
09/06/2024


09/06/2024
Comité editorial
Pedro Álvarez Castro
Ana María Brito Bugueño
Walter Bussenius Cortada
Mirna Karmelic Gadal
Dulia Ortega Torres
Ruby Osorio Arias
Andrea Quiroz Reyes
Colaboradores
Renato Álvarez Peña
Simón Álvarez Peña
Francisco De la Maza Ríos
Edmundo Moure
Dayana Razmilic Torres
Antonio Martínez
Mail de contacto revista.encuentro81@gmail.com
El contenido vertido en las páginas de esta revista por sus diferentes autores, es de su exclusiva responsabilidad y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de la revista Encuentro 81.
Los vitrales de Rachel Mulligan
Alhué, Comala y Macondo: espacios intemporales
La lección de Sophie
Descubre
El pasado mes de mayo es el mar el que tomó palco en nuestro país. El mar ocupa gran parte de nuestra geografía y como tal, nos marca profundamente en nuestra identidad.
Junto con la cordillera de Los Andes, nos enmarca, nos contiene, nos calma y nos protege como grupo humano
En esta edición queremos reconocer este aspecto de nuestra geografía y unirnos a hacer presente que el mar, que tranquilo nos baña, está intranquilo con el cambio climático y otras preocupaciones mundiales que nos confrontan… El actual conflicto geopolítico en Ucrania y el genocidio en Gaza han invisibilizado la Tercera Guerra Civil en Sudán, que lleva algo más de un año en desarrollo con miles de muertos y millones de desplazados, país africano importante por su litoral en el Mar Rojo y el transporte marítimo marítimo entre Europa y Asia, así como su producción minera, especialmente el oro
Estos conflictos se dan en la disputa de la primacía económica entre Estados Unidos y China.
Son tiempos complejos en materia internacional que requieren templanza del
espíritu, claridad en la mira y confianza en que los involucrados puedan resolver llegando a la paz en breve tiempo y logren acuerdos que permitan una convivencia armoniosa por un largo período.
Destacamos en este número la historia de Cauri Pacssa, el niño del cerro El Plomo, guardado y protegido en la cordillera, la entrevista a Antonio Abud, otro de nuestros compañeros de promoción que reside al lado del mar, y el antiguo arte del trabajo en vidrio de las ventanas policromadas o vitrales de Rachel Mulligan, artista británica, entre otras colaboraciones.
Despedimos con mucho pesar a Mario López Ibáñez, nuestro querido compañero y colega, un hombre destacado por sus conocimientos, voraz lector de una amplia gama de temas, férreo defensor de los humildes y abusados, un miembro ilustrado del comité editorial de esta revista, quien partió prematuramente, dejándonos su recuerdo y prolífico legado
Les invitamos a disfrutar la lectura de este número, a enviarnos sus comentarios y a animarse a colaborar con la revista.
Comité Editorial
Antonio y yo nos encontramos a conversar de su vida, de sus logros, de sus tiempos oscuros y de sus sueños. Él en El Tabo, yo en Londres. Antonio ha cultivado y mantenido su sociabilidad, y esto hace el encuentro ameno e interesante. En su historia destacan su insistente presión sobre los límites tradicionales, lo que nos muestra un espíritu creativo y no conformista y su constante búsqueda de alternativas menos convencionales de vida y de especialidad. Nos muestra lo importante que esta búsqueda es en nuestra profesión y cómo esta nos ofrece diversos
13 de abril, 2024
caminos a explorar. Según Antonio, él viaja aún por la vida a toda marcha. El tiempo de detener su oficio, todavía espera.
-¿Podrías contarnos a qué estás dedicado? O sea, un poco de lo que estás haciendo ahora.
En este momento me encuentro en la localidad de El Tabo, a unos 110-120 km de Santiago, a la orilla del océano Pacífico, viviendo solo en mi casa. Este era un sueño que yo tenía, algún día ocupar esta casa, y cuando vino la pandemia, me refugié aquí, en esta localidad pequeña, más segura, con vista al mar.
Hace poco llegó a vivir conmigo una gatita y ya no tengo que hablarles a las paredes. Y ojo, ¡que me contesta! (risas).
Siento que estoy en plena vitalidad y estoy además trabajando en mi pasión, que es el ejercicio profesional de una manera que es una depuración de un montón de sabidurías y prácticas a las que he llegado. En términos formales, soy especialista clínico en obesidad, de autoformación. He estudiado muchísimo, pero por sobre todo he tenido una larga, larga trayectoria clínica.
-¿Tu trabajo clínico es todo en obesidad?
Mira, como clínico de obesidad, yo me daba cuenta de que lo que la medicina ofrecía para estos casos era principalmente tratamiento farmacológico y, por esa misma época, las cirugías bariátricas, en sus diversas versiones. Después empezaron a decir “cambios de estilos de vida”, y era divertido ir a los congresos y pensar “ya, pero ¿cómo se les cambian los hábitos a las personas?”.
Hace 20 años inicié un programa de terapia de grupo para adelgazar, Grupo Goce, para mejorar la relación con la comida. Es una terapia grupal con una frecuencia semanal, así como los Gordos Anónimos. Abordamos los factores biológicos, psicológicos, emocionales, nutricionales y sociales del trastorno. El grupo da la fuerza, la contención y además, la identificación con otros En fin, yo creo que juntos se llega más lejos. Y dado que la obesidad puede ser considerada una adicción a la comida o una adicción a los “carbos” ultrarefinados, los modelos de adicción también hablan de hacer trabajo grupal.
Es una metodología propia que diseñé hace ya 21 años, en constante mejoramiento y enriquecida con la ciencia y la experiencia. Hace unos 10 años se unió la Psic. Karolina y sistematizamos esta metodología original, completamente diseñada desde la experiencia, siguiendo algunos modelos de psicología de constructivismo, de construcción social de significado. Ella ya no está con nosotros
-¿Y tu interés en el tema de la obesidad de dónde proviene?
Cuando entré a medicina, yo tenía la
intención de especializarme en salud mental, posiblemente como psiquiatra, pero cuando llegué a séptimo me di cuenta de que no quería seguir estudiando Ya llevaba más de 20 años estudiando, desde la básica, y era el momento de poner en práctica todo lo aprendido.
Ya en sexto de medicina hacía turnos de residencia de médico general en el hospital de la Penitenciaría. Fueron mis primeros pasos profesionales. Entraba el viernes a las 8:00 de la noche y salía el lunes a las 8:00 de la mañana. Era interno residente. Y, seamos sinceros, ¡estaba preso!, porque no es cuestión de ir a la puerta y decirle “oye, ábreme la puerta un ratito, voy a ir a tomarme una bebida, una chelita y vuelvo”. ¡No! ¡Era un manso atado salir!
Luego, cuando me recibí, me fui de viaje por un tiempo largo y cuando volví retomé ese trabajo, pero ya titulado. Me tocó armar la clínica en el penal de Puente Alto que estaba recién construido Luego me tocó el penal de San Miguel, donde tuve unas aventuras increíbles echando a andar la unidad. Pero era un trabajo de medio tiempo.
Yo tenía ganas de hacer más cosas y me invitó Willy Nazar, que ya estaba trabajando en obesidad y me dijo: “Oye, mira aquí hay un campo inexplorado. Hay una carencia enorme de atención, hay mucha gente”. Ni me imaginaba a lo que podía llegar hoy día, pero entonces ya era mucha gente, el 20% de la población tenía sobrepeso. ¡Hoy día es el 75 %! Y nadie se dedica a esto. O sea, van al endocrinólogo, como si la obesidad fuera una enfermedad hormonal. O van al trainer, como si esta cuestión fuera nada más que hacer ejercicio. O van a la nutricionista, le dan una dieta y dan bote con la dieta porque les da hambre.
Empezamos a estudiar, a practicar, a ir a congresos, en fin, entendiendo que entonces, estoy hablando de mediados de los 80, el tratamiento de la obesidad era meramente farmacológico; no había otra opción. Ya se adivinaba que bajar de peso a una persona le era superdifícil, porque las personas comen además, no por hambre, sino que “se comen” sus emociones. Este es un principio básico en el programa que formamos.
-Entonces, ¿eso te quitó el espacio para la gendarmería?
Sí, yo me descolgué de Gendarmería a raíz de una anécdota política. En el penal de San Miguel había una unidad de presas políticas, mujeres. Me interesé enormemente. Las chiquillas estaban requete presas, no había juicio, no había nada, estaban en una desesperanza enorme. Entonces empecé a aplicar un programa de salud mental y eso no fue muy bien visto.
Yo con la inocencia, pero si están presas, ¿cómo no las vamos a atender? Y por ahí me soplaron y me dijeron: “Cuidado, doctor, cuidado, porque lo tienen en la mira”. Yo dije muchas gracias y me descolgué de Gendarmería.
-Y eso te ha dado satisfacciones.
¡Muchas!, le ha dado sentido a mi vida. Hice un giro de hacer tratamientos con remedios, porque yo miraba a los pacientes y decía: “Puchas, la conozco desde que tenía jumper, pues la trajo la mamá y ahora tiene como dos hijos se han separado 3 veces y todavía sigue tomando pastillas Aquí hay algo que no estamos haciendo bien”
Y la cifra subía y subía y subía y subía, ¿qué es lo que pasaba?
Yo ya había escuchado, había visto y había intuido que esto no se resolvía en términos biológicos. Esto sí, ¡claro que es biológico!
Es una enfermedad de tu cuerpo y se define como un exceso de grasa respecto de una proporción con respecto a la estatura, pero también tiene una dimensión emocional y psicológica.
Como porque tengo pena, porque tengo rabia, porque estoy aburrida, porque estoy entretenida y si no pasamos por ahí, por la gestión de las emociones y las creencias, hay cero posibilidad de poder sanar a la persona La tenemos que despertar y decirle, mira, te estás comiendo tus emociones, tus estados de ánimo y te los estás comiendo con mayonesa o merengue más encima.
Además el programa tiene una dimensión social.
Cuando se enferma el 75% de la población, hay algo que estamos haciendo mal entre todos: nuestras celebraciones, nuestras costumbres, nuestra forma de alimentarnos. No quiero entrar en descripciones, pero ya sabemos muy bien que la pandemia de la obesidad está dejando la mansa, pero la mansa embarrada y se van a morir millones de personas de aquí a 50 años; una cuestión increíble, la diabetes, la hipertensión.
Para esto me certifiqué como “coach", para poder trabajar con más estructura los problemas psicológicos y emocionales, tratando de saber un poco más de manejo de grupo. Hacemos planificación de contenidos, pero tú llegas con tu material a la sesión y se te derrumba un integrante, se te derrumba otra, terminan llorando y se acabó la planificación, hasta ahí no más llegamos con la materia, por así decirlo. Y tenemos que manejar el grupo y contener a ese personaje que se angustia. Apuntamos a que los pacientes hagan un potente cambio personal y de vida que va más allá de solo cambiar su alimentación y su peso. Al mirar las vidas de los demás se dan cuenta que el sobrepeso es un síntoma, que en realidad lo que pasa detrás o lo que pasa debajo de la comida y de la gordura es mucho más relevante.
Y por eso apuntamos a ver si podemos sanar a la persona de adentro hacia afuera, desde la raíz misma del trastorno. Pues estoy de alguna forma colaborando a la evolución personal de ese paciente A que viva una experiencia que no solo sea centrada en la pesa, sino en su propia vida. Le estoy entregando herramientas, que aprenda a poner límites, que desarrolle su
voluntad, su disciplina, que tenga gestión de sus emociones, que no se deje influir por sus creencias, las que tampoco sabe de dónde las sacó; o sea, pasamos por muchas dimensiones.
-La población a la que te que te ha tocado atender, ¿son igualitarios en género?
No, en absoluto, el 90% son mujeres. La tasa de enfermedad en hombres y mujeres es parecida. No era parecida, o sea, hay tantos gorditos como gorditas. Sin embargo, un tratamiento que propone esta búsqueda interior de las razones del trastorno, y obliga a mirarse, es una práctica que les resulta más fácil a las mujeres que a los hombres, sin hacer ningún comentario ni juicio al respecto Los hombres entran en una cosa superoperativa: “Ya, entonces ¿cómo es la dieta? ¿Así hay que comer?”. Están enfocados en el logro, tienen un resultado más rápido, la quieren hacer corta, pero a veces les falta profundidad. Sin embargo, con el transcurso de las sesiones de terapia, todas y todos abren sus corazones y comprenden que su voracidad es por tratar de llenar los vacíos de su alma con comida. Es obvio que así nunca van a sentirse plenos.
-Tú eres una persona bien sociable y me llama la atención que me digas que vives solo en tu casa en El Tabo. Entonces, cómo has llegado aquí en términos de tu trayecto familiar.
Mi padre fue dentista de profesión, hijo de un inmigrante libanés, un gran
emprendedor, un profesional muy trabajador. Su papá, o sea mi abuelo, vino del Líbano, recaló en Argentina, después se instalaron como comerciantes en Ovalle. Aquí conoció a una chilena, mi abuela paterna, y tuvieron a mi padre. Mi madre, por su parte, viene del norte, de Antofagasta. Ella era hija de un minero, un dirigente sindical y su mamá era costurera. Estamos hablando de principios del siglo pasado. Se encuentran en Santiago y forman esta familia que son 3 hermanas bien seguidas, una pausa de 5 años, yo y otra pausa de 5 años, mi hermano menor.
Yo partí en el colegio Nido de Águilas, los primeros 3 años. Luego fui a estudiar a un colegio de curas, el Liceo San Agustín, en Ñuñoa. La aspiración de mi madre era que yo entrara al Saint George. Y con harto esfuerzo, sobre todo por el inglés, logré entrar en séptimo año y donde me toca vivir un proceso muy potente. Partimos en Pedro de Valdivia con Pocuro, en el colegio antiguo. Nos cambiamos a La Pirámide, ahí tenemos el primer salto. Pasamos de ser un colegio muy formal en séptimo y octavo a, desde que llega el cura Whelan, y ya no hay que usar uniforme, podía usar el pelo largo, un colegio experimental. Proponía una existencia libre, responsable y consciente Después de la intervención militar el 73, era pelo corto y uniforme Y todo esto en un pedacito de tiempo, de colegio de hombres a colegio mixto, de colegio de élite, a un colegio con aranceles diferenciados, el proyecto de coeducación, cuando el cura abre el colegio para que entren personas de la población que estaba a la orilla del río, y bueno, toda esta historia que vimos en Machuca, (película chilena, 2004) que es bien fidedigna, pero vivido con una gran intensidad. Ya la política me cautivaba. Iba al contrario de la mayoría de mis compañeros. Para los grandes paros estudiantiles yo era de los que votaba, no, no podemos ir a paro. Me identificaba mucho con Allende y con su proyecto socialista El colegio vivió una etapa de muchas libertades, que me marcaron profundamente. En política tenía diferencia con los amigos, pero jugábamos igual a la pichanga. No, la política nunca me transformó en un ser odioso.
