre estaba participando en todo, hacía mucho deporte, cosa que dejé cuando murió mi mamá. Ahí me fuí pa’bajo, obvio, pero después de un tiempo lo retomé ¡¡Lo que son las cosas de la vida!! Yo me gané una beca de intercambio por un año en EEUU por la Youth for Understanding que se realizaba en 3º medio y la rechacé. ¡¡¡Ese año falleció mi mamá!!!

Mis profesoras me consideraban mucho, si llegaba alguna compañera nueva con buen rendimiento me decían: “No te puede superar, no nos puedes fallar”. Yo era el crédito (se ríe) y ahí terminé mi Enseñanza Media, con muchos regalos, premios de todas las áreas, pero con una inmensa pena por la ausencia de mi mamá. Con mucho apoyo familiar de mis abuelos maternos. Después que falleció mi mamá de un cáncer de mama, a los 53 años, nosotros vivimos con ellos. Mi papá vivía muy cerca y siempre estuvo presente. Hizo la labor de papá y de mamá superbien. También vivimos mucho esto de los tíos postizos, porque muchos familiares pertenecían a la masonería, que era una linda “familia”. Mi abuelo y un tío fueron Gran Maestro y ahora lo es un primo Y además estuvo mi Nana, que llegó cuando yo tenía 6 meses. Se había ido poco antes que falleciera mi mamá y cuando supo de su muerte, volvió y se quedó con mis abuelitos y con nosotros. ¡Somos como sus hijas!, de esas “nanas antiguas”(no tiene otros familiares). Ella está en Ovalle, tiene 94 años, tiene su cabeza mejor que cualquiera de nosotros, pero una artrosis de cadera la limita un poquitito. Ella fue otro pilar que estuvo ahí presente con nosotros y sigue presente hasta ahora.

Saliendo de 4° Medio

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Con mi papá y mi Nana

¿Tú dices que tu papá está vivo todavía?

No, mi papá falleció el 2020, a los 93 años. Estuvo conmigo muchos años acá en Santiago, muy activo hasta como los 87 años, haciendo de secretario de una cooperativa de Guanaqueros, playa de la 4a Región que a mí me encanta. Después que falleció mi mamá, mi papá tuvo otra señora, que era mi inspectora general, que yo quería mucho, pero en esos tiempos sentía como una deslealtad a la mamá, y al principio no reaccioné muy bien. Ella después falleció, otro golpe duro para él.

¿Tu papá era profesor?

Profesor normalista con mención en Educación Física

-¡De ahí viene tu amor al deporte!

Sí, y se desempeñó en el Liceo de Hombres de Ovalle

-¿Él no fue profesor tuyo?

No porque en ese tiempo el Liceo de Hombres era solo de hombres. Pero sí tuve su influencia. En esos tiempos en que la formación era tan estricta, los profesores eran personas respetadas, no como ahora Mi hermana es profesora de estado, de matemáticas y lo que cuenta ella, comparado con estos tiempos, desde la responsabilidad como alumno, del desempeño, de la visión y respeto que una tenía por los profes es totalmente distinta a ahora.

Yo siempre he pensado en lo importante

que son los profesores en la formación integral de cada uno de nosotros y que poco se reconoce.

-¿Nos puedes describir tu apreciación de Ovalle cuando eras niña? Porque yo me acuerdo de la primera vez que nos encontramos en la U, lo primero que tú transmitías era que tú eras de Ovalle, o sea era algo bien profundo.

Claro, es que vivimos intensamente cada una de las etapas de nuestras vidas allá y con cosas bien cotidianas. Como te digo mi papá era profesor, mi mamá había hecho unos cursos de secretariado, trabajó un tiempo, pero después fue dueña de casa y dedicada a nosotras. Ambos pertenecían a estas instituciones, mi mamá en el Centro Femenino, mi papá miembro activo de la masonería durante mucho tiempo. Éramos muy de cariño, muy de familia. De hecho, yo tengo mis mejores amigas ovallinas hasta el día de hoy. Entonces, Ovalle era un lugar en que disfrutabamos de todo, yo andaba en bicicleta en una época en que la bicicleta no estaba de moda. ¡¡Se usaban con patente!! ¡¡ qué antiguo!!, pero lo hacía tranquila y sin riesgos. Estoy siempre yendo a Ovalle. Hasta antes de la pandemia asistía cada año a encuentros de ex alumnas del Liceo de Niñas, encuentros de camaradería y deportivos Quiero mucho mi ciudad y trato de ser un aporte. Soy nexo para cooperar en atenciones de salud de niños provenientes de Ovalle y Andacollo. Aporto y coopero con agrado en lo que esté a mi alcance. El año 2014 fui invitada por el Alcalde a recibir un reconocimiento como “Ciudadana distinguida” en una ceremonia que se

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realiza en la Plaza de Armas para el Aniversario de Ovalle Me sorprendió

Mi Reconocimiento

¡Mili, lo que tú describes es una comunidad!

Justamente, una comunidad de gente conocida y de personas buenas, solidarias y generosas que se desenvolvían en un ambiente tranquilo. Yo creo que eso fue muy bonito y digo fue porque ahora los riesgos y la delincuencia creo no respetan lugares.

-¡Eso te quedó marcado! La primera vez que escuché hablar de Ovalle fue contigo.

¡¡¡Me encanta, me encanta eso!!! (Risas)

¿De qué edad tienes recuerdos de haberte interesado en el deporte?

Recuerdo haber estado en la quinta serie y yo debo haber tenido unos 8 o 9 años en que jugaba básquetbol y recuerdo que alguien dijo “hija de tigre”, como mi papá. Él era muy buen basquetbolista y futbolista y estuvo tentado por el Colo Colo. ¡No hubiésemos existido si se hubiera venido!

Donde fuera él hacía un equipo. Nos buscaba la cancha, nos ponía los balones y siempre estaba ahí. Entonces empecé muy precozmente a jugar básquetbol y después cuando empezó el voleibol en Ovalle, yo también jugué voleibol. Hasta el día de hoy juego básquetbol. ¡Hasta el día de hoy!

¿Juegas regularmente?

En el hospital yo he jugado siempre. Al principio voleibol y hace unos 6 años motivé a empezar con básquetbol, que no había y ahora lo que más juego Ces

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on el Alcalde y su
Sra. en la Plaza de Ovalle

básquetbol. Hay competencias interhospitales. Participan administrativos, personal de servicio, profesionales y el que haga deporte. Nos juntamos en una cancha de Salud Mental al frente del hospital y se han presentado proyectos de mejora del lugar con buenos resultados. ¡Yo soy la única médica deportista actualmente! (Risas)

¿Y cómo se siente eso?

El deporte es bueno para la salud y para el desarrollo de la persona porque es un hábito y compartes y conoces personas de otras áreas. Si tengo que levantarme a hacer una actividad que no fuera deportiva, me cuesta mucho. No es así si es por deporte. Yo me fui de general de zona y antes de poner la consulta, en menos de cinco días tenía el equipo de básquetbol en Andacollo. El deporte era y es mi alma.

¿Cómo congeniabas tú el deporte, que es como otra carrera, con la medicina?

Para estar en una liga se necesita dedicación, no es cosa de ir una vez y otra no, para armar un equipo y que la cosa funcione se necesita compromiso.

Deporte en el Roberto del Río

¡Ahí estás tú representando al gremio!

¡Sí, pues! ¡Lo cual es un plus! Es un plus porque compartes con todos los estamentos. Entonces a veces almuerzo con los de farmacia, nos encontramos en el pasillo y me dicen: “Emilia, ¿vas hoy día?”. No me dicen doctora.

Cuando una tiene muchas ganas de hacer algo, ese compromiso, ese sacrificio no se nota mucho. En Ovalle yo fui seleccionada regional de básquetbol, pero nunca estuve en ligas que te exigieran demasiado, así es que lo podía compatibilizar perfectamente. Cuando llegué a Andacollo creé el equipo Andacollo, participamos en los campeonatos de los Servicios de Salud que había en esos tiempos. No clasificamos, pero me eligieron de refuerzo para el equipo de Coquimbo que clasificó para continuar en el Campeonato Nacional Inter Servicios de Salud. Entonces fui a La Serena por un mes y a la vez aproveché de hacer mi estadía de un mes por año del generalato de zona. Fue mucho, ¡pero lo pasé bien igual! Yo puedo estar post turno y voy a jugar igual el partido de básquetbol, porque después que estás ahí, que juegas, que compartes, por mucho que

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esté post turno, llegas con más energía, más vital. Y con esto me he mantenido vital. Porque yo a pesar de mi edad me siento joven. Mi hermana me dice: “¡Mili, trata de parar un poquito, porque uno de estos días vas a quedar tirada en la cancha!” (Risas)

Por razones sentimentales opté por irme a la 4a Región, en Andacollo.

¡Cerca de tu tierra!

¡Cerca de mi tierra y fíjate que no conocía Andacollo! Tuve muy buena experiencia allá. Andacollo no es muy grande y está en altura, a 1.100 m. Debe haber tenido alrededor de 11.000 habitantes en la comuna total. ¡Pero tenemos mucha historia de mi estadía allá!

-¡Cuéntanos!

Deporte en Ovalle

-¿Cuándo se dio la disyuntiva de dejar el deporte y hacer otra cosa?

En el Liceo, cuando estaba en 3o Medio. Dimos un ensayo de la PAA y me fue muy bien, saqué muy buen puntaje. Y mis ojos iban a Educación Física, no veía otra opción. Y fueron mis compañeras y una profesora de Educación Física que me dice: “Pero haz otra cosa con lo bien que te va y te dedicas a la medicina del deporte”. Y no encontré nada mejor y lo encontré tan buena idea. ¡Ya! dije y ahí mezclo las dos cosas: mi deporte y medicina. Quedé en Medicina en Santiago. Al final no supe nunca de la medicina del deporte. Pero pude complementar las dos cosas muy bien. Nunca más pensé en eso y como después venía la opción de qué hacíamos, yo opté por irme de general de zona.

Cuando llegué a Andacollo, éramos 2 médicos. Para la primera fiesta de Andacollo, allá hay dos fiestas religiosas: la Fiesta Chica, que es el primer domingo de octubre y la Fiesta Grande, que es entre el 23 y el 27 de diciembre me tocó turno. Y quedé realmente impactada del fervor de la gente, la devoción y pelea por poder transportar a la Virgen desde una iglesia a otra. Eso para mí fue impactante, muy bonita vivencia. Esto de ser “autoridad” era una experiencia nueva. Siempre lo cuento como ironía; por ejemplo, en el banco me decían: “Doctora, ¡por favor pase!”. Y yo pasaba de las primeras, me daba un poquito de vergüenza. Si había festival te invitaban de jurado,en los distintos eventos tenías un sitial entre las autoridades que siempre lo evité, entonces estabas ahí en todo en primera A las pocas horas estaba en Ovalle o La Serena y era una más. (Risas)

¿Cuánto tiempo estuviste en Andacollo?

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Cuatro años estuve en Andacollo y fue una gran experiencia, pero Ruby, … si me preguntaran en estos momentos si yo ahora me iría a Andacollo después de salir de la universidad como salimos, no sé si lo haría. Me tocó ser directora. ¡Me tocó hacer planificación, que yo en mi perra vida había hecho! Hacer los cálculos de las horas de todos los estamentos, de los pedidos de las farmacias, de esto y lo otro. Y segundo, me tocó hacer cirugía, ¡cesáreas!… hasta el día de hoy creo que mis suprarrenales quedaron chiquititas. En una oportunidad llegó del plan de expansión de recursos humanos otro colega, y el jefe, que era mi otro colega, me dijo que este nuevo colega sabe operar así es que no hay problema, pero debíamos acompañarlo por lo de la responsabilidad administrativa Un fin de semana me llaman: “El Dr P la llama porque va a operar a una señora”. Se preparó el pabellón, yo llego cuando él se estaba lavando y le digo,: “Ya, si quieres pones la raquídea”, porque nosotros hacíamos todo “yo me voy a lavar y te ayudo”. “¡No!”, me dijo, “¡Si yo no he operado nunca!” Entonces, yo te juro que ahí… no sé…en mi vida había rogado porque hubiese un cataclismo o algo que me hiciera desaparecer de ahí, porque la paciente ya estaba en el pabellón. Yo había sido solo ayudante y ¡con la guitarra en la mano la cosa es distinta! Me tocó hacer la cesárea, que afortunadamente salió bien, no sé si es porque allí estaba la virgencita de Andacollo o alguien me guiaba y me protegía.

Tú habías hecho ayudantía, ¿habías estado en cesáreas antes?

Visualmente, tirando valvas y mirando cómo lo hacían. Mi internado de Gineco Obstetricia fue en el JJA donde la posibilidad de realizar procedimientos o cirugías era casi nula respecto a los que lo hacían en el Hospital San José. Para mí Andacollo fue harto estrés. Mi experiencia en fórceps fue que una vez un becado, dada mi insistencia, me llamó y me dijo mira, pon la rama, y puso su mano y yo metí la rama del fórceps. ¡No tenía ninguna otra experiencia! Aprendí a hacer los fórceps con la matrona en Andacollo. Yo hacía muchos fórceps y mi colega hacía cesáreas espectaculares ¡en 20 minutos! Fórceps para mí era pan comido. Yo hice mis dos primeras pasadas del mes por año en Gineco Obstetricia en Serena, porque yo me sentía muy poco preparada en eso Y lo otro que me tocó mucho hacer en Andacollo fue la cosa legista: necropsias. Una vez me declaré incompetente, porque me llegó un caballero carbonizado. Tenía sus pies amarrados y una herida en la cabeza. De hecho, me metí en cosas que no debía, porque me fui al lugar de los hechos y después el juez me reprendió. Y yo no entendía nada y a este caballero lo mataron. Me metí a hacer la necropsia porque el juez dijo que al menos, si no me sentía capacitada tenía que hacer una descripción externa. Yo llevaba mis dos tomos de medicina legal, los leí bien leídos, hice y busqué todo lo que había que encontrar y describir en muertes de personas que estaban carbonizadas, entonces hice la descripción. Después me felicitaron.

¿Qué apoyo académico o profesional

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tiene un médico general de zona cuando se encuentra en situaciones difíciles como las que describes? ¿Alguien de más experiencia a quien pedir ayuda o consejo?

Éramos dos médicos y teníamos la misma preparación, con algunas pequeñas diferencias. Los pacientes con los que teníamos problemas, los derivábamos dependiendo de la patología, ya sea al hospital de La Serena o al hospital de Coquimbo.

-¿Podían llamar a alguien para consultar? Porque a veces basta con que una hable con alguien para no tener que derivar el caso.

Llamábamos a quienes estaban de turno en La Serena o Coquimbo, con distintas recepciones. Generalmente buena, pero a veces una se sentía un poquito dolida por el trato y las respuestas. Por ejemplo esa cesárea, estábamos con problemas de luz, porque se cortaba la luz, y la respuesta del colega: “Pero doctora, ¡si está así usted puede solucionarlo allá y por último opere con una vela!”. ¡Ésa es una falta de respeto absoluta! Entonces, ¡qué haces tú!

-En Andacollo, ¿la entrada principal es la minería?

Sí, la entrada principal es la minería. Aprendí allá que los mineros tienen dos grandes creencias. Una, que tomaban harto vinito para que la silicosis no los perjudicara y segundo, que no arreglaban sus chozas por fuera, porque decían que se les iba la mina para abajo.

Entonces tú veías algunas casas deterioradas pero muy bien equipadas por dentro En ese tiempo Andacollo tenía hartas minas, de oro, de cobre, los pirquineros, la pequeña minería.

¿Eso todavía es así?

Tuvo sus tiempos mozos. Ahora más que la pequeña minería son las grandes empresas. Yo viví los tiempos en que había mucho pirquinero, dentro de las cosas que me regalaban a veces ¡te regalaban oro!, pedacitos en bruto o pulido.

La gente era muy agradecida con nosotros. Además, éramos un equipo joven: matrona, enfermero, tecnólogo y con esa actitud de la juventud, con ganas y compañerismo Íbamos juntos y en algunos lugares decían: ‘Hace entrada el Team del Hospital”, cuando llegábamos nosotros. Pasamos a ser “autoridad”. Personalmente esto me complicó. Pero bueno, son cosas de la vida.

-¿Entonces era difícil comprometerse con alguien por todas las presiones sociales?

En el sentido que te vieran que salías. Te pongo un ejemplo, yo jugaba básquetbol y en una oportunidad en forma muy picada porque me echaron, con 5 fouls, agarré la pelota así y la tiré, con tan mala suerte que tocó en los fierros del gimnasio y sonó fuerte, entonces “la doctora es una rota”, ésas cosas, ¿cachai? Yo me sentía muy vigilada y no estaba acostumbrada. Esa es una cosa que yo corregiría en mi vida, que no lo supe llevar muy bien… es como un temor a ser criticada por una mala actitud,

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no sé, una cosa rara.

Ser médico general de zona, es como ser una celebridad del lugar. Se es médico para ayudar, pero también se es un modelo al cual la gente aspira. ¿Eso te restringía tu libertad, de cómo comportarte, cuando una quiere soltarse las trenzas, por ejemplo?

