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Hablar de bienestar en el ámbito laboral ya no es un lujo ni una tendencia, sino una necesidad estructural. Las personas quieren y merecen trabajar en entornos donde puedan sentirse escuchadas, comprendidas y valoradas. Ya no basta con salarios competitivos o espacios de trabajo estéticamente agradables, pues lo que da sustento a una cultura organizacional sana y resiliente es la calidad de los vínculos que se construyen con cada interacción.

Aquí es donde entra en juego la comunicación, no solo como habilidad, también como acto consciente de conexión. La forma en que nos expresamos, escuchamos, interpretamos y respondemos define la calidad de nuestras relaciones laborales. Técnicas como la escucha activa, el feedback empático y el lenguaje corporal coherente no son meras herramientas “blandas” del mundo empresarial. Son mecanismos de transformación cultural que hacen que una empresa pase de ser un ente jerárquico y autori-

EL PODER DEL “NOSOTROS”

tario a convertirse en un organismo vivo que aprende, se adapta y evoluciona desde el respeto.

Trabajar en equipo no significa simplemente compartir tareas: implica reconocer la interdependencia, celebrar la diversidad, hablar en público apropiadamente, respetar los ritmos individuales y saber sostenernos en los momentos de desafío. Un equipo que funciona bien es aquel que no se rompe ante el conflicto, pues lo transita como una oportunidad de evolución colectiva; y eso solo es posible si hemos cultivado canales sólidos de comunicación.

EL ÉXITO RECONOCE LA IMPORTANCIA DE CADA

MIEMBRO DEL EQUIPO, CREANDO ENTORNOS LABORALES DONDE EL BIENESTAR COLECTIVO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO SON PRIORITARIOS.

MARCELA OCHOA JARAMILLO NOHRA MALDONADO EDITORAS

LIZBETH CHAPARRO COORDINACIÓN DE DISEÑO

MANUEL CHAPARRO M. CORRECCIÓN DE ESTILO

FREEPIK.ES IMÁGENES

WILLIAM VIDAL PRODUCCIÓN Y PREPRENSA

GLORIA MARÍA HOLGUÍN GERENCIA ADMINISTRATIVA

JOHN NICOLÁS BEDOYA GERENCIA COMERCIAL Y DE OPERACIONES

JOHN JAIRO MEJÍA DIRECCIÓN GENERAL

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TE INTERESA Trabajo en equipo

Críticas, no te las tomes personal 04 10 16 20 26 30 34 40

APRENDE A… Colaborar para competir

ENTÉRATE

Cuando las ideas chocan

GESTIONA Roles y sinergia

SABÍAS QUE… Comunicación efectiva

ES IMPORTANTE… Asertividad y conexión

DE INTERÉS

Cómo cautivar a tu audiencia

TENDENCIAS

50 44 52 58 63

COMPRENDE

Usa las emociones para impactar

CUÍDATE

Haters: manual de supervivencia

PONLO EN PRÁCTICA

Prepara el set

DESATA TU POTENCIAL

25 claves para pasar de la idea al aplauso

NOTAS FINALES

Datos curiosos, cifras y frases motivacionales

Contenido

TRABAJO EN EQUIPO

¿POR QUÉ ALGUNOS EQUIPOS BRILLAN

MIENTRAS OTROS SE ESTANCAN?

LA CLAVE ESTÁ EN COMPRENDER CÓMO

FUNCIONA EL ENGRANAJE DE SUS INTEGRANTES.

Podemos definir un equipo como un grupo de personas que se unen con un propósito común, trabajando de manera coordinada para alcanzar objetivos compartidos.

A diferencia de una simple agrupación, ellos se caracteriza por la colaboración activa, la complementariedad de habilidades y una fuerte interdependencia entre todos sus miembros.

Cada integrante aporta su talento individual, sus conocimientos y su experiencia, pero el verdadero valor del equipo surge de la sinergia que se crea al combinar esos esfuerzos

y responsabilidades en función de una meta colectiva. La confianza, la comunicación asertiva, el respeto y el compromiso son pilares que logran fluidez que desborda en resultados favorables.

SUMATORIA GANADORA

El trabajo en equipo no es una simple suma de los aportes individuales, pues un grupo de personas trabajando juntas en la misma materia, tras un objetivo común pero sin coordinación, sin aportar con objetividad y sin el menor interés en la labor del resto de sus compañeros, no puede considerarse efectivo.

LAS 5C DEL TRABAJO EN EQUIPO

Se trata de un conjunto de principios que promueven una colaboración efectiva y armoniosa dentro de un grupo. Estas “C” suelen variar ligeramente según el autor o el enfoque; sin embargo, podemos agruparlas en:

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COMPLEMENTARIEDAD

Cada miembro del equipo aporta habilidades, conocimientos y talentos particulares. La diversidad de perfiles permite que unos suplan las debilidades de otros, creando un equipo más robusto, completo y eficiente.

Ejemplo: cada integrante aporta aquello que domina y que el otro no tiene, logrando de esta forma un equilibrio funcional.

COORDINACIÓN

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Es la capacidad de organizar tareas y esfuerzos de manera que todos trabajen alineados hacia un objetivo común. Requiere planificación, estructura, claridad en los roles y un liderazgo sano y positivo que facilite la fluidez del trabajo conjunto.

Ejemplo: tener claridad sobre quién hace qué y cuándo, evita duplicaciones, pérdidas de tiempo y roces entre el equipo.

COMUNICACIÓN

Cuando es clara, abierta y constante se convierte en esencial para evitar malentendidos, resolver conflictos y garantizar que todos estén informados y comprometidos. Implica saber expresar ideas con claridad y sustento, pero también poder escuchar sin juzgar.

Ejemplo: hablar claro, de forma propositiva y positiva, escuchar activamente y compartir información que fortalezca el equipo.

CONFIANZA

Se refiere a la seguridad que los miembros se tienen entre sí: tener la certeza de que los otros cumplirán con sus responsabilidades y actuarán con buena intención y a tiempo. La confianza genera un ambiente de respeto y colaboración.

Ejemplo: cuando no hay confianza, el equipo se fragmenta; cuando hay certeza, se fortalece.

COMPROMISO

Es la disposición de cada miembro a dar lo mejor de sí para lograr los objetivos del equipo. Implica responsabilidad, entrega y una actitud positiva hacia el trabajo conjunto.

Ejemplo: el compromiso transforma un grupo de personas con diversas capacidades en un verdadero equipo.

INTERESES Y MOTIVACIONES

Al tratarse de dos o más personas en búsqueda de un mismo objetivo, es posible que cada uno tenga puntos de vista diferentes como resultado de su experiencia individual. Trabajar en asocio con alguien, por lo general impulsa a sacar lo mejor de cada uno. Sin embargo, pensemos qué tan sencillo resulta interactuar con alguien cuyos valores son completamente opuestos a los tuyos; entonces, cuanto más “parecidos” sean los miembros del equipo, ¿funcionarán mejor las cosas?

LA JERARQUÍA DE LOS VALORES

En el plano personal, una escala de valores representa la manera en que cada individuo organiza sus

prioridades, distinguiendo entre lo que considera más relevante y lo que percibe como secundario. Esta clasificación depende de la importancia que cada cual asigna a los diferentes aspectos de su vida. Alguien puede colocar a su familia por encima del bienestar económico o del tiempo libre, mientras que otros podrían considerar el dinero como su prioridad.

Esta estructura de valores implica un conjunto de principios que se ordenan con base en criterios emocionales, éticos, intelectuales o ideológicos, tanto a nivel individual como colectivo.

Conocer los valores de los miembros, lo que es importante para cada persona, facilita consolidar un equipo de calidad.

EL TRABAJO EN EQUIPO CONVIERTE METAS

INDIVIDUALES EN LOGROS COLECTIVOS.

Esta lista te ayudará a identificar, calificar y jerarquizar valores:

Valores Valoración (+ O -) Jerarquía

ALEGRÍA

AMISTAD

APOYO

ARMONÍA

AUSTERIDAD

AUTOCONTROL

AUTOESTIMA

BIENESTAR

CALMA

CARIÑO

COMPASIÓN

COMUNICACIÓN

CONFIANZA

CONSISTENCIA CONTRIBUCIÓN

COOPERACIÓN

CREATIVIDAD CURIOSIDAD DETERMINACIÓN

DINERO

DIVERTIR (SE) EMPATÍA EQUIDAD ESCUCHA

ESPIRITUALIDAD ÉXITO

FAMILIA

FELICIDAD FLEXIBILIDAD GENEROSIDAD HONESTIDAD HONOR HUMILDAD

Valores Valoración (+ O -) Jerarquía

IGUALDAD

INDEPENDENCIA

INFLUENCIA

INICIATIVA INNOVACIÓN

INTEGRIDAD

JUSTICIA LEALTAD

LIDERAZGO

MANTENER LAS TRADICIONES

MENTE ABIERTA

OPTIMISMO ORDEN

ORGULLO

PACIENCIA

PERDONAR (SE)

PERSEVERANCIA

PLANIFICACIÓN

PRAGMATISMO

PRIVACIDAD

PROTECCIÓN

PUNTUALIDAD

RESPETO

RESPETO AL MEDIOAMBIENTE

SALUD Y BIENESTAR

SEGURIDAD SIMPLIFICACIÓN

TERNURA

TRABAJO TRANSPARENCIA ¿OTRA?

Este ejercicio te ayudará a conocerte a ti mismo y a evidenciar qué es lo realmente importante para ti, y si todos en tu grupo de trabajo lo llevan a cabo, podrán descubrir con quienes coinciden. ¿Quiere decir esto que los valores del equipo son la suma de los valores de sus integrantes? Hay quienes así lo entienden, pero quizá lo más importante es reconocer al equipo como un sistema, como una organización que, más allá de los individuos, tiene personalidad e intereses propios.

CUESTIÓN DE MOTIVACIÓN

Si las expectativas del equipo no coinciden con los de la mayoría de sus miembros, será difícil que estos trabajen mancomunadamente para alcanzar el éxito, puesto que probablemente prevalecerá el interés personal sobre el colectivo, sin que estén necesariamente enfrentados, sino que el esfuerzo estará enfocado en otras metas que podrían retrasar los procesos.

