
NO5/DICIEMBRE/2024

NO5/DICIEMBRE/2024
JOSÉ MANUEL GUZMÁN CEO DE GRUPO M
Durante años, en congresos, seminarios, planes estratégicos y formaciones, hemos insistido en la necesidad de reforzar la empatía en el ámbito de los cuidados. La hemos identificado como una competencia transversal, como una actitud deseable, como un ideal del que ningún profesional debería desprenderse. Y sin embargo, por mucho que hayamos trabajado sobre ella desde lo intelectual o lo emocional, había una parte que se nos escapaba: la vivencia física, real, directa.
La primera formación inmersiva con el Traje Max, que impulsamos desde Grupo M Servicios Sociales Integrados junto a CEAPs Canarias, no es solo una propuesta innovadora dentro del sector: es un punto de inflexión. Una experiencia que permite experimentar en primera persona lo que viven tantas personas mayores a diario: la pérdida de agilidad, la rigidez en las articulaciones, la dificultad para vestirse, la merma de visión o audición, la torpeza en los movimientos finos, la fatiga inesperada. No se trata de imaginarlo. Se trata de sentirlo.
Y cuando lo sentimos, algo cambia. Cambia la forma en la que miramos a quienes cuidamos. Cambia el tiempo que les damos, el modo en que los tocamos, la paciencia con la que esperamos, el respeto con el que explicamos cada gesto. Cambia incluso el lenguaje. Cambia, sobre todo, la conciencia.
Esta iniciativa nace del convencimiento de que la calidad en los cuidados no se mide solo en indicadores ni en ratios. También se mide en humanidad. En cómo nos posicionamos frente a la fragilidad, frente a la dependencia, frente al deterioro. En si somos capaces de acompañar sin infantilizar, de asistir sin invadir, de intervenir sin anular. Ponerse el Traje MAX es, en cierto modo, desnudarse. Aceptar que aún tenemos mucho que aprender. Recono -
cer que, por más años de experiencia o formación que tengamos, siempre hay un nivel más profundo de comprensión al que solo se accede sintiendo. Y sentir, en este caso, es la clave.
Desde Grupo M y CEAPs Canarias apostamos por este tipo de experiencias porque creemos en una atención centrada en la persona que sea algo más que una etiqueta. Creemos que la formación debe provocar, remover, dejar huella. Que no basta con acumular contenidos: hay que transformarse.
Por eso hemos elegido empezar por aquí. Porque si queremos cambiar los modelos de atención, si aspiramos a generar entornos más dignos, más amables, más respetuosos, tenemos que empezar por cambiar la mirada. Y la mirada cambia cuando cambiamos la piel. Cuando, aunque sea por unos minutos, habitamos el cuerpo del otro. Cuando entendemos no desde fuera, sino desde dentro.
Invitamos a las y los profesionales del sector social a vivir esta experiencia. A dejarse tocar por ella. A no olvidar nunca lo que se siente al caminar con dificultad, al no poder abotonarse una camisa, al no distinguir claramente un rostro conocido, al necesitar ayuda para algo tan simple como beber agua.
Porque solo desde esa memoria sentida podremos construir un sistema de cuidados verdaderamente justo. Uno en el que el conocimiento técnico se combine con la compasión activa. Uno en el que el respeto no sea un principio abstracto, sino una práctica cotidiana. Uno en el que cuidar no sea solo un trabajo, sino una vocación encarnada.
Ponerse en la piel de una persona mayor es un acto de humildad, de escucha y de verdad. Y en este camino de aprendizaje continuo, todas y todos somos, y seguiremos siendo, aprendices.
Noventa profesionales vinculados al sector de los cuidados de Canarias participarán entre el 5 y el 12 de mayo en una formación presencial que les permitirá experimentar de forma directa algunas de las dificultades físicas, sensoriales y cognitivas que afrontan muchas personas mayores. Por primera vez, Santa Cruz de Tenerife acogerá una formación práctica dirigida a profesionales del sector sociosanitario con el objetivo de mejorar la atención a personas mayores o en situación de dependencia. La propuesta, organizada por Grupo M Servicios Sociales Integrados y el Círculo Empresarial de Atención a las Personas (CEAPS) en Canarias, cuenta con la colaboración de Biel Consulting, entidad responsable del desarrollo e implementación del programa.
ELa formación se basa en el uso del TrajeMax, un traje de simulación diseñado por la Universidad Técnica de Chemnitz en colaboración con AutoUni, Audi AG y Volkswagen Group Research. El dispositivo permite a quienes lo utilizan experimentar las limitaciones físicas y sensoriales que con frecuencia acompañan al envejecimiento, como la pérdida de fuerza muscular, la rigidez articular, las dificultades de movilidad, la disminución de la agudeza visual o la reducción de la capacidad auditiva.