Así es. Como te explicaba antes. Incluso cuando iba mi pareja, me costó un poco. ¿Esto será mal visto? ¿Qué se comentará? ¡Mira la estupidez! (Risas y carcajadas) Pese a todo, fueron 4 años en que yo estuve muy agradada, fíjate. De hecho, mis familiares y mis amigos subían a verme los fines de semana que me tocaba turno. Íbamos a un restorán que todavía existe y donde tomé los mejores tragos ¡¡¡Tantas experiencias vividas!!! También tuve un psicópata. Esta persona aparecía en todos los lugares que yo iba. Al salir de la consulta estaba su vehículo ahí, al llegar al poli, al lugar donde iba a almorzar, a los partidos en el gimnasio, llamadas al hospital. Me mandaba cassettes con dedicatoria, etc., etc., etc. Acudía a algunos de los clubes (hipertensos, alcohólicos anónimos) a conseguir fotos mías para hacerme sahumerios, ¡¡seguro!! No fue un momento fácil. Yo vivía sola en una de las casas dentro del terreno del hospital y después opté por compartir la casa con una enfermera (amiga hasta el día de hoy) por esa razón Si me llamaban en la noche para ir al hospital yo le pedía a los funcionarios que se identificaran, me esperaran y después me acompañaran de vuelta a la casa. Eso fue heavy.

¿Y cómo terminó esa aventura?

Yo creo que era una locura sana Nunca hubo falta de respeto, nunca hubo nada, nunca permití tampoco que me hablara, mucha molestia, mucha insistencia. Bueno, después yo me vine a Santiago. Tú no me vas a creer que después hasta al hospital Roberto del Río me llegó carta. ¡¡De mi paso por Andacollo tengo para escribir un libro!!

-Y después de 4 años, ¿cuál es el proceso?

Tú puedes estar en el generalato de zona máximo 6 años. Así es que me quedaban todavía dos. Luego se postula a becas de formación. Tenía muy claro lo que no me gustaba, ¡¡no me pegues!!: ¡la psiquiatría! (risas y carcajadas), la anatomopatología y la cirugía ¡Pero no tenía claro lo que quería! Había opciones en pediatría y tomé la beca en el Roberto del Río. Del ‘86 al ‘89 demostré mi tendencia a la nefrología, pero no existía la beca formal. Cuando terminé la beca de pediatría, me sugirieron mantener el nexo con el hospital y participar en la reunión clínica de los miércoles. No pasaron más de un par de meses y me contrataron en el Roberto del Río. Estoy ahí hasta la fecha: ¡¡¡33 años!!!

-¿Cuál es tu cargo actual?

Después que terminé la beca, estuve 22 años en la UCI pediátrica, hasta el 2010, que me acogí al Artículo 44, en que tú dejas de hacer turnos y conservas el sueldo. Estuve un tiempo en la jefatura de la UTI. Después me cambié a Pediatría y asumí la jefatura de UPGC, (ex servicio de Infeccioso o

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Aislamiento en nuestros tiempos), hasta que en la pandemia, a sugerencia de las infectólogas que me dijeron: “¿Qué haces tú aquí?”. Me quisieron decir vieja, (risas) estaba un poquito gordita, tenía resistencia insulínica, querían protegerme del Covid. Salí de ahí y me fui al sector no Covid. Mi cargo actual es médico staff de UPGA en el Servicio de Pediatría del Hospital Roberto del Río. ¿Te recuerdas tú del Dr. Horwitz?

-Sí, era bien pesado, ¡no le gustaban los alumnos!

Sí, yo lo conocí en la parte ‘abuelística”. Fue director del Servicio de Salud Metropolitano Norte, Director del Hospital y Jefe del Servicio de Pediatría. Él me decía: “Emilia, yo le he ofrecido tantos amores a Ud y no me ha aceptado ninguno” Y de amores se refería a jefaturas. Yo siempre le he hecho el quite a las jefaturas. Prefiero trabajar con mis pacientitos tranquila, dando lo mejor posible ahí en la parte asistencial, que es lo que a mí me gusta. Presido además el Comité de Mortalidad del hospital y soy integrante del Comité Regional que depende del Ministerio de Salud. Dentro de mis actividades fui también pionera en la atención prehospitalaria, participando en un equipo que inició lo que ahora es el SAMU (Servicio de Atención Médica de Urgencia). Lo hacía “por amor al arte”. Ese equipo inicial tuvo la oportunidad de viajar por un mes a Seattle para perfeccionarse Yo desgraciadamente no pude asistir, ya que estaba embarazada y mis antecedentes obstétricos no me lo

permitieron.

Mili, quiero cambiar un poco el rumbo y quisiera que me contaras un poco de la profesión de tu papá. Entiendo que él era educador.

Claro, él era profesor normalista, con mención en Educación Física, de la Escuela Normal Abelardo Núñez de Copiapó y con una gran vocación. Él era una persona de principios, los que defendía en forma acérrima, sencillo, correcto hasta en la cancha como dicen sus alumnos. Formador de muchas generaciones, que atesoran y reconocen sus enseñanzas y no es porque yo lo diga, sino lo expresan también sus alumnos en los distintos reconocimientos que le hicieron Es emocionante y conmovedor escuchar sus relatos y corroborar las huellas que dejó. Lo describen como un hombre integral, “Maestro de maestros”, “Formador de formadores”, de una entrega enorme y ayuda incondicional a muchos para lograr sus objetivos profesionales sin hacer alarde de su entrega. Dejó un gran legado. En Ovalle hay un pasaje que lleva su nombre: “Profesor Humberto Monje Calderón”. Como falleció durante la pandemia, todavía muchos nos recuerdan que debemos hacer un ceremonial de despedida con aviso anticipado ya que hay varios ex alumnos que están en el extranjero y desean estar presentes ¡¡¡Imagínate!!!

Tuvo sí historias tristes, mi papá fue exonerado, si mal no recuerdo fue el año 1981. De un día para otro quedó sin su pega.

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Con mi papá y atrás, el nombre de su pasaje

-¿Y por qué?

¡Por lo que nunca se supo! Fue cuando la educación se cambió a los municipios. Me mostró una carta en la que decía que era sacado de su cargo, sin mayores explicaciones. Estuvo sin trabajo un tiempo.

¿Cuál fue la razón?

El pensar distinto, el pensamiento político, que lo demostraba abiertamente y actuaba en consecuencia.

¿Puedes explicar un poco?

Mi papá fue radical. Tenía sus cosas y principios muy claros y los defendía sin temor. Lo sacaron incluso de los cargos de instituciones deportivas, le dolió mucho.

Después le ofrecieron reincorporarse, pero obviamente no aceptó. Todo eso motivó un déficit de ingresos, que para él no fue fácil. Durante el último año de internado, para cooperar trabajé como médico de Urgencia en el Hospital de Talagante, ¡¡con la Malú Maturana!! Compartíamos un cargo denominado Auxiliar Técnico.

¿Y cómo describirías tú a tu papá?

Él era una persona de principios sólidos, muy solidario. No hacía diferenciación de las personas, no importaba de dónde viniera, a todos los trataba de la misma forma, muy solidario, muy recto, con sus principios muy arraigados. Enemigo del poder, nunca aspiró al poder y cuanto hizo, según sus alumnos, lo hizo con maestría, tratando de conciliar siempre.

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Delegaba funciones y formaba equipos, pero apoyaba e integraba. Era muy apoyador e integrador Además, era el alma de las fiestas, cantaba muy bonito y hacía que todos participaran.

La revista va a salir el Día del Profesor, por eso te preguntaba al respecto y lo que significa ser hija de un profesor. ¿Era él educador, profesor, en la casa, también?

Mira, yo creo que en la casa lo más loable fueron los ejemplos. La forma de actuar, la forma de tratar, la forma de enseñar, de ayudar, su gran vocaciòn. Un ex alumno después de su muerte, le hace una comparación basada en una descripción de Primo Levi, el escritor italiano: “Éste era un hombre íntegro, sencillo, servicial, humilde, firme, flexible y cariñoso, trataba a todos por igual”. Entonces yo creo que eso era lo esencial. Él transmitía esto y la gran parte de los exalumnos lo ven como un gran formador. Fue el faro nuestro, en el sentido de guiarnos por donde ir. (ver Apéndice).

Yo creo que supo combinar ser cariñoso y estricto. Él era muy exigente, no era de las personas que te abraza, pero sí te demostraba cariño, en el sentido del apoyo.

Mi papá era una persona firme, que te ayudaba a levantarte de todas estas caídas que uno tiene en la vida.

Le decían “El Pije Monje”, ése era su apodo, porque, a pesar de que era profesor de Educación Física, la historia cuenta que él andaba siempre de punta en blanco

Con toda la influencia de tu familia, el apoyo comunitario, tu apego y tu historia en Ovalle, me recuerdas ese concepto que dice que se necesita una comunidad

entera para criar a un niño y facilitar que se incorpore a la sociedad, no solamente los padres. La verdad es que no me has descrito el pueblo, aún no tengo idea de cómo se ve Ovalle, ¡pero tengo bien clarito cómo se ve la comunidad y por qué es tan importante!

Ovalle, ahora deben ser algo como 110.000 habitantes, tiene una plaza que es considerada dentro de las mejores y más bonitas del país. En mis tiempos, íbamos a la plaza donde las mujeres daban vuelta para un lado y los hombres para el otro, salvo que anduvieran en pareja. Si tenías interés en algún muchacho o viceversa dábamos vueltas y vueltas como gansos para verlos (Carcajadas). Ahora ha surgido harto lo cultural, el turismo en lugares conocidos en los alrededores: el Valle del Encanto, Parque Fray Jorge, Padre Hurtado, pero realmente lo que uno rescata es la gente, las tradiciones.

-Tú te dedicaste a la pediatría y sigues trabajando en el hospital, ¿cuál es tu plan?

Mira, mi plan siempre ha sido el servicio público y dar lo mejor que pueda. Gran parte de mi tiempo es para el hospital. Estuve haciendo turnos en la Unidad Coronaria Móvil del 2014 al 2017 y consulta en la Clìnica Dávila desde 1994 a mayo de este año, en el equipo médico pediátrico en ambas instituciones A veces me llevaba pacientes al hospital, si les correspondía, especialmente cuando tenían muchas patologías, para favorecer sus terapias o seguimiento. Hace unos meses me integré al equipo pediátrico de otra clínica pensando

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recién en algo más rentable y pensando quizás en dejar parte de mi trabajo en el Hospital Aún hago turnos porque “me gusta la chuchoca” y faltan residentes. Ahora, ¿cuál es mi plan de trabajo? Hace tres años me han estado pasando el papelito de retiro voluntario y lo he rechazado tres veces. Yo lo tengo que pensar mucho como para retirarme. Hace un tiempo tuve la oportunidad de tener unas horas libres, pero después de unos 10 días me aburrí. Yo estoy hecha para la adrenalina, estar aquí y allá, duermo poco y funciono de esa forma: contra el tiempo y la adrenalina arriba. Aún me siento con ganas de hacer cosas. Mi objetivo quizás es pensar en el retiro voluntario el año 2024, que es el último año para acogerse a ello.

ha existido siempre, pero soy un poco cuadrada y como tengo que cumplir 44 hrs semanales no me gusta superponer horarios con distintos cargos remunerados. Hago docencia con becados e internos durante la atención de pacientes en el trabajo diario o turnos. Los becados, me han elegido entre los mejores docentes en dos oportunidades.(2016 y 2021) Y yo decía, “¿Y por qué la mejor docente?” Si yo no hago clases. Pero lo que tú entregas en el día a día y en los turnos es valorado. Me gusta, y me lo critican algunos educandos, el contestar a las preguntas con otra pregunta pero el objetivo es hacerlos pensar, priorizar, plantear Dg. adecuados, fundamentados, terapias concordantes y así que ellos mismos lleguen a las respuestas. Por ejemplo, “Dra , ¿le pido exámenes?” Y yo contesto, “¿Para qué?” ¿Qué esperas? Va a cambiar la conducta, etc., etc., esas cosas que no salen en los libros pero ayudan al desempeño laboral y a tomar decisiones.

-Oye Mili, ya tenemos que terminar, aunque no hayamos podido cubrirlo todo.

¿Entonces, tienes un mensaje que quieras compartir?

Con mi turno actual

¿Eres docente porque llegan los becados o eres parte de la universidad?

Soy docente porque el hospital es un hospital docente. En algún momento tuve reconocimiento de la universidad como Profesor Agregado, que te lo da la universidad por unos años. La oferta de hacer docencia por la Universidad de Chile

En primer lugar agradecer a Uds. por pensar en mí para esta entrevista y contar mis experiencias personales y profesionales. Decirles que estoy muy contenta de pertenecer a este gran grupo, destacable y que nos mantiene contactados, amigos y solidarios. Un abrazo a todos. Yo pretendo con lo que vivo y con lo que enseño estar donde una quiere estar y hacerlo de la mejor forma. Cuando estás agradada en lo que haces no sientes el peso.

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Lo otro importante en el análisis de mi vida, es que es difícil encontrar el punto del equilibrio de cuánto entregas a la profesión y cuánto entregas a la familia, o ¡cuánto le quitas a la familia! Y en eso yo me siento un poco al debe. Nosotros en la medicina somos demasiado responsables. Hay que encontrar el punto de equilibrio entre lo profesional y lo familiar.

Apéndice HOMENAJE A HUMBERTO MONJE CALDERÓN LA PRESENCIA DE LO AUSENTE

1. No es fácil despedir a un hombre cuya calidad y valores humanos, son difíciles de olvidar. Fuimos alumnos en el Liceo de Hombres.

Fue la institución filosófica el lazo permanente que nos unió por más de medio siglo.

Con mi papá, mi hermana y mis hijos

Un buen desafío, que parece que tú has llevado a cabo según las enseñanzas del educador de tu padre.

¡Así es! Y ahora me toca a mí con mis hijos, transmitir las enseñanzas , ejemplos y herramientas para que sean primero buenas personas y sean felices en lo que hacen Nicolas, tiene 26 años, es ingeniero civil industrial con mención en obras civiles. Está trabajando y con planes para partir a España a perfeccionarse en abril, 2023. Camila de 24 años, estudió leyes 3 años y decide al final Psicología, va en 2º año

Me siento con la labor cumplida.

¡Un orgullo para ti! Gracias, Mili.

2. En nuestro permanente accionar por la vida, me forme la conciencia, de lo importante de la convicción doctrinaria y filosófica, de la consecuencia inalterable en sus principios ideológicos, en su humanismo laico, en su racionalismo científico en permanente evolución. Fue para nosotros, en nuestra formación, un faro importante que nos guió en el camino docente una columna firme e indestructible, un ariete en la conquista de valores de transformación social,, del cual fue un integrante destacado, leal y consecuente, hasta el final.

4. El profesor Humberto Monje Calderon quizás sea una muestra del gran oficio de maestro.

5 Humberto Monje Calderon fue como el que describe, Primo Levi, en su libro

esto es un hombre´´: íntegro, sencillo, humano, servicial, humilde, firme, flexible y cariñoso.

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´´

Trataba a todos por igual. Su sonrisa rompía los hielos más duros Dotado de un natural instinto, resolvía difíciles conflictos con una sencillez pasmosa Nunca le interesó el poder, pero cuando lo detentó, lo hizo con maestría. Su principal característica como jefe, fue la conformación de equipos de trabajo con proyectos autónomos, que estimulaba permanentemente. Le gustaba delegar, y apoyar firmemente a sus integrantes sin distingo de ninguna naturaleza.

Para él, lo principal siempre fueron las personas. Se preocupaba y esmeraba por inventar en muchas ocasiones, encuentros sociales, en las que se generaban fuertes

lazos de amistad y compromiso con el proyecto común

6. Ahora, sólo deseo expresar en nombre de todos quienes lo conocimos: gracias hermano profesor y por tu amistad, por tu cariñosa compañía, por ayudarnos a ser mejores personas, por tu fe, por dejarnos un recuerdo tan limpio, por tu sonrisa amplia y transparente, por tu risa fácil e inteligente, por tus libros, por tus clases, por tus grupos de estudio y trabajo, por creer en la Persona como disciplina de Vida.

Homenaje de su discípulo LUIS ALONSO OSORIO GODOY. PROMOCIÓN '65

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Estallido y convención: la agonía de la esperanza

Octubre de 2019 nos sorprendió con el fragor de las calles, en una sinfonía estruendosa de pasos y voces y gritos. Nadie había esperado que se abriesen las compuertas de golpe, ni que se vaciaran las aguas de los anhelos de justicia social sin mayores advertencias. No habíamos ganado una elección presidencial, como en 1970; tampoco habíamos articulado un movimiento de masas en pro de un ascenso al poder político. Era el ciudadano común, el que trabaja de sol a sol, el que padece el yugo del trabajo asalariado solo para procurar el sustento de los suyos; el que ha vivido generaciones de promesas incumplidas y sueños abortados; el abuelo o la abuela que el domingo 4 de septiembre de 1970 votó por Salvador Allende; el hijo y la hija, el nieto y la nieta, los vástagos tecnologizados del siglo XXI, que repetían, con matices renovados, el sueño del socialismo democrático.

El torrente pareció incontrarrestable. Temblaron los poderes de turno; pareció desplomarse el sátrapa de la Derecha, el empresario venal que días atrás había comparado a Chile con un oasis. Pobre de ideas, paupérrimo de metáforas, ignaro frente a la Historia, titubeó, quiso refugiarse en las fuerzas armadas, el gendarme permanente de la oligarquía. No encontró el apoyo esperado. Recurriendo al expediente artero de las promesas que se saben incumplidas de antemano, anunció paliativos y mejoras. El movimiento insurreccional y contestatario no creyó en sus discursos sibilinos. El plinto donde se erigía su propia estatua de gobernante fantoche, comenzó a hundirse en los detritos palaciegos. Recurrió a la mayor y más mentirosa de las proposiciones: la de proveer las herramientas cívicas necesarias para una nueva Constitución.

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El actual Presidente, entonces diputado, mostró los primeros rasgos de ingenuidad política, el ofrecerse mediador de un “generoso acuerdo”. El ardid de los aparentes derrotados le hizo caer en la trampa. Ahora lo apreciamos con claridad.

