Cúpula. Martes 17 de junio de 2025

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Carlos Monsiváis. 15 años sin ti

Periódico El Heraldo de México. Editor Responsable: Alfredo González Castro, Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2009-060419022100-101. Número de Certificado de Licitud de Título y Contenido: 16921. Domicilio de la Publicación: Av. Insurgentes Sur, No. 1271, piso 2, oficina 202, Extremadura Insurgentes, Benito Juárez, C.P. 03740. Impreso en LA CRÓNICA DIARIA, SA DE CV, Avenida Azcapotzalco La Villa 160, Colonia San Marcos, Alcaldía Azcapotzalco, Ciudad de México, CP 02020. Distribuidores: ARREDONDO E HIJOS DISTRIBUIDORA, SA de CV, Iturbide 18 local D, Colonia Centro de la Ciudad de México Área 4, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México, CP 06040. ELIZABETH IVONNE GUTIÉRREZ ORTIZ, Callejón 2o de la Luz 52, Departamento

EN EL 15 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL CRONISTA, MARTA

LAMAS Y RODRIGO PARRINI REUNIERON A 35 AMIGOS DEL AUTOR DE AMOR PERDIDO PARA ESCRIBIR UN ENTRAÑABLE RETRATO CORAL

Por Alida Piñón alida.pinon@elheraldodemexico.com

arlos Monsiváis murió hace 15 años, un 19 de junio. Ese día el mundo cultural enmudeció, se había ido uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX en México. Y es que él lo sabía todo, o casi todo, sobre todo lo que nos conforma como país. Escribió innumerables textos sobre literatura, cine, cultura popular, política, y lo hizo a través del género “monsiviano”: la crónica ensayística.

Fue un hombre que podía hablar lo mismo de Gloria Trevi o Juan Gabriel, que de la crisis petrolera o los derechos civiles y la justicia social, por eso se decía que tenía el don de la ubicuidad: podíamos verlo en una entrevista televisiva, en una marcha, en una presentación de libro o en una conferencia, siempre hablando con lucidez, erudición e ironía.

Este hombre tan público era, al mismo tiempo, muy privado. Tres lustros después de su partida Marta Lamas y Rodrigo Parrini invitaron a 35 figuras de la vida pública del país a compartir sus recuerdos con Monsiváis o sus ideas sobre él. El resultado es Nostalgia de Monsiváis, publicado por Siglo XXI Editores, un libro que ofrece historias desconocidas hasta ahora como sus últimos días de vida, su forma de ser amigo, su ironía puntiaguda y, a veces, dolorosa; su pasión ferviente por el cine, su compromiso irrevocable con la justicia, su amor incondicional a los gatos. En suma, es un retrato coral de un hombre entrañable.

Además del aniversario luctuoso, este libro surge de una anécdota estremecedora: Los jóvenes alumnos de Parrini no conocían al autor de Días de guardar. “Esa realidad nos impactó”, dice Lamas. Por eso, los antropólogos quisieron mostrar algunas facetas del hombre múltiple que fue Monsiváis. “Mis alumnos son muy jóvenes, tienen unos 22 años y no lo conocían, no lo habían leído. Así que hicimos este retrato coral, que es también el retrato de México. El libro logra mostrar cómo gente muy distinta, con intereses muy distintos, con mundos muy distintos, confluían en esta especie de catalizador político, cultural,emocional, histórico que fue Monsiváis y creo que catalizadores como él ya no existen en este momento y no sé si volverán a existir”, apunta Parrini.