Responsables públicos, trabajadores sociales, profesionales del Servicio de Ayuda a Domicilio, residencias y centros de día divididos en 10 grupos de 9 personas participarán en la formación
ste boletín es de propiedad de toda la sociedad Canaria. Una herramienta informativa para crecer como personas y hacer llegar los conocimientos del sector social al mayor número de personas. Todos podemos ayudar para que sea cada día mejor. Una manera de hacerlo es hacernos llegar tus opiniones, sugerencias, críticas, preguntas, dudas… Y si te sale mandarnos un chiste o un poema, también vale. Sólo tienes que abrir tu correo electrónico y colocar la siguiente dirección: info@grupomservicios.es
¿Te
completará una sesión de cuatro horas de duración, con turnos de mañana (de 9:30 a 13:30) y tarde (de 15:00 a 19:00 horas).
Las jornadas se desarrollarán entre el 5 y el 9 de mayo (nueve grupos) y el día 12 de mayo (un grupo), el precio será de 90€ por por asistente. Durante la sesión, los participantes utilizarán el traje mientras realizan tareas habituales del entorno asistencial, como caminar, subir escaleras, manejar objetos cotidianos o asistir a otra persona.
Tras la parte práctica, se abrirá un espacio de análisis para compartir impresiones y valorar qué elementos del entorno laboral podrían mejorarse a partir de la experiencia vivida. Inscripciones a través de ceaps.org
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‘TRAJE MAX’
DEL 5 AL 12 DE MAYO Icadepro
Se trata de la formación con Traje Max, un traje de simulación diseñado por la Universidad Técnica de Chemnitz en colaboración con AutoUni, Audi AG y Volkswagen Group Research. El dispositivo permite a quienes lo utilizan experimentar las limitaciones físicas y sensoriales que con frecuencia acompañan al envejecimiento, como la pérdida de fuerza muscular, la rigidez articular, las dificultades de movilidad, la disminución de la agudeza visual o la reducción de la capacidad auditiva. Inscripciones y acreditaciones: info@grupomservicios.es www.ceaps.org
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Ramón y Cajal en su tiempo y en el nuestro
Hasta el 29 de abril
Real Sociedad Económica Amigos del País
Un ciclo de conferencias que analiza la vida y legado de Ramón y Cajal, conectando sus descubrimientos con la ciencia actual. Un viaje entre pasado y presente para comprender la vigencia de su obra y su impacto en la neurociencia moderna. Ambas dan comienzo a las 19 horas.
Día 4 de abril: ‘Cajal y el despertar de la Neurociencia: neuronas, sinapsis y electricidad’. Conferencia de: Dra. Teresa Giráldez Fernández (ITB, ULL)
Día 29 de abril: ‘La investigación científica en España: evolución y retos’. Conferencia de: Dr. José López Barneo (IBIS, Univ. Sevilla)
Del 8 al 11 de mayo Teatro Príncipe Felipe. Tegueste
El evento, organizado por el Ayuntamiento de Tegueste en colaboración con Zálatta Teatro, ofrecerá una programación variada y gratuita dirigida a todos los públicos; un diálogo entre clásicos atemporales, obras para toda la familia y una ruta teatralizada al aire libre. La alcaldesa de la Villa, Ana Mena, destacó durante la presentación que “este festival consolida a Tegueste como un referente cultural en Tenerife. Es una apuesta firme por acercar las artes escénicas a todos los vecinos, desde los más pequeños hasta los adultos, y por apoyar el talento local”. Programación del V Festival de Teatro de Tegueste
8 de mayo
12:15 - La casa de Bernarda Alba 20:30 - Brujas (recomendada para mayores de 12 años).
9 de mayo
20:30 - La leyenda del pequeño hombre (público +14 años).
10 de mayo
11:00 - Doblones para la eternidad (obra familiar con ruta teatralizada por el municipio, sin reserva previa).
11 de mayo
12:00 - La reina de fantasía
En el marco del innovador programa de formación inmersiva con el Traje Max, que se celebrará en Santa Cruz de Tenerife del 5 al 12 de mayo, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) se suma como colaborador estratégico, contribuyendo con material técnico (sillas de ruedas y andadores) y especializado que enriquecerá la experiencia formativa de los participantes.
El evento, organizado por Grupo M y CEAPs Canarias, busca transformar la forma en que se entienden y prestan los cuidados a las personas mayores y
Elobjetivo es claro: permitir a los profesionales ponerse, durante unas horas, en el lugar de las personas a las que cuidan cada día”, señala José Manuel Guzmán, CEO del Grupo M. “No se trata solo de adquirir conocimientos técnicos, sino de interiorizar una forma distinta de comprender el envejecimiento y la dependencia, desde la vivencia directa. Eso marca la diferencia a la hora de acompañar”.