Con mi padre
Bueno, egreso en plena dictadura, el 74. Yo quería estudiar medicina prácticamente desde primero medio, toda esa historia es muy cercana a Mauricio Gómez, con quien nos conocimos en el colegio y hasta el día de hoy somos grandes amigos. Estudiamos juntos para dar la prueba de aptitud académica. Preferí estudiar en la U de Chile, entré en plena dictadura, en los años más duros Me pongo a cumplir mi programa de pregrado, y una vez que me estabilicé y empecé a captar la manera de estudiar, comencé a participar en la ACU, la Agrupación Cultural Universitaria, y
hacíamos peñas, convivencias, los festivales de teatro, los festivales de la canción Era un organismo que aglomeraba toda la actividad cultural de la Universidad de Chile; era lo único disponible que había como organización estudiantil. Participar en la ACU era muy entretenido, pero al mismo tiempo con un gran sentido político.
La FECH había sido clausurada, a los cabros los relegaban, los mandaban a la punta del cerro por 60 días. Se nos olvida. Había que ir a visitarlos, hacerse cargo de los hijos.
Y así transcurrió mi vida en la universidad, pasé todos mis ramos y me titulé.
Me casé poco después, tuve dos hijos, viví con Sonia por 14 años. Después ya nos desenchufamos, nos desencontramos y me separé cuando mis hijos eran púberes
Empecé a ganar muchísimo dinero, a vivir superbien, con muchas comodidades. Pero, yo sentía que en esta vida más formal yo estaba perdiendo una parte importante de mi esencia. Era como vivir en un estilo de vida un poco prestado.
Y a lo mejor no vivía tan distinto a como vivían mis padres, como yo había sido formado, con comodidades, en fin, pero también el paso por la U y el vínculo con tantas otras realidades, me habían hecho entender que la vida no se vive solo de esa manera. Y fue generándose un vacío existencial muy importante, que se agudizó cuando me separé y me llevó al consumo de sustancias, al consumo de alcohol y ¡a la ruina, pues!
Yo estuve enfermo, estuve bien enfermo, aunque no como para encerrarme con llave. Luego de un tiempo, me di cuenta de que si seguía viviendo de esa manera me iba a morir, por el vacío interior, me iba a morir por la forma tan desaprensiva y con tan poco autocuidado, me iba a morir embriagado o intoxicado.
-¿Estabas todavía trabajando en esa época?
Nunca dejé de trabajar, pero mi trabajo se había ido a las pailas. La economía se había ido a la punta del cerro, mi corazoncito estaba herido y además con un vacío en la guatita que ¡puchas!, estoy viviendo una vida que no me gusta, que no termina de vibrar con la esencia de lo que soy. Fue una época que me sirvió para saber quién realmente era yo. Entonces decido sanarme y una pareja que ya estaba en el camino espiritual me ayudó mucho. Yo estaba apoyado por la persona con quien estaba en ese momento en mi vida Y paré de consumir cualquier sustancia tóxica Completamente solo, sin tomar ni un solo remedio, sin recibir tratamiento psicológico o psiquiátrico. Yo no era paciente de nadie. Saqué mi Guerrero interior y me fui a
luchar contra mis demonios y fantasmas. En un proceso de sanación muy profundo. Nuestro compañero, el Beno Iceckson (Revista Encuentro 81, N o 6) me dice: “Huevón, lo que tú hiciste es como para salir de gira en exhibición. Porque eso que hiciste solo, no lo hace nadie, pues. Nadie se sana así”.
Además, reinicié mi formación espiritual en una escuela de conciencia, donde aprendí a hacer Sanación Energética, sanación con tus manos. Pero, al primero que hay que sanar, ¿adivina quién es? Sí pues, ¡a uno mismo! Y yo ya estaba con esa cosa del “furor curandis”, porque había salido de los tóxicos y más encima se me abría la oportunidad de entender la sanación hacia otro y hacia mí mismo de otra manera. Hice el programa completo y después hice un programa más profundo y más extenso, en Clarividencia, que es ni más ni menos que “ser claro” para “ver claro”. Todos esos estudios me tomaron como cuatro años muy intensos. Entonces, como decía el gurú, en cinco minutos más vas a estar viendo lo que no veías. Lo de ver claro, eso te podría tomar varias vidas. Así que no te preocupes que no veo, que no cacho, preocúpate de entender lo que ves. Porque vas a empezar a “ver” y no vas a saber si es en tiempo pasado, en tiempo futuro, es mi vida, es la vida de otro… ¡Olvídate! Es muy fácil confundirse. Ese programa en clarividencia además, adivina a quién es el primero que uno mira ¡A uno mismo, pues!
-¿Todo esto en Santiago, Antonio?
Sí. Yo me vine a vivir definitivamente aquí
(El Tabo) hace unos 3 o 4 años. Y usando esta casa, no viviendo, pero usándola en forma continua desde hace 10 o 12 años Yo al principio estaba muy enojado, porque cuando empecé a entender la salud y la enfermedad desde el punto de vista energético-espiritual, me dio una rabia enorme, dije que me estafaron en la escuela, omitieron la mitad de la información. Es demasiado relevante todo este otro conocimiento, el origen emocional de las enfermedades, etc. Hasta que en la misma escuela de conciencia un día me dijeron: “Mi hijito, usted está bien perdido. Usted tiene un título que le da la posibilidad de hacer todo esto sin que lo quemen en la hoguera, ni le corten la cabeza con la guillotina, como ya te pasó en otras vidas. Ahora fuiste más vivo, sacaste patente, cierras la puerta de tu consulta y puedes hacer lo que quieras. No te enojes, porque lo que tú sabes de la medicina que te enseñaron, no puedes omitirla. Súmale todo lo que acabas de aprender y entonces haces una gestión sanadora, un oficio”.
Y de verdad creo que estoy ejerciendo un oficio, no una profesión, porque la profesión es lo que te enseñan en un programa de formación. El oficio es lo que tú aprendes y entregas; además de los conocimientos está la experiencia y otros conocimientos que no te los enseñan en la U.
Hace como 10 años atrás conocí a una persona con la que me casé cuando cumplimos cinco años juntos Me casé como si fuera un bebito recién nacido y lamentablemente esa relación terminó hace un año atrás. Fue un amor entre adultos, con muchas luces y algunas sombras. De verdad que nuestra separación fue un
acuerdo mutuo, para cuidarnos de no llegar a la odiosidad. No tuvimos hijos, pero que después de tanto tiempo uno quiera casarse y que no le resulte, es un dolorcito. Porque uno podrá tener, no sé, polola, compañía, qué sé yo, pero casarse, son palabras mayores. Pero no me arrepiento, Ruby, porque para mí lo importante es el amor, no la forma que tome el vínculo. Y vuelvo a decir, aunque me hagan bullying, le agradezco mucho a ella, que me acompañó por 10 años y a todas las demás, a mi primera esposa, a las chicas que estuvieron entre medio, lo agradezco profundamente, porque yo tengo la fortuna de haber sido muy bien amado.
-Y así como te ha tocado vivirlo a ti, como lo cuentas y como lo presentas, ¿cómo crees que lo han vivido ellas? ¿Es válido pensar que a ellas les haya ocurrido algo similar, en el sentido de haberte amado y haberte dejado ir y estar agradecidas?
No lo sé, con la madre de mis hijos, la primera esposa, nos separamos y ella estaba muy enrabiada. Nos separamos en un momento de quiebre personal y económico, profesional, mal, pues, en un momento donde estaba en el lado oscuro de la fuerza, no eran tiempos luminosos para mí. Y aun así, yo mantuve a mi familia, por así decirlo, y me mantuve a mí mismo, por largos años, haciendo esfuerzos muchas veces en perjuicio de mi propio bienestar. Creo haber entregado lo mejor de mí en todas esas relaciones, sin mezquindades y con entrega total. Yo espero que así se haya vivido para cada
una de ellas.
-Y tu relación con tus hijos, Antonio, ¿cómo la definirías tú?
Muy buena. Mi hijo tiene 37 años. Él es comunicador audiovisual y tiene una maestría en marketing digital. Trabajó conmigo en Grupo Goce, hizo una gran labor cuando el grupo tenía una explosión. Llegamos a tener 400 personas, en 18 grupos distintos. Después decayó la cosa. Primero, la crisis social. Teníamos una sede en Plaza Italia, con 5 grupos y dos grupos más en el mall Plaza Vespucio que tuvimos que cerrar. Y después por el covid se prohibió juntarse en grupos, en persona y en espacios cerrados. ¡Mierda! Se fueron a la cresta nuestros Gordos Anónimos y tuvimos que pasar de una semana para otra a la modalidad online. Nosotros ya teníamos un programa “online”, pero era rudimentario. Aprendimos sobre la marcha y en esa cosa tecnológica nos apoyó enormemente mi hijo. Nos llevó a ser una empresa moderna, digitalizada. Mi hija salió algo más parecida a mí. Cuando ella terminó sus estudios, me dijo: “Oye papá, yo no quiero entrar a la universidad, quiero vivir”. Y estuvo viajando como 10 años. Vivió en Argentina, en Ecuador, en Perú, en Colombia. Los lugares más lindos. Y llegó a México donde estaba para el covid. Un día me llama y me dice: “Papá, sabes que me aburrí de andar con la mochila en la espalda y ya no quiero seguir viajando y quiero familia, quiero estudiar”.
Y se vino y ¡adivina dónde se quedó! ¡Donde vivía yo con mi hijo! Y ahora vivía con mi hija, ¡bonita la vuelta! Se fueron y la vida
nos volvió a juntar para darnos otro poquito más de vida en común.
Con mis hijos
Yo con mis hijos me llevo muy bien, ellos me quieren mucho, me lo dicen y me lo demuestran. Y yo hacia ellos lo mismo, los he validado siempre en todas sus decisiones, incluso por sobre mis miedos, mis aprehensiones.
Además, con mi hija tenemos otro vínculo y es que ella se está graduando como terapeuta en medicina china tradicional. Hemos estudiado juntos anatomía, fisiología y como yo por mis estudios espirituales conozco las estructuras energéticas y los meridianos, hemos creado un espacio de encuentro ya de adultos, ella tiene 35.
-¿Has tenido la posibilidad de enseñar todo esto que tú has creado y que te ha dado resultados, de pasárselo a alguien?
Aunque no he tenido la oportunidad de enseñarlo a otros colegas, trabajo en equipo y he formado a varios psicólogos, que aunque hoy día no trabajen en esto, ya saben cómo hacerlo.
Pero yo creo, además, que esto no es tema
de especialista. Yo creo que cualquier médico, de cualquier especialidad, tendría que saber los fundamentos del tratamiento de la obesidad y las posibilidades terapéuticas, saber dónde derivar. Hemos visto programas enfocados principalmente a que las personas se operen. Y lo digo con harta congoja en mi corazón, porque yo no operaría a nadie. Bueno, no sé, si pesa doscientos kilos y está a punto de morirse, ¡ya, dale! Esta forma en que yo enfoco el cuento es complementaria a todo eso, es ir a la intimidad de las personas y descubrir, comprender y modificar los factores que les hacen comer de esa manera y pesar de esa manera.
-Tú eres bien activo, estás siempre participando, buscando consenso.
Sí, yo le tengo un gran afecto a los cabros y a las chiquillas del curso. Hubo un tiempo en que estuve medio desaparecido, porque estaba viviendo otra vida, estaba en otra. Pero hubo un reencuentro y me fui acercando, re-vinculando y en el chat medicina 81 me siento muy bien, porque es un chat donde nos respetamos mucho. Ahora estamos organizando este paseo, los felices paseantes. Y esto se originó porque hace poco tiempo hubo una polémica grande con el lío de Palestina y hubo gente que se molestó. Y dije no, yo creo que los actos son más reparatorios que las palabras. Por qué no nos juntamos a huevear, a bailar, a tomarnos una copa de vino, a reírnos y punto Y las heridas que puedan haber o las palabras, ¡que se las lleve el viento!
Si nosotros estamos unidos por algo que es
mucho más potente que lo que pasa en el Medio Oriente y que cada cual tome partido Ojalá tenga partido en esto, pero no lo pongamos como plato de fondo Ya con la política local tenemos hartos problemas. Vas a ver tú que en la próxima junta vamos a tener una jornada muy bonita, entretenida.
-Y en El Tabo mismo, tienes tú una participación en el pueblo?
En esta comunidad sí. Yo estoy dejando la presidencia de una ONG (Organización No Gubernamental) que se llama Colectivo del Mar y que está centrada en el desarrollo humano. Todo esto parte de que desde hace ya casi 15 años practico biodanza. La biodanza es un método que inventó un chileno, Rolando Toro, a partir de la música, el cuerpo y el grupo. Se practica en forma periódica y genera cambios evidenciables hasta en nuestra fisiología. Es un espacio amoroso compartido con otras almas en la misma sintonía afectiva. La Biodanza tiene poderosos efectos en nuestro cuerpo y también en nuestras relaciones y nuestra forma de vivir en este mundo. La recomiendo a ojos cerrados.
Y, a partir de esos principios, creamos una ONG, generamos un fondo para usar en talleres, en promover la biodanza, pero también en economía circular, sustentabilidad, cuidado del ambiente Y vino la pandemia y nos pusimos en campaña para proveer a las personas que estaban fuera del sistema aquí en el litoral, primero de elementos de protección: mascarillas, alcohol gel, máscaras pantalla. Esto se lo regalábamos a la gente,
repartíamos a la gente de calle, a los pescadores de la Caleta del Quisco.
-¿Cuando tú dices “nosotros”, quién es, quiénes son?
La mayoría de los miembros de esta ONG son personas que practican la biodanza, pero también hay otros. Después la cosa era más complicada porque teníamos que apoyar las ollas comunes, como la gente no podía pagar el arriendo las echaron y empezaron las tomas. Y las tomas eran miserables. O sea, en una carpa de camping chiquitita, con una guagua, qué sé yo…, me acuerdo de que estábamos apoyando una toma y las chiquillas nos dicen que necesitamos ayuda, a ver qué podemos hacer. Nos dice que se están lloviendo todas las carpas y necesitamos 100 metros de polietileno. Ya, poh, apoyemos ¿sabes cuánto pesa un rollo de 100 metros? ¡Lo pusieron con horquilla dentro de la maleta de mi auto!, así, onda que ¡ahí ves tú cómo lo sacas! Ya, pero ellos techaron y se dejaron de mojar hicieron un espacio grande y seguro. Bueno, ese tipo de acciones.
Aquí convives con personas que en Santiago no estarían en tu horizonte.