Algunos de los convocados son los periodistas Javier Aranda Luna, Jenaro Villamil y Jesús Ramírez, el caricaturista Rafael Barajas El Fisgón, las escritoras Elena Poniatowska y Margo Glantz, el activista Alejandro Brito, el gestor cultural Gerardo Estrada, la editora Consuelo Sáizar; y el escritor Juan Villoro. “ConsueloSáizar fue cercana a Carlos y aunque está en una postura política distinta a la mía y a la de Carlos, tenía que estar en el libro; él era amigo

EL AMIGO ARISCO,

fue amigo de Francisco Toledo y escribió sobre Juan Gabriel. Fotos: Museo del Estanquillo. 72 AÑOS TENÍA AL MORIR EL ESCRITOR MEXICANO. MARTES ¦ 17 ¦

de Gerardo Estrada, de Iván Restrepo, que no es para nada cuatrotero oficialista. Tenían que estar todos los que pudimos, la idea fue tratar de armar un esbozo, un borrador de quién era Carlos”, dice Lamas. Parrini, añade: “Monsiváis combinó una gran exposición pública con misterios, nunca se termina de develar quién es, cómo se siente, qué piensa. Logró mantener una especie de intimidad, como un poco inexpugnable, quizá los más cercanos a él fueron sus gatos, con

FIGURAS. Carlos era amante del cine y admiraba a María Félix;

Carlos combinó una gran exposición pública con misterios, nunca se termina de develar quién es, cómo se siente, qué piensa.

Rodrigo Parrini

@tlujambiot SINESTESIA

¿LA VIDA DIGITAL, EL MERCADO Y LA VELOCIDAD DE LO COTIDIANO HAN MODIFICADO NUESTRA MANERA DE ATENDER EL MUNDO?

uizá no hay filósofa en el mundo que haya vivido tan coherentemente sus ideas como la francesa Simone Weil. Durante sus 34 años de vida, Weil se propuso vivir plenamente las injusticias que vislumbraba en el mundo antes de sentarse a escribir sobre ellas. En 1936, por ejemplo, se unió a las filas de la Guerra Civil Española y, antes de criticar al sistema capitalista, laboró durante meses en una fábrica de automóviles. Sin embargo, considero que en el centro de esta profunda afinidad por vivir filosóficamente reside una teoría fundamental para comprenderla: su concepción de la “atención”.

En su libro Gravedad y gracia, Simone Weil aborda la atención no como un acto de voluntad, sino como una disposición a interpretar la realidad sin la inferencia de prejuicios o deseos previos. Para Weil, el grado de atención que ponemos en algo afecta directamente la forma en que nos relacionamos con ello y, sobre todo, la manera en la que lo interpretamos.

MORDAZ Y GENEROSO

ellos había como una especie de contacto sin restricciones. Con las personas, los que escriben acá, hay una cercanía, pero también guarda un espacio, como una intimidad portátil por decirlo así”.

Develar esta cierta intimidad de la vida privada tiene una misión doble: acercar más a quienes sí lo conocieron y/o lo leyeron, y poner en relieve a un intelectual que nunca renunció a la profundidad del pensamiento, como en sus crónicas en las que, dice Parrini, hay una “densidad histórica y política”.

Además,dice Lamas, hay un disfrute en el retrato de un Carlos con gran sentido del humor. “¡Antonio Saborit nos dio una foto de Carlos vestido con shorts en Harvard!”, dice Lamas. Y es que esa apariencia desenfadada, siempre despeinado, era también una forma de ser que hoy, sin duda, se extraña. “Carlos podía ser malicioso, podía ser irónico, podría darte un comentario que te hacía pedazos, pero no era payaso. Alejandro Brito y yo íbamos con él a muchas marchas y Alejandro me decía que debíamos de imprimir estampitas con la foto de Monsiváis e ir detrás de él, vendiéndolas a peso, y que nos íbamos a hacer ricos”, cierra Lamas.

EN LA PANTALLA LO VEMOS

TODO, PERO NO ATENDEMOS

ABSOLUTAMENTE NADA

En una época digital donde nuestro tiempo en pantalla es monitoreado e instrumentalizado para producir publicidad personalizada, nuestra atención adquiere un valor novedosamente siniestro: ya no es nutrida por instituciones educativas, sino manipulada por algoritmos y mercantilizada por publicistas.