La actividad está dirigida a personal técnico y asistencial, equipos de coordinación y profesionales vinculados a centros de día, residencias, servicios domiciliarios o programas comunitarios. Al finalizar, los participantes recibirán una acreditación que reconoce su aprovechamiento del programa. La acción es bonificable a través de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE).
dependientes, ofreciendo una vivencia realista de sus limitaciones físicas y sensoriales mediante el uso del traje MAX. En este contexto, la AECC ha ofrecido su apoyo logístico y material, facilitando recursos que complementarán el entorno de simulación y permitirán recrear escenarios asistenciales más completos y realistas.
Junto a ellos, Párkinson Tenerife, Cruz Roja y Cáritas también participarán en esta experiencia inmersiva que cuenta con bonificaciones y gratuidad para colectivos específicos. La formación, que contará con 90 profesionales del ámbito sociosanitario de Canarias, pretende impulsar un modelo de atención más humano, empático y centrado en la persona. La suma de aliados como AECC refuerza este objetivo, mostrando cómo diferentes actores sociales pueden contribuir a un mismo fin: mejorar la vida de las personas en situación de vulnerabilidad.
La formación será impartida por Stephan Biel, fundador de Biel Consulting, con una trayectoria de más de 30 años en el ámbito gerontológico y asistencial. Desde 2015, Biel ha dirigido más de 380 sesiones con el TrajeMax en distintos puntos del país, trabajando con equipos profesionales, entidades sociales y administraciones públicas.
“El TrajeMax no simula el envejecimiento como un juego ni como un obstáculo, sino como una realidad física que condiciona el día a día de millones de personas”, explica Biel. “Cuando esa realidad se vive, aunque sea durante unos minutos, la forma de cuidar cambia”.
Grupo M y CEAPS Canarias sitúan esta propuesta dentro de sus líneas de trabajo orientadas a la mejora continua, la innovación en la formación profesional y la atención centrada en la persona.
¿Eres profesional del ámbito sociosanitario y quieres vivir una experiencia transformadora?
Inscríbete en esta formación pionera en Canarias y participa en una sesión práctica con el TrajeMax, el traje de simulación del envejecimiento que está revolucionando la forma de cuidar.
Plazas limitadas. Grupos reducidos. Toda la información e inscripciones en ceaps.org
La ciencia médica ha evolucionado de forma vertiginosa en las últimas décadas. Diagnósticos más precisos, tratamientos personalizados y herramientas que, hace no tanto, eran solo un sueño de laboratorio, hoy se aplican en hospitales, centros de rehabilitación y domicilios. En este contexto de innovación constante ha surgido una herramienta que combina robótica, inteligencia artificial y neurociencia
para revolucionar la rehabilitación física y cognitiva: el Traje Max.
Este dispositivo, con apariencia de un traje ajustado al cuerpo, es mucho más que una prenda tecnológica. Es una segunda piel capaz de leer, interpretar y estimular los movimientos del cuerpo humano, facilitando la recuperación de pacientes que han sufrido lesiones
neurológicas, accidentes cerebrovasculares, daño cerebral adquirido o deterioro motor. También está demostrando ser eficaz en personas mayores que presentan pérdida de movilidad o deterioro funcional asociado al envejecimiento.
¿Qué es el Traje Max?
El Traje Max es un exotraje blando, es decir, una prenda de vestir equipada con
sensores, microactuadores y un sistema de estimulación eléctrica y vibratoria. A diferencia de los exoesqueletos rígidos, que se asemejan más a una armadura robótica, el TrajeMax es ligero, flexible y se adapta a la anatomía del usuario. Se ajusta como una malla elástica que cubre brazos, piernas o torso, según el tipo de intervención que se requiera.
Su desarrollo responde a una necesidad urgente en el ámbito de la rehabilitación: dotar a los profesionales de herramientas que no solo acompañen el proceso de recuperación física, sino que además registren, analicen y personalicen el tratamiento en tiempo real. El TrajeMax, en este sentido, se sitúa en la intersección entre la biotecnología y la neurorehabilitación.
¿Cómo funciona?
El corazón del TrajeMax son sus sensores y su sistema de inteligencia artificial. Estos sensores recogen información sobre la postura, el movimiento, la tensión muscular y otros parámetros fisiológicos. La inteligencia artificial procesa estos datos y genera una respuesta adaptada: puede activar estímulos musculares mediante impulsos eléctricos, reforzar patrones motores con vibración o sugerir ajustes en la postura del usuario.
Todo este proceso se lleva a cabo de forma casi imperceptible para el paciente. No se trata de un aparato invasivo, ni obliga a realizar grandes esfuerzos físicos.
El objetivo no es que el traje “haga el trabajo” por el cuerpo, sino que lo acompañe y estimule para que sea el propio
cuerpo el que recupere funciones motoras a través de la repetición, la memoria muscular y la neuroplasticidad.