Hay que reconocer que los intereses individuales pueden convertirse en auténticos obstáculos para el grupo, pues si no hay un compromiso real, las probabilidades de que el trabajo conjunto fluya son limitadas.

Así, cada logro del equipo, por pequeño que sea, debería ser celebrado por todos sus integrantes, favoreciendo la motivación.

¡A favor!

La esencia del trabajo en equipo radica en transar las diferencias, que luego de un proceso de descubrimiento y negociación se convierten en algo positivo que suma, o más bien, que multiplica, pues son justamente ellas las que marcan la hoja de ruta al éxito.

La mayoría de las personas identifican sin dificultad en qué se diferencian de otros, al menos en lo más evidente, y a partir de allí es necesario trabajar sobre esa percepción. Una vez que se tienen claras las particularidades que aportan al progreso del equipo, es importante fortalecerlas. Además, se requiere dejar de lado todo lo que no contribuye al crecimiento integral ni al buen funcionamiento del grupo.

COLABORAR PARA COMPETIR

EL TRABAJO

COLABORATIVO ES UNA DESTREZA

CLAVE EN LA ERA

DEL CONOCIMIENTO COMPARTIDO, PUES ES LA MEJOR FORMA DE DARLES VIDA A EQUIPOS CON VISIÓN, CONFIANZA Y RESULTADOS.

Las organizaciones, incluidas las empresas de todos tipos y tamaños, están evolucionando hacia modelos de trabajo en donde la colaboración reemplaza la jerarquía tradicional. El trabajo en equipo se ha convertido en un elemento clave para este cambio de paradigma que está reformulando el modo de operar de un gran número de entidades.

Algunas compañías han abandonando incluso estructuras verticales, cambiando a esquemas más horizontales en donde el poder ya no está centralizado en una única cabeza. Cada vez se hace más común ver equipos multidisciplinarios, conformados por profesionales de diversas áreas, trabajando en conjunto para lograr un objetivo.

Este enfoque no solo redistribuye el poder, sino que, en algunos casos, otorga a estos equipos la capacidad de decisión estratégica, lo cual está redefiniendo conceptos tradicionales como los consejos de administración al integrarlos con comités directivos, lo que al final de cuentas acelera los procesos, facilita aún más la toma de decisiones ágiles y permite la implementación rápida de acciones que materializan el éxito.

El modelo mixto de comités directivos y equipos por proyecto ha demostrado su eficacia en diversas organizaciones, al punto de que la habilidad para trabajar de

forma colaborativa ha dejado de ser una ventaja y se ha transformado en una exigencia en múltiples sectores. El ideal del profesional autosuficiente e independiente, que trabaja como una ficha suelta dentro de la organización, está perdiendo terreno frente a la figura del colaborador.

MOMENTO DE AVANZAR

El acceso a herramientas tecnológicas ha facilitado esta transición, generando espacios laborales abiertos donde la participación en tiempo real, la transparencia y la contribución simultánea se han normalizado. Hoy, colaborar desde cualquier lugar del mundo es posible, y hacerlo de manera eficiente ha dejado de ser una excepción para convertirse en la norma.

Vivimos en un entorno más global e interactivo. La cooperación y la labor en conjunto se han vuelto componentes estructurales tanto en la cultura empresarial como en el tejido social. El cambio ha sido tan vertiginoso que pareciera inimaginable desde la perspectiva de generaciones pasadas. Y, sin embargo, es una realidad.

Ahora, si la colaboración es una herramienta clave en el entorno actual, cuya utilidad se ha evidenciado

TECNOLOGÍA, HORIZONTALIDAD, CONFIANZA Y PROPÓSITO SON PILARES DEL NUEVO MODELO ORGANIZACIONAL QUE REEMPLAZA

de muchas formas, ¿qué impide que su implementación sea masiva? Uno de los principales obstáculos es la resistencia natural al cambio. Romper con inercias culturales y prácticas laborales de décadas exige fomentar una mentalidad abierta, crear un entorno donde se promuevan nuevas ideas y se filtren y desechen las ineficaces.

COOPERACIÓN CONSCIENTE

La narrativa empresarial tradicional sostiene que la competencia mejora los productos y reduce costos. Sin embargo, esta visión ignora que también es posible, y necesario, articular la competencia con la cooperación.

Todos tenemos aspiraciones, y competir puede ser una vía válida para alcanzarlas. Sin embargo, como seres sociales, buscamos equilibrio: destacar sin aislarnos, triunfar sin perjudicar, celebrar el éxito sin guardar resentimientos de ningún tipo.

La cooperación no elimina la competencia: por el contrario, la enriquece. La clave está en establecer relaciones constructivas entre todos.

COMPARTIR Y COLABORAR SÍ ES POSIBLE

Para avanzar es indispensable tener en cuenta tres escenarios que deben alinearse:

EL ENTORNO INDIVIDUAL:

La disposición a trabajar en equipo no se impone ni se entrena de forma mecánica: nace de un marco personal de seguridad emocional, madurez y autoconocimiento. Forma parte de la negociación interna que cada persona realiza en su cotidianidad, entre su necesidad de destacar y su capacidad de integrarse. De allí que el primer paso hacia una colaboración realmente efectiva es contar con alta autoestima. Quienes se sienten inseguros tienden a adoptar posturas defensivas, compiten de manera agresiva o sabotean el progreso colectivo por temor a quedar rezagados. En cambio, quienes reconocen sus fortalezas, aceptan sus debilidades y confían en el valor que aportan, pueden integrarse sin necesidad de rivalizar. La colaboración no anula la ambición, sino que la transforma, permitiendo alcanzar objetivos sin fragmentar relaciones.

Otro punto clave es estar dispuesto al cambio. Esta actitud transforma los conflictos en conversaciones, los errores en aprendizajes y la diversidad en nuevas opciones.

EL ENTORNO DEL EQUIPO:

Existen equipos donde aflora lo mejor de cada integrante, y otros donde reina la desconfianza. La diferencia está en el esquema de trabajo: un grupo sano permite errores, fomenta el respeto y propicia el aprendizaje. En estos entornos, los logros se valoran a largo plazo y el éxito se construye en un marco de transparencia y respeto.

Las empresas que promueven entornos colaborativos generan estructuras horizontales, decisiones compartidas, delegación efectiva y flujo libre de información. Esto crea un clima laboral fluido, donde la cooperación surge de manera natural y cada individuo debe ser el motor del cambio.

EL ENTORNO ORGANIZACIONAL:

Cuando la alta dirección apuesta por la colaboración como estrategia, se construyen bases sólidas para la sostenibilidad. La política interna debe respaldar esta filosofía, fomentando la competitividad saludable y el espíritu de equipo. Para ello las políticas internas deben estar alineadas con los objetivos colaborativos. Esto implica tener en cuenta:

Estructuras organizativas planas, que faciliten la participación y reduzcan la burocracia.

Sistemas de evaluación de desempeño que midan no solo el resultado, sino también el proceso, el trabajo conjunto y las competencias colaborativas, pero además, el cómo se sienten las personas mientras realizan sus labores.

Mecanismos transparentes de comunicación interna, que faciliten el flujo de información en todos los niveles.

Liderazgos distribuidos, donde cada persona, sin importar su cargo, se sienta con capacidad de influir y contribuir.

CUANDO LAS IDEAS CHOCAN

APRENDER A GESTIONAR LOS CONFLICTOS TE

PERMITIRÁ ASUMIR LOS RETOS, DESACUERDOS Y DIFERENCIAS COMO OPORTUNIDADES DE MEJORA.

Por más que intentemos aplicar todas las estrategias conocidas para formar un equipo exitoso, hay algo que no podremos evitar por completo: los conflictos. Pero, ¿sabías que estos no son necesariamente una amenaza? Bien gestionados en el momento oportuno, pueden convertirse en catalizadores de crecimiento personal y colectivo.

EL PORQUÉ DE LOS CONFLICTOS

Aunque nos esforcemos por hacer “todo bien” y crear ambientes sanos de trabajo, cada equipo está conformado por personas distintas: con experiencias, visiones, personalidades y formas de comunicar únicas. Incluso siguiendo buenas prácticas de colaboración es natural que surjan desacuerdos. Lo importante no es evitarlos a toda costa, sino aprender a manejarlos con madurez, compromiso, educación y visión de grupo. Ten presente que un equipo saludable no es aquel que nunca discute, sino el que sabe transformar sus diferencias en oportunidades de avance y mejora.

EL PODER DE LA COLABORACIÓN CONSCIENTE

Los equipos colaborativos son esenciales para lograr eficiencia, productividad y éxito sostenido;

sin embargo, esa relación ideal y armoniosa no surge de manera espontánea ni automática, requiere intención, esfuerzo, pero sobre todo, conciencia.

Colaborar eficazmente implica algo más que compartir tareas, exige que los miembros estén realmente comprometidos con los objetivos, alineados con los valores del grupo y abiertos a manifestar e integrar sus diferencias con respeto.

Prevención inteligente

Antes de que el conflicto aparezca, es importante implementar prácticas que fortalezcan el equipo y lo hagan más resiliente:

* Definir las tareas y responsabilidades del equipo y de sus miembros.

* Compartir el perfil, las tareas y la experiencia de cada uno de sus integrantes, para que además de conocerse como compañeros, cada uno entienda con claridad sus funciones.

* Responder a la pregunta de ¿por qué para afrontar esta situación, el trabajo en equipo es más efectivo que el trabajo individual?

EL MODELO GRPI

Los investigadores Suk-Han Tang y Claas Wenzlik propusieron un modelo de trabajo práctico que puede mejorar la efectividad de los equipos, al que denominaron GRPI, por sus siglas en inglés, el cual reúne cuatro dimensiones esenciales que deben priorizarse:

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OBJETIVOS (Goals)

* Establecer los objetivos del equipo.

* Tener claridad sobre el resultado final que se desea obtener.