Cuando creíamos al borde de la defenestración al mandamás de las corporaciones, el virus letal y silencioso del Covid 19 vino en su ayuda, como una peste invocada desde el averno. Las movilizaciones sociales, desprovistas de orgánica política, de esa claridad de acción (praxis) que nos enseñara Gramsci, se fueron apagando, una a una, como las llamas debilitadas de un velorio. El auriga de la Derecha aferró las riendas y retomó el rumbo de la expoliación Toques de queda, estados de excepción, medidas coercitivas de variada índole fueron aplicadas, junto a beneficios transversales extraídos del erario público, como dice el viejo refrán rural: “del mismo cuero salen las correas”. Los trabajadores financiaban al poder político, quebrando sus alcancías.

El gobierno de la Derecha, de acuerdo con su credo esencial, supo administrar con sagacidad reconozcámoslo las prebendas que la peste, con su milenaria guadaña, ponía en sus manos. Abrió la caja de caudales, repartiendo monedas tintineantes, como un oligarca que sale de misa después de haberse confesado y, aparte de padrenuestros y avemarías, desata la faltriquera, sabiendo que pronto recuperará su limosna. La ayuda fue eficaz, adormeció conciencias dubitativas, apaciguó a los revoltosos más cándidos, mientras la pandemia y la corrosiva larva

del tiempo hacían lo suyo. Atrás quedaban los masacrados, los ciegos, los muertos y sus deudos Los recursos económicos faltantes el postre de la cena provendrían de los propios fondos de los trabajadores, esos que administran y usufructúan las siniestras AFP, robándoles el resto del sudor que no acopiaron sus amos.

Pero no todo parecía perdido para las fuerzas progresistas. En mayo de 2021 elegiríamos a los convencionales que iban a redactar la nueva Constitución, para clausurar, definitivamente, la del dictador asesino y su secuaz de confesonario. Volvimos a vivir los prolegómenos de la fiesta electoral, esa panacea de la dudosa democracia, que Jorge Luis Borges definiría como “el abuso de la estadística” Llegó el día señalado El triunfo nuestro fue apabullante, logramos dejar a la Derecha por debajo de ese tercio que para los suyos significaba el cerrojo a todas las iniciativas de generar cambios estructurales.

Por primera vez parecíamos tener en nuestras manos las herramientas de los cambios, el arsenal quirúrgico para operar a la nación de los tumores reaccionarios, del cáncer neopinochetista. Lo que viene después, en un largo año de trabajos y de tropiezos, es de sobra conocido y analizado por tirios y troyanos. Un rotundo fracaso cuya lápida pareció sellada el 4 de septiembre de 2022, con el aplastante triunfo de la opción Rechazo, victoria de la ignorancia, la prevaricación y la mentira, ante lo que pudo ser un avance histórico significativo y radical.

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Todo pareció hacerse mal. La Derecha desplegó las velas de su poderío económico, potenciando la incontrarrestable y perversa eficacia de sus medios de desinformación, la artillería de sus abyectas presiones en las empresas, amenazando a sus trabajadores con la pérdida de sus empleos si se imponía el Apruebo; es decir, utilizar la propia cadena del esclavo para hacerle sentir la disyuntiva de uso del libre albedrío.

El tímido e indeciso Gobierno, a través del Presidente Gabriel Boric, se mostró derrotado en las urnas, dos meses antes de los comicios; no se involucró directamente en el proceso, haciendo suya la bandera ideológica de la Convención; confundió la ecuanimidad con la tibieza. Repartió cientos de miles de “borradores” del incipiente escrito, que la inmensa mayoría de los destinatarios nunca hojeó, mientras sus enemigos, nuestros enemigos , derrochaban acciones mentirosas en contrario, recorriendo las poblaciones de las abigarradas comunas llamadas “populares”, para sembrar la cizaña y la incertidumbre frente al fantasma de los cambios. Ciudadanos (as) poseedores de una vivienda de cuarenta metros cuadrados, afirmaban a los mañosos entrevistadores de la televisión mercenaria: Votaré Rechazo, porque los del Apruebo

van a quitarme la casa… Ese fue el nivel de las reflexiones, a lo que podemos agregar la incrementada fobia discriminatoria hacia los Mapuche, su vinculación con la “delincuencia y el terrorismo”; la necia cuestión de las banderas, el escudo nacional y los “valientes soldados”.

A la postre, todo ha vuelto a sus cauces. Senadores y diputados vuelven a aposentar sus serenas humanidades en el sillón de los privilegios; aseguran sus rentas y ocupaciones por períodos prolongados; aquietan los ya alicaídos clamores de igualdad y justicia social. Peor aún, recuperan las riendas del poder, despertando de la pesadilla asambleísta, y arman el tinglado de la parodia constitucional

Entretanto, el pueblo ya no espera, está aletargado en la vieja “siesta colonial” de que nos advertía, hace ciento treinta años, Benjamín Vicuña Mackenna.

La palabra esperanza aguarda, sin embargo, no para nosotros, que la traicionamos o la dejamos ir, sino para las generaciones venideras, si algo sobrevive a la incuria mental de los humanos.

Octubre 2022

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Diálogos con Pedro Uribe

Dulia Ortega Torres

Pedro Uribe Jackson es Médico Cirujano Vascular y Cardiocirujano. Actualmente es el Director de Educación Clínica y Simulación de la Universidad Andrés Bello (UNAB). Fue Decano de la Facultad de Medicina y Rector de la UNAB.

En su calidad de maestro de nuestra generación médica de la Universidad de Chile, le solicito una conversación en el mes del profesor. Accede de inmediato y el día señalado, me recibe en su casa. Han pasado más de veinte años, pero su carácter afable y balsámico están intactos. Pedro trabaja, se dedica a su familia, viaja, y en el tiempo libre se dedica a la pesca.

Dulia: Cuéntame, Pedro, cómo ves con el

paso de los años lo que ha pasado con los estudiantes de Medicina, incluso si no son de Medicina, comparado a cómo éramos nosotros (egresados en 1981) y lo que está pasando ahora Los anhelos de los estudiantes actuales.

Pedro: No cabe duda de que hay cosas que persisten, pero hay cosas que han cambiado. Es una generación distinta, que exige. Me ha tocado trabajar en la Universidad Andrés Bello desde el año 2003 y ciertamente los estudiantes son mucho más demandantes. Viví situaciones que eran impensadas en nuestro tiempo, como padres que vienen a reclamar porque el estudiante no tiene derecho a dar el examen de título si ya tiene todo

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listo, y en realidad su pupilo no había pasado del segundo año No recuerdo haber visto esto cuando estudiábamos: el sentido de tantos derechos. Hoy están permanentemente atentos a esos derechos. Nosotros también fuimos revoltosos. Nos tocó el año 1968, estuvimos tres meses en paro, pero aun así igual nos titulamos. Ahora, la capacidad de protesta y convocatoria que tienen los jóvenes a través de los medios sociales es algo insospechado; si llamas a una marcha, se va a llenar. Lo tremendo que tienen las marchas es el componente violento, destructivo. Hoy son más antisistémicos que nosotros, pero son creativos y tienen cosas entretenidas. Estando de rector, en una protesta me asomo por la ventana y veo que en la vereda hay un dibujo de mi cara, perfectamente dibujada en tiza, con el pelo blanco y la barba.

Hoy día tienen el mundo a su alcance con información ilimitada, el teléfono, se pueden conectar con la biblioteca sin problemas y con base de datos increíble, con todos los libros en línea, son buenos navegadores, pero lo difícil es enseñarles a discriminar.

Dulia: ¿No lo usan?

Pedro: Lo usan, pero a su manera. Al ingreso al estudiante se le entrega un correo institucional; pero en la práctica no lo usan, ocupan sus propias redes sociales

Recuerdo un cortometraje que hizo un educador americano: “Lo que los estudiantes piensan hoy día”. Les pide a los estudiantes que escriban algo en una pizarrita individual en la sala de clases. Lo recurrente era:

“Tengo un compañero que se matriculó y no lo he visto nunca en clases”

“No leo ningún libro en el año, pero leo 5000 páginas de internet” y otras por el estilo.

“Estudio para un trabajo que probablemente aún no existe”

Son costumbres que han cambiado porque la sociedad ha variado en forma muy rápida.

Fue impresionante cuando el télex fue reemplazado por el fax, que a su vez un par de años después fue sustituido por el Internet.

Cuando estuve becado en Estados Unidos lo más que valoraba era ver que había cinco, diez o quince cartas en la puerta, leerlas y después contestar, era maravilloso. Así nos comunicábamos

Más tarde cuando mis hijos hicieron posgrados fuera de Chile, al regresar a casa, todos querían comunicarse y mostrar lo que estaban haciendo a través de los medios sociales o internet.

Nací el año 1946, soy de posguerra. A pesar de que mi padre era un médico bastante conocido, la vida para nosotros era relativamente modesta. Nos compraban una camisa, le hacían un doblez en la manga, para que el año siguiente la estiraran y le daban vuelta los cuellos. Lo que era irremediable eran los zapatos, se gastaban igual. Yo creo que la juventud ahora vive en abundancia, dan por cierto que el mundo ha sido así, pero evidentemente ha cambiado Los medios de producción han sido masivos y los de consumo también. A los jóvenes los marca un cierto grado de individualismo; nosotros nos comunicábamos face to face, conversábamos; pero ellos se comunican

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por sus medios sociales, los prefieren, incluso al teléfono; son capaces de unirse en grupos grandes, pero siempre dentro de esa isla y sus redes de comunicación.

Dulia: Hay una especie de mito urbano que dice que a los doctores jóvenes no les interesan los pacientes, que más les importa ganar plata.

Pedro: Hay de todo, no cabe duda de que el atractivo económico es fuertísimo. Los alumnos cuando están en un hospital captan inmediatamente quién es el superstar, cuál es poco ético, a quien les gustaría seguir. No para todos, el dinero es todo.

La especialización es algo que buscan, más que el dinero Se ve a muchos muchachos que se fascinan con lo que hacen Tengo una pareja de estudiantes de medicina que se recibieron y se fueron a pasar un año a Burundi, con las condiciones de salud más precarias inmaginables, pero volvieron con una experiencia de vida maravillosa. No cabe la menor duda que vivimos en un mundo de un capitalismo que perdió también su freno, que no se ha sabido regular; obvio que eso contamina, pero no a todos. Nuestra universidad es muy pluralista, tenemos un alto número de estudiantes de primera generación y medios económicos precarios.

Dulia: ¿Tienen beca o gratuidad?

Pedro: No estamos adscritos a la gratuidad.

La mayoría de las universidades que se adscribieron a la gratuidad tienen un arancel regulado, por lo que muchas han tenido que reajustarse: fusionar facultades,

despedir académicos, no invertir en investigación.

Nosotros entregamos becas y ayudas monetarias y materiales importantes a los estudiantes.

Las dos universidades más pluralistas en cuánto a la procedencia de los estudiantes en Santiago, son la Alberto Hurtado y nosotros, cuyos estudiantes se distribuyen homogéneamente por todas las comunas y provienen de familias de mucho esfuerzo. Viví experiencias estudiantes de otras universidades privadas, que solicitaban trasladarse a la nuestra, porque no encajaban con la planificación de actividades que planificaban sus compañeros: “Este fin de semana subimos a la nieve…”.

Lo que ha pasado con el encierro por el COVID ha sido un tema muy difícil y generalizado en la educación superior; la cantidad de enfermedades mentales graves, con un número mucho más alto de suicidios que en pre pandemia.

A pesar de la elaboración de políticas de prevención de suicidio, seguimos viendo una desadaptación de los alumnos que estuvieron en clases online. Al entrar a los campos clínicos no respetan las normas de conducta, son más soberbios e insolentes, se enferman, etc., eso es muy preocupante. Estamos planificando un estudio para dimensionar la magnitud del problema, y poder diseñar políticas para el manejo de esta grave e inesperada situación.

Dulia: Quiero retroceder en el tiempo, mi generación entró a estudiar medicina en 1975. No estudiamos en democracia, cuéntanos de tu experiencia.

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Pedro: Yo me recibí el año 1971. Fuimos la primera generación que nos graduamos con Allende Empezaban los grandes movimientos sociales, recuerdo el primer discurso de Eduardo Frei Montalva, mientras estaba estudiando los primeros años de Medicina, impresionaba la elocuencia que manifestaba y la movilización de las masas que provocaba. Un hecho que me marcó fue la experiencia vivida en el curso de pediatría, cuando visitábamos a los niños en las poblaciones y constatábamos la precariedad conque se vivía.

Cuando estudiaron ustedes, les tocó un período muy distinto, con toques de queda, restricciones, pocas posibilidades de hablar y de reunirse; todo fue muy difícil y la carrera se les hizo cuesta arriba

Dulia: Si, era un silencio, un silencio administrativo, el ambiente era muy tenso….pero vamos a otra cosa, háblame de la tutela parental actual en la vida universitaria de los hijos.

Pedro: Nosotros éramos más adultos que lo que son los jóvenes ahora. Me fui de la casa a los diecisiete años, uno se manejaba solo y nadie venía a vigilar si dormía, comía, con quién salía y qué hacía. Hoy hay una gran movilidad estudiantil. Nosotros tenemos sedes en Santiago, Viña del Mar y Concepción. Las últimas son ciudades universitarias que atraen a mucha gente, porque no tienen la agitación de Santiago y se consiguen arriendos más asequibles. Los jóvenes son los que provocan el cambio, lo que se discute hoy, se va a plasmar en el futuro, si es bien encausado. Décadas de avance a lo que

nosotros podíamos pensar, cuando éramos jóvenes.

Dulia: El individualismo y capitalismo que ha afectado a Chile, cada uno encerrado en su metro cuadrado. Creo que entre los profesionales de la salud se da menos, porque se encuentran con la realidad de los pacientes más sencillos, que se enferman más, de mayor gravedad, que no tienen medicamentos ni atención oportuna. ¿Qué opinas?

Pedro: Nosotros trabajamos en hospitales ministeriales, el paciente es de muy escasos recursos, y los presupuestos que tienen los hospitales son limitados. Los alumnos aprenden a vivir una realidad dura, salen “aperrados”, ese es el término que usan; se arremangan y van a todo En los CESFAM, están formados en el rigor, en la medicina pública y en la necesidad del paciente, en general hay una gran empatía con el paciente. Pero también algunos que se fascinan con esa imagen del médico exitoso, van a querer hacer rápido una especialidad e irse a la clínica más encopetada.

Dulia: En relación con la medicina y la fragmentación en especialidades, ¿qué piensas?

Pedro: Yo partí como cirujano general, pero si yo fuera un cirujano general y tuviera que operar un cáncer pancreático, sabría que hay gente que lo hace mucho mejor que yo. Cada paciente amerita lo mejor, uno no puede ser especialista en todo.

La tecnología avanza tanto, que hay ciertas

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áreas que necesariamente requieren una especialización. Aunque se ha exagerado un poco Hoy es difícil encontrar a un médico general Todos quieren irse, no solo a una especialidad, si no como decía un amigo mío, quieren encontrar un pequeño hoyito y ser especialista en ese hueco, tienen que haber algunos, pero no puede ser la tendencia. ¿Los empujamos nosotros a eso? No sé. ¿Los empuja el sistema? Tal vez es inevitable, hay metodologías y tecnologías que son extraordinariamente dependientes de la experiencia. Aunque a pesar de que parezca un contrasentido si uno tuviera que pensar en un cambio en la salud pública, personalmente creo que aplicar la tecnología de control a distancia de enfermedades crónicas y la Inteligencia Artificial, van a ser cruciales, así como la medicina predictiva y personalizada, gracias a los avances de la genética. Puedo relatar como ejemplo, una experiencia de tele atención vivida en el Hospital de las Higueras. Asistí al control de un paciente en un consultorio remoto en el alto Bio Bio, que había sido operado del corazón en el Hospital. A través de una cámara , se conversa con el paciente y la enfermera descubre la herida y se la muestra al médico; la interacción es tan real que al final el enfermo casi le extendía la mano al doctor para despedirse.

Pero no cabe duda de que no estamos haciendo las cosas bien, por las largas listas de espera en consultas y cirugías

En el futuro van a haber operaciones teleguiadas por robótica y muchas otras cosas.

Ahora en mi especialidad, me acuerdo de que cuando fui a Estados Unidos, venía

apareciendo el ultrasonido, lo hacían los tecnólogos médicos, los radiólogos se sentaban a informar A mi regreso a Chile, recuerdo cuando entregaron el primer ecógrafo en el hospital de la Universidad de Chile, y el radiólogo mostraba excitado la imagen de la del vena renal izquierda, a lo cual el jefe de servicio de la época preguntó: “¿Y para qué sirve esta huev..?”. Yo creo que nosotros no miramos la salud pública con una mirada de futuro, la vemos a través del mismo prisma de hace veinte años; hay que implementar soluciones más ágiles y tecnológicas, cuidando de no deshumanizar la medicina, para o cual la formación de habilidades blandas y la educación general ya aludida son fundamentales.

Dulia: Sin perder de vista que los procesos de calidad en salud no sirven si no está el paciente en el centro, una tele consulta podría ser perfecta.

¿Los estudiantes de salud de estos tiempos van a salir preparados para eso?

Pedro: Estamos tratando de que se preparen. Antaño teníamos mucha práctica, pero no estaba claro los derechos de los enfermos. Recuerdo como estudiantes, llegando al servicio de urología, nos pasaban un dedil de guante y dedo en ristre, seis alumnos hacíamos el tacto uno tras otro a un desvalido paciente. Nunca vi un fondo de ojo urgido por seis compañeros en la fila y todos apurados nunca logré enfocar un tímpano. Hoy todo eso lo practican en la simulación, con maniquís interactivos, pacientes virtuales, actores, realidad virtual con lo que van mejor preparados para enfrentar con

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mayor seguridad a los pacientes reales. Es muy distinta la interacción con un paciente cuando previamente has practicado, cometido errores y los has corregido, en un “fantomas” o con un actor que simula a un paciente difícil.