Aplicaciones clínicas
El Traje Max ha sido especialmente diseñado para su uso en programas de rehabilitación. Entre los colectivos que más se benefician de sus aplicaciones clínicas se encuentran: personas que han sufrido ictus (accidente cerebrovascular), con secuelas de movilidad reducida, pacientes con daño cerebral adquirido (traumatismos, tumores, anoxia), aquellos con parálisis cerebral o lesiones medulares incompletas, mayores con síndromes de inmovilidad o que necesitan mejorar su equilibrio y control postural y quienes tienen enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o la esclerosis múltiple.
Una de las ventajas más notables del TrajeMax es que permite adaptar los ejercicios terapéuticos a las necesidades específicas del paciente. A través de una app o una interfaz conectada, los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales pueden programar sesiones personalizadas, monitorizar los avances y ajustar los estímulos para lograr una progresión constante y segura.
Rehabilitación en movimiento: libertad, motivación y seguimiento
A diferencia de otras herramientas de rehabilitación que solo se utilizan en entornos clínicos, el Traje Max puede acompañar al paciente en su vida cotidiana. Su diseño ligero permite que se lleve puesto en casa, durante sesiones de fisioterapia ambulatoria o incluso en actividades cotidianas como caminar por el domicilio
o realizar tareas domésticas sencillas. Esto abre la puerta a una rehabilitación más intensiva, con sesiones diarias, sin necesidad de desplazamientos continuos al centro sanitario. Además, la sensación de autonomía que experimenta el paciente al moverse con el apoyo del TrajeMax tiene un impacto psicológico muy positivo: la motivación aumenta, el esfuerzo se sostiene y la adherencia al tratamiento mejora. Por otro lado, la capacidad del traje para registrar datos de forma continua permite a los profesionales sanitarios realizar un seguimiento preciso de la evolución del paciente. El sistema puede generar informes con estadísticas, progresiones y gráficas comparativas que sirven de guía para tomar decisiones clínicas, ajustar objetivos y modificar el tratamiento según la respuesta individual.
Neurociencia y estimulación multisensorial
Uno de los grandes aportes del Traje Max es su capacidad para aplicar estímulos que van más allá del ejercicio físico. Gracias a la integración de sistemas de estimulación eléctrica funcional (FES), vibración y presión, el traje actúa sobre los receptores sensoriales del cuerpo. Esto activa circuitos neuronales responsables del control motor, la propiocepción (percepción del cuerpo en el espacio) y la atención. La estimulación multisensorial tiene un efecto potenciador en la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales. Esto es clave en personas que han sufrido un ictus o una lesión cerebral, ya que permite que otras áreas del cerebro asuman funciones
“No se trata de un aparato invasivo, ni obliga a realizar grandes esfuerzos físicos”.
A diferencia de otras herramientas de rehabilitación que solo se utilizan en entornos clínicos, el TrajeMax puede acompañar al paciente en su vida cotidiana y es un equipo inteligente para la rehabilitación
En los próximos años, es previsible que esta tecnología se integre con otras herramientas como la realidad virtual, los videojuegos terapéuticos, la telemedicina o los dispositivos de monitorización continua.
Así, un paciente podría realizar su sesión de rehabilitación en casa, guiado por un entorno virtual interactivo, con el TrajeMax registrando cada movimiento y enviando los datos a su equipo médico en tiempo real.
perdidas. En este sentido, el TrajeMax no es solo una herramienta física, sino también un vehículo de comunicación entre el cuerpo y el cerebro. Permite “reenseñar” al cerebro cómo mover una pierna, cómo mantener el equilibrio o cómo recuperar la coordinación entre ambos brazos. Y lo hace de forma personalizada, progresiva y con evidencia científica.
Tecnología con rostro humano
Uno de los pilares del desarrollo del TrajeMax ha sido su enfoque centrado en la persona. No se trata solo de que funcione técnicamente, sino de que sea cómodo, accesible y adaptado a las necesidades reales de quienes lo utilizan. Los equipos que lo han desarrollado –formados por ingenieros, médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y personas usuarias– han trabajado bajo el principio de la atención centrada en la persona. Esto significa que el diseño del traje ha sido testado y mejorado a partir de la experiencia directa de pacientes reales, de distintas edades y condiciones físicas. Se ha tenido en cuenta la facilidad para ponerlo y quitarlo, el confort de los materiales, la posibilidad de que lo ajuste una sola persona y su compatibilidad con distintos grados de movilidad.
Además, se ha trabajado en el desarrollo de una interfaz intuitiva para los profesionales, que no requiere conocimientos avanzados de informática ni programación. El objetivo es que pueda ser utilizado en hospitales, centros de día, residencias, centros de rehabilitación y también en domicilios, con acompañamiento profesional.
Retos y oportunidades
Como toda tecnología emergente, el TrajeMax plantea retos importantes: su coste inicial, la necesidad de formación específica para profesionales y la integración en los sistemas públicos de salud. Sin embargo, las oportunidades que abre son enormes.