* Entendimiento de las tareas principales.

* Acuerdo en cuanto a los estándares y expectativas generales.

* Claridad sobre las prioridades y las fechas de entrega.

* Comprensión de los límites.

ROLES

* Aceptar al líder del equipo como tal.

* Comprender los papeles de cada uno de los miembros.

* Asumir las responsabilidades individuales.

* Entender las responsabilidades compartidas.

* Tener claridad sobre los límites.

* Identificar y rellenar los vacíos en caso de ser necesario.

PROCESOS (Process)

* Toma de decisiones claras y transparentes.

* Mecanismos para resolver problemas y malentendidos.

* Generar flujos de trabajo y procedimientos eficientes.

RELACIONES

INTERPERSONALES (Inter-personal Relationships)

* Construcción de confianza.

* Comunicación honesta y abierta.

* Sensibilidad hacia los demás.

* Resolución efectiva de conflictos.

* Actitudes colaborativas.

Este modelo no solo previene conflictos, también mejora la calidad del trabajo en equipo desde la raíz, pues se preocupa por cada persona como individuo.

ASUMIENDO EL CONFLICTO

Cuando surge un conflicto, el primer paso es identificar qué lo causó:

¿Se trata de diferencias personales, choques de expectativas, recursos mal distribuidos? Es necesario compartir la información con los implicados, creando un espacio de diálogo donde todas las voces sean escuchadas. Este proceso no es automático ni fácil. Implica reconocer que cada integrante reacciona de manera particular, por eso es probable que no haya una única solución, sino caminos diversos que exigen flexibilidad, empatía y claridad.

Respuestas sanas

Cuando se trabaja en equipo es indispensable tener la capacidad de elegir conscientemente cómo actuar tras un inconveniente o un choque, en lugar de reaccionar dejándose llevar por el impulso.

Evitar el conflicto: negarlo o ignorarlo puede parecer cómodo, pero rara vez resuelve la coyuntura. A menudo, solo posterga una situación que terminará explotando de peor manera.

Competir o imponer: algunos buscan ganar a toda costa, lo que genera tensiones de poder que, lejos de resolver la situación, agravan el problema.

Colaborar activamente: este enfoque es valioso, especialmente cuando el conflicto incide sobre metas

importantes. Implica participación, escucha y disposición a encontrar soluciones conjuntas.

Adaptarse sin cuestionar: algunos prefieren aceptar pasivamente lo que sucede, creyendo que “ya pasará”. Esta postura puede ser útil en ciertos casos, pero puede convertirse en una forma de desconectarse, aislándose de las responsabilidades.

Finalmente, hay momentos en los que la actitud más sabia y efectiva consiste en reconocer cuando se está equivocado, comprender que el objetivo común es más importante que ganar una discusión, o darse cuenta de que seguir en una posición de competencia no le aporta al equipo.

ROLES Y SINERGIA

UN BUEN EQUIPO NO SE FORMA AL AZAR.

DESCUBRE LA IMPORTANCIA DE CADA ROL Y LAS FASES DE INTERACCIÓN QUE LE PERMITEN

FORMAR PARTE DE UN ENGRANAJE PERFECTO.

En el mundo laboral, la colaboración y el trabajo en equipo son esenciales para alcanzar el éxito; por eso, comprender cómo se forman, evolucionan y funcionan los grupos se ha convertido en una herramienta clave para líderes, profesionales y organizaciones en general.

Existen varios modelos que permiten analizar y optimizar el rendimiento en contextos de trabajo colaborativo. El Dr. Meredith Belbin se enfoca en los roles que cada integrante puede asumir dentro de un grupo de trabajo, mientras que Bruce Tuckman se centra en las etapas que atraviesa un equipo en su desarrollo, pero ambos pretenden dar claridad sobre cómo construir dinámicas más equilibradas y eficientes.

LOS ROLES EN LOS EQUIPOS

El Dr. Meredith Belbin es ampliamente reconocido como una de las principales autoridades mundiales en el estudio del comportamiento grupal y el trabajo en equipo. Su legado más relevante es la identificación y definición de nueve papeles fundamentales que suelen emerger naturalmente dentro de cualquier grupo de trabajo.

Sin embargo, Belbin no plantea que todas las personas deban encajar en un único rol rígido, sino que cada individuo puede asumir una o más funciones dependiendo del contexto, sus habilidades y la dinámica del grupo. Comprender estos perfiles permite formar equipos más sólidos y maximizar el rendimiento colectivo.

1

COORDINADOR (PRESIDENTE)

Este rol se caracteriza por una visión clara de los objetivos del grupo. Actúa como un líder natural que gestiona la interacción entre los miembros, promoviendo la participación y delegando tareas mientras utiliza su inteligencia emocional. Tiene una fuerte capacidad de organización y de

escucha activa, y sabe aprovechar las fortalezas individuales. Su enfoque se centra en guiar al equipo, manteniendo la armonía, la comunicación y la disciplina interna.

2PENSADOR (IDEÓLOGO)

Es la mente creativa del equipo. Su fortaleza radica en la generación de ideas originales, soluciones innovadoras y enfoques diferenciales. Es una persona analítica, brillante e imaginativa. Sin embargo, no siempre es práctica ni detallista. Su talento está en crear estrategias, no en ejecutar.

3INVESTIGADOR DE RECURSOS

Es un miembro extrovertido, curioso y con excelentes habilidades de comunicación. Aunque no necesariamente genera nuevas ideas, es muy hábil para explorar, conectar y desarrollar las propuestas de sus compañeros. Tiene talento para identificar oportunidades externas, crear redes de contacto y facilitar recursos clave. Su entusiasmo suele contagiar al equipo, convirtiéndolo en un excelente negociador.

EL MODELO DE TUCKMAN NO ES LINEAL; LOS EQUIPOS PUEDEN AVANZAR O RETROCEDER ENTRE ETAPAS, ESPECIALMENTE CUANDO HAY ROTACIÓN DE MIEMBROS

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MODELADOR (MOLDEADOR)

Es el motor del equipo. Se orienta a resultados, es dinámico, competitivo y no teme enfrentarse a desafíos. Tiene una personalidad fuerte, capacidad de decisión rápida y una enorme energía para impulsar al grupo. Se asegura de que las metas se cumplan y actúa como catalizador en momentos de estancamiento. Puede ser algo confrontativo, pero su intención es movilizar a sus compañeros.

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CONSTRUCTOR (TRABAJADOR)

Su fortaleza es la empatía. Este rol se enfoca en las relaciones interpersonales, promoviendo la cooperación, la cohesión y el clima positivo dentro del grupo. Sabe escuchar, mediar y

mantener unidos a los miembros. Es especialmente valioso en momentos de tensión o de conflicto; aunque puede carecer de impulso en términos de iniciativa, su presencia es vital para la estabilidad emocional del equipo.

6EVALUADOR (CONTROLADOR)

Se trata de una persona seria, objetiva y con una gran capacidad de análisis. Suele ser imparcial y reflexiva, y tiende a analizar los pros y los contras de cada una de las situaciones antes de emitir juicios. Tiene una gran habilidad para prever dificultades, mientras evalúa alternativas desde la lógica y el sentido estratégico. No se deja llevar por las emociones, así que sus decisiones, por lo general, son racionales y exitosas.

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ESPECIALISTA

Este rol es ocupado por una persona altamente enfocada en un área específica del conocimiento. Su meta es alcanzar la excelencia profesional en su campo, y suelen ser expertos técnicos. Su fortaleza es la profundidad de saberes y competencias, aunque pueden mostrar cierta desconexión del panorama general del equipo o carecer de interés por las tareas de los otros miembros.

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FINALIZADOR (REMATADOR)

Se distingue por su obsesión con la calidad y el cumplimiento riguroso de los plazos. Es detallista, meticuloso y perfeccionista. No deja nada al azar y revisa todo lo que se produce, así como cualquier asunto

que haya que presentar a terceros o a jefes. Su intervención asegura un trabajo final impecable, y aunque puede llegar a ser algo ansioso o controlador ante el mínimo error, su presencia garantiza la pureza y cuidado del proceso.

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REALIZADOR (IMPLEMENTADOR)

Transforma ideas, decisiones y planes en acciones concretas. Tiene una mentalidad metódica, organizada y disciplinada. Suele ser resistente al cambio si este no está bien fundamentado. Su presencia en el equipo garantiza estructura, constancia y fiabilidad en la implementación de tareas.

COMBINA ROLES Y ACÉRCATE AL ÉXITO

No todos los equipos deben contener los nueve roles en igual medida. La clave está en identificar cuáles son los más necesarios dependiendo de la tarea que se va realizar, el contexto, los miembros presentes, las etapas del proyecto... Algunos roles son más relevantes al inicio de una iniciativa (como el Pensador o el Investigador de Recursos), mientras que otros se tornan cruciales en etapas de ejecución o finalización (como el Finalizador o el Implementador).

Además, una persona puede desempeñar más de un papel o adaptarse según las necesidades del grupo, siempre y cuando haya equilibrio entre las funciones.

EL MOMENTO DEL EQUIPO

Más allá de los roles individuales, los equipos también transitan por etapas de desarrollo. El psicólogo Bruce Wayne Tuckman formuló en 1965 un modelo sobre la dinámica de grupo, conocido como las “Etapas de Tuckman”, que describe cómo evoluciona un grupo de trabajo a medida que madura, se reconoce y se adapta.

FORMACIÓN

En esta fase inicial abundan las dudas, la inseguridad y la necesidad de orientación. Los miembros todavía no se conocen bien, y el liderazgo es fundamental. El líder debe dar estructura, acompañamiento, definir objetivos, responder preguntas y establecer un marco de trabajo claro.

CONFLICTO

Una vez establecidos los roles básicos, surgen tensiones y luchas de poder. Es la etapa de confrontación: los miembros comienzan a expresar opiniones propias, cuestionar decisiones y competir por influencia o visibilidad. El líder debe ayudar a resolver diferencias y a canalizar la energía del grupo para que todos se sientan valiosos y trabajen en pro de metas comunes.

