EL ECOLOGISTA Periódico Oficial del Partido Verde Ecologista del Estado de México
Consejo Editorial: José Alberto Couttolenc Buentello Ian Karla Shleske de Ariño Francisco Javier Serrano González
El Ecologista año 1 número 3 Julio-Septiembre 2018 Es una publicación trimestral, editada y distribuida por el Partido Verde Ecologista del Estado de México. con domicilio en República de Belice #109 Colonia Américas C.P. 50103, Toluca de Lerdo, Estado de México. Tel. 01 (722) 9147892 https://partidoverdeedomex.org/, hola@partidoverdedomex.org
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CONTENIDO eDemocracy La (in)Gobernanza de Bits................... 4 Importancia, Retos y Alcances de los Sistemas de Registro de Estructuras Electorales........................... 8 Y tú ¿Gozas de Salud Ambiental?.............................10 Política.......................................................................12 Instrucciones para Colaboradores...........................15
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Secretaría de Comunicación Social
eDEMOCRACY LA (IN)GOBERNANZA DE BITS Por: Francisco Javier Serrano González
INTRODUCCIÓN
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mérica Latina como el resto del mundo está atravesando un proceso ingobernanza local-regional a partir de la aparición de nuevas formas de interacción y organización de la sociedad civil. Esto como muchos otros fenómenos sociales, lleva impresa una serie de variables causales que los origina, sin embargo, este estudio se centra específicamente en aquellos eventos sociales cuyo medio fueron las redes en Internet y que repercuten en la dinámica de gobierno (gobernanza). Es decir, la persistencia de la transdisciplinariedad se hará con base a dos variables de globalización: ciberactivismo transnacional e identidad de las causas glocales, una variable socio-tecnológica: la organización de las redes sociales en Internet, y una variable nacional: gobernanza. En esta configuración causal la organización de las redes sociales en Internet (RSI) es una condición necesaria más no suficiente para amasar los conflictos, que sumándolas al ciberactivismo transnacional (Ct) con las identidades de las causas glocales (ICG) derivan en problemas de gobernanza (-I) para los países: RSI + (Ct ^ICG) = -I En lo respectivo al análisis conceptual, se desarrolla en apartados siguientes una descripción por separado de los conceptos clave: redes sociales, eDemocracy y gobernanza; para en un apartado final analizar su impacto en la variable dependiente; para finalmente configurar una posible hipótesis de estudio. Democracia Electrónica La configuración de las esferas de participación social dentro de los planos de acción humana, cambia con base a periodos históricos y recursos de dominación con los que cuentan los actores. Varias concepciones interfieren con dichas transformaciones. Así de Smith (1776) a Pérez (1986) la revolución social dentro de las estructuras se dan a partir de la evolución de la tecnología.
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Los recursos técnicos con los que cuentan los individuos para generar riqueza y bienestar, vienen a recomponer las formas de organización y cooperación entre las otras dos esferas de acción humana (la social y la política). También a partir del marco normativo donde se desempeñan se produce cambio: Las instituciones como las reglas formales e informales del juego limitan la acción individual, minimizando el costo de transacción en la información y reduciendo la zona de incertidumbre (North, 1993). Y con base a los recursos culturales y de saber disponibles. En esa tesitura, existen básicamente tres esferas de acción humana distinguidas por el medio y poder por el cual se ejercen: económica (mercado/dinero), política (Estado/violencia) y esfera social (sociedad civil/saber) (Wallerstein, 2005; Bobbio, 1996). Y dos tableros de juego: Local-nacional e Internacional-digital. La división los tableros se hace con base a la presencia de poder hegemónico o su ausencia (anarquía). Así entonces, el tablero local-nacional delimitado y circunscrito a una hegemonía estatal se jugará con reglas básicas y diferentes a las del tablero anárquico: la imposición del orden y la presencia de un poder coactivo estatal encargado hacer cumplir las normas localmente erigidas (Arrigi & et al, 1999; Wallerstein, 2005). En esta descripción básica donde se han desagregado las esferas y tableros de acción humana o individual, hace falta definir también los roles de los jugadores. Sin embargo, aquí los roles son infinitos a partir de las configuraciones estructurales (tablero y esfera) y recursos individuales (racionalidad y saber) con los que el actor se desempeña.