Por ejemplo, nos hemos hecho muy amigos con un buzo mariscador y su familia, y nos visitamos en la casa Aquí eso es natural Él es el buzo que cuando alguien se ahoga, el compadre va y los empieza a buscar y los encuentra, entonces, además tiene una validación, pues. Son sistemas donde no hay diferencias tan grandes, mucho más homogéneos.
-Has tenido oportunidad de tener distintas experiencias, de andar por distintas avenidas, entonces ¿qué crees tú que te ha dejado la vida a ti como persona?
Yo voy a seguir haciendo, ¿eh?, yo no me voy a estacionar todavía. Tengo sueños, anhelos... Mis pensamientos, mi sistema de creencias han evolucionado Al principio, las creencias más propias inculcadas por la familia, que luego son modificadas a partir de la experiencia universitaria, que luego son desarrolladas en otros planos durante la larga gestión profesional y que me tienen en el lugar que me tienen. Yo creo en la resiliencia, me considero un sobreviviente, no solo de la dictadura, sino que también de mis propios procesos personales.
Si tuviera que definirlo, quiero una existencia amorosa, creativa, curiosa, honorable, colectiva, con mucho sentido personal y también social. Y no solo la quiero, si no que la practico todos los días, con las vacilaciones propias de mi ser humano, obviamente
-Entonces, podría asumir que tu viaje ha sido variado e intenso, que ha tenido
altos y bajos y que tú en este momento estás tranquilo, conforme.
Sí, sí Eso es importante, que no nos olvidemos que también hubo oscuridad en ciertos períodos, que ojalá no vuelva a suceder, entendiendo que a veces vuelve a suceder, porque no todas las lecciones se aprenden a la primera. No creo haber hecho daño, al contrario. Creo que en mi profesión y en mis vínculos humanos he sido generoso, he sido amable.
Estoy feliz de pertenecer a la comunidad de ex compañeros de la U. Me encantaría, por ejemplo, que ellos pudieran saber que existe un método para bajar de peso que es muy potente y que es muy distinto. Que sepan dónde derivar a sus pacientes excedidos de peso Nunca hemos hecho propaganda ni nada, pero yo sé que a muchos colegas les tocan pacientes que además tienen la necesidad de bajar de peso y la frustración que se provoca de ver que es algo que no consiguen. Las tasas son para cortarse las venas o para pegarse un tiro, pero por lo menos que supieran que existen otras alternativas más certeras, que apuntan a lo esencial, con todo respeto por quienes operan estómagos y todo lo demás.
-Naturalmente y sin que haya tenido yo que pedírtelo, esto es una suerte de mensaje para la generación 81 y los lectores de la Revista.
Para mis compañeros y lectores, me gustaría que supieran que el ser humano no es solo un cuerpo y por lo tanto, si nosotros estamos en el oficio sanador, tenemos que integrar muchas otras variables. Para mí la definición es la siguiente: somos
seres espirituales, viviendo en un cuerpo físico de humano, una experiencia terrícola. Nuestra pertenencia al cosmos se borra cuando miramos por el microscopio, se nos olvidan las estrellas, que somos seres espirituales viviendo en un cuerpo físico una experiencia terrestre y por lo tanto, eso le da un sentido completamente distinto a la salud y al bienestar.
Ojalá que levantáramos la vista del ombligo y miráramos al cielo y nos diéramos cuenta de que somos parte de una cosa enorme, gigantesca y que, por lo tanto, nuestros conflictos y nuestras pequeñeces son minúsculas. Si pensamos en lo que nos hace infelices o nos genera preocupación o miedo, son puros problemas terrícolas: que se va a acabar el oxígeno, o el agua o dramas de lo cotidiano ¡Puras huevás, que son de aquí! Eso no existe en otra parte. O sea, validar nuestra dimensión trascendente, que yo creo que a quienes estamos en la ciencia o estamos en profesiones relacionadas con la ciencia, no se nos puede olvidar.
Y también transmitirles que lo mejor que podemos hacer es disfrutar de nuestras vidas, con lo que tenemos a nuestro alcance, con los amigos y familia. Y agradecer cada día de poder tener la oportunidad de hacernos el bien a nosotros y también a otros.
-Gracias, Antonio
Todos hablan de ella, un mito de siempre en la vida del puerto, como si se refirieran a una persona de carne y hueso, a una mujer que conoce el secreto de la seducción, con su cuerpo cubierto de velos blancos soplando al viento. Esa mujer goza las miradas del mundo, es una mujer, es un velero que al navegar y perderse en el horizonte, movida por el céfiro, deja una gran melancolía en las entrañas de aquellos hombres –sus enamorados– que, llenos de nostalgia por ella, retoman sus faenas en el puerto.
Hoy, día importante, es el 21 de mayo, otra Esmeralda en la historia del puerto. Pero de esta de hoy, siglo XX, todos hablan, todos comentan, el viento va cargado de revuelo a lo largo de la costa, Esmeralda vuelve, vuelve en su blancura desplegada al viento, seguida de sus hermanos, nuevamente a cautivar. Pasará por mi balcón, a las doce, me dicen. Prometo que allí estaré vigilante.
Me he anticipado a la hora y muy temprano en la mañana me encamino a la terraza para mirar el horizonte. Siento en mi rostro, en mi cabello y en mi cuerpo el soplar del viento propicio que me palpa toda a través de la gasa de mi vestido de verano. No alcanzo a cerrar los ojos en mi ensueño, cuando muy lejos, pero muy lejos, veo unos puntillos blancos que se acercan hacia mí. Esos puntos en el horizonte se asemejan a mis veleros de papel que de pequeña dibujaba en mi cuaderno de croquis, cuando soñaba con viajes más allá de la
boya de la otra Esmeralda, en otra historia y en otro balcón.
“¡Qué impaciencia! Quiero verla ya, quiero que su visión toque, dentro de mí, esos recuerdos enraizados en mi psiquis de antiguas glorias navales, de heroísmos celebrados, de buques recalando en el puerto de mi juventud y de esta Esmeralda, el buque-escuela de mi mocedad en que los cadetes salían con sus mejores galas a romper corazones provincianos. Este buque era un motivo de júbilo, pero jamás vi su velamen, ahora tendría enfrente de mí ese mito de mares”.
Mientras así divaga, su cuerpo está casi colgado del balcón que da a las rocas negras que el mar besa con esa continuidad suave al comienzo para luego transformarse en oleajes de energía. Siente ser ella misma una de las rocas por el frescor del agua que palpa su torso desnudo, como el golpe del oleaje en sus oídos tan de cerca Desecha esa visión, no quiere perder detalle, quiere plasmarse en el velero y seguirlo hasta su confín.
“¡Esmeralda…! ¡Qué bella eres! La palabra bella no alcanza a describir el resplandor de las velas ni la locura que provocas. Te veo igual a una quinceañera en tu vestido blanco de organdí, en la fiesta de tu primer cumpleaños importante, en el umbral de la vida de mujer naciente, con tus ojos entrecerrados saboreando juventud mientras el viento te toca el rostro, te da
placer, el mundo en tu derredor no existe, eres una chiquilla consentida, nada para tu soñar ”
Allí está Esmeralda, surcando el océano, a la cabeza de una secuela de hermanos, jóvenes que tras ella van protegiéndola de algún mar de Sargazos o de cualquier interrupción al ritual de su juventud. El hermano Sebastián se ve el más devoto, embobado por la belleza y diafanidad de Esmeralda, la sigue de cerca. Aunque hermano gemelo, tiene ya el cabello gris, le llaman El Cano, un mozo con un alma vieja, símbolo ancestral de otros tiempos, de otra historia y otras aguas conquistadas, otras tierras penetradas a flor y a sable y otros bosques en las entrañas del mundo americano.
Sebastián y Esmeralda se ven muy juntos, como unidos por ese amor que caracteriza a tantos buenos hermanos, amor casi romántico cuya dulzura hace oscurecer la presencia de otros veleros a la saga.
Siente como el albis que resplandece de las velas de Esmeralda la tientan a cegar sus ojos como si con esa ceguera pudiese olvidar que también la brillante luna tiene una cara oscura, una historia que perturba, una sombra que cubre a Esmeralda –sombra que es capaz de oscurecer la alegría provocada por su presencia.
“¡Te veo! Esmeralda, te deslizas inocente por las aguas, tu majestad abre cicatrices de heridas simbólicas que llevo en cuerpo y alma, heridas de dolores ajenos que he hecho míos –es este mi diálogo mudo
contigo, Esmeralda, barco que estás allí ya más cerca”.
La luz bella de Esmeralda no logra curar esas heridas; la contempla como si quisiera diluir las imágenes de dolor y permitirse gozar de esa belleza en libertad, pero ante sus ojos, las gotas que lanza el océano en las velas, le parecen hilos de sangre que con lentitud corren por las velas de lona hasta terminar en la cubierta como si le hablaran de la sangre que aquel comandante en jefe hiciera derramar.
“Mi mirada se carga de lo que yace en mi corazón y quiero penetrar tus entrañas, Esmeralda, para saber qué sentías al escuchar los gemidos de dolor en tu vientre, en tu casco, en tu cubierta, en toda tú”
Su espíritu quiere ver más allá, quiere ver el velamen protestando, embravecido ante los golpes que laceran el cuerpo de almas rebeldes que deambulan por allí en decenas de fantasmas.
“Siento que gritos invisibles me estremecen y me acucia el deseo de olvidar” y ver a Esmeralda solo como ella está, allí, bella flotando en ondas generosas que la hacen navegar, como si nada ni nadie existiera: en un estado de oblivion.
En su alma, siente que aún es difícil reconciliarse con el pasado de Esmeralda como doncella impura que guarda negro secreto. Sin olvidar el significado de esas gotas de sangre que siguen deslizándose, estas se transforman en imágenes más llevaderas del dolor.
Las gotas se convierten en copihues, decenas de copihues que bajan por las velas del buque y uno de ellos se posa en el corazón de esa Esmeralda sumida en su oblivion como un acto deseado de olvidar.
Ya se aleja Esmeralda, con raudo femenino, en su blanco organdí, seguida por Sebastián, guiando a los otros barcos en regata interminable y juntos lentamente se pierden en el horizonte. Sebastiana parece volver a la realidad, recuerda que está en su balcón, el tiempo ha cambiado y
comienza a refrescar, su vestido le parece muy liviano para la hora en que todo ha terminado y antes de retirarse “sonrío al rememorar los otros veleros de mi propia historia, en flotillas yendo de bahía en bahía, con otros vientos, en otros mares, otras velas más pequeñas, henchidas por el viento que me hacían soñar, en esa época, con no tener heridas”.
¡Poderoso caballero, Don Olvido! ¿cuándo llegarás?”.
Figura 1. El niño con sus vestimentas y ofrendas. Réplica ubicada en el Museo Nacional de Historia natural
Mucho se ha escrito acerca de la momia del niño del cerro El Plomo, sin embargo, hasta el día de hoy las conclusiones son limitadas.
En estas páginas tratamos el hallazgo, el encuentro, del niño del cerro El Plomo, basado en las investigaciones actuales y de la época, que en su conjunto abordan un fragmento de la historia y la cultura de los tiempos del Imperio Inca presente por unos 120 a 140 años principalmente en Perú y Bolivia, y también en Ecuador y en el norte de Chile y Argentina. Fundamentados en los actuales
A Marioconocimientos, los autores Sandoval y Germain, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio reconstruyen un relato de la peregrinación del niño y su comitiva al inevitable encuentro con sus ancestros.
Más de 500 años más tarde, en 1954 se realiza el primer estudio antropológico de la momia. Luego en 1980 se efectúan otros estudios radiológicos y posteriormente el análisis más moderno se efectúa en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, en el año 2003. Todos estos estudios efectúan un aporte
al conocimiento de la vida y de la muerte del niño del cerro El Plomo.
Se trata de un niño de 8 años, encontrado en el cerro El Plomo en Los Andes chilenos, momificado en forma natural. En la actualidad se encuentra preservado en el Museo de Historia Natural, en una cámara de refrigeración a menos 5 grados Celsius (figura 1).
Una momia es un cadáver en el que se han preservado parcial o totalmente los tejidos blandos a través del tiempo. Conocemos como tejidos blandos a los músculos, piel y cabello. La palabra momia deriva del árabe «mumiya», que significa “betún de embalsamar cadáveres”.
Los tipos de momificación son: natural, natural/intencional y artificial. En estas dos últimas la mano del hombre interviene para poder producirla La primera se produce por causas medioambientales, y esta es la responsable de la momificación del niño.
Fue encontrado el 1 de febrero de 1954 por arrieros que subieron el cerro El Plomo (figura 2), a unos 5200 metros de altura, para buscar adornos o instrumentos de plata, ya que cercano al sector, se habían hallado estos objetos en anteriores ocasiones. En la expedición liderada por Guillermo Chacón, participaron Luis Gerardo Ríos y Jaime Ríos. La intención de ellos era comercializar las especies.
Aporte de Mario López Ibáñez (QEPD)
El fardo se encontró a unos 80 cm de profundidad, donde estaba el cuerpo momificado de un niño de aproximadamente 8 años, con adornos de oro y plata, que se había conservado unos 500 años, gracias al frío a esa altura, donde hay nieve 10 meses del año. Estaba sentado, con los brazos cruzados alrededor de sus piernas, y la cabeza sobre el hombro y brazo derecho. Los excursionistas recogieron al niño y se lo llevaron junto a sus objetos. Decidieron vender la momia. Después de varios intentos llegaron al Museo Nacional de Historia Natural, donde comercializaron la pieza por un monto de $45.000 de la época. En la actualidad se puede visitar y observar la réplica de la momia, ya que el original está preservado al frío.
Lo que los expedicionarios encontraron en el cerro El Plomo fue un santuario a la altura del Imperio Inca. Ocasionalmente se sacrificaban allí a niños de alto rango, ya sea por una importante celebración o para pedir que se detuvieran hambrunas, sequías o los sucesivos terremotos. Se utilizaba chicha, una droga que adormecía a las personas en el sueño. La ceremonia se llamaba Capacocha; comenzaba en el Cuzco, y luego se peregrinaba a distintos cerros donde se producía el entierro. (Los expertos discuten si en este caso, partieron del Cuzco, o de su pueblo original, en el sur peruano. La literatura es disímil).
Ellos creían que la vida como la conocemos era parte de un largo camino de existencias, y que la muerte simplemente era una transmutación hacia otro estado vital. Por lo tanto, no se hablaba de sacrificio como tal.
En el caso de los niños, se pensaba que se reunían con sus antepasados para enviar buenas señales a los pueblos que permanecían en lo que nosotros conocemos como vida.
Es posible que el niño del cerro El Plomo se llamara Cauri Pacssa. Este nombre se sugiere a raíz de un texto del siglo XVII que dice que “enviaron a sacrificar a Chile a Cauri Pacssa…”.
