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De “pegado al frente”, y de veneno
Y SIGNIFICADOS
De “pegado al frente”,
Y DE VENENO
Arrigo Coen Anitúa (†)
www.wikipedia.org A la voz protocolo le dan cierta atención los eti-
mólogos de la Real Academia, quienes explican: “Del bajo latín protocollum, y éste del bajo griego protókolon, que propiamente signifi ca la primera hoja encolada o pegada; de prótos, primero y kolláoo, pegar.” Y uno sigue leyendo, con la esperanza de hallar en las acepciones la explicación de tal signifi cado original; pero no: véase lo que a continuación aparece en el artículo correspondiente: “Serie ordenada de escrituras matrices y otros documentos que un notario o escribano autoriza y custodia con ciertas formalidades.// 2. Acta o cuaderno de actas relativas a un acuerdo, conferencia o congreso diplomático.// 3. Regla ceremonial diplomática o palatina establecida por decreto o por cosJustiniano, emperador del Imperio bizantino. tumbre. 4. Plan escrito y detallado de un experimento científi co, un ensayo clínico o una actuación médica”. Considero que cuando, en la explicación de los sentidos que va asumiendo un vocablo, falta la aclaración de su signifi cado original, ésta debe incluirse en la etimología. Bien comprendo que el lexicón académico no es, ni con mucho, una obra especializada en étimos de las voces que registra, aunque en cierta forma presume de ello, si hemos de colegirlo por lo prolijo de algunas de sus etimologías; pero hay casos, como el de la palabra de que estamos tratando, en los que se requieren más luces sobre el porqué y el para qué de lo que ameritó ser nombrado en determinada forma. Los autores bizantinos, con la palabra protocolo, signifi caban, efectivamente, una ‘primera’ hoja ‘encolada’ a los manuscritos. Servía para registrar en ella bajo cúya administración (esto es, quién lo había ordenado) y por quién el documento había sido escrito; después, el término se aplicó particularmente a los documentos redactados por notarios, porque, en

virtud de un decreto de Justiniano (siglo V d. J.C.), y probablemente a inspiración del famoso jurisconsulto Triboniano –quien debe haber dirigido la redacción de las célebres recopilaciones cuyo conjunto constituye el Corpus juris civilis: Codex iustinianeus, Pandectae, las Institutae y las Novellae, amén del llamado Digestum–, tales documentos debían siempre estar acompañados de ese primer folio. Más tarde se llamó protocolo a un instructivo para el mejor uso o fácil manejo de un reglamento (como en el caso de un ceremonial). Sólo muy posteriormente el vocablo llegó a adquirir las acepciones con las que entra al español en el siglo XVI.
Tósigo es, en español, la forma vulgar del cultismo tóxico. Aquél se usa como sustantivo y es sinónimo de ‘veneno’, ‘ponzoña’; en sentido fi gurado vale ‘congoja’, ‘afl icción’, ‘gran molestia’, sea física o mental. El segundo término es adjetivo; equivale a venenoso, ponzoñoso. Actualmente, sustantivado, se prefi ere a tósigo, voz, que parece comenzar a caer en desuso. Ya es raro oír y hasta leer tosigar o atosigar por ‘envenenar’. Sin embargo, todavía se emplean ponzoña y emponzoñar, aunque se prefi eren tóxico y veneno como sustantivos y los verbos envenenar e intoxicar, usados con mayor o menor propiedad según los contextos. No quiero extenderme aquí con los homófonos tosigoso, ‘envenenado’, y tosigoso (en México tosijoso, tosigiento y tosiento), ‘que tose mucho’, ‘asmático’, proveniente del latín tussiens, con el mismo signifi cado. Lo que deseo es hacer notar la extraña etimología de tóxico, que nos llega, mediante el latín toxicum, del griego toxikón (sobreentendido phármakón, ‘droga’), ‘veneno con el que se untan las fl echas’. Ahora bien, toxikón es, en griego, la forma neutra de tóxikos, adjetivo que se aplica a lo ‘relacionado con las fl echas’ y la arquería en general, y cuyo origen toxón, ‘arco’ (para disparar fl echas), literalmente, ‘pieza de madera labrada’. En lengua escita hay un morfema takhsha-, que signifi ca ‘arco’, y posiblemente, aunque no probablemente, se emparentaría con el sumerio tuk-, elemento de tukul, ‘arma’. O quizá podamos remontarnos a la raíz teks ‘cortar’, ‘tajar’, ‘labrar’ (lo que emparentaría esta palabra con el concepto técnica); o también que estuviese aliado a la familia a la que pertenece el término latino taxus, ‘tejo’ en español, árbol cuya fuerte madera, fi namente veteada y elástica, se usó mucho para hacer arcos. Era a tal grado preferida, que algunos gobiernos europeos y asiáticos hubieron de limitar su tala, a fi n de impedir la extinción de la especie.