Aquí el actor tiene la habilidad de brincar de un tablero a otro, migrando información, recursos, conocimiento e influencias que le permitan la supervivencia y alcanzar sus objetivos en cualquiera de las esferas de desempeño todo esto como efecto de la globalización que le empodera a partir del aumento de flujos de información, identidades, ideologías en una compresión del espacio y tiempo (Arrigi & et al, 1999; Gallaher, 2009; Stiglitz, 2002). En esta configuración multidimensional donde el individuo juega un rol activo (ciudadanía) en espacios glocales, apoyado de tecnologías que facilitan la comunicación con otros similares alrededor del mundo y como efecto de los tableros anárquicos tanto internacionales como digitales, la democracia electrónica configura un nueva organización de la sociedad civil para la toma de decisiones y como consecuencia de esto, una generación nueva de demandas a las cuales debe enfrentar el régimen. Esta institucionalización del juego ciberanárquico, viene a ser la cara oculta de la política mundial y la globalización. Para iniciar el terreno descriptivo y analítico conceptual, es necesario identificar el punto de cruce donde la democracia electrónica y la gobernanza se encuentran. Aquí la secuencia lógica exige ir de un concepto más sólido a uno cuya emergencia y consolidación están aún en discusión. Ir de la democracia a la gobernanza. El concepto “democracia” ha ido evolucionando paulatinamente a lo largo de la historia, y su estudio conceptual obliga al investigador a situarse en un periodo histórico determinado. Los valores y configuración institucional de la democracia ateniense son muy diferentes a la democracia procedimental del siglo XX (Mair & Katz, 1997; Tovar, 2009). De ahí la necesidad de identificar un concepto mínimo y uno compuesto sobre la democracia. En su concepción mínima: La democracia es el conjunto de reglas procedimentales para la toma de decisiones colectivas, donde se incorpora el mayor número de participantes (Bobbio, 2001). Tales procedimientos mínimos, para considerar a un régimen como democrático son tres: elecciones periódicas con dos o más competidores, un conjunto de derechos (libertades) políticas y la presencia de sufragio universal (Sartori, 1991; Tovar, 2009; Bobbio, 2001; Dahl, 2009). Sin embargo, la democracia no sólo son elecciones (aunque no puede ser menos que eso) y esto se deriva a que tales procedimientos y concepción ha tenido ciertas variaciones a partir de la incorporación y aparición de nuevos agentes, medios y funciones del aparato estatal. Es decir, aquella elasticidad conceptual ayuda a incluir variaciones no antitéticas que amplían el concepto a acciones gubernamentales concretas y que responden actualmente a las configuraciones ideales y de la sociedad en este concepto nomotética. Así entonces se agregan niveles de libertad, igualdad, responsividad, estado de derecho, rendición de cuentas horizontal y vertical, y participación social como un concepto ampliado de democracia (Morlino, 2012). Si bien en este seguimiento conceptual aún no se vislumbra una relación analítica entre democracia, gobernanza y democracia electrónica, se debe a que esta configuración en estrictu sensu corresponde a una configuración de la democracia como régimen de gobierno. Ahora es necesario ver la otra cara de la moneda, la democracia desde los gobernados. A partir de la aparición de la sociedad civil como agente interviniente en la configuración de las políticas públicas, en la toma de decisiones colectivas fuera de las arenas electorales y nacionales, y como principal motor creador de capital social y desarrollo comunitario transnacional.
En este despliegue, los ojos pasaron del mercado que predominaba como institución solucionadora de problemas (hasta la caída del modelo neoliberal), a la esfera de la sociedad civil como promesa naciente. Aquí la horinzontalización de la política fue un factor determinante para la estabilidad y preservación del régimen. Si bien en los procesos de gobernabilidad en América Latina y el mundo a partir de 1960 hasta 1998 fueron una constante de negociación-inclusión de la esfera económica en las instituciones gubernamentales, ya sea construyendo regímenes burocráticos-autoritarios o regímenes neoliberales. La sociedad fue testigo de que ni el gobierno en sus años de alta burocratización y sustitución de importaciones, ni el mercado bajo la supervisión de los organismos internacionales del consenso de Washington y desregulación económica, lograron dar la respuesta a las demandas sociales, lo que trajo descontento, cambio, inestabilidad política y la aparición de un tercer actor que hasta el momento se había estado canalizando por los canales de la oferta y la demanda del mercado o por las vías del corporativismo dentro de las instituciones estatales y partidarias, la sociedad civil. (O’donnell, 1998; Williamson, 1990; Vilas, 2011). Este tercer actor que se adaptó automáticamente a un modelo deliberativo de la democracia, empezó a exigir espacios de participación horizontales o de la democracia robusta como los plebiscitos, referéndums e iniciativa popular. La sociedad civil se empezó a agrupar sin fines ya no en el mercado, ni el Estado, sino más bien en la “esfera pública”. La esfera pública, alude al lugar donde confluyen los ciudadanos para deliberar y supervisar la acción Estatal, es el ambiente social y cultural en el que se ha establecido la disputa político-ideológica en nuestro tiempo, donde los particulares a quienes anteriormente se les han reconocido las libertades básicas de expresión, asociación e imprenta, dejan de lado sus asuntos como la profesión y el negocio para confluir en una esfera por encima de lo particular y convertirse en ciudadanos, abogan por un debate informado, el uso público de la razón y la búsqueda imparcial de la verdad. Se envuelven en un espiral dialéctico para dar soluciones colectivas a problemas colectivos (Fernández, 2003; Habermas, 1988). Dicho espacio y campo de batalla de la sociedad civil, coloca los cimientos para una nueva forma de concebir a la democracia, rompiendo con diversos esquemas establecidos y removiendo las “concepciones fijas” para dar paso a la política como un proceso de aprendizaje público, donde las soluciones se van dando en base al desarrollo del mismo, emergiendo de los ciudadanos organizados una discusión ascendente para la construcción de la acción comunicativa, de la verdad, la voluntad y de la racionalidad colectiva. De dicho pluralismo y modelo de comunicación, surge un nuevo modelo democrático, la democracia deliberativa (Held, 2007). Tal modelo de democracia deliberativa cuando es articulado por medio de las redes sociales en Internet adquiere una connotación diferente, se vuelve eDemocracy. Tal articulación se desarrolla en el apartado siguiente de redes sociales en Internet como la nueva esfera pública y mecanismo de democracia electrónica.