Los incas creían en diversos dioses. El dios Viracocha, para quien se realizaba la Capacocha, era el dios del universo, el sol, la luna, las estrellas, el tiempo y de la humanidad. El nacimiento de Cauri fue interpretado por sus padres, de la nobleza colla (parte del Imperio Inca), como una esperanza para su pueblo, en plena decadencia, en los tiempos en que ya los españoles habían fundado Santiago de la Nueva Extremadura, sobre un centro urbano administrativo y ceremonial Tawantinsuyu (nombre del Imperio Inca).
En el libro El niño del cerro El Plomo de Sandoval y Germain, hay una hermosa descripción de cómo pudo ser este camino. Las frases siguientes resumen lo señalado:
El peregrinaje de Cauri Pacssa se preparó desde sus 7 años. A los 8 años recién cumplidos, se inició el viaje. (Figura 3). El grupo se compuso por sus padres, dos sacerdotes y tres yanaconas (asistentes o sirvientes del Imperio Inca y luego de los conquistadores españoles). En un trayecto largo y sinuoso, se dirigen a Chile, en los confines del Collasuyo (tierra de los collas), en busca del Apu Wamani (cerro El Plomo).
En el lenguaje inca significa guardián del valle o de las montañas, y corresponde a la montaña más alta del valle de Santiago
Figura 3. Diagrama de caminata al Cerro El Plomo.
Al llegar a Apu Wamani, encontraron el Adoratorio, construcción donde se realizan las ceremonias sagradas, como la Capacocha. La cena fue abundante, preparada especialmente para la ocasión. Al amanecer se inició la ceremonia. Su madre lo viste, con un tocado, le coloca el Unko (túnica sin mangas usada por los incas masculinos), y el calzado o Hisscu, elaborado con cuero de camélidos sudamericanos, que permitió a los investigadores reconocer que el niño era de Colla, de donde origina ese tipo de calzado. El rostro se pinta con líneas rojas y amarillas. (Figura 1).
El niño se sentó en el centro del Adoratorio rodeado por una quema de hojas de coca y hierbas aromáticas, al tiempo que se le dio a ingerir chicha de maíz. El efecto de esta produjo al comienzo hormigueo de las
piernas. La respiración se fue aquietando con cada sorbo de chicha. Cuando dejó de respirar se encontraba sentado con los bracitos apoyados sobre sus rodillas en flexión. (Figura 4)
Figura 4 Foto de acercamiento de la réplica de la momia del niño del cerro El Plomo, en exhibición en el Museo de Historia Natural, en Santiago, Chile.
Fue acomodado en la cavidad del cerro, un enterratorio, rodeado por ofrendas. En 1954 se encontraron varias de estas: una bolsita de piel con dientes y pelo, un brazalete de oro, una chuspa (bolso utilizado para transportar hojas de coca) y figuras de concha y de plata. (Figura 1).
Fue la Dra. Grete Mostny, la primera en realizar un estudio de la momia en 1954. En lo relevante, se realizaron análisis donde se describe la estatura, edad aproximada y estado de la piel. En lo observado, no se encontraron traumas.
En 1980 se realizaron otros exámenes donde destaca que por primera vez se encuentra la presencia del virus papiloma en tejidos antiguos.
Un avance importante en el conocimiento del niño se produce cuando se decidió su
estudio mediante tomografía computada multicorte para obtener más información acerca de su estado
Así, el 7 de septiembre del 2003, se escribe otra página de la historia del niño del cerro El Plomo. Sus restos se trasladan al Centro de Imagenología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, donde se le realiza el examen.
En las sucesivas imágenes obtenidas y en la información que entregaron las reconstrucciones volumétricas destaca su increíble estado de preservación (Figura 5).
Copyright autorizado por la Sociedad Chilena de Radiología
Cito detalles y conclusiones de los autores (Álvaro Sanhueza y cols.):
El niño se encuentra en posición fetal, recostado sobre su lado derecho, con flexión cervical y rotación de la cabeza a la derecha, apoyando el mentón sobre el esternón. El dorso, las caderas y las rodillas están flectadas, con piernas cruzadas. Los antebrazos se apoyan sobre las extremidades inferiores.
La edad ósea estimada en base a la radiografía de mano es de 8 años. La edad dental es coincidente.
Todos los órganos internos presentan grados variables de disminución de volumen por deshidratación, siendo los sistemas nervioso central y musculoesquelético los mejor conservados. Así mismo es posible identificar y caracterizar los órganos torácicos y en menor grado los abdominales. La orofaringe, el esófago y el estómago presentan moderada cantidad de contenido sólido de origen alimentario. Fue posible observar también la presencia de material fecal en el recto y región interglútea, lo que hace plantear la posibilidad de que el niño hubiese vomitado y defecado en los momentos previos a su muerte.
Las amígdalas cerebelosas son entidades que se encuentran normalmente en el aspecto posterior del cráneo En el niño, estas se encuentran descendidas. Esto es llamativo, dado que persiste a pesar de la disminución esperable de volumen del encéfalo.
Ello nos hace considerar la posibilidad de que el niño fuera portador de una malformación de Chiari I asintomática (donde parte del tejido cerebral se extiende hacia el canal espinal). Dicho hallazgo también puede deberse a un aumento agudo de la presión intracraneana secundario a edema cerebral de altura.
También se encontraron ganglios linfáticos axilares prominentes; esto puede ocurrir en infecciones, sin embargo, también puede acontecer post mortem.
El grosor del panículo adiposo y el desarrollo esquelético sugieren un adecuado estado nutricional.
No hay signos de trauma físico en ningún segmento corporal
Se realizaron estudios por punción de diversos órganos, logrando determinar grupo sanguíneo y ADN. Estos resultados no se encuentran disponibles a la fecha.
En resumen, los acontecimientos alrededor de la historia del niño del cerro El Plomo contienen hechos confirmados y mensurables, gracias a los estudios de los expertos y a la tecnología.
Acerca de lo que verdaderamente ocurrió en esos días, dado el transcurso inexorable del tiempo, hay menos información. La reconstrucción de los conocedores parte desde el hecho final hacia atrás, incluye generalizaciones y extrapolaciones, que se fundan en descripciones de hechos
similares de la época.
Lo que parece estar más claro es que las creencias de los antiguos, los exime de crueldad ya que estas ceremonias no se enfocan en la muerte, sino en un destino privilegiado para vivir otras vidas, acercarse a los dioses y traer amor, esperanza y futuro.
Nota de la Redacción: Con fecha 24 de mayo del presente año, se inaugurará el Centro de Interpretación del Niño del Cerro El Plomo. En este espacio se entregará información acerca del niño y su historia. Se encuentra en el Santuario Yerba, camino a Farellones. Recibirá visitantes quienes podrán interiorizarse más del contexto del niño, y habrá otras exposiciones de temas similares.
Referencias: http://dx.doi.org/10.4067/S071793082005000400007
Revista Chilena de Radiología. Vol. 11 Nº 4, año 2005; 184-190.
El niño del cerro El Plomo. Cesar Sandoval y Gabriela Germain, 2021, Editorial Muñeca de Trapo.
Boletín del Museo Nacional de Historia Natural, Chile 27: 108-112 (1957-1959). La momia del cerro El Plomo, Los incas en Chile. Grete Mostny.
la fabricación de ventanas ornamentales o pictóricas. Las singulares armonías de color se logran explotando ciertas propiedades de la luz transmitida en conjunto con el funcionamiento de la visión humana en reacción a esa luz.
Los orígenes del vidrio no son claros, pero los antiguos egipcios fueron probablemente los primeros en descubrirlo cuando fabricaban sus vasijas, pero también se cree que la técnica surgió de la fabricación de joyas y mosaicos.
Es igualmente difícil determinar los orígenes de las primeras vidrieras; parece ser que aparecieron cuando comenzaron a construirse iglesias a gran escala en la Europa medieval.
Ya en el siglo X, se encontraban representaciones de Cristo y escenas bíblicas en iglesias francesas y alemanas, y en diseños decorativos en Inglaterra. Gran parte de lo que sabemos sobre los vitrales tiene su origen en "Sobre las diversas artes", un libro escrito por el monje alemán Teófilo (1110-1140), quien describe el proceso de producción de vidrieras y sus métodos de construcción; lo que ha cambiado muy poco en los últimos 900 años.
La producción de vitrales alcanzó su apogeo en el período de 1150 a 1500 en Inglaterra y el resto de Europa, pero fue Chartres en Francia el principal centro de producción de vitrales durante la Edad Media. Los vitrales eran complejos e ilustraban las historias de la Biblia y la vida de los santos para una población mayoritariamente analfabeta. Este período, conocido como románico y gótico temprano, vio la construcción de grandes catedrales e iglesias, que eran más altas y livianas que nunca Los diseños de vitrales siguieron su ejemplo y, en el siglo XV, se habían hecho más grandes y utilizaban vidrio más transparente, lo que los hacía más translúcidos.
A los artistas no les interesaba el realismo de los diseños; más bien, preferían enfatizar la ilustración y las ideas mediante vidrios de colores vivos y pintura aparentemente poco sofisticada, creando una hermosa atmósfera de luz y color en las iglesias y catedrales en las que residían.
de Chartres, Centre-Val de Loire, F i
Cuando se produjo la Reforma y la Contrarreforma, en el siglo XVI, las iglesias comenzaron a resistirse a la decoración ornamental, por lo que la demanda de vidrio cayó.
Eso no impidió que se importara a América
Latina en los años 1600 y 1700, aunque no
fue hasta los 1800 cuando alcanzaría popularidad, al igual que la recuperaría en Europa, gracias al resurgimiento del Gótico en ese período
Poco después siguieron los estilos Arts and Crafts y Arts & Art Nouveau, como reacción a la Revolución Industrial. Estos movimientos artísticos se centraron en la noción de artesanía, desdibujando las líneas entre las bellas artes y el diseño, e inspirándose en la naturaleza.
Hoy en día, la historia de los vitrales está lejos de acabar: las obras modernas de “arte en vidrio” no solo se ven comúnmente en lugares de culto, sino también en hogares, espacios comerciales y galerías de arte contemporáneos.
De hecho, los vitrales se deben considerar un arte en sí: el arte de pintar con luz. Sus efectos más singulares e indispensables son fundamentalmente el producto de colorear, refractar, oscurecer y fragmentar la luz. Y de esto se trata el arte de Rachel Mulligan.
Rachel soldando el plomo que fija las figuras de vidrio.
CatedralRachel Mulligan es una artista de vitrales británica. Es miembro asociada de la Sociedad Británica de Maestros Pintores de Vidrio ¹ ( BSMGP | The home of British Stained Glass | La casa de los vitrales británicos) y forma parte del Consejo como vicepresidenta.
Estudió Bellas Artes en la Universidad de Coventry en el Reino Unido y se especializó en grabado, particularmente aguafuerte y, más tarde, linograbado. Descubrió los vitrales en una clase nocturna y quedó cautivada. Se formó y en 1995 montó su primer estudio de vitrales. Trabaja por comisiones y continúa estudiando, asistiendo a conferencias y congresos y aprendiendo de otros artistas.
Rachel nos dice: “El dibujo es el corazón de mi trabajo. Lo uso para describir el mundo que veo e imagino Los vitrales son el medio que elijo para expresarme. Los gloriosos colores y la luz de los vitrales me llenan de deleite. Puedo lograr intrincados detalles con técnicas de pintura y grabado que requieren el uso de un horno. Mi trabajo requiere tiempo, paciencia y materiales de la más alta calidad. Estoy arraigada en la rica tradición histórica de los vitrales. Es desafiante, fascinante y emocionante trabajar con las mismas técnicas y materiales que se han utilizado durante casi mil años”.
En 2014, ganó el premio Artista del Año de Surrey y desde entonces su atención se ha centrado en explorar historias para compartir Por ejemplo, su serie Las Siete Edades del Hombre es la historia de la vida de su padre, entretejida con las palabras de Shakespeare y el ciclo anual de una parra. Los paneles se han exhibido en Strawberry
Hill House, el lugar donde se originó el Renacimiento Gótico, y en el Museo de Vidrieras de la Catedral de Ely, Cambridgeshire, Reino Unido
El cambio de las estaciones del año es un tema recurrente. En Las labores del mes, ahora en el Museo Godalming, Rachel muestra una visión contemporánea de un tema medieval.
Las labores del mes: abril, mayo y junio Primavera en el hemisferio norte.
El Estudio
Su estudio en el jardín tiene todo lo que necesita para crear hermosos vitrales mientras está cerca de su hogar y su familia
El estudio fue construido en 2012. El jardín era una jungla de zarzas habitada por pájaros y zorros. Diseñó un jardín de vida silvestre y lo creó con la ayuda de muchos amigos. Este continúa evolucionando y proporcionándole una inspiración infinita.
Su estudio está abierto al público en días seleccionados de junio como parte del evento Surrey Artists Open Studio. Los detalles completos están en surreyopenstudios.org.uk
De Rachel ²
Soy artista y cuento historias inspiradas en la seductora belleza de los vitrales. Me inspiran los cambios de estación y si tuviera que elegir un mes favorito sería mayo (primavera en el hemisferio norte).
En un panel expositivo llamado
“La alondra ascendiendo” de 2023, regresé a esa época del año. Me inspiré en Leith Hill Place en Surrey, donde creció el compositor Ralph Vaughn Williams (La alondra ascendiendo, pieza corta para violín, inspirado en el poema del mismo nombre de George Meredith). El panel representa mi mes favorito, cuando el perejil de vaca (cicuta) ondea, los castaños de Indias florecen y las golondrinas regresan. Es una época alegre del año, precisa para una pieza musical romántica.
La alondra ascendiendo
Además de hacer nuevos trabajos para exposiciones y para el hogar, también utilizo vidrio histórico que ha llegado a mi estudio de jardín En Godalming, cerca de donde vivo, se encuentra la Escuela Charterhouse, internado para alumnos de ambos sexos, 13 a 18 años, fundada en Smithfield, Londres, en 1611 por Thomas Sutton, y que se mudó en 1872. Las ventanas para la capilla fueron encargadas a la firma victoriana Clayton & Bell y se
instalaron poco después de que se construyera la escuela. Luego, en la década de 1930, la moda cambió y las vidrieras fueron retiradas y guardadas Fue rescatada de dos incendios antes de terminar en mi estudio, donde rediseñamos y volvimos a colocar algunas de las ventanas dañadas para poder reinstalarlas en la escuela para conmemorar los 150 años del traslado de Charterhouse a Surrey.
Charterhouse en Godalming, Surrey, RU
Me encanta la ondeante apariencia del perejil de vaca (cicuta) y los muchos tonos de verde de la campiña inglesa en esa época del año. “La señora de Chinthurst” fue hecha en 2021 para una hermosa casa de Arts & Crafts en Surrey Hills. Presenta los robles y los búhos que se encuentran en Chinthurst Hill La figura lleva un vestido hecho de costoso cristal rosa soplado en Alemania, utilizando oro para crear el color. Grabé el perejil de vaca para revelar el vidrio transparente debajo de la fina capa de color y luego pinté todos los detalles con pintura negra que se cuece en un horno.
