DJ Mag ES #095

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Traxsource y Beatport y digo: “¡Que me jodan! ¿Cómo consiguen seguir ahí?”. ¿Quién compra eso? (Risas). Es como ‘Last Night A DJ Saved My Life’. ¡Se ha hecho suficiente! Eres uno de los diggers más reconocidos de la escena. ¡Cuéntanos algunos de tus secretos! ¿Qué tiene que tener una “gema oculta” para considerarla tal? ¡No lo sé, la verdad! Ahora hago la mayor parte de mi diggin’ en Discogs. Ahí es donde busco mi música y he encontrado grandes cosas. Ahora es difícil encontrar cosas nuevas. En muchos casos, cuando te da por mirar alguna cosa ya vale 200 libras o precios del estilo. No suelo

Cuando nos hicimos mayores volvió a escribir y tuvo bastante éxito, pero fue ya de mayores. Sí que es verdad que le publicaban historias cortas en revistas femeninas, pero lo hacía para ganar dinero y mantenernos. Cuando éramos pequeños no es que fuéramos pobres, pero definitivamente no ricos. Mi padre estaba más metido en el jazz, le gustaba tocarlo, especialmente el tradicional, el de Nueva Orleans, Big Band... Definitivamente no fusión (risas). Le gustaba mucho el jazz de 1950. Era un purista del Jazz. Pero mi madre no. A ella le gustaba la música pero sin más. Era más hippie. Lo que sí escuchábamos mucho era la radio

gastar tanto en una sola pieza, además de que ahora nunca sabes cuándo lo van a reeditar. Particularmente, no me importa ser dueño o no de una copia original. Lo bueno de ahora, a diferencia con los primeros días de eBay, por ejemplo, es que ahora sí que vienen acompañados de clips de sonido para saber como suena. Porque imagínate que te compras un disco por 500 pavos y acaba sonando como una versión pobre de Shalamar o de Prince. Hay muchas cosas del estilo, que son muy coleccionables, pero no son buenas. Solo aceptables. El otro día escuchaba a uno que era como Earth, Wind & Fire, pero mucho, mucho peor (risas), como grabado en un estudio de tres al cuarto y desafinado. Sin embargo, es más colecciona-

ble que el mejor de sus discos, por ese toque de rareza. Cada vez se busca más eso, en lugar de la calidad de la música, a la hora de valorar un disco. Si me gusta, lo compro. No estoy en una búsqueda por encontrar el más raro de los discos, solo el que más me gusta.

y ninguno ha dedicado su vida a la música como he hecho yo. Sí que compartí algunos de mis gustos con mi padre. Mis hermanos se metieron más en el rollo indie, punk... Yo fui más de funk y disco. Pero no éramos una familia demasiado musical.

algo que nos ha venido bien, especialmente con algunas series como ‘Remixed With Love’. Pero una de las cosas que tiene Z Records es que, al ser yo el artista principal del sello durante tanto tiempo, no tenemos que pagar a gente de fuera para que haga recopilatorios. Mis ingresos vienen, casi todos, de pinchar y de mis bolos, por lo que si por algún motivo tuviera que dejar de pinchar, entonces si te diría cómo es llevar un sello sin esos ingresos extra, porque eso es básicamente lo que mantiene el sello.

Eres el jefe de Z Records. ¿Cómo va el sello? ¿Cómo os ha afectado el cambio en el modelo de venta y distribución discográfica? Las cosas han cambiado mucho para los sellos discográficos, especialmente porque el streaming se ha vuelto cada vez más importante. Nosotros intentamos movernos con el mercado. Por suerte, el resurgir del vinilo es

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Vienes de una familia de artistas, ya que entiendo que tu madre es novelista. ¿Qué tan importante fue la música y el arte cuando crecías? Bueno, no tan presente como puedas pensar. Mi madre es escritora, sí, pero cuando éramos niños tampoco es que tuviera mucho tiempo. Somos tres – tengo dos hermanos – y lo único que podía hacer era criarnos.

Si Z Records se financiase con dinero de las ventas y no de mis bolos, no podríamos sacar lo que quisiésemos, sino que también


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