Canarias 10 · Junio 2025 Cuidar, avanzar, compartir

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Canarias Social

“Mientras pueda, quiero seguir en la atención directa, porque es ahí donde siento la verdadera
” Isabel Herrera Díaz,

Canarias, España y el reto global del envejecimiento

El paso del tiempo no es un problema. Es un privilegio. Sin embargo, lo que debería ser motivo de celebración se convierte, demasiadas veces, en un desafío que la sociedad afronta sin la mirada serena ni la planificación suficiente. Canarias, como el resto de España, ya vive plenamente esta transformación demográfica. Más de uno de cada cinco canarios ha superado los 65 años. Tras esas cifras, hay personas. Trayectorias únicas. Historias llenas de sentido.

En este escenario, el archipiélago ha iniciado la reforma de su Ley de Participación de las Personas Mayores. No se trata sólo de ajustar una norma jurídica, sino de otorgar verdadero protagonismo a quienes durante décadas han sostenido la vida colectiva. Escuchar su voz, reconocer su experiencia y permitir que tomen parte activa en las decisiones que afectan a su bienestar es una cuestión de dignidad, no de cortesía.

Pero este reconocimiento exige algo más que palabras. Requiere manos preparadas, conocimiento especializado, redes de apoyo estables. España necesitará sumar 261.000 nuevos profesionales de aquí a 2030 para acompañar a quienes requieran cuidados en sus hogares. Gerocultores, enfermeras, terapeutas ocupacionales, psicólogos, médicos

especialistas, trabajadores sociales… cada uno de ellos imprescindible para construir un modelo que no abandone a quien más lo necesita.

Mientras tanto, las iniciativas que buscan aprender de otras culturas aportan una valiosa luz. Grupo M, ha viajado recientemente a Japón para conocer uno de los sistemas más evolucionados en la atención integral a personas mayores. Allí, donde casi un tercio de la población ha alcanzado la vejez, los cuidados se organizan desde la profesionalidad, la tecnología y, sobre todo, desde el respeto profundo a cada individuo. No son modelos exportables al detalle, pero sí ofrecen enseñanzas universales: cuidar bien es siempre una inversión en humanidad.

Combatir el edadismo —ese prejuicio silencioso que margina en función de los años— es también dignificar a quienes acompañan. Reconocer que cuidar es construir sociedad. Que atender no es una carga, sino un acto de justicia. Que invertir en formación y en estructuras flexibles es apostar por un presente decente y un futuro más justo.

Envejecer no es una amenaza. Es una posibilidad. La pregunta es si como sociedad sabremos acompañar esa posibilidad con los recursos, el respeto y la ternura que merece.

Las mujeres rurales de Canarias impulsan el envejecimiento activo

La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) desarrolla en Canarias el programa “Cuidándonos para un envejecimiento activo”, centrado en la mejora de la calidad de vida de las personas mayores de 65 años del ámbito rural. La iniciativa propone talleres prácticos, formación, prevención y espacios de participación, con el objetivo de favorecer un envejecimiento activo, saludable y con plena autonomía. Especialistas en geriatría, comunicación y participación social colaboran en la elaboración de los materiales informativos. Pero, además, son las propias personas mayores quienes,

Emediante una metodología participativa, asumen un papel activo en el diseño y desarrollo de los contenidos, convirtiéndose en protagonistas del proceso.

El programa busca potenciar la autonomía y la toma de decisiones de las personas mayores en todos los ámbitos, así como reforzar la formación de profesionales, familiares y cuidadores para afrontar los retos del envejecimiento con mejores herramientas. Fademur subraya la necesidad de acompañar estos procesos, especialmente en el medio rural, donde el acceso a recursos puede ser más limita-

ste boletín es de propiedad de toda la sociedad Canaria. Una herramienta informativa para crecer como personas y hacer llegar los conocimientos del sector social al mayor número de personas. Todos podemos ayudar para que sea cada día mejor. Una manera de hacerlo es hacernos llegar tus opiniones, sugerencias, críticas, preguntas, dudas… Y si te sale mandarnos un chiste o un poema, también vale. Sólo tienes que abrir tu correo electrónico y colocar la siguiente dirección: info@grupomservicios.es

¿Te

do. Dentro de los talleres ofertados, se abordan temas como el envejecimiento activo como proceso natural, la alimentación saludable, la prevención de accidentes en el hogar, el manejo de situaciones de emergencia, la soledad y el bienestar emocional. Además, propuestas como “Recetas para no olvidar” conectan la salud cognitiva con el patrimonio cultural y gastronómico de los territorios rurales.

