










EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS, LOS ESTADOS HAN PUESTO BARRERAS FRENTE A LAS URNAS, IMPONIENDO LEYES ESTRICTAS José Carreño
@CARRENOJOSE
Activas todo tipo de trampas por el triunfo
las mujeres, incluyendo el derecho al voto.
La verdadera victoria llegó en 1920, con la ratificación de la 19ª Enmienda a la Constitución
POR ROCÍO ROBLES
FOTOARTE: ALEJANDRO OYERVIDES
La presencia de las mujeres en la política ha sido difícil con el paso de los años. Con la nominación presidencial de la vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, se muestra una lucha histórica y constante por el derecho a votar y ser votadas. Estados Unidos se convirtió en uno de los primeros países en aprobar el sufragio femenino a nivel mundial.
El voto de las mujeres en Estados Unidos es el resultado de un largo proceso de lucha por la igualdad, impulsado principalmente por el movimiento sufragista femenino. Este surgió con fuerza en la década de 1840, cuando mujeres activistas comenzaron a organizarse para reclamar derechos que les habían sido negados por siglos. Una de las primeras manifestaciones significativas de este movimiento fue la Convención de Seneca Falls en 1848, considerada el nacimiento formal de la lucha por los derechos de las mujeres. Durante este evento histórico, líderes como Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony redactaron la Declaración de Sentimientos, un documento inspirado en la Declaración de Independencia que exigía igualdad para
A lo largo del siglo XIX, la lucha sufragista se expandió, especialmente entre las mujeres blancas, quienes comenzaron a vincular su causa con otros movimientos sociales, como el abolicionismo y la ley seca.
A pesar de los desafíos, estados como Wyoming y Utah se convirtieron en pioneros, concediendo a las mujeres el derecho al voto en las décadas de 1870 y 1890. Sin embargo, la verdadera victoria llegó en 1920, con la ratificación de la 19ª Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, que garantizó el derecho al voto a las mujeres a nivel nacional.
Este logro fue el resultado de décadas de arduo trabajo por parte de figuras clave como Alice Paul y Carrie Chapman Catt, quienes lideraron organizaciones como la National American Woman Suffrage Association (NAWSA) y el National Woman's Party (NWP).
Sin embargo, aunque la 19ª Enmienda fue un gran paso adelante, la realidad fue que muchas mujeres, particularmente negras, nativas americanas y asiáticas, continuaron enfrentando barreras para ejercer plenamente su derecho al voto durante gran parte del siglo XX.
El movimiento sufragista no solo cambió el panorama político de Estados Unidos, sino que también sentó las bases para los movimientos de derechos civiles y feministas que seguirán, marcando un antes y un después en la historia de la lucha por la igualdad de género.
Actualmente, la lucha por la Casa Blanca sigue siendo un proceso para las mujeres. En toda la historia de Estados Unidos, no ha existido una Presidenta en turno. Aunque varias mujeres se han acercado tales como: Shirley Chisholm, Geraldine Ferraro, Sarah Palin y Hillary Clinton, y ahora con la dominación de Harris, pero el puesto sigue estando ocupado por hombres
l fracaso de una maniobra política encaminada a modificar la forma en que Nebraska reparte sus cinco votos en el Colegio Electoral muestra tanto la importancia del proceso como la intensidad de las pugnas por la mayoría.
Pero como todo proceso electoral, no está ajeno a rejuegos políticos y distorsiones que van de lo casi cómico a lo serio.
De acuerdo con el Centro Brennan, "en los últimos 20 años, los estados han puesto barreras frente a las urnas, imponiendo leyes estrictas de identificación de votantes, acortando los horarios de votación, restringiendo el registro y depurando los padrones electorales".
La obstaculización del voto, el rechazo a los resultados y esfuerzos para evitar su certificación, amenazas a trabajadores de casilla, demandas contra votantes o las reglas, denuncias de trampa en las máquinas para sufragar forman parte del arsenal para el "conflicto electoral".
Sin mencionar medidas intimidatorias que van de rumores y anónimos a la presencia de hombres armados en la vecindad de las casillas de votación.
El Centro Brennan aseguró que estas medidas fueron reimpulsadas cuando la Corte Suprema debilitó la Ley de Derecho al Voto en 2013, y han alejado de las urnas a muchos votantes, en especial minorías, pobres y jóvenes y viejos.
La modificación perseguida por los aliados del candidato republicano Donald Trump hubiese agregado solo un voto a su total posible, pero señala la preocupación por la feroz competitividad de la actual campaña, que se anuncia como una de las más cerradas de la historia.
Los expertos creen que están en juego no más de 92 de los 538 votos que constituyen el Colegio Electoral. Para ganar,
uno de los aspirantes necesita 270, la mitad más uno, y un empate está en lo posible.
Para unos la elección de presidente debería ser directa; para otros, por el Congreso. A principios de la república se llegó a un compromiso: cada estado hacía su votación y designaba electores al Colegio Electoral, que a su vez determinan al ganador.
Antes, los electores se reunían en Washington el 17 de diciembre. Ahora, votan desde su Congreso estatal en esa fecha y lo comunican al presidente del Senado y al Archivista de la nación. Lo cierto es que el intento, republicano en este caso, de influenciar al Colegio Electoral no es nuevo. Una de las maneras más eficientes y antiguas, hasta ahora, es la de adecuar distritos electorales a su necesidades.
"Las líneas de los distritos se trazan estratégicamente en torno a grupos de personas que votan con seguridad por un partido El partido que traza las líneas obtiene más representantes elegidos que si los distritos estuvieran trazados de manera justa", consignó el grupo RepresentUs, que trabaja contra la corrupción política.
En Estados Unidos la práctica se conoce desde los primeros años del siglo XIX, 1812 para ser precisos, cuando el gobernador de Massachusetts, Elbridge Gerry, "reorganizó" distritos del oeste y el norte en una sola unidad electoral para ayudar al triunfo de su partido, el demócrata-republicano (nada que ver con los actuales). El distrito fue comparado con una salamandra y pronto se convirtió en un término que combinó el apellido del iniciador, Gerry, con la palabra salamander (salamandra). El resultado, Gerrymandering, que se practica aún hoy.
Al paso de los años los distritos electorales así armados cada 10 años, han ido de cuadrados a rectángulos, a tener formas de pesas de gimnasio, de serpientes, o literalmente de sombras a lo largo de una costa.