Por un lado, permite adelantar la intervención rehabilitadora, acortar los tiempos de recuperación y reducir el riesgo de dependencia. Esto tiene un impacto económico muy significativo, tanto para las familias como para el sistema sanitario. Por otro, mejora la calidad de vida, la autonomía y la autoestima de las personas, favoreciendo un envejecimiento activo y una inclusión real.
También está empezando a explorarse su uso en ámbitos preventivos: personas mayores con riesgo de caídas, personas con movilidad reducida leve o pacientes que se recuperan de intervenciones quirúrgicas. En estos casos, el TrajeMax puede actuar como una herramienta de mantenimiento y refuerzo de las capacidades físicas, evitando el deterioro y reduciendo el riesgo de hospitalizaciones.
El futuro: una rehabilitación más inteligente
El Traje Max representa un paso decisivo hacia una rehabilitación más inteligente, personalizada y basada en datos. Su desarrollo está alineado con las grandes tendencias de la medicina del siglo XXI: prevención, personalización, participación del paciente y uso de tecnología accesible. En los próximos años, es previsible
que esta tecnología se integre con otras herramientas como la realidad virtual, los videojuegos terapéuticos, la telemedicina o los dispositivos de monitorización continua.
Así, un paciente podría realizar su sesión de rehabilitación en casa, guiado por un entorno virtual interactivo, con el TrajeMax registrando cada movimiento y enviando los datos a su equipo médico en tiempo real.
En paralelo, los avances en inteligencia artificial permitirán que el propio traje “aprenda” del usuario: detectará patrones de mejora o de deterioro, propondrá nuevos ejercicios y ofrecerá un acompañamiento más dinámico y eficaz.
Un cambio de paradigma
Hablar del TrajeMax es hablar de un cambio de paradigma en la rehabilitación. Es reconocer que el cuerpo humano, incluso tras un daño severo, puede recuperar funciones si se le ofrece el entorno adecuado. Es apostar por una tecnología al servicio de las personas, no como sustituto, sino como aliada.
En un mundo donde el envejecimiento de la población y las enfermedades neurológicas plantean desafíos cada vez mayores, herramientas como el TrajeMax ofrecen una respuesta esperanzadora: combinar ciencia, humanidad y tecnología para que más personas puedan recuperar su autonomía, su capacidad de movimiento y su derecho a una vida plena.
Para inscripciones www.ceaps.org
Stephan Biel trae a Canarias el Traje Max, la herramienta de simulación para fomentar la empatía en los cuidados
En un momento en el que la humanización de los cuidados se ha convertido en un reto clave para el futuro de la atención sociosanitaria, hay profesionales que abren caminos desde la innovación y la experiencia directa. Stephan Biel es uno de ellos. De origen alemán y afincado en España, lleva más de diez años impulsando un modelo de formación basado en la simulación y la experimentación corporal, con un enfoque centrado en el bienestar y la calidad de vida de las personas en situación de dependencia.
Fundador de Biel Consulting, Stephan ha desarrollado una intensa labor en centros, instituciones y congresos, introduciendo en nuestro país el uso del traje Max, un sistema de simulación de envejecimiento y discapacidad que permite a los profesionales ponerse, literalmente, en la piel de quienes viven con limitaciones físicas, sensoriales y cognitivas. Su propuesta formativa ha impactado ya a más de 4.000 personas en España.
Del 5 al 12 de mayo, Biel impartirá por primera vez esta formación en Canarias, de la mano del Grupo M. Los talleres se celebrarán en Santa Cruz de Tenerife y suponen una oportunidad pionera para experimentar en primera persona qué sienten las personas en situación de dependencia y cómo esa vivencia puede mejorar el cuidado.
¿Quién es Stephan Biel y por qué ha decidido dedicar su trayectoria a la formación a través de la simulación?
Soy consultor y formador en el ámbito del bienestar y la calidad de vida de las personas en situación de dependencia. Desde hace más de una década, me dedico a la formación basada en la evidencia, convencido de que solo compren-
diendo profundamente lo que sienten las personas a las que cuidamos, podremos ofrecer una atención realmente centrada en ellas. Por eso he apostado por herramientas como el traje Max, que permite experimentar las limitaciones físicas y sensoriales del envejecimiento o de ciertas situaciones de dependencia.
¿Qué es exactamente el traje Max y qué aporta a quienes se lo colocan?
El traje Max es una herramienta de simulación de envejecimiento y empatía. Está diseñado para que quien lo lleve pueda sentir en su propio cuerpo las limitaciones que viven muchas personas mayores o en situación de dependencia: rigidez articular, pérdida de visión o audición, dificultades al caminar… Este “pasar por el cuerpo” transforma por completo la forma en que se entiende el cuidado, porque no se trata solo de saber qué le pasa al otro, sino de sentirlo. Y eso genera un impacto muy profundo en profesionales y personas cuidadoras.
¿Desde cuándo trabaja con este sistema?