Las personas interesadas pueden solicitar más información a través del correo electrónico canariasenvejeciendobien@ fademur.es o del teléfono 644 611 514.

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Más de 3.000 canarios y canarias leen ya este boletín, en tan sólo cinco meses.

AGENDA 1

‘Pinocheras

y Pinocheros’

HASTA 17.JUNIO.25

Casa de la cultura ‘Carlos Alonso’, La Esperanza

La muestra ‘Profesiones en el olvido: Pinocheras y Pinocheros’ abre sus puertas en La Esperanza y permanece abierta hasta el 17 de junio de 2025. La exposición recuerda el esfuerzo de quienes recolectan pinocha, hojas secas de pino utilizadas durante décadas como material esencial para el ganado, la construcción y otros oficios rurales.

A través de fotografías, objetos y testimonios, el recorrido expositivo permite conocer el trabajo diario de las pinocheras y pinocheros, personas que durante generaciones desempeñaron una labor fundamental en el aprovechamiento sostenible de los recursos del monte. La muestra pone en valor su aportación económica, social y cultural, rescatando la memoria de un oficio que desaparece pero que deja huella en la historia de la comarca.

El ve stir popular y la roseta

de Tener ife

HASTA 29.JUNIO.25

Convento Franciscano San Luis Obispo,+ Granadilla

La exposición sobre vestimenta popular, ubicada en el salón de actos del convento, ofrece un recorrido visual y documental por las prendas tradicionales utilizadas por las clases populares de la isla, desde finales del siglo XIX hasta las décadas de 1950 y 1960. A través de paneles informativos y piezas destacadas, se pone en valor la evolución de la indumentaria y sus vínculos con el contexto social y cultural de la época.

Por su parte, la sección dedicada a la roseta, una técnica artesanal textil única en Canarias, pone de relieve su historia, tradición y expansión. Este saber hacer, transmitido de generación en generación, tuvo especial arraigo en municipios como Vilaflor, San Miguel de Abona, Granadilla, Arona, La Orotava o La Laguna. Además, gracias a la emigración, la roseta cruzó fronteras y hoy sigue viva en países como Argentina, Venezuela, México, Estados Unidos o Croacia, entre otros.

Aprender de Japón

Mientras Japón afronta el reto del envejecimiento desde hace décadas, su experiencia ofrece lecciones valiosas para otros territorios que, como Canarias, comienzan ya a vivir el impacto de una población cada vez más longeva, con perfiles de dependencia creciente y necesidades cada vez más complejas. Bajo esta premisa, Grupo M Servicios Integrales Sociales de Canarias ha participado en el reciente viaje geroasistencial organizado a Japón, analizando de primera mano el funcionamiento del Kaigo Hoken, el sistema de cuidados de larga duración implantado en el país asiático desde el año 2000.

Durante la visita, uno de los momentos clave fue la sesión formativa impartida por Mónica Mizuno, profesional con más de 15 años de experiencia directa en centros japoneses de atención a personas mayores. Su exposición detalló un modelo basado en tres grandes pilares: apoyo a la independencia, cobertura financiera estructurada y garantía de calidad profesional, todo ello

articulado alrededor de planes personalizados de atención gestionados por los denominados care managers.

«Lo que buscamos no es solo cuidar, sino que las personas puedan seguir sintiéndose personas», expresó Mizuno, resumiendo la esencia de un sistema que prioriza la dignidad, la autonomía y la integración social en todas las fases del envejecimiento.

Para José Manuel Guzmán, CEO de Grupo M, la experiencia japonesa aporta elementos clave que deberían ser objeto de análisis en el marco canario: «Lo que hemos visto en Japón es una estructura profesional consolidada, con procesos ágiles de valoración y planes de atención individualizados que responden rápido a las necesidades de cada persona. Nosotros trabajamos en Canarias desde ese mismo enfoque de personalización, profesionalización y cercanía, pero necesitamos reforzar estructuras y dotaciones para anticipar el crecimiento de la demanda que ya estamos viviendo.»