Un gran cambio que realizamos fue la enseñanza de anatomía sin disección de cadáveres. Me costó peleas con los estudiantes que siempre tenían un pariente médico diciendo: “Si no disecan un cadáver no van a poder ser médicos”. Retiramos todas las piezas cadavéricas, que inundaban la sala con la toxicidad de la formalina e iniciamos el proceso de enseñanza a través de disección virtual con softwares. Lo que necesita un estudiante es poder comprender una sección del cuerpo, y visualizar esos segmentos en las imágenes ecográficas, de resonancia o de tomografía computada. Todos nuestros procesos de disección son virtuales, se trabaja en grupo y en pantallas gigantes. Como cirujano me metí en todas partes del cuerpo, pero no puedo recordar que el año y medio de disección me ayudará para ello. La anatomía quirúrgica la tuve que aprender después, específicamente en la formación como cirujano.

Dulia: En algunas escuelas de medicina extranjeras, les dan importancia a los temas de liderazgo, comunicación, ética y otros. No he visto en Chile que se desarrollen formalmente las habilidades blandas

Pedro: Tienes razón, las habilidades blandas son muy importantes en el desempeño de los seres humanos, pero especialmente en el personal de salud. Se pueden entrenar y las entrenamos también

en ambiente de simulación. Cómo se comportan en grupo y resuelven un tema, como ejercen liderazgo adecuado dentro del grupo y permitir que cada uno tenga su espacio de participación. Coincido contigo: hay que ponerle más énfasis para sobrepasar los individualismos. Además, nosotros acreditamos la universidad por una entidad norteamericana que nos estimuló a incorporar la educación general en nuestro currículum: la expresión oral, razonamiento crítico, pensamiento cuantitativo, la info alfabetización y nosotros agregamos la responsabilidad social. Lo importante es verificar que se logren los resultados de aprendizaje consistentes con esas dimensiones, es decir cómo esperamos que un ramo contribuya a estos aspectos Las habilidades blandas igual se pueden enseñar, no es fácil, pero tampoco tan difícil, pero sin lugar a duda son importantes. Nosotros nos preocupamos de que se desarrollen a través de todo el currículum. La ética es otro aspecto fundamental a la que le damos mucha importancia y está presente en forma trasversal durante la formación.

Termino la conversación, aunque hay tanto más que tratar. Me voy contenta, Pedro es un ser humano muy entero, afable, entregado. Desde su lugar, ha sido un aporte y sigue vigente en la educación médica de las nuevas generaciones Lo ha hecho con cariño y dedicación, un verdadero ejemplo, un maestro de tomo y lomo. Pedro Uribe.

Santiago, octubre 2022

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Una voz… una comunidad de las disidencias sexuales

Carolina Pérez Carvallo

Comunicadora. Docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Conferencista con más de 14 años de experiencia. Se destaca por su labor comunicacional en inclusión.

Ganadora del Premio “Mujer Impacta 2015”. Finalista Premio “Todo Mejora 2018”.

Diplomada en Neurociencias para la Educación de la Universidad de Chile. Creadora y Directora General de la Academia Latinoamericana de Inclusión.

Una de mis principales motivaciones para escribir esta columna, es la visibilización de la comunidad LGTBIQ+, así como compartir con los lectores las implicancias para nuestra vida, salud, educación, los procesos de discriminación que padecemos todos, todas y todes.

Contexto histórico de la comunidad LGTBIQ+

Estamos comenzando una sucesión de cambios en el país, algunos todavía con

resultado incierto, pero la cruda realidad se impone fuertemente dentro de nuestra existencia, en lo cotidiano. Ese es el marco referencial en la génesis de la nueva Constitución; recordemos que aún nos rige la conservadora Constitución de 1980, escrita con sangre.

Bajo estas circunstancias, nos hemos visto envueltos en situaciones de extrema vulnerabilidad, violencia y discriminación hacia nuestra comunidad del colectivo de la diversidad sexual.

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Sin embargo, no es algo que veo como un espacio de victimización, sino que puedo conversar desde la experiencia, con mucho agradecimiento, amor; también con dolor y con muchos procesos de cambio, que me han permitido crecer e involucrarme en este paraguas político diverso, sociocultural y económico, muy diferente al que percibía hace muchos años atrás.

Vivencia personal en discriminación

Por otra parte, también soy una persona en situación de discapacidad (tetraplejia por un accidente automovilístico). Pero ese no es el gran tema en esta oportunidad dentro de esta columna, lo relevante a destacar es la sobreprotección que existe hacia las personas de nuestra condición (discapacidad) y el tan dañino asistencialismo que nos envuelve. Al contar esta historia, recuerdo con claridad el sentimiento de estigmatización que con frecuencia me rodea al tener contacto por primera vez con personas. Se acercan con cara de infantilización, pensando que eres una persona frágil, profundamente vulnerable y que ha sido quebrantada a través del tiempo (no es necesariamente la realidad, porque el Estado es el que vulnera). Nosotros no somos personas vulnerables, la sociedad es siempre la que ha infringido nuestros derechos; el escribir que una persona es vulnerable es quitarle peso a la responsabilidad del Estado en muchos espacios. Cuando me acerco a cualquier vínculo de trabajo, a cualquier espacio social, a cualquier espacio cultural, presentándome como Carolina Pérez, solamente ven la cáscara de esta persona

que, supuestamente, está en un estado de fragilidad absoluta (silla de ruedas). En el momento en el que me identifico como Carolina Pérez y me presento como mujer lesbiana (y como no me siento identificada con mi discapacidad), sus rostros inmediatamente cambian, su tono de voz cambia, su manera de mirarme ya no es la misma; la distancia se vuelve un poco más amplia, la brecha que nos unió desde la sonrisa en un comienzo, como cuando los saludé, claramente se ve un poco más mermada, con solo el hecho de mencionar que soy una mujer lesbiana.

Mi discapacidad no me identifica y no me siento una activista desde la discapacidad. Soy una educadora en discapacidad, pero no una activista en ella

Mientras paseaba siendo niña, vi la bandera de la diversidad sexual por primera vez, la encontré tan hermosa, llena de colores, flameando y radiante, creyendo y sintiendo que esa bandera nos engloba a todos, todas y todes. Aunque, la persona con la que iba en ese minuto tomada de la mano me dijo: “Carolina, no mires hacia el lado, porque estas personas están enfermas” y en ese minuto no lo cuestioné… pero pasaron los años y empecé a conocer varias personas “enfermas”, me pregunté: ¿Cómo se tratará esto? Ya que no solamente son enfermos, son raros y probablemente sean peligrosos, y me tengo que mantener lejos de ese círculo.

Conforme fue pasando el tiempo, me fui dando cuenta de que una de las personas que yo más amaba, a mis 14 o 15 años,

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mi mejor amigo me dice: "Caro, necesito conversar contigo, quiero contarte que soy gay"; me acuerdo perfectamente bien como se me entumecieron los labios, las manos y los pies, al enterarme. Le respondí: ¿Cómo te puedo ayudar? Él haciendo un gesto de negación con la cabeza dijo: “No quiero que me ayudes, ¿cómo me vas a ayudar? Te estoy contando algo super importante, eres mi mejor amiga y eres la primera en saberlo”. Dentro de mí pensaba que si él estaba enfermo, los papás lo tenían que hacer ver. Y así fui creciendo, en un cúmulo de preguntas sin respuestas, de cuestionamientos que no tenía a quién realizar. En ese minuto me cambió la vida y dije algo tiene que haber detrás de esto, ¡no puede ser que esto sea algo enfermizo! Crecí con un nivel de conservadurismo muy grande, la familia por parte paterna, mi abuelo era un hombre muy tradicional.

Un amigo me explicó que no tenía nada malo, que debía aceptarlo. Siento que a esa edad, a esos pequeños 16 años era la primera vez que me veía en una encrucijada en la que ya era una adolescente grande frente a esta situación tan difícil de no saber cómo aceptar, cómo abrazar, qué hacer frente a la primera persona cercana homosexual. Decidí estudiar y me refugié en los libros.

A los 24 años, tener un amigo gay o amigas lesbianas ya no era tema de discusión, participar de una marcha menos; tengo muchos amigos gays y amigas lesbianas. Tuve una relación de pareja heterosexual por una buena cantidad de tiempo, mi compañero de esa época. Ni yo misma tenía la menor idea de que había algún

atisbo de que me pudieran interesar las mujeres, pero hablábamos del tema con mucha libertad Empecé a trabajar y a estudiar; siempre me he rodeado de muchas personas, soy una mujer siempre muy sociable, de muy buenos amigos, soy una mujer muy generosa y espero que las personas que me acompañan en mi vida también lo sientan así.

Accidente de tránsito con resultado de tetraplejia

Para celebrar la compra de mi primer auto, salí a almorzar con mis mejores amigos, entre ellos mi mejor amigo, nos intoxicamos con una paila marina, no tomamos nada de alcohol, yo no tomo ni tampoco fumo Mis padres me llevaron a la clínica en auto y en el camino, nos chocaron; a raíz de ese accidente automovilístico me rompí el cuello, me trituré la cuarta cervical y quedé en situación de discapacidad con una tetraplejia desde la cuarta vértebra cervical. Esta condición me hizo desarrollar todos los procesos de mi historia y vida a través de una silla de ruedas, la que me acompaña desde hace 17 años.

Despertar de mi identidad sexual lésbica

Cuando estaba en plena rehabilitación, me llamó la atención una kinesióloga, se estaba mezclando interseccionalmente de manera perfecta en mi discapacidad, era una sensación distinta que nunca había percibido, hasta que me di cuenta de que ella me gustaba; hablé inmediatamente con mi psicóloga y le cuento: "Oh, soy

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lesbiana". Felizmente, ya había tenido el recorrido de mi amigo, de mis amigues (sic), dentro de mi familia y de muchas otras personas. Nunca me lo cuestioné y nunca estuve dentro del clóset. Al otro día se lo conté a mi mamá.

Activismo en la comunidad LGTBIQ+

Curiosamente, toda mi familia sabía, menos yo. Sin embargo, comienzo a observar desde ahí y me doy cuenta de que hay tres cosas que me llamaban la atención y que eran un punto de convergencia. Primero la homosexualidad, el ser lesbiana, el segundo la educación y el tercero la situación de discapacidad. A medida que fue pasando el tiempo, me di cuenta de que faltaba tanta educación en la comunidad Llegué a la Radio Universidad de Chile, presentando un proyecto dedicado a la discapacidad. Por fortuna, lo aceptaron, pero no sin antes cuestionarme el hecho de no ser periodista, de trabajar en la Facultad de Medicina sin ser médico, de dar clases no siendo académica. Argumenté diciendo que: “Soy una persona que brinda educación”. Tuve la oportunidad de gestar un programa radial dedicado específicamente a la discapacidad y me di cuenta de que había sido muy egoísta porque la discapacidad es una ínfima, una millonésima parte de la inclusión, y voy a abrir el espacio después de tres años de programa radial a la inclusión y no a la discapacidad Las personas con discapacidad se me tiraron encima, me hicieron pedazos, por eso es que no soy activista en discapacidad, pues me doy cuenta de que las personas en

situación de discapacidad, en general, son un núcleo bastante egoísta que me hace sentir muy incómoda Me esforcé muchos años para sacar adelante de manera comunicacional este proceso. Por fortuna, el programa duró nueve años y medio al aire. Me concentré en la inclusión, pero dejé el activismo por discapacidad, no así la educación en discapacidad. Me enfoco al cien por ciento a ese tipo de educación, pero tomo con fuerza y ahínco mi activismo por la comunidad lésbica, gay, trans, bisexual, intersex, etc. ¿Por qué motivo? Porque éramos un grupo que no solamente estábamos siendo discriminados por quienes somos, sino que también cuestionados, violentados, denigrados por esa condición. Esto se presta para una amplia gama de violencia estructural, una violencia que viene jerarquizada, tanto desde los gobiernos, como de los ministerios, las entidades públicas y privadas; y es ahí donde nosotros debemos intervenir con educación. Hice un cambio de vida absolutamente radical, comprendí que todo esto era perfectamente corregible, culturalmente posible. El avance se logra a través de la educación, por eso es que me dediqué a la comunicación y al activismo desde la comunidad LGTBIQ+ en radio, televisión y prensa escrita, dando charlas desde Arica hasta Magallanes, en universidades tanto públicas como privadas, CESFAM (Centros de Salud Familiar), CCR (Centros Comunitarios de Rehabilitación Física), COSAM (Centro Comunitario de Salud Mental), también en muchísimos municipios a lo largo y ancho de todo este país.

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Primera experiencia traumática de discriminación

El primer espacio de discriminación por orientación sexual que sentí fue en una consulta médica. ¿Cómo es posible que nos hagan pedazos, destrozándonos el alma y el corazón, por ser quiénes somos?

Conocimos a un Daniel Zamudio por su muerte y no por su vida. Lamentablemente, las personas que estamos siendo víctimas de injurias, calumnias, discriminación por orientación sexual, vivimos en inminente y permanente riesgo.

Ingresé a la consulta médica de mi doctora, era mi médico de cabecera por 20 años. En ese momento tenía yo una relación de pareja extensa, de más de 12 años, y estaba precisamente con ella en ese minuto; le efectuaban un tratamiento a las rodillas, mientras yo esperaba mi turno (era una consulta dentro de una casa en la comuna de La Reina). De pronto, una persona se levanta (me había visto en el programa "Llegó tu hora" de TVN, discutiendo con Juan Antonio Kast) y me dice textualmente: “Eres una mujer enferma, una depravada, una desviada”... y que cómo era posible que yo como mujer fuera tan indigna, para yo haber elegido que me gustaran las mujeres, y no solamente eso, sino que también darlo a conocer en un programa de televisión, como si eso fuera un motivo de orgullo, para las personas que estaban escuchando. "No se metan con nuestros hijos", “Ustedes están enfermos, estamos cansados que vengan con su ideología de género a meternos sus cosas en la cabeza”. Estos fueron los dos o tres minutos más

eternos de mi vida, me sentí helada, no supe qué responderle. Yo no soy una mujer que trabaja desde la violencia; una segunda persona se levanta a apoyarla, había siete personas en la sala de espera, dos agrediéndome y las otras cinco en silencio cómplice. Fue algo sumamente perturbador para mí, con todo lo que esta mujer me estaba gritando e invadiendo mi espacio personal; me dio mucho miedo. Se sentó en la mesa de la secretaria, que era la tía de mi doctora, haciendo el gesto como de limpiarse el cuerpo con los papeles, literalmente, y dijo que así es como me comportaba yo y todos los asquerosos de la comunidad LGTBIQ+, y que nos "cagábamos en sus derechos" Me sentí completamente helada, perpleja. No le respondí, estaba leyendo un libro, la ignoré por completo, porque cualquier cosa que le dijera jamás iba a mejorar las cosas, sino que lo iba a empeorar. Por lo tanto, me quedé en silencio hasta que por fin, mi doctora abrió la puerta: “Carolina, ¿estás lista?” “Sí”, le respondí, una vez dentro: “Doctora gracias por haberme sacado de ahí, ya no estaba soportando la manera que me estaban tratando”. Ella no duda en responder: "Carolina, tú tienes que entender que muchas personas no piensan igual a ti y yo estoy completamente de acuerdo con lo que te dijo”. No fui capaz de reaccionar, a menudo iba a verla por un tema específico que era pincharme mis hombros, por el dolor que tengo a ese nivel y el cuello. Simplemente quedé en situación de shock, sin saber qué responder. La doctora comenzó a pinchar sin preguntar, ella me empezó a inyectar sin ningún consentimiento. Fue un alivio que en ese minuto ingresara mi pareja; me

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encontró desfigurada y enmudecida. No pude decirle lo que me estaba pasando, la facultativa me extendió una receta médica, retirándome con premura.

Me invadió un llanto con espasmos al salir de la consulta. Con posterioridad muchas personas me pedían que la demandara, no tuve el corazón ni la valentía suficiente para hacerlo, pero me quedó una enseñanza bastante grande y un precedente en el cual dije: “Esto nunca más se volverá a repetir”.

Segunda vivencia de discriminación

En el pasado año 2021 fui a dar un seminario en el sur del país, en la comuna de Quilleco, específicamente en un liceo, era un seminario con Helia Molina (ex ministra de salud en el segundo gobierno de Bachelet). Ella iba a hablar de salud en infancia, yo a exponer de inclusión en la infancia y una psicóloga iba a exponer de cómo ha afectado la pandemia a la niñez. Un grupo evangélico ultraconservador del pueblo se enteró, amenazaron a la psicóloga y lugareña, que si yo llegaba a salir en el Zoom para hacer este proceso de educación, le iban a quemar la casa; solo por el hecho de yo ser una mujer lesbiana, que cómo se les ocurría llevar a los homosexuales a la Región del Biobío y particularmente a la comuna, que no fuéramos a contaminarla y que bajo ningún punto de vista el seminario se podía realizar. Le pedí a los organizadores que no se llevara a cabo, me respondieron: “Carolina, hagámoslo igual, no podemos dejar que ellos nos anulen”, a lo que acoté: “No están entendiendo, hay una amenaza

de por medio y no es a mí, que ya estoy acostumbrada, es a la psicóloga y tiene un hijo, sus fotografías están apareciendo en las redes sociales, no podemos continuar con esto”. Me hicieron caso, este no se realizó.

