Taller de construcción para miniarquitectos: «Vivir en las nubes» Nuria Prieto
¿Se puede vivir en las nubes? ¿Dentro de una nube? Los arquitectos a veces diseñamos nubes, pero para hacer algo así es necesario construir con aire, y desarrollar una tipología nueva. La arquitectura inflable es un tipo de construcción efímera que utiliza pocos recursos y produce un espacio sorprendente. El pequeño inflable construido en el contexto de PERinSHABLE en el Colegio de Arquitectos de Málaga, es una pieza que toma su tecnología constructiva de las propuestas del arquitecto español José Miguel de Prada Poole y del estudio norteamericano Ant Farm. Ambos referentes comparten aspectos comunes como el uso de una tecnología de bajo coste que permite la autoconstrucción. Características que están presentes en el proceso de construcción de obras como la Ciudad Instantánea de Ibiza (Ibiza, 1971) o Inflatables de Ant Farm (Proyecto nómada en los estados de Texas, California, Nuevo México, 1971). Sus autores registraron gráficamente ambas obras con una voluntad divulgativa en la que, compartir conocimientos y proponer nuevas formas de mirar la arquitectura se encuentran en la esencia del proyecto. La sencillez tecnológica, el bajo coste material y la autoconstrucción, permiten trasladar estas arquitecturas al ámbito infantil. Los «miniarquitectos», comprenden de forma rápida la lógica inherente a la arquitectura inflable y así son capaces de interpretar la estructura. Con apenas unas breves indicaciones, desarrollan el patronaje de la membrana, lo unen y esperan al estado final de la estructura, el inflado. El inflable construido en el festival PERinSHABLE, estaba formado por dos módulos sencillos de base hexagonal, unidos entre sí. La estructura se elevó mediante un solo ventilador, utilizando un segundo convector de apoyo con aporte de aire caliente para estabilizar compensando las pérdidas de presión debido a la entrada y salida del volumen. Pero la arquitectura inflable no termina con el final de la construcción. Si no que, realmente es una pieza perecedera y por lo tanto orgánica.
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Prada Poole diseñó un inflable para el pintor Salvador Dalí, quien realizó una performance en su casa de Port Lligat, narrada por Orson Welles, en la que realizaba dibujos en el mismo mientras un grupo de jóvenes bailaba y se agolpaba en el exterior. A raíz de esta experiencia, los niños colonizaron el inflable, dibujando por dentro y por fuera, y pegándole estrellas por el exterior, lo que convirtió el espacio interior en un lugar mágico. La percepción de una arquitectura inflable de escala baja o media es la de estar dentro de un organismo vivo, una experiencia uterina que actúa sobre las emociones produciendo sensación de protección, relajación y optimismo. Los niños construyeron y disfrutaron este espacio añadiendo una capa perceptiva más, la de la magia a través de su interacción con el inflable y de un cielo lleno de estrellas.