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la acción comunicativa, de la verdad, la voluntad y de la racionalidad colectiva. De dicho pluralismo y modelo de comunicación, surge un nuevo modelo democrático, la democracia deliberativa (Held, 2007). Tal modelo de democracia deliberativa cuando es articulado por medio de las redes sociales en Internet adquiere una connotación diferente, se vuelve eDemocracy. Tal articulación se desarrolla en el apartado siguiente de redes sociales en Internet como la nueva esfera pública y mecanismo de democracia electrónica. Continuando con el análisis conceptual, se pone en la palestra el término de Gobernanza. Este anglicismo, representa un rompecabezas académico al no existir un acuerdo académico sobre su significado, traducción, y empleo en la explicación de fenómenos sociales. Sin embargo para efectos del presente ensayo se tomarán en cuenta dos conceptos clave de la gobernanza: A. Gobernanza como acuerdo entre organizaciones interestatales para la generación del orden (Kirchner & Dominguez, 2011); y B., Gobernanza como legitimidad en las acciones gubernamentales y acciones emprendidas por el gobierno (Mayorga & Córdoba 2007). Aquí es donde el eje democracia electrónica y gobernanza se encuentran: en la legitimidad de las acciones gubernamentales y en el mantenimiento del orden civil. La gobernanza dentro de su definición contempla amenazas de seguridad derivadas de la incapacidad de los gobiernos locales para controlar el territorio debido a la pérdida involuntaria de soberanía. Lo anterior en un clima de globalización incesante que exige reconfiguraciones a la esencia misma del concepto Estado (Kirchner & Dominguez, 2011; Stiglitz, J. 2006). Tales amenazas de seguridad se migran a los espacios nacionales a partir dos fenómenos de la democracia electrónica:
Conclusiones: 1. El ciudadano hoy en día adquiere un nuevo empoderamiento a partir de su relación con la sociedad civil en internet, los efectos de la globalización con la reducción en los costes de transacción, la compresión del espacio-tiempo y el constante flujo de ideologías, valores e identidades. 2. La sociedad civil en Internet ha hecho de este medio la nueva esfera pública de deliberación. 3. El término democracia electrónica es una adaptación del modelo deliberativo a las esferas de la organización de la sociedad civil en Internet. 4. La gobernanza entendida como orden y legitimidad en las acciones gubernamentales, se ve perjudicada por los flujos alternativos de información deliberados en los medios en Internet (la globalización digital). 5. El ciberactivismo transnacional viene a reconfigurar el orden de las demandas sociales incluyendo no sólo temas de la agenda nacional sino internacional que vienen a a generar ingobernabilidad. 6. El entendimiento de la organización de las Redes Sociales en Internet es fundamental para entender los nuevos movimientos sociales articulados desde ese medio. BIBLIOGRAFÍA • Arrighi, B,. J. Silver, & I, Ahmad,. 1999,. Chaos and governance in the modern world system. Minneapolis: University of Minnesota Press. • Bobbio, N,. 1996. Estado, gobierno y sociedad: por una teoría general de la política. México: Fondo de Cultura Económica. Bobbio, N,. 2001. El futuro de la democracia. Traducción de J. Fernández. (3rd ed.). México: Fondo De Cultura Económica. • Castells, M., 2001. Internet y La Sociedad Red. Letra Internacional 71: 4–16. Cebrián, M., 2008. La web 2.0 como red social de comunicación e información. Estudios sobre el mensaje periodístico(14): 345–361.
1. Swarming digital en las redes sociales: Este fenómeno se da como recurso técnico de la facilidad del individuo de obtener y construir información de manera horizontal y variada, que muchas veces contrapone las fuentes oficiales y gubernamentales de información.
• Dahl. R,. 2009. Poliarquía: Participación y oposición. Madrid: Tecnos. De Urgarte, D,. 2012. El poder de las redes. Argentina: Aurelia Rivera. • De Vicente, J., 2005. Inteligencia colectiva en la web 2.0. Elástico. Net 22. • Enríquez, J., 1994. Los imperios del Futuro serán los imperios de la mente. Centro De Estudios Latinoamericanos David Rockefeller. Universidad De Harvard. Disponible en: http://www.tblgroup.com/Paginas/Gerentes/Imperio%20del%20Futuro.pdf.