Mis datos personales fueron difundidos en internet por este grupo ultraconservador, se organizaron, desde Arica hasta Tierra del Fuego. denostándome en redes sociales, diciéndome: "No se metan con mis hijos", lo típico de siempre, que no podíamos seguir los homosexuales contaminando la comuna de Quilleco, de que nosotros éramos la “dictadura gay” y todas estas frases que son bastante comunes por parte de ellos. No obstante, eso no me paralizó, a diferencia de la primera vez, estoy en este minuto en un proceso de demanda legal contra ese grupo, son cinco personas. Una de ellas, fue candidata constituyente, como no fue elegida, se postuló a diputada y tampoco salió electa.

Estas dos experiencias me han dado la oportunidad de aprender desde el sufrimiento. Este segundo caso fue completamente distinto, lo estoy abordando de otra manera, con mucha lucha y perseverancia, las penas que yo exijo son bastante altas, son un grupo de cinco personas y no me voy a quedar tranquila hasta que este proceso llegue hasta el fin. Soy una mujer educadora, activista, feminista, lesbiana y bajo ningún punto de vista, voy a dejar que nos coloquen un dedo más encima por amar a quién elegimos amar.

Conclusión con relación a preceptos constitucionales

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Necesito como Carolina Pérez, que todas, todos y todes, tengamos la oportunidad de vivir en un país tranquilo, sin amenazas de violencia, injurias, calumnias, discriminación, golpes. Eso es fundamental para este nuevo proceso que se está escribiendo en la Carta Magna.

La comunidad LGTBIQ+ anhela un reconocimiento constitucional de protección de parte del Estado. Se trata de un derecho inalienable de nuestras garantías fundamentales, se debe armonizar con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Tras muchas luchas tenemos a representantes de la comunidad LGTBIQ+ en la Convención Constitucional, es fundamental el proceso del matrimonio igualitario, también los derechos filiatorios, pero especialmente la protección del Estado hacia la comunidad LGTBIQ+ que debe quedar como reconocimiento constitucional, como un derecho irrenunciable de protección, para que las futuras políticas públicas, se gesten sobre estos estándares mínimos de protección e igualdad de derechos y no discriminación.

Link glosario terminología LGBTIQA+

Link actualización comunidad LGBTIQA+

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Ecografía (2/5)

Walter Bussenius Cortada

Profesor de Estado en Física y Ciencias Naturales U. de Chile

Ms. en Física U. Austral de Chile Ms. Ciencias U. de Chile

Este artículo es parte de una serie relacionada con el área de procedimientos diagnósticos asociados a la Física.

Una ecografía, también conocida como sonograma, es una prueba diagnóstica por imágenes que utiliza ondas sonoras (ultrasonido) para crear imágenes de órganos, tejidos y estructuras del interior del cuerpo. A diferencia de las radiografías, la ecografía no utiliza radiación. La ecografía emplea frecuencias de sonido muy superiores a los 20.000 Hertz (Hz), que es el límite superior que puede percibir un oído humano en buen estado.

Algo de historia

El desarrollo de la tecnología que emplea el ultrasonido para realizar diagnósticos fue un proceso paulatino en el que intervinieron muchos científicos. Para comenzar situémonos en 1881, año en el cual los hermanos Paul Jacques y Pierre Curie publicaron un artículo sobre el hecho de que al aplicar un campo eléctrico a cristales de turmalina, éstos generaban ondas sonoras de muy alta frecuencia. En 1917, Paul Langevin y Chilowsky produjeron el primer generador piezoeléctrico de ultrasonido, cuyo cristal servía también como receptor, y generaba cambios eléctricos al recibir vibraciones

mecánicas. El aparato fue utilizado para estudiar el fondo marino, como una sonda ultrasónica para medir profundidad. El devenir de la Segunda Guerra Mundial (1939 1945), hizo que el sistema inicial desarrollado por Langevin, se convirtiera en el equipo de norma para detectar submarinos, conocido como ASDIC (Anti Submarine Detection Investigation Committee) Más adelante, el sistema se convertiría en el SONAR (Sound Navigation and Ranging), cuya técnica muy mejorada es norma en la navegación hoy en día. En 1949 tenemos la primera aplicación hacia el cuerpo humano, pues mediante un eco pulsado se logró detectar cálculos y cuerpos extraños. Solo tres años después, Howry y Bliss publicaron imágenes bidimensionales del antebrazo de un ser vivo. Un par de años después (1952), Wild y Reid publicaron imágenes bidimensionales de carcinoma de mama, de un tumor muscular y del riñón normal. Los mismos autores, cuatro años más tarde publicaron 77 casos de anormalidades mamarias palpables, estudiadas por ultrasonido, obteniendo 90% de certeza en la diferenciación entre lesiones quísticas y sólidas.

En 1960, Donald desarrolló el primer scanner automático, que resultó no ser práctico por lo costoso. Dos años después, Homes produjo un scanner que oscilaba 5 veces por segundo sobre la piel del

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paciente, permitiendo una imagen rudimentaria en tiempo real.

En 1968, Sommer reportó el desarrollo de un scanner electrónico con 21 cristales con frecuencia de 1,2 mega Hertz (MHz), que producía 30 imágenes por segundo, el cual constituyó realmente el primer equipo en reproducir imágenes en tiempo real con resolución satisfactoria. Finalmente en 1971 la introducción de la escala de grises marcó el comienzo de la creciente aceptación mundial del ultrasonido en diagnóstico clínico. Con lo precedente, en 1983, Aloka introdujo al mercado el primer equipo de Eco Doppler a color que permitió visualizar el flujo sanguíneo en tiempo real y a color. Aunque esta historia está llena de científicos y adelantos, no termina aquí y aún se está escribiendo, ya que la investigación en ciencias médicas está presente en casi todos los países del mundo.

¿Qué son las ondas ultrasónicas?

Comencemos por mencionar aspectos sobre las ondas sonoras. Estas se generan por pequeños cambios de presión en el aire. Para explicar esto pensemos en un parlante, el cual está formado por un imán y una bobina adherida a un cono de cartón (ver fig. 1).

La corriente eléctrica que proviene del micrófono y luego se amplifica, llega a la bobina del parlante, en la cual circula y produce un campo magnético. Este interactúa con el campo magnético del imán adherido al parlante. Entonces, la bobina con el cono de cartón vibran juntos, y ese movimiento del cono genera movimientos en el aire (pequeñas variaciones de presión) las que se propagan como ondas sonoras.

Se trata de ondas longitudinales, ya que el movimiento de las partículas de aire es paralelo a la dirección de propagación de dichas ondas.

Figura 1

Figura 2

Algunas de las características de las ondas acústicas son: que se propagan con una velocidad de 340 m/s en el aire a una temperatura de alrededor de 15 °C (ver fig. 2). La frecuencia audible para el oído humano está en el rango de entre los 20 y 20.000 Hz, en cambio para las ondas ultrasónicas las frecuencias van desde los 20.000 Hz y hasta los 200 MHz (200 millones de Hz). Sin embargo, en medicina se emplean un rango de frecuencias entre los 2 y los 30 MHz (ver ref. 2). Además la velocidad de estas ondas depende del medio de propagación; en un medio líquido o un medio sólido su

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velocidad de propagación es mucho mayor que en el aire

¿Cómo se generan las ondas ultrasónicas?

Como se mencionó antes, en el año 1881 se descubrió que al someter a campos eléctricos cristales de turmalina, estos generaban ondas sonoras de muy altas frecuencias (ultrasónicas). A un dispositivo de este tipo se le suele llamar transductor. Los transductores empleados son cerámicas piezoeléctricas, es decir que al aplicarles una diferencia de potencial o voltaje entre sus extremos vibran con altas frecuencias emitiendo ondas ultrasónicas. Un material piezoeléctrico bastante conocido es el cuarzo, el cual al aplicarle una determinada diferencia de potencial vibra con frecuencias muy específicas. Este hecho justamente permite la fabricación de relojes en base a cristales de cuarzo. Cuando un cristal de cuarzo es sometido a una presión mecánica entre sus extremos (compresión), genera diferencias de potencial eléctrico entre aquellos; lo interesante es que si en vez de someterlo a determinada presión, le aplicamos una diferencia de potencial entre sus extremos, dicho cristal comienza a vibrar y la frecuencia de vibración depende de las características geométricas del cristal y es casi independiente de la diferencia de potencial a que se somete (ver ref 3)

Los transductores utilizados para generar ondas ultrasónicas son similares, solo que emplean un rango de frecuencias de

vibración entre 2 y 30 MHz. Además se generan emisiones pulsadas, o trenes de ondas, los que se reflejan y refractan en las diferentes capas de tejido y luego al recibirse las ondas reflejadas en las distintas capas de tejido se analiza cada tren de ondas antes de salir el siguiente.

¿Cómo se forma la imagen con las ondas ultrasónicas?

Cuando estamos rodeados de cerros y emitimos un sonido intenso, como un disparo, entonces nos parece que el disparo se escucha varias veces, y decimos sin titubeos, que es el “eco”. Tomemos como ejemplo la figura 3, allí la onda sonora que viajaba por el aire alejándose del foco sonoro choca con un medio mucho más denso, por ejemplo una gran roca (A), y se refleja (volviendo hacia nosotros). Si la roca en que se refleja es más grande, se reflejará mayor parte de la onda y al volver se escuchará más intenso (roca A). En cambio, si esa roca está más lejos, el reflejo en ella se escuchará más tardíamente que si está más cerca (roca B). Así, teniendo presente el sonido inicial y el o los ecos percibidos, podemos hacernos una idea (sin necesidad de mirar) de cómo es nuestro entorno. Las informaciones principales que utilizamos son: por un lado el tiempo que tarda el sonido desde que se produce hasta que percibimos el o los reflejos (o ecos) de dicho sonido, y por otro la intensidad del sonido recibido producto de la o las reflexiones (ver fig. 3).

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Figura 3

Al formar una imagen por ultrasonido, básicamente se emplea ondas de mucho mayor frecuencia, las que se reflejan en las zonas donde cambia el tipo de tejido (la densidad) y además parte de la onda sigue avanzando como muestra la figura 4 (refracción) y se refleja luego en capas posteriores de otros tejidos (reflexión nuevamente). Al reunir luego la información de tiempo de recorrido de las ondas y amplitud de estas, resulta posible hacerse una idea del entorno en el lugar donde se generó el pulso de sonido inicial.

Figura 4

Lo ya expuesto, sumado a que las ondas se emiten desde varios puntos cercanos y se reciben también en varios puntos, hace que

mediante una serie de algoritmos de cálculos matemáticos se pueda obtener información detallada de las diversas capas de tejido y eventualmente la presencia de cuerpos extraños, como son por ejemplo, las piedras o cálculos presentes en un riñón. Así como en el ejemplo de los ecos, analizando el tiempo en recibir la onda reflejada y por la amplitud de esta, permite determinar información sobre la distancia en que se reflejó y la densidad relativa de los medios de incidencia y de refracción. Este tipo de procedimiento diagnóstico hace posible ver, en tiempo real, el interior de un cuerpo vivo, o sea, un paciente, y se utiliza mucho en diferentes tipos de diagnóstico como por ejemplo, la identificación de cálculos y el seguimiento de la evolución de un embarazo, entre otros. Claro está que esto es factible debido a que estos dispositivos están asociados a computadoras, máquinas que realizan enormes cantidades de complejos cálculos matemáticos en fracciones de segundo.

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A modo de conclusión

De lo anterior podemos concluir que esta tecnología permite observar órganos funcionando en seres vivos sin generar daños, puesto que hasta lo que se conoce hoy las ondas ultrasónicas no generan daños colaterales como es el caso de las radiaciones ionizantes. Es bueno agregar que con este procedimiento de estudio

Bibliografía:

1. 2. 3. 4.

aplicado en otros campos, como el sonar utilizado por barcos, se ha podido establecer mapas del fondo marino, e incluso se han descubierto restos de antiguos naufragios. Este instrumento ha permitido tener importante información del fondo marino.

https://drgdiaz.com/eco/ecografia/ecografia.shtml https://es.wikipedia.org/wiki/Ultrasonido#%3A~%3Atext%3DLas%20caracter%C3%ADstic as%20del%20ultrasonido%20son%2Cy%20la%20compresibilidad%20del%20materia https://es.wikipedia.org/wiki/Reloj de cuarzo https://www.lifeder.com/propagacion del sonido/

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La Cruz del Dolor

Mi nombre es Carlos Carvajal, nací en Valparaíso en el año 1960, estudié desde el año 1966 en el Instituto Alonso de Ercilla en el centro de Santiago de Chile Ese año llegó una generación joven a hacer el noviciado desde el Postulantado de España, arribaron a Limache en donde estuvieron un poco más de un año, para posteriormente radicarse en Santiago.

Mi mamá me llevó a cursar el primer año básico en el colegio. Mientras preparábamos en el mes de septiembre las celebraciones de Fiestas Patrias.

Ensayamos el baile de la barcueca "El costillar", música propia del folclor sureño con los respectivos trajes típicos El baile consistía en girar en torno a una botella, pero como no veía bien la pasé a llevar; recibí muchas burlas, ante lo cual me puse a llorar, me amurré y no quise bailar más. Llaman a la monja encargada de los niños más pequeños, me sacan y en castigo dejan encerrado en una sala alejada. En Los Maristas se acostumbraba a golpear, humillar y no nos dejaban ir al baño. Como era de esperar después de un buen rato en esa pieza a oscuras me oriné en el

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pantalón. Después de un tiempo que me pareció eterno, se abrió la puerta y un tipo abrió la ventana Había unos pupitres antiguos y yo estaba todo orinado. El tipo me empezó a retar, muy, pero muy furiosamente, pensé que me iba a pegar, me decía de que tenía que ser obediente, porque Dios castigaba severamente a los que desobedecen, que si yo no acataba le iba a contar a mi madre y me iban a castigar más. Yo no quería que él hablara con mi madre por miedo al castigo -mi madre era bastante golpeadora y que tenía que acceder a todo lo que él quisiese. Yo estaba llorando y muy asustado con el pantalón corto mojado. El religioso usaba un vestuario completo como túnica, con un gorro de esos que usaban en Roma (no siendo sacerdote) ellos no eran sacerdotes, eran hermanos maristas, laicos consagrados, como cualquier persona que se disfraza de cura pero la comunidad del colegio creía que eran sacerdotes. Este personaje se desabrochó parte del vestuario, sacó su sexo y me obligó a hacerle sexo oral. Cuando acabó, cuando todavía estaba semidesnudo, entró la monja. La monja lo miró y él le dijo “váyase, yo me encargo''. La monja le dijo “el niño está orinado”, le respondió “no se preocupe, yo me encargo”. La monja se fue y el tipo guardó su sexo. Ustedes comprenderán que a los seis años yo no entendía absolutamente nada lo que estaba pasando, estaba en shock, más encima me empezó a dar una larga monserga de que yo era el culpable de todo y que él me estaba dando una gran oportunidad, que él estaba intercediendo ante Dios para que no recibiera castigo y me advirtió que no tenía que decirle nunca esto a nadie, porque de lo

contrario el castigo iba a venir directamente de Dios. Recién ahí se retiró. Seguí encerrado durante un tiempo indeterminado, después me rescató la monja gorda, pero me volvió a retar porque me había orinado. Llamaron a mi mamá al colegio, pero en vez de solidarizar conmigo me pegó un golpe con la mano abierta y me fue cacheteando desde el colegio hasta la casa, en el barrio Yungay.

Ese fue el primer abuso al cual fui sometido, después supe que se trataría de Álvaro Giraldo, (él habría llegado al colegio manejando los autobuses, llegando a ser posteriormente mi profesor jefe el año 1970).

Después fue Luis Castillo. En la investigación que lleva la PDI, descubrimos que su nombre real es Carlos Santander Luis Castillo era solo una chapa ya venía con antecedente de abusos en el Instituto O’Higgins de Rancagua.

En total fueron tres los hermanos maristas que me abusaron, llegando incluso a ser abusado por el prior de los maristas, Mariano Varona.

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Hice una declaración ante la Comisión Scicluna, ésta fue una instancia que se constituyó tras la visita del Papa Francisco a Iquique...

Recordar es muy duro porque uno lo bloquea, queda ahí guardado, te molesta, es una piedra en el zapato, siempre está ahí como en un cajón o debajo de la plantilla. No la ves, pero cada vez que te pones el zapato te hace daño.

Los abusos continuaron hasta la adolescencia con el prior de los maristas, Mariano Varona. El dominio que ejercían sobre ti era tan grande que te desarmaban. En la mente quedaba como esos archivos de una carpeta del computador, que cada vez que querías acceder a la información era como si no tuvieras la contraseña y no pudieras acceder al archivo, pero sabes a ciencia cierta que la información está en alguna parte.

Con el transcurso de los años, Varona me transformó en el secretario amanuense y el predilecto del Superior de los Maristas.

Varona era un tipo con un poder impresionante, estaba a cargo de lo que posteriormente dió origen (2002) a la "Provincia de Santa María de los Andes", que abarcaba las antiguas Provincias de Perú, Chile y el Distrito de Bolivia, manejaba millones de dólares Es una de las congregaciones más poderosas que existe acá en Chile y en el mundo. Ellos mantienen un tremendo negocio inmobiliario; la fachada, como cualquier organización criminal, es la educación, pero el real negocio de ellos es la línea inmobiliaria.

Como amanuense de Varona tuve mucha cercanía con él, sin proponérmelo le empecé a ayudar a afinar esa maquinaria pederasta. Me llamó para hacerme cargo de la pastoral. En ese momento empecé a querer ser hermano marista, ya que siempre me insistía, "yo acá te lo voy a dar todo".