El Kaigo Hoken japonés se sostiene mediante un sistema de financiación

público-privado con aportaciones obligatorias desde los 40 años. Cuando la persona necesita cuidados, el Estado asume el 90% del coste de los servicios, dejando el 10% restante a cargo del usuario, con ajustes según nivel de renta. Pero más allá de la financiación, el sistema destaca por su variedad de recursos: desde la atención domiciliaria —con servicios de asistencia personal, enfermería, entrega de comidas o adaptación del hogar— hasta pequeños centros de día, rehabilitación, unidades de convivencia para personas con demencia (Group Homes) o estancias temporales de respiro.

Para Isbel Medina, directora territorial de Grupo M Servicios Integrales Sociales de Canarias, uno de los aspectos más inspiradores es precisamente esa capacidad de integrar comunidad y servicios profesionales de manera natural: «En Japón la implicación de toda la sociedad es evidente: vecinos, comercios, transportes, universidades… todos participan en programas de sensibilización sobre demencia, todos saben cómo actuar. Esa cultura de los cuidados colectivos es un camino que Canarias debe explorar también, acompañando la necesaria mejora de los recursos asistenciales.»

El modelo japonés permite, además, una rápida respuesta administrativa: desde que se solicita la valoración de dependencia hasta que se activa el plan de cuidados, el proceso suele completarse en un plazo máximo de un mes. Un contraste importante con los plazos habituales de los sistemas europeos, donde los procedimientos pueden dilatarse durante meses, generando angustia en las familias.

El desafío profesional, un reto compartido

A pesar de su avanzado desarrollo, Japón comparte con España y Canarias una dificultad estructural: la falta de personal suficiente para cubrir la creciente demanda de cuidados. Los salarios ajustados, las exigencias físicas del trabajo y la necesidad constante de formación especializada hacen que captar y retener talento siga siendo uno de los grandes retos del sector.

En este sentido, José Manuel Guzmán insiste en el papel determinante de los profesionales:

«Por encima de cualquier modelo está siempre el equipo humano. Necesitamos atraer personas formadas, crear itinerarios profesionales sólidos, dignificar la figura del cuidador y dotarles de estabilidad. Son ellos quienes sostienen el sistema cada día.»

El viaje de Grupo M a Japón se enmarca en la línea de formación e innovación permanente que la entidad mantiene como eje estratégico. A juicio de Isbel Medina, la reflexión es clara: «No se trata de copiar modelos, sino de aprender qué principios pueden inspirar nuestro propio camino. Canarias no puede esperar. El envejecimiento ya está aquí. Necesitamos un sistema de cuidados flexible, profesional y profundamente humano, donde las personas mayores sigan siendo protagonistas de su vida.»

Desde Grupo M Servicios Integrales Sociales de Canarias subrayan que los próximos años serán determinantes para definir el modelo de cuidados en el Archipiélago. Las lecciones del Kaigo Hoken japonés aportan ejemplos reales de que es posible construir sistemas sólidos, planificados y centrados en las personas, siempre que haya visión de futuro, compromiso político y voluntad social.

Canarias inicia la reforma de la ley de participación de mayores para adaptarla a los nuevos modelos de envejecimiento

El Gobierno de Canarias ha iniciado el proceso de reforma de la Ley de Participación de las Personas Mayores y de la Solidaridad entre Generaciones, aprobada en 1996, con el objetivo de adaptar su contenido, lenguaje y estructura a los nuevos modelos de envejecimiento y al marco de derechos vigente. La normativa actual, tras casi

treinta años en vigor, presenta un notable desfase respecto a la realidad social actual y al desarrollo de los derechos de las personas mayores.

Entre las expresiones todavía presentes en el texto legal figuran términos como “personas mayores incapacitadas”, “tutela legal general”, formulaciones

que, según la Consejería de Bienestar Social, resultan obsoletas y no reflejan ni el enfoque actual basado en los derechos humanos ni la evolución de la propia concepción del envejecimiento. Además, la ley fija los 60 años como único criterio para definir a las personas mayores, sin atender a la diversidad de situaciones personales, funcionales y

sociales que caracterizan esta etapa de la vida. La directora general de Mayores y Participación Activa, Verónica Meseguer, ha subrayado que la reforma busca modernizar la norma y reconocer la realidad heterogénea de las personas mayores en Canarias. «Esta reforma no borra lo anterior: lo respeta y lo mejora. Queremos que Canarias tenga una ley moderna, con enfoque de derechos, que esté a la altura de las personas mayores de nuestras islas», ha afirmado.