2. Ciberactivismo transnacional: El reclutamiento de activistas transnacionales que atraigan los problemas globales como los derechos humanos y el medio ambiente son tendencias impositivas para la gobernabilidad. Ellos exigen vis a vis por vías de la participación política informal la incorporación de las agendas globales a las locales y viceversa.
• Enríquez, J., 2004. Mientras el futuro te alcanza. Traducido por: C. Derbez. México: Circulo Editorial Azteca. • Fernández, J., 2003. El despertar de la sociedad civil: una perspectiva histórica, México: Océano. Gallaher, C,. 2009. Key concepts in political geography. Key concepts in human geography. London: SAGE. Gladwell, M,. 2007. La clave del éxito. Madrid: Taurus.
Estas dos variables derivadas de la democracia electrónica que van en detrimento de la gobernanza, son el foco hipotético para la consolidación de agencias Internacionales. La información en el ciberespacio prácticamente fluye en tiempo real, la facilidad con la que una persona puede redistribuirla y organizar a sus pares por medio de una estructura organizacional sin cabeza parecida a un panal o banco de peces es sustancial. De la misma forma la facilidad con la que las identidades nacionales se diluyen a partir de culturas alternativas a las cuales pueden acceder los ciudadanos.
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• Habermas, J., 1988. La esfera de lo público. Revista del Instituto de Investigaciones sociales; Montevideo. Held, D., 2007. Modelos de democracia 3rd ed., Madrid: Alianza. Kirchner, E,. & Dominguez, R. 2011. The security governance of regional organizations (Global Institutions). UK: Routledge.
• Mair, P. Katz, R,. 1997. Party System Change. Approaches and Interpretations. Oxford: Clarendon Press. Morlino, L,. 2012. Changes for democracy: Actors, Structures, Processes. Oxford: Oxford University Press. North, D,. 1993. Instituciones, cambio institucional y desempeño económico. Traducido por D. Bárcena. México: Fondo de Cultura Económica. • O’Donnell, G,. 1988. Bureaucratic Authoritarianism: Argentina, 1966–1973, in Comparative Perspective. Los Ángeles: University of California Press. • Pérez, C., 1986. Las nuevas tecnologías: Una visión de conjunto en Ominami, C. Ed. 1986. La tercera revolución industrial: impactos internacionales del actual viraje tecnológico. Buenos Aires: Grupo Editorial Latinoamericano. • Putnam, R., 1992. Democracy and the civic community : tradition and change in an Italian experiment, Princeton N.J. Princeton University Press • Sartori, G,. 1991. Teoría de la democracia: El debate contemporáneo. Traducido por S. Sánchez. México: Alianza Universidad. • Smith, A., 2009. Una investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones. Traducido por C. Rodríguez. España: Tecnos. • Stiglitz, J. 2002. Globalization and its discontents. New York: W.W. Norton Stiglitz, J. 2006,. Making globalization work. New York: W. W. Norton & Company. • Vilas, C,. 2011. Después del neoliberalismo. Uruguay: Universidad Nacional Lanus. Williamson, J,. 1990. “What Washington means by policy reform” en Latin American Adjusment: How much has happend?. Washington: Institute for International Economics.
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Secretaría de Procesos Electorales
IMPORTANCIA, RETOS Y ALCANCES DE LOS SISTEMAS DE REGISTRO DE ESTRUCTURAS ELECTORALES Por: Héctor Paúl López Quiroz
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e acuerdo con la ONU, la revolución digital en las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) han creado una plataforma para el libre flujo de información, ideas y conocimientos por todo el mundo. En los últimos dos procesos electorales, el ordinario local 20162017 y el concurrente federal 2017-2018, se presentaron diferentes retos en cuanto al registro de las estructuras electorales, siendo que el Estado de México contaba con sus 41 distritos federales, 45 distritos locales, 6,441 secciones electorales y sus 19,298 casillas aprobadas por el consejo general, nos orillaba a ser contundentes y precisos en la selección de las y los ciudadanos que nos representarían en las casillas el día de la jornada electoral. El 7 de septiembre de 2017 el consejo general aprueba el reglamento de elecciones, donde se establecen las reglas para llevar a cabo el registro de representantes de Partidos Políticos y Candidatos Independientes. Los sistemas de registro de estructuras electorales, juegan un papel de suma importancia para los Partidos Políticos, pues son una herramienta que facilita el correcto registro, proceso y aprobación de las y los ciudadanos que prestarán su tiempo para el cuidado y debido proceso de la jornada electoral. El Reto Para el registro fueron creadas cuentas por distritos federales, mismas que fueron asignadas a las y los 41 representantes de cada Junta Distrital, pero en algunos casos los representantes no tenían experiencia en las herramientas informáticas, para lo cual el INE implemento capacitaciones constantes; completas pero muy apresuradas. Esto creó la necesidad de contar con personal capacitado en sistemas informáticos y softwares para el procesamiento de datos e información, con conocimientos en materia electoral para dar cumplimiento a la legislación vigente en tiempo y forma.