Desde muy pequeño me sentía y quería ser un artista. Empecé a hacer fotografía a los tres años, a los 10 ya estaba haciendo cine en 8 milímetros y con el apoyo de este depravado, desde los 14 15 años empecé a hacer teatro. Hice muchísimas cosas en el Alonso de Ercilla, lo transformé prácticamente entero en términos tecnológicos: instalación de sonido, iluminación, proyectores, diapositivas y otros. Tuve la oportunidad de crear y desarrollar toda mi capacidad. Me sentía un artista del Renacimiento siguiendo los pasos del maestro Leonardo da Vinci. Incursioné en distintas áreas del arte; escribí poesía, ensayo y prosa, hice fotografía, sonido, cine y teatro; el que sigo haciendo hasta el día de hoy.

De alguna forma, ahora lo entiendo como una compra de conciencia, colaborando sin

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darme cuenta en implementar la maquinaria pederasta

Varona en el año 1975, me pidió que empezara a organizar unos portafolios en la sala de liturgia, archivos que tenían muchas hojas. Eran de carpetas correspondientes al historial médico, de cursos y actividades de cada uno de los hermanos maristas. En realidad todo era una pantomima. En una oportunidad que él no se encontraba, empecé a revisar el contenido de las carpetas, constatando que todo lo manifestado por los religiosos era manuscrito, de puño y letra de cada uno de ellos y firmadas por los hermanos y por él. Esas declaraciones eran verdaderas confesiones. ¡Realmente eran las confesiones de las mayores aberraciones que ustedes se puedan imaginar! Me dio mucho miedo de que me sorprendieran leyendo, solo seguí armando las carpetas y no continué la investigación.

Siempre me rondaba en la cabeza lo que ahí leí, a pesar de los años y de toda esa carga, al salir del colegio aún mantenía la intención de ser un hermano marista.

Y aparece otro personaje que es Juan Pedro Herreros, que se transformó en el socio de Mariano Varona, a él lo heredé como guía espiritual.

Después de vivir en el colegio Varona, en el año 1975 se fue a una casa que compró en Providencia, frente a la Nunciatura lo que es ahora la calle Sótero Sánz Villalba transformándola en la Casa Provincial. Desde ese momento empezó a acudir solo ocasionalmente a visitar los colegios, así Juan Pedro Herreros fue el heredero del poder

Entre ambos tenían un control total sobre mi madre, constantemente iban a tomar onces a mi casa y faltaba poco para que se quedaran a dormir, mientras yo me quedaba a alojar en el colegio.

Juan Pedro Herreros se fue a vivir a Limache en el año 1978-1979 y lo empecé a visitar. Me recomendó que estuviera un tiempo en la universidad, para posteriormente evaluar la posibilidad de ser hermano marista. Siguiendo los consejos, ingresé a estudiar publicidad en la Universidad Técnica del Estado, en ese momento todavía no era Universidad de Santiago

Los fines de semana los pasaba en Limache. Recuerdo que en el año 1980 para celebrar mi cumpleaños número diecinueve me recibieron con bombos y

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platillos. Después de un día bien ajetreado tomamos once muy tarde, fuimos a misa y a una oración con salmos y cánticos, después nos retiramos a acostar. En el tercer piso estaban las habitaciones y tenían solamente un baño comunitario en donde estaban las duchas. De vuelta de la ducha y aún con mucho vapor, cubriéndome tan solo con una toalla se me acerca en la penumbra un anciano. Me quedo estupefacto; él trata de tocarme el pecho y me dice “¡usted está como transfigurado!”. Me quedé helado y muy perplejo, el tipo retrocede y desaparece.

¿Quién es este anciano y por qué me había dicho eso? Claramente hacía referencia a la transfiguración del Señor. Me vestí y bajamos a la misa, en donde el anciano no se encontraba Durante el desayuno, Juan Pedro Herreros me dice "supe que te encontraste con el hermano José Monasterio”. Ahí empiezo a recordar, a los seis años nos llevaba a su oficina y nos decía. “¿Quieres un caramelito?" Nos sentaba en la falda y decía "toma el caramelito, aquí hay muchos caramelitos, toma todos los que quieras del bol de vidrio, yo te voy a ayudar a hacer las tareas y caligrafía" Entonces nos tomaba la mano para guiarla, en esos cuadernos antiguos de caligrafía eran muy parecidos a esos cuadernos de pauta musical y con la otra mano, la izquierda el tipo te empezaba a manosear y tocar los genitales. Me hizo un click pero nuevamente el archivo se cerró, quedé con una sensación nauseabunda.

Después de un par de años de egresado (1983), me encontré en el colegio con un ex compañero, habíamos compartido en los

scouts. Él también había querido ser hermano marista, ingresando al postulantado en Limache, a fines de 1986 se retiró intempestivamente. En ese reencuentro en el Ercilla y mientras conversábamos se pone a llorar, lo invito a mi casa que quedaba cerca, tomamos once en ese momento no se encontraba mi mamá y me confiesa que lo habían violado en la casa de Santa Mónica. Fue tanto el impacto que me produjo, que ni siquiera me atreví a contarle lo que me había sucedido. Pero su testimonio fue el detonante, salté inmediatamente con una ferocidad impresionante y le manifesté que lo teníamos que hacer público.

¡Vamos a la televisión, vamos a hablar con Juan Pedro, vamos a hablar con Mariano Varona, vamos a hablar con quien sea! Pero él tuvo miedo; lo tenían tan manejado y chantajeado que tuvo miedo, el mismo miedo que había tenido yo.

Nunca me atreví a decir algo a mi madre ni a mi padre, esto uno no se lo confiesa ni a uno mismo.

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T E S T I M O N I O D E V I D A

Mi amigo se fue a España a estudiar periodismo y yo tomé la bandera de lucha. Empecé hablando con Juan Pedro Herreros y a buscar todas las instancias posibles. En mi colegio me ignoran, incluso se burlaron y se rieron. Dijeron que posiblemente estaba viendo mal, que estaba equivocado, que a lo mejor mi amigo estaba pasando por un momento malo y simplemente no era verdad lo que le estaba diciendo. Yo seguí, insistí en denunciar esto, pero ustedes comprenderán que el abuso no existía como concepto. Me sentí absolutamente solo y decepcionado en esta lucha.

Ya desde esa época, yo tenía la plena certeza y convicción de que existía una red pederasta que comenzaba en mi colegio, pasaba por los Capuchinos a través de mi cura confesor, que era Vicario de la Zona Centro y llegaba hasta la mesa del Cardenal Raúl Silva Henríquez.

Desde ese año 1984, yo corté todo nexo con la Iglesia, pero con mis compañeros de curso nos juntábamos en el colegio semanalmente a jugar a la pelota y después en otras casas a jugar dominó. Se formó un vínculo casi familiar entre nosotros. Después con las pololas o los hijos. Hasta el día de hoy nos juntamos en los asados, encuentros y con alguna frecuencia

les tocaba el tema de los abusos.

Pero sin pruebas, ¿quién iba a creer mis denuncias?

Pasaron los años, dejé de hablar del tema. Pero por la carga de haber sido abusado, me empezó a provocar tremendos problemas de salud, empezó a aflorar por otros lados, el aparato digestivo y otros.

El año 2017, sentado frente al televisor vi una noticia en donde se hablaba de los abusos en Los Maristas, me quedé en shock; el periodista dice: "nosotros establecimos contacto con el encargado de los Maristas de manejar este tipo de situaciones" y aparece en pantalla Mariano Varona (mi abusador) diciendo: "Es que nosotros no sabíamos, no teníamos los protocolos". Ahí, no me aguanté y me puse a llorar. Mi pareja no entendía porque lloraba y yo tampoco era capaz de decirle.

Mi lucha y la de otros, lleva ya unos cuarenta años.

Como es de conocimiento público los abusos no se limitaban solo a la Congregación de Los Hermanos Maristas.

Un abrazo a todos ustedes, los lectores y muchas bendiciones.

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Link Testimonio año 2019

en contexto neoliberal

Se celebró en Chile la semana de la «chilenidad» con ocasión de las Fiestas Patrias en septiembre. Después en octubre viene el mal llamado «Día de la Raza», que se convirtió en día de la «hispanidad», del «encuentro entre dos mundos» y que hoy, algunos reivindican como «día de la resistencia indígena planetaria…», evocándose así el tema del sentimiento de pertenencia propio a cada país latinoamericano.

En el siglo XXI, mi pregunta es, ¿existe aún ese sentimiento de chilenidad en un

contexto que aplica un modelo neoliberal extremo? El escenario, por definición, evoluciona después de la época de las dictaduras La siempre actual globalización con su consecuente idea de la aldea global (Global Village, Marshall Macluhan, 1967), leyes de «libre mercado», contexto en que nuestros compatriotas se dejan imponer consciente o inconscientemente un consumismo devorador, creciente y vergonzoso que el poder y los sistemas vigentes políticos o de comunicación no denuncian suficientemente, bloquean y en la práctica, hasta promueven.

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Yvonne Pozo Licenciada en Teología. DEA (Diploma Nacional del Tercer Ciclo) en Filosofía y Sociología del Derecho, Universidad Pantheón, Sorbonne, Paris 2
«Chilenidad»
Á R T I C U L O S

El neoliberalismo, se convierte en droga, en epidemia de la cual pocos pueden escapar y peor aún, no todos tienen conciencia de su adicción. La pregunta que me interpela es si en este contexto de vivencia del modelo económico cultural impuesto sin fronteras, hemos podido salvaguardar una pertenencia a nuestras raíces, al interior o al exterior de nuestro país de origen; denominémosla «el alma» chilena.

¿Este sentimiento, podemos confundirlo con el nacionalismo? ¿O con los valores patrios?

Sabiendo que todo pasa por la instrucción y

educación de la población, conociendo el peso fundamental de los medios de comunicación en lo que en algún momento se llamó la «socialización» de cada ser humano, el modelo neoliberal tiene gran interés no solamente en no bloquear, sino al contrario en promover esos valores llamados «patrios»: la bandera, el himno o el escudo nacional; ensalzando de paso las instituciones públicas o las fuerzas armadas protectoras de ellos y de la Constitución política e incluso aprovechando eventos deportivos internacionales para promover este sentimiento que aúna lo colectivo.

Copihue, la flor nacional

Confieso desde ya, que el análisis del tema que toca tanto lo público como lo privado, lo histórico, lo íntimo, la identidad misma del individuo y de un cierto espíritu colectivo, se convierte en tema difícil y complejo de abordar no solo para los especialistas, sino para nosotros,

Pastel de choclo, comida típica chilena

ciudadanos chilenos que tratamos de comprender

Pero, otra cosa es su instrumentalización con objetivos no humanistas que históricamente se convirtieron en peligrosos para el ser humano en el

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mundo. Ellos dieron lugar a guerras interminables, incluso recientes en el siglo XX, con la consecuente emergencia del pacifismo, después de la mediática guerra de Vietnam o de las dictaduras en América Latina. Se terminó con la idea de que bastaba tener la nacionalidad para que el país al cual se pertenece invite (convirtiéndose en obligación cívica) a sus ciudadanos (en general los menos favorecidos por la fortuna) a entregar su vida en el nombre de los «valores patrios», invocando esos símbolos patrios como sucedió con el movimiento nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Lo interesante es ir más allá de esos emblemas objetivos y propios a la nación. Esto es, tratar de abordar lo que constituye ese sentimiento de pertenencia a lo autóctono, al «alma» de aquellos que habitan esa tierra y con la cual se crea el lazo.

Muchos elementos ayudan a configurar esa pertenencia, esa «alma» indescriptible de nuestra chilenidad. Relacionada a la infancia y sus ancestros, costumbres y prácticas incluyendo las creencias religiosas. Gran influencia producen las leyendas, mitos, cuentos y la literatura propia. El arte en toda su dimensión, pintura, dibujos, poesía, teatro y sobre todo la música, canciones o instrumentos propios, como también a veces las prácticas deportivas Sin olvidar la fundamental cultura culinaria con sus tradiciones gastronómicas. Todo aquello pasa por la lengua que une, reúne y tipifica cada región en cuestión, con su diversidad de expresiones y acentos.

La invitación es a tomar conciencia de lo que constituye «esa alma» propia de la chilenidad

Pregunta, ¿podemos generalizar características de un pueblo, sus defectos y virtudes? ¿Es posible imaginar una caracterización colectiva? Esto es, hablar del «italiano seductor», del «alemán guerrero», de pueblos violentos, trabajadores, alegres, borrachos o país de ladrones. ¿O se trata solo de un mito? Amplio y antiguo debate entre sociólogos, antropólogos, historiadores y politólogos. En efecto, las estadísticas no bastan para probar qué defectos o virtudes constituyen una expresión susceptible de medir una categoría de la población y menos de todo un pueblo

La chilenidad se confunde, primero con la nacionalidad, esto es pertenencia legal a un país llamado Chile. Tenemos claro que se trata de un estado civil que otorga «ciudadanía» con los derechos cívicos adjuntos. Se confunde igualmente con el «patriotismo», y este concepto implica una experiencia referida a emblemas no subjetivos, y a veces a un sentimiento con objeto de difícil descripción y complejo que nos invade sin embargo en circunstancias excepcionales.

Este fuerte sentimiento irracional, intangible, difícil de explicar en la actualidad, no coincide obligatoriamente con el comportamiento de ciudadano frente a lo político o a las instituciones propias al país, aunque se justifica plenamente en muchas ocasiones.

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En un conocido cuento de Jorge L. Borges (1) sus personajes se encuentran en un museo de Nueva York, una noruega con un colombiano de cierta edad. Él se presenta como tal. Ella, Ulrika, le responde preguntando, “¿Qué es ser colombiano?" y él responde, "No sé, es un acto de fe". Pero ella afirma a su vez, "Bueno, como ser noruega…». Así, se trataría más de un sentimiento, de una emoción que de un estado civil o jurídico. Una comunión que se produce entre la conciencia de cada persona y su historia con la Historia. El profesor Otalora es «emocionalmente» colombiano. La emocionalidad produciendo satisfacción y placer.

La emocionalidad puede ser también rencorosa o violenta, como lo podemos

constatar en momentos fuertes de prácticas deportivas como el fútbol. Y también eufórica o triste, como lo relata nuestro trovador C. Pezoa Véliz en su obra «Alma chilena», cuando describe la aventurada vida del roto chileno, la triste vida del jornalero de rostro pardo o del peón presidiario para quién la alegre vida fue una labor sin salario, una batalla perdida.

Justamente, nada impide que haya momentos en que nos emociona ver flamear nuestra bandera tricolor en ocasiones excepcionales o en un rincón perdido de la Patagonia o en una casa particular en Wilmington, Delaware, o a las orillas del Sena en París…

ENCUENTRO 81 | 53 (1) Borges, Jorge Luis Libro de Arena, 1975.

Ruanda en mi Memoria

Rodrigo Medina

Observador ONU en misión UNAMIR sobre DDHH en Ruanda (1994 1997)

Pareciera que la conocemos solo desde 1994, fecha cuando durante tres meses, ochocientos mil tutsis fueron masacrados: casi diez mil seres humanos por día asesinados a machetazos. En Ruanda ya existía, desde antes de esa fecha, un sistema de castas desde el siglo XIX Un verdadero sistema social discriminatorio que había provocado una división de la población; una mayoría hutu (85%) se estableció como casta subordinada a una minoría tutsi (15%), pese a no existir rasgo étnico genético o lingüístico específico que las distinguiera. Esto en un cuadro de un “orden” colonial (primero Alemania, después Bélgica) que puede calificarse de injusto, ya que desató odio social en la sociedad ruandesa, aceptado si no promovido por los países colonizadores. Había una tercera etnia muy minoritaria, la twa (0,8%), también conocida como pigmeos, pero la cual no jugó rol alguno en la masacre.

La lengua oficial es el kinyaruanda La mayoría de la población es cristiana y alrededor de 44% son católicos y 38% protestantes, 12% adventistas y 0,7% testigos de Jehová. Solo 2% se declaran musulmanes y se encuentran sobre todo en Kigali, y puede destacarse como hecho notorio que no participaron en el genocidio y en muchos casos escondieron a los tutsis.

Un 0,1% de los habitantes se reclaman del animismo tradicional*. Esto se debe a la colonización primero de los alemanes y luego de los belgas que cristianizaron a los

paganos. Desde el genocidio los movimientos neo evangelistas habrían remontado.

Desde 1962 el pueblo ruandés declara su independencia estableciendo una república y aboliendo la monarquía. Se instituye un predominio de la mayoría hutu que después de treinta y cinco años en que hubo varios pogromos, a destacar el de diciembre 1963, se desata la masacre de 1994 que rápidamente se define internacionalmente como genocidio**. Frente a esta masacre, tanto el rol de los países occidentales (en particular el de Francia, cf. Jean Varret), el de la iglesia católica, como el de la ONU, fue fuertemente criticado por no haber intervenido durante el curso de las matanzas (cf. Jacques Morel) y también por su tolerancia a una colonización que promovió la división de la población desde años antes.

En la actualidad, este país de montañas, volcanes y lagos ha evolucionado y se presenta como una de las regiones con mejores resultados económicos, sociales y deportivos (campeonato del mundo de ciclismo programado para 2025) del continente.

Ruanda, “el país de las mil colinas” con sus 26 000 km de superficie (la quinta región de Valparaíso, Chile, tiene 16.396 km2) y con casi 13 millones de habitantes permanecerá como una experiencia integrada y grabada a fuego en mi memoria.