Entre los principales ejes de la reforma figuran el reconocimiento expreso de derechos como la autonomía personal, la capacidad jurídica con apoyos, el derecho a residir en el entorno habitual, la participación activa en la vida social y comunitaria, el acceso a una atención sanitaria integral, la inclusión digital y la protección frente a situaciones de soledad no deseada. La reforma también contempla la incorporación de mecanismos de seguimiento, evaluación e inspección pública que permitan garantizar el cumplimiento efectivo de los derechos reconocidos, mediante indicadores específicos, un observatorio autonómico de mayores y un régimen sancionador.

El proyecto, además, prevé la modernización del actual Consejo Canario de las Personas Mayores, que asumirá nuevas funciones adaptadas al enfoque participativo y garantista que inspira la reforma. «El objetivo es claro: proteger, reconocer y dar herramientas reales a nuestras personas mayores para que sigan decidiendo sobre sus vidas y participando plenamente en la sociedad. Queremos una ley útil, justa y transformadora», ha añadido Meseguer.

Con esta iniciativa, Canarias se suma al proceso de revisión legislativa que en los últimos años se viene impulsando en distintas comunidades autónomas y a nivel estatal para adecuar los marcos normativos al envejecimiento activo, a los nuevos paradigmas de autonomía y capacidad jurídica y a las recomendaciones de organismos internacionales en materia de derechos de las personas mayores.

Más

de 3.000 mayores participan en los actos del Día de Canarias organizados en todas las islas

La Dirección General de Mayores y Participación Activa del Gobierno de Canarias ha reunido a más de 3.000 personas mayores en los distintos actos organizados durante el mes de mayo con motivo de la celebración del Día de Canarias. La iniciativa, impulsada desde la Consejería de Bienestar Social, ha permitido el desarrollo de siete grandes encuentros en diversas islas, en los que la cultura, la convivencia y el sentido de pertenencia han ocupado un papel central.

A través de estas actividades, el Gobierno de Canarias ha querido visibilizar el papel activo y esencial de las personas mayores en la vida social y cultural del Archipiélago. «No solo celebramos nuestras tradiciones; visibilizamos a nuestros mayores como el alma de Canarias y un pilar fundamental de nuestra identidad colectiva», ha destacado la directora general de Mayores y Participación Activa, Verónica Meseguer. Los encuentros, concebidos como espacios de participación plena, han servido además para reforzar los lazos comunitarios y promover el intercambio intergeneracional.

Uno de los actos más significativos tuvo lugar en Fuerteventura, donde el pasado 27 de mayo más de 300 personas mayores, procedentes de todos los municipios de la isla, se congregaron en Puerto del Rosario. La jornada incluyó actuaciones de música tradicional canaria, degustaciones

de gastronomía típica, talleres culturales y actividades compartidas entre mayores, familiares, jóvenes y profesionales de los recursos sociosanitarios. Esta dimensión intergeneracional ha sido uno de los elementos distintivos de los encuentros, facilitando el diálogo entre generaciones y la transmisión de valores culturales.

La organización de estos actos ha contado con la implicación activa de los ayuntamientos, los cabildos insulares y el personal técnico de los 24 centros de día repartidos por el Archipiélago, que han participado tanto en la preparación como en el desarrollo de las actividades. La programación se enmarca dentro de las líneas estratégicas de la Dirección General, orientadas a impulsar el envejecimiento activo, favorecer la participación social en todas sus formas y combatir el edadismo como uno de los principales retos sociales ligados al envejecimiento demográfico.

Desde el Gobierno de Canarias se subraya el compromiso de seguir impulsando políticas públicas que sitúen a las personas mayores en el centro de la acción social, favoreciendo su autonomía, dignidad y protagonismo en la vida comunitaria. «Seguiremos trabajando por una Canarias donde envejecer sea una oportunidad para seguir viviendo plenamente, con dignidad y protagonismo», ha afirmado Meseguer.

España necesitará 261.000 cuidadores adicionales de aquí

a 2030 para atender a mayores a domicilio

España, y por extensión Canarias, afrontan un desafío de gran envergadura en materia de cuidados de larga duración que irá intensificándose de forma acelerada en los próximos cinco años. Según las proyecciones del Ministerio de Derechos Sociales, el país necesitará incorporar alrededor de 261.000 nuevos cuidadores —mayoritariamente cuidadoras— para atender a personas mayores en el ámbito domiciliario antes de 2030. En términos absolutos, esto supone pasar de los aproximadamente 500.000 profesionales actuales a unos 760.000, lo que representa un incremento superior al 53% en apenas un lustro.