NORMALIZACIÓN

Los miembros aceptan sus roles y el grupo encuentra su identidad compartida. Se fortalecen la confianza, el respeto mutuo y el sentido de pertenencia. Las decisiones se toman de forma consensuada.

DESEMPEÑO

El equipo alcanza su madurez funcional. Trabaja con autonomía, claridad y compromiso hacia los objetivos comunes. Tiene una visión compartida, resuelve conflictos de forma constructiva y se enfoca en resultados. El líder delega y observa, interviniendo solo cuando es necesario.

TERMINACIÓN

Cuando se completa la tarea, los miembros entran en una fase de cierre, que requiere un manejo emocional particular, pues probablemente se generen sensaciones de inseguridad normales ante el cambio. Hoy, con el auge de las organizaciones virtuales y los proyectos temporales, esta fase es cada vez más común, lo que fomenta la ansiedad de los empleados.

COMUNICACIÓN EFECTIVA

EN EL

ENTORNO LABORAL, SABER

ESCUCHAR Y FORMULAR LAS PREGUNTAS CORRECTAS NO SOLO ES ÚTIL: SINO DECISIVO. HACERLO BIEN PUEDE TRANSFORMAR EQUIPOS, RELACIONES Y RESULTADOS.

Vivimos un momento de la historia en el que la información fluye de manera constante, rápida y multidireccional. Sin embargo, en medio de este cúmulo de mensajes que nos abruman a diario se ha perdido algo esencial: la verdadera escucha. Hoy más que nunca, en un mundo laboral que exige colaboración y empatía, saber escuchar y formular buenas preguntas no solo es una herramienta indispensable de comunicación, sino también una

habilidad estratégica útil para la construcción de equipos sólidos y de relaciones saludables, así como un recurso que hace posible alcanzar objetivos comunes. La comunicación efectiva no es un lujo en las organizaciones modernas: es una necesidad vital. Es el cimiento sobre el que se construyen la confianza, la creatividad colectiva y la capacidad para resolver conflictos de manera constructiva.

LAS GRANDES IDEAS NACEN EN AMBIENTES DONDE SE ESCUCHA PARA COMPRENDER, NO SOLO PARA RESPONDER.

ESCUCHAR:

MUCHO MÁS QUE OÍR

Aunque suene exagerado, escuchar de forma consciente es cada vez menos frecuente. Sin embargo, se trata de una competencia indispensable, tanto en nuestras relaciones personales como en el desempeño profesional. Escuchar no es solo permanecer en silencio mientras el otro habla, sino sumergirse mental, emocional y físicamente en el proceso de la comunicación, de recibir información. Existen distintos tipos de escucha, cada uno de ellos con su propio nivel de profundidad e intención:

Escucha apreciativa: se trata de una escucha relajada, en la que no hay atención consciente. Se oye por placer, entretenimiento o inspiración, sin intención de comprender algo en particular. Ideal para una charla amena, pero no para una reunión de equipo.

Escucha selectiva: se filtra la información según los intereses del oyente. Solo se atiende aquello que se considera relevante, dejando fuera partes importantes del mensaje y su contexto.

Escucha discernitiva: permite identificar los elementos esenciales del mensaje. El oyente se enfoca en el fondo del discurso y evalúa los fragmentos clave.

Escucha analítica: requiere un mayor esfuerzo cognitivo. Se estructura la información, se identifican las relaciones entre ideas, se distingue entre hechos, planes por abordar y emociones.

Escucha sintetizada: el receptor toma la iniciativa de orientar la conversación hacia objetivos concretos. Escuchar se convierte en una táctica para guiar el diálogo y lograr resultados.

Escucha empática: el oyente se sumerge en el mundo emocional del interlocutor. Comprende lo que dice y también lo que siente, creando vínculos de confianza dentro del equipo.

Escucha activa: implica estar totalmente presente, interpretar tanto las palabras como el lenguaje no verbal, haciendo preguntas y validando lo que se ha entendido. Representa el punto más alto de la comunicación efectiva.

EL ARTE DE PREGUNTAR

Cuestionarse es un acto de humildad intelectual y emocional. Nos conecta con la curiosidad, nos recuerda que no lo sabemos todo y nos permite acercarnos al conocimiento del otro. Los niños preguntan constantemente porque están en permanente aprendizaje; sin embargo, a medida que crecemos, dejamos de hacerlo, ya sea por miedo, por ego o por falta de interés.

El coaching profesional ha convertido el arte de preguntar en una valiosa herramienta de autoconocimiento. Por medio de preguntas bien formuladas, el coach ayuda al otro a descubrir nuevas perspectivas, encontrar soluciones y avanzar hacia la consecución de sus metas.

Este principio es aplicable al entorno laboral. Los equipos que se hacen las preguntas adecuadas, encuentran las mejores respuestas.

Cuando una organización adopta una cultura de pregunta, el pensamiento crítico se expande, la creatividad florece y los desafíos se convierten en oportunidades.

RETROALIMENTACIÓN: LA BRÚJULA DEL CRECIMIENTO

El feedback, como se le conoce en inglés, es una herramienta de comunicación que se centra en proporcionar información a otra persona sobre cómo se percibe su desempeño, comportamiento o resultados. Su propósito es reforzar lo que se hace bien, corregir lo que puede mejorarse y fomentar el crecimiento personal o profesional. Es clave en entornos de trabajo, educación y relaciones interpersonales, ya que promueve el aprendizaje, la mejora continua y la comunicación efectiva.

Para que el feedback sea realmente eficaz, debe cumplir con algunas claves fundamentales:

* Ser claro y específico para todos, sin ambigüedades.

* Reforzar lo positivo, destacando los aciertos alcanzados.

* Enfocarse en ser descriptivo, no evaluativo ni generalizador.

* Usar la primera persona (“yo observo”, “yo siento”).

* Evitar etiquetas absolutas como “siempre” o “nunca”.

En definitiva, un equipo exitoso no es el que más trabaja ni el que más experiencia tiene, sino el que mejor se comunica. Cuando sus miembros escuchan activamente, preguntan con intención y ejercen una retroalimentación honesta y constructiva, superan sus límites.

ASERTIVIDAD Y CONEXIÓN

EXPRESAR CON CLARIDAD, ESCUCHAR

CON EMPATÍA Y ACTUAR CON COHERENCIA FAVORECE RESULTADOS EXITOSOS.

Comunicarnos de manera clara, expresar lo que sentimos sin herir, defender nuestras ideas sin atacar ni ceder más de la cuenta… No siempre es fácil encontrar el equilibrio, especialmente en entornos laborales altamente competitivos, por ello la asertividad surge como una herramienta clave para relacionarnos con los demás de manera honesta, respetuosa y firme. Así que no se trata de imponer ni de callar, sino de decir lo que pensamos y sentimos, en el momento adecuado, cuidando nuestras emociones pero también las de los demás, dejando en claro nuestro punto de vista, pero siempre dispuestos a revisar opciones y otras perspectivas.

En los equipos de trabajo, la comunicación asertiva es un pilar clave para generar confianza. Cuando sus miembros pueden hablar sin miedo, sin agresividad ni pasividad, y expresar sus ideas con respeto, se crea un entorno donde el diálogo fluye de forma natural. En ese clima de autenticidad se fortalecen los vínculos, se construyen acuerdos firmes y se trabaja con mayor compromiso.

HABLAR CON PROPIEDAD

Quien desarrolla la asertividad no solo mejora su comunicación, sino que también gana respeto, autonomía y bienestar, pues se trata de una habilidad que potencia la autoestima, fortalece la confianza en las capacidades expresivas y permite disfrutar de mayor seguridad emocional, ya que al poder comunicar lo que siente y necesita de forma efectiva, mejora la forma en que se relaciona con los demás en todos los ámbitos de la vida. Ser asertivo no es imponer, tampoco es callar. Es decir las cosas como son, con firmeza pero sin dureza. Es comunicar desde la autenticidad, sin miedo y sin máscaras, y eso crea un ambiente de trabajo donde nadie teme hablar, donde no hay reproches ocultos ni tensiones disfrazadas.

HABLAR CON CLARIDAD, ESCUCHAR CON EMPATÍA Y EXPRESARSE CON PROPÓSITO NO SOLO TE HACE DESTACAR, TAMBIÉN TE CONVIERTE EN ALGUIEN CON QUIEN TODOS QUIEREN TRABAJAR.

LA IMPORTANCIA DE LA CONGRUENCIA

Cada persona cuenta con ciertos recursos, innatos o aprendidos, que moldean la manera en la que se comunica, pues no basta con lo que se dice, importa también cómo se dice. El lenguaje corporal, el tono emocional, las miradas y los gestos pueden reforzar o contradecir el mensaje verbal.

Por eso, para que un equipo funcione en armonía, es vital trabajar la asertividad junto con una expresividad coherente. Solo cuando lo que decimos y lo que mostramos coincide, los mensajes son creíbles y eficaces. Así se evitan malentendidos, tensiones y quiebres en la confianza. Un equipo con una comunicación clara y auténtica tiene más posibilidades de lograr sus metas y de sostener vínculos sólidos a largo plazo.

El impacto de la comunicación

La comunicación es el eje central de casi todas las actividades humanas. De hecho, en muchas ocasiones el éxito de una tarea depende directamente de cuán bien se interpretan y se transmiten los mensajes entre los participantes.

Una idea brillante que no se comparte, se pierde para siempre. Para que un equipo crezca y avance, es necesario que sus miembros comuniquen abiertamente sus pensamientos, propuestas y emociones. Además, es importante enfocarse en puntos clave que pueden facilitar el proceso comunicativo:

1

Ir al punto: quien conoce un tema, sabe explicarlo con sencillez y claridad, sin necesidad de rodeos ni de tomarse mucho tiempo.

2

Evita el misterio innecesario: la transparencia evita malentendidos y fortalece la confianza. En un entorno colaborativo ideal, las sorpresas no suelen ser bienvenidas, así que, cuanto más claro y directo sea el mensaje, mejor se comprende el objetivo común que se pretende alcanzar.

