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Inusual · Manu Barba

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Luis Ruiz Padrón

Luis Ruiz Padrón

Manu Barba

Reseñas Inusual

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Infrecuente, que no es usual

La Real Academia no se complica y da una definición dramáticamente parca de la palabra inusual. Una definición que parece casi a medio acabar, como una película con final abierto donde el vastísimo campo de lo que nos es ajeno a lo frecuente aparece preparado para recibir casi cualquier cosa en su haber. Y es que gran cantidad de cosas son infrecuentes, especialmente en el presente marcado por el año 2020: nuestras costumbres, nuestra forma de relacionarnos, la inestabilidad y por tanto el miedo, incluso podríamos cuestionarnos lo que consideramos usual o inusual ya que no sabemos la permanencia de ciertas costumbres que algunos todavía queremos considerar temporales pese a las prórrogas que a regañadientes vamos concediendo. La palabra inusual ocasionalmente está acompañada de una connotación casi negativa, cercana a esa definición de raro que implica una ceja arqueada, o un salir a la fuerza de esa zona de confort donde podríamos languidecer eternamente. Sin embargo, si planteamos lo inusual desde el prisma positivo, nos encontramos con lo extraordinario, con el descubrimiento, con la sorpresa, la ilusión o la emoción, palabras mucho más cercanas a la definición de lo que esta librería ha supuesto para Granada y sus habitantes.

Y es que «la Inusual» surge de un momento estelar, haciendo gala de su definición ya que en su génesis existe una confluencia de circunstancias no muy comunes en los proyectos de arquitectura. Por un lado, nos encontramos con Paula Puigmartí y Guillem Galbany, unos promotores para los que la librería supone mucho más que un simple proyecto. Es un nue-

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vo comienzo para el que han estado tiempo preparándose, quieren saltar al vacío que supone emprender con decisión e ideas claras para hacer de esa librería un ancla en Granada, una razón para venir, quedarse y pertenecer a la ciudad. Además de las ganas, estos promotores aportan un bagaje muy interesante en su concepción del arte y la arquitectura que va a dirigir la mirada hacia un horizonte absolutamente heterodoxo en la ciudad.

Al otro lado, acompañando ese salto nos encontramos a José Miguel Gómez Acosta y Luis O’Valle Martínez que forman el estudio de arquitectura Márgenes, un tándem que pese a estrenarse como estudio con este proyecto aúna una enorme experiencia editorial, destacando las revistas homónimas Márgenes Arquitectura, que aporta un enorme conocimiento de la publicación como objeto, así como una clarividencia arquitectónica enraizada en la construcción andaluza contemporánea y que bebe de la cercanía a la obra de Antonio Jiménez Torrecillas.

En el entendimiento mutuo entre ambos equipos se plantea un proyecto que es un contenedor en blanco vestido de libros, un espacio que siendo consciente de sus circunstancias elige un tono marcadamente silencioso. La materialidad del local número 7 de la calle Natalio Rivas, su gran fachada, su patio y el puzle de retales de su forjado y paramentos es condicionante para acometer la reforma a través de un puñado de gestos, que podrían contarse como una partida de ajedrez en cuatro movimientos: suelo, carpintería, iluminación y estanterías. El estudio Márgenes plantea un suelo de hormigón extendido a mano, conscientes no del aspecto fotogénico de este recién terminado, liberándose de la tiranía de lo visual y la imagen, sino de su evolución con la posición y aspecto de sus futuras grietas que son cicatrices del paso del tiempo por el local y que plantean como un kintsugi vivo. La carpintería cierra el local de forma invisible al exterior, quebrándose para ofrecer al visitante un zaguán donde comenzar la librería sin entrar, a través de anuncios, ofertas o incluso gel hidroalcohólico. Esta carpintería enlaza materialmente con unas estanterías de tablas y tocones de madera optimizada al milímetro que solo se hace más compleja en el mostrador donde Paula y Guillem atienden a los visitantes. Finalmente, todo se adereza con una iluminación cenital indirecta hecha ex profeso para el proyecto a la que ocasionalmente se añaden luminarias singulares, que condicionan los espacios producidos por los quiebros del local hacia el interior de la manzana.

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«La Inusual es un lugar donde los géneros entre la literatura, el arte o la arquitectura desdibujan sus límites para ofrecer una visión equilibrada e intregradora»

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[1] https://www.granadadigital.es/pandemia-covid-19-provoca-cierre-40-ciento-negocios-granada/ Y en este caldo de dos equipos perfectamente coordinados, de un proyecto perfectamente a tono con el local donde se ubica, aparece una circunstancia externa a ambos equipos, un terremoto que cambia lo que supone esta librería para la ciudad y sus habitantes: la crisis del coronavirus. El 14 de marzo se cierra el país a todos los efectos, hasta que las primeras medidas permiten que la obra, prevista para ese mes, comience en mayo de 2020. Durante la pandemia el entendimiento promotores-arquitectos se extiende hacia arquitectos-oficiales, ya que en la extrañeza de aquellos momentos la obra de «la Inusual» se mantiene a flote llevando a los implicados en la obra un trozo de normalidad en una ciudad enrarecida. Y eso provoca que en septiembre de 2020 se inaugure una librería nueva en una ciudad que había visto cómo el 40% de los negocios cerraban[1] .

Y sin embargo, en su valentía radicó su fortaleza. La gente de Granada, consciente tras el primer confinamiento de la importancia de la lectura y necesitados de esos atisbos de normalidad, recibió a la librería y su apertura como el clavo ardiendo al que había que agarrarse para seguir adelante, y a Paula y Guillem como los médicos a los que pedirles recetas encuadernadas. La Inusual, cuyo nombre apelaba a lo doméstico femenino de las librerías pero también a esa diferencia con la compra maquinista y mecánica propia del siglo XXI, se había hecho un hueco.

Y ese empujón ha permitido que desde entonces este espacio se haya convertido en un nodo de atracción en el límite del centro histórico al que se peregrina deliberadamente. Un lugar donde los géneros entre la literatura, el arte o la arquitectura desdibujan sus límites para ofrecer una visión equilibrada e integradora al visitante, invitando a descubrir dónde subyace la arquitectura en la novela o cuánto hay de poético en un texto técnico. En definitiva un espacio que transgrede los límites comerciales para ofrecer una isla donde también se pueden ver presentaciones o conciertos, o simplemente estar, dentro de la ciudad pero en paralelo a esta, apartado de su velocidad y apoyado para construir una definición infinitamente personal de lo que es y no es inusual.

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Figura 1. Vista desde la calle Natalio Rivas. Fotografía de Eva Ruiz Morillas, diciembre 2020. Figura 2. Mostrador de la Inusual. Fotografía de Eva Ruiz Morillas, diciembre 2020. Figura 3. Zaguán de entrada. Fotografía de Eva Ruiz Morillas, diciembre 2020. Figura 4. Patio al fondo de la librería. Fotografía de Eva Ruiz Morillas, diciembre 2020. Figura 5. Montaje de las estanterías. Fotografía de José Miguel Gómez Acosta, 2020. Figura 6. Espacio de transición entre la entrada, el patio y el fondo de la librería. Fotografía de Eva Ruiz Morillas, diciembre 2020.

* Manu Barba es Arquitecto.

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