Llevo más de diez años desarrollando talleres con esta metodología. En este tiempo, más de 4.000 personas en España han participado en las experiencias con el traje Max. Siempre con el mismo objetivo: sensibilizar, generar empatía y mejorar los cuidados a través de la comprensión real de lo que supone vivir con limitaciones.
¿Qué resultados ha observado en quienes han participado en sus formaciones?
Lo más impactante es cómo cambia la mirada. Quien participa no vuelve a ser el mismo. Se genera una toma de conciencia sobre lo que implica la dependencia
que va mucho más allá de la teoría. Hay profesionales que me dicen que, gracias a esta experiencia, ahora entienden por qué un residente no quiere levantarse de la cama, o por qué una persona tarda tanto en comer.
Es un cambio de paradigma: del juicio a la comprensión.
Del 5 al 12 de mayo estará en Tenerife, ¿qué supone esta cita?
Es una gran noticia, porque por primera vez llevaremos el traje Max a las Islas Canarias, gracias a la apuesta del Grupo M. Estaré en Santa Cruz de Tenerife impartiendo talleres durante toda la semana, abiertos a profesionales de la atención, cuidadores y a todas las personas interesadas. Es una oportunidad única para vivir esta experiencia transformadora.
¿Qué destacaría de la colaboración con el Grupo M?
Ellos han entendido perfectamente el valor de esta herramienta y su aplicación en la mejora de la calidad de vida de las personas dependientes. Ser pioneros en las Islas no es solo una apuesta por la innovación, sino una declaración de principios: poner a la persona en el centro, de verdad. Y hacerlo desde la formación y la sensibilización.
¿Qué mensaje lanzaría a quienes dudan si apuntarse a uno de estos talleres?
Que se atrevan a sentir. Que se permitan vivir durante unos minutos las dificultades que atraviesan miles de personas cada día. Y que, a partir de ahí, decidan si quieren seguir cuidando como hasta ahora o dar un paso más en su compromiso con una atención digna y empática.
Esrta recopilación recuerda la relevancia de realizar ejercicios para garantizar un envejecimiento saludable, en todos los ámbitos
AA todos nos pasa que en determinadas ocasiones olvidamos el nombre de un familiar, el nombre de una medicina, una fecha, una tarea por hacer y hasta la cara de alguien que hemos conocido. Y en la medida que pasa el tiempo, los problemas de memoria tienden a empeorar. Esto es una preocupación general, pero la buena noticia es que tenemos herramientas para rejuvenecer nuestro cerebro y retrasar el deterioro cognitivo.
¿Por qué debemos ejercitar la memoria?
Ejercitar la memoria nos ayuda a prevenir el avance de la demencia y del alzhéimer. Nos evita contratiempos en nuestras actividades cotidianas, y cumplir con nuestros compromisos sociales, las citas médicas, las tomas de las medicinas. Tendremos menos posibilidades de que se nos pase un cumpleaños importante.
Conseguiremos más concentración en lo que hacemos, de manera que habrá menos fallas y más aciertos.
Contaremos con una mayor agilidad mental para
resolver problemas, para relacionar ideas, hechos y momentos.
Ayuda a tener una mejor orientación espacial.
Mejora nuestro humor y estados de ánimo.
¿Cómo podemos hacerlo?
Algunos ejercicios sencillos que han sido validados por estudios de prestigiosas universidades británicas como hacer regularmente crucigramas y sudokus.
Aprender un nuevo idioma.
Tocar un instrumento musical.
Memorizar canciones y poemas.
Jugar dominó, a las cartas, rompecabezas y otros juegos de mesa.
Dibujar, pintar y cualquier otra manifestación artística, como la actuación y cantar.
Aprenderse de memoria Don Quijote de la primera a la última letra.
“Esto es broma”, un poco de sentido del humor pero si nos esforzamos en retener pasajes de nuestras novelas y cuentos favoritos, también es de mucha ayuda.
Una vacuna podría convertirse en una herramienta clave para prevenir uno de los mayores desafíos sanitarios y sociales de nuestro tiempo: la demencia. Esa es la hipótesis que están explorando investigadores de todo el mundo en un ambicioso ensayo clínico que estudia si inmunizarse contra el herpes zóster —una enfermedad que afecta a millones de personas mayores cada año— puede reducir el riesgo de desarrollar alzhéimer u otras formas de deterioro cognitivo.
El proyecto, impulsado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos (NIA), está centrado en analizar el efecto de dos vacunas ya autorizadas y disponibles en España: Zostavax, una vacuna viva atenuada, y Shingrix, una vacuna recombinante que se administra en dos dosis. Más de 20.000 personas participan en este
ensayo, que podría marcar un antes y un después en la prevención de enfermedades neurodegenerativas.
Aunque todavía no hay resultados concluyentes, estudios observacionales previos han sugerido que las personas vacunadas contra el herpes zóster presentan una menor incidencia de demencia. Sin embargo, hasta ahora no se había llevado a cabo una investigación con metodología experimental y seguimiento prolongado que pudiera confirmar esta posible relación de causa y efecto.