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Una vez registrado nuestro representante, se crea un nombramiento y un formato de comprobación de representación (CRGC) mismo que acredita la calidad de representante general, o de casilla; colocando también si se obtuvo o no una gratificación por esta función; la cuestión era la logística inversa de distribución por municipio, por sección y casilla de cada uno de los documentos. Según el calendario teníamos 6 días para la distribución de los 42 mil registros que realizamos, en promedio eran 1000 registros por distrito, después de generar una estrategia para la distribución y gracias al esfuerzo de todo el equipo electoral, se logró el objetivo y así estuvimos listos para el día de la jornada.
Los Alcances Los sistemas de registro de estructuras electorales, son más que solo generar un nombramiento o un formato de comprobación, en realidad son todo un proceso ordenado, lógico y sistemático que consolida el historial estadístico del proceso electoral; proporcionando así un sin fin de datos para realizar análisis, proyecciones, y todo lo que nuestra imaginación nos permita. Hay que destacar el uso de Códigos de tipo QR, firmas y sellos digitales en los nombramientos y formatos de comprobación, pues esto certifica los documentos obtenidos. Hay que mejorar, en definitiva, la capacitación a las y los Funcionarios de Casilla para hacer más eficiente el proceso electoral. Y, por sobre todas las cosas, hay que buscar la posibilidad de implementar el voto electrónico, para dar pasos firmes en la renovación de nuestros procesos electorales.
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Secretaría de la Juventud
Y TÚ, ¿GOZAS DE SALUD AMBIENTAL? Por: Daniel Castellanos Ortega
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no de los retos más grandes que enfrentan las personas en las grandes urbes es la calidad de vida, generalmente se vive un ritmo acelerado, horas para trasladarse de un lugar a otro, exposición continua a la contaminación ambiental o auditiva, y mala alimentación debido a los costos de los mismos, además la concurrencia a lugares pocos saludables. Y, por si fuera poco, le agregamos la presión de los jefes, el estrés cotidiano, las obligaciones familiares, las responsabilidades en aumento y, en muchas ocasiones, la falta de motivación. De repente al caminar en las ciudades, entre tantas personas ensimismadas, parecería caminar entre zombies, personas perdidas en sus propios mundos, automatizadas en su actuar diario, sin estar conscientes de la calidad del entorno que los rodea, y ¿creen que alguien piense en su salud ambiental? uchas personas se preocupan diariamente de su salud física, M emocional, económica e inclusive, de su salud familiar; buscando cómo mejorar todos los días estos aspectos de su vida, dedicándoles tiempo y acciones específicas para lograrlo. Sin embargo, lo que no están contemplando, es una de las razones más poderosas para una salud integral, es decir, la salud ambiental. Para muchas personas, es un concepto que ni siquiera figura en sus pensamientos, pareciera ser algo ajeno y distante de uno, un tema que solo en los países desarrollados se podría pensar, porque, aparentemente, cuentan con el tiempo y dinero para hacerlo. El presente artículo, pretende hacer conciencia de la importancia de la salud ambiental, y del Estado como garante protector de la misma; esta salud se incluye en los derechos fundamentales de la persona dentro de la Carta Magna, y su protección deviene desde la esfera internacional con las Naciones Unidas.
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A este nivel hay dos principales preocupaciones, la primera es la promoción y protección de los derechos humanos, y la otra a partir de 1972, cuando se corrió la voz a nivel doméstico, es la del cuidado del medio ambiente. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la salud ambiental es aquélla que está relacionada con todos los factores físicos, químicos, biológicos y externos de una persona. Es decir, contempla la forma en que las condiciones del medio ambiente inciden en la salud de una persona y busca la prevención de enfermedades, proporcionando un medio ambiente sano. Por lo tanto, no se incluye nada de los aspectos sociales, económicos, o genéticos de la persona. Dentro de los factores ambientales de riesgo, encontramos principalmente la contaminación del aire, el agua o el suelo, así como la exposición a productos químicos, el cambio climático y la exposición a radiación ultravioleta; esto ha contribuido a la creación de más de cien enfermedades y traumatismos; de acuerdo a la Organización Mundial de la salud se estima que en 2012 perdieron la vida 12.6 millones de personas por el hecho de vivir o trabajar en lugares poco saludables, lo cual representa casi una cuarta parte del total de muertes a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud señala que, entre las principales enfermedades que encontramos debido a la exposición de un medio ambiente dañino están: las cardiovasculares, neumopatías, lesiones, cánceres, accidentes cerebrovasculares, diarreas y demás. En México, de acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública, se estima que los factores ambientales son responsables de entre el 25% y 33% de la carga global de las enfermedades, y a pesar de que se ha estado trabajando en la materia, la presencia de sustancias químicas en el ambiente,
la contaminación atmosférica en exteriores e interiores, el calentamiento climático, la contaminación del agua y alimentos, contaminación de zonas mineras, residuos sólidos municipales, y otros son problemas del deterioro ambiental. Los problemas de salud son algo más serio de lo que se piensa, de los 123.5 millones de habitantes en México (INEGI, 2017), el 77% vive en zonas urbanas, lo que implica no sólo una mayor cantidad de personas expuestas a estas condiciones ambientales, sino la exposición a un lugar en donde se genera la mayor parte de los contaminantes, que representan por lo menos 20,496 muertes anuales por material particulado en el ambiente. Desde el punto de vista jurídico, el artículo 25 de la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos enuncia que: “Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable…”, en la esencia del desarrollo nacional debe estar contemplada la calidad humana de cada uno de los mexicanos, empezando por un medio ambiente sano que le permita desarrollarse óptimamente, y se garantice el mismo a las futuras generaciones. La invitación que hacen las Naciones Unidas para implementar acciones para el desarrollo sostenible no es solo a los gobiernos de los 193 Estados que la adoptaron, sino a toda la ciudadanía en general, a la iniciativa privada, asociaciones civiles, grupos de poder, y por ende a los partidos políticos, pero sobre todo a cada uno de los mexicanos.