3

El cuerpo habla: gran parte de la comunicación es no verbal, los gestos, la postura y las expresiones deben reforzar lo que se dice, así que un mensaje sincero y un lenguaje corporal coherente, son increíblemente poderosos.

4

Sinceridad y credibilidad: decir lo que realmente se quiere manifestar, sin manipulación ni ambigüedad. La falta de honestidad erosiona la confianza de forma irreparable.

5

Escuchar con atención: escuchar activamente significa mostrar interés, hacer preguntas, crear empatía, compartir emociones y enfocarse en el otro.

6

Sencillez y humildad: reconocer errores y estar abierto a aprender, fortalece los lazos entre los miembros del equipo.

En definitiva, comunicarnos de forma asertiva no solo mejora la calidad de nuestros vínculos laborales, sino que también nos transforma como personas. Nos permite convivir con mayor autenticidad, defender nuestras ideas sin herir y construir relaciones desde el respeto y la comprensión. Cuando un equipo aprende a comunicarse con honestidad, escucha activa y coherencia emocional, se vuelve más sólido, resiliente y eficiente. La comunicación positiva es uno de los pilares del trabajo en equipo, ya que facilita la colaboración, haciendo que fluyan los procesos y lleguen a buen término, favoreciendo además las relaciones interpersonales y, por ende, la salud mental del grupo.

Cuando se habla con claridad y se escucha con empatía, se crean espacios seguros en los que todos se sienten motivados a aportar.

CÓMO CAUTIVAR A TU AUDIENCIA

PARA CUALQUIER TEMA, HASTA EL QUE PUEDA PARECER

ABURRIDÍSIMO, SIEMPRE HABRÁ PERSONAS QUE LO PRESENTEN, EXPLIQUEN O ABORDEN DE UNA MANERA ATRACTIVA. ¿CÓMO LO LOGRAN?

¿Recuerdas aquella vez que tuviste que realizar una presentación (colegio, universidad, el primer video que publicaste en redes) y te faltaba el aire de solo pensarlo, hasta que llegó el momento tan temido y la hiciste, incluso de una manera brillante… ¿Cómo te sentías después? ¿Valió la pena? Vamos a decirte algo que al principio puede parecerte obvio, pero si crees que necesitas fortalecer tu habilidad para hablar en público, ante

tus seguidores, un nuevo cliente o cualquier audiencia, conseguirás hacerlo mejor cada día con un simple esquema:

Pocas habilidades

Más hablar en público

Hablar en público

Más habilidades

Puedes recurrir a este mismo minimanual si sientes que lo tuyo es un problema de confianza o de vocalización:

Mínima vocalización

Más hablar en público

Más vocalización

Hablar en público

(en cuanto te percates por sus caras de que no se te entiende ni el “gracias por venir”)

IMAGINA

Mínima confianza

Más confianza

Más hablar en público

Hablar en público

Más confianza

LOS SÍES Y LOS NOES

Hablar en público es algo que en realidad hacemos a diario. Cada vez que nos reunimos con amigos y contamos algo que nos pasó, cuando estamos en familia y conversamos, incluso cuando vamos a hacer compras y debemos relacionarnos con personas. En esos casos, jamás estamos pensando en que nos da vergüenza o en cómo nos van a ver aquellos que nos están escuchando. En cambio, si debemos exponer en una conferencia, si en nuestros trabajos nos solicitan hablar sobre algún tema específico o si nos enfrentamos a una cámara, el miedo se apodera de nosotros y sentimos que no vamos a ser capaces. ¿Te sientes identificado?

AQUÍ 5 CLAVES INFALIBLES

para que cada vez que debas hablarle a un grupo, virtual o presencialmente, puedas comunicar tus conocimientos con quienes están ansiosos por aprender lo que tú sabes.

1

APORTA, NO CONVENZAS.

Antes de ponerte a preparar una presentación es fundamental preguntarte: “¿Cuál es el objetivo?”: dar una información importante, motivar, apoyar, explicar una solución… etc. Lo decimos porque cuando te sientes obligado y, la verdad, hablas simplemente por hablar, ¡es una tontería! Y lo peor es que ¡se nota!

Todo lo contrario sucede si lo crees, si estás convencido del mensaje, si tienes claro que la información que quieres transmitir es valiosa; entonces te sobrará lo demás, porque te centrarás en que este importante mensaje llegue a cada persona que te escucha.

2

FÍJATE EN LOS QUE

TE MIREN, NO EN LOS INDIFERENTES.

¿No te ha pasado que cuando te pones a contar algo en un grupo no todos captan el mensaje

LOS BUENOS ORADORES CAPTAN EL CLIMA DE LA SALA Y SABEN REACCIONAR Y CAMBIAR

DIRECCIÓN SI HACE FALTA.

con el mismo interés? ¿Y si fuera por el poco entusiasmo con el que te miran algunos, realmente no volverías a abrir la boca en los siguientes cien años de tu vida?

Aunque vayas a terminar transmitiendo tu mensaje a todos estupendamente, póntelo fácil al principio y fíjate en aquellos que son encantadores, que te miran con los ojos bien abiertos, porque la apertura de los oídos no se ve, pero sabes que te están diciendo amorosamente: “Tú habla, que yo sí te escucho y, además, me gusta”.

Y si tienes un pequeño ataque de desconfianza, mira a un punto del horizonte, a esa silla vacía donde está tu otro yo que te admira, respeta y te escucha; nadie sabrá con exactitud si estás observando la puerta de entrada o las coronillas de los presentes, pero no te

preocupes, si no tienes ahí ningún amigo, enseguida los harás con una simple sonrisa.

Y si antes de tu exposición te agobias pensando que alguno va a criticar negativamente tu presentación, piensa que igualmente habrá alguno que la valore de manera positiva, porque ¿para qué pensar mal?

3

EMPIEZA POR TI, EN LUGAR DE APOYARTE EN LOS DEMÁS.

Reflexiona sobre el material y busca en tu experiencia casos, personalízalos y ponlos de ejemplo. No esperes que los demás asimilen la información que les das, si no lo has hecho tú antes.

Una ventaja adicional, si tienes incorporado el tema y, además, has preparado ciertas vivencias, es

que cuando te pidan otro ejemplo o una explicación adicional, podrás adaptarlos sobre la marcha.

4

QUE SE RÍAN

CONTIGO, NO DE TI.

Siempre puedes darle un enfoque nuevo a tu presentación, aunque sea en detalles como la iluminación, la música, la posición del público, la forma de terminar, de empezar. Recuerda que lo nuevo genera interés y, una vez con él, ¡ya son todo oídos!

Otra estrategia es ser original con el humor, lo más importante es que no te sientas forzado, y si no se ríen de algún chiste no lo repitas ni saques conclusiones, continúa tranquilamente, a lo mejor es que no quieren relajarse para no perderse de tus palabras.

Independientemente de que los asistentes te parezcan un poco acartonados, ríete, o por lo menos sonríe pues, aunque al principio te cueste, le darás a tu cerebro señales de bienestar y te sentará bien. De la misma manera, crearás un ambiente positivo, cercano y de escucha atenta.

5LA ENTONACIÓN ES TU AMIGA, NO TU ENEMIGA.

Todos sabemos que la monotonía es el mejor amigo de la somnolencia, un blablablá suave, sin altos ni bajos, te va introduciendo en ese mundo del sueño profundo… ¡Despierta! Mantén la atención de tus oyentes, grita si hace falta, canta, baila. Tienes a tu disposición una escala de tonos infinita, no te quedes en uno o dos. Modula tus frases y dales vida. Puedes ensayar escuchándote con una grabadora y, si tienes dudas, pónsela unos minutos a un amigo o a tu hijo, y observa la reacción.

Los dos compañeros claves de la entonación son el énfasis y la repetición, para resaltar lo que quieres que quede en la mente de tu audiencia. Así que, por ejemplo, si repites los datos negativos una y otra vez, eso es lo que se llevarán. Sin embargo, si mencionas lo negativo, pero repitiendo con énfasis lo positivo, ¡eso es lo que recordarán!

¿“Tienes que” o “quieres hacer”?

En coaching se utiliza esta distinción. ¿Te imaginas a un virtuoso del violín diciéndote que la semana que viene “tiene que” ofrecer un recital en el auditorio? Ante eso podrías responder: ¿Es que no quieres darlo?, ¿acaso no te gusta tocar el violín?, ¿o es que trabajas para un Estado dictatorial? Nos sonaría más normal si nos dijera que la próxima semana va a ofrecer un recital, porque no lo percibimos como una obligación, lógicamente esto no quiere decir que el músico pueda sentirse algo tímido o le entren nervios antes de cada actuación.

Pues ocurre igual con tu vida, ¿por qué no compartes con los demás eso que sabes? ¡Sé generoso! Enriquece a los demás con tus aportes. Somos una comunidad y cada uno pone su granito de arena. Y si aun así te cuesta ver que es algo natural hacer partícipes a los demás de tus trabajos, piensa que si no es por amor al prójimo, lo haces por amor a ti mismo, a tu trabajo o incluso a tu familia o a aquello de lo que vas a hablar (porque “vas a hablar”, no “tienes que hablar”).

Piensa que es muy importante elegir qué lenguaje utilizas, porque este puede cambiar totalmente tu realidad.

A LA GENTE NO LE INTERESA SI ESTÁS NERVIOSO O NO, LE INTERESA EL TEMA DEL QUE VAS A HABLAR.

NO LO TOMES PERSONAL

UN JUICIO DICE MÁS

DE LA PERSONA QUE LO EMITE, QUE DE LO CRITICADO... CON ESTO QUEREMOS DECIRTE QUE DEBES APRENDER A ESCUCHAR SOLO LAS OPINIONES QUE TE PERMITAN MEJORAR.

¡Cuánto miedo nos dan las críticas! Si a alguien le disgusta lo que exponemos, nos da la sensación de que cerrará el puño con el dedo gordo hacia abajo y, automáticamente, se abrirá el suelo bajo nuestros pies y caeremos en un pozo lleno de cocodrilos hambrientos.