Las causas que explican este fuerte crecimiento de la demanda son múltiples, pero responden, fundamentalmente, a dos grandes factores estructurales. Por un lado, el progresivo envejecimiento de la población, fruto del aumento de la esperanza de vida, está generando una mayor

necesidad de apoyos prolongados en el tiempo. A 2024, la esperanza de vida en España alcanza los 84 años, la cifra más alta de la Unión Europea, aunque en el caso de Canarias se sitúa algo por debajo, en los 81,8 años. Este incremento de la longevidad no siempre va acompañado de buena salud, dando lugar a una mayor prevalencia de personas pluripatológicas y en situación de dependencia en las etapas finales de la vida.

Por otro lado, las limitaciones estructurales del sistema residencial, tanto público como privado, están empujando a un número creciente de familias a optar por los cuidados domiciliarios. En Canarias, la escasez de plazas en residencias de mayores constituye desde hace años un problema especialmente sensible, que condiciona la organización de los cuidados familiares y multiplica la demanda de personal especializado para la atención en los hogares.

El perfil de estas cuidadoras —mayoritariamente mujeres— responde a un segmento profesional que, a pesar de su creciente importancia social y económica, continúa presentando importantes retos laborales comenzando por le reconocimiento social y por la financiación digna que deben tener como marca la Ley de Dependencia. Todo ello en un contexto de cuidados de elevada complejidad, que en muchos casos requiere habilidades técnicas, sanitarias, psicosociales y de acompañamiento emocional.

El desafío que plantean estas cifras trasciende el ámbito de los servicios sociales y se sitúa ya como uno de los grandes debates demográficos, laborales y de cohesión social a corto y medio plazo. Los expertos coinciden en la necesidad de planificar con antelación una estrategia integral de cuidados que combine la ampliación y modernización del sistema residencial, el fortalecimiento de los

José Manuel Guzmán, CEO de Grupo M Servicios Sociales Integrados de Canarias:
«El verdadero pilar del sistema son los profesionales que cada día cuidan, atienden y acompañan a nuestros mayores. Su formación y estabilidad son claves para un modelo de atención de calidad».

servicios domiciliarios y la dignificación de las condiciones laborales y formativas de quienes ejercen esta tarea esencial.

En territorios como Canarias, donde la presión asistencial es creciente y la dispersión geográfica añade complejidad, el reto es aún mayor. La respuesta —apuntan desde el sector— pasa por políticas públicas sostenidas, coordinación interadministrativa y el reconocimiento del cuidado como un pilar central del Estado de bienestar del siglo XXI.

El fuerte incremento de necesidades de personal cuidador que se proyecta a nivel nacional tiene una traslación directa en la realidad diaria de entidades como GRUPO M Servicios Sociales Integrados de Canarias, donde ya se perciben los efectos de este cambio demográfico en la prestación de servicios de atención profesional a personas mayores.

La combinación de esperanza de vida elevada, aumento de las situaciones

de dependencia y carencia de recursos residenciales suficientes está generando un crecimiento sostenido de la demanda, tanto en el ámbito domiciliario como en los centros de atención.

No se trata únicamente de incorporar más personal: los perfiles profesionales que requiere el nuevo modelo de cuidados exigen formación continua, competencias específicas, capacidad de acompañamiento emocional y habilidades técnicas adaptadas a la complejidad clínica de los usuarios.

Desde GRUPO M Servicios Integrales Sociales de Canarias se subraya que este escenario no es una proyección a futuro, sino una realidad que ya obliga a planificar a medio y largo plazo. El reto es garantizar tanto la cobertura asistencial como la calidad del modelo de atención, manteniendo siempre como eje central la dignidad, autonomía y bienestar de las personas mayores. «Estamos hablando

de un trabajo altamente especializado, que requiere profesionales formados, comprometidos y capaces de acompañar procesos de dependencia cada vez más complejos», señala José Manuel Guzmán, CEO de GRUPO M Servicios Integrales Sociales de Canarias.

«El verdadero pilar del sistema son las personas que cada día cuidan, atienden y acompañan a nuestros mayores. Reconocer su labor, ofrecerles estabilidad, formación continua y condiciones laborales adecuadas es imprescindible si queremos sostener un modelo de atención de calidad y profundamente humano.» La experiencia de GRUPO M Servicios Integrales Sociales de Canarias en el ámbito de los cuidados profesionales en el Archipiélago refuerza la necesidad de seguir impulsando políticas públicas sólidas, planificación de recursos humanos y reconocimiento profesional de quienes sostienen cada día el sistema de atención a las personas mayores.