La señora de Chinthurst.
A continuación queremos mostrar una pequeña serie del trabajo descrito, que esperamos que ustedes, nuestros lectores, puedan disfrutar y apreciar.
“Adulto”, basado en Las siete edades del hombre, obra teatral de W. Shakespeare.
Videos
BSMGP | The home of British Stained Glass 1. Artist - Rachel Mulligan Stained Glass 2.
Contacto: Rachel Mulligan
The Studio
1 Furze Lane
Godalming
Surrey GU7 3NW
Reino Unido
Email: studio@rachelmulligan.co.uk
Alhué es antes que Comala, y éste precede a Macondo. Tres espacios sin tiempo en la ficción construida por sus autores: José Santos González Vera, Juan Rulfo y Gabriel García Márquez. Chileno, mexicano y colombiano, articulan sus narrativas en tres pueblos que han tenido y tienen una existencia real, cartográfica y localizada, pero que han sido reinventados para cobijar otra vida, la de la ficción, más perdurable aún que la de seres vivos de carne y hueso, que han vuelto hace mucho al polvo de la tierra y cuyo rastro no va más allá de una lápida desvaída.
Ese proceso creativo de reinvención, nos remite a la Poética del Espacio, de Gastón Bachelard, cuando nos dice:
La imaginación, en sus acciones vivas, nos
Nada sugiere, como el silencio, el sentimiento de los espacios ilimitados. Yo entraba en esos espacios. Los ruidos colorean la extensión y le dan una especie de cuerpo sonoro…
Rainer María Rilkedesprende a la vez del pasado y de la realidad. Se abre en el porvenir. A la función de lo real, instruida por el pasado, tal como se desprende de la psicología clásica, hay que unir una función de lo irreal igualmente positiva… Las condiciones reales ya no son determinantes… pues con la poesía, la imaginación se sitúa en el margen donde precisamente la función de lo irreal viene a seducir o inquietar al ser dormido en su automatismo…
En cuanto a los nombres de aquellos lugares, sólo Macondo es fruto de la invención, aunque su espacio corresponde al poblado de Aracataca, donde nació el novelista; quizá evitó, merced a su buen oído, incurrir en la cacofonía de su nominación, inclinándose por Macondo,
cuya resonancia parece convocar al misterio, con un sonido como campana en medio de la lluvia del trópico
Y si de resonancias hablamos, la de González Vera es algo opaca al lado de Rulfo y García Márquez, autores consagrados por el boom latinoamericano, por la crítica universal y por el impacto sin tregua de las ventas. (Esta palabra, “impacto”, con su connotación masiva, mercantil y estruendosa, figura como uno de los cuatro conceptos clave para otorgar en Chile los famosos “fondos del libro”, aportes estatales para incentivar –se supone- la creación literaria).
Si hoy concursara a esta menesterosa ayuda cultural, González Vera sería rechazado por su incuestionable “falta de impacto” Así le ocurrió con los críticos y escasos lectores, en medio de la fauna literaria de su tiempo, aunque en 1950 -un año antes que Gabriela Mistral- recibiera el modesto Premio Nacional de Literatura de este “macondiano” Chile, galardón que se le otorgara a la insigne Gabriela seis años después de obtenido el primer Premio Nobel de Literatura de Iberoamérica.
Dos libros –“apenas”- dirían los críticos acerbos; “su obra completa cabe en un cuaderno escolar”, argumentaría, envidioso y cáustico, el novelista Luis Durand. Bastaron Vidas mínimas y Alhué para inclinar el veredicto a favor del parco anarquista, amigo entrañable de la Mistral Sin duda, fue una de las decisiones estéticas más acertadas para una esquiva recompensa que algunas veces ha premiado luces ajenas a la literatura de creación.
Juan Rulfo está cerca de la austeridad lingüística de González Vera y de su modestia proverbial Pero la fortuna le sonrió de distinta manera, pese a que esquivó homenajes y consagraciones faranduleras, con su mutismo provinciano y estoico. Le bastaron un libro de cuentos, El llano en llamas (1953) y una novela, Pedro Páramo (1955) para ingresar de lleno en el Parnaso de las letras universales. El propio Rulfo afirmaba que no podía escribir sobre lo que veía, acerca de esos hechos que son clave para los “realistas” literarios. Su frustración la calmaba acudiendo a los cronistas antepasados, que nunca creyeron que iban a ser leídos por sus coetáneos, como suele ocurrir con grandes escritores...
Gabriel García Márquez, en cambio, es el triunfador por antonomasia, el que cumplió en su carrera literaria los presupuestos del “sueño americano”, obteniendo un éxito fulgurante de premios y dinero, de sobra conocidos para detallarlos aquí. Y que además se llenó de imitadores oportunistas, como le ocurriera a Neruda en la poesía; como le sigue ocurriendo a Nicanor Parra...
Como informa el diario El País, a propósito del extraordinario archivo epistolar de Pedro Lastra: “Unos meses más tarde, el 26 de diciembre de 1967, García Márquez le escribe a Lastra lo siguiente: ’Cien años de soledad ha sido la salvación: gracias a sus ventas espectaculares, tengo por delante unos años de paz doméstica que pienso dedicar minuto tras minuto a escribir. Ahora estoy metido en un cuento que puede ser muy largo y muy divertido, y
que llevará el pretencioso título de La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada Es, más que nada, un recurso para calentar motores antes de zambullirme, quién sabe durante cuánto tiempo, en El otoño del patriarca. Después no sé qué haré’”.
Nosotros, ahora, hablaremos de aquellos espacios donde viven las mejores ficciones de estos tres escritores: Alhué, Pedro Páramo y Cien años de soledad; lugares que nos hablan desde el más hondo silencio en que se forjaron sus historias.
Las toponimias dicen mucho, guardan un significado misterioso que suele emparentarse con mitos y leyendas, pero hay que saber desmenuzarlas para que cumplan, una y otra vez, su convocatoria simbólica… Alhué significa, en mapudungún, “morada de muertos”. Comala es, simplemente, “lugar donde hay comales”, esas sartenes chatas que se utilizan en México para las frituras… Macondo es un árbol corpulento, de hojas grandes y flores rojas, cuyo tronco sirve para construir canoas, un milagro de la ubérrima floresta colombiana, con su alarde vital y su desmesura.
En Alhué nadie tenía idea del porvenir. Los días no traían angustias, pero tampoco eran portadores de mensajes alegres. Llegaban y se extinguían sin ningún suceso. Y los meses, ...se hubiese creído que transcurrían de noche
Apenas sonaban las ocho de la noche, cada uno ganaba su lecho. Y las ánimas abandonaban el suyo para entregarse a movimientos e inquietudes de sentido
impenetrable. …El ánima del viejo Albornoz, como cuando éste era dueño de un organismo viviente, hacía toda la parodia del hombre que se desviste. Se quitaba el calzado, abría la cama y después dormía. Sin embargo, amanecían las cosas en el mismo estado anterior. Las mujeres hablaban de las ánimas sin emocionarse- Ni siquiera les temblaba la voz...
La conciencia espacial de Alhué es fantasmagórica. No pasa nada más de lo que ocurre en cualquier lugar recóndito, olvidado por completo del tráfago citadino, de la existencia urbana que marca nuestra civilización bullanguera, pero los sucesos cotidianos parecen atrapados en un ámbito que se agita, padece, muere y revive como sus propias ánimas, enmarcado por un silencio moroso y hondo que va agitándose desde su levedad fantasmal.
Esos personajes, como los de Comala y Macondo, no podrían habitar ningún otro sitio que el que les asignó su creador literario, en la genialidad de una ficción perdurable, porque sus componentes esenciales son los caminos sin pausa que van de la vida a la muerte, y de ésta a la vida, en el ciclo inacabable del dolor humano, enfrentado al absurdo incomprensible de una existencia destinada a la propia consunción.
La atmósfera de Comala es muy similar a la de Alhué. Podemos apreciarlo en la lectura de Pedro Páramo.
Pasado un rato y al ver que no volvía, me
levanté yo también. Fui caminando a pasos cortos, tentaleando en la oscuridad, hasta que llegué a mi cuarto. Allí me senté en el suelo a esperar el sueño
Dormí a pausas.
En una de esas pausas fue cuando oí el grito. Era un grito arrastrado como el alarido de algún borracho: «¡Ay vida, no me mereces!».
Me enderecé de prisa porque casi lo oí junto a mis orejas; pudo haber sido en la calle; pero yo lo oí aquí, untado a las paredes de mi cuarto. Al despertar, todo estaba en silencio; sólo el caer de la polilla y el rumor del silencio.
No, no era posible calcular la hondura del silencio que produjo aquel grito. Como si la tierra se hubiera vaciado de su aire. Ningún sonido; ni el del resuello, ni el del latir del corazón; como si se detuviera el mismo ruido de la conciencia. Y cuando terminó la pausa y volví a tranquilizarme, retornó el grito y se siguió oyendo por un largo rato: «Déjenme aunque sea el derecho de pataleo que tienen los ahorcados!»
Los muertos están vivos, quizá en un plano contiguo a esta existencia que se nos revela como raro sueño de huidizo sentido, pero en ningún caso presente en ese utópico paraíso inventado por las religiones en su ficción truncada y a la vez utilitaria para los fines de su escatología. No, estos seres que partieron antes que nosotros padecen también la angustia y la desazón de hechos y situaciones no resueltos, como si pugnaran por regresar para el ajuste de cuentas, en ese merodeo abisal que el imaginario popular concibe como la aparición de las ánimas, desde la Santa
Compaña gallega hasta la procesión marítima de los espectros del “Caleuche”, el velero que cruza el mar de los canales chilotes, empavesado en noches de plenilunio, mientras sus tripulantes acechan a los ribereños que contemplan, sobrecogidos, la nave fantasmal, atraídos por el riesgo irreparable de reemplazar a esas ánimas, para regresarlas a la vida pedestre del diario padecer.
Macondo ofrece diferencias con Alhué y Comala. Sus cien años de soledad no están exentos de esperanza, a pesar de tantos fracasos y peripecias trágicas. Hay una fuerza distinta que palpita y se advierte en ese espacio tropical donde la feracidad de la tierra parece vencer a la decrepitud y a la muerte. Macondo está más cerca de la magia y los prodigios, quizá sustitutos eficaces de la ansiada inmortalidad que los seres humanos buscan, aun a ciegas, en el perpetuo e inconsciente apremio de la voluntad, ese móvil inextricable que intuyó Schopenhauer, gran escritor de la filosofía… Para García Márquez, la muerte no es más que el imperio absoluto del olvido. Macondo se transforma así en el espacio mítico donde la memoria es recuperada, una y otra vez, como el ritual más seguro contra el extravío en la nada… Su clave de permanencia son las palabras, en especial aquellos monólogos que parecen conjugados sin un destinatario tangible, porque “mientras alguien hile y deshile el lenguaje, se hace imposible el imperio de la muerte”
Derrotado por aquellas prácticas de consolación, José Arcadio Buendía decidió entonces construir la máquina de la
memoria que una vez había deseado para acordarse de los maravillosos inventos de los gitanos. El artefacto se fundaba en la posibilidad de repasar todas las mañanas, y desde el principio hasta el fin, la totalidad de los conocimientos adquiridos en la vida.
Lo imaginaba como un diccionario giratorio que un individuo situado en el eje pudiera operar mediante una manivela, de modo que en pocas horas pasaran frente a sus ojos las nociones más necesarias para vivir. Había logrado escribir cerca de catorce mil fichas, cuando apareció por el camino de la ciénaga un anciano estrafalario con la campanita triste de los durmientes, cargando una maleta ventruda amarrada con cuerdas y un carrito cubierto de trapos negros. Fue directamente a la casa de José Arcadio Buendía
Escribimos, a partir del silencio de la página en blanco, esperando recuperar los sonidos
imprescindibles, las voces esenciales, aventando la vocinglería de un mundo alienado; guardamos luego esos trazos ávidos, que recomponemos con palabras que creemos únicas y propias, en las publicaciones de la memoria, aquellas que quisiéramos hacer perdurables, para que cada cierto tiempo se lleve a cabo el maravilloso rito de recuperación, cuando abramos un libro como Alhué, o como Pedro Páramo o como Cien años de soledad, y volvamos a vivir en esos espacios donde renacen las voces de los muertos, diciéndonos que también somos parte de los relatos que seguirán escribiéndose en la biblioteca infinita, donde lo real y lo irreal dejaron ya de discutirse, para devenir en ámbitos o espacios estéticos de una definitiva conjunción
& & & Noviembre 2015
La huelga siempre es una prueba de fuego para los gerentes de recursos humanos, y el caso de Roberto Marambio no fue la excepción. Cristina, su esposa, lo notaba muy estresado; entonces le propuso celebrar el aniversario de matrimonio con un viaje al Caribe.
Pero cómo se te ocurre, Cristina. Hay una huelga en curso y no tenemos presupuesto para un viaje ahora respondió Roberto, molesto
Sí, ya lo sé: que estamos apretados, que tenemos que ahorrar, que todo está caro. Siempre te quejas de lo mismo. ¡Pero no quiero renunciar a vivir!
Tú no te conformas con nada y no te importa si la plata alcanza para cubrir los gastos.
Si no alcanza la plata es responsabilidad tuya. Yo me encargo de la casa, de la comida, del aseo, del lavado de la ropa, de planchar y de las niñas; de su ropa, sus tareas, la colación...
¿Acaso pensaste en mí o en tus hijas cuando te comportaste como un imbécil en la otra empresa?
No era la primera vez que Cristina le refregaba el episodio que lo dejó cesante por apoyar la huelga de los trabajadores. Afortunadamente consiguió ingresar a esta empresa unos meses después, aunque la renta era sensiblemente menor. A Roberto le provocó mucha rabia esta perorata; cada vez que discutía con su mujer, sin saber por qué, recordaba a Sophie, y esta vez no fue la
excepción. Luego se calmó.
Cristina no se caracterizaba por ser especialmente inteligente, nunca le interesó la política y menos la cultura. Posiblemente no era la mujer que Roberto había imaginado como esposa, pero después de todo era atractiva, cocinaba muy bien y se entendían en el plano sexual. Tenían dos hijas que les llenaban la existencia
Las demandas de los huelguistas no eran descabelladas, aun así Roberto tenía claro que esta vez debía defender los intereses de la empresa. El gerente general, don Vicente Ovalle, le gritó esta mañana:
¡Necesito que resuelvas esto a la brevedad, y haz lo que sea necesario para lograrlo! No quiero verte dubitativo.
Mientras el jefe hablaba, Roberto tuvo un pálpito: le pareció percibir la presencia de Sophie en la habitación. Su corazón se aceleró.