El virus varicela-zóster, responsable tanto de la varicela en la infancia como del herpes zóster en adultos mayores, permanece latente en el cuerpo durante años y puede reactivarse con el envejecimiento, provocando dolorosas erupciones cutáneas e incluso complicaciones neurológicas. Esta nueva investigación pretende esclarecer si esta
reactivación del virus también podría estar vinculada con procesos inflamatorios o degenerativos en el cerebro que favorecen la aparición de demencia.
La dimensión del problema es enorme. Solo en España, más de 800.000 personas viven con algún tipo de demencia, y se estima que esta cifra se duplicará en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población. En Canarias, el impacto de estas enfermedades se agrava por las dificultades de acceso a recursos especializados en algunas islas, lo que hace aún más urgente explorar vías de prevención eficaces y accesibles.
El estudio, conocido como Zoster Eye Disease Study (ZEDS), no solo busca medir la eficacia de las vacunas en la prevención de la enfermedad, sino también evaluar su seguridad, los posibles beneficios cognitivos a largo plazo y
cómo podrían incorporarse a los programas de vacunación sistemática en mayores. Para los especialistas, este tipo de investigaciones abre la puerta a un nuevo enfoque en la lucha contra la demencia: actuar desde la prevención, incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas. “Si conseguimos demostrar que una simple vacuna puede reducir el riesgo de alzhéimer, estaríamos ante un avance sin precedentes en salud pública”, han señalado fuentes médicas.
Desde Canarias Social, medios, profesionales y ciudadanía seguimos con atención este tipo de avances que pueden tener un efecto transformador en la vida de miles de familias.
Porque cada paso en la investigación biomédica es también un paso hacia una sociedad más justa, que cuida, protege y acompaña a sus personas mayores.
POR MAGH
Cuando transcribimos esta entrevista, 26 de marzo, Fidela está de cumpleaños. 88 años de una vida que ha sido como una novela, nos confiesa. Como otras mujeres de su generación, junto a su marido migró a Venezuela, trabajó sin descanso, y un buen día se encontró haciendo maletas para hacer el viaje de regreso. Con la familia agrandada, porque en el equipaje incluyó dos hijos que hoy son artistas, y que, arte aparte, la han hecho una abuela orgullosa.
Cuando llegamos a su casa para esta entrevista, la encontramos “como para ir de fiesta”, como dice la canción. Pero su elegancia no se preparó para las fotos. Su elegancia es cotidiana. Día sí y el otro también. Toma su tiempo para maquillarse, hacerse el moño, escoger los zarcillos, el vestido, la manta o mantilla. “Que a los hombres lo que les gusta son los arreglos, ¿no?”, nos dice con un toque de coquetería. Nos enseñó cada pieza de la casa. Muchos cuadros, muchas flores, mucha decoración y mucho orden. Sin disimular el orgullo, también nos mostró su cuidada colección de zarcillos. Una de sus nietas suele recordarle: “Abuela, ríete, que cuando lo haces eres más guapa”. Y ella se ríe constantemente, a pesar de su queja: “No hay una persona que ha trabajado tanto, que ha sufrido tanto como yo. No lo hay. Mira que lo mío da para llenar una novela. Lo que yo he trabajado en esta vida, no aquí, sino en Venezuela”.
¿A qué edad se fue a Venezuela?
De treinta y pico fue que me fui yo para allá. Y después estuve 15 años. Pero como el otro que dice aquello no era trabajo para nosotros. Era horroroso, el marido gana lo que le pagan, pero tiene que trabajar la mujer con él. Pero a la mujer no le pagan nada. Ni tiene seguro, ni tiene nada. Y metida en esos montes, y mira que yo me fui, como te dices, guapetona, vaya, 30 y pico de años. Cuando yo llegué, ya mi marido tenía trabajo en una granja. Era un poquito lejos, a 5 km del barrio. Eso no era nada más que árboles y árboles y árboles, y carreteras de tierra y curvas y curvas y barrancos y barrancos. Allí me metió a mí, imagínate. Entonces cuando yo desperté en la mañana siguiente, miro para arriba y lo único había allí era el sanatorio de los locos. No había casa en ninguna parte. Me dije: si mi padre supiera donde yo estoy metida, yo creo que me mandaría a buscar. Porque cuando yo me fui para allá, mi padre se fue de mi casa por no verme que me iba del disgusto tan grande, porque mi padre me quería mucho. Allí estuve un mes, lloviendo sin parar, lloviendo. ¿Y la comida? Abajo había pollo, pero él no sabía matar un pollo. Yo no sabía matar un
pollo, y no teníamos nada. Yo solita allá abajo. Los truenos, los rayos, aquello era tremendo, aquello era una guerra. Yo ni lloraba ni le pedía cuenta a mi marido, porque si yo sufría, él tenía que estar sufriendo. Pero como ya él llevaba años en Venezuela, pues ya él pasó de todo cuando yo llegué, entonces no lo extrañaba tanto…
Fidela tenía ocho hermanos, pero era ella quien se encargaba de todo, cuando vivía con sus padres. Tiempos duros de la post guerra. “Para colocar en aquel tiempo 11 platos tres veces al día. Había que pensarlo, porque no había comida”, nos confiesa. También a su madre le tocó enviudar y sacar la familia adelante, contra viento y marea. “Porque estamos en una finca y siempre se sacaba algo, siempre sembraba batata y había viña y todo. Pues ahí sacamos lo que sacamos”. Al crecer Fidela se convirtió en la “Cacica” de la familia, la que se encargaba de buscar
dinero o comida si las provisiones tambaleaban. “Cuando me fui a Venezuela mi madre me dijo: se me van las manos, las piernas de mi casa”.