Es necesario realizar cambios simples en nuestras vidas para contribuir de manera positiva al medio ambiente, por ejemplo: evitar el desperdicio de agua para consumo diario en nuestros hogares, regular el uso de energía eléctrica, mantener en buenas condiciones los automóviles para reducir la emisión de gases contaminantes, usar lo más posible medios de transporte como la bicicleta, compartir auto con compañeros, o caminar. Evitar al máximo el uso de desechables, plásticos, popotes, y demás materiales no biodegradables que contaminan los mares, lagunas y ríos; separar los desechos sólidos en los hogares, de manera que se puedan aprovechar los biodegradables y los reciclables. Empezar con acciones pequeñas, hasta formarnos hábitos compatibles con el cuidado del medio ambiente, y motivar a otros a que sigan el ejemplo. Finalmente, la salud ambiental es tarea de todos, corresponde al Estado Mexicano establecer las condiciones y ejercer las acciones necesarias para lograrlo, cumpliendo así un compromiso internacional de protección a los derechos humanos, sin embargo, también es responsabilidad de las y los ciudadanos involucrarse, cultivarse en la materia y llevar a la práctica hábitos que permitan contribuir a esta meta. Haciendo consciencia de que al lograr el objetivo podemos lograr salud en otros aspectos y con ello, mejorar nuestra calidad de vida, independientemente del lugar en que vivamos, y así tú y tu familia podrán gozar de salud ambiental.
El cuidado del medio ambiente, y la salud ambiental es una corresponsabilidad entre ciudadanos y gobiernos. Por eso es importante la consciencia del tema, que quienes toman las decisiones en las políticas públicas del país diseñen programas, establezcan estándares y tomen acciones que mitiguen los daños provocados en la salud ambiental de las personas, quienes, como recurso humano, son el objeto más importante de cualquier negocio o país exitoso.
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POLÍTICA Por: Elizabeth Valdez Álvarez
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os debates que ya desde hace bastante tiempo se plantean respecto al concepto de la política, han tenido gran trascendencia, una de las interrogantes cruciales que han motivado este debate tiene que ver con la idea de ¿qué se entiende por política?, una vez expuesto lo anterior, iniciaremos nuestro análisis con Weber (1997), para él, el concepto es muy amplio y abarca cualquier tipo de actividad directiva autónoma; sin embargo esta conceptualización no es funcional para la encomienda que tenemos en este trabajo, así que reduce su concepto a decir que, por política entenderemos solamente la dirección o la influencia sobre la trayectoria de una entidad política, aplicable en nuestro tiempo al Estado. Así, el término político significaría la aspiración a participar en el poder o a influir en la distribución del poder entre los distintos Estados o, dentro de un mismo Estado, entre los distintos grupos de hombres que lo componen. Naturalmente, “… quien hace política aspira al poder, ese poder entendido como el medio para la consecución de otros fines, o al poder por el poder, para gozar del sentimiento de prestigio que le confiere” (Weber, 1997: 2). En palabras un poco más burdas, en Weber, la política es una contienda por el poder, evidentemente, como lo expuesto en clase, esa política se encuentra limitada por las normas de legitimidad que imperan en una determinada sociedad, la política debe ser racionalizada o regulada por la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad. De tal suerte, la política, que para Weber es un asunto meramente estatal, está enmarcada en una institución que goza de legitimidad y de racionalización. La forma en que la política se asegura la realización de fines colectivos es a través de la violencia. Es decir, lo característico del Estado moderno es el monopolio de la violencia física legítima. Es importante enfatizar un elemento de la concepción weberiana de la política y que tiene que ver con la definición de “poder”, como la posibilidad de imponer la voluntad de una persona, aun en contra de resistencia. El Estado, como todas las asociaciones o entidades políticas que históricamente lo han precedido, es una relación de dominación de hombres sobre hombres, que se sostiene por medio de la violencia legítima (es decir, de la que es considerada como tal). Para subsistir necesita, por tanto, que los dominados acaten la autoridad que pretenden tener quienes en ese momento dominan. ¿Cuándo y por qué hacen esto? ¿Sobre qué motivos internos de justificación y sobre qué nexos externos se apoya esta dominación? (Weber, 1997:3)