Recordó la primera vez que la vio en el comedor de la universidad: pidió permiso para compartir la mesa, se presentó. “Por supuesto, puedes sentarte, yo soy Sophie”. Roberto se fijó en sus ojos negros flanqueados por un hermoso pelo corto y reparó en su aroma especial, que evocaba a la madera de sándalo. Ella le contó que era mechona de la carrera de diseño; él le habló de la universidad intervenida, de la
lucha estudiantil y del centro de alumnos títere. Ella aclaró que no le gustaban los problemas y que le cargaba la política; él replicó que todo es política y que otra cosa era permanecer indiferente con lo que ocurre alrededor. El rostro de Sophie se tensó, resaltando aún más sus exuberantes labios.
¿Por qué me dices eso? Tú no me conoces y no creo ser indiferente. Roberto se divertía aguijoneando a esa linda mechona:
Bueno, no tan indiferente. Posiblemente te preocupas de los perritos abandonados...
¡Oye para! ¡Yo me preocupo de lo que quiera! Me acabo de enterar que vino a mi mesa Robin Hood, sin que lo invitaran le respondió con ironía.
Mira, si crees que es una buena cosa luchar por un mundo más justo, debes tomar decisiones: optar es vencer la inercia, ¿sabes? Entonces deberías dejar de ser una mijita rica y burguesa y pasar a la acción.
Voilà, tienes razón, hay que pasar a la acción.
Sophie se paró con decisión, tomó el plato de espaguetis con pseudo salsa boloñesa del intruso y se lo volteó en la camisa.
Sí, soy una mijita rica como tú dices y me cargan los rotos cochinos.
Roberto sintió que la sangre se agolpaba en su cara; tomó unas servilletas, limpió su camisa y miró a Sophie mientras se alejaba
Mientras la huelga se prolongaba, la empresa hizo un ofrecimiento a Juan Urtubia, presidente del sindicato: se acogería una parte del pliego de peticiones
y se respetaría el compromiso de no despedir a nadie. El sindicato estuvo dispuesto a estudiar la propuesta En tanto se esperaba la réplica, la situación en la empresa empeoró: algunos exaltados boicotearon la caldera y taponearon los desagües con papel de diario; el proceso productivo se detuvo y al interior del edificio el frío y el olor se volvieron insoportables. El gerente general terminó odiando a los agitadores y a la música infernal que lanzaban frente a su ventana, con tambores y cornetas.
¡Quiero una lista de esos vándalos! ¡No pueden seguir en esta empresa! le dijo a Roberto.
Don Vicente, no me siento cómodo haciendo el papel de soplón y le recuerdo que dimos nuestra palabra de no despedir a nadie - le dijo Roberto, quien vislumbró la presencia de Sophie incluyendo su aroma que aún recordaba.
Fíjese que no me interesa su comodidad, Marambio; la palabra empeñada vale cuando tratas con personas y no con animales.
Roberto se percató de que Sophie escuchaba con atención.
Veinticinco años antes, el joven Roberto Marambio había ingresado a la carrera de administración de empresas en la Universidad Católica de Valparaíso. Arrendó una pieza modesta pero independiente en el Cerro Los Placeres mientras su familia permanecía en Santiago. El episodio del plato de espaguetis volteado en la camisa no pasó de ser una anécdota. Después de un par de veces que se cruzaron Roberto invitó a C
Sophie a un café; conversaron y se divirtieron. Posteriormente se siguieron viendo: primero fueron las peñas, siguieron acaloradas reuniones, jornadas de reflexión, protestas y distribución de panfletos.
La primera vez que Sophie aceptó visitarlo en su habitación, compartieron cervezas, quesos y una marihuana colombiana; había poca luz, olor a incienso, cojines en el suelo, repisas colmadas de libros de poesía, política o sociología y el infaltable póster del Che Guevara en el respaldo de la cama. Roberto leyó poemas de Whitman y Benedetti; Sophie se conmovió, tocaron guitarra, cantaron canciones de la Joan Baez y Víctor Jara; rieron, se besaron; él le sacó la blusa, ella le desabotonó la camisa. La piel de Sophie era muy suave, sus pechos bellos y vigilantes. Roberto mostró su cuerpo anhelante, moreno y firme; luego se movilizó hacia el bello dorso de Sophie, admirando las curvas armónicas de su columna que se alzaba arrogante desde el sacro, distanciándose de unos glúteos perfectos. Ambos exploraron cuencas y fiordos hasta que las vertientes brotaron a raudales; entonces hicieron el amor, con fervor y pasión como nunca antes lo habían hecho.
Cuando Sophie se aprestaba a retirarse Roberto la detuvo:
Espera, quiero mostrarte algo dijo mientras abría un cajón y extraía una camisa manchada.
¿Y eso?
Es mi camisa favorita y lleva tu marca. Negrito… esa mancha te la ganaste por
pesado y acosador. Sophie exhibió una bella sonrisa, besó tiernamente a Roberto y concluyó su visita
Roberto estaba preocupado por la posibilidad de perder nuevamente su trabajo. Cristina se quejó de que parecía un zombi. Esa noche ella lo acarició hasta despertar su deseo, hicieron el amor y durante el epílogo lo sorprendió con una propuesta interesante:
Negro: ¿por qué no invitas a comer al jefe del sindicato? Tú mismo has dicho que todo se arregla conversando; total no tenís ná que perder.
Roberto acogió la idea; después de una cena copiosa en un restaurante céntrico y con varias copas en el cuerpo, le dijo al sindicalista:
Ya puh don Juan ¿hasta cuándo vamos a seguir peleando? Usted sabe que yo entiendo perfectamente el petitorio de los trabajadores.
¿Y en qué topamos, don Roberto? ¿Por qué siguen con manito de guagua?
Bueno, estamos negociando y ustedes ni siquiera respondieron a nuestra propuesta. No es cosa mía, pero la empresa no va a tolerar la traición ni el vandalismo.
¿Qué me quiere decir don Roberto? dijo Urtubia mientras se levantaba de su asiento.
Siéntese Urtubia y no se encabrite. Usted sabe que hay personas que no pueden seguir acá Yo a usted lo he analizado y me parece un tipo que piensa ¿Cómo no vamos a poder llegar a una solución?
Urtubia sonrió, lentamente se sentó de nuevo, tomó un sorbo del Whisky etiqueta
negra, agachó su cabeza como pensando, luego miró a Roberto y dijo pausadamente:
Mire don Roberto, yo a usted lo aprecio mucho porque también lo tengo cachado: siempre se la ha jugado por nosotros. Todo tiene arreglo y yo quiero ayudarlo; pero hay que poner algo sobre la mesa dijo Urtubia. Lo que venga después, déjemelo a mí: a los cabros los enrielo yo.
Roberto y Sophie se veían cada vez con mayor frecuencia. Solían caminar por los cerros de Valparaíso y esperar la puesta de sol; en la Universidad se buscaban, comían juntos, él le enseñaba matemáticas y ella lo visitaba en su pieza. Sophie creció en sensibilidad social y compromiso. A pesar de cierta reticencia inicial, Roberto la convenció de ir juntos a una marcha estudiantil. Era impresionante la columna de estudiantes con pancartas que desafiaban al cielo y a toda autoridad. Se podía leer: “Por una Universidad Libre”; “Fuera los títeres”; “No a la dictadura”; “Basta de mentiras”.
Después de que el sindicalista se retiró del restaurante, Roberto se quedó bebiendo su Whisky; se sentía incómodo. Allí estaba Sophie, sentada frente a él; se miraron por un buen rato hasta que ella le habló:
Veo que estás en una encrucijada, Negrito.
Sí, está difícil la cosa respondió No es fácil tomar buenas decisiones
Optar es vencer la inercia; al menos eso aprendí de ti respondió ella.
Sí, pero la vida real es más complicada dijo Roberto. Nadie me va a dar de comer
si quedo cesante. Ya pasé por eso.
Típico pensamiento burgués le dijo en un tono irónico Debes buscar otros caminos
Mmm… Lo voy a explorar.
¿Lo prometes?
Ya te dije: lo voy a explorar.
De un momento a otro la marcha se convirtió en un caos: Carabineros por todas partes, carros lanza agua, bombas lacrimógenas, piedras voladoras y carreras en todas las direcciones. Roberto se percató que Sophie ya no estaba con él, miró aquí y allá, no la encontró. Le llamó la atención un tipo con lentes oscuros que lo siguió; corrió lo que más pudo, un chorro feroz del guanaco lo arrojó al suelo, se golpeó la cabeza, uno de sus compañeros sangraba de la frente, muchos gritaban, el ruido era infernal. Se levantó y siguió corriendo, llegó a un callejón sin salida; el hombre de lentes lo apuntó con su arma, sintió miedo y se paralizó. Entonces apareció Sophie con su ropa mojada, se precipitó con sus ojos fulgurantes sobre el hombre del arma, el tipo giró y le disparó a quemarropa. Cayó al suelo malherida. Un grupo de estudiantes corrió hacia ellos y el tipo se escabulló. Roberto, atónito, se reclinó sobre Sophie, que reposaba sobre un charco de sangre. Ella lo miró.
Negrito le dijo con voz entrecortada. Después de un suspiro interminable cerró sus ojos Él experimentó un desgarro irreversible. Lloró... largamente lloró.
Vació el vaso de Whisky.
Sus ojos estaban húmedos, Sophie seguía allí… lo miraba.
Así que le pusiste Sophie a tu hija mayor le dijo
Era lo menos que podía hacer le respondió.
Bonito gesto de tu parte. Significas todo para mí. Lo sé.
Te extraño dijo Roberto.
También lo sé. ¿Y qué piensas hacer con el rollo de tu empresa?
- No sé.
- Hazle caso a tu corazón, Negro; al menos yo lo hice así.
- Y mira cómo terminaste.
- Sí, pero valió la pena, creo.
¿Valió la pena?
- Eso depende de ti, Negro.
- Sophie
Roberto cerró los ojos y en un gesto inútil
intentó abrazarla, pero sus brazos solo encontraron vacío. Permaneció con los ojos cerrados un largo rato
El término definitivo del conflicto trajo la calma a la empresa. Roberto mantuvo su trabajo, se fueron los que se tenían que ir, Urtubia cambió de auto y también debió cambiar de trabajo al perder la confianza de los trabajadores.
El aumento de sueldo le vino muy bien a Roberto. El día en que llegó con los tickets aéreos para Cancún su mujer estaba dichosa, Sophie y Mariana lo abrazaron, se tiraron a la cama y disfrutaron de una gran guerra de cojines.
Esa noche, mientras todos dormían, Roberto bajó a la bodega, abrió su viejo baúl, sacó la antigua camisa manchada y con ella se cubrió la cara.
En la actual era digital, cada vez se requiere acceder a más y mejores fuentes de información innovadoras y por sobre todo confiables, ya sea para mejorar la práctica clínica o bien para mantenerse al día en los nuevos avances de la ciencia.
Sumergirse en el vasto mundo del conocimiento del área de salud ahora es posible gracias a la iniciativa de la Universidad de Chile de poner a disposición de sus egresados sus recursos electrónicos y físicos de biblioteca, brindándoles acceso gratuito a los recursos de Biblioteca de la Facultad de Medicina. Este enfoque, destinado a fomentar la comunidad y el contacto continuo entre antiguos alumnos y la institución, ofrece una serie de interesantes beneficios.
Para aprovechar estos recursos, los egresados pueden registrarse y crear una cuenta "pasaporte" en el portal de Alumni de la Universidad de Chile. Una vez registrado en alumni.uchile, se obtiene acceso completo a los servicios digitales de la biblioteca, incluyendo bases de datos, revistas y libros de consulta en línea. Esta plataforma ofrece una forma conveniente de mantenerse al día con los últimos avances en el campo de la medicina.
Además de los recursos digitales, la
Biblioteca de la Facultad de Medicina también brinda servicios a distancia y presenciales para los egresados. Entre estos servicios se incluyen:
Solicitud de artículos (papers): Los egresados pueden solicitar artículos específicos para su investigación o práctica clínica
Búsquedas bibliográficas: Se ofrece asistencia para realizar búsquedas exhaustivas con la amplia gama de recursos disponibles.
Talleres especializados: Se imparten talleres sobre el uso de bases de datos, gestores bibliográficos y estrategias de búsqueda de artículos básicas y avanzadas, brindando a los egresados las habilidades necesarias para optimizar su investigación.
Préstamo de material: Los egresados pueden acceder al préstamo de libros, tesis y revistas de la biblioteca, permitiéndoles acceder a recursos físicos de alta calidad
Ludoteca y Rincón Cultural: La biblioteca también ofrece espacios de ocio y cultura, proporcionando un ambiente enriquecedor para el aprendizaje y la relajación.
Para explorar más sobre la oferta de la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y beneficiarse de estos servicios, los egresados pueden visitar el sitio web oficial de la biblioteca Esta iniciativa refleja el compromiso de la universidad con el desarrollo profesional y académico continuo de sus graduados, al tiempo que fortalece los lazos entre la institución y su comunidad de egresados en el campo de la medicina.
Para más información puedes acceder a los siguientes links:
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Con más de 12 mil personas inscritas, realiza acciones con el fin de promover los valores de la Universidad de Chile y el orgullo y sentido de pertenencia por la casa de estudios, siendo un lugar común para distintas generaciones de titulados.
En 2021, la Casa de Bello creó la red Alumni UChile con el propósito de establecer una comunidad amplia y diversa, que fomente la solidaridad intergeneracional y la colaboración entre diferentes disciplinas.
Al ser la universidad más antigua del país, han estudiado más de 370 mil personas que desde las 14 facultades han servido al país a través de la historia. Si bien Alumni
UChile es relativamente nuevo, crece a pasos agigantados proyectando duplicar
los 12 mil inscritos en la red para fines de 2024.
“La impronta de quienes nos hemos formado en la Universidad puede ser diversa y multifacética, pero hay rasgos comunes fundamentales, como nuestra sólida formación académica y nuestro compromiso con la sociedad y el bien común”, comenta la directora de Alumni UChile, Mildred Hernández.
La red promueve la colaboración y el intercambio entre egresados de diferentes disciplinas en torno a los pilares asociados al orgullo y sentido de pertenencia y también al desarrollo de carrera, además de desarrollar un portafolio de descuentos y beneficios diseñados especialmente para los miembros de la red.
Con este fin, la dirección de Egresadas y Egresados de la Universidad busca complementar y potenciar a las redes de egresados y egresadas de cada una de las facultades e institutos, y al mismo tiempo entregar una mirada global de la Universidad y su labor, y se vinculen con ella.
En el último año se han realizado más de 15 actividades presenciales entre talleres, mentorías y charlas que han podido congregar a más de 650 egresados en torno
a la interdisciplina y el desarrollo de carrera. La última fue el Encuentro Anual Alumni UChile 2024, el cual contó con la presencia de la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés Alessandri, la Prorrectora, Alejandra Mizala Salces, y otras autoridades universitarias.