El temor es una emoción positiva si aparece en el momento y lugar adecuados, es decir, para advertirnos de un peligro y así poder evitarlo. Por ejemplo: Juan sin miedo, de haber sido siempre como su apodo indica, hubiera tenido una corta existencia, ya que, sin ir muy lejos, cualquier día al cruzar una calle y escuchar un pitido, ni se hubiera dado la vuelta, con consecuencias desastrosas…

Y es que la existencia del miedo es necesaria para la supervivencia, pero esto no quiere decir que sea útil en cualquier circunstancia; para eso está la razón, para escuchar a nuestras emociones y ponerlas en el lugar adecuado. Por eso, cuando se te aparezca míster Miedo a las Críticas, escúchalo, y si no requieres sus servicios, dale las gracias por su deseo de protegerte, pero ¡déjalo afuera!

Según los expertos, existen siete miedos muy bien definidos cuando se trata de hablar en público:

Hacer el ridículo.

O A LOS POCOS QUE VAN A ANALIZAR METICULOSAMENTE TODO LO QUE DIGAS? 1 2 3 4 5 6 7

Que te critiquen porque no estás bien preparado para el tema.

Caerles mal a quienes te escuchan.

Quedarte en blanco.

No poder responder las preguntas que te hagan.

Hacer una exposición y que para los demás resulte desorganizada.

Hablar mucho o, peor, muy poco, para el tiempo que tienes estipulado.

¿A QUIÉN QUIERES DIRIGIR EL MENSAJE, A LOS QUE

TIENEN INTERÉS EN

ÉL

Como ves, todos los temores tienen que ver con cómo te ven los demás, y si bien es lógico que si le estamos hablando a alguien, ellos sean los jueces a los que debemos escuchar, también es cierto que muchos de esos recelos son infundados. ¿Cómo descubrir cuándo escuchar a tu mente y cuándo no?, bueno, el siguiente ejercicio puede ser de gran ayuda.

Busca un lugar tranquilo, toma papel y lápiz o abre notas en tu celular o computador y escribe tres miedos que te surjan al pensar en hablar en público, y ahora frente a cada uno responde:

1. ¿Para qué te sirven?

2. ¿Son temores objetivos o infundados?

3. ¿Qué es lo peor que te podría pasar?

4. ¿Cómo puedes prepararte para sentir que tienes todo el control?

5. ¿Qué opiniones son más valiosas para ti?

“¡ME

RESBALAN!”

Muchas personas, después de estudiar guías y guías para aprender a hablar en público, llegan al momento de la puesta en escena y todos los pensamientos positivos y trucos que se habían aprendido de memoria, como “imagínatelos en el baño”, se van directamente a la basura cuando se dan cuenta de que se ponen rojos como un tomate, se notan temblando o se escuchan a sí mismos tartamudeando o con la voz quebrada… Ante estos síntomas de tu ser físico y emocional, solo debes recordar dos palabras: ¿y qué? Por favor, ponlo en práctica lo antes posible. Por ejemplo, piensa en una persona a la que quieras darle las gracias o con la que quieras sincerarte, pero que, hasta ahora, no hayas “encontrado” el momento de hacerlo. Ve y ¡hazlo de corazón!, pero presta atención a cómo afloran tus emociones y di (mejor en voz baja) ¿y qué? ¡Me resbalan mis temores! Cuando dejas aflorar tus sentimientos ya no tienes que luchar por guardarlos y dejas de centrarte en ellos para enfocarte en lo que es importante.

Probablemente mientras hables, alguno pensará que te estás poniendo nervioso, pero si tú haces oídos sordos a tus reacciones físicas y sigues concentrado en el mensaje, ellos también lo harán. Si decides que tus “síntomas” te resbalen, ya ni siquiera aflorarán, porque no les darás importancia... aunque si alguna vez aparecen, concéntrate en el mensaje que debes dar. Por ejemplo: estás en el “Titanic II” y quieres avisar a los tripulantes de la estrategia por seguir para subir en los botes. Esta vez los hay de sobra, pero el tiempo es justo y necesitas dar las instrucciones precisas… ¿Crees que te pondrías nervioso pensando en qué dirán de ti o en las muletillas que usas?

Lo perfecto, enemigo de lo bueno

Cuántas veces hemos querido hacer un trabajo a la perfección y ha terminado en la papelera por no llegar a nuestro objetivo ideal, o a pesar de haberlo realizado magistralmente, no ha sido suficiente para nosotros porque no era “perfecto”.

Todos los seres humanos tenemos defectos y afortunadamente es así. Una cosa es que nos propongamos cumplir con nuestras responsabilidades con la mejor actitud y otra es que el resultado sea “absolutamente perfecto”, pues siempre alguien criticará.

Ten claro que si buscan tus fallas, las van a encontrar. No puedes esconder parte de ti, y recuerda que cada persona es libre de fijarse en lo que quiera fijarse, ¡aunque sea en tus muletillas o en tus gestos! Es más, respeta su libertad, solo céntrate en lo que quieras decir para que llegue a las personas que honestamente quieren escucharte.

CADA UNO INTERPRETA SU REALIDAD SEGÚN SU HISTORIA, ASÍ QUE CUIDADO CON ACOGER

LAS CRÍTICAS COMO LA VERDAD ABSOLUTA.

USA LAS EMOCIONES PARA IMPACTAR

ALEGRÍA,

ADMIRACIÓN, SORPRESA, EMPATÍA Y MUCHAS MÁS… SI QUEREMOS QUE LOS DEMÁS SE CONECTEN CON NUESTRO MENSAJE, DEBEMOS COMPRENDER NUESTRAS EMOCIONES Y LAS DE LOS DEMÁS.

Desde que nacemos, somos puramente emocionales, y aunque usemos el intelecto a través del lenguaje para comunicarnos, los sentimientos viven en nosotros, pues así nos relacionamos con los demás.

Y como son unos “instrumentos” muy eficaces para conectar con el otro, debemos utilizarlos a conciencia. ¿Cómo?

Hay personas que por educación, o por ser más expresivos, o porque les gusta, tienen mayor facilidad para empatizar con los demás y transmitir emociones. A otros les cuesta más, pero siempre se puede aprender. Lo primero y más aconsejable es que te des cuenta de que las emociones, además de ser imprescindibles, son tus amigas; te facilitan la comunicación, te “humanizan” y te acercan a tus semejantes.

Los grandes comunicadores y los políticos lo saben muy bien y lo usan a la perfección, por eso en sus discursos nunca falta un toque que conmueve, es decir, que modifica algo en el interlocutor. Por eso, aunque tengas muchos datos para dar, habla genuinamente desde el corazón, por lo menos una vez, durante la presentación; esta es la mejor manera de conectar con tu público. Puedes llegarles con una pequeña anécdota, una reflexión o una confesión y mejor si las haces al principio, porque cultivarás el ambiente caluroso de apertura a lo que quieras contarles.

¿QUÉ QUIERES CONSEGUIR?

Somos seres humanos y no dejamos el corazón en casa, por muy profesional que sea lo que vas a decir, lo que más recordará tu audiencia será lo que digas con emoción. Por eso, no te centres solo en lo que vas a hablar, tienes una tarea más importante entre manos: emocionar, tomando en consideración los siguientes pasos.

1 ESTABLECE TU META

Cuando vas a dar un discurso, una conferencia o quieres hablarles a tus seguidores, siempre es para conseguir algo. No des por sentado que es obvio, es necesario que lo definas. Si lo concretas y lo escribes será mucho más fácil centrarte en lo importante y tener éxito en lo que quieres, dejando de lado los fantasmas de la incertidumbre.

Así que te invitamos a dedicar unos minutos a responder las siguientes preguntas y, por favor, de manera concreta; no vale: “que salga bien”, “por salir del paso” o “así lo hacen los demás”, pero si esos son tus objetivos, explica qué significa para ti “que salga bien”, “salir del paso” o cómo es que “lo hacen los demás”. Después de esta aclaración, aquí las preguntas.

* ¿Qué esperas lograr con la presentación que darás?

* ¿Quieres motivar o informar a la audiencia?

* ¿Tu propósito es contarles sobre un proyecto y, también, conocer su opinión?

* ¿Deseas decirles sobre cómo has vivido estos días o dar los resultados de algo en lo que estás trabajando?

* ¿Vas a hablar de una persona querida y tu objetivo es que toque los sentimientos de quienes te escuchan?

* ¿Qué emoción te gustaría que quedara en tu audiencia?

Ten en cuenta que si tú mismo no te esfuerzas por pensar qué quieres conseguir, no puedes esperar que los demás se conecten contigo.

2 LIMITA LO QUE VAS A TRANSMITIR

Si tienes mucho que contar, se te hará más fácil la presentación, pero recuerda que no se quedarán con más de tres ideas, así que no pretendas transmitirles toda tu sabiduría sobre el tema como con en un embudo. Aquí es donde la preparación desempeña un papel clave, y por mucho que sepas o por muy seguro que estés de ti mismo, es importante saber tres datos:

* A quién se lo vas a contar. Adapta tu mensaje a la edad de los participantes, nivel cultural y educativo y grado de conocimiento sobre el tema que se va a tratar, etc.

* Cómo vas a estructurar el discurso. Hazlo en torno a las tres o cuatro ideas principales y redacta un listado breve que te recuerde el orden de las ideas por desarrollar.

* Prepara la introducción. Los primeros minutos son clave para captar la atención de la audiencia, cuéntales para qué estás ahí y qué esperas que se lleven. La anticipación facilita la concentración en el tema, además de que ayudas a crear un ambiente de confianza al decirles qué van a conseguir ante la pregunta que no falla en esos momentos: “¿Por qué habré venido aquí (o por qué me conecté contigo)?”.

3

APRENDE A TERMINAR

El entusiasmo es bueno, pero en exceso puede fatigar. Así que si quieres que se lleven un buen recuerdo, respeta los horarios. Al final conviene resumir lo que se ha desarrollado e invitar a que el público haga lo suyo con la información que has compartido.