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Ante esto, encontramos otros elementos distintivos en la teoría weberiana: la obediencia y le legitimidad (mera aceptación de la orden). De tal suerte que existen tres tipos de justificaciones internas, para fundamentar la legitimidad de una dominación. En primer lugar la legitimidad del eterno ayer o tradicional; cuyo motor de obediencia (o lo que es lo mismo, la razón por la que el mandato tiene éxito) es la creencia en la sacralidad de la persona del soberano, una legitimidad surgida “de la costumbre consagrada por su inmemorial validez y por la consuetudinaria orientación de los hombres hacia su respeto” (Weber, 1997: 4). En segundo lugar la legitimidad carismática; cuya obediencia se fundamenta en la creencia de los dotes extraordinarios del jefe, “… la autoridad de la gracia (Carisma) personal y extraordinaria, la entrega puramente personal y la confianza, igualmente personal, en la capacidad para las revelaciones, el heroísmo u otras cualidades de caudillo que un individuo posee” (Weber, 1997: 4). Y en tercer lugar la legitimidad legal-racional; cuyo motivo de obediencia deriva de la creencia en la racionalidad del comportamiento conforme a las leyes, esto es, a normas generales y abstractas que instituyen una relación impersonal entre gobernantes y gobernados. Considerando los argumentos anteriores, y de acuerdo con la discusión en clase, la política es una relación, una relación de poder, en la que una persona manda sobre la otra, hay una relación de autoridad, pero esa relación de autoridad tiene por objeto la acción colectiva. Así, el conjunto de relaciones que estructuran la política son desiguales; la condición de desigualdad radica en que uno obedece a otro, porque ese otro tiene las maneras de hacerse obedecer; esto a través de la violencia, pero como la violencia es costoso, se genera otro medio de obediencia, que radica en la legitimidad, en los modelos puros explicados anteriormente. Siguiendo con la encomienda de este trabajo, se analizarán los supuestos de Schmitt (1998), en primer lugar es importante mencionar que este autor realiza una crítica muy fuerte al liberalismo, ya que define el criterio específico de lo político como la antítesis amigo/enemigo, autónoma de las oposiciones fundamentales del pensamiento liberal: entre el bien y el mal, lo bello y lo feo, lo útil y lo dañino, etcétera. De este modo, lo político es lo decisivo y no un dominio entre unos y otros (como en Weber), ya que es el único dominio total en el sentido de que “todo asunto puede ser potencialmente político, y por ende, puede ser afectado por la decisión política; y en segundo lugar, porque la participación política abarca al hombre en su totalidad” (Schmitt, 1998: 50) La política es el destino; es la intensidad que nos agrega u opone en amigos contra enemigos. La política es conflicto.
En Schmitt, la política también es una relación como en Weber, pero esta relación está delimitada por la dicotomía amigo y enemigo, en este sentido, la oposición o el antagonismo, nacidos de la relación antes mencionada, constituye la más intensa y extrema de todas las oposiciones, y cualquier antagonismo concreto se aproximará tanto más a lo político cuanto mayor sea su cercanía al punto extremo, esto es, a la distinción entre amigo y enemigo. En Schmitt el concepto de Estado supone el concepto de lo político, dentro del Estado como unidad política organizada, que decide sobre sí misma como un todo sobre amigo y enemigo, y junto a las decisiones políticas primarias y en su apoyo surgen, surgen numerosos conceptos secundarios adicionales de lo político. (Schmitt, 1998) Schmitt al igual que Weber se ayuda de la concepción moderna de Estado, para explicar lo político. Otro aspecto distintivo que resalta Schmitt, es la guerra; la guerra como aquella que constituye el presupuesto que está siempre dado como posibilidad real, que determina de una manera, un tanto peculiar, la acción y el pensamiento humanos y origina así una conducta específicamente política. Así mismo, la agrupación real en amigos y enemigos es en el plano de ser algo tan fuerte y decisivo, que en el momento en el que una oposición no política produce una agrupación de esa índole, más allá de criterios puramente religiosos o económicos, dicha agrupación queda sometida a las condiciones y consecuencias totalmente nuevas y peculiares de una situación convertida en política. (Schmitt, 1998) En este tenor, el Estado como unidad política, es decisivo y soberano, en el sentido de que tiene la fuerza suficiente para decidir sobre lo decisivo; le es atribución inherente la posibilidad real de determinar por propia decisión quién es el enemigo y combatirlo. Podemos hacer una comparación con Weber, en el sentido de que también en Schmitt, la capacidad y la fuerza de hacerse obedecer del Estado determinan la relación política.