“Nuestro himno dice ‘egresado, maestro, estudiante’. Creo que eso tiene que ver con que finalmente ustedes son la Universidad en Chile y en el mundo; de alguna u otra manera esta institución está en todos lados a través y gracias a ustedes”, dijo la Rectora Devés a los asistentes del Encuentro Anual.
La oficina de Alumni UChile está localizada en el segundo piso de la Casa Central. Allí se encuentra la recién inaugurada sala de Co-work, que corresponde a un espacio abierto a la comunidad de egresadas y egresados diseñado para el trabajo colaborativo y compa profesionales de la red y pens puedan desarrollar sus libremente.
Este espacio comunitario
Además de un bazar con el apelan al orgullo y sentido de por la Universidad, incluye u exhibición de piezas a académicas de los mismos m Alumni UChile. Actualmente dos artistas visuales egres Facultad de Artes a la venta y egresada de la Facultad de también se cuenta con un computadores donados por l Chilenter.
Al fondo de dicha sala hay una enorme ventana que da hacia la avenida Libertador Bernardo O’Higgins: “Esta ventana tiene un valor muy importante porque refleja la conexión que tienen los egresados de la Universidad de Chile con la ciudad, con la comunidad. Y también refleja el compromiso que tiene la universidad de generar profesionales que estén conectados con su entorno”, explica Fernando Castro, arquitecto miembro de la red que diseñó el espacio.
Sobre el autor: Sebastián Cornejo (@seb.cornejo) es estudiante de cuarto año de Periodismo en la FCOM UC (@fcomuc). Es periodista en Alumni de la Universidad de Chile y es director del medio estudiantil El PUClítico (@el puclitico). Se ha dedicado a cubrir política universitaria y las elecciones FEUC desde 2021. Además, fue editor del Kmcero (@revistakmcero).
En este artículo h personas altamente sensibles (PAS), en qué consiste, cómo identificarlas y qué pueden hacer para que este rasgo de personalidad sea más llevadero.
Hace 25 años, la idea de la alta sensibilidad capturó la atención de las personas, cuando la Dra. Elaine Aron publicó su libro The highly sensitive person, o el Don de la sensibilidad en español, según nos cuenta pasespaña (1)
Aron describe a alrededor del 20-30 por ciento de la población como altamente sensible. No porque sean débiles o imperfectos, si no por su genética, por su habilidad sensorial diferente. Pero ¿cómo es eso?
“La alta sensibilidad puede parecer en instantes una maldición. Sentimos la vida con mayor intensidad, no todos comprenden nuestras singularidades, no todos ven el mundo como nosotros... Es una virtud con un reverso extraño, pero no deja de ser un don. Al fin y al cabo, la alta sensibilidad otorga una oportunidad: la realidad de un modo más profundo.”
Elaine Aron¿Qué es ser “PAS”?
PAS, o personas altamente sensibles, son aquellas personas que tienen una alta sensibilidad a la hora de sentir emociones, ya sean positivas o negativas.
Estas personas perciben su entorno de manera distinta, ya que tienen un sistema nervioso central más finamente ajustado, más sensible a la información tanto dentro como alrededor de ellos. Son personas con sentimientos, emociones y creatividad a flor de piel. Como consecuencia están más sintonizadas con el medio ambiente, pero también más propensas a abrumarse por estímulos físicos, emocionales y sociales que alguien con mediana sensibilidad.
La alta sensibilidad es un rasgo hereditario, que afecta a dos de cada diez personas, hombres y mujeres por igual. A pesar de que su definición no está en ningún manual de psicología, este rasgo fue descubierto y estudiado por la psicóloga Elaine Aron en 1975.
Las personas altamente sensibles reconocen un alto grado de sufrimiento, ya que hoy en día se vive en un mundo en donde la educación está orientada a fomentar no ser sensibles, en donde prima más lo material que lo espiritual y artístico y donde también se presiona a encubrir la sensibilidad o pasarla por alto.
¿Cómo saber si eres una persona PAS?
Las personas altamente sensibles suelen parecer:
Afectados/as por las luces brillantes, olores fuertes y ruidos en general.
Abrumados/as por un exceso de trabajo y una multitud de personas
Inseguros o tímidos.
Conmovidos/as por las artes y la naturaleza.
Dolidos/as por el sufrimiento ajeno.
Llamados/as a ayudar a las personas que lo necesitan.
Las personas altamente sensibles suelen sentir:
Una gran facilidad para enamorarse. Un umbral de dolor súper bajo. Dificultad para mantener sus límites personales y para decir que no. Tendencias perfeccionistas.
Dificultades con el manejo de situaciones estresantes.
La capacidad de detectar sutilezas en el ambiente.
Para muchos ser tan sensible es más bien una característica irritante que complica la vida. Es posible que la mayoría se sientan “ bicho raro” y deprimidos con la sensación de no encajar. Pueden creer que son los únicos seres que existen con este rasgo, y no serán los primeros que han hecho una terapia con el deseo de cambiar, según dice Elaine Aron.
En cuanto al manejo de esta característica, como se trata de un rasgo no se puede hablar de una cura; pero uno mismo puede hacer muchas cosas para encauzar esa sensibilidad. Lo primero es aprender sobre el rasgo y aceptarlo, y luego aprender
mejores estrategias para afrontarlo y poder cuidarse.
Test Psicológico PAS (2)
1.
¿Me afecta el comportamiento de los demás?
2.
¿Tengo la sensación de ser consciente de cosas muy sutiles en mi entorno?
3.
4.
¿Suelo ser muy sensible al dolor?
¿En los días ajetreados, necesito retirarme, recostarme, buscar una habitación en penumbras o cualquier otro lugar donde sentir tranquilidad y alivio frente a la estimulación del día?
5.
¿Soy particularmente sensible a la cafeína?
16.
17.
18.
¿Cuando tengo que competir o al ser observado/a en la ejecución de una tarea, me pongo tan nervioso/a que termino haciéndolo peor de lo que podría hacerlo?
19.
¿Para mí tiene mucha importancia disponer mi vida de modo que puedan evitarse situaciones perturbadoras o abrumadoras?
20.
¿Cuando era niño/a mis padres o mis profesores me solían ver como una persona sensible o tímido/a?
7.
¿Me abruman fácilmente las cosas como las luces brillantes, los olores fuertes, los tejidos poco delicados, las sirenas de los policías o ambulancias?
6. ¿Los ruidos fuertes me hacen sentir incómodo/a?
¿Le doy muchas vueltas a las cosas? 8.
¿Me conmueven profundamente, las bellas artes y la música? 9.
¿Soy muy concienzudo/a? 10.
¿Me asusto con facilidad? 11.
¿Me agobio cuando tengo muchas cosas que hacer en poco tiempo? 12.
¿Me molesta que los demás pretendan que haga demasiadas cosas a la vez? 13.
¿Me esfuerzo mucho por no cometer errores u olvidarme de algo? 14.
¿Suelo evitar las películas y las series violentas en la televisión? 15.
¿Me resulta desagradable la activación que provoca el ajetreo a mi alrededor? 16
17.
¿Los cambios en mi vida me conmocionan? (mudanzas, cambios de trabajos, separación, nacimientos, muerte.)
Menos de 14 veces “sí”: Es más que probable que seas más sensible que algunos, pero la probabilidad de que eres altamente sensible es pequeña.
Más de 15 veces “sí”: Es más que probable que seas una persona altamente sensible. Tienes más sensibilidad para detectar sutilezas que la mayoría de las personas.
Tips para personas altamente sensibles
Cosas que necesitan saber las personas PAS para sentirse mejor:
1.
Tener un ritmo de vida más lento y simple, debido a que las personas altamente sensibles procesan la información a nivel más profundo suelen necesitar más tiempo para realizar ciertas tareas
2 Tener permiso para emocionarse, ya 3.
Tener un ambiente tranquilo para relajarse, después de un día ocupado el tiempo de relajación y desconexión les sirve para disminuir el nivel de estimulación y restaurar su paz mental.
que suelen tener las emociones a flor de piel y no pueden evitar expresar lo que están sintiendo, es por esto que verse obligados a reprimirlas les hará sentir mucho peor. Es fundamental que reciban la validación de quienes los rodean y que los demás aprecien esa sinceridad. 3.
Tener tiempo para adaptarse al cambio, necesitan un periodo de tiempo más largo para acostumbrarse a las transformaciones y aceptarlas plenamente. 4.
5.
Tener una salida para su lado creativo, su sensibilidad puede llegar a ser tan abrumadora y la incomprensión tan grande que necesitan explicar otros canales para expresar su mundo interior, para estas personas la creatividad les permite liberar todas las experiencias emocionales y sensoriales a través del arte, la poesía, la música.
6.
Tener un entorno natural y orden, la influencia del entorno en las personas altamente sensibles es aún más intensa.
Los espacios desordenados, caóticos, les generan un estado de malestar difícil de soportar hasta el punto de que pueden desestabilizarse emocionalmente.
7.
Dormir bien, el sueño ayuda a las personas PAS a procesar las experiencias diurnas para restarles parte de su impacto emocional, lo que necesitan casi tanto como el oxígeno para respirar.
8.
Cultivar relaciones interpersonales significativas, las personas altamente sensibles no son necesariamente introvertidas, si no que disfrutan de la compañía comprensiva y necesitan
encontrar a un alma gemela que comprenda su naturaleza sensible o al menos la respete Esa puede ayudarles a protegerse de la sobreestimulación y validar sus sentimientos, facilitando las decisiones del día a día.
Chile según la OMS (Organización Mundial de la Salud) (3, 4) es el sexto país de la OCDE (Organización Cooperativa de Desarrollos Económicos) con más tasa de suicidio durante los últimos años. En el año 2000 cuatro de cada cien mil jóvenes chilenos se suicidaban entre los 10 y 19 años. La cifra se duplicó en el año 2010 a ocho. En el 2020 bajó un poco, pero aun así no deja de ser preocupante.
Hoy en día la salud mental en hospitales o centros médicos es aún deficiente, ya que no existe un sistema facilitado y de buena calidad como para atender a todo el que lo necesita. Esto deja a este grupo desvalido, pues además, como síndrome no llega al grado de severidad requerida para entrar al sistema. Tampoco existe una educación colectiva adecuada en cuanto a lo que son algunas enfermedades mentales o rasgos de personalidad, como por ejemplo la depresión, la ansiedad y el rasgo de personalidad PAS; que de no ser atendidas o informadas de forma correcta pueden aumentar la severidad y el riesgo de suicidio. (1)
Finalmente, es importante formar una red de apoyo, para aquellas personas que lo necesiten, desarrollar programas con información válida y de utilidad pública, con el fin de enseñar y hacer recomendaciones que puedan ayudar en la
vida diaria, para mantener un mejor control y obviamente una mejor calidad de salud mental.
Referencias
1: https://pasespana.com/
2: https://www.personasaltamentesensibles.com/test-de-sensibilidad/
3:
https://www.24horas.cl/data/las-altas-cifras-de-depresion-en-chile-como-diferenciarla-de-latristeza-comun--3441006
4: https://elpais.com/chile/2023-09-13/suicidio-en-chile-una-problematica-de-salud-publica.html
De niña solía jugar en el corredor de mi casa, antigua construcción de la calle Silva Chávez. Un día, escuché una voz amenazante desde la calle, interrumpió mi juego y con curiosidad entreabrí la puerta y pude observar a un hombre de mediana edad, de camisa blanca, pantalones negros y con varias cuelgas de ajos sobre sus hombros. Era un vendedor callejero, pero su pregón a toda voz no era amistoso, lleno de furia vociferaba ¡¡¡¿van a comprar ajos o no?!!! Ningún vecino se atrevió a comprar ajos. Pude observar al comerciante de ajos alejarse hacia la avenida Vicuña Mackenna por una calle vacía, repitiendo una y otra vez su amenazadora oferta
Este hombre desconocido con su rostro lleno de ira no encontró respuesta a su demanda, para él solo hubo silencio.
Al otro día Melipilla reía y comentaba acerca de tan peculiar vendedor.
Cada vez que me encuentro con un vendedor callejero recuerdo al vendedor de ajos. ¿Qué lo impulsó a actuar así?
La indiferencia de los vecinos de mi ciudad ante la aflicción de aquel hombre me dejó sin respuesta.
“Y USTEDES… ¿VAN A LEER ESTE RELATO O NO?”
Mirza Contreras, 87 años, recibió el Premio al Talento Mayor en el Concurso “200 palabras por Melipilla” con este cuento. El concurso tuvo lugar en 2024 y fue patrocinado por la Municipalidad de Melipilla. Una selección de los trabajos destacados se puede encontrar en la publicación del mismo nombre, del Departamento de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, de la Ilustre Municipalidad de Melipilla, Andros Impresores, Febrero 2024, Primera Edición.
ISBN: 978-956-6357-00-1.
CORREO ELECTRÓNICO: hernandezccecilia@yahoo.es
Fui peregrino en profundos abismos húmedos y silencio en la agreste Patagonia, pero el grito de poesía que anidaba se volvió viento en Buenos Aires y su historia.
En el mar de las palabras, los versos se volvieron tiempo y la risa despojada de lamentos, fue luna llena en la inmensa cofradía de mis sueños.
En la nostalgia de mi alma, aún se escucha el susurro lastimero de mi pueblo que con ánforas de miel y de lucero alumbran mi camino en otro suelo
Y en nuevos tiempos de ansias y quimeras y de la utópica libertad soñada entre la niebla viajaron los suspiros retenidos buscando el mar Pacífico y querido.
Enredado entre las letras de un poema surcan mis huellas la inmensa cordillera de mi Chile amado y orgulloso, venerado por mi pluma y su esencia.
Dibujo rutas con el puño de mi mano, pinto matices de verdes sueños en verdes campos, viejos susurros y ecos lejanos, te siento cerca MI CHILE BIEN AMADO.
Cuando la noche de silencios claros y las mañanas de alegres girasoles se lleven mi cuerpo de este mundo, mi alma regresara a ti para ser quien te rinda mis honores.
Volveré a rodar por tus laderas contemplando el infinito desde el sur, retozando suavemente entre tus valles como en los años de mi bella juventud.
En alguna curva de viejos tiempos resuena alegre como un cencerro el viento puro de las montañas que suavemente mecieron mi alma.
Alegres carreras fueron tejiendo un poncho de caricias y sentimientos y entre los pastos de algún potrero dejé perdidos algunos sueños.
Descanso en los brazos de los recuerdos que como luciérnagas velan mi tiempo de ocasos suaves, tornasolados, susurrando caricias de mi pasado.
Suena despacio la cantinela como estrella sola en la pradera y el viento yerra su cobardía de malos augurios, como porfía.