4

AGRADECE SIEMPRE

Tan pronto llegues, da las gracias por haber respondido a tu convocatoria. Si los valoras, será

más fácil que ellos te valoren a ti y que se abran a lo que quieras informarles, contarles o enseñarles.

Agradece también a cada pregunta que te hagan, y sobre todo al final, por el rato que pasaron juntos y por haberte permitido hacer tu exposición. Y, por supuesto, no olvides agradecer al equipo de apoyo y a las demás personas que te colaboraron. De acuerdo con los especialistas en el tema de la gratitud, cuando agradeces, abres la puerta a un nuevo encuentro.

CONCENTRARTE UNOS SEGUNDOS

DEJA LOS NERVIOS EN CASA

Aunque no lo creas, una porción dosificada de intranquilidad siempre es buena. De hecho, los grandes expositores han manifestado tenerla al inicio. Los nervios, en su justa medida, nos ayudan a preocuparnos por hacerlo mejor, anticipándonos, preparando adecuadamente nuestro material y practicando si es necesario. Es más, esos pequeños nervios son la muestra de que nos interesa realmente lo que vamos a hacer, puesto que si no nos importara, ni siquiera nos inmutaríamos. El miedo escénico es una sensación normal en cualquier persona que haya tenido que enfrentarse a un público, incluso los más expertos lo sufren. Para combatirlo debemos:

Entrenar y ensayar previamente. No hagas prácticas de última hora, pues al igual que ocurre con los exámenes en el colegio, solo hace que nos fatiguemos y nos quede una sensación de inseguridad sobre si estamos o no preparados. Mejor tómate unos minutos para visualizar el material con tranquilidad y trabaja sobre puntos determinados.

Conocer de antemano el auditorio y el escenario. Llega temprano y familiarízate con el lugar. Si es posible, ubícate en el sitio desde donde vas a hablar. Y ya en la charla, si cometes un error, continúa; no le des importancia.

Hora de las dudas

Hay conferencistas que pueden hablar horas y horas, pero evitan a toda costa las preguntas. Parece como si en ese preciso momento, cada participante del público sacara a afilar su cuchillo y el pobre orador se fuera haciendo pequeñito. ¡No hay que enfocarlo así! En el turno de preguntas, recuerda:

* Averiguar el nombre y dar las gracias por su aporte.

* Si no sabes la respuesta, dilo honestamente; ten en cuenta que fuiste a hablar de un tema, pero no tienes por qué saber todas las respuestas y soluciones relacionadas con él. Puedes decir: “Aunque he oído hablar sobre ese asunto, no tengo información contrastada sobre el asunto, así que prefiero no contestarte, pero lo averiguaré”.

* Procura ser natural y familiar, para que los asistentes participen sin miedo.

* Haz tus propias preguntas para que los oyentes tomen parte activa y participen.

HATERS:

MANUAL DE SUPERVIVENCIA

¿CÓMO NAVEGAR EN ESTE MAR DE NEGATIVIDAD Y CRÍTICAS DESTRUCTIVAS SIN HUNDIRTE EN SUS PROFUNDIDADES? AQUÍ LA RESPUESTA.

Antes de reaccionar, es crucial comprender la motivación detrás del odio. Un hater no busca mejorar, sino denigrar, motivado por los celos, la inseguridad, el aburrimiento, la búsqueda de atención o, incluso, debido a un desorden psicológico. Reconocer esta distinción es el primer paso para una respuesta adecuada. Otras medidas que puedes tomar son:

1 NO ALIMENTES AL TROLL

Los haters prosperan con la atención y la confrontación, así que ponerse a su nivel solo valida su comportamiento y lo alienta a continuar. De allí que la respuesta más poderosa puede ser dejarlo pasar, la falta de reacción suele desanimarlo.

2 REACCIONA SOLO SI

Hay situaciones en las que una respuesta es necesaria, especial-

mente si el comentario es difamatorio, amenazante o difunde una información errónea; sin embargo, la forma en que lo hagas es crucial. Si lo haces con calma y profesionalismo, desarmas al hater y muestras a tu audiencia que eres una persona razonable. Un simple: “Entiendo tu punto, pero mi intención es...”, puede ser más efectivo que una refutación airada. Y si se trata de una información falsa, corrige los hechos de manera concisa.

3

CUÁNDO BLOQUEARLO

Las plataformas están cada vez más atentas a este tipo de comportamientos, tienen políticas contra el acoso, el discurso de odio y las amenazas y ofrecen herramientas para suprimir a los usuarios problemáticos. Usar estas funciones no es un signo de debilidad, sino de autoprotección, así que si un comentario se pasa de la raya, repórtalo.

4

CONVIÉRTELO EN UNA OPORTUNIDAD

Una respuesta ingeniosa y respetuosa puede hacerte ganar nuevos seguidores, aun cuando esto requiere un juicio cuidadoso. Si quieres saber cómo hacerlo, puedes revisar de qué manera personajes influyentes han usado las críticas como impulso para mejorar.

5

DESCONÉCTATE

Tómate descansos de las redes sociales. No necesitas estar conectada 24/7 a una pantalla.

RODÉATE DE POSITIVIDAD

Conéctate con personas que te apoyen y te inspiren.

RECUERDA TU PROPÓSITO

¿Por qué razones estás en línea?

BUSCA APOYO

Si el acoso se vuelve abrumador, habla con amigos y familiares o busca ayuda profesional.

NO LO PERSONALICES

Puede sonar cliché, pero es el consejo más difícil y más importante. Recuerda que el ataque rara vez se trata de ti, es del hater, así que no tomes los comentarios destructivos como ataques personales. Recordar esto te ayuda a desactivar la reacción emocional inicial y evitar que caigas en provocaciones.

COMO ES IMPOSIBLE EVITAR A LOS HATERS, DEBES APRENDER A RESPONDERLES.

PREPARA EL SET

ASÍ SE TRATE DE GRABAR UN VIDEO DE 30 SEGUNDOS

O UNA CHARLA DE 1 HORA, DEBES TOMARTE EL TIEMPO PARA REVISAR QUE TODO ESTÉ DISPUESTO, NO QUERRÁS QUE “INOPORTUNAS DISTRACCIONES” LE RESTEN IMPORTANCIA A TU MENSAJE.

Sin llegar a declarar que la primera impresión es la que cuenta, sí creemos que es la que se quedará más profundamente grabada en nuestro subconsciente. En los diez primeros segundos de nuestra aparición en público es cuando se produce un escáner inmediato de lo que nos gusta y no gusta de los otros, de allí que sea importante escoger las palabras que encajen directamente con lo que queremos comunicar y evitar ambigüedades, pues más vale una frase bien dicha que cinco imprecisas. El set también es imporante pues no es solo un fondo escénico, sino una herramienta de comunicación. Cada luz, color y disposición transmiten un mensaje.

Conoce las cuatro recomendaciones más efectivas que usan los expertos para lograr impactar a la audiencia.

ELIGE BIEN

TU VESTUARIO

La meta es que vaya en armonía con el mensaje, si no, imagínate a Gandhi con el traje de abogado de sus primeros años: la incongruencia entre esa manera de vestir y su mensaje posterior no hubiera ayudado tanto a su causa pacifista como lo hizo su atuendo blanco.

Claro que si quieres resaltar tu personalidad peculiar por encima de todos, adelante, pero ten en cuenta que tu público estará más pendiente de tu atuendo que del mensaje que busques transmitirles.

CUIDA TU

POSTURA

Somos cuerpo y, por tanto, con este declaramos cómo somos o estamos. La gran noticia es que no solo la emoción y el pensamiento afectan tu postura, sino que tu actitud puede cambiar el cómo te sientes. Esto quiere decir que, si nos ponemos en una posición de equilibrio, erguidos y con la mirada alta, nuestro ánimo se alineará con esta pose y comunicaremos serenidad y confianza.

MODULA TU VOZ

Es el vehículo mediante el cual logramos transmitir nuestro mensaje. La voz nos da información sobre el estado de ánimo, la cultura, el nivel intelectual, el carácter y la región de donde procede la persona.

Si quieres hacerte oír, adapta el volumen al entorno. ¿No te has sentido irritado cuando no oyes al interlocutor porque habla muy bajito o, al contrario, porque no para de gritar?

Recuerda que debes hablar despacio, respirar para conseguir una buena entonación y hacer algunas pausas.

CUIDADO CON LAS MULETILLAS

No hace falta que nos obsesionemos, pero es recomendable ensayar lo que vas a decir para ser conscientes de estas y reducirlas al máximo, pues entorpecen la transmisión de nuestro mensaje. Hay algunas que resultan más “cortantes” que otras, como: “vamos a ver”, “¿Entiendes?”, “¿Verdad?”, “correcto”, “bueno”, “eh”, “es decir…”, “o sea” o “aeemmm”, así que evítalas al máximo.

EL ESCENARIO PERFECTO

Ya sea una gran tarima, un pequeño salón o ese rincón donde grabarás, revisa que todo esté en su lugar, nada de chaquetas colgadas de manera desordenada, bolsos en sitios que no correspondan, objetos que se roben la atención, un micrófono que no esté bien colocado o una Iluminación deficiente.

Si es una presentación ante un público es mejor que permanezcas de pie y en movimiento para mantenerlos despiertos, siempre que no vayas correteando por la sala, por supuesto, ya que pueden prestarle más atención a tus idas y venidas que al mensaje en sí.

También, si vas a hablar en público, es importante estar atento a tu mirada, y como nos es imposible abarcar todo el lugar de un solo vistazo, un truco es dividir la sala en cuatro o cinco secciones y mantener unos segundos la mirada en cada una de ellas.

Algo que debes tener presente, ya sea que tu público esté de manera presencial o virtual, es hablar con los brazos y con los gestos. Además, acompáñate con el material adecuado como documentación y ayudas audiovisuales. Y siempre ten un plan B por si algo falla, por ejemplo, ten la presentación impresa y lleva cables extra.

NO HABLES EN PASIVO. POR EJEMPLO,

LA

FRASE:

“ESTE PROYECTO HA SIDO CREADO PARA”, CÁMBIALA POR: “HEMOS CREADO ESTE PROYECTO PARA…”.