I“Me siento más útil cuando atiendo directamente a la persona”

sabel dejó Caracas hace más de una década, siguiendo el rumbo que la vida le marcaba. Hija de canarios, su historia resume la de tantos venezolanos obligados a emigrar por la crisis de su país. En Tenerife ha construido su presente, y desde hace cuatro años forma parte de Grupo M, donde ha encontrado, además de un empleo, una nueva vocación: el cuidado de personas mayores. En esta entrevista repasa su proceso de reinvención, el valor de la creatividad en su trabajo diario y cómo ha logrado transformar su formación artística en una herramienta de apoyo y conexión emocional con los usuarios.

¿Cómo comienza tu camino hasta llegar aquí, a Tenerife y a Grupo M?

Tuve que reinventarme. Emigré por mis padres, para traerlos desde Venezuela y ofrecerles una mejor calidad de vida, siendo canarios. Y aquí estamos. Como a todo migrante, lo más difícil fue adaptarse y encontrar trabajo. Primero pasé un tiempo homologando mis estudios, soy Licenciada en Arte, pero la convalidación no me permitió avanzar demasiado. Entonces hice un taller de atención sociosanitaria. Ya tenía experiencia cuidando de mis padres, así que realicé el curso en la Oficina de Empleo para obtener el certificado de auxiliar en atención a personas dependientes. Me certifiqué y envié currículums a muchas empresas. A la semana, Grupo M me llamó y desde entonces sigo aquí.

¿Cuáles fueron los principales retos al emigrar y reconvertirte profesionalmente?

El primer desafío fue la homologación académica, que al final no me abrió demasiadas puertas. Tuve que buscar una alternativa, adaptarme al mercado laboral de aquí y capacitarme en un ámbito

totalmente nuevo, aunque mi experiencia personal cuidando de mis padres me ayudó a dar el paso.

¿En qué medida te ha resultado útil tu formación universitaria en tu trabajo diario en la atención a personas mayores?

Muchísimo. Hoy, por ejemplo, al trabajar con el TrajeMax -realizamos la entrevista en el marco de las jornadas con Stephan Biel en Santa Cruz de Tenerife en Mayo-, me sentí especialmente cómoda usando los colores. En Caracas daba clases de Educación Artística e Historia del Arte a estudiantes de Bachillerato. Siempre me ha fascinado el color. Y ahora aplico todas esas herramientas artísticas —el dibujo, el canto, la creatividad— para conectar con las personas, especialmente con quienes tienen deterioro cognitivo.

El trabajo con personas en situación de dependencia exige mucha creatividad y paciencia. ¿Cómo afrontas ese reto cada día?

Muchísima creatividad y paciencia. No hay dos personas iguales, cada usuario requiere una atención adaptada. Cuando te formas, te enseñan un patrón, pero luego debes personalizarlo según cada caso. Puedes hacer tareas similares en distintos domicilios, pero de forma completamente distinta según quién sea la persona. La creatividad es clave para ajustar cada intervención. Si te riges solo por la teoría, tratarías a todos igual, y no funciona así.

Tengo el caso de una usuaria con un deterioro cognitivo importante. Camina, pero a veces se detiene en seco y no da un paso más, aunque la silla de ruedas esté a solo cuatro metros. No puedo soltarla y me quedo atrapada en mitad del trayecto. Entonces le canto. Y hay una canción en particular que siempre funciona: ‘La vaca mariposa’ de Simón Díaz. Empiezo

a cantarla, y en cuanto la escucha, vuelve a caminar. Es como una llave que abre el camino hacia el lugar seguro.

¿Adaptar las rutinas a cada usuario es una de las claves del trabajo?

Totalmente. Lo que sirve con uno puede no servir con otro. Por eso es tan importante observar, escuchar y adaptar cada intervención. Es un trabajo muy dinámico, donde cada día es distinto.

Después de estos años de experiencia y adaptación, ¿cómo valoras tu trayectoria en este ámbito?

Me siento bien. Al llegar, me inscribí en la Oficina de Empleo y tenía que presentarme cada tres meses. Siempre les decía: “Yo lo que quiero es trabajar”. Por mis padres tengo nacionalidad española desde 1990, lo que me facilitó emigrar, pero mi prioridad era cotizar. Busqué una vejez digna para mis padres y quiero también asegurarme una para mí. Trabajar y cotizar es la única manera. He hecho un gran trabajo mental de adaptación y eso me permite hoy sentirme satisfecha y contenta.