En Sartori (2002), se muestra que desde la existencia del ser humano y su necesidad inherente de socializar con otros individuos para su supervivencia, la política se erige no solo en el gobierno de los Estados, sino como esa relación de poder que ha sido signado al hombre desde el comienzo de su existencia como ser sociable. “El vivir político – en y para la polis- era, al mismo tiempo, el vivir colectivo, el vivir asociado y, más intensamente el vivir Koinonia, en comunión y comunidad” (Sartori, 2002: 234). Este teórico resalta los argumentos de Maquiavelo, ya que es con él cuando la política se configura con cierta especificidad y autonomía. La política con Maquiavelo se plantea distinta de la moral y de la religión, no se puede negar que la moralidad y la religión son ingredientes esenciales de la política. Maquiavelo es quien descubre a la política, “la política real”, y le da ese carácter autónomo en el sentido de que ésta (la política) tiene sus leyes, leyes que el político debe aplicar. Ahora, como bien menciona Sartori y en este punto se asocia con la teoría weberiana; “…el discurso de la política se configura como un discurso que es al tiempo e indisolublemente ético-político…” (Sartori, 2002: 237). La aportación que hace Sartori, recuperando una idea evolucionista de la concepción de la política, tiene que ver con la autonomía de ésta. Se desarrollan 4 tesis fundamentales: 1) que la política sea distinta; 2) que la política sea independiente (que siga sus propias leyes; 3) que la política sea autosuficiente, que se basta para explicarse a sí misma (autárquica) y 4) que la política sea una causa primera, una causa que genera no sólo a la misma política, sino dada su supremacía a todo el resto. (Sartori, 2002). Pero ahora la política ha caído en un conflicto de identidad, al respecto Sartori, sugiere que la interrogante crucial es: qué es lo que denota los términos en política y sistema político. La esfera de lo político se eleva y restringe, se reconduce a la esfera del Estado. En Bobbio (1997), e termino política se emplea para designar la esfera de las acciones que tienen una relación directa o indirecta con la conquista y el ejercicio del poder último, supremo o soberano, sobre una comunidad de individuos en un territorio determinado. El vínculo entre gobernantes y gobernados en el que se resuelve la relación política principal, es una relación típica de poder (entendido éste como la capacidad de un sujeto de influir, condicionar y determinar el comportamiento de otro individuo). Todos los autores vistos (Weber, 1997; Schmitt, 1998; Sartori, 2002; Bobbio, 1997) coinciden en el hecho de que la política es una relación, ya sea de dominación, de dicotomía amigo/enemigo, con la conquista y el uso del poder, respectivamente.
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“La relación política es una de las muchas formas de relación de poder existentes entre los hombres. Para caracterizarla se puede recurrir a tres… criterios: la función que desempeña, los medios de que se sirve y el fin que persigue” (Bobbio, 1997:136); Las funciones para ser ejercidas necesitan de un poder de mando, obtener obediencia y castigar a quienes no obedezcan. Estas diferenciaciones explican las funciones de gobierno en la actualidad: legislativa, ejecutiva y judicial. Se resalta como en Weber, la relación de mandato obediencia, como aspecto característico de la política. Lo sustancial en los argumentos de Bobbio (1997, 2001) es la caracterización de los diferentes poderes, y el hecho de decir que el criterio más adecuado para distinguir el poder político de otras formas de poder, y, por consiguiente, para delimitar el campo de la política y de las acciones correspondientes, es el que atiende a los medios de los que las diferentes formas de poder se sirven para obtener los efectos deseados: el medio del que se sirve el poder político es la fuerza, se erige como poder supremo o soberano cuya posesión distingue en toda sociedad organizada a la clase dominante. Bobbio (1997) hace una distinción entre política, moral y derecho; es de suma importancia señalar que dentro de la distinción entre política y moral, Bobbio, parte del principio maquiavélico de que el comportamiento del político está determinado según sus fines, algo separado de los conceptos morales, para la conquista y mantenimiento del poder político. Bobbio, también coincide con Schmitt, al decir que la acción política está orientada a agregar a los amigos o a excluir a los enemigos. Y al decir que la expresión más distintiva de la política es la guerra en cuanto expresión máxima de la fuerza como medio para solucionar los conflictos. En este punto coincide con los argumentos expuestos por Sartori (2002). Y en un segundo momento, hace un acercamiento muy interesante a la propuesta de la ética planteada por Weber (1997), cuando se refiere a que la ética de convicción: estima que su deber consiste en respetar algunos principios de conducta planteados como absolutamente válidos, con independencia de las consecuencias que de ellos puedan derivar. Y la ética de responsabilidad: Considera haber hecho su deber si logra el resultado que se proponía.
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Referencias: - Bobbio, Norberto (2001), Estado, Gobierno y Sociedad, FCE, México. - Bobbio, Norberto (1997), El filósofo y la política (antología), FCE, México. - Sartori, Giovanni (2002a), Elementos de Teoría Política, Alianza Editorial, Madrid. - Schmitt, Carl (1988), El Concepto de lo Político, Alianza, Madrid. - Weber, Max (1997), El Político y el Científico, Ediciones Coyoacán, México.
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