7 FORMAS DE LOGRAR QUE TE CREA

Ya sea en una conversación cotidiana, en una sala de juntas o frente a una audiencia, la credibilidad es una herramienta poderosa. Conoce las estrategias más efectivas para lograr que tu mensaje realmente impacte.

1 Exposición

2

Asimilación

Se trata de presentar, en términos simples y concisos, el significado de una afirmación. Mostrar de manera clara el pensamiento propio a los demás.

No es fácil hacer que una persona cambie su opinión actual por un concepto nuevo, o lograr que contribuya a una causa con una simple declaración. Necesitas una sucesión de detalles, argumentos e ilustraciones para conseguir que la atención del público se centre repetidamente en lo que estás diciendo, hasta alcanzar la meta propuesta. Si dices: “Una persona, si se lo propone, puede alcanzar el éxito”, es posible que no impacte, pero si afirmas: “Edison se propuso triunfar y lo logró”, la mente encontrará un ejemplo concreto y se lo creerá.

3

Reafirmación

4 Comparación

Se debe usar la repetición cuando se necesite mayor concentración en una declaración importante. Si la meta del líder es informar, la repetición puede ser necesaria, a fin de aclarar la oscuridad resultante de la falta de familiaridad con el significado de las palabras o la complejidad de la estructura. Sin embargo, no es recomendable usar indiscriminadamente las reafirmaciones, porque eso podría llegar a molestar e incluso a producir la reacción contraria a la que buscamos.

Es posible apoyar nuestra afirmación haciendo notar las similitudes existentes entre lo que el público ya sabe y lo que ignora. Es conectar lo conocido con lo desconocido.

5

Ilustración general

6

Ejemplos específicos

7

Testimonio

Dar detalles acerca de la idea expresada en la afirmación original, ampliada, aunque no individualizada. Por ejemplo, si dices “Grecia tuvo grandes hombres”, puedes aclararla y apoyarla con esta ilustración general: “Tuvo autores, filósofos, poetas y expertos en medicina”.

Se ocupa de lo concreto: fechas, tiempos, datos, nombres. Es individual, absoluta y precisa, a diferencia de la ilustración general. El ejemplo específico para la misma aseveración anterior sobre Grecia, podría ser: “Tuvo a Demóstenes, a Esquilo, a Platón, a Aristóteles, a Sófocles, a Homero y a Hipócrates”.

Que una figura autorizada verifique lo que estás diciendo es una estrategia utilizada ampliamente en la publicidad, por ejemplo, cuando un atleta dice que come un cereal de cierta marca para el desayuno. Si tú quieres utilizar un testimonio eficazmente, es importante que domines el entorno del tema en cuestión y te relaciones con personas reconocidas que lo conozcan. Sin embargo, no debes abusar de los testimonios, porque destruyen la confianza del público.

DE LA IDEA AL APLAUSO: LAS CLAVES

HABLARLE A UN PÚBLICO REQUIERE ALGO MÁS QUE TENER UN MENSAJE CLARO, DEBES TRABAJAR EN FORTALECER TU PERSONALIDAD. AQUÍ

LOS RECURSOS DE UN BUEN ORADOR, ¿CUÁLES TIENES?

Todos conocemos a esas personas que no se callan ni debajo del agua y a las que normalmente tampoco les da vergüenza hablar ante un gran grupo. En lugar de envidiar su capacidad, puedes trabajar en el desarrollo de las habilidades que, según Luis Vergés, un estudioso del tema, tienen las personas capaces de pararse frente a un auditorio o una cámara, como si estuvieran en brazos de su mamá. Analiza cada una de ellas y pregúntate honestamente en cuáles tienes saldo en rojo y en cuáles un cinco aclamado.

1

Confianza adecuada. ¿Sientes seguridad en ti mismo sin caer en la arrogancia o la imprudencia? La verdadera confianza nace de la preparación, de saber escuchar, adaptarse y aprender de los demás sin sentirse amenazado.

2

Buena autoestima. No se trata de creerse mejor que los demás, sino de reconocer tu propio valor sin depender de la aprobación de otras personas. Entender tus limitaciones, priorizar tu bienestar, saber decir “no” cuando es necesario y elegir relaciones que te sumen son aspectos determinantes de una buena autoestima.

3

Tolerancia a las frustraciones. Es saber manejar los obstáculos y las decepciones sin que afecten negativamente tu bienestar emocional. Debes aprender que no todo saldrá como lo planeas y ver los contratiempos como oportunidades para mejorar.

4

Paciencia. Ni resignación ni pasividad, es una actitud activa y consciente que te permite entender que los demás también tienen sus propios ritmos, tiempos y circunstancias.

5Capacidad para relajarte. Borra de tu mente la idea de que es “no hacer nada”; todo lo contrario, es la habilidad para reducir la tensión física y mental, logrando un estado de calma y tranquilidad.

6

Perseverancia. A ese objetivo que tienes en mente debes dedicarle el tiempo y el esfuerzo necesarios de manera regular, no solo cuando te sientes inspirado.

7

Resiliencia. Se puede comparar con la capacidad de un árbol para doblarse ante el viento de una tormenta sin romperse, y

luego volver a su posición original o incluso crecer más fuerte. Una persona resiliente no es inmune al sufrimiento, pero posee las herramientas internas para afrontar los desafíos y seguir adelante.

8

Concentración. En un mundo lleno de estímulos constantes, ser capaz de dirigir y mantener la atención de manera intencional y sostenida hacia una tarea, actividad, objeto o pensamiento específico, se ha vuelto una habilidad cada vez más valiosa.

9

Buena memoria. Contrario a la creencia popular, no es una única “caja” en el cerebro, sino un conjunto complejo de sistemas interconectados que implica: aprender cosas nuevas rápidamente, conectar ideas y conceptos, aplicar conocimientos en diferentes situaciones y recordar experiencias pasadas de manera efectiva o detalles importantes (desde fechas hasta conversaciones y caras). La memoria es una habilidad que se puede entrenar.

10

Autoafirmación. Para poder establecer relaciones sanas y defender tus derechos sin ser agresivo ni sumiso debes tener la capacidad de expresar tus pensamientos, emociones y necesidades de manera clara y respetuosa.

11

Iniciativa. Es tomar decisiones, buscar soluciones y asumir responsabilidades para generar cambios positivos, sin esperar a que otros te indiquen qué hacer.

12 Flexibilidad de pensamientos. ¿Puedes adaptarte a nuevas ideas, perspectivas y cambios, sin aferrarte rígidamente a una sola forma de ver las cosas?

La mayoría de estas herramientas las tienes en tu poder, lo único que debes hacer es saber que las posees y tenerlas presentes para utilizarlas, algunas más conscientemente que otras, hasta que el 99 % de ellas te salgan en automático. ¿Y hasta cuándo? Pues esto es como casi todo en la vida, practicar, practicar y practicar, pero la buena noticia es que estas habilidades no solo te ayudarán para el campo concreto de hablar en público, sino para todo tu ámbito profesional y personal.

13 más...

Luis Vergés también habla de recursos sociales, educativos y técnicos, estos son:

• Actualización constante de los conocimientos.

• Manejo profundo de los temas que abordas.

• Capacidad de inspirar atención y respeto del público.

• Liderazgo.

• Empatía para entender las necesidades de quienes te van a escuchar.

• Tener una personalidad atrayente y auténtica.

• Poseer buena dicción, fluidez y entonación.

• Usar adecuadamente los recursos en la introducción.

• Tener un discurso elaborado.

• Seleccionar la cantidad y el orden lógico de las ideas que vas a transmitir.

• Aprovechar algunos recursos de impacto para el momento del cierre o la conclusión.

• Usar correctamente el micrófono y las ayudas visuales.

NOTAS FINALES

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

Uno de los mejores equipos corporativos del planeta fue el encargado del diseño y desarrollo de productos de Apple, bajo la dirección de Steve Jobs. El grupo se caracterizó por una colaboración intensa entre diseñadores, ingenieros, y expertos en mercadeo que dio origen a productos revolucionarios como el iPod, el iPhone y el iPad. Su éxito radicó en combinar creatividad, innovación tecnológica y una comunicación fluida que permitió que cada departamento entendiera perfectamente las necesidades y desafíos de los otros, alineándose hacia un objetivo común.

TIPOS DE INFLUENCIADORES

Más allá del número de seguidores, cada categoría tiene un público específico.

Megainfluencers (más de 1 millón)

Llegan a decenas de millones de personas y manejan varias plataformas, por lo que suelen tener una audiencia muy diversa.

Macroinfluencers (de 100 000 a 1 millón)

Cuentan con credibilidad y audiencias comprometidas, suelen ser una celebridad, un deportista o un líder de opinión.

Microinfluencers (de 1000 a 100 000).

Se centran en un nicho, generalmente se trata de alguien conocedor de una industria o especialista en un tema determinado.

Nanoinfluencers (menos de 1000).

Tienen una relación real con la mayoría de sus seguidores.

¿QUÉ QUIERES CONSEGUIR?

Para alcanzar una meta, lo primero es saber cuál es. Cuando vas a dar un discurso, siempre es para conseguir algo, pero es importante que identifiques el objetivo. No des por hecho que esto es siempre obvio, porque cada persona puede tener uno distinto en cada presentación. Si lo concretas y lo escribes será mucho más fácil centrarte en lo importante y tener éxito en lo que quieres, dejando de lado los fantasmas de la incertidumbre.

EL 93 % DE LA COMUNICACIÓN NO ES VERBAL

Según estudios del psicólogo e investigador iraní Albert Mehrabian, cuando hablamos de emociones o actitudes, únicamente el 7 % del mensaje se transmite con palabras, el 38 % con el tono de voz y el 55 % con el lenguaje corporal. El experto asegura que, en la mayoría de los casos, el lenguaje corporal contradice el mensaje verbal, pues cuando alguien dice una cosa pero su cuerpo expresa otra, las personas tienden a creer lo que ven, no lo que oyen.

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