Decías que buscas una estabilidad pensando en el futuro. ¿Este trabajo te permite proyectar esa seguridad que buscas?

Sí, porque me permite cotizar, tener un presente y planificar un futuro. Sé que cada año de trabajo suma para mi tranquilidad el día de mañana.

De todas las tareas que realizas, ¿con cuál te sientes más realizada?

En atención domiciliaria realizas infinidad de tareas, pero siempre digo a mis compañeras que prefiero el contacto directo con la persona. Me encanta cocinar—, pero me siento más útil cuando atiendo al usuario. Mientras pueda, quiero seguir en la atención directa, porque es ahí donde siento la verdadera satisfacción.

M

El calor puede afectar a la salud, pero es fácil prevenir los riesgos

Con la llegada del verano, las temperaturas suben y es necesario tomar algunas precauciones. El calor puede afectar más a las personas mayores, pero siguiendo unos sencillos consejos es posible disfrutar de los meses cálidos con salud y sin sobresaltos. A continuación, le ofrecemos algunas recomendaciones prácticas para cuidarse en los días de más calor.

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Use ropa cómoda, fresca y de colores claros

Elija prendas de tejidos naturales, como el algodón o el lino, que permiten que el cuerpo transpire mejor. La ropa debe ser holgada y ligera. Los colores claros reflejan el sol y evitan que se acumule el calor en el cuerpo. Si sale a la calle, póngase un sombrero de ala ancha o una gorra, y proteja sus ojos con gafas de sol homologadas.

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Evite salir a la calle en las horas de más calor

Las horas centrales del día, entre las 12 del medio-

Beba agua a menudo, aunque no tenga sed Con la edad, es normal que la sensación de sed disminuya. Por eso, es muy importante beber agua varias veces al día, aunque no sienta la necesidad. Lo ideal es beber al menos entre 6 y 8 vasos diarios. Las infusiones frías, los caldos suaves o las frutas ricas en agua (como la sandía o el melón) también ayudan. Evite el alcohol, las bebidas con cafeína (como café, té fuerte o refrescos de cola) y las bebidas azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.

día y las 6 de la tarde, son las más peligrosas. Si tiene que salir, hágalo a primera hora de la mañana o al caer la tarde, cuando la temperatura es más baja. Busque siempre la sombra y camine despacio. Si tiene que hacer recados, planifíquelos a primera hora.

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Mantenga su casa fresca y ventilada

Aproveche las primeras horas del día y la noche para ventilar bien la casa, abriendo ventanas para que circule el aire. Durante el día, mantenga persianas, cortinas o toldos cerrados, especialmente en las habitaciones que dan al sol. Si dispone de ventilador o aire acondicionado, úselos moderadamente. No es necesario que la casa esté muy fría: una temperatura entre 24 y 26 grados es suficiente y saludable.

5Realice ejercicio suave, pero en los momentos adecuados

Pasear o realizar actividad física ligera es saludable, pero siempre a horas frescas, como al amanecer o al atardecer. Evite caminar cuando hace más calor y deténgase siempre que lo necesite. Lleve agua con usted si sale a caminar.

6Coma de forma ligera y saludable

En verano conviene hacer comidas más ligeras y repartidas a lo largo del día. Las frutas, verduras, ensaladas, pescados y yogures son alimentos frescos, fáciles de digerir y que aportan vitaminas y minerales. Evite comidas muy abundantes, fritos o platos pesados que puedan dificultar la digestión y aumentar la sensación de malestar con el calor.

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Revise su medicación con su médico o farmacéutico

Algunos medicamentos pueden favorecer la pérdida de líquidos o afectar a la presión arterial en los días de mucho calor. Es conveniente que su médico revise su medicación habitual al comenzar el verano y le indique si es necesario ajustar alguna dosis durante los periodos de altas temperaturas.

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Esté atento a los primeros síntomas de golpe de calor

Preste atención a signos como cansancio repentino, debilidad, mareos, dolor de cabeza, calambres musculares,

piel seca o enrojecida, confusión o sensación de desmayo. Si nota alguno de estos síntomas, busque un lugar fresco, repose, beba agua y avise a un familiar o profesional sanitario. No espere a que los síntomas empeoren.

