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En cuestión de palabras

YSIGNIFICADOS

En cuestión DEPALABRAS…

Arrigo Coen Anitúa (†)

Gabacho y gringo

Todavía a mediados de la década de 1960, en México, las personas que conocían la palabra gabacho la tenían, al igual que la mayor parte de los hispanohablantes en todo el mundo, por equivalente de ‘francés’, no exenta de cierta carga despectiva. (Sólo en España se aplicaba, también, como apelativo a los naturales de algunos pueblos de las estribaciones de los Pirineos, no muy duchos en el uso del lenguaje.) El término proviene del occitano gavach, que significa ‘bocio’ y otrosí ‘buche de ave’. Una indagación más solícita llevaría hasta un vocablo prerromano, quizá del céltico, pero siempre con las mismas acepciones.

Cabe aquí recordar un epigrama que se hizo famoso en su tiempo y aún subsiste en algunas memorias. En él no queda duda de que gabacho era sinónimo de ‘francés’:

Admiróse un portugués de ver que en su tierna infancia todos los niños de Francia supiesen hablar francés. —Arte diabólica es —dijo, torciendo el mostacho— que para hablar en gabacho un fidalgo en Portugal llega a viejo y lo habla mal ¡y aquí lo parla un muchacho!

Lo curioso es que, al comenzar el último tercio del anterior centenio, entre la juventud mexicana –la chaviza, como ellos mismos se llaman (de chaval, con la terminación de colectivo -iza: así billetiza o centaviza, según sea mucho o poco dinero)– la palabra gabacho perdió su denotación de ‘francés’ y pasó a significar ‘estadounidense’, o sea lo mismo que gringo ha querido decir en la mayor parte de los países hispanoamericanos, salvo los del cono sur del continente,

donde vale ‘italiano’. La voz gringo resulta de una alteración de griego, entendido como ‘lenguaje incomprensible’, y en España se aplica a todo lo que no se entiende; por extensión, a cualquier extranjero, pero especialmente si es inglés.

Han circulado en México varias versiones de falsas etimologías de gringo, entre ellas las más ingeniosas son: una, la que atribuye el origen de esta dicción a las palabras con que comienza un canto: “Green grows the grass...”, ‘verde crece el césped’; la otra quiere que la expresión provenga del nombre de unas ‘zamarrasverdes’, “green grogs”, que solían usar nuestro vecinos del norte.

Abisinia o Etiopía

Ya propósito de las pretensiones coloniales de Italia en tiempos del fascismo, cobró entonces cierta actualidad el nombre del reino africano de Abisinia.

Marco Polo (Il Milione, XXXII y XXXIII) nos habla de “una gran provincia, a la que llaman Habascia”. Esta grafía es la transcripción italiana del nombre que el insigne viajero veneciano oyó a los árabes, en cuya lengua hábacha es ‘recopilar’ y habesh quiere decir ‘reunión’, pues la Abisinia lo es de varios pueblos. Pero oficialmente la denominación legítima es Etiopía, pues los abisinios cultos repudiaron aquélla, que consideraban injuriosa.

No es muy halagador el nombre etíope –del que deriva Etiopía–; aunque antiquísimo, pues ya Homero habla de los etíopes como “de los más lejanos hombres”, aithiops vale, en griego ‘cara tostada’ (por el sol), y para los romanos aethiops era cualquier negro, sin distinción: Cicerón contrapone este vocablo a albus, ‘blanco’.

Toda tierra que se extendía hacia el confín meridional era Etiopía, y ya muy tarde se empezó a distinguir Aethiopia supra Aegyptum, localizándola más o menos donde se ubica actualmente; pero, pese a su unificación demográfica y política, quedó la idea de confederación, y a su soberano, el negus, voz proveniente del verbo, en lengua guez, nagsha, ‘reinar’, se le reforzó el título, al estilo semita –genitivo superlativo–; négushnagesht, esto es, ‘rey de reyes’, lo que le da ascendiente sobre los otros monarcas locales.

Yya que hemos entrado en materia, ¿saben ustedes qué significa Adis Abeba, nombre de la ciudad capital de Abisinia? Pues nada menos que ‘nueva flor’, y esta interpretación etimológica nos trae a las mientes el nombre de otra ciudad, Florencia, y el de un país, la China, que desde 1912 iba a ser oficialmente Jiung-Hua-Kuo, o sea, ‘el país florido de enmedio’, literalmente, ‘país del pueblo florido del centro’.

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