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A R T Í C U L O ÁS I

El sistema carcelario del país en los años 80 y quizás hasta el 90 no era ni más ni menos desesperante que el de otros regímenes represivos en el mundo. Pero justamente entre 1990 y 1996 fue observado con lupa desde todo el mundo porque las causas y consecuencias de las encarcelaciones masivas que allí se produjeron no tienen comparación posible con las cárceles de otros lugares en el mundo. En 1990 más de 10 000 ciudadanos se encontraban en las prisiones por razones políticas o étnicas, y a fines de 1996, dos años después del genocidio, alrededor de 85 000 detenidos se aglomeraban en las prisiones ruandesas, la gran mayoría acusada de genocidio

Objetivos de una misión, observador misionero Nuestro objetivo, entre otros, era la

observación de los centros de detención, prisiones y cárceles de Ruanda en un contexto de encarcelamiento masivo de sospechosos de crimen de genocidio. Si bien era importante conocer una reseña histórica del sistema de prisiones, se nos pidió más bien un tratamiento sociológico en nuestra observación. Nuestros informes serían utilizados después por los especialistas internacionales del tema de la crisis de Ruanda y de su sistema carcelario.

Así, dos meses después del término del genocidio, en septiembre 1994, acepté la misión de UNAMIR (United Nations Assistance Mission in Rwanda) en calidad de observador. Pese a no tener mayor denominador común con la misión que efectuara en Haití un par de años antes, no

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puedo evitar de integrar y comparar en mi inconsciente, lo vivido en ambos países; el sufrimiento, la desolación, la precariedad, la desesperación de los habitantes de ambos países, unido a la emoción de la esperanza que ellos guardaban y guardan de renacer y de creer, cada día, en nuevas perspectivas de vida. Los contactos establecidos en Haití con los colegas observadores pude continuarlos en Ruanda, formando equipo con algunos de ellos, como sucedió con mi colega jefe de prisiones de Bamako, Mali. Juntos formamos un Equipo de prisiones (Prisons team), visitando muchas cárceles tanto en Haití como en Ruanda.

El objetivo de la misión que duró dos años en Haití y cuatro en Ruanda, era la investigación relativa al funcionamiento de prisiones en Ruanda y clasificación de los prisioneros Todo esto en un contexto de crisis, no solo de Estado, sino también del sistema carcelario, comprendido también el comportamiento de los habitantes y de las autoridades frente a la masacre y a los encarcelamientos arbitrarios; las acciones y reacciones de todos los actores implicados, civiles, administrativos, políticos y religiosos durante las matanzas perpetradas. En Haití el objetivo fue más global, referido al desarrollo mismo, económico, político o social de cada región que visitamos.

El lema que repetían mucho los misioneros tanto en Haití como en Ruanda era “Establecer confianza” (Confidence building) entre los habitantes

Vida cotidiana Llegamos a Kigali, en septiembre 1994, país en crisis (política, económica, social y carcelaria), desde diferentes regiones del

mundo, en mi caso desde París. El primer tiempo me alojé en un convento católico situado en Kigali cuyas treinta o cuarenta piezas las habilitaron como habitaciones individuales sin baño, pero con simples toilettes (lavatorios con agua). Múltiples instituciones internacionales (Cruz Roja, ONU, etc.), personas, comprendidos los ruandeses. “Nuestra gente”, UNAMIR o MINUAR (en francés), éramos unos treinta que nos dedicábamos a la observación de la situación referida al respeto de los Derechos Humanos. Había múltiples nacionalidades representadas, pero, debido a la actitud de Francia antes, durante y después del genocidio, no había franceses en la misión. Yo participé como chileno junto a alemanes, ingleses, muchos canadienses, españoles, argentinos, africanos de Mali, Senegal y Madagascar Entre ellos, muchos voluntarios de la ONU, algunos muy jóvenes.

Nuestras oficinas se encontraban en las salas de clase de la École Belge (escuela privada para niños) que de hecho permaneció cerrada durante todo el período del genocidio y que se encontraba en el centro de Kigali. Los autóctonos hablaban del gran Kigali y pequeño Kigali, aludiendo al centro y la periferia.

Los fines de semana o días de festejo, solíamos desplazarnos a Butare, donde encontrábamos miembros de otras misiones, se hacían fiestas con temas diversos como el día del panqueque, aniversarios, cumpleaños, etc Después del convento donde estuve desde mi llegada, gracias a contactos diversos y en particular al de la esposa de un hutu acusado de genocidio que se encontraba en la cárcel y un grupo de africanos amigos,

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pude arrendar casa, donde frecuentemente recibía y albergaba a misioneros provenientes de diferentes países Conocí también a un chileno de Temuco, que formó parte de la misión por un tiempo corto y a una antropóloga galesa, conocida desde Haití, que hablaba bien árabe. La jefa de ella era periodista de investigación, especialista en Ruanda. Había llegado desde el principio de las masacres en los años sesenta. Años después, supe por la prensa que falleció en un accidente de avión. Pequeñas casas existían alrededor del colegio donde habían habitado los profesores alrededor de la École Belge. Ahora estaban habilitadas como alojamiento para los observadores de las múltiples instituciones y misiones. En cada una de ellas se preparaba comida, los observadores se quedaban allí, uno o dos por casa. Yo almorzaba en una donde habitaban dos noruegos. En otra de las casas habitaba alguien oriundo de América Central. El lavado de ropa era semanal, cada uno se preocupaba de llevar su bolsa a un encargado de esta tarea y la remuneración era individual. En mis primeras salidas, lo primero que encontré raro fue sentir un ambiente especial que después logré detectar como un silencio que pesaba. Esto iba acompañado de un olor que a veces era insoportable y que estaba por todas partes, los muros parecían estar impregnados de ese olor Era el olor de las masacres que se habían repetido por todo el país, el olor de la muerte.

Muzungu

La visita de prisiones la realizábamos en

jeep (Toyota) con capacidad para cuatro personas que la misión nos procuraba Las rutas, que eran principalmente de tierra, eran muy peligrosas. Las visitas a las cárceles se realizaban con autorización especial del ministro del Interior que era hutu y uno de los pocos hutus que formaban parte del gobierno, a quien pude conocer personalmente primero en su oficina y después en otras reuniones colectivas. Ulteriormente fue asesinado. Cada día realizábamos entre 60 a 200 km de ruta, cruzando aldeas, ciudades en medio de una naturaleza suntuosa, bosques, montañas, lagos, bajando y subiendo las típicas colinas. En un comienzo el silencio era tangible, pero progresivamente empezaron a escucharse voces de los niños que nos rodeaban y corrían gritando “muzungu, muzungu ” (blanco, blanco) fue una manera de captar también en qué medida éramos aceptados o rechazados por los autóctonos, que se cuestionaban el rol que cumplíamos y cómo éramos percibidos nosotros los occidentales por su población.

Primera visita, primeras impresiones

En Kigali en una primera visita al pabellón de las mujeres, había doce celdas que tenían una capacidad teórica de 36 presos, pero albergaban a unas 150 mujeres (en principio cada celda podía albergar tres personas). Encontrábamos al director de la prisión que nos hacía conocer el lugar, y nos presentaba a los guardias que lo acompañaban Adjunto a la prisión de mujeres estaba la de los hombres, también sobrepoblada con unos doce mil presos (teóricamente habilitada para trescientos).

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Cabe destacar que existía un registro de entradas de detenidos, pero lo llenaban los mismos detenidos. Al interior, estaban librados a ellos mismos y el acceso a la alimentación era la lucha por la vida para cada uno de ellos.

Recordemos que unos pocos estaban presos de antes de junio 1994 habiendo sido juzgados, sentenciados en un proceso por delitos comunes. También estaban los presos, la inmensa mayoría a partir de julio 1994, que no habían sido sometidos a proceso, no existía condena ni sentencia alguna de magistrado en contra de ellos. El mismo trato sufrían los presos de delito común o crímenes cometidos durante esos cien días de masacre. Importante también es recordar que las cédulas de identidad contenían la pertenencia a una etnia (hutu, tutsi o twa). Los hutus eran los “presuntos” genocidas e iban directo a la cárcel. Pero recordemos que también existían los hutus moderados que no estaban de acuerdo con

la masacre y que eran eventuales sospechosos, por lo que eran también encarcelados. Los twa eran víctimas de siempre de las otras dos etnias. (V. video Foreign Correpondent/Bibliographie)

Todo el espacio estaba ocupado por los presos, incluyendo el subterráneo. En esta cárcel había baños comunes que también se utilizaban como lugar de encierro y donde había otro lote de “gente” en el suelo. No había electricidad, por lo tanto, todos, guardias y presidiarios comprendidos, se encontraban sin luz en plena obscuridad muchas horas del día. El marido de la propietaria, que me arrendó la casa, estaba en esta cárcel y pude servir de cartero entre él y su familia. Nunca pude saber si finalmente lo liberaron, pese a que traté de informarme, sin éxito a todo nivel, sobre su desaparición.

Antes de entrar al recinto carcelario, ya se sentía ese olor peculiar debido a la falta de aeración; mezcla de encierro, sudor por

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Prisiones en actividad en Ruanda (1996) (Deslaurier Christine)
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falta de higiene en un grupo aglomerado en pequeños recintos. Avanzando en la sección de las celdas, ese olor peculiar se acentuaba Un hedor fuerte nos invadió que sin necesidad de mucho buscar nos resultó evocador de la muerte; se trataba del olor a cadáver, diferente a todo olor percibido en el pasado, incluso diferente a aquel de perros o ratas muertas. El problema era que entre esos cadáveres (que cada día aumentaban), se encontraban seres vivientes: los presos (incluso algunos posibles inocentes). Las razones del ambiente insalubre eran diversas, además de las condiciones sanitarias, el calor ambiental y el hecho de poner en marcha el protocolo para proceder al retiro y consecuente entierro de los muertos, que tomaba un tiempo excesivo El mejor momento para encontrarlos era cuando los guardias llamaban a comer. Aproximaban los barriles con comida y todos se precipitaban y agolpaban con recipientes propios (si no lo tenían, no podían recibir), y así se liberaban los rincones o el espacio donde había un ser humano que ya no se movía. Eran “cuerpos tirados”. Los cadáveres, pude confirmarlo, tienen un color muy especial, plomizo que nunca olvidaré. “Sécurité!, sécurité!” , gritaba yo, y un grupo de presos o guardias, venía a recogerlos. Eran enterrados en lugares próximos en hoyos o tumbas no profundos y además anónimos. No se dejaba ninguna señal sobre su identidad. Y ningún rito acompañaba el entierro Todos los otros presos sabían y los veían y sentían el hedor y nadie se movía o gritaba. A veces los cadáveres estaban ya tan rígidos y duros que los que los transportaban los levantaban sobre sus hombros como una

tabla y se dirigían a la puerta de salida.

En esta prisión encontramos a un preso (un ugandés) que, por no hablar la lengua local, también lo detuvieron y encarcelaron acusado de genocidio. También encontré, en calidad de preso, a otro ruandés hutu que había sido embajador de su país en Rusia.

Amazi

Las prisiones existían desde hacía años, pero también, dado el aumento de la cantidad de presos sobre todo entre 1994 y 1996, hubo que adaptar galpones que no tenían agua, electricidad ni sanitarios. Las autoridades nacionales e internacionales construyeron una cárcel para 350 personas, que rápidamente alcanzaba el triple, cuádruple o más de presos La sobrepoblación de prisiones devino una realidad inimaginable.

En Butare (en la ruta hacia Burundi), ciudad importante, sede de la única universidad del país, fuimos a visitar la cárcel con mi prison partner. La situación no era simple, tres o cuatro días sin lluvia, estación seca, todos exhaustos, deshidratados por la falta de agua. No había policía con nosotros. En el interior de la cárcel, los presos estaban sin agua (unos 3000 a 4000 presos) En uno de los patios grandes, al centro de una esplanada, comienzo a caminar de subida remontando la pequeña colina donde se había construido la cárcel y cuando los detenidos nos vieron empezaron de a poco a gritar: “AMAZI, AMAZI” . Es una palabra que no olvidaré nunca, clamaban para que les dieran agua. ¿Cómo se puede llegar a tal situación de desamparo, de falta de ayuda frente a un ser humano?

En esos momentos no se piensa el porqué

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de su encierro en la cárcel, no se piensa que se puede tratar de un genocida. Afortunadamente, un comandante argentino a quien yo ya conocía ordenó a los responsables de unos camiones aljibes de un destacamento militar uruguayo que les distribuyeran agua de inmediato.

En una cárcel de mujeres no vi cadáveres, lo cual no significa que no haya habido. Quizás lograban alimentarse y quitarse la sed mejor que los demás y seguramente había mejor organización entre ellas y eran solo unas 150.

Traslado de presos

El país entero estaba lleno de pequeñas cárceles. Los militares tomaban presos a delincuentes comunes en delitos flagrantes o a cualquier ciudadano que creyeran hutu, lo atrapaban y lo dejaban en una pieza o en un galpón. Cuando ya eran muchos los trasladaban a una verdadera cárcel, por ejemplo, la ciudad de Ciangugu.

En una operación de traslado de presos, partimos a un lugar a unas tres o cuatro horas de Kigali a una cárcel muy sobrepoblada. Salimos de la cárcel con una comitiva de 7-8 camiones abiertos, como a las 6 de la mañana y ya con un calor sofocante y llegamos de vuelta a la casa como a la medianoche, pese a que no era tan lejos. La operación de traslado resultó increíblemente larga, subidas, bajadas de las colinas, mala organización, había que esperar al director, reunir documentos, su lectura, guardias acompañantes, mal estado de los camiones. Nosotros los observadores íbamos detrás de los camiones en nuestro jeep. Los presos estaban custodiados por los militares ruandeses, dos por camión. En un patio central de la cárcel, una fila de

presos sentados en el suelo en hilera con las piernas cruzadas, posición budista, encajados uno detrás de otro, permanecieron horas sentados. Nosotros esperando para que partiera la comitiva. Los camiones eran de la misión ONU, los choferes eran militares de un destacamento hindú.

En el camino me bajaba para caminar a todo lo largo de los camiones detenidos por alguna pana, daba la vuelta entera de toda la columna. Los camiones, no muy buenos, se quedaban parados, los choferes hindúes se bajaban y abrían el capó tratando de arreglarlo. Nos deteníamos y yo me bajaba, observaba a los presos que permanecían en su posición budista. Me miraban todos, con mezcla de miedo, angustia, incertidumbre y también los soldados escoltas que parecían intrigados El jeep nuestro (ONU) estaba al final de la columna. Volvía con el sentimiento de lo que flotaba en el aire no solo el calor y el polvo, era un ambiente tenso. Si los presos se ponían de pie el soldado levantaba su kalachnikov inmediatamente con gesto de preparación de disparar. Detrás de cada camión los soldados ruandeses custodiaban para que no se escaparan. En este período, los militares tomaban presa a mucha gente, sospechosos para ellos, y en el camino desde donde los atrapaban hasta su destino muchos morían inexplicablemente, se aplicaba la ley de la fuga. En el traslado entre cárceles o galpones los presos desaparecían y las familias no los encontraban más.

En otro viaje ocurrió un accidente a nuestra vuelta a Kigali. Se nos cruzó una niñita y el conductor no la pudo evitar y la

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atropellamos. Producto del impacto la niña murió instantáneamente Esto al lado de una casa pegada a la frontera con el Congo, al borde del lago Kivu. Este accidente ocurrió cerca de las siete de la mañana y solo pudimos salir de ahí muy tarde en la noche ya que en un par de minutos después del accidente se juntaron cientos de personas que nos apuntaban con el dedo. Nuestra salvación fue el destacamento de soldados tunecinos que se encontraba a unos cien metros del lugar del accidente donde llegamos corriendo y pudimos refugiarnos seguidos por una turba de ruandeses que nos increpaban. En la tarde llegó un grupo de militares ruandeses y su comandante (que hablaba solo inglés) quien nos hizo saber que la familia de la niñita fallecida pedía indemnización Acompañé al jefe al exterior del cuartel y después de haber solicitado al portavoz de la familia la cantidad que solicitaba, se la entregué y se dio por terminado el grave incidente.

Una prisión excepcional = Gereza (cárcel) Los militares ejercían labores de policía y procedían por presencia a detener ciudadanos en todas partes. No solo a los genocidas, según ellos, sino delincuentes comunes y los encerraban ahí sin proceso o razón explicativa hacia la víctima. Lo único que les interesaba saber era el lugar donde había estado durante el genocidio (itsembatsemba). Si la persona afirmaba haber estado en alguna ciudad de Ruanda era detenida inmediatamente Frente a la cárcel de Kigali, se habilitó un galpón especial como prisión para encerrar gente.

Eran cuatro murallas y un techo (de unos 4 x 10 metros) Algunos hoyos que tenía como ventanas ya los habían tapiado, y a medida que encerraban a más hombres, estos se empezaron a sofocar. Los militares al ver que los presos no paraban de “pedir cosas a gritos”, taparon con yeso los hoyos que quedaban como ventanas de aeración y al día siguiente había como 30 muertos asfixiados.

En este caso, las familias nos preguntaban a nosotros (UNAMIR) por sus desaparecidos. Los observadores logramos “in extremis” sacar fotos (aparatos de impresión inmediata) que acompañaron el informe respectivo a la Misión y que sirvieron para que algunos lograran identificar a sus muertos. Los cadáveres fueron enterrados en un lugar donde el ejército tenía un terreno grande, no lejos de la colina, pero no nos dejaron pasar al solicitarlo, ni a nosotros ni menos a la familia. Puedo agregar que en todo el país proliferaban las fosas comunes, y en muchos casos los cadáveres eran lanzados a las fosas sépticas. Los ocupantes de una casa en que habité habían sido asesinados a machetazos y sus restos sufrieron ese mismo destino. Poco a poco esta situación evolucionó y el gobierno comenzó una campaña para un “entierro con dignidad”.