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Mantenga el contacto con familiares, vecinos o profesionales

En los días más calurosos, es recomendable no quedarse aislado. Hable con su familia, vecinos o cuidadores de forma regular. Si vive solo, mantenga siempre el teléfono cerca y asegúrese de que alguien sepa cómo se encuentra cada día.

“Durante los meses de verano, las personas mayores deben tener especial cuidado con el calor.

El organismo puede tener más dificultad para adaptarse a las altas temperaturas y, por eso, es importante seguir algunos hábitos sencillos que nos ayudarán a sentirse bien y a prevenir problemas de salud”.

La nueva edición del Imserso ajusta precios y condiciones

El programa, que cada año permite a miles de jubilados viajar con precios subvencionados, presenta novedades significativas en su edición de 2025, incluyendo plazas con tarifas de 50 euros para quienes tienen pensiones más bajas.

Reparto de plazas

El esquema general del programa mantiene su estructura en tres grandes bloques. La mayor parte de las plazas corresponde a los viajes a la costa peninsular, donde se ofertarán cerca de 450.000 plazas, con un presupuesto superior a los 32 millones de euros. Los viajes a los destinos insulares (Baleares y Canarias) contarán con unas 230.000 plazas, con un presupuesto de 24 millones de euros. Finalmente, el bloque de escapadas y desti-

nos europeos ofrecerá alrededor de 210.000 plazas, con casi 13 millones de euros de asignación presupuestaria.

En cuanto a la adjudicación de los contratos, este año los operadores solo podrán gestionar como máximo dos de los tres bloques. Además, se establece que los lotes de costa peninsular e islas no podrán ser gestionados por la misma empresa, con el fin de favorecer un mayor equilibrio entre adjudicatarios.

Viajar con mascotas P

or primera vez en la historia del programa, el Imserso permitirá que los mayores puedan viajar acompañados de sus mascotas. Se reserva hasta un 2% de las plazas en los destinos de costa peninsular e insular para aquellas personas que deseen desplazarse con animales de compañía, con un límite de 10 kilogramos de peso, incluido el transportín. Para acceder a esta modalidad, los animales deberán contar con el pasaporte veterinario actualizado, las vacunas correspondientes y permanecerán en las habitaciones bajo supervisión, dentro de su transportín. Esta medida responde a una reivindicación histórica de muchos usuarios del programa, para quienes la compañía de sus mascotas resulta esencial tanto desde el punto de vista afectivo como de bienestar emocional.

Tarifa plana de 50 euros

Una de las principales novedades de esta edición es la incorporación de una tarifa plana de 50 euros para pensionistas con menores ingresos. Esta modalidad permitirá que más de 7.000 plazas sean ocupadas por personas con pensiones equivalentes o inferiores a la pensión no contributiva, asumiendo el Imserso el coste restante del viaje. Po r otro lado,

el organismo mantiene el complemento anual de 525 euros dirigido a pensionistas que perciben pensiones no contributivas de jubilación o invalidez y que residen en régimen de alquiler, siempre que no dispongan de vivienda en propiedad ni vínculo familiar o de convivencia con el arrendador. Esta ayuda económica, vigente desde 2012, solo puede ser concedida a una persona por unidad familiar.

Mejoras de calidad y lucha contra la estacionalidad

El nuevo pliego de condiciones pone el acento también en la calidad de los servicios y la sostenibilidad del programa. Los adjudicatarios estarán sometidos a controles más exigentes, se endurecen las sanciones por incumplimientos y se refuerza el presupuesto destinado a garantizar mejores alojamientos y servicios complementarios. Los hoteles deberán contar, como mínimo, con tres estrellas, y ofrecer programas de animación, actividades de ocio y materiales informativos sobre envejecimiento activo y prevención del maltrato. En materia de distribución temporal, el Imserso continúa trabajando en la desestacionalización del turismo social, de modo que al menos un 36% de las plazas se repartan a lo largo de los diferentes meses de la campaña, evitando así la concentración exclusiva en temporada alta. Además, los viajes programados en los meses de mayor demanda contemplarán un suplemento adicional de 100 euros por usuario.

Con todas estas novedades, el programa refuerza su papel como herramienta fundamental de cohesión social, bienestar y envejecimiento activo para cientos de miles de personas mayores en España.

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Canarias 10 · Junio 2025 Cuidar, avanzar, compartir by María Esther Duque Martín - Issuu