A fuerza de consumir contenido digital que parece infinito, nuestra atención se vuelve un reflejo pasivo en lugar de un acto de responsabilidad y compromiso con el mundo. En la pantalla lo vemos todo, pero no atendemos absolutamente nada.

Practicar una atención ética no sólo implica retomar el control sobre nuestra atención, sino la voluntad de atender las cosas que necesitan de nuestra vigilancia. Para ello, es preciso atender nuestra realidad no con la velocidad consumista que exige el entorno digital, sino con la disposición de alguien que, como Weil, prefiere orientarse hacia la realidad sin ser mediado por sistemas, ideologías o pantallas dominantes

• Beatriz Sánchez Monsiváis ¦ Aniversarios

Mi cercanía CON

CON AUTORIZACIÓN DE SIGLO XX EDITORES

OFRECEMOS UN FRAGMENTO DE NOSTALGIA DE MONSIVÁIS , UN RETRATO A VARIAS VOCES DEL CRONISTA , CON DATOS POCO CONOCIDOS

Por Beatriz Sánchez Monsiváis cupula@elheraldodemexico.com

La familia Monsiváis Viadas, de la que procedemos Carlos, mis hermanos y yo (somos cinco, tres hombres y dos mujeres, sus únicos primos hermanos) es muy pequeña. Aunque mis abuelos maternos tuvieron muchos hijos, solo sobrevivieron cinco. De ellos, solo dos mujeres tuvieron hijos: Ester, la mamá de Carlos, y Beatriz, mi madre. La familia, de religión protestante, era austera y poco sociable, solo se relacionaba dentro del círculo religioso al que pertenecía; esto se debía sobre todo a que los protestantes éramos poco aceptados, siempre había burlas y discriminación hacia religiones que no fueran la católica. En esa época Carlos recibió golpes, burlas y discriminación en general. Hay varios artículos que testifican estas vivencias. Era común que, en la calle, cuando pasábamos los protestantes, nos gritaran “¡aleluyas!”, o “¡bee, bee, bee!” porque éramos los borregos de los pastores (ministros protestantes). Los artículos de Carlos de entonces están cargados de un humor sarcástico, que disfrutamos. Por consiguiente, había ocasiones en las que las reuniones familiares estaban inmersas en tragedias, porque habían matado a alguna familia protestante o a algún pastor. Recuerdo, ya en una época muy diferente, que hubo una persecución de una iglesia protestante y Carlos recibió a miembros de esta iglesia para conocer sus testimonios; estuvo días oyendo e investigando este caso y en la revista Proceso escribió sobre este atropello. De las reuniones en casa de Carlos, siempre está la imagen de un adolescente que a veces jugaba con mis hermanos mayores (Otho y Rubén) o jugaba a almohadazos con mi hermana, muy pequeña, Araceli. La mayoría de las veces estaba leyendo; lo recuerdo debajo de una cama muy alta: no se distraía de su lectura y siempre escuchábamos que era muy “aplicado” en la escuela. Posteriormente me impresionó que se relacionara con mucha gente fuera del ámbito familiar y religioso. Era el primo al que admirábamos. En la iglesia a la que asistíamos había concursos de conocimientos bíblicos, “esgrima bíblica” (encontrar una cita bíblica lo más rápido posible) y oratoria. Siempre que compitió, ganó el primer lugar; a tal punto llegó, que ya no le permitieron competir. Él moría de risa. Carlos fue muy aficionado a la música, tanto, que estuvo en el coro de la iglesia a la que asistíamos. Tenía una voz muy bien timbrada y gustaba de cantar. En las reuniones, mis hermanos, Carlos y yo cantábamos himnos, coros, villancicos y canciones que a él le gustaban, una actividad que todos disfrutábamos. Su colección de discos de acetato y compactos da fe de sus gustos musicales: por ejemplo, Mahalia Jackson, su favorita (cantaba himnos, gospel y spirituals), Robert Shaw Chorale, The Chad Mitchell Trio, Joan Báez, Bob Dylan, Pete Seeger, Harry Belafonte, Miriam Makeba y otros muchos cantantes. Nos sorprendía a mis hermanos y a mí que tuviera conocimiento de cantantes que aquí no se conocían ni se escuchaban. Mucho tiempo después de que Carlos hablara de

Carlos fue muy aficionado a la música, tanto, que estuvo en el coro de la iglesia a la que asistíamos. Tenía una voz muy bien timbrada y gustaba de cantar.