Nuestra misión era de observar e informar, cierto, pero era inevitable plantearse preguntas La gran mayoría de los presos estaban acusados de genocidas, pero no todos lo eran. ¿Bastará con decir que los responsables recibieron las órdenes de la autoridad jerárquica?

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Interrogantes

Visitamos múltiples prisiones y galpones que se habilitaron para tal función, en diferentes ciudades. Kigali, Butare, Gisenyi, Murambi, Ciangugu, Rwamagana, Kibeho, las montañas de Virunga en la provincia de Ruhengeri, el parque nacional de los volcanes, Shyorongi. Muchas interrogaciones me atravesaban desde el momento de haber aceptado la misión. Se trataba de conocer la realidad de una Ruanda en estado de crisis, post masacre. No estaba claro en mi mente lo que tendría que enfrentar. ¿Quién se supone que está encerrado en una prisión? ¿Delincuente común? ¿Violadores, asesinos de mujeres y de niños? ¿Cómo llegaron las etnias implicadas a la división entre ellos, al conflicto, a una guerra civil que permitió tal desenlace, una masacre de los vecinos de su pueblo o del pueblo cercano? ¿Cuál es la influencia de la colonización y cuán largo

fue tal proceso? Y ¿cuál es la responsabilidad de los países más próximos? ¿O de la iglesia católica? ¿O de la ONU?

La masacre colectiva comenzó después del atentado al presidente de la república de Ruanda, Juvenal Habyarimana. Pero ¿cuál fue el impulso sicológico que llevó a toda una población hutu a matar a sus compatriotas tutsis, aparentemente “semejantes”, desde el día siguiente al atentado sin, aparentemente, plantearse ninguna pregunta?

Pasaje al acto, ideología, pensamiento, conciencia, racismo.

Interrogaciones quizás aún sin respuesta en lo que se refiere a los actores ruandeses, pero también de los occidentales colonizadores que de una u otra manera participaron y pudieron influir antes

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Machetes y garrotes utilizados por genocidas en Rwanda (1994) Cráneos humanos en el Centro memorial del genocidio en Nyamata
Á R T I C U L O S

durante y después del genocidio. Y quienes demoraron demasiado en intervenir para detener la masacre (ej, la operación Turquoise francesa).

¿Cómo el ser humano puede llegar a ese momento en que es incapaz de distinguir entre el bien y el mal absoluto? Es la pregunta común y sin respuesta a todos los genocidios de la Historia.

Esperemos que un espíritu de renacimiento, de resiliencia, cubra todo resentimiento de los pueblos y logren, logremos, por doquier una reconciliación unitaria de los pueblos, en el mundo, pese a nuestras diferencias.

* 2021 Report on International Religious Freedom: Rwanda, Departamento de Estado de EE UU

**Genocidio: se acepta en general como definición la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos. Tales como el de los armenios y judíos durante la Segunda Guerra Mundial (Shoah) o de los tutsis en Ruanda.

No confundir con los crímenes de masa (por ejemplo, los cometidos en la actualidad en Ucrania que algunos califican por su gravedad como genocidio, lo cual no corresponde).

Datos bibliográficos

Eltchaninoff, Michel et Legros, Martin, « Deux visages de l’humanité », in Philosophie Magazine, n° 12, p. 40 45, septembre 2007. Deslaurier, Christine, Un système carcéral dans un État en crise : prisons, politique et génocide au Rwanda (1990 1996). Dans Enfermement, prison et châtiments en Afrique (1999), pages 437 à 471.

Moreas, Mélanie, Carnet de voyage : sur les traces du génocide des Tutsis du Rwanda. A la rencontre de génocidaires et découverte du système judiciaire après p 174 181, 1994 Morel Jacques, La France au coeur du génocide tutsi. Esprit frappeur, Paris, 2010. Varret, Jean, (Gén.), cf. Video.

Video: Foreign Correspondent. Inside Rwanda’s Genocide Jail (1995). Escenas de cárcel de Gitarama. https//youtu.be/L5AP nApmZA.

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Por error

Juana Nepomucena

Hace poco rato me morí y ahora estoy totalmente muerta, tratando de contarlo

Para mí, todo esto se convirtió en tragedia en un solo día. Mi vida no era fácil, pero creí tener el control; nunca pensé en morir a los 45 años. Vivía en un barrio lindo, nunca faltó nada. Tenía un marido, Carlos, a quien quería. Tuve dos hijos buenos e inteligentes. El único problema es que mis hijos no eran de él, pero yo pensaba que él no sabía, y al final quedó claro lo perdida que estaba.

Con Carlos éramos amigos, cómplices, nos reíamos de las mismas cosas, y estábamos de acuerdo en cómo criar a los hijos. Y aunque no me creas, al mirarlo desde acá, rodeada de mi propia sangre, recién me doy cuenta de que eso no iba a funcionar, porque parece que no éramos dos. Y aquí aclaro que nunca habría pensado en otro

hombre, excepto cuando en su lecho moribundo mi suegro me contó que Carlos era estéril. Esto pasó en un accidente cuando era muy joven y sus padres prefirieron callar. Según ellos, Carlos no sabía, y eso desencadenó mi primer error.

Cuando supe se me vino el mundo abajo, pero después de todo eso, me tuve que armar de nuevo. Yo quería a mi esposo y quería tener hijos. Subestimé a Carlos, no le conté nada. Quedé embarazada de mellizos gracias a un amigo, Daniel, que siempre había estado loco por mí. Pensé que el secreto estaba bien guardado, y ese fue mi segundo error.

Si llegaste hasta acá leyendo, ya debes suponer cómo me fui de este mundo tienes dos o tres alternativas: o me mató Carlos cuando supo la verdad, o me mató el padre de mis hijos o me suicidé cuando me

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C U E N T O D E A D U L T O

vi arrinconada y en evidencia. Algo de eso pasó, pero la verdad es mucho más tortuosa y nada de simple

Carlos supo por su madre que era estéril. Poco tiempo después me conoció. Yo misma le presenté a Daniel. Carlos decidió que Daniel fuera el padre de sus hijos, y también decidió no contarme. Con dinero, todo se puede. Eso no fue difícil porque ambos arreglaron encuentros casuales conmigo. Cuando, atribulada, le conté mi problema a Daniel, pensé que lo habíamos decidido entre los dos, inducidos por el voluntarismo y el deseo. Este fue mi tercer error, y fue fatal.

Por un tiempo, todo anduvo bien, todo normal Pero como Daniel también tenía vida, se casó con Lucy Daniel un mal día, le contó nuestra historia a ella.

Pasaron unos pocos años, hasta que Daniel se quedó sin trabajo por muchos meses. Lucy intervino convenciéndolo de pedir dinero a mi marido. Nadie nunca dijo chantaje. Gente llena de eufemismos.

Yo por mi parte no participé en mi muerte. Es decir, sí participé, pero no esa noche. Yo preparé mi destino por mis pésimas decisiones, creo.

Carlos se negó a ayudar a Daniel y este no aceptó un no como respuesta. Pienso que mi esposo se dio cuenta de que el secreto no iba a resistir demasiado tiempo, potencialmente ya éramos mucha gente. Había que hacer control de daños por nuestros hijos, la sociedad, el futuro, el mundo entero.

Si no, íbamos a pasar la vida con miedo a la verdad y miedo a la mentira.

Yo no sé cómo pasaron las cosas. Mi último error fue no preguntar. Cerré los ojos esperando que las soluciones a problemas que yo suponía que había, llegaran solas. Esa era mi típica actitud.

Por irreal que parezca, la prueba de que esto realmente ocurrió es que ya estoy muerta y dudando de que el cielo exista, porque no me he ido a ninguna parte. He intentado pedir perdón, para evitar más sufrimiento, pero por ahora prefiero mi rol de víctima. Estarás de acuerdo en que ya no tengo nada que perder.

La noche fatal mi esposo citó a Daniel a nuestra casa El apareció con su señora, y lo extraño es que las dos estábamos vestidas parecidas. Yo salí a recibirlos sin entender mucho y sin advertencias. Lucy entró y me pidió el baño inmediatamente, quedamos Daniel y yo solos en el living. Todo fue rápido. No alcancé a darme vuelta cuando Carlos entró y le disparó de muerte a Daniel. A mí, mi marido me disparó un balazo por la espalda.

Desde hace unas horas estoy tirada en el piso, sin pulso. Cerca mío está el cuerpo de Daniel. Desde acá escucho ruido, pero no veo a nadie. Creo que mi esposo me confundió con Lucy.

Ahora que me acuerdo Carlos presentó a Daniel y Lucy. Y también le encontró trabajo a ella. Cerca de mi casa, supercerca…

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Siempre fuiste incógnita

“¿Qué se ama cuando se ama, mi dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte?” Gonzalo Rojas

I

Siempre fuiste mi interrogante, una incógnita, esa aparente chispa de ternura y corazón gigante guardado bajo siete llaves.

Hermetismo curioso misterio insondable que se desdibuja en una sonrisa ingenua y unos ojos profundos color alma y espíritu.

Podría seguir así sabiendo tal vez nada de tus íntimos secretos compartiendo nada más que un emblemático silencio.

Pero bastaría y así continuaría bastándome un solo, un único segundo de tu honda pureza de tu infinita bondad de la piedad que te colma cual Beatriz.

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Yo en mi noveno círculo, iniciando el camino, nuevamente tú en el firmamento, encendiendo alguna estrella.

XX

Háblame

que no soporto tu silencio y esa mirada de esclava azteca que es relámpago de fuego atravesando estas costillas que son de algo más que de barro solitario.

Háblame y me dices aquello que se piensa pasado, que se piensa presente, que se piensa futuro.

Háblame que ahí congelada tienes un aspecto desconocido y siento que ya debo irme de ti así como si no existieses y debo borrarte hoy de mi entendimiento porque mañana será demasiado tarde porque mañana, quizás no podré olvidarme nunca más de tu lastimoso silencio.

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XXII

En la costa del olvido del recuerdo hundo mi brazo hasta lo más profundo y extraigo del fondo con mis desgarradas manos el corazón de la tierra, el corazón de piedra que será entregado en acto de ofrenda a mis más aniquilantes pensamientos que se encuentran mirando en el infinito, al otro lado del horizonte tu aura incontenible que envuelta en la locura extrae de mi centro las pasiones y los llantos eternos de mis dos personalidades de estaño que se corroen y sacan chispa en sus embestidas frontales

y giran en una sola nube negra por sobre mi entendimiento inocuo insoportable y etrusco sin más una suerte de respiradero que las pesadillas que en las noches de remordimiento mi cabeza acalla cuando sin más permiso

sin más adelantos que la despiadada muerte las medianoches las transforma en algarabía insípida de una Mesopotamia patriarcal y la hora del Maitín y sus ánforas dodecafónicas traen tu ráfaga de nuevo a mi agudeza punzante.

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P O E S Í A

Y el decaer se hace preciso y constante en un limbo irreversible que más probablemente me lleve al punto final de mis latidos mortales y no a una posible vida futura en que me reconcilie y me vuelva un triunfante triunfador del purgatorio. Un limbo irreversible que muy probablemente me lleve al punto final de los esquemas inflexibles de las apostillas finales del trágico epistolario de mi propia vida y herejía.

*Esta es una selección de poemas de “Siempre fuiste incógnita”, poemario lanzado en diciembre 2021 por Editorial Arttegrama

"Siempre fuiste incógnita" se puede encontrar en Librería LOM (Concha y Toro 29) y Librería Monociclo (Concha y Toro 42), Metro República.

José Manuel Vega es poeta, actor y profesor de lenguaje de la Universidad de Chile. Nació en 1993 en Bélgica. El 2021 lanzó su primera publicación, tras ganar un fondo del libro y la lectura del Ministerio de Cultura. Ya trabaja en la edición de su segundo poemario, "La maga, el asombro y las nubes".

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Homenaje al nuevo aniversario de la Independencia de Chile

Brindaré como chileno por mi patria, por mi tierra y por todo lo que encierra su angosto y largo terreno. Quisiera voz como el trueno que a su poder se asimile porque así cuando desfile la nostalgia por mi mente, podré usar mi voz potente para gritar VIVA CHILE.

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A los profesores

Brindo dijo el profesor por el alumno esforzado, responsable, que ha estudiado que quiere ser el mejor. También por el porro, el peor, descuidado y perezoso, más le diré que es forzoso para alcanzar una meta que esto emplee cual receta: sé culto y muy estudioso.

Otro profesor agrega que este brindis superior será por el director y también por su colega. El maestro es quien entrega la mejor educación relegando su ambición de ganar fama y dinero pues se ciñe por entero a su noble vocación.

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Acertijos

Para Reflexionar

Imagine un cuadrado de 8 unidades por lado (ver figura 1), en aquel separamos dos segmentos rectangulares, uno de 8x3, el que a su vez separamos en 2 triángulos iguales con 8 de base y 3 de altura, correspondientes a A y B. El otro rectángulo (de 8x5) lo separamos en dos trapecios iguales, ambos de 5 de base y altura de 3 y 5 unidades correspondientes a C y D (ver figura 1).

Suponga que ahora recortamos los 4 pedazos y los pegamos como en la figura 2.

Note que las medidas de los pedazos son coincidentes.

Ahora tenemos un rectángulo en lugar de un cuadrado, cuyos lados miden 5 y 13 (=8+5) unidades. ¡Hasta aquí todo bien, o al menos eso parece!

Figura 1

Figura 2

Hay además otra forma de poner esos pedazos, como muestra la figura 3; en ella A y B se unen por 3 cuadritos, además C se une con A y B con D, así quedan dos rectángulos de 5 cuadritos de ancho y 6 de alto. Note que en todos los casos se tiene los mismos cuadritos.

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P U Z L E S Figura 3

¿Cuál es el problema entonces?

Que el cuadrado de 8x8 tiene una superficie de 64 cuadritos (8x8=64); en cambio el rectángulo (formado con los mismos trozos) tiene una superficie de 65 cuadritos (5x13=65)

Como que esta diferencia fuera poco, la tercera figura posee dos rectángulos de 6x5 (=30) más la unión entre ellos, cuya superficie es de 3 cuadritos, lo que da un total de 2x(6x5) + 3 = 63 es decir una superficie de 63 cuadritos.

Si piensa que esto es magia, ¡está en lo cierto!

¿Dónde quedó el otro cuadrito (figura3)? o ¿de dónde salió el otro cuadrito (figura 2)?

Como puede ver, con las mismas figuras construimos 3 áreas diferentes, no solo en forma sino en superficie. ¿Cuál es la verdadera? y ¿cómo podemos explicar este extraño hecho?

En este caso no se trata de una pregunta para responder sino para reflexionar.

Respuestas en la página 76 Link

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Receta: “Queque Negro”

En la presente receta se obtiene aproximadamente 2 kg de queque negro. Su color y sabor pueden recordar la Navidad. Una característica de este queque es que dura al menos un par de semanas guardado.

Ingredientes:

3/4 kg de harina corriente 4 cucharaditas de polvos de hornear 4 huevos grandes ½ kg de margarina ½ kg de chancaca

¼ kg de nueces picadas

¼ kg de pasas

¼ kg de fruta confitada (opcional) Nuez moscada rallada (alrededor de 1/8 de nuez) 4 clavos de olor molidos Ralladuras de cáscara de un limón o una naranja Jugo de 1 limón grande o 2 medianos 50 cc de Ron

ENCUENTRO 81 | 74 C O C I N A Y C O C T E L E R Í A

Preparación:

En un bol grande vierta la harina, ponga luego los polvos de hornear, la nuez moscada, los clavos de olor y las ralladuras de cáscara de limón o naranja; revuelva empleando una cuchara grande (preferentemente de madera). Agregue luego las nueces picadas, las pasas y, eventualmente, la fruta confitada, vuelva a revolver en el bol.

Encienda el horno a fuego fuerte, unos 250°C, paralelamente en una olla pequeña ponga la chancaca con unos 50 cc de agua y caliente a fuego lento para que se disuelva.

Puede emplear un plato hondo para derretir la margarina, lo cual puede hacer en un horno de microondas, caliéntela durante 1 minuto para que se derrita.

Una vez disuelta la chancaca y derretida la margarina, viértalas sobre el bol con la harina y otros ingredientes, agregue los huevos, la margarina, el ron y cualquier cosa que no haya puesto antes; revuelva todo formando una mezcla homogénea.

Vierta en moldes enmantequillados y póngalos en el horno caliente (250°C), luego deje una llama media (unos 180°C). Hornee durante 45 minutos a una hora. Sugiero utilizar un palito de brocheta para introducirlo en la preparación y saber si ya está cocido interiormente (si no está, la masa queda adherida al palito). Se recomienda comerlo frío (al día siguiente).

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Solución

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P U Z L E S

Avisos

Una obra que ofrece un panorama de medio siglo de la literatura chilena. Diario, memoria y crónica del oficio literario. Edmundo Moure

A V I S O S ENCUENTRO 81 | 77

Siempre fuiste incógnita, se puede encontrar en librería LOM (Concha y toro 29) y librería Monociclo (Concha y toro 42), Metro República

ENCUENTRO 81 | 78 A V I S O S
ENCUENTRO 81 | 79
11°lugar °lugar RRobertoAntezana obertoAntezana Link para ver todas las Lf ink para ver todas las f https://drive.google.com/file/d/1emHGvEixNM0E4hNlR https://drive.google.com/file/d/1emHGvEixNM0E4hNlR kmSdLPXaoxX4NbS/view?usp=sharing kmSdLPXaoxX4NbS/view?usp=sharing Concurso de Cfotografía oncurso de fotografía La LPrimavera a Primavera RRoberto oberto AAntezana ntezana 22°lugar °lugar PPatricia atricia HHoffer offer

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