Emiliano Pintos
Biografía
Emiliano Pintos nació un 21 de junio de 1965 en Cunco, Araucanía, Chile, con el nombre de Miguel Ángel Bahamondes Gutiérrez. Desde hace varios años vive en el municipio de Pilar, provincia de Buenos Aires, Argentina, donde continúa participando y publicando sus relatos y poesías en varios medios.
Emiliano Pintos ha obtenido numerosos premios y reconocimientos tanto nacionales como internacionales.
El antiguo testamento que tiene rango sagrado en su texto ha señalado que Dios creó el firmamento. Pero él notando al momento que estaba sin ordenar dijo que es bueno apartar lo seco de lo fluido, llamando así lo obtenido a uno tierra y a otro mar.
Luego viendo desolado el suelo y también el mar, quiso enseguida crear lo viviente, lo animado. Ello dio por resultado que se viera aparecer peces y aves por doquier y tanto otro ser viviente, y entre aquellos ciertamente un varón y una mujer.
Los seres que antes dijera en su afán de procrear empiezan así a poblar esta tierra, toda, entera. Pero existe una frontera que les impide avanzar y es precisamente el mar que sus caminos obstruye por tanto naves construye para poder navegar.
Así este mar tan grandioso cambió al hombre su destino dándole un nuevo camino a un mundo más espacioso. Fue al principio receloso al salir a navegar sin quererse distanciar de la frontera rocosa, pues pensaba que esa poza de pronto se iba a acabar.
Pero este ser primitivo, a pesar de sus recelos, navega hacia nuevos suelos en su afán casi instintivo. Lo motiva su objetivo que el nuevo descubrimiento lo provea de alimento y un hogar tibio y seguro, que le prodigue un futuro muy estable y opulento.
Pero el mar es generoso y no solo quiso dar aguas donde navegar a este hombre tan medroso. Por ello este campo acuoso, el que también es salado, le ha dado el alga el pescado y el molusco suculento, y todo ello es alimento muy sabroso y muy variado.
Pero este mar no es pasivo y así vemos casi a diario que es un tanto atrabiliario con el organismo vivo. Sucede que sin motivo traga a veces los navíos y en sus momentos bravíos nos envía marejadas, que inundan áreas pobladas y destruyen caseríos.
Mas también cuida al planeta y a todos sus habitantes, pues con aguas abundantes le pone al frío una meta. Y es así porque sujeta el calor durante el día, y por la noche lo envía al aire que nos rodea, y al llegar a tierra crea la calidez por tal vía.
Pero el mar hizo la historia porque hubo también marinos que encuentran en sus destinos las tierras que les dan gloria. Una hazaña meritoria es de Cristóbal Colón quien guía su embarcación con la proa hacia occidente, y descubre un continente de grandiosa dimensión.
Hubo también capitanes que al bravo mar desafiaban, y a uno de ellos lo llamaban Hernando de Magallanes. Él diseña ciertos planes para poder encontrar ruta por donde llegar a India y su mercancía, y esta codiciada vía era ciertamente el mar.
Aunque el mar es nuestro amigo leal, prudente, veraz es también de este hombre audaz de sus hazañas testigo. Pero el hombre a quien maldigo no es su amigo verdadero no lo cuida, no es sincero y de malicioso actuar, y a este generoso mar lo tornado en basurero.
Francisco de la Maza
1. Veintiún bocadillos
Pedro, Felipe y Juan son tres amigos dispuestos a salir de excursión. Cuentan para la merienda con un queso y veintiún panecillos. Cuando ya han preparado siete bocadillos, advierten que si siguen poniendo igual cantidad de queso en los restantes panes, este no alcanzará. Reducen, pues, a la mitad la ración de queso en cada bocadillo. No obstante, el queso se termina cuando aún quedan siete panecillos vacíos.
No parten ni desmontan ninguno de los panes (ni los de ración entera de queso, ni los de media ración, ni los que no llevan queso), a pesar de lo cual, reparten equitativamente la merienda y a cada uno le toca igual cantidad de queso y panecillos. ¿Cómo lo hacen?
2. Curiosidad matemática
Conociendo las propiedades del número 1089, Rodrigo anota el número en un papel y lo guarda en un bolsillo o en un sobre que entrega a Pancho, informándole que ahí está el resultado de las operaciones matemáticas que el propio Pancho hará, partiendo de una cifra elegida libremente.
Rodrigo le pide a Pancho que escriba un número de tres cifras que se le ocurra, con una sola condición: la primera y la última cifra han de ser diferentes.
Le pide a continuación que escriba otro número invirtiendo el orden del primero y que reste el menor del mayor. ( Por ejemplo, 521 – 125 = 396).
Le pide entonces que invierta el resultado (en este caso 693) y que lo sume al precedente El resultado será 1089 y habrá adivinado anticipadamente, Rodrigo, esta cifra
Soluciones en la página 64
Ingredientes para los ñoqu
- 5 papas medianas
- 1 huevo
- Una cucharadita de té de mantequilla
- Una taza de harina sin royal
Preparación:
Cocer en agua u horno las papas con piel. Retirar la piel una vez cocidas. Moler las papas, debe resultar un puré sin grumos. Agregar el huevo, la mantequilla y la harina.
Se incorporan los ingredientes formando una *bola* que debe reposar 30 minutos en una fuente, tapada con un paño.
Posteriormente la bola se divide en 12 *moños*. Cada uno se uslerea espolvoreando harina para que no se adhieran a la mesa o tabla. Con tenedor enharinado se cortan segmentos de masa de 1 cm de alto por 1 de ancho y 2 de largo.
En una olla grande con abundante agua hirviendo se van poniendo los ñoquis, los que se van al fondo. Cuando están cocidos, suben a la superficie. Retirarlos inmediatamente suban.
Antes de servir, incorporar la salsa bien caliente para no tener que recalentar los ñoquis.
Ingredientes para la salsa:
- 4 tomates medianos, pueden ser dos frescos y dos de tarro
- Carne molida o picada muy fina 250 gramos
- 1 cebolla
- 1 zanahoria
- 1 cucharadita de aceite de oliva
- Sal, pimienta, nuez moscada, clavos de olor, hojas de laurel a gusto
- 100 cc de vino tinto
Preparación:
Se calienta el aceite en un sartén. Se incorporan tomates picados, zanahoria rallada, cebolla y ajo picados, con todos los aliños. Se fríe a fuego lento unos 5 a 10 minutos. Luego se agrega la carne y se continúa la cocción a fuego lento por 40 minutos más o hasta cuando la carne esté cocida y blanda. El vino se agrega durante todo el tiempo de la cocción.
Servir bien caliente.
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El día sábado 4 de mayo en casa Ruth Depaux y Eduardo Ojeda, se realiza una amistosa convivencia de los “paseantes alegres”, les compartimos algunas imágenes del encuentro.
Aún hay vida en nuestros sueños
La Casa Escrita (348 pags.) es un libro testimonial e histórico a la vez. El autor manifiesta y confiesa que Ella, La Casa del Escritor (Simpson 7), es su segunda morada existencial, desde cuyas entrañas recoge y recrea retratos, imágenes, sueños anécdotas y múltiples experiencias vividas en torno al amor por los libros, al afecto por sus camaradas de oficio y al fulgor de la palabra creadora, haciendo resurgir ecos de voces que nos hablan desde hace medio siglo.
Te invito a entrar en sus páginas, suscribiendo la compra de un ejemplar, autografiado, por la suma de $25.000.-, mediante transferencia o depósito a la Cta. Cte. 7750625, Banco Estado, Edmundo Moure, RUT 4 421 112-2;
Correo: edmoro1@gmail.com
200 Palabras por Melipilla
Los mejores cincuenta relatos de la primera versión del concurso
Publicación del Departamento de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la Ilustre Municipalidad de Melipilla, Andros Impresores, Febrero 2024, Primera Edición.
ISBN: 978-956-6357-00-1
Distribución gratuita
Esta es una compilación de los relatos destacados en el concurso literario “200 Palabras por Melipilla”, 2024.
Mario nace en el seno de una prestigiosa familia de arquitectos, el mayor de varias hermanas y muy querendón de sus padres, especialmente de su madre, de la cual no ocultaba su admiración.
Su bisabuelo le pidió a su madre llamarlo Agustín, pero su madre se opuso, a ella le
gustaba Mario Ferdinando… sí, como el toro al que le gustan las flores. Su padre se opuso, terminando como Mario Fernando. La personalidad de Mario lo refleja a plenitud en el toro Ferdinando. En su esencia Mario era un hombre delicado y tierno, su inocencia lo hacía a veces frágil e incauto en la vida diaria.
Llegando a perder la casa Dubournais de El Quisco, heredada por su madre.
Siempre habló muy bien de su familia, chocho de sus hijas Xaviera y Francisca y de sus sobrinas.
Con una memoria prodigiosa, con frecuencia nos recordaba las vicisitudes históricas y personales de sus antepasados. Una de sus predilectas es su abuela Marta Helena, que con su sabiduría ancestral repasaba los árboles genealógicos y la presencia de “coronas y ojotas” en las familias, “de las coronas no se jacte, porque usted no es la testa coronada. Las ojotas no las oculte, porque le puede tocar usarlas”.
El acucioso estudio de su árbol genealógico lo llevó a descubrir a La Quintrala como su antepasada, a su tío bisabuelo Carlos Ibáñez del Campo y a remontarse hasta el siglo VIII de nuestra era; uno de sus primeros antepasados reportado habría sido un cuatrero, el que habría dado origen a la familia Alvarado. Especulando y con una buena cuota de humor, se remontaba hasta el prolífico mongol Gengis Kan, que con sus más de 4000 esposas logró que alrededor del 10% de los europeos actuales tengan genes heredados de él. Mario lo tildaba como su “Google abuelo Gengis”.
Desde pequeño destacó por su gran inquietud, inquisidor en la búsqueda de respuestas y de una gran agudeza mental, buscó explicación desde los más insignificantes fenómenos a las grandes interrogantes de la historia. Gran aficionado al armado de aeromodelos y al conocimiento histórico de cada aeroplano.
Muy conocedor del mapudungún y de la cosmovisión del pueblo mapuche. De la etimología de las palabras y de los vericuetos de su simbología y significado, y así de un sinnúmero de temas de muy diferente índole.
A Mario lo acompañó siempre el vértigo del conocer, indagar en el cosmos, recorrer paisajes cordilleranos, conocer las culturas aborígenes ancestrales y relacionarse con múltiples personas y personajes de la historia. Hombre de lectura rápida, poderosa inteligencia y memoria, dormía muy poco ensimismado en sus pensamientos.
A pesar de pertenecer a una familia acomodada, desde pequeño a Mario le preocupó la problemática de las luchas sociales, conflictos étnicos e históricos; poniéndose siempre del bando de los más débiles, como es el caso de los palestinos de Gaza y Cisjordania en la actualidad.
Mario fue un activo participante de las redes sociales, en múltiples oportunidades censurado, creador de algunos blogs como Chiwulltun que dice en su presentación, “la verdad oficial hiede. Demasiados mitos de desinformación para la dominación histórica. Podemos equivocarnos, pero al menos la intención no es desinformar”; participó e hizo de moderador en diferentes foros internacionales como Cuba-Política, La Diáspora Chilena, BoliviaPolítica, Publicaciones-Políticas, Blogger y otros foros de discusiones políticas, económicas, históricas, antropológicas y filosóficas; buscando siempre un mundo mejor y una mejor sociedad, apoyaba al movimiento obrero mundial. Al decir de un amigo en común, “Mario era una biblioteca ambulante que siempre tenía temas para discutir, sostenía posiciones progresistas y por su firmeza muchas veces fue amenazado por extremistas de derecha, pero siempre mantuvo coraje y decisión, mantenía dentro de sí la fuerza, el empuje de su juventud y de su ex vida universitaria”.
Mario hizo varios aportes a Wikipedia, como la confección del artículo sobre el asesinato de René Schneider, el Plan Zeta, Criptónimo CIA, nombre de Japón, Diego Barros Arana entre otras decenas de trabajos.
Mario tuvo muchos temas que le apasionaban y los compartía generosamente, transformándolo en un experto. Muchas veces fue incomprendido por la fogosidad de la defensa de sus argumentos.
Nuestro querido Mario fue hombre de múltiples facetas, vidas y cariños. Médico integral como pocos, intuitivo y criterioso. Carismático, sabio, culto como nadie, conocedor de todos los temas, curioso y locuaz
Se educó en varios colegios, incluyendo su paso como cadete de la Escuela Militar, en donde llegó a ser un tirador escogido. A poco andar del Golpe Militar sospechando como venía la mano su madre lo retira de la carrera militar.
Se tuvo que hacer cargo de sus seis hermanas menores cuando sus padres tuvieron que abandonar el país, después del Golpe de Estado.
En nuestro curso de medicina de la Universidad de Chile, Mario fue un activo participante desde las fiestas mechonas. Dotado de extraordinarias condiciones atléticas y muy guapo según el consenso femenino, encontró el amor en nuestras aulas con nuestra querida compañera María Nelly Liendo, de cuyo posterior matrimonio nacieron sus dos bellas hijas.
Tras períodos de mares tormentosos, se reencontró nuevamente con la calma y el amor maduro con Andrea Quiroz, quien lo acompañó hasta el último suspiro Gracias, Andrea.
Con el advenimiento de nuevas tecnologías de la comunicación y redes sociales, hace algunos años logramos reencuentros virtuales y presenciales de hondo significado afectivo.
Como miembro del comité editorial de la revista de nuestra generación
“Encuentro 81”, agradecemos públicamente a Mario su valiosa participación Nos abandonó sin previo aviso a sus 68 años, dejando muchos proyectos inconclusos.
Para nosotros, sus amigos y compañeros de curso, su partida ha sido una pérdida dura, inesperada, un téngase presente. Cerramos los ojos y te vemos, Mario, con tu cara de niño y esa enorme dulzura y complicidad, tu gran corazón, amigo protector de tus amigos.
Hoy aquí, en las páginas de esta revista tu revista recordamos esos momentos compartidos. Sabemos que contamos con tu permiso para seguir ocupando mucha de tu información y reflexiones que generosamente nos compartías, así como tus valores como ser humano.
Vivirás por siempre con nosotros Te queremos Gorilón, como algunas queridas compañeras te decían con afecto.
Portada: Amapolas, vitral de Rachel Muligan Amapolas, símbolo de recuerdo de las vidas perdidas en las guerras desde la Primera Guerra Mundial, asociadas con el poema “En los campos de Flandes” por John McCrae, cuyo último verso escrito en su propia mano rodea la imagen:
“If ye break faith with us who die We shall not sleep, though poppies grow In Flanders fields.”
“Si rompes la fe con nosotros que hemos muerto, jamás descansaremos, aunque florezcan en los campos de Flandes, las amapolas.”
Nótese el detalle de los soldados dentro de las amapolas y el alambre de púas en el trasfondo.