Carlos

ellos, se conocieron. Carlos acostumbraba oír cierta música de acuerdo a la época, por ejemplo, la música de la Revolución mexicana la oía en noviembre; en general, música mexicana, en septiembre; música clásica religiosa, en Semana Santa; pero en octubre empezaba a oír la música navideña, de los y las cantantes que sacaban discos navideños; había veces que todo el día los escuchaba y, en la cena navideña, cantábamos con él hasta el amanecer los cantos que quería, sus favoritos.

ESCRIBIR CON LUZ

FAMILIA. Beatriz Sánchez Monsiváis fue una de las parientes más cercanas del escritor. Fotos: Cuartoscuro

Carlos empezó a publicar textos desde muy joven; como tenía que entregar sus textos a máquina, su madre, que escribía rapidísimo, pasaba los artículos, siempre con dos copias con papel carbón. Su madre y mi tío Manuel eran muy ordenados y se preocuparon por guardar todos los textos que publicaba. Había veces que su mamá no podía hacerlo porque estaba ocupada o porque se sentía mal y entonces Carlos me hablaba: “Beatriz, ¿puedes venir? Solo son diez minutos”. Yo sabía que no eran diez minutos ni una hora, pero ¿cómo negarle algo a Carlos? Entonces buscaba la música que me gustaba y en la que coincidíamos y ponía esa música. Eso lo hacía según quien lo ayudara: si era su mamá, entonces ponía música de Agustín Lara, Gonzalo Curiel, intérpretes como Las Hermanas Águila, Toña la Negra, Elvira Ríos, etcétera. También le gustaba complacer a sus amigos e invitados con la música adecuada para ellos, o bien les “descubría” algún cantante, alguna música, alguna canción. Para mí, esto era parte de su generosidad. La generosidad es una característica importantísima de Carlos. Era generoso compartiendo sus hallazgos con amigos, familia y conocidos. Por ejemplo, nos recomendaba o nos daba libros que consideraba importantes o que nos gustarían, nos informaba sobre algún tema trascendente. Nos daba regalos a mis hermanos y a mí en Navidad: por la tarde, llegaba cargando regalos para todos, normalmente discos y libros. Si alguien de la familia tenía problemas, él estaba pendiente para ayudar a pesar de que no nos viéramos seguido. Cuando salía de viaje, regularmente traía algún obsequio. Presumiré: siempre me traía algo que me gustaba, por ejemplo, perfumes en miniatura, que a él y a mí nos encantaban, y de cada viaje traía un estuche o algunos perfumitos o perfumes; tengo una colección de aproximadamente quinientas botellitas. También me traía ropa (que, por lo regular, elegía Ava Ordorica, una amiga que Carlos adoraba), y también discos, películas, etcétera. A la tía Mary, a mi hermana, a mi hermano, a sus amigas queridas y amigos, les traía también regalos.

SOBRE ÉL

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Días de guardar, Amor perdido y Los rituales del caos son algunas de sus obras más conocidas.

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El escritor y periodista abarcó temas como la cultura popular, la Ciudad de México y la política mexicana.

En ocasión de la visita de Pete Seeger a México, Carlos nos llamó para que asistiéramos a su concierto en la Academia de San Carlos. Lo disfrutamos muchísimo, lo admirábamos y escuchamos su música durante mucho tiempo.