Entre las confesiones nostálgicas, nos cuenta que su marido era un poco celoso, aunque nunca dudó sobre cuanto la quería. En su última despedida, hace 24 años, le colocó una flor en el pecho.
¿Es importante para ti la profesional de Ayuda a Domicilio que viene a atenderte a través de la Ley de Autonomía Personal y Dependencia?
¡Uy! Te digo, si me la quitan, yo no sé qué haría, no sé qué haría. Ella poco habla. Es una chica tranquila, tranquila. Ella no para en lo que hace, hace demasiado. No quiere perder tiempo, sino desde que llega ya ella sabe lo que tiene que hacer. No quiere perder tiempo. Ella me escucha, pero habla poco.
de los hijos, las de las nietas, que en una composición de fotos de ellas, le escriben a mano: “Abuela, te queremos”. También nos muestra sus muebles, muchos de ellos adoptados cuando sus antiguos dueños se habían cansado de ellos o una repentina mudanza los obligaba a dejarlos atrás.
Me comentabas que tu vida es como una novela. ¿Has pensado escribir un poco sobre esas experiencias?
Estuve escribiéndola, no sé dónde metí el papel. Sí, estuve escribiéndola para que el día en que yo no esté, alguien encontrara el papel y lo leyeran. Voy a buscar por ahí y seguir escribiendo. Toda la historia mía, todo lo que fui cuando soltera, lo que me pasó en Venezuela y la historia de aquí. Todo lo que he visto de la isla, que no me queda nada de la isla que ver, porque mi marido por ese lado sí me llevaba para todos sitios, me sacaba mucho. A él lo que le gustaba era la mar.
¿Y estos cambios que has visto en la isla, en la vida de aquí? ¿Ahora es más fácil?
La vida de hoy está funcionando de una forma que no me gusta.
¿Por qué?
Mira, ahorita tú ves mucho a las personas, y con lo que se están colocando en el cuerpo, ya ni las conoces. Pelo largo, la barba le llegaba aquí, todo pintado.
¿No te gustan los tatuajes, ni el pelo largo?
A mí me gustan los hombres de antes. Son machos en verdad. Los de hoy tú no sabes quién es hombre y quién es mujer.
Lo que no ha cambiado es tu atención a la elegancia. ¿Eso te ayuda estar sana a superar la soledad?
En medio de la conversación, Fidela nos muestra las fotos familiares, las de las bodas
A mí me ayuda mucho no abandonarse, sino mantenerse. Elegancia que siempre he tenido. Eso es lo que yo no quiero perder. Eso es lo que no quiero. Todos los días me arreglo, así como estoy ahorita. Me pongo mi crema todos los días. Yo me levanto, y lo primero que hago es lo mío, el baño. Yo quito la hora, porque bañarme y todo aquello, y yo quito la hora. Eso es verdad. El día que tú me veas ahí de fuera y me veas demacrada, puedes decir: Fidela no está buena.
Ya nos confesó que se sienta en la terraza y llora. Pero esos ataques de tristeza no la derrumban ni la hacen perder el cuidado por su presencia. Nos sorprende cuando le preguntamos cuándo fue la última vez que fue a la peluquería. “Cuando me casé. Yo misma me encargo de hacerlo. Del pelo, de las cejas, de todo. Ya no lo tengo tan largo como antes, que después de bañarme tenía que subir a la azotea para poder secarlo”.
Cuidas tu casa, cuidas las plantas. ¿Las flores te ayudan también a estar bien contigo?
Todo me ayuda. Todo me ayuda.
¿Les pones mucho corazón?
Sí.
Nos despedimos de Fidela, con el pesar de no poder alargar la visita un buen rato más. Compartimos sus biscochos, sus sonrisas, sus bromas. La felicitamos por su cumpleaños, que en China sería muy auspicioso, como diría un creyente, porque el número ocho es el de la suerte para esta gigantesca comunidad asiática. Y un doble ocho, vaya… mucho más. Aunque nos dice que no sabe si lo celebrará, desde aquí le deseamos todo lo mejor en esta nueva vuelta al sol.