También manifestaba su generosidad de otra manera. Si algún artesano le vendía una obra que a Carlos le parecía que valía más, le comentaba que estaba regalando su trabajo y él le compraba a un precio mayor.

#OPINIÓN

EL LADO

CYNTHIA MILEVA

@cynthiamileva

LAS FOTOGRAFÍAS TAMBIÉN HAN SIDO UTILIZADAS POR PERPETRADORES PARA EL REGISTRO BRUTAL Y DESHUMANIZADO DE SUS CRÍMENES

DESTAS IMÁGENES QUE OSCILAN ENTRE EL LOST MEDIA Y FOTOS FORENSES TENÍAN UN OBJETIVO

esde hace rato andamos fascinados con el true crime. Series, podcast, películas, artículos coleccionables, en fin… los números prueban que ya hay una cultura alrededor de estas historias reales, exageradas o incluso imaginarias de individuos perversos que nos horrorizan tanto como nos atraen. Y no podemos negar que, aunque la fotografía es luz —estricta y poéticamente hablando a través de la búsqueda de lo bello, lo memorable o lo sorprendente—, también es la posibilidad de descender al rincón más sombrío de una mente dañada. La cámara fotográfica usada por los famosos serial killers como medio para preservación sus hechos atroces, nos invita a confrontar el doble filo de la lente. Pensemos en casos como el de Rodney Alcala, a quien se le encontraron miles de fotografías de sus víctimas, material que incluso ayudó para identificar a personas desaparecidas. Christopher Wilder o "Snapshot Killer", secuestraba y asesinaba a mujeres jóvenes tras atraerlas con la promesa de fotografiarlas para agencias de modelos. Bruce McArthur, asesino de varios hombres, fotografiaba a los cuerpos post-mortem. Dennis Rader "BTK" además de fotografiarlas, se autorretrataba con ellas. Harvey Glatman, Jeffrey Dahmer, Ed Kemper… puedo continuar, la lista es larga. Estas imágenes que oscilan entre el lost media y fotos forenses que se hicieron públicas, cumplieron objetivos diversos en cada caso. A menudo fungieron como parte de un ritual, documento o como fetiche, pero suele predominar una necesidad: la de convertir a sus víctimas en objetos. Una siniestra conexión entre el control visual y la dominación brutal. No siempre somos conscientes del poder simbólico de una fotografía, pero en el caso de estos depredadores, ese registro visual se torna en un trofeo macabro. Un instante congelado que no solo inmortaliza el control, además, irónicamente, la deshumanización.

EL ESCRITOR, ENSAYISTA Y PERIODISTA MEXICANO ES UN REFERENTE INTELECTUAL PARA ENTENDER EL PAÍS QUE SOMOS

DÍAS DE GUARDAR ERA

● Está dedicado a Fernando Benítez y es el primer libro de crónicas de Monsiváis. Fue publicado en 1970 y consta de 33 textos cuya orientación es la urbe, principalmente la Ciudad de México. El autor ejerce aquí su vocación periodística.

SALVADOR NOVO: LO MARGINAL EN EL CENTRO ERA

● Esta brillante crónica biográfica de Novo permite a los lectores un acercamiento muy documentado a una figura excepcional en su valentía personal y literaria y en su transformación del cinismo.

LAS ALUSIONES PERDIDAS ANAGRAMA

Redacción cupula@elheraldodemexico.com

LOS RITUALES DEL CAOS ERA

● El autor es célebre por sus indagaciones, tan ingeniosas como conocedoras, en las múltiples y complejas realidades de la cultura mexicana: la que conocemos como cultura popular y la “alta cultura". En este volumen Monsiváis desmenuza, con su humor y saber acostumbrados, distintos rituales de la ciudad de México y de la sociedad mexicana en general: religiosos, cívicos y más.

IMÁGENES DE LA TRADICIÓN VIVA FCE

● La obra integra una iconografía completa de México: las tradiciones populares, los movimientos sociales y la cultura, a través de fotografías, seleccionadas por Déborah Holtz, así como recuerdos y lecturas de Monsiváis, quien evoca episodios decisivoss de la nación.

● En 2006 Monsiváis recibió el Premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En su discurso de agradecimiento abordó temas culturales, entre ellos la desaparición progresiva de un conjunto amplísimo de los conocimientos. Este es el texto íntegro.

CAMBIOS.

Se trata de una de las primeras arterías del Centro que se convirtieron en peatonales, en los años 70. Foto: especial.

¦ Viaje al pasado

LA CALLE DEL CENTRO HISTÓRICO TIENE UNA

HISTORIA DE MÁS DE 160 AÑOS QUE AÚN RECUERDA

UNA ÉPOCA DE GLORIA

Por Luis Carlos Sánchez luiscarlos.sanchez@ elheraldodemexico.com

Ude brillo intenso pocos metros Gante,

na historia de 164 años atraviesa la calle Fray Pedro de Gante. Conocida popularmente con el hipocorístico de Gante, la calle surgió en 1861 tras el cierre y desmembramiento del antiguo y enorme monasterio de San Francisco, que se ubicaba sobre la actual calle de Madero. Entre 1855 y 1867, la promulgación de las Leyes de Reforma abolió la propiedad eclesiástica y de la secularización del edificio religioso surgieron las calles de Gante y 16 de septiembre. Se dice que el responsable de fundar y bautizar la arteria fue el insigne historiador y filólogo Joaquín García Icazbalceta, quien pensó en honrar a uno de los primeros misioneros que llegaron a la Nueva España. Perteneciente a la orden franciscana, el flamenco religioso se caracterizó por ser un férreo defensor de los indígenas, por aprender su lengua y educarlos en el arte de la música.

Casi en la intersección con la calle de Venustiano Carranza, una escultura de bronce sobre un pedestal de piedra recuerda el rasgo noble del religioso. El fraile nació en el suburbio de Sint-Pieters-Aaigem, localizado en la ciudad de Gante, Bélgica, por lo que el gobierno belga regaló la efigie al pueblo de México como un testimonio de amistad. Se inauguró en 1976. Actualmente resulta difícil pensar esa pequeña calle, que se extiende solo de Carranza a Madero, en una arteria con circulación vehicular. Sin embargo, así transcurrió buena parte de su historia hasta que en 1970 se implementó un programa de peatonalización de algunas calles del Centro Histórico capitalino: junto a calles como Condesa, Marconi, Motolinía, Palma y Xicoténcatl, Gante también cambió el asfalto por adoquines y los vehículos fueron reemplazados por peatones. No obstante, al ubicarse muy cerca del corazón del movimiento urbano, Gante siempre tuvo una vida boyante. Los negocios que hoy la abarcan y el ajetreo diario de transeúntes que avanzan sin parar recuerdan una historia llena de vida: Justo en la intersección con Madero, se levanta magnífico el célebre edificio High Life, proyectado por Silvio Contri y concluido en 1922 para convertirse en uno de los almacenes de ropa y regalos más importantes de la ciudad desde su nacimiento. Exactamente en el lado opuesto, donde Gante se encuentra con Carranza, se ubica, con muy pocas modificaciones, el antiguo edificio de la Compañía de Luz y Fuerza, institución que lo ocupó hasta 1966 para después ser ocupado por un banco. Pero las construcciones y los negocios con tradición no se agotan: Ahí está la Iglesia Metodista “La Santísima Trinidad” o el célebre Bar Gante, cuyo lema “El lugar de la gente elegante”, nos habla de otra época.

DATOS CLAVE

La calle data tan sólo de 1861, cuando se cerró el gigantesco Antiguo Monasterio de San Francisco a raíz de la Guerra de Reforma.

Gante es una de las pocas calles de la CDMX que ha conservado su nombre original con el paso de los siglos. Hoy es una de las